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Paleo-bibliotecas y Archivos peruanos ~

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GILDA COGORNO VENTURA
PRIMERA PARTE
ANTIGUAS MANIFESTACIONES GRAFICAS o PROTO-ESCRITURAS PERUANAS
(PALEO-BIBLIOTECAS y ARCHIVOS).
l. BREVES CONSIDERACIONES SOBRE LA ESCRITURA
Todo ser viviente en sociedad está condicionado a la comunicación y tamo
hién tiene necesidad de recordar cosas, hechos e ideas; esta necesidad se pro·
yecta a través de la palabra, de la facultad del habla para el que se expresa
y del sistema auditivo para el que escucha. Pero la palabra no permanece
en el tiempo, entonces surge otra necesidad, la de crear un sistema de comu-
nicación que perdure, que no cambie por causa de la memoria de los encaro
gados de transmitirla. El mejor sistema de conservar un mensaje, un recuero
do, una idea o una cantidad es, según Moorhouse 1, mediante dibujos o pino
turas que fijen la atención visual.
Así surge la escritura, como una respuesta a la necesidad de hacer perdura.
ble un sistema de comunicación; por eso se la ha definido comunmente co-
mo lengua escrita; definición no del todo exacta si tenemos en cuenta que la
lengua es más antigua que la escritura. Existen muchas definiciones del tér-
mino "escritura". En su mayoría cada paleógrafo, epigrafista u otro investi-
gador de la historia de la escritura en el mundo, da su propia definición; a
modo de ejemplo citaremos unos pocos: La Real Academia de la Lengua da
su definición de "escritura: acción y efecto de escribir"; "escribir: represen-
tar las palabras o las ideas con letras u otros signos trazados en papel u otra
superficie, por medio de pluma y tinta o de otro instrumento adecuado a
este fin, o por medio de mecanografía" 2, es una definición no comprometida;
que da un margen bastante amplio de interpretación.
(*) Versión de la tesis presentada a la Escuela Nacional de Bibliotecurios para optar el
título de Bibliotecaria, Lima, 1970.
1. Moorhouse, C. V. Historia del alfabeto. México, 1961. p. 39.
2. Diccionario de la Real Academia Española, decimoctava ed., p. 564.
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Aurelio Tanodi, en su trabajo de Grafísica ;\ dice: "se puede concebir la es-
critura como un medio visual de comunicación humana por un sistema de
signos o símbolos gráficos convencionales que fijan el pensamiento formula-
do en una lengua", el concepto de escritura así, va desde el momento que
se sistematiza; el mismo Tanodi dice que la verdadera escritura nació cuando
las imágenes, dibujos, signos estilizados y simples obtuvieron un valor pero
manente convencional por medio del aprendizaje y se facilitó la exacta com-
prensión de lo que quiso expresar el autor 4. Para Marcel Cohen, la escritura
es la representación visual de todo lo que se puede expresar con la palabra 5.
La sistematización de la escritura no aparece de un momento a otro en sus
diferentes escenarios; sigue un desarrollo; en algunos casos se perfecciona y
culmina en un sistema como el silábico o alfabético; en otros sufre un estan-
camiento, como sucede en los pictográficos de algunas tribus norteamerica-
nas; en estos hay un desarrollo y perfeccionamiento dentro de lo picto-ideo-
gráfico pero no desemboca en ningún otro método más avanzado. Se da tamo
bién el caso degenerativo, especialmente en los fonogramas (multiplicación de
los signos fonéticos para representar un solo sonido).
Las más antiguas manifestaciones de comunicación gráfica que se conocen
las encontramos en el llamado "Arte Paleolítico"; no nos referimos exclusi-
vamente al arte rupestre (manifestaciones en cuevas, abrigos rocosos, fara-
llones, etc.) ya que también se dan en el "arte mobiliar": aquellos objetos
de fácil transporte, como guijarros, idolillos, bastones de mando, etc 6. Tes-
timonios que se remontan al paleolítico superior (auriñaciense) entre 25,000
a 35,000 años de antigüedad. El sentido de ellos es ampliamente discutido
y son muchas las interpretaciones e hipótesis planteadas, como la llamada
"arte por el arte mismo", explicación de Lartet y Christy en 1864 _ Más ade-
lante se habla de "práctica totémica, totémica simbólica, magia simpática y
de caza", ideas que surgen a consecuencia de los primeros estudios etnográ-
ficos y antropológicos sobre tribus australianas en estado primitivo. Estas teo-
rías las encontramos en obras como las de Edward B. Tylor (Cultura primi-
tiva, 1873); J. Frazer (La rama dorada, 1890).
Es la época en que se emplea el método de paralelismos culturales entre hom-
bres de la antigüedad y sociedades de la época con rasgos primitivos; arqueó.
logos e historiadores del arte hacen así sus interpretaciones de las culturas más
antiguas. S_ Reinach (Arte y magia, 1903) habla de magia de caza y ma-
gia de la feililidad; tenemos también entre otros al abate Breuil, que remarca
una tendencia religiosa con el "espíritu atávico", pero también profundiza
estudios en la simbología geométrica.
En estudios más modernos aparecen nuevos esquemas de interpretación co-
mo los de Leroi-Gourhan, quien hace análisis metódicos de temas, signos e
interpretaciones (Prehistoria del arte occidental, 1965), o en los trabajos de
Laming-Emperaire (Los significados del arte rupestre paleolítico, 1962).
3 _ Tanodi, Aurelio. p. 424.
4. Tanodi, Aurelio. p. 423.
5. Jara, Victoria de la. Introducción al estudio de la escritura de los incas. INIDE
Lima, 1975. p. 33.
6. Bazin, Germain. Historia del arte. Barcelona. 1961. p. 10.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PEIUJANOS
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Mucho falta por estudiar de la época paleolítica y poco es lo que en realidad
se conoce a pesar de la cantidad de estudios que se han realizado, pero las
tendencias en investigadores más recientes incluyendo a Leroi-Gourhan, Pe-
ter J. Ucko y A. Rosenfeld (El arte paleolítico, 1967); J. E. CirIot (El
espíritu abstracto, 1966), es ver el simbolismo mitológico, las creencias, cos-
mología, etc. de los hombres en la prehistoria.
Sea cual fuere el verdadero motivo que impulsó al hombre antiguo a efectuar
estos trazos, dibujos y símbolos, lo cierto es que el sentido de comunicación
está presente. Manuel Aguirre, en su libro La escritura en el mundo 7, opina
({ue esas escrituras e inscripciones constituyen una forma de representar un
animal, un objeto o una idea concreta; pueden no ser el origen de la escritu-
ra, pero representan la posibilidad de crearla; posibilidad que se plasma en
la mente de alguno y a través de milenios se desarrolla y perfecciona.
Las primeras formas de comunicación gráfica o proto-escrituras, así como los
primeros sistemas escriturarios establecidos, también han sido tratados amo
pliamente por especialistas en la materia y nos hablan de pictografías o icono-
grafías (representación naturalista); el pictograma o iconograma, expresa lo
que es el dibujo: un caballo, un cazador, etc.; el ideograma se vale de un
pictograma o de un símbolo para expresar ya no un objeto sino una idea; se
da el caso de un dibujo que como pictograma es una flecha pero como ideo-
grama es la idea de caza. Vienen después los sistemas logográficos. signos
abstractos que representan la palabra completa sin tener necesariamente rela-
ción con la pronunciación. Los siguen los sistemas analíticos, transición de
picto-ideogramas o fonogramas; sus signos son pictogramas estilizados o abs-
tractos, en parte fonéticos, como la escritura cuneiforme, egipcia, Iritita, cre-
tense, china, maya.
Como evolución de lo anterior, se desarrollan los fonogramas y escritura fo-
nética; se originan en la jeroglífica que combina los sistemas pictográficos y
fonético. Los pictogramas ya no representan un objeto o una idea sino el so-
nido del objeto representado. Por último tenemos las escrituras silábica y
alfabética; la escritura fonética puede ser silábica, como la chipriota o japo-
nesa, y alfabética que es la más evolucionada y se representa por el sistema
de letras.
El Cercano Oriente es cuna de muchos sistemas. Ahí se origina la cuneifor-
me (sumerios ) antes pictografías en piedra, muy difundida antes del IV
milenio a. C., y que pasa a los babilonios y asirios, a pesar de que estos tu-
vieron antes escritura pictórica, utilizada hasta recibir la de los sumerios.
Los cretenses tuvieron sistema picto-ideográfico; los hititas, aparte del cunei-
forme, utilizaron el ideográfico así como los asirios, quienes la utilizaron pro-
fusamente en inscripciones de monumentos, muros, edificios y rocas. Los je-
roglíficos egipcios tienen su origen en pictografías, pasan a combinarse con
ideogramas e incluso algunos evolucionan hacia fonogramas. La escritura chi-
na sigue sustentándose en ideogramas, si bien tienen algunos fonogramas.
Consta de más de 40,000 signos ideográficos que vienen desde muy antiguo,
7. Aguirre, Manuel. La escritura en el mundo. Madrid, 19,t6. p. 8.
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con ideogramas compuestos de los cuales uno indica el objeto y otro lo ca-
lifica.
Existen muchos ejemplos más de sistemas de escritura, como los pictogramas
aborígenes norteamericanos, la escritura de la ista de Pascua (bustrofeda),
la de mayas y aztecas, etc; la lista sería larga si tenemos en cuenta que se co-
nocen algo más de 400 sistemas en el mundo.
u. EL PROBLEMA ESCRITURARIO EN LA GENESIS ETNOCULTU-
RAL DEL PERU
Hasta hace pocos años, la mayoría de investigadores de la cultura y lenguas
del antiguo Perú, consideraban que las etnías autóctonas no contaron con sis-
temas de escritura y el tema apenas si fue tratado; estudios al respecto prác-
ticamente no existían hasta que R. Larco da a conocer su teoría de la escri-
tura Mochica en pallares ,
La simbología representada en diferentes elementos culturales como cerámi-
ca, hueso, concha, madera, textiles, metales e incluso dentro del llamado aro
te ruprestre, se estudió y consideró como manifestaciones del arte en sus di-
ferentes estilos y con características propias de cada cultura. Hubo sinem-
bargo quienes dedicaron más atención a la simbología e iconografía en las
representaciones y estilos culturales; el Dr. Tello, con conocimiento y visión
profundos sobre la cultura peruana antigua, estuvo entre los primeros; los
Dres. 'I'rimborn y Disselhoff también se interesaron en este aspecto y Fede-
rico Kauffmann quien dicho sea de paso, rechaza de lleno el sistema de es-
critura de tokapus, propuesto por V. de la Jara, tiene interesantes y minucio-
sos trabajos sobre iconografía y simbolismo de varias culturas peruanas, es-
pecialmente Chavín, Paracas y Nazca.
Opiniones hay de las más diversas desde la época dc los cronistas de la Con-
quista, hasta la de muchos peruanistas actuales. Tenemos por ejemplo que
John Rowe dice" ... los pueblos andinos poseían sustitutos de la escritura,
los cuales eran tan satisfactorios que aquellos no sintieron nunca la necesidad
de algo más elaborado" 1. Víctor von Hagen comenta a Rowe diciendo: "Esta
conclusión constituye un elogio a la castración intelectual, niega la totalidad
de la historia cultural. Porque de todos los conocimientos e invenciones, Ia
escritura es la que nos proporciona la continuidad que nos satisface llamar
civilización" 2. Los sustitutos de los que habla Rowe serían los kipus, yendo
von Hagen más allá al dejar abierta la posibilidad de otro sistema.
l. Rowe, John. "Inca culture at the time". En Hagen, Víctor von, El imperio de los
incas. México, 1961. Cap. 32, p. 222.
2. Hagen, Víctor von. El imperio de los incas. México, 1961. Cap. 32, p. 222.
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A o Metraux, en un artículo sobre "pictogramas y protoescrituras de los pri-
mitivos" 3, rechaza la hipótesis de Larco sobre escritura en palIares y opina
que los frijoles representados en el arte moehica, servían de marcas o fichas
en juegos que hasta hoy en día sobreviven entre indios modernos. Cuando
se refiere a los incas, no descarta la posibilidad de que utilizaran pictografías
para sus relatos históricos o como ayuda de la memoria, pero sostiene que en
ningún caso los utilizaron sistemáticamente; afirma que la habilidad con que
manejaron los quipus (sistema contable) les obstaculizó en el desenvolvimien-
to de cualquier otro sistema de escritura.
Ciertamente al conocerse la existencia de los quipus, como sistema contable
o ayuda mnemónica, sucedió algo semejante a la observación de Metreaux re-
firiéndose a los incas y su obstáculo en desarrollar cualquier otro sistema de
escritura, pues hasta en tiempos modernos los quipus deslumbraron de tal
forma que se dejó de lado el averiguar si realmente no existió nada más que
ese sistema y por qué, e incluso se limitó la posibilidad de descubrir o de in-
vestigar si los quipus fueron algo más que ayuda mnemotécnica o conta-
ble. No habían bases sólidas o muy convincentes que justificaran ni la
posición de aquellos que hablaban de escritura incaica, ni la de los que no
la aceptaban o Es a partir de 1962, cuando el tema comienza a tomar forma
a través de la labor de investigación de Victoria de la Jara, quien por prime.
ra vez en el Perú utiliza técnicas de análisis simultáneos, análisis iconográfi-
co y desciframiento.
A través del estudio de Victoria de la Jara, se interpreta que los incas pose-
yeron un sistema de escritura logográfico (representación de palabras com-
pletas que se entienden sin tener relación con la pronunciación). El nomo
bre que da a los signos inca es tokapus. Es una escritura de signos geométri-
cos (esquematizaciones de imagenes, atuendos, insignias y objetos diversos),
encuadrados y con combinación de colores; establecen formas básicas que se
modifican internamente por la adición de líneas, puntos, círculos, fusión de
signos o cambios de color o No se conoce una etapa pictográfica inicial sino
parecen originarse en signos y cifras que vienen de un lenguaje realizado
para el registro de mensajes transmisibles con tambor; por eso los signos son
de dibujo abstracto o Dentro de este método, el arte textil es la fuente docu-
mental por excelencia; los signos son geométricos porque al ser la tela el so-
porte del sistema, condiciona la forma; igualmente sucede con la madera.
Como referencia tenemos que los primeros signos peruanos conocidos están
sobre textiles de la cultura Paracas Necrópolis y en la fase anterior, o Para-
eas-cavernas, no se registran signos de escritura, pel'O sí hay tambores de ar-
cilla; la autora en referencia, sitúa los sistemas costeños como los más anti-
guos o Afirma también que en la época inca son los keros los que conservan
el sistema, vasos ceremoniales con textos históricos que se heredaban y guar-
daban con mucho secreto o Y presenta la hipótesis del quipu como código nu-
mérico del sistema gráfico inca, siendo esta la última etapa de un largo pro-
ceso evolutivo de la escritura peruana 4 o
3. Jara, Victoria de la. Introducción al estudio de la escritura de los incas. Lima,
1975.
4. Metraux, Alfredo "Los primitivos (señales y símbolos) (pictogramas y proto.escri-
turas )"0 En: Cohen, Marcel, comp. La escritura y la psicología de los pueblos.
México, Siglo veintiuno Eds. S. A., 1968. p. 5.
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Una vez asentadas las hipótesis iniciales de este tema, nos encontramos que
hay mucho más por descubrir. ¿Cómo se gestó el sistema? ¿Su desarrollo sigue
una secuencia desde culturas anteriores? ¿,Heredaron tal vez estructuras
tiahuanaquenses o chavinoides, hasta crear un patrón más definido de más
amplia difusión? Si realmente Paracas tuvo escritura, con mayor razón la
debieron tener los Chavín, pues, como ya hemos dicho, la escritura no apa·
rece de un momento a otro, siempre ha habido una huella a seguir, sea en
el mismo territorio donde aparece el sistema más elaborado, o proceda de otros
lugares que a causa de guerras ganadas o imposiciones culturales de unos
pueblos sobre otros, haya aportado elementos nuevos al lugar de llegada, don-
de se establezca y desarrolle o perfeccione.
¿Cómo planificaron la construcción de sus enormes monumentos'? Y no sólo
observamos esto a Incas, Tiahuanaco o Chavín, también veamos más atrás.
;.Cómo controlaban su comercio e intercambio de productos, el "amarre" y
ajuste calendárico que hacían con la observación de los astros y equinoccios,
solsticos, etc.? ¿Quedaría solamente en las cuerdas y palos que utilizaban o
tendrían un sistema que tradujera este control de campo en algo más senci-
llo o fácil de conservar?
Hay muchas preguntas que hacer y muchas respuestas por hallar, y como ele-
mento cuestionador y de estímulo está toda la gran simbología peruana que,
por el momento, nos remite desde los 10,000 años a. C. de Toquepala y Lau-
rieocha, hasta el sistema inca. No pensemos encontrar una secuencia perfecta,
quizás algunos símbolos se dan a través de varias etapas culturales, como re-
sultado del dominio que pudo ejercer una cultura sobre otra o la herencia de
una a otra, pero también puede tratarse de simples coincidencias que respon-
den al "paralelismo cultural". Hay que tener en cuenta también que la sim-
bología varía enormemente de una etapa a otra, complicándose en unos ca-
sos y simplificándose en otros.
Otra consideración más es la variedad de signos que aumenta entre el arcai-
co medio y formativo, con profusión de lo abstracto (iconografías realistas no
existen), de símbolos antropo-zoo-fitomorfos geométricos y descomposición de
estas figuras para utilizar motivos aislados de ellas en diversas ocasiones. En
la época de culturas regionales, se concentran más y es a esta etapa que se
le atribuyen los sistemas de Nazca y Mochica, Durante el período WarioTia-
huanaco, reaparecen símbolos conocidos del ehavinoide y algunos que des-
pués se verán en inca; no hay mucho aporte novedoso si bien se ve una abun-
dancia extrema; la simbología se presenta en forma discreta, con abstracción
y gira alrededor del mito de dios-creador o dioses principales de la cultura
(seres y astros) .
Para la época de estados regionales nos atrevemos a decir que es bastante dis-
creta en sus manifestaciones. ¿,Influencia fuerte Tiahuanaco? ¿Esta simbo-
logía se puede conocer como píetograma-ídeogramaj", ¿se trata de algún siste-
ma más elaborado o simplemente son representaciones de dioses y figuras mi-
licas?
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Antes de revisar la simbología en concreto, creemos oportuno investigar las
primeras fuentes escritas (crónicas y cronistas) y luego considerar algunos
elementos como pallares, piedras pintadas, sellos, quillcas, piruros y pushcas.
quipus o sea soportes de signos o símbolos.
Algunas referencias de Cronistas
Entre los cronistas que niegan la existencia de escritura tenemos a Garcilaso
de la Vega, quien comentando la falta de noticias sobre Viracocha Inca dice:
"Es lástima, que por falta de letras muriesen y se enterrasen con ellos mis-
mos la hazañas de hombres tan valerosos" 5. En otro capítulo de su obra tam-
hién se encuentra nuevamente referencia a este problema: "Porque no tu-
vieron letras no dejaron memoria de sus grandes hazañas y agudas sentencias;
y así perecieron ellas y ellos juntamente con su República y solo quedaron
algunos de sus hechos y dichos, encomendados a una tradición flaca y misera-
ble enseñanza de palabra de padres a hijos, la cual también se ha perdido" 6.
Al referirse a narraciones orales y versos que cantaban en sus fiestas en la épo-
ca del incanato añade que" . . . todos eran remedios imperecederos, porque las
letras son las que perpetúan los hechos; mas como aquellos Incas no las alcan-
zaron, valiéndose de lo que pudieron inventar ... ", y atribuye a los quipus
ser el sistema de escritura que emplearon 7. Más adelante, refiriéndose a la
tradición de sus historias a través de generaciones ". .. procuraban conser-
varlas en la memoria por la falta que tenían de escritura ... " R.
Cieza de León también niega la existencia de escritura. Cuando en su cró-
nica se refiere a Tiahuanaco, dice lo siguiente: "Cerca destas estaturas de
piedra está otro edificio del cual la antigüedad suya y falta de letras es cau-
sa para que no se sepa qué gentes hicieron tan grandes cimientos ... " (), más
adelante sigue el cronista: "y como en este Nuevo Mundo de Indias no se
hallan hallado letras, vamos a timo en muchas cosas" 10.
Entre los cronistas se encuentran muchas contradicciones sobre la existencia
de escritura; la mayoría se contradice en forma indirecta, no siempre afir-
mando la existencia de signos, letras o escrituras que en otras partes de su
obra niegan, sino haciendo algunos relatos o referencias que dejan entrever
todo lo contrario, de lo que básicamente afirman.
Debemos tener en cuenta que muchos cronistas no consideraban por sí mis-
mos los datos, y más aún, había algunos que copiaban de otros; además es
segura la falta de preparación de los cronistas del siglo XVI y XVII para po-
der identificar sistemas de escritura que no fueran alfabéticos como el nues-
t1'O, por lo que confundieron los signos escriturarios con el arte y "no se sabía
5. Garcilaso de la Vega, Inca. Comentarios reales ... Lima, 1967'( Lib. V. cap.
XXIX, p. 113, 1. 11.
6. Oh. Cit. Lih. VII, cap. VIII, p. 24, 1. Ill.
7. Oh. cit. Lih. VI, cap. IX, p. 133, t. 1.
8. Oh. cit. p. 134.
9. Cieza de León, Pedro. La crónica del Perú. Madrid, 1962. p. 2M.
10. Oh. cit. p. 265.
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que los signos de una escritura evolucionada podían ser dibujos que conser-
vaban la forma pictográfica" 11.
Los cronistas, al no aceptar otra clase de escritura que no fuera alfabética,
no podían considerar forma de escritura las pictografías e ideogramas. Com-
probamos esto con declaraciones del mismo Cieza: "Por estar estas cosas tan
ciegas podemos decir que bienaventurada la invención de las letras, que con
la virtud de su sonido dura la memoria muchos siglos y hacen que vuele
la fama de las cosas que suceden por el universo, y no ignoramos lo que
queremos teniendo en las manos la lectura ... " 12.
Una de las tantas contradicciones de cronistas, es la que cita V. de la Jara,
del Padre Acosta, quien también niega la existencia de escritura peruana.
pero por otro lado describe la existencia de pintura y cifras: " ... escritura y
letras solamente las usan los que con ellas significan vocablos; y si inmedia
tamente significan las mismas cosas, no son ya ni escritura, sino pin-
tura y cifras". " . . . ninguna nación de Indias que se ha descubierto en nues-
tros tiempos, usa de letras, ni escritura, sino de las otras dos maneras, que
son imagenes o figuras; y entiendo esto, no sólo de los indios del Perú y de
la Nueva España, sino en parte también de los japoneses y chinos". Reri-
riéndose a la escritura china, dice: " ... su escribir es pintar y cifrar, y sus
letras no significan parte de dicciones como la nuestra, sino que son figuras
de cosas" ". .. y el mismo leer y escribir (en la China) no es verdadero
escribir y leer, pues no son letras, sino figurillas de innumerables cosas" 13.
Cieza de León hace una pequeña referencia a la existencia de "ciertas letras",
lo cual no deja de lado que este autor negara la existencia de escritura; pe-
ro se coloca en situación algo indiferente, cuando describe los edificios de
Vinaque cerca a la ciudad de Guamanga:
"Preguntando ti. k-s indios comarcanos quién hizo aquella antigualla. rcspourlen que
otras gentes bárbaras y blancas como nosotros ... ", "Porque este edificio era cuadra-
do y los de los ingas largos y angostos. Y también hay forma que se hallaron cier-
tas letras en una losa deste edificio; lo cual ni lo afirmo ni dejo de tener para mí
que en los tiempos y pasados habiese llegado aquí alguna gente de tal juicio y
razón que hiciese estas cosas y otras que Uf' vemos" 14.
En esta información de Cieza, está la tradición mágico religiosa del origen de
la gente que construyó esos edificios y el considerar como parte de esta la
existencia de letras, las cuales están asociadas por lo tanto, en éste como en
otro casos, a creencias.
Huamán Poma de Ayala, quien no acepta más sistema de comunicación a
manera de escritura que el quipu, hablando de los secretarios del Inca dice:
"Estos escribanos acompañaban a los jueces y alcaldes a las provincias, con
ll. Jara, Victoria de la. La escritura peruana , . Lima, 1964. p. 38.
12. Cieza de León, Pedro. Ob. cit. p. 265.
13. Acosta, José de. Historia natural y moraL.. México, 1962. Cap. IV, V, VI.
14 . Cieza de León, Pedro. Oh. cit. p. 234·35.
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el fin de anotar y asentar en los Quipus, llevando cuenta y razón de todo.
con tanta habilidad que las anotaciones resultaban hechas en los cordeles co-
mo si se hubiera escrito con letras" 15. Este autor presenta en sus dibujos es-
pecialmente en los unkos (o vestidos), en los cinturones, muchas veces en
estandartes y otros objetos, los signos que considera V. de la Jara como com-
ponentes de la escritura incaica, los que denomina "Tocapus" 16; asimismo,
los últimos estudios del Dr. Disselhoff, en hase a motivos recopilados en ha-
llazgos arqueológicos, nos muestran estos signos, 10 que demostraría que ellos
no fueron improvisados por Guamán Poma.
Volviendo a las referencias de cronistas sobre la escritura, no podemos dejar
de citar al clérigo Montesinos, autor muy debatido entre los historiadores y
muchas veces tachado de "mentiroso" y "falsario", a quien, sin embargo, las
evidencias arqueológicas inducen, en la actualidad, a prestarle algo más de
atención. No pretendemos, con esto, sostener que son de crédito total sus afir-
maciones sino simplemente tener en cuenta sus declaraciones en lo que a
escritura se refiere; además, cabe señalar que fue el primero en el siglo
XVII que afirma la existencia de una escritura en el Perú.
Montesinos afirma la existencia de una escritura que fue conocida por amau-
tas de una dinastía anterior a los Incas, y dice que ésta fue prohibida por
considerársele causante de una peste que exterminó gran parte de la pobla-
ción y que en su lugar se implantó el sistema de quipus. (Quizas sea el mo-
mento en que el sistema de tokapus se relaciona con el quipu y llega a la
perfección). También se refiere a la existencia de una universidad en la
época del reinado de Toca Corea Apo Capac, quien según Montesinos, fue
el cuadragésimo monarca peruano; refiere que:
en un tiempo, según dicen los indios, había letras y caracteres en pergami-
nos y hojas de árboles, hasta que todo se perdió de ahí a cuatrocientos años" 17
". " el rey Titu Yupanqui fue derrotado y muerto en Pucará, la anarquía se ex-
tendió en el país, el Perú se fragmentó en pequeños estados, cada provincia eligió
caudillos particulares, el Cuzco fue deshabitado, la dinastía legítima se refugió en
el pueblo de Tamputoco o Pocaritampu... se perdieron los jeroglíficos, conocidos
desde los primeros tiempos. El rey Túpac Cauri, a semejanza de Chichuangti en
la China, ordenó la destrucción de los quilcas o pergaminos y de las hojas dc .ir-
boles en que escribían y prohibió so pena de vida, el uso de las letras, que fueron
reemplazados por los quipus. Continuó el desorden hasta que el joven Roca, auxi-
liado por su madra Mama Cibaco (o Cihuaco), dió principio a la nueva dinastía
de los Incas y comenzó a reconstruir trabajosamente el imperio del Cuzco" 18.
Después de cuatrocientos años Tupae Cauri Pachacuti consulta al dios Hlati-
ci Huira Cocha para volver a enseñar la escritura, pero no lo acepta el dios
explicando que la causa de una pestilencia que asoló el Imperio "habían
15. Huamán PC4l1a de Ayala, F. La nueva cromea ... Lima, 1956. 1. I, p. 270.
16. Jara, Victoria de la. Vers le déchiffrement París, julio 1967. p. 247.
17. Montesinos, Fernando de. Memorias antigiias Madrid, 1882. p. 72, 82, 86.
18. Oh. cit.
50
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sido las letras que nadie las usase ni resucitase porque de su uso le había de
venir el mayor daño" 19.
Algunos investigadores de la escritura, que han tratado de seguir una conti-
nuidad partiendo solamente del sistema de palIares Mochica, Paracas y Naz-
ca, al llegar al Horizonte Tiahuanacoide pensaron realmente que fue una
época en la que no existió escritura, por el hecho de no haber encontrado,
aparentemente, signos semejantes hasta los entonces registrados y que poste-
riormente aparecen en la época incaica. Ello puede deberse a su sentido má-
gico-religioso , Por esto mismo estaría siempre en manos de sacerdotes, jefes
y altos dignatarios. Muchos de los signos y elementos en los que fueron re-
presentados debieron significar o representar las diversas castas sacerdotales;
lo que se atribuye a desaparición pudo deberse al cambio de aquellos que la
transmitían, muchas veces como consecuencia de guerras o nuevos mitos y
leyendas sobre el origen de los diferentes pueblos. Tenemos, por ejemplo, ]0
que Larco Hoyle denomina escritura en palIares, que sólo se consideraba en
el Intermedio Temprano; muchos signos inscritos en este elemento aparecen
también en el Tiahuanacoide, aunque no se haya reconocido anteriormente,
y llegan hasta el Horizonte Inca. Pudo darse el caso que también se emplea.
ra, como indica Montesinos, las cortezas de árboles y materiales semejan.
tes, que son menos durables (serían los antecedentes del empleo de madera en
keros ), además pudieron realmente ser destruidos por la carga mágica que
soportaban para luego, en otras épocas, emplear nuevos elementos.
El cronista Cristóbal de Molina, hablando de Tiahuanaco, también hace alu-
sión a la carencia de escritura: " ... están en dichos lugares unos bultos de
piedras grandes, y en algunas partes casi bultos de gigantes, que antiquísima.
mente debieron ser hechos por manos de hombres; y por falta de la memo-
ria y escritura tomaron esta fábula de decir que por mandato del Hacedor
... " 20. Pero en las misma crónicas, en donde encontramos negación a la
existencia de la escritura cualquier clase que ésta fuera, nos damos con refe-
rencias muy interesantes: el cronista Diez de Betanzos, escribe acerca de los
creadores de Tiahuanaco nombrando a dos personajes que se llamaron Con
Tici Viracocha (ambos). El primero que llegó creó el cielo y la tierra pero
como sus habitantes volvieron al estado salvaje,
"en castigo del enojo que le hicieron, hízolcs quc se tomasen piedra luego en aquel
asiento de Tiahuanaco hizo de piedra cierta gente y manera de dechado de la gente
que después había de producir, haciéndolo en esta manera: que hizo de piedra cierto
número de gente y un principal que la gobernaba y señoreaba y muchas mujeres
preñadas y otras paridas y que los niños tenían en cunas, según su uso, todo lo
cual ansi hecho de piedra, que lo apartaba a cierta parte; y que el luego hizo otra
provincia allí en Tiaguanaco, formándolos de piedra en la manera ya dicha y como
los hubiese acabado de hacer, mandó a toda su gente que se partiesen todos los que
allí consigo tenía, dejando solo dos en su compañía, a los cuales dijo que mirasen
aquellos bultos y los nombres que les había dado a cada género de aquellos, seña-
lándoles y diciéndoles: estos se llamaran los tales y saldrán de tal fuente en tal
19. Ob. cit.
20. Cristóbal de Molina. Fábulas y ritos de los inca..,. 1943, p. 12·15.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS 51
provincia, y poblarán en tal parte; y ansí C(\1110 yo aquí los tengo pintados y he-
chos de piedras ansí han de salir de las fuentes y ríos, y cuevas y cerros, en las
provincias que ansí os he dicho y nombrado; e iseis luego todos vosotros por esta
parte (señalándolcs hacia donde el S(11, sale), dividiéndoles a cada uno por si y
señalándoles el derecho que debía llevar" 21.
Cristóbal de Molina hace la misma narración al respecto:
" _.. haciendo de barro esta nación, pintándoles los trajes y vestidos que cada nno
había de traer y tener, y los que habían de traer cabellos, con cabellos; y los que
cortado, cortado el cabello dió la lengua que había dc hablar, y los cantos que ha-
bían de cantar y las simientes y comidas que habían de sembrar, y acabado de
pintar y hacer las dichas naciones y bultos de barro, díó ser y ánima a cada uno
por sí, así a los hombres como las mujeres; y que por haber salido y empezado a
multiplicar de estos lugares, haber sido de allí el principio de su linaje, hicieron
huacos y adoratorios estos lugares, en memoria del primero de su linaje que de
allí procedió y así cada nación se viste y trae el traje con que a su huaca vestían,
y dicen que el primero que de aquel lugar nació, allí se volvía a convertir en
piedras, otros en halcones y cóndores, y otros animales y aves; y así son de diferen-
tes figuras las huacas que adoran y que usan" 22_
¿Esto explicaría quizás las representaciones en textiles? También nos dice Mo-
lina que el Hacedor Viracocha Pachayachachi hizo en Tiahuanaco "todas las
gentes .. , diferencias de aves. .. manifestó a la gente los nombres y propio-
dades que las aves y animales y demás sabandijas tenían" 23.
Aunque se trate de una leyenda, es evidente la existencia de una simbología
que llegó a tener un sentido de enseñanza y que fue conocida por todos los
pobladores de esta cultura.
En todas las grandes obras de piedra, en la Portada del Sol en 'I'iahuanaeo,
en cerámica, textilería, metales y otros elementos de este tipo, encontramos
una simbología en base a figuras antropomorfas, zoomorfas, fitomorfas, mito-
lógicas y signos abstractos, geométricos, etc., que podrían ser la explicación
de esta leyenda y otros mitos Tiahuanaquenses.
Hablamos anteriormente de fonogramas recordando que en la escritura azte-
ca se utilizaron signos determinados que significaban nombres de pueblos,
ciudades e incluso personajes. Podemos considerar esta situación en el hecho
que al hablar los antiguos en base a leyendas, el dios Viracocha les manifes-
tó los nombres y propiedades de aves, animales y "demás sabandijas que te-
nían". Ello hace pensar que éstos pudieron ser representados por signos ca-
racterísticos, ya que estos motivos tuvieron un significado especial dentro de
sus creencias religiosas.
21. Diez de Betanzos, J. Suma y narracum. de los incas. Lima, 1924. Cap. 1.
22. Cristóbal de Molina. Oh. eit , p . 8·9 .
23. Ob. cit. p. 12·15.
52 FENIX
III. QUILCAS, PIEDRAS PINTADAS, PIRUROS y PUSHKAS, BAS-
TONES PINTADOS, PALLARES y QUIPUS.
1 . Las Quilcas o Quellcas.
Existió una palabra que significaba escritura y todo lo relacionado con ella,
según testimonio de cronistas y estudiosos posteriores. Esto se encuentra (:m
el lenguaje quechua y aimara, también pre-hispánico . Y la palabra es quilco;
que no se confunde con quipu sino por el contrario aparecen ambas muy bien
definidas, lo cual comprueba que fueron dos sistemas empleados de diferen-
te manera.
Además del testimonio de Montesinos, quien habla de la existencia de la pa-
labra quilca o quellca, cuyo significado lo atribuye a las hojas de árboles en
las que dibujaban ciertos signos 1, el Inca Titu Cusi Yupanqui la emplea
también en el sentido de hoja escrita; refiriéndose a los españoles dice que
"hablaban a solas con usos paños blancos", y en Cajamarca le dieron al Inca
Atahualpa "una carta o libro o no sé qué, diciendo que aquella era la quillca
de dios y del Rey y que Atahualpa la arrojo" 2.
Huamán Poma de Ayala en su obra el Primer nueva corotuca y buen go-
bierno, cuando habla de los secretarios del Inca dice: "Estos secretarios eran
muy apreciados y honrados, manejaban Quipos de colores teñidos, siendo lla-
mados Quilcacamayoc o Quilla reata Quipoc, apuntadores, contadores del mes
o del año ... " 3. En estos usos la palabra quilca está asociada a la idea de
signos escritos y colores o pintura.
Damos algunos significados de la voz quilca y derivados de ella, en quechua y
aymara, recogidos de diccionarios y gramáticas antiguos.
Quillca
Quillca
Quellca
Quellca
QuelIca
Quillcana
Quillcacha
Quellcani
Quellkani
Quillcaniqui
letra o carta mensajera - Fray Domingo de Sto. To-
más 4.
libro o papel - Fray Domingo de Sto. Tomás.
papel, libro, scriptura, carta, pintura - Antonio Ricar-
do 5.
papel, carta, o escriptura - González Holguín G.
papel, carta - Torres Rubio 7.
Escribania - Fray Domingo de Sto. Tomás.
escribir, pintar - Antonio Ricardo.
escribir - Torres Rubio.
escribir, dibujar, pintar - Conzález Holguín.
labrar una cosa con colores generalmente - Fray Do-
mingo de Sto. Tomás.
l. Montesinos, Fernando de. Memorias antiguas... Madrid, 1832.
2. Tito Cusi Yupanqui. Relación de la conquista... Lima, ] 916. p. 9.
3. Huamán Poma de Ayala, F. Oh. cit. t. 1, p. 270.
·1. Domingo de Santo Tomás. Lexicón ... Lima, 1951.
5. Ricardo, Antonio'. Doctrina cristiana. Lima, 1534.
6. Conzálea de Holguín, Diego. Arte y dice. quechua-español. Lima, 1901.
7. Torres Rubio. "Diccionario". En: Porras, Raúl. Fuentes ... Lima, 1963.
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53
Quillcaniqui o
Quillcacuniqui
Quellcaricuk
Quellcayachak
Quilcamayok
Quilcamayok
Quilcaycamayok
Quellcanacuna
pintar o escribir generalmentc - Fray Domingo de Sto.
Tomás.
El que sabe leer - González Holguín.
El que sabe escribir - González Holguín.
Pintor generalmente - Fray Domingo de Sto. Tomás.
Escribano o deluxador - Fray Domingo de Sto. Tomás.
Escribano - González Holguín.
Escribanías - González Holguín.
En el Diccionario Enciclopédico Biográfico del Dr. Tauro encontramos una
lista de topónimos de la palabra quilca o quelca: "De su notoria existencia
hablan numerosos topónimos: Quilcabamba, Quilcocha, Quilcahuaco, Quil-
cay, Quilcay huanca, Quilcayjirca, Quilcaú, Quilcauca, Quilcani, Quilcantay,
Quilcanto, Quilcapunco, Quilcacara, Quilcasca, Quilcatacta, Quilcati, Quilca.
tira, Quilcaya; o las diversas voces que en la "lengua general se hallan re-
lacionadas en aquella significación: 8
el que sabe leer
enseñar la teología dictándola
lo escrito
las letras
el escribano de oficio o el gran escritor
el que escribe
escribir, dibujar, pintar
escribanías y los instrumentos de escribir o de pintar
escribir a muchos o muchas cartas
andar escribiendo a menudo
escribir con exceso algo o en daño
hacer escribir o permitirlo
escribir del camino o de pasada, o dejar escrito
rasquear o escribir de burla al aire, o el que no sabe escri-
bir.
escribir a muchos en una carta, o escribir a uno de va-
rias cosas
Quelcay Piqueparayani: en el escribir voy atrasado
Quellcasconui
Quellcasicuk
Quellcayachak
Quellcaska
Quellcascacuna
Quellcaycamallok:
Quellecak
Quellecani,
Quellecasmui
Quellcanoruna
Quellcasyarmi
Quellcaycochani
Quellcapayani
Quellcachimi
Quellcatanumi
Quellcacharuni
El Dr. Tauro da una definición de la palabra quilca: "papel carta o escritura;
signo pictográfico pintado a mano o incidido sobre una o más piedras, gran-
des o pequeñas por las gentes que poblaron el país en remotas épocas" !l.
A manera de análisis de la palabra dice: " ... también se concluye que la
palabra quilca estaba unida a la idea no sólo de signo gráfico, sino de signos
coloreados o de dibujos y pinturas, la voz quilca trae de por sí aparejada una
representación cromática; escribir, dibujar, pintar se expresa por una sola
palabra: quilca, y esta misma palabra sirve para expresar el lienzo, la tabla
o el objeto pintado; cabe pues usar la palabra como sinónimo de pictografía
en el concepto de los etnólogos modernos" 10.
8. Tauro del Pino, Alberto. Dice. enciclopédico ... T. II! Lima, 1967.
9. Ob. cit.
10. Ob. cit.
54
FENIX
El Dr. Javier Pulgar Vidal, que ha realizado estudios sobre las quilcas, des-
pués de analizar la palabra y seguir su trayectoria a través de miles de to-
pónimos en quechua, aymara y español, la define en la forma siguiente:
"Quilca es el nombre peruano actual de antiguos y aun supérstites sistemas
gráficos muy bien representados en el Perú y en América y también fuera
de nuestro Continente" 11.
Como resultado de haber ubicado varios lugares a través del territorio pe-
ruano donde encontró estas grafías, el Dr. Pulgar da una definición de lo
que considera un Centro de Quillcas: "Llamamos 'Centro de Quillcas' a todo
lugar en el cual exista una piedra aislada, grande o pequeña; un grupo de
• piedras, un roquedal, un acantilado, un desfiladero, una marmita eólica, una
semicaverna, una caverna pequeña o una gran caverna, en cuyas superficies
planas, cóncavas o convexas, se halla inscrito por medio de pintura o por
incisión, una grafía cualquiera o un conjunto de ellas" 12.
Además, distingue dos clases de estas "grafías o quillcas": las pictografías y
los petroglifos. Acerca de las pictografías, que también llama "Petrogramas",
sostiene que generalmente, están pintadas a mano, sin plantilla y en varios
colores como rojo indio, varios tonos de ocre, amarillo, azul, verde, negro.
blanco, etc. Mientras que los petroglifos, que también llama litoglifos, son ge-
neralmente incisiones que tienen una profundidad que fluctúa entre medio mi-
límetro y tres o cuatro o más milímetros. Según la edad del glifo, ofrecen la
coloración superficial de la roca en que han sido practicadas, o el color de la
roca después de raspada y despojada de la capa superficial 13.
Ampliando el sentido que da el Dr. Pulgar a los quilcas, podríamos conside-
rar bajo este término, en general, a todas las manifestaciones escriturarias de
los antiguos peruanos, pues no solamente en piedra, cuevas, rocas, etc., se
encuentran signos semejantes sino también en diferentes elementos como
alfarería, metales, telas, palIares, bastones, etc.
Explica Raúl Porras:
"No cabe, pues, duda de que los indios prehispánicos del Perú tuvieron una pala-
bra especial para denominar los signos escritos y que esta palabra se aplicó más tarde
por analogía a la escritura española y al papel que no conocieron los Incas. Esto
no quiere decir que ambos sistemas de escritura fuesen iguales sino que se utilizó
en quechua el término lingüístico más próximo o semejante para calificar el inven-
to occidental. También se concluye que la palabra quilca estaba unida no sólo de
signos gráficos sino de signos coloreados o de dibujos y pinturas. La voz Quilca trae
de por si aparejada una representación cromática. Escribir, dibujar, pintar se expre-
san por una sola palabra: quilca, y esta misma palabra sirve para expresar cl lienzo,
la tabla o el objeto pintado" 14.
11. Lima Universidad Nacional Mayor de San Mareos. Primera exposición Nacional
de Quilcas. Lima, 1963.
12. Ob. cit.
13. Ob. cit.
14. Porras Barreneehea, Raúl. Fuentes ... C. IV, p. 112.
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55
2. Piedras pintadas o grabadas, Sellos, Pesas de rueca [piruros y pushkas).
Encontramos los primeros vestigios de piedras pintadas en la época del pre·
cerámico. El Dr. Engel, hablando de sus hallazgos realizados en Santo Domin
go en Paracas, nos dice que numerosas piedras pintadas "han aparecido en
las casas del pueblo 514", del mencionado lugar 15.
Estas piedras pueden asociarse perfectamente con las puntas de flechas de
hueso que también llevan el mismo tipo de motivo, y que, generalmente, ade-
más de rayas tienen otros signos. En nuestros dias se encuentran estos signos
en tribus selváticas que no han desarrollado otra clase de escritura. Respecto
a los sellos, éstos se usaron desde muy antiguo en Mesopotomia y en ellos se
grababan signos jeroglíficos y más tarde alfabéticos. Fueron conocidos como
sellos de propiedad y después se utilizaron para pintar figuras en diferentes
lugares del cuerpo.
En las regiones Mesoamericanas han aparecido miles de sellos usados, según
lbarra Grasso, como pintaderas; sostiene este mismo autor que los signos de
esos sellos pasaron a las llamadas "pesas de rueca" sin dificultad.
A través de ésto el Dr. Ibarra sugiere una procedencia foránea de la escritura
peruana cuando nos dice: "En América existen miles de sellos que se han
usado como pintaderas, especialmente en Mesoamérica, y que contienen
aceptados por todos, signos jeroglíficos; allí mismo esos signos pasaron a las
pesas de rueca, que eran muy semejantes en su forma, y luego se difundieron
con las pesas de rueca hasta lejanas regiones".
"En Colombia existe bastantes pesas de ruecas con signos grabados, algunos de los
cuales pueden tomar mucho valor; en la costa peruana, en la región de las antiguas
culturas de Paracas y Nazca, las pesas de rueca grabadas se cuentan por miles, pero
nadie las ha estudiado seriamente. En Santiago del Estero también las hay por
miles, y una easualidad ha permitido ver en ellas signos alfabéticos y leer algunas
palabras ... Pero desde ya y por nuestra parte, deeirnos que no nos extrañaría quc
en las principales lenguas de cultura de la América indígena existan doeenas, sino
cientos, de palabras procedentes de las antiguas lenguas semítieas, y también de otras
del Mediterráneo oriental antiguo" 16.
Con la Huaca la Luz (Chacra Ríos, Lima) el Seminario de Arqueología de
la P. U. C. excavó todo un taller textil donde se trabajó desde la materia
prima hasta la elaboración del tejido. Se trataba de un centro de producción
especializado y probablemente su personal seria una etnia de tejedores. Tu-
vieron un sistema de distribución del trabajo y llevaron una estadística de
producción, a modo de unidad de computación, en base a conjuntos que lue-
go contabilizaron en quipus. El funcionamiento de este control estadístico
se basaría en conjuntos de símbolos. Estos símbolos aparecen en tejidos y
otros elementos. Los piruros y pushkas (implementos del hilado) tienen
símbolos incisos y pintados, predominan los de carácter geométrico pero tam-
15. Engel, Fréderic. Paracas '" Lima, 1966. p. 117.
16. Ibarra Grasso, Dick. Argentina indígena. Buenos Aires, 1967. p. 490.
56
FENIX
hién los hay antropomorfos y zoomorfos. Entre los piruros encontrados hay
ocho grupos o conjuntos diferentes, esto hace pensar que cada conjunto repre-
senta un número de tejedores. Lo mismo con los pushkas: tres conjuntos dife-
rentes con la misma utilidad. Pudo darse el caso que una combinación de-
terminada de píruro y pushka tuviera varios significados incluyendo la como
binación de colores. También pudieron incidir en la elaboración del produc-
to: calidad, grosor de hilo, etc., quizás muestrarios con motivos de teji-
dos, etc. Se ha encontrado muchas piedras grabadas en la costa sur del Perú,
especialmente en el valle de Ica . Alejandro Pezzia hace una referencia a ellas
en su estudio arqueológico de Ica 17.
Durante los trabajos que realizaron en Ica Uhle, Tello, Kroeber, Strong, Rowc
y otros arqueólogos, no aparecieron piedras grabadas y recién se tuvo noticias
de ellas por las ventas que hacían los huaqueros. Esto dio origen a que se
pensara que estas piedras no eran auténticas sino simple ingenio de los hua-
queros para hacer negocio, incluso se dijo que los instrumentos que se neceo
sitahan para grabar los motivos no fueron conocidos por los antiguos y que
tampoco los diseños correspondían a las culturas de la región.
El Arquitecto Santiago Agurto Calvo, posee una importante colección de pie.
dras grabadas, y se interesó por averiguar el verdadero origen de ellas. Hca-
Iizó una investigación en la Facultad de Minas de la UNI y comprobó la
antigüedad de las piedras; eran andesitas fuertemente carbonizadas, material
típico de la zona proveniente de flujo volcánico del mesozoico. Por otro lado,
este material pudo haber sido trabajado con cualquier objeto duro (hueso,
concha, ohsidiana, etc.}.
En cuanto a la forma, se trata generalmente de cantos rodados de tamaño va-
riable, desde 3 x 2.5 Y 1.5 cm. hasta 40 cm. como máximo entre las cono-
cidas. Los motivos se han realizado por incisiones o rebajando la superficie
que rodea a los diseños, en algunos casos se ha aprovechado la forma escul-
tórica natural del canto rodado. La decoración consiste en un solo motivo y
por una sola cara. Algunos son realistas y sencillos, otros alcanzan gran com-
plicación. Los estilos de los diseños hallados hasta el momento son de las
culturas Paracas, Nazca, Tiahuanaco, Ica e Inca.
Prosiguiendo con sus investigaciones Agurto Calvo halló una piedra labrada
en una tumba "en el sector de Torna Luz de la Hda. Callango del Valle de Ica
el 20 de agosto de 1966. Correspondiente a la cultura Tiahuanaco Coste-
ño" 18. Después de un tiempo, Santiago Agurto y Alejandro Pezzia realizan
excavaciones en un yacimiento de Cerro Uhle, en la Hda. Ocucaje, en donde
aparece por primera vez un piedra grabada Paracas.
Según la describe el Dr. Pezzia, se trata de un canto rodado de forma acha-
tada y algo irregular con 7 x 6 x 2 cm., de color gris achocolatado y textura
semirrugosa. El diseño que aparece en una de sus caras, parece un motivo
estrellado y casi simétrico que podría ser la estilización de una flor. Acerca
17. Pezzia Assereto, Alejandro. lea y el Perú precolombino '" lea, 1968.
18. Oh. eit. p. 96.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS
57
de la técnica empleada para su ejecución dice Pezzia que posiblemente fue
realizada mediante un buril que "dibujó el diseño con incisiones de distinto
grosor y profundidad .,. Las evidencias asociadas con la piedra correspon·
den al estilo Paracas - Cavernas de Ocucaje y su edad puede estimarse
en 2,300 años" 19. La ubicación que tuvo esta piedra dentro de la tumba fue:
"en la sección anterior-inferior y a 15 cm. de la tela del fardo funerario" 20.
La segunda piedra grabada a que hace referencia el Dr. Pezzia, fue hallada en
una tumba excavada en la Hda, Torna Luz de Callango, valle de Ica. La
piedra se halló "en la sección anterior de la momia y a nivel de la región
pectoral, en dirección este-oeste ... " 21.
Se trata de un canto rodado del tipo andesita carbonizada, de forma elípti-
ca y chata, con el diseño de un pescado grabado sobre una de sus caras. La
piedra es negra con manchas marrones; mide 65 mm. de largo, 45 mm. de
ancho y 20 mm. de grosor. Estaba en posición horizontal (la cara grabada
hacia arriba), cerca a los hombros de la momia. Las aletas del pescado están
formadas por líneas paralelas.
Entre las piezas obtenidas en el valle de lca (conservadas actualmente en el
Museo Regional) nos habla Pezzia de una piedra andesita negra de forma
elíptica que tiene grabado en una de sus caras un diseño realista: una llama.
La piedra es bastante plana, con 66 mm. de diámetro mayor, 45 mm. de diá-
metro menor y 16 mm. de espesor. Estaba situada en posición horizontal, so-
bre el cráneo de un niño.
Estas piedras pintadas nos llevan inmediatamente a una asociación con las
llamadas "tejas peruanas".
Aún no está definitivamente determinada la utilidad de este sistema; hasta
hace poco tiempo se consideraba que tuvo fines aritméticos aunque podría
ser un sistema de escritura jeroglífica.
Edmundo Escomel, que en el Congreso Internacional de Americanistas rea-
lizado en La Plata en 1932 presentó un pequeño estudio que tituló "Tejas
peruanas precolombinas destinadas a fines aritméticos" 22 hace referencia a es-
te elementos dándole el sentido antes mencionado. Escomel describe en la
forma siguiente:
"En excavaciones hechas en tumhas prehistóricas de la ciudad de Chuquibamba y
del valle de Majes, en el departamento de Arequipa, se han hallado cerámicas y
artefactos muy diferentes de los que existen en los necroterios precolombinos de esta
última ciudad. .. Estas tejas, que hasta su obtención no las había visto en ningún
otro museo, y habria dudado de su existencia por creer, como generalmente se ad-
mitía, que los aborígenes del Perú precolombino sólo se servían de los 'quipus' ...
estas tejas, digo, se encuentran en el interior de las tumbas (> huacas al lado de los
19. Ob. cit. p. 97
20 . Ob , cito p. 97.
21. Ob. cito p. 213.
22. Eseomel, Edmundo. Tejas peruanas precolombinas .,. Buenos Aires, 1934.
58
FENIX
esqueletos humanos, y de los ceramios que con alimentos o bebidas eran enterrados
con aquellos".
Prosigue Escomel: Las tejas, en su mayoría, están acondicionadas en parejas
unidas cara a cara en sus partes pintadas, entre las cuales algunas veces, se
encuentran laminitas de oro puro. .. envueltas en hojas vegetales y atadas
con fibras, las que parecían ser de la planta llamada "Aehira" (Cana),
"Sus bordes son, a veces, cortantes, otras son obtusos. Hay tejas que han
sido desprendidas de la superficie de cantos rodados; otras sacadas de piedras
endurecidas en estratificación; otras, por fin, hechas de arcilla del mismo
material con que construían los ceramios".
"Están pintadas, unas con rojo, otras con blanco o amarillo, sobre el fondo
de la misma piedra; otras veces el fondo está pintado de blanco. . . ", "Las
tejas miden entre 2 y 22 centímetros de largo. .. por 2.6 Y aún 10 cm. de
ancho" 23.
Las tejas halladas en las tumbas, "¿eran testamentos o inventarios de los bie-
nes que poseía el difunto en el momento de morir'? .. " 24.
Entre las tejas que describe también hay algunas con motivos antropomor-
fos y zoomorfos. Los motivos principales de ellas son las rayas en diferentes
representaciones.' En algunas tejas se presentan paralelas horizontalmente, en
otras paralelas verticalmente. También las hay con formas de estrella o flor
en abstracción. Otras presentan franjas gruesas que han combinado con espa·
cios sin rayas. Destacan también las que tienen cuadros distribuídos como
dameros; las hay punteadas; una con dos filas horizontales de ondas; con
franjas en semi-círculo que dan la impresión de un eco; y, por último, una
que no presenta ningún motivo.
¿Serían semejantes, tal vez, los motivos de los bastones de los que hablan los
cronistas? El Dr. Ibarra Grasso hahla de una "escritura jeroglífica andina",
la cual no ha sido difícil encontrar, pues hasta hoy en día son miles los in-
dígenas que la usan.
De esta escritura utilizada actualmente consiguió textos escritos en papel,
cuero, en arcilla y en piedra. Incluso, los mismos indígenas que le vendieron
los textos leyeron los escritos traduciendo los signos. Sobre hallazgos seme-
jantes pero de época anterior nos dice que hasta el momento no se ha en-
contrado más que una tablilla de piedra que contiene once signos grabados
y que le parece sea precolombina. La escritura en sí, sería sobreviviente
de tiempos antiguos, muy anteriores al imperio incaico. Actualmente es uti-
lizado este sistema, casi exclusivamente para escribir oraciones católicas" 23.
Menciona también los escritos en cuero (que hoy en día han sido sustituí-
dos casi totalmente por el papel). Los signos se trazan con el juego de una
23. Ob. cit. p. 45·46.
24. Oh. cit. p. 50.
25 . Ibarra Grasso, Dick. Ob. cit . p. 482 .
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS 59
solanácea que en aymara es llamada ñuñumaya y al secarse toma un tono
oscuro como si el cuero se hubiera quemado. De los escritos en piedra dice
haber encontrado uno solo antigüo y con grabados. El elemento que sirve
para inscribir los signos es cualquier clase de palito 26
Ibarra sostiene que el origen de esta escritura está relacionado con los otros
jeroglíficos primitivos (como los de los pieles rojas, los primitivos de Mé·
xico, los cunas, etc.}, que es un derivado directo de una forma jeroglífica
más desarrollada en su origen; el sistema llamado "Disco de Festo", que
se utilizó alrededor de 1700 años a. C. y que luego empobreció, habiendo
llegado a América por la vía oceánica. Supone que el lugar de origen es el
Mediterráneo antigüo.
Esta teoría deja de ser probable si tenemos en cuenta que de haber sido así
también pudieron llegar otros sistemas más desarrollados de escritura, que
ya existían en ese continente. En el Perú, por lo menos hasta el momento,
las más antiguas piedras grabadas conocidas son las de Paracas cavernas
(500-300 a. C.). Estas por otro lado no coinciden enteramente con el sistema
mediterraneo oriental o el americano del que habla Ibarra , De este modo
podrían, estas primeras piedras grabadas, demostrar una propia evolución
en el sistema americano.
Dejando esto de lado, pensamos si la escritura que describe Ibarra no sería
la que el Inca Pachacútec prohibió mandando matar a todos aquellos que
la sabían, según referencias antes mencionadas (Montesinos), ya que pare·
ce que se desarrolló algún tiempo antes del incanato, y que luego desapa.
reció para volver a ser utilizada. Esto lo demostraría el hallazgo y estudios
hechos por el Dr. Ibarra cuando describe un disco de arcilla que encontró
en el Museo Arqueológico Municipal de Oruro. Es un disco de arcilla mez-
clada con paja, de sesenta ems. de diámetro y unos siete ems, de espesor.
Tenía cerca de cuatrocientas incrustaciones de piedras, trozos de cerámica,
huesos, trozos de vidrio y otros elementos que estaban dispuestos en espiral
desde el centro hacia afuera. Algunos trozos,especialmente los de cerámica,
tenían grabados diferentes motivos, como: líneas, rombos, cruces, etc. Se-
gún se pudo comprobar, ese disco fue llevado al Museo desde el pueblo de
Puqui en Oruro. Los escritos están en lengua aymara y se trata exclusiva-
mente de rezos católicos. Ibarra los considera como escritura directamente
de tipo jeroglífico y hay algunos signos fonéticos que ha podido traducir 27.
Hace referencia al Padre Acosta en una cita que recordó inmediatamente al
ver por primera vez el disco:
"Fuera de estos quipus de hilo tienen otros de pedrezuela, por donde puntualmente
aprenden las palabras que quieren tomar de memoria; y es cosa de ver a viejos ya
caducos con una rueda hecha de pedrezuelas aprender el Padre Nuestro, y con otra
el Ave María, y con otra el Credo, y saber cuál piedra es: que fue concebido de
Espíritu Santo, y cuál: que padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, y no hay más
que verlos enmendar cuando yerran, y toda la enmienda consiste en mirar sus
26. Ob. cit. p. 483·484.
27. Ob. cit. p. 485·486.
60
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pedrezuelas, que a mí, para hacerme olvidar cuanto sé dc coro, me bastaría una
rueda de aquéllas. De éstas suele haber no pocas en los cementerios de las Iglesias
para este efecto" 28.
Garcilaso también refiere sobre esta escritura, con piezas sueltas, para una
época algo posterior a la conquista.
"Los muchachos indios, para tomar de memoria los dichos que han de decir, que
se los dan por escrito, se van a los españoles, que saben leer, seglares, o sacerdotes,
aunque sean de los más principales, y les suplican, que les lean cuatro a cinco
veces el primer renglón, hasta que lo toman de memoria; y porque no se les vaya
della, aunque son tenaces, repiten muchas muchas veces cada palabra, señalándola
con una piedrecita, o con un grano de una semilla de diversos colores, que allá hay,
del tamaño de garbanzos, que llamasen chuy, y por aquellas señales se acuerdan de
las palabras, y de esta manera van tomando sus dichos de memoria con facilidad, y
brevedad, por la mucha diligencia, y cuidado, que en ello ponen" 29.
De acuerdo a lo expuesto respecto a las tablas de arcilla con piezas de eerámi-
ca y otros materiales pegados o también el empleo de estas piezas solas, se
trata de una escritura jeroglífica pictograma-ideograma y además, en muchos
casos fonética.
Acerca de las tejas peruanas descritas por Eseomel, quien les atribuye un
sentido totalmente numérico, Ibarra agrega su propia interpretación, en bao
se a estudios realizados con escritura de épocas posteriores. Sobre las piezas
que en la tabla de símbolos aparecen con el N'? 26 Y que son trozos de eerá-
mica recortada dice: "presentan formas cuadriculadas o de damero, que en
la escritura actual pintada se usan con el significado de campos de cultivo".
Otras son "trozos de cerámica o piedrezuelas pintadas, (con) otros signos cu-
yo significado se nos escapa". Y "vemos unos discos de arcilla que en la
escritura pintada en papel actual representan la Tierra". Otras "una serie
de trozos de cerámica recortados en forma oval, con líneas que representan
numerales" SQ.
Otro elemento asociable a estos sistemas es el contador, se trata de un instru-
mento de piedra con casilleros. Según Zanabria, el juego de casilleros y de
piedras de colores significaría unidades, decenas, centenas y millares, cambia-
bles en los depósitos del casillero, o sea, se acumulan conjuntos representa-
dos por piedrecitas de colores. Estos casilleros serían para contabilidades sim-
ples, pero en el caso de contabilidades complejas a nivel de un pueblo com-
pleto o a nivel del imperio necesitarían un contador complejo, sería quizás
para este uso la conocida piedra de Saywite, unos opinan que es un plano uro
bano, otros que un contador. Josefina Ramos, hace una observación que po·
dría aclarar el significado: El poste o plao fue usado en la costa para el con-
trol astrológico y en Cuzco se le reemplazó por la Saywa o poste de piedra
o barro; la piedra de saywite, podría relacionarse con las saywas. Y teniendo
28. Aeosta, José de. Ob. cito Cap. VIII.
29. Garcilaso de la Vega. Oh. cit.
SO. lbarra Grasso, Dic. Oh. cit. p. 488.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS 61
funciones de maqueta facilitaría la contabilidad por barrios y se lograría
simplificar el registro para poder trasladarlo a quipus 31
:.l. Bastones pintados, Tablones, Tapices.
Parece ser que desde la fundación del Imperio, se utilizó, simbolizando su
continuidad, la recepción del bastón con signos. La escritura incaica se here-
daría directamente del Tiahuanacoide y de las regiones del Collao.
El cronista Juan Santa Cruz Pachacuti dice que" ... el dios Tunapa Huiraco-
cha, hostilizado en el Collao y en la provincia de Callahuas, fue maestro de
Aputampu, el curaca de Pacaritamho, a quien dejó al partir el sagrado bá-
culo (TAUNA) con letras misteriosas, y los vasos de oro; y que Manco Ca-
pac y sus hermanos los Ayar fueron descendientes y herederos de Aputam-
pu" 32.
El cronista José de Acosta coincide con la procedencia de Manco Capac: "Y
así tienen por opinión que los Tampus son el linaje más antigüo de los hom-
bres. De aquí dicen procedió Manco Cápac, al cual reconocen por el funda-
dor y cabeza de los Incas" 33.
La escritura estaría en manos de curacas, maestros y nobles, según deduci-
mos de estas citas; forman un linaje muy elevado y es de ese centro de sabi-
duría y educación de donde salen las primeras dinastías. Este sagrado báculo
con letras misteriosas es quizás la vara que según la leyenda utilizó Manco
Cápac para fundar el Imperio. No es un hecho que haya existido la vara,
pero al hablar de letras misteriosas, es muy posible que se refiera a la existen-
cia de estos signos de escritura.
Los orejones, que pertenecían a la nobleza, también se atribuyeron el haber
salido de esa dinastía ". .. a diferencia de éstos (los hualias ) los Antasayaj
eran orejones de la nación de los Tampus. Pretendían como ellos haber sa-
lido de Pacaritambo de la cueva de Sútij-tojo" 34.
Con la escritura debió suceder el mismo fenómeno que con la lengua. Dado
que existió un lenguaje especial para los cortesanos, si la escritura estuvo en
manos de éstos, es posible que los signos fueran en base a esa lengua cortesana.
¿Cuál sería esa lengua? Riva-Agüero, comentando al Padre Coho, dice lo si-
guiente: "- reduplica el Padre Bernabé Cobo el testimonio del príncipe Tu-
paj Atau, el cual declaró que la lengua cortesana de los Incas no era sino el
dialecto quechua regional de Pacaritambo" :l5
No hay pruebas suficientes que comprueben la existencia de los bastones, pe-
ro cabe la posibilidad de que hayan sido destruídos por parte de los exter-
31. Ramos de Cox, Josefina y Cogorno de González del Río, Gilda. "De las Coordenadas
- hora a los quipus ... " En: Cuadernos de Arqueología Andina. Lima, 1976.
p. 13.
32. Santa Cruz Pachacuti, Juan. Historia de los incas. Lima, 1927.
33. Acosta, José de Oh. cit. Lib. 1, cap. 25.
34. Riva Agüero, José de la. Estudios de historia peruana. T. V. Lima, 1966. p. 233.
35. Oh. cit. p. 230.
62
FENIX
minadores de idolatrías o por parte de los mismos indios que no quisieron que
estos objetos cayeran en manos de los conquistadores, como sucedió con mu-
chas cosas, especialmente en los templos, que según hay noticias, los mismos
indios se adelantaron a destruir o de lo contrario las escondieron en lugares
estratégicos.
Sobre esto sólo tenemos noticias por parte de los cronistas. Hay varias refe-
rencias que así lo confirman incluyendo las del Virrey Toledo. Según el cro-
nista Sarmiento de Gamboa, hablando del Inca Yupanqui dice que reunió en
el Cuzco a los historiadores de todas las provincias del Imperio.
"examinándolos sobre las antigüedades, origen y cosas notables del pasado de estos
reinos. .. y después que tuvo bien averiguado todo lo más notable de las antigüeda-
des de sus historias hízolo todo pintar por su orden en tablones grandes y dispuso
en las casas del Sol una gran sala donde las tales tablas que guarnecidas de oro
estaban, estuviesen como nuestras librerías y constituyó doctores que supiesen en-
tenderlas y declararlas. Y no podían entrar donde estas tablas estaban sino el Inga
o los historiadores sin expresa licencia del Inca" 36.
V. de la Jara, sugiere que lo anotado en estos tablones pudo ir pasando a las
narraciones hechas en los Kero-Textos.
Si comprobáramos la certeza de las declaraciones de este cronista, podríamos
considerar que esta Casa del Sol en la cual se guardaron los tablones pintados
sería la primera Biblioteca que existió en el Perú.
También refiere Sarmiento de Gamboa que los visitadores de Pachacútec lle-
varon al Cuzco "en unas mantas descritas las provincias que habían visita-
do" 37, Esta casa del Sol donde se habla que fueron guardados los tablones pa-
rece que fue el Puquin-Cancha. Cristóbal de Molina dice:
"Y para entender donde tuvieron origen sus idolatrías, porque es así que estos no
usaron de escritura y tenían una casa del Sol llamada Puquin-Cancha que es junto
al Cuzco, la vida de cada uno de los Incas y de las tierras que conquistó y qué
origen tuvieron; y entre las dichas pinturas tenían así mismo pintadas la fábula
siguiente ... " 38.
Añade Melina, sobre el Puquin-Cancha:
"A los veinte y tres días del dicho mes llevaban la estatua del Sol llamada Huayna
Punchau a las casas del Sol llamado Puquin que habrá tres tiros de arcabuz poco
más del Cuzco. Está en un ccrrillo alto y allí sacrificaban y hacían sacrificios al
Hacedor, Sol, Trueno y Luna, por todas las naciones para que multiplicase las gen-
tes y todas las casas fueron prósperas" ;)9.
Bernabé Cobo al hablar de las huacas del Cuzco, menciona también la de
36. Sarmiento de Gamboa, Pedro. Historia indica. Madrid. 1960.
37. Ob. cit.
38. Molina, Cristóbal de. Fábulas y ritos de los indios. Lima, 1916.
39. Ob. cit.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS
63
Puquin, la sitúa en el camino de Contisuyo, dentro de un grupo de cuatro
huacas. La primera es la de Pilcopuquio en la huerta de Santo Domingo. La
segunda: "Era una Casa del Sol que estaba encima de Cayocoche ... " La
tercera se llamaba Cancha, era la cerca que rodeaba la casa de Puquin. "La
cuarta huaca es un cerro llamado Viracochaurco, que está encima de Pu-
quin ... " 40. Recordamos inmediatamente la teoría de J. Ramos que las
coordenadas - hora, eran fijadas en los templos - observatorios con amarres
a palos o postes, columnas o saywas y ésto les facilitaría aplicarlas a las
pampas - observatorios multiplicando las dimensiones que guardaba dentro
de los templos. Habían sacerdotes especializados que señalaban los campos
con piedras o wancas y las líneas se convierten en grandes senderos, Ila-
mando la atención como grandes calendarios que se observan a lo largo de la
costa peruana. Las coordenadas hora - noche serían la prolongación o re-
flejo de las diurnas, habían enumerado los sacerdotes astrónomos las gran·
des figuras geométricas o naturalistas como Pampas de Nazca-Palpa estu-
diados por M. Reiche 41.
Cobo también habla de "los memoriales de sus quipus y pinturas", refirién-
dose a los quipucamayocs que informaron a Polo de Ondegardo en 1559 J2.
En las informaciones del Virrey Toledo, dos descendientes de Incas que fue-
ron Diego Cayo y Alonso Tito Atauche dicen, "que ellos vieron una tabla
y quipus donde estaban sentadas las edades que hubieron los dichos Pacha-
cútec Inca y Topa Inca Yupanqui su hijo y Guayna Capac, hijo del dicho
Topa Inca y que por la dicha tabla y quipu vieron que vivió Pachacútec Inca
Yupanqui cien años y Tupa Inca Yupanqui hasta cincuenta y ocho o sesen-
ta años; Guayna Capac, hasta sesenta años" J3.
Menciona el Virrey Toledo varias veces, en cartas enviadas al Rey de Es·
pafia "paños de pintura". Sarmiento de Gamboa, dio lectura de su crónica
a los nobles para que certificaran su verdad, éstos dijeron que habían escu-
chado a sus padres y pasados decir, "que Pachacútec Inca Yupanqui noveno
inca había averiguado la historia de los otros incas que habían sido antes
del y pintandolo en unos tablones, de donde también lo habían aprendido
los dichos sus padres y pasados y dichoselo a ellos" 44.
Según se puede concluir de estas declaraciones, los tablones pintados esta-
ban asociados a los quipus históricos.
Referencias a los bastones o palos pintados, nos da también el Padre de las
Casas. Dice que "los chasquis o postas llevaban en la mano cierto palo, de
un palmo o palmo y medio con ciertas señales como entre nosotros se usa,
que da crédito al que trae las armas o sello del Rey" 4"
40. Cobo, Bernabé. Historia del Nuevo mundo. Madrid, 1956.
41. Ramos de Cox, Josefina ... Ob. cit.
42. Cobo, Bernabé. Ob. cit.
43. Toledo, Francisco de. Informaciones ... Lima, 1920.
44 . Sarmiento de Gamboa, Pedro. Ob. cit.
45. Casas, Bartolomé de las. Historia de las Indias. México, 1951.
64
FENIX
El cronista Santa Cruz Pachacuti habla en diferentes circunstancias de "Ii-
bros", y de "palos pintados". Cuando refiere la leyenda de Viracocha dice
que "entregó a Apotampo un palo de su bordón donde estaban los razona-
mientos que les predicaba, señalándoles y rayándoles cada capítulo de las
razones". Más adelante dice que Tonapa "traía camisa larga y manta y Ii-
bro" y después agrega que "un visitador general de las tierras y pastos dan-
do su comisión en rayas de palo pintado" 46.
Cabello Balboa, cuando habla de la muerte de Huayna Cápac, dice que "hizo
su testamento según la costumbre de los Incas que consistía en tomar un Iar-
go bastón, o especie de cayado y dibujar en él rayas de diversos colores por
las que se tenía conocimiento de sus últimas disposiciones. Se lo confirmó
enseguida el quipucamayuc o notario" 47.
Sarmiento de Gamboa dice que Huayna Capac fue sepultado en el Cuzco
"por la orden que al punto de la muerte mandó, señalándolo en un bácu-
lo" 48. El sistema de bastones pudo tener un sentido de autoridad pero, a su vez,
lo podemos asociar con los quipus, quizás los tablones sirvieron para fijar
ideas históricas y los bastones para disposiciones de gobierno que se como
pilarían también en los Quipus. Podrían ser una variante de las saywas y
postes costeños para control astral.
4,. Escritura en pallares: Paracas, Nazca y Mochica.
Consiste esta escritura, en la representación de signos en el fruto del pallar.
Los signos que aparecen son de variadas formas, predominando las rayas pa-
ralelas, algunos escalones y zig-zags, círculos pequeños o puntos y otros mo-
tivos.
Uno de los primeros en comentar este sistema de escritura fue Rafael Larco
Hoyle quien, entre los años 1938-44, analizó las figuras de la cultura Mo-
chica. En el estudio que hace de su cerámica, encuentra la repetición freo
cuente de pallares pintados o incisos con signos que parecían ser ideográficos.
Interpreta estos signos como caracteres alfabéticos que forman parte de un
sistema de escritura.
Observó Larco, que éstos constaban especialmente de líneas rectas, quebradas,
rayas, círculos, y sostuvo que podrían representar recuerdos o mensajes o ci-
fras de un lenguaje alfabético conocido especialmente por los sacerdotes. Sos-
tiene que este sistema de escritura tiene un origen común con el sistema grá-
fico maya.
Estos signos los encontró no sólo en los huacos pictóricos mochica sino tam-
bién en los escultóricos. En ellos aparecen representaciones de chasquis o
mensajeros que llevan pallares y siempre están rodeados de otras represen-
46. Santa Cruz Pachacuti, Juan. Ob. cito
47 . Cabello Balboa.
48 . Sarmiento de Gamboa. Ob . cit.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS
65
taciones también de pallares, además encontró en los huacos de la regiOn,
bolsas de mensajeros conteniendo pallares, un punzón de cuarzo que sería el
instrumento para hacer las incisiones y un polvo blanco para hacer más lcgi-
bles las inscripciones 49.
El estudio de Larco fue motivo de muchas pOSICiOnes y objeciones, pues se
dijo que los indios del antigüo Perú tenían muchos juegos y ceremonias de
carácter mágico en los cuales empleaban pallares de diversos colores.
Según Garcilaso, existía un juego llamado "apaitalla"; el cual consistía en
lanzar frijoles a cierta distancia. Bernabé Cobo señala dos juegos comunes que
eran el "túncara" y el "tacamaeo", con frijoles coloreados como si fueran da-
dos. Raúl Porras ante esto sostiene que:
"aunque las inscripciones de los pallarcs o frijoles tuviesen únicamente el valor de
unas barajas o fichas de juego, estarían ya en el camino de las convenciones sim-
bólicas, que conducen a la escritura y es muy cierto que en la cerámica costeña de
Mochicas y Nazcas hay el más vasto sistema de pictografías de América precolom-
bina meridional, con múltiples signos convencionales o ideogramas, que colocan a
estos pueblos en el umbral de la escritura" 50.
En un estudio realizado por Victoria de la Jara, sobre la escritura en palla-
res Mochica, reproduce los signos publicados por Rafael Larco.
Algunos signos los compara con los que encuentra en su investigación en
Paracas y Nazca. Dice que esto no significa que haya habido "comunidad
cultural", entre la civilización Mochica, situada al Norte del Perú, y las
civilizaciones del Sur; cree en la posibilidad de dos escrituras utilizadas si-
multáneamente 51. En Paracas Necrópolis se encuentra la escritura en pa-
llares sobre telas.
Sostiene Victoria de la Jara:
"El testimonio de las telas de Paracas me parece importante porque invalida categó-
ricamente la opinión según la cual no posee ni textos ni inscripciones. Los símbo-
los se repiten seguidos, pero en encuadres y colores diferentes. La escritura Paracas
es combinada de una orientación numérica a base de veinte que consiste ella tam-
bién en 'signos palIar' marcados de puntos" 52.
En sus estudios sobre telas encuentra una gran variedad de signos diferen-
tes que pertenecen a todas las categorías de "signos pallar". Reconoce dos
tipos de signos pallar: signos de la escritura propiamente y cifras hasta el
número veinte. Opina que el uso de telas es el soporte de la escritura en
Paracas.
49. Larco Hoyle, Rafael. Los Mochicas. Lima, 1835. p. 85-124.
50. Porras Barrenechea, Raúl. Fuentes ... Lima, 1963. p. 116.
51. Jara, Victoria de la. Vers le déchiffrement '" París, 1967. p. 241.247.
52. Ob. cit.
66
FENIX
En la cultura Nazca, los "signos paliar" se presentan iguales a los de Pa-
racas, lo vemos en el estudio de Victoria de la Jara, ella dice que es casi
seguro que los heredaron de ellos pues parece que la lengua que hablaban
fue la misma, por lo cual el sistema de escritura debió ser igual. Se encuen-
tran estos signos en las telas y en las vestimentas e insignias, en la misma
forma que los anteriores.
En una vasija pictórica Mochica el asa presenta únicamente motivos de pa
llares dando la impresión de formar un circuito: los de la derecha bajan,
los de la izquierda suben. El cuerpo de la vasija presenta los motivos del
pallar antropomorfizados, es decir, un conjunto de guerreros cuyos cuerpos
tienen forma de pallar ,
También se encuentran representados en cerámica personajes simbólicos en
la tarea de descrifrar los mensajes y ordenarlos convenientemente 53. Estos
personajes ya no son guerreros sino más bien se trata de mensajeros, carac-
terizados entre los Mochicas, por la figura del zorro.
Esta escritura en pallares indudablemente tuvo un sentido muy especial
para los antiguos peruanos, pero lo que aún no se sabe es cuál fue. Rafael
Larco les atribuye un posible significado, cuando observa la existencia, en
diversos lugares de la Costa y Sierra, de una planta llamada Ulluchu cuyo
fruto es comestible y amarillo y tiene una gran semejanza con los pallares.
Sobre esta planta hay una superstición entre los pobladores de Virú y Mo-
che:
"Para coger los bayos es necesario acercarse al árbol con el mayor sigilo y sin pro-
nunciar una sola palabra, de lo contrario, al menor ruido, se tornan amargos y no
es posible comerlos. ¿Representan acaso estas frutas el símbolo de la discreción y
el silencio que debían guardar primordialmente los mensajeros mochicas? Es muy
posible que así sea. .. Los mensajeros también intervinen en el desciframiento de
los recados" 54.
Estos arbustos aparecen en representaciones mochieas; tamhién plantas se·
mejantes pueden observarse entre los paracas y nazcas. Siempre relaciona-
dos con divinidades.
En algunos motivos de telas Paracas, aparecen los signos palIar en diversas
circunstancias: como atributos de los personajes, en el cuerpo de los motivos
zoomorfos y como motivos en el vestuario. Los personajes llevan en las ma-
nos y el tocado representaciones semejantes a las de los mensajeros Mochicas,
que parece sc trataran de la vaina de estos frutos.
Además de los signos pallar aparecen representados en estos motivos otros
signos, como círculos inscritos que salen de la cabeza de uno de ellos y en
otros casos forman parte del cuerpo de las serpientes. Signos escalonados
simples también en el cuerpo de serpientes.
53. Lareo Hoyle, Rafael. Los Mochicas. Lima, 1935. p. 91.
54. os. cit. p. 98.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS 67
En una tela de alpaca Proto-Nazca o Nazca Temprano, es muy interesante la
distribución de los palIares que siguen un sentido diagonal. Presenta una
gran variedad de ellos y cada clase se repite en este sentido diagonal.
5. Los Quipus
Probable sistema de comunicación consistente en cuerdas de colores anuo
dados a distintos niveles, los Quipus desde los primeros tiempos de la con-
quista ha sido motivo de especulación. Los cronistas no dejan de nombrarlo,
ya se refieran a la administración o a la situación cultural del Imperio.
Lo mismo ha sucedido con historiadores, estudiosos y científicos contempo-
ráneos, quienes tratan de hallar el verdadero sentido de los quipus. De esta
manera estamos en condiciones de reunir muchas referencias a ellos, pero
sin encontrar estudios definitivos. Entre ellos tenemos los realizados por
Humboldt, Nadaillac, Squier, Rivero y Tschudi, Wiener, Bastian, Markham,
Sebastián Lorente, Larrahure y Unánue . Estos son estudios efectuados en
el siglo pasado.
Del presente siglo contamos con algunos estudios que están en vías de alcan-
zar conclusiones definitivas sobre este sistema. Entre los más destacados in-
vestigadores de este siglo, tenemos al norteamericano Leland Locke 55 que
está considerado como el que inició los trabajos científicos sobre los quipus.
El sentido que les da Locke a los quipus es estrictamente numeral y de fines
estadísticos. Esta tesis es la que sustentan la mayoría de investigadores.
Cabe destacar, también, entre los que sostienen el sentido estadístico y con-
table de los quipus, a Louis Baudin, afirma que: "Sin ese medio de esta-
dística la administración de un Imperio planificado hubiera sido imposible,
puesto que el mecanismo de los precios no existía"56.
El etnólogo sueco Erland Nordenskioldv", lanza una nueva hipótesis en la
cual sostiene que los quipus son instrumentos mágicos que contienen núme-
ros relacionados con cálculos astronómicos, y que estos quipus mágicos tu-
vieron una particularidad: la adivinación.
También hacen estudios sobre los quipus Tello, Valcárcel, Carrión y Uhlc;
éste último afirma que sólo se les encuentra en los estratos correspondientes
a la civilización incaica'".
Radamés Altieri ha realizado dos interesantes estudios sobre quipus y ha
trabajado sobre el mismo material-"; por el sentido estadístico y de conta-
bilidad.
55. Locke, Leland. The ancient quipu New York, 1923.
56. Bandín, Louis . La vida cotidiana Buenos Aires, 1955. Cap. IIl, p. 118-21.
57. Nordenskiold, Baron Erland. The secret 01 the peruoian quipus. Coteborg, 1925.
58. UhIe, Max. En Porras, Raúl. Fuentes ... Lima, 1963. p. 131.
59. Altieri, Radamés A. Sobre 11 antiguos kipus peruanos. Tucumán, 194,1. p. 177·
211. Ver también, del mismo autor, Sobre un kipu peruano. Tucumán, 1939.
68
FENIX
Raúl Porras Barrenechea en su obra Fuentes Históricas Peruanas üo dedica
un capítulo a los quipus, reuniendo y comentando los principales testimonios
sobre ellos, e incluyendo una referencia sumaria del quipu desde el punto
de vista arqueológico. En las conclusiones hay una que atribuye al quipu
el ser un sistema de contabilidad al mismo tiempo que un recurso mnemo-
técnico que iba en ayuda de la tradición oral. No lo considera escritura
por que no reproduce fonéticamente las palabras.
Contamos también con el magnífico aporte de Carlos Radicati quien, en un
primer trabajo, plantea el problema de las cuerdas anudadas en el Antiguo
Perú y presenta los antecedentes de su estudio y las fuentes a las que se
puede recurrir para resolver este enigma 61, y en un segundo trabajo 62 sos-
tiene la tesis de la existencia de varias clases de quipus y entre ellos los ideo-
gráficos como un perfecto sistema de escritura, e indica que "el quipu es un
sistema ideográfico único en el mundo ... pues en todas partes la escritura
ideográfica se ha manifestado siempre con caracteres dibujados o pintados,
que la acercan más a nuestra escritura o manera de reproducir los signos fo-
néticos" 63.
Más adelante nos ocuparemos con mayor detalle de algunos puntos del es-
tudio científico del quipu realizado por Radicati, teniendo en cuenta que
además de la detallada interpretación que hace el autor, es actualmente uno
de los pocos científicos que realiza estudios en este campo. De la Jara dis-
tingue dos tipos de quipus: "kipu A" o matemático y "kipu B" o código nu-
mérico del sistema gráfico inka 64.
J. Ramos en su estudio citado sugiere un origen para los quipus en los nu-
dos formados al amarrar los postes para registrar las coordenadas -hora.
"Es posible que se haya registrado también en los quipus una referencia
de tiempo: por lo menos las cuatro grandes divisiones del año dadas por sols-
Licios y equinoccios, y que pudieron ser presentadas por determinado color,
mientras que la forma y el tamaño de los nudos llevara el registro de la
cantidad ... sólo hay que enfatizar que tan importante como las coorde-
nadas - hora para el ordenamiento espacio temporal, es el archivamiento
de esta información".
5.1 Descripción de los Quipus
El quipu consta de una cuerda gruesa de la que cuelgan cordeles mas pe-
queños; esta cuerda principal o transversal, es denominada por Radicati
"cuerda madre", Las cuerdas colgantes son más delgadas y salen de la cuero
da principal; el número de ellas es variable en los diferentes quipus.
60. Porras Barrenechea, Raúl. Fuentes '" Lima, 1963. Cap. IV, p. 117·135.
61. Radicati, Carlos. Introducción al estudio de los quipus. Lima, 1951.
62. Radícati, Carlos. La "seriación" como posible clave ... Lima, 1964.
63. Oh. cit. p. 87.
(¡4. Jara, Victoria de la. Introducción al estudio de la escritura de los incas. Lima,
1975. p. 68·69.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS 69
La manera como van sujetas estas cuerdas colgantes a la principal es la
siguiente: en uno de los extremos de las cuerdas colgantes se forma un ojal
(cuando son dobladas sobre sí mismas para ser retorcidas por donde se hace
pasar el extremo opuesto, formándose así un lazo corredizo pOI" el cual pasa
la cuerda principal o cuerda madre, se ajusta bien este lazo, quedando fuer-
temente sujeta la cuerda colgante a la principal; y así sucesivamente se van
añadiendo cada una de las cuerdas colgantes que va llevar el quipu. La dis-
tancia entre cada una de estas cuerdas varía, en unos casos van bastante jun-
tas, en otros algo separadas, y, a veces, cubren solamente una parte de la
cuerda principal.
De las cuerdas colgantes a veces salen otras cuerdas que se denominan auxi-
liares o subsidiarias 65. A su vez, de estas subsidiarias hay casos en que
salen otras auxiliares, con las mismas earacterísticas. El número de ellas
en cada colgante es generalmente de una a tres. El grosor y longitud varían.
Están colocadas a diferentes distancias, algunas arrancan desde muy arriba,
muy pegadas a la cuerda madre, confundiéndose a veces con las colgantes;
en otros casos, salen distantes de la principal, o sea, en las partes bajas de
las colgantes. Estas subsidiarias están unidas con el mismo sistema con que
se unen los colgantes a la transversal.
Una de las características principales de los quipus son los nudos. En casi
todos los quipus que se conocen, estos nudos aparecen preferentemente en
las cuerdas colgantes y subsidiarias. La distribución de los nudos en las cuero
das presenta varias modalidades. Entre las características principales citamos
algunas que distingue el Dr. Radicati 66.
a) Los nudos no aparecen en todas las cuerdas colgantes; esta carencia ocu-
rre a veces en series o grupos completos.
b) Todas las cuerdas subsidiarias llevan nudos.
c) Muchas de las subsidiarias lo son de cuerdas colgantes sin nudos.
Hay también varias clases de nudos: nudo simple, nudo flamenco (llamados
así por Nordeskioóld; nudo en ocho por Radicati o nudo doble por Altieri )
nudo compuesto (por Radicati).
Los nudos simples se presentan solos o en grupos que llegan hasta los nuc-
ve nudos; igualmente sucede con los compuestos. Las distancias entre los
nudos de una misma cuerda mantienen cierto orden. Siempre van los nu-
dos simples en la parte superior de la cuerda, y bajo o a continuación van
los compuestos y flamencos. No siempre aparecen las tres clases de nudos
en cada cuerda, pueden ir alternados unos y otros.
Otro aspecto muy importante en los quipus son los colores. A veces hay
combinación de colores diferentes, tanto en la cuerda transversal como en
las subsidiarias. Hay también quipus que presentan un solo color.
65. Radicati, Carlos. Oh. cit. p. 13.
66. Ob. cit. p. 14
70
FENIX
Radicati encontró en un conjunto de quipus que hay cuerdas de uno, dos
y hasta tres colores. La gama de colores no es muy variada; hay varios too
nos de marrón, azul, verde y rojo. La combinación de colores se presenta
en algunos casos desde el trenzado de las cuerdas, apareciendo cada uno de
los hilos de un color diferente; en otros casos, cada mitad de una cuerda
es de un color distinto.
En las referencias que hacen los cronistas describiendo los quipus encontra-
mos algunas que coinciden con los actuales estudios científicos al respecto.
Entre ellos tenemos la que hace Garcilaso de la Vega:
"Contaban por hilos y nudos; había gran fidelidad en los contadores. Quipu quiere
decir anudar y nudo, y también se toma por la cuenta, porque los nudos la daban
de toda cosa. Hacían los indios, hilos de diversos colores: unos eran de un color
solo, otros de dos colores, otros de ters y otros de más, porque los colores simples
y los arreglados, todos tenian su significación de por sí; los hilos eran muy torci-
dos, de tres o cuatro liñuelos y gruesos como un huso de hierro y largos de a
tres cuartos de vara, los cuales ensartaban cn otro hilo por su orden a la larga, a
manera de rapacejos. Por los colores sacaban lo que contenía en aquel tal hilo, co-
mo el oro por el amarillo y la plata por el blanco, y por el colorado la gente de
guerra. Las cosas que no tenían colores iban puestos por su orden, empezando de
los de más calidad y procediendo hasta las de menos, cada cosa en su género como
en las nueces y legumbres. Pongamos por comparación las de España: primero el
trigo, luego la cebada, luego el garbanzo, haba, mijo, etc. Y así también cuando
daban cuenta de las armas; primero ponían las que tenían por más nobles como
lanzas, y luego dardos, arcos y flechas, porras y hachas, hondas y las demás armas
que tenían. Y hablando de los vasallos, daban cuenta de los vecinos de cada pueblo,
y luego en junto los de cada provincia: en el primer hilo ponían los viejos de se-
senta años arriba; en el segundo los hombres maduros de cincuenta arriba y el
tercero contenía los de cuarenta, y así de diez a diez años, hasta los niños de teta.
Por el mismo mismo orden contaban las mujeres por las edades.
Algunos destos hilos tenían ot1'OS hilitos delgados del mismo color como hijuelas o
ecepciones de aquellas reglas generales, como digamos en el hilo de los hombres
o mujeres de tal edad que se entendían ser casados, los hilitos significaban el nú-
mero de viudos y viudas que de aquella edad había aquel año, porque estas cuen-
tas eran anuales y no daban razón más que de un año sólo.
Los nudos se daban por su orden de unidad, decena, centena, millar, decena de mi-
llar y pocas veces o nunca pasaban a la centena de millar; porque como cada pue-
hlo tenía su cuenta de por sí y cada metrópoli la de su disu-ito, nunca llegaba el
número destos Ü' de aquellos a tanta cantidad que pasase al centenal' de millar, que
en los número que hay de allí abajo, tenían harto. Mas si se ofreciera haber de
contar por el número centena de millar, también lo contaron; porque en su lengua-
je pueden dar todos los números del guarismo como él los tiene, más porque no
había por qué usar de los números mayores, no pasaban de decena dcl millar. Es·
tos números contaban con nudos dados en aquellos hilos, cada número dividido del
otro; empero, los nudos de cada número estaban dados todos juntos, debajo de una
vuelta, a manera de 10's nudos que se dan en el cordón dcl bienaventurado patriarca
San Francisco, y podían hacer bien porque nunca pasaban de uueve, como no pasan
de nueve las unidades y docenas, etc.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS
71
En lo más alto de los hilos ponían el número mayor, que era el decena de millar,
y más abajo el millar, y así hasta la unídad. Los nudos de cada número y cada hílo
iban parejos unos con otros, ni más ni menos que los pone un buen contador para
hacer una suma grande" 67.
5 . 2 Clases de Quípus
Basándose en las narraciones de cronistas, los investigadores contemporáneos
han establecido las clases de quipus que existieron, aun cuando hay diver-
gencias entre ellos. Según estas referencias, entre las clases de quipus que
existieron tendríamos los siguientes: Demográficos, estadísticos o de contabi-
lidad, históricos, legislativos, partes de batalla, administrativos, imperiales.
calendarios, astrológicos, etc.
Los quipus demográficos eran aquellos que utilizaban para realizar censos
de población dentro del Imperio y con las tribus que iban conquistando. Te-
nían un método especial para hacerlo y era el orden que seguían para compi-
lar los datos: los hombres eran los primeros, después venían las mujeres y
por último los niños. También contaban los que se encontraban físicamente
capaces, los enfermos, los viudos fallecimientos, movimientos, etc. 68.
Raúl Porras Barrenechea, 61) recopila el testimonio de cronistas entre los cua-
les encontramos las definiciones de las diferentes clases de quipus , Así, ci-
tando a Cieza de León, en El Señorío de los Incas, recalca la diferencia que
hace este cronista entre los quipus de contabilidad o estadísticos y los histó-
ricos. Refiriéndose en primer término a los quipus estadísticos nos dice:
"En cada cabeza de provincia había contadores a quien llamaban Quipos-camayos y
por estos nudos tenían la cuenta y razón de lo que habían de tributar los questaban
en aquel distrito, desde la plata, oro, ropa y ganado, hasta la leña y las otras cosas
más menudas, y por los mismos quipos se daba a cabo de un año .o de diez o de
veinte, razón a quien tenían comisión a tomar la cuenta, tan bien que un par de
alpargatas no se podían esconder" 70.
En cuanto a los quipus historiales. Cieza deja notar su diferencia con los
anteriores cuando narra cómo los Incas llamaban a algunos de sus súbditos
más sabios y les narraban los hechos principales en su gobierno, los cuales
debían ser anotados en los quipus para cuando muriesen, para que estos su-
eesos fuesen contados y relatados por todo el Imperio 71. Añade en los rela-
tos de su crónica que "hahía quipucamayocs que entendían de las cuentas y
otros más retóricos y abundantes de palabra que relataban los hechos en for-
ma de romances y villancicos y que estos contaban lo que pasó a quinientos
como si fueran diez".
67. Garcilaso de la Vega. Comentarios reales ... Lima, 1967, Cap. VIII p. 13I.
68. Hagen, Víctor von. Oh. eit. Cap. 32, p. 217.
69. Porras, Raúl. Fuentes ... p. 117.
70. Cieza de León, Pedro. El señorio de los Incas. Lima. 1967. Cap. XII, p. 36.
71 . Ob. cit. Cap. XII, p. 34·35.
72
FENIX
El Padre José de Acosta, es otro de los cronistas que describe las diferentes
clases de quipus a que nos referimos. Encontramos en su crónica 72, lo si-
guiente:
"Son quipus unos memoriales o registros hechos de ramales en que diversos nudos y
diversos colores, significaban diversas cosas. Es increible lo que en este modo al-
canzaron, porque cuanto los libros pueden decir de historias, y leyes y ceremonias y
euentas de negocios, todo esto suplen los quipus tan puntualmente que admira.
Había para tencr estos quipus o memoriales, oficiales diputados que se llaman hoy
día quipucamayoc, los cuales eran obligados a dar cuenta de cada cosa, como los es·
cribanos públicos aea y así se les había de dar entero crédito. Porque para diver-
sos géneros como de guerra, de gobierno, de tributo, de ceremonias, de tierras, había
diversos quipos o ramales. Y en cada manejo de estos nudos y nudieos y hilillos
atados, unos colorados otros verdes, otros azules, otros blancos y finalmente tantas
diferencias que así como nosotros de venticuatro letras y guisándolas en diferentes
maneras sacamos tanta infinidad de vocablos, así éstos de sus nudos y eolores sa-
caban innumerables significaciones de cosas".
Pedro Sarmiento de Gamboa, quien hace referencia a los tablones grandes
que hizo pintar Pachacutec Inca Yupanqui, conteniendo la historia del pa·
sado de "estos reinos", habla también de la existencia de los quipus y espe·
cialmente menciona los quipus históricos, los cuales hace notar que tuvieron
el mismo sentido que los tableros, pero que éstos últimos eran realizados por
historiadores particulares (cuyo oficio se heredaba de padre a hijo) y no
en el mismo sentido difusivo que tuvieron los quipus históricos, es decir, es-
tos últimos, decían, eran conocidos por todos los indios, para saber así las
historias del Imperio. Sarmiento dice lo siguiente sobre los quipus:
" ... para suplir la falta de letras, tenían estos bárbaros una curiosidad muy bucna y
cierta, y era que unos a otros, padres e hijos, se iban refiriendo las cosas antiguas
pasadas hasta sus tiempos, repitiéndoselas muchas veces, corno quien Ice lección en
cátedra, haciéndoles repetir las tales lecciones historiales a los oyentes, hasta que se
les quedasen en la memoria fija. Y así cada uno a sus descendientes iha comuni-
cando sus anales por esta orden dicha, para conservar sus historias y hazañas y an-
tigüedades y los números de las gentes, pueblos y provincias, días meses y años,
batallas, muertes, destrucciones, fortalezas y suiches. Y finalmente las cosas más
notables, que consisten su número y cuerpo, notáhanlas, y ahora las notan en unos
cordeles, a que llamaban quipo, que es lo mismo que deeir raeional o contador",
Agrega que en estos quipos hacen ciertos nudos que distinguen por la dife-
rencia de colores y formas y así "anotan cada cosa como con letras. Es cosa
de admiración ver las menudencias que conservan en aquestos cordelejos, ele
los cuales hay maestros como entre nosotros del escribir" n. Observamos q u ~
además de los quipus historiales, hace referencia a los quipus demográficos
calendarios, estadísticos, de batalla, etc.
72. Acosta, José de. Historia natural y moral de las indias. México, 1962. Libro 6,
cap. 8.
73. Sarmiento de Gamboa. Historia indica. Madrid, 1960. Cap. IX, 211·212.
PALEO BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PEHUANOS
73
Aparte de los cronistas mencionados también otros nos hablan de las diferentes
clases de quipus y, en casi todos los casos, dándole mucha importancia a los
quipus historiales. Entre estos tenemos a Bernahé Coho, quien primero habla
sobre los quipus, en los cuales conservaban la memoria de sus hechos. "Ser-
víanles de libro o cuaderno un manojo de estos quipos, en que diversos hilos
de colores diferentes y en cada una dado varios nudos y lazadas, eran figuras
y cifras que significaban diversas cosas" 74.
Más adelante nos dice además que, existieron quipos para diferentes géneros,
como: para tributos, tierras, ceremonias y toda suerte de negocios en paz y en
guerra "y los quipucamayocs iban de generación en generación industriando a
los que de nueve entraban, en el oficio, y declarándoles los sucesos pasados
que en los quipos antigüos se contenían y los que ellos añadían en los quipos
nuevos, y de esta suerte dan razón de cuanto pasó en esta tierra, todo el tiem-
po que gobernaron los Incas".
Martín de Murúa da bastante información sobre los quipus, especialmente los
historiales. Habla de la conformación de los nudos, las cantidades, los colo-
res, etc. También establece claramente las diferencias entre los quipus demo-
gráficos y quienes llevaban esta cuenta que eran los "Marca camayos" y los
quipus de contabilidad (hasta cien mil); los legislativos; y los que conte-
nían, "cosas pasadas de sus Incas, gobiernos y hazañas que cada uno hacía,
hacian las conquistas como en las guerras y en todas las demás cosas de sus
antepasados los reyes Incas de este reino y de sus descendientes y de las
naciones" 75.
Además de mencionar las clases de quipus citados, hace algunas anotaciones
acerca de lo que Raúl Porras Barrenechea considera que se pueden llamar,
"el quipu parte de batalla y el quipu imperial, equivalente a una cédula
regia española" 76. Con respecto a los quipus partes de batalla, cita a Mu-
rúa, cuando dice que en los quipus "enviaban tantos nudos como pueblos
tenían conquistados y en otros nuditos chiquitos gran suma de los indios
vencidos, y en un cordón negro los que se habían muerto en la guerra". En
cuanto a los quipus imperiales, agrega el Dr. Porras, que debieron llevar
algunos distintivos solemnes representativos de la majestad del Inca. Cita a
Murúa, cuando dice que cuando Huayna Capac dietó las ordenanzas que
habrían de regir en todo el imperio, los puso en "un quipu grande con unos
grandes cordeles de oro y plata" 77.
También Antonio de la Calancha, habla de quipus , Las referencias las hace
en base a las de Garcilaso de la Vega, pero es más explícito en cuanto a los
colores de los cuales da algunas combinaciones, la forma en que eran usa-
dos para su interpretación, etc. Así nos dice que el color amarillo indicaba
oro, el blanco la plata, rojo, guerra, negro, el tiempo, color pajizo las épo-
cas de behetrías, morados los caciques. el carmesí que era finísimo era el
74. Cobo, Bernabé. Historia del nuevo mundo. Madrid, 1956.
75. Murúa, Martín. En Porras, Raúl. Fuentes ... p. 126.
76. Porras, Raúl. Ob. cit. p. 126.
77. Ob. cit.
74
FENIX
Inca; en verde, el número de vencidos; el color natural de la lana de los
auquénidos, los ganados. Si no había hilos carmesí era señal de época an-
terior a los Incas 78.
Por último incluimos en estas referencias de cronistas a Huamán Poma de
Ayala, que más que todo les da un sentido de contabilidad o estadística y de
calendario. Habla de los personajes encargados de anotar y descifrar qui-
pus y sus diferentes cargos. Haciendo notar a la vez que existieron diferentes
categorías también dentro de los contables y así nos dice:
"Apollinlloc. - era el encargado de llevar cuenta de los quipus para el Inca y
los grandes señores de este reino.
Secretario.- el que manejaba quipus de colores tejidos, siendo llamado Quilcoca-
yoc o Quilla, Vale Quipoc, apuntadores, contadores de mes o del año: estaban encar-
gados de desempeñar en todo el reino, el papel de escribanos de Cabildo: ellos apun-
taban todo lo que pasaba en los caminos reales, existiendo además de los nombrados
funcionarios de esta clase y otras partes de este reino, para el servicio de los fun-
cionarios del Inca,
Acompañaban a los jueces y alcalde de las provincias, con el fin de anotar y asentar
en los quipus llevando cuentas y razón de todo con tanta habilidad que las noticias
resultaban hechas en los cordeles como si estuvieran hechos con letras. Por inter-
medio de ellos se pudo gobernar bien todo el reino ya que eran datos ciertos sin
cohecho alguno".
Contador mayor.- En todo el reino Condorchalla, hijo de Apo; lo llamaban Tauan-
tin suyo Runa Quipoe el que lleva la cuenta de todo el Imperio y recibe hacienda
del Inca o sea tesorero mayor.
Contadores menores.- hacían cuentas como se hacen en una tabla de Cálculo, de-
terminaron y contaron minuciosamente lo del reino, anotaban fiestas y días de des-
canso, meses y años. Existían en cada ciudad, villa y pueblos de indios de historia
prehispánica del Perú" 79.
Según las clases de quipus existentes, habían algunos que podían ser utiliza-
dos por gran número de habitantes del Imperio, estos eran generalmente los
quipus que servían para estadísticas y contabilidad. Los quipus de las otras
clases eran, según la complejidad del tema que trataban, manejados por gru-
pos más reducidos y de mayor grado cultural.
Radicati, hace una clasificación utilitaria de los quipus. Esta clasificación
los divide en tres grupos: quipus estadísticos, quipus ideográficos simples y
quipus ideográficos perfectos.
1 . Quipu estadístico, era el que dominaba el público en general, desde el
simple Ilactaruna hasta el quipu camayoc.
78. Calancha, Antonio de. En Porras, Raúl. Fuentes ... p. 127.
79. Huamán Poma de Ayala, F, Ob, cit. t . 1, p. 270,
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS
75
Es natural que los quipus confeccionados por el vulgo fuesen más toscos
que los confeccionados por el quipucamayoc. Esto vendría a estar demos-
trado con los tipos de quipus que señala Altieri como Cajamarquilla e lea 80
2 . Quipu ideográfico simple, utilizado por un número más reducido de per-
sonas (aquellos con cierto grado de instrucción).
Las personas con un elemental grado de instrucción sólo sabrán expresar,
quizás, algunos centenares de ideogramas, los que también podrían ser re-
producidos por medio de las piedrecitas, granos de maiz y rayas de colores.
Las personas de mayor cultura, como los miembros de la nohleza (gran par·
te de los cuales desempeñahan cargos públicos) conocían un mayor número
de ideogramas, quizás algunos millares, que consignaban en quipus de más
colores y con mayor número de cuerdas 81.
Los quipus tanto los más simples como los más complicados, fueron em-
pleados por homhres y mujeres. Los cronistas hacen mención de ello, e in-
cluso el hecho que en las escuelas de la nobleza y en los Acllahuasis se curo
saban años de estudios a base de quipus.
3 . Quipu ideográfico perfecto, era conocido por un pequeño grupo de amau-
ras y quipucamayocs, especializados en redactar "las crónicas de sus reyes
u otras cosas de mucha importancia" _ Estos quipus estaban compuestos de
mayor número de colores y series, contenían un inmenso número de ideo-
gramas, cuyo conocimiento se conseguía a través de muchos estudios, dedi-
cándose primero al aprendizaje de la lectura y luego al de la escritura. Fue-
ron muy expertos los quipucamayocs y ésto lo lograron no sólo por la en-
señanza recibida en las escuelas de amautas sino que, dentro de esto, algo
más aún fue el heeho del carácter hereditario del cargo, teniendo a sus pro-
pios padres como maestros 82.
Las referencias de los cronistas y los posteriores estudios científicos de los
quipus han dado como resultado un material que ha servido para ilustrar el
sentido de los quipus, las diferentes clases que existieron, las eategorías en
todo orden, así como lo referente a las personas que lo utilizaban. Cabe des-
tacar dentro de esto, que no se encuentra que los quipus hayan tenido un
fin religioso. Solamente en una que otra referencia de crónicas, como en
el caso del Padre Aeosta, cuando describe que unos viejos, entre ellos una
mujer, trajeron sus confesiones en quipus y piedrecitas de colores, lo eual
no es prueba suficiente para afirmar que existieron quipus con este sentido
religioso como fueron los signos e inscripciones vistos en el capítulo ante-
rior . Lo cual probaría que existieron dos tipos o sistemas de escritura, con
fines muy diferentes el uno del otro, y que a su vez fueron también siste-
mas distintos. Uno de ellos y el más antigüo tendría un sentido de espiri-
tualidad, creencias religiosas, mitos, relacionados a todo ello que va más
allá del hombre y que ocupa la vida no material. El otro sería para todo
80. Radicati, Carlos. La "seriación" '" p. 86.
81. Ob. cito p. 86.
82. Oh. cito p. 86·87.
76
FENIX
lo relacionado directamente con la vida material del hombre, como son sus
leyes de gobierno, estadísticas, historia, guerras, etc.
A su vez, estos sistemas fueron manejados por personas que en el primer
caso serían solamente los relacionados con los poderes divinos: los sacerdo-
tes y, quizás, jefes de pueblos; mientras que en el segundo caso estuvo al
alcance de muchas clases sociales, desde el pueblo, que utilizó el sistema más
simple, hasta los más grandes eruditos del Imperio (con el grado de instruc-
ción más alto).
;,Quiénes fueron los Quipucamayocs? ¿Los primeros bibliotecarios y arehivis-
tas peruanos?
Formaron un grupo de profesionales cuya rmsion fue la de "componer, con-
servar y descifrar los quipus" 83. Ocuparon una posición privilegiada en la
corte y en las administraciones del Imperio; no prestaban aquellos ninguna
clase de servicios a los que estaban obligados los habitantes del Imperio que
no pertenecieran a alguna clase privilegiada; ni pagaban tributo, pero de-
bían dedicarse enteramente a su tarea. Cada quipucamayoc se especializaba
en alguna clase de quipus: demográfico, estadístico o militar, etc. Debían
desempeñar sus cargos al máximo de perfección, cualquier error les podía
costar la vida. Debían enseñar a sus hijos para que los sucedan, el cargo era
hereditario. Los más sabios eran los historiadores. Garcilaso nos dice:
.... , a estos quipueamayoes aeudían los euraeas y los hombres nobles en sus pro-
vineias a saber las cosas historiales que de sus antepasados deseaban saber o cual-
quier otro acontecimiento notable que hubiera pasado en aquella tal provincia; por-
que estos como escribanos y como historiadores guardaban los registros, que eran
los quipus anales que de los sucesos dignos de memoria se hacían, y, como obliga-
dos p('r el oficio, estudiaban perpetuamente en las señales y cifras que en los nudos
había para conservar en la memoria la tradición de aquellos hechos famosos, como
hlstoriadores, habían de dar cuenta dellos cuando se las pidiesen, por el cual oficio
eran reservados de tributo y de cualquier otros servicio, y así nunca jamás solta-
han los nudos de las manos" 84.
La instrucción que recibían los quipucamayocs era muy esmerada y estric-
ta. En períodos mínimos de dos años recibían preparación aquellos que tra-
bajarían con quipus no complicados. Pero los historiadores continuaban
estudiando toda la vida puesto que eran llamados por los Incas, los que les
narraban la historia de su gobierno y todo lo relacionado a él lo que se su-
maba a todo el conjunto de conocimientos adquiridos anteriormente y que
debían memorizar y apuntar en los quipus.
Los conocimientos eran impartidos en las escuelas de amautas , Tenían los
quipucamayocs una memoria prodigiosa, porque desde muy niños, los pa-
dres que eran quipucamayocs, tenían la obligación de ir preparando e ins-
truyendo a los hijos que los sucederían, motivo este que les permitía desa-
rrollar la memoria.
83. Tauro, Alberto. Diccionario enciclopédico T. IIl. Lima, 1967. p. 23.
84. Garcilaso de la Vega. Oh. cit. Cap. 1, p. 134.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS 77
En el caso de las demás clases de quipus, sabemos que cada gobernador o
funcionario debería tener un quipucamayoc como escribano. Este debía de ir
anotando todos los datos y cifras que el gobernador necesitara para dar cuen-
tas al Inca. Cuando el gobernador tenía que presentarse ante el Inca para
entregar cuentas, lo hacía con un "rememorador" o quipucamayoc. quien
debía recitar los hechos y demás datos recopilados.
Algunos relatos de cronistas, hablan de algunos quipucamayocs célebres, a
su vez, en algunos casos los cronistas se expresan con tanta seguridad de
éstos, como del uso de quipus (comparándolos como documentos) que de-
muestran tener una gran certeza.
Así, Raúl Porras Barreneehea, hace una observación en el caso del Jesuita
Anónimo, quien en un pasaje de su obra, se refiere a los quipus para testi-
monios negativos; Porras considera que tal información podría ratificarse
después de una lectura o revisión de documentos. Refiriéndose el Jesuita a
la virginidad de las acllas fundamenta su idea diciendo que no hay quipus
en que conste tal noticia.
BIas Valera, dando una versión sobre la actitud de Felipillo en la pnSlOn
de Atahualpa por Pizarro, dice que la recogió "por la tradición de los qui-
pus que son los nudos annales de Cassamarca, donde pasó el hecho" s".
Porras incluye algunos nombres de quipucamayocs célebres nombrados por
el Jesuita Anónimo quien afirma le enseñaron el manejo de quipus. Estos
quipucamayocs fueron don Luis y don Francisco Yutu ingas, y don Juan
Huallpa inga y Diego Roca inga. También incluye las afirmaciones de otros
cronistas que tuvieron por confidentes a quipucamayocs, como el caso del
Jesuita Anello Oliva quien habla del quipucamayoc Catari.
Después de la caída del Imperio, los virreyes y gobernadores tomaron qui-
pueamayocs bajo su mando, pues querían saber todo acerca del Imperio y
con gran minuciosidad, es así como fueron hechas muchas de las "Informa-
ciones", como las de Vaca de Castro, La Gasea, Toledo, etc. Además, parece
que muchos de los españoles, como en el caso de BIas Valera, recibieron cla-
ses sobre el manejo de quipus por los quipucamayocs, pero sólo llegaron a
dominar, en el caso que así fuera, los quipus estadísticos, que fueron los más
sencillos. Algunos cronistas se jactan de ello.
Existieron archivos de quipus y éstos, además de estar en el Cuzco, parece
que los hubo también en las diferentes provincias del Imperio; en la termi-
nología actual, podrían ser nombrados como quiputecas; porque fueron lu-
gares donde ordenadamente se guardaban los quipus para ser consultados
en el momento en que se necesitaban; los encargados de llevar este orden y
desde luego de consultarlos, fueron los quipucamayocs, quienes, además de
hacer el papel de escribanos, pudieron ser los primeros bibliotecarios y ar-
chiveros peruanos.
Fue una bien definida profesión la de los quipucamayocs, y por cierto de
mucha consideración, pues eran en realidad los que hacían posible a los In-
78
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cas llevar el sistema de gobierno establecido, además de ser los encargados
de transmitir toda la tradición histórico-cultural.
5 . 3 Destrucción de Quipus
Hay dos versiones generales acerca de la desaparición de los quipus (son
muy pocos los ejemplares que quedan en la actualidad y pocos los que apa·
recen en tumbas).
a) Una de las posibilidades es aquella que sostienen cronistas y primeros
conquistadores, quienes dicen que los "archivos" de quipus, especialmente
historiales, fueron destruidos por los generales de Atahualpa a fin de que
no cayeran en manos de los españoles, y que, a su vez, los extirpadores de ido-
latrías destruyeron también quipus; pero de todas maneras como se relata
anteriormente, los gobernantes españoles solicitaron el servicio de quipuca-
mayocs.
También por órdenes del Virrey Toledo, se destruyeron archivos de quipus
por estar temeroso de que éstos pudieran acrecentar en los indios el deseo
de contar nuevamente con sus antiguas instituciones.
Por otro lado, los ancianos quipucamayocs fueron muriendo, otros murieron
cuando la destrucción de archivos y por las guerras civiles entre los herma-
nos Huáscar y Atahualpa; poco a poco fue perdiéndose la tradición del sis-
tema de cuerdas y nudos, especialmente aquellos más complicados como los
historiales.
Los del tipo estadístico aún se siguen utilizando en algunos pueblos de la
Sierra, especialmente en Bolivia. Tenemos un ejemplo de ello en dos qui-
pus que fueron hallados por Max Uhle, uno entre los campesinos de la zona
de Challa (Lago Titicaca) y el otro en Cutusuma (costa sudoriental del
mismo Lago), por el año de 1895 8". Los utilizaban estos campesinos con
fines estadísticos, llevando la cuenta del ganado, cosechas, etc.
Ibarra Grasso, señala que actualmente es utilizado el quipu de este tipo en
la isla Cumana del Lago Titicaca y en la provincia Chayanta, al norte de
Potosí. Refiere también un último hallazgo realizado por el profesor José
de Mesa y su esposa Teresa Gisbert en el territorio de los chipayos, Oruro
(Bolivia), donde encontraron en uso unos quipus en los que anotan rezos ca-
tólicos, los usan sólo las mujeres; estos quipus contienen, en parte, palabras
y no sólo números 87.
b) La otra posibilidad (que aún no es absoluta y no invalida a la ante-
rior ) basada en investigaciones arqueológicas, es que por el material por el
que estaban hechos los quipus (algodón, lana, etc.}, no han supervivido a
causa de las condiciones desfavorables del clima, especialmente en la Sierra,
85 . Porras, Raúl. Oh, cit. p. 128.
86. Uhle, Max ... Cutusuma ... Lima, 1940, p. 183-190.
87. Ibarra Grasso, Dick. Argentina indígena ... p. 477.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS 79
por lo que los hallazgos de quipus antiguos en esta zona, son muy escasos ~ ~ ,
mientras que en las tumbas de la Costa han aparecido mayor número de
ejemplares.
Los quipus del tipo estadístico o de contabilidad, conocidos en el Perú, fue-
ron utilizados en épocas antiguas en otras partes del mundo; en la actuali-
dad se les encuentra en uso en diversos lugares.
En la China se utilizó este sistema en la antigüedad. Así también en algu-
nas tribus americanas, entre los araucanos (que los llamaron "pron"), los
guaraníes, los caribes de las costas de Venezuela, las tribus de la Columbia
Inglesa, los toltecas de México (antes de adoptar la escritura jeroglífica) y
los pieles rojas que los llamaron "wampum",
En la Polinesia actual también es utilizado este sistema, lo mismo que en
algunos lugares de Africa 89. Existió un sistema muy semejante al quipu, que
también fue utilizado en muchos lugares del mundo, conocido como "pañue-
los anudados" 90, consistía en tiras de cuero u otros materiales que llevaban
nudos. Se utilizó en algunos lugares de América (especialmente al Norte), en
varias partes de Europa, Japón, China y Tibet.
IV. EVIDENCIA DE SIGNOS
El material más antiguo seleccionado para el muestreo está dado por las
representaciones rupestres; siendo las más tempranas las de Toquepala y Lau-
ricocha con 9,000 años de antigüedad.
El hombre representa lo que ve, con dibujos bastante simples relacionados
con escenas de caza. Utilizan el color para estas representaciones y las fi-
guras tienen diferentes posturas, con sentido de movimiento. Pero junto a
las figuras realistas también pintan signos abstractos; en algunos casos cier-
tes detalles como las colas de los animales, patas y cuernos aislados del mo-
tivo central y en diferentes lugares del plano. También suelen aparecer se-
parados los instrumentos o armas como el caso de un mazo o bastón. El pun-
to lo utilizan en algunos casos para modelar una figura de animal que pro-
bablemente sea la víctima. Cazadores con máscaras y cornamentas de anima-
les, quizás tratando de identificarse o confundirse con la presa en el momen-
to de la caza, y esquematizaciones de las figuras en algunos casos.
El hombre toma como motivo de representación una actividad que signi-
ficó lo esencial para vivir; se alimentaba básicamente de 10 que cazaba, por
88. Radicati, Carlos. La "seriación" ... p. 10.
89. Ibarra Grasso, Dick. Ob. cit. p. 476.
90. Moorhouse, A. C. Historia del alfabeto. México, 1961. p. 17.
so
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lo tanto es una respuesta a una necesidad vital a la que debió rodear de la
máxima atención y cuidado, valorándola muy alto. Para conseguir el ali-
mento desarrollan toda una técnica y viven casi cn función dc ella: se
identifican con la presa, llegan hasta ella impregnados de resinas que según
ellos los hace invisibles y no deja huellas, ni olor, ni ruidos; también se deco-
ran el cuerpo y pintan sus armas. Podría pensarse, entonces, en un primer
sentido: comunicación entre hombre y presa, con fines de cubrir una neo
cesidad vital. Asimismo, el hecho de pintar en una roca o cueva daría sentido
de propiedad o marcaría una circunscripción que le pertenece a tal o cual
grupo para realizar su actividad de caza; igualmente, debieron conocer a la
perfección qué animales tenían para cazar y en qué épocas.
Siguiendo el curso interpretativo, seleccionamos las llamadas "quilcas", del
Dr. J. Pulgar Vidal, por considerarlas interesante ejemplo de escenas de ca-
za abstractas (en unos casos): Maramba - Rio Huallaga; Chuchupuquio
- Alto Marañón; Liuyaj-Machay Alto Marañón; Guellayhuana - Alto
Marañón; y conjunto de abstracciones (en otros): Quilla-Rumi - Huánuco
Yerbabuena - Lomas de Lachay; Quebrada Palo - Chancay 1. No tenemos
referencia de su cronología, pero nos atrevemos a ubicarlas en el período 2
Arcaico Tardío y 3 Formativo, asociándolas con representaciones en Diablo-
machay (Huánuco); Toro Muerto y Kumbe Mayo.
De las representaciones en Diablomachay, Huánuco Viejo, es Rogger Havi-
nes quien hizo el hallazgo y las define como "un yacimiento temprano" 2
Los motivos de las pinturas, los agrupa en dos:
a) motivos escénicos, pinturas naturalistas con representaciones de ca-
za y figuras humanas.
b) motivos esquemáticos, dibujos complicados y no figurativos.
Toro Muerto es un conjunto de blocks de piedra con grabados (alrededor de
5,000) estudiados por varias instituciones y personas peruanas y extranjeras,
entre los que destaca H. D. Disselhoff 3. En estos glifos hay gran variedad
de motivos, que van desde los antropomorfos (muchos de ellos con escenas
de caza), zoomorfos y fitomorfos, combinados con motivos geométricos y abs-
tracciones. Kumbe Mayo está en el Departamento de Cajamarca, provincia del
mismo nombre, la investigación y estudio de los mismos son de Fortunato
Sánchez Ramírez 4. Se distinguen dos tipos de diseño: simples y compuestos;
líneas, curvas, semi-círculos, cruz, rectángulo, cuadrado, punto; motivos an-
tropomorfos, zoomorfos y fitomorfos en abstracción.
Otro elemento significativo en este período son los platos en piedra de Avic
(Sechura-Piura), material muy interesante por los trazos abstractos lineales
l. Lima. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Departamento de Geografía
Primera exposición nacional de quilcas. Lima, dic. 1962 - ene. 1963.
2. Ravines, Rogger. "El abrigo de Diablomachay ... " En Lima. Pontificia Universidad
Católica. Seminario de Antropología. Mesa redonda de ciencias, prehistóricas y an-
tropológicas. T. II. Lima, Pontificia Universidad Católica. Seminario de Antropología.
1969, pág. 254-272.
3. Disselhoff, Hans-Dietrich. Gott muss peruaner sein. Wiesbaden, 1956. p. 136-59.
4. Sánchez Ramírez, Fortunato.... Kumbe Mayo ... Lima, 1969. p. 245-49.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS
81
que los decoran; presentados por Josefina Ramos de Cox, quien se interroga
si se trata de una escritura de ideogramas ¡¡. Igualmente el mate de Huaca
Prieta, encontrado por J. Bird, también con abstracciones variadas 6.
El sello-espejo de Asia, encontrado por el Dr. Engel 7, con 3,200 años de
antigüedad, de evidente esquematización que nos trae a la memoria la refe-
rencia a lugares donde se desarrollaron sistemas de escritura, que utilizaron
sellos cuyos signos pasaron posteriormente a ser parte de pictografías (igual-
mente marcas de propiedad).
Para épocas posteriores el material seleccionado es diverso; representaciones
en cerámica y textiles especialmente. También se hace referencia a los con-
siderados como grupos o sistemas: palIares en textiles Paracas, pallares Mo-
chica, tejas de Majes y Chuquibamba, pushcas y piruros de Huaca La Luz y
tokapus inca.
Debemos advertir que en los cuadros presentados no pretendemos hacer una
evolución formal de cada signo. En algunos casos sólo aparecen en represen·
taciones rupestres, otros (especialmente geométricos) se dan en casi todas las
culturas decorando motivos míticos, Federico Kauffmann, refiriéndose al
arte de Paracas, habla de "imágenes anatrópicas y unidades simbólicas":
las imágenes mágico-religiosas se componen y descomponen en figuras inde-
pendientes pequeñas que el artista utiliza para lograr una imagen nueva 8.
Pero algunos símbolos o signos son utilizados en épocas en que aparece una
cierta sistematización.
En Paracas Necrópolis y Mochica, se da la utilización del sistema de pallares
que presentan signos inscritos, especialmente geométricos, combinando colo-
res, puntos y rayas.
En Nazca, unos motivos con forma de candelabros, asociados a seres mm-
cos, cuyas bases son rectángulos con combinaciones de formas y signos ins-
critos en ellos. En las tejas o piedras pintadas emplean también motivos ano
tropo-zoofitomorfos, rayas puntos y combinación de colores. Hay lajas dc
arcilla cocida con piedras pintadas (Chuquibamba).
En piruros y pushcas sucede lo mismo y éstos relacionados con motivos tex-
tiles, tienen un sistema de símbolos, Y en época inca, el grupo de signos bá-
sico se combina de varias maneras y colores en los llamados "tokapus".
¡,Estamos ante sistemas picto-ideográficos, que se pierden algunos, van rea-
pareciendo otros? (como signos Chavín que pasan a Tiahuanaco y son pos-
teriormente utilizados por los incas).
l.Se gestarían en las representaciones rupestres las primeras abstracciones as-
trológicas? Por ejemplo en la quilca de Guallayhuana (Alto Marañón) exis-
5. Ramos de Cox, Josefina. Tallán. Lima, 1958. p. 245-49.
6. Bird, Juníus, El arte cerámico de Huaca Prieta. Lima, 1964. p. 121.
7. Engel, Frederic. Paracas. Lima, 1966. p. 116.
8. Kauffmann, Federico. El Perú arqueológico. Lima, 1976. p. 180.
82
FENIX
te una esquematización de un animal con cola en espiral y luego el espiral
como detalle aislado; nos recuerda a la cola espiral de mono de las Pampas
de Nazca; también tenemos una esquematización muy compleja en el abrí-
go de Diablomachay (Huánuco) que sugiere semejanza con un diseño en
las Pampas de Ingenio. Lumbreras se pregunta (sobre Ingenio) si será una
constelación 9.
En las escenas pictográficas Mochica, vemos en personajes mensajeros que
llevan frijoles en la mano, un signo que sale de la boca de los mismos, sería
el signo de la palabra, según Emilio Harth Terré l(). También las pequeñas
abstracciones en escenas entre dos personajes, podrían tratarse de ideogra-
fías. Detalles como el anterior observamos en monolitos y esculturas varias a
partir del Formativo, donde aparecen pequeños signos abstractos en extre-
midades, cara, pecho, sexo o vestimenta de personajes.
Pudo darse el caso que algunas culturas desarrollaran su sistema ideográfico
girando alrededor de las representaciones astrológicas y religiosas; unas de-
saparecerían y otras dejarían su influencia o su huella en algunos signos de
culturas posteriores, como puede ser el caso del paso de Chavín a 'I'iahuana-
co con algunos signos que podrían haber sido desarrollados y perfecciona.
dos en el nuevo sistema.
Habría que analizar en el futuro, más a fondo, las representaciones astroló-
gicas y calendáricas, ya que nos pueden ser muy útiles para esclarecer los
problemas escriturarios.
BREVE EXPLICActos DEL CUADRO DE SIGNOS (*)
No. izquierda
No. centro
No. derecha
Cronología
l. Lítico.
2. Arcaico.
3 . Formativo.
4 . Culturas regionales
5 . Imperio Wari.
6 . Estados regionales.
7. Imperio Tawantinsuyo 11.
catalogación del signo
época o cronología
N ~ asignado al lugar o cultura
9. Lumbreras, Luis Guillermo. De los pueblos, las culturas y las artes ... Lima, 1969.
p. 201.
10. Harth Terré, Emilio. El vocabulario estético del Mochica. Lima, 1976. p. 15.
11. Lumbreras, Luis Guillermo. Ob. cit. p. 28.
(*) En el presente cuadro la cronologia está estrechamente ligada al lugar o cultura. Ej.
15 3.2 corresponde a círculo relleno formativo-chavín; 3 1.2 a abstracción lítico
Iauricocha, etc.
19 2.1 19 2.2 19 2.3 19 3·2 19 3.4 19 3.7
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1
N?
1.1
2.2
3.6
LUGAR
Toquepala
Avic/Sechura
Pucara
DEFINICION
Abstracción
Abstracción
sistematizada
Signo abstracto
ASOCIACION
Escena de caza antropo-zoomor-
fa
Abstracciones
Abstracciones-zoo-antropo-
morfas.
Antropo-estatua
MATERIAL
Piedra
Plato de
piedra
Piedra
OBSERVACIONES
Abstracción de patas de animales; a ve-
ces se presentan como motivo o símbolo
aislado.
Son un conjunto de signos abstractos al
ruedo de dos platos, hay una carita an-
tropomorfa y aves estilizadas; recuerda
a platos similares con inscripciones íbé-
ricas pre-Iatinas.
Signos ubicados en el sexo.
1 -1. 6
1 7.1
2 2.2
2 2.3
2 3.7
2 4.9
3 1.1
Tiahuanaco
Inca
Avic/Sechura
Marabamba
Río Huallaga/
Huánuco
Toro Muerto
Arequipa
Cajamarca
Toquepala
Abstracción
sistematizada
Signos abstractos
Signo/abstracto
Signo abstracto
Abstracción
Abstracción
Abstracción
Abstraeeién-zoo-antropomorfa
Abstracciones
Antropo-zoomorfa
Abstracciones
Antrcpo-zoo-fitomorfa
Abstracciones
geométrico
Zoo-estilizado
Antropo-zoomorfa
Tela
Ponche'
tela
Piedra
Piedra
Cerámica
fragmentos
Piedra
Ob. cit.
Escena de caza.
El conjunto tiene motivos zoo-morfos in-
conclusos (¡,algún sentido?)
Algunos zoo-morfos llevan el cuerpo con
círculos encasillados y rayas; detalle
semejante en Chavín, Paracas, Palla-
res Mochica, Tiahuanaco.
Escena de caza; detalle de cuernos y
colas de animales; a veces se presentan
como motivo o símbolo aislado.
o
,)
3
3
N?
1.2
2.2
2.3
LUGAR
Lauricocha
Avic/Sechura
Marabamba
Río Huallagal
Huánuco
DEFINICION
Abstracción
Abstracción
Signo abstracto
ASOCIACION
Antropo-zoomorfa
Abstracción zoo-antropomorfa.
Antropo-zoomorf'a
Abstracciones
MATERIAL
Piedra
Plato
Piedra
Piedra
OBSERVACIONES
Escena de caza de auquénidos, igual
abstracción que Toquepala
oh. cit.
Escena de caza, ob. cit.
3
3
4
4
4
3.8
3.9
1.1
1.2
3.12
Quebrada Palo
Chancay
Kumbe Mayo
Cajamarca
Toquepala
Lauricocha
Lachay
Abstracción
Abstracción
Mazo
Mazo
Abstracción
Esquematización
Fitomorfa?
Zoomorfa?
Esquematización
Antropo-zoo-fitornorfas
Abstracciones
geométricas
Antropo-zoomorfa
Abstracciones
Antropo-zoomorfa
Abstracciones
Abstracciones
Piedra
Piedra
Piedra
Piedra
Piedra
Es un conjunto abstracto; ¿podrían ser
abstracciones de escena de caza y mo-
tivos fitomorfos? Llaman la atención
2 pequeñas flechas sistematizadas con
puntos.
Es un conjunto dc mucha abstracción;
hay variedad en signos geométricos
simples y con puntos o rayas rellenos.
Asociamos a las quilcas de J. Pulgar:
Marabamba, Quebrada Palo, Quilla
Rumi, Quillayhuana, Lachay.
Mazo o instrumento de caza aislado de
la figura del cazador.
Detalle de mano de cazador con mazo
y mazos solos.
Escena totalmente abstracta, podría tra-
tarse de una esquematización total de
escena de caza; recuerda a Kumbe Ma-
yo pero sin tener motivos abigarrados.
N?
4 3.17
4 7. J
5 1.2
5 2.2
LUGAR
Liuyaj
Alto Marañón
Inca
Lauricocha
Avic/Sechura
DEFINICION
Bastón?
Abstracción
Abstracción
Abstracción
sistematizada
ASOCIACION
Abstracciones
Antropo-zoomorfa
Abstracciones
Antropo-zoomorfa
Abstracciones
Abstracción zoo-antropomorfa.
MATERIAL
Piedra
Poncho
Piedra
Plato piedra
OBSERVACIONES
Esccna de caza abstracta; hay una más-
cara de cazador, unos animales esque-
matizados y el bastón (¿cabeza zoomor-
fa?).
oh . cit.
Brazo de cazador con mazo.
oh. cit.
5
5
2.3
3.9
Marabamba
Río Huallaga
(Huánuco)
Kumbe-Mayo
Cajamarca
Signo abstracto
zoomorfa?
Abstracción-zoomorfa?
Antropo-zoomorfa
Abstracciones
Esquematización
Antropo-zoo-fitomorfa
Abstracciones geométricas.
Piedra
Piedra
oh. cit.
oh. cit.
5 3.11
5 3.12
6 3.8
Guallayhuana
Alto Marañón
Lachay
Quebrada
Palo
Chancay
Abstracción-zoomorfa'( Esquematizaciones
Antropo-zoomorfa
Abstracción puntos
Abstracción-zoomorfa'? Abstracción
Abstracción-fitomorfa? Esquematización
fito-zoomorfa?
Piedra
Piedra
Piedra
Escena que parece de caza, figuras abs-
tractas de hombres y animales, el de-
talle de la cola en espiral de un ani-
mal, aparece otra vez aislado (forma
espiral como mono de Pampas de Naz-
ca)
oh. cit.
oh. cit.
N? LUGAR DEFINICION ASOCIACION MATERIAL OBSERVACIONES
6 3.9
6 7.1
7 2.2
7 2.3
7 2.6
7 3.9
7 4.1
Kumbe Mayo
Cajamarca
Inca
Avic/Sechura
Marabamba
Rio Huallaga
Huánuco
Diahlomachay
Huánuco
Kumbe Mayo
Cajamarca
Mochica
Abstracción-fitomorfa? Esquematización:
Abs-zoo-fitomorfa
Abstracciones
Ceométricas
Abstracción Abstracciones
Abstracción Abstracciones-
sistematizadas
antropo-zoomorfa
Abstracción
Abstracción-zoomorfa? Abstracciones
antropomorfas
Abstracción zoomorfa?
Signo ahstracto
Piedra
Poncho
Plato
Piedra
Piedra
Piedra
Cerámica
Cántaro
ob. cito
ob. cito
ob. cito
Uno de los motivos tiene rayitas hori-
zontales a un costado (cuenta?).
El motivo forma parte con un cuadro
relleno con círculos y al lado hay una
cara antropomorfa.
ob. cito
Detalle que lleva un personaje calave-
ra en la manga de su vestido, signos
ahstractos como éste suelen presentar-
se en personajes antropomorfos dioses
o monolitos en piedras, sexo, cara, bra-
zos o pecho, en Tiahuanaco se ve en
el formativo y el tardío.
7 7.1 Inca Abstracción Abstracciones Poncho La figura va punteada alrededor, en
Nazca-Wari lo utilizan.
N?
8 2.2
g 2.3
LUGAR
Avic/Sechura
Marabarnha
Río Huallaga
Huánuco
DEFINICION
Ondulaciones
cortas con punto
Ondulaciones
cortas
ASOCIACION
Abstracciones
sistematizadas
Abst, antropo-zoomorfa
Antropo-zoomorfas-abstr.
MATERIAL
Plato
Piedra
Piedra
OBSERVACIONES
Nos recuerda al 19 3.2; este signo en
ideogramas antiguos representó casa-
habitación.
ob. cit .
8 3.4 Paracas Cavernas Ondulaciones
cortas
Olla de
cerámica
8 3.7
8 3.9
8 4.6
8 6.2
9 2.2
Toro Muerto
Arequipa
Kumbe Mayo
Cajamarca
Tiahuanaco
Chancay
Avic/Sechura
Ondulaciones
con punto
Ondulaciones
cortas
Ondulaeiones
cortas, círculos
raya
Ondulaciones
(¿plumas?)
Abstr-zoomorfa.
Antropo-zoo-Iitomorfa
abstr-geométrieo
Figura antropomorfa
ídolo
Motivo atropomorfo, esque-
matización
Piedra
Piedra
Tela
ob . cit. detalle de pequeños puntos en
las indulaciones.
ob. cit ,
Detalle en turbante de ídolo Tiahua-
naco nos referimos a 7 4.1 (signos
abstractos en ropajes, extremidades, etc.
de personajes y estatuas).
Detalle de penacho que lleva el pero
sonaje en la cabeza, el objeto es un es-
cudete de tela.
oh. eit .
9 4.5
9 3.13
Nazca
Udima
Cajamarca
Abstracción Personaje
mítico
Abstracción-zoomorfa Figura de felino
esquematización
Cerámica
Piedra
Detalle de patas, boca etc.
Cabeza, oreja, ojo de felino, esquemati-
zación.
J\j?
lO 2.3
LUGAR
Maraharnba
Río Huallaga
Huánuco
DEFINICION
Abstracción
ASOCIACION
ob. cito
MATERIAL
ob. cit.
OBSERVACIONES
oh. cit. Este signo ha sido muy utili-
zado y al parecer con diferente fin;
en unos casos son parte del rostro del
personaje, en otros pies o manos; tamo
hién figuras aisladas, sellos de propie-
dad etc.
10 2.5 Asia
10 3.2 Chavín
ro 3.5 Paracas
Necrópolis
io 3.7 Toro Muerto
Arequipa
10 3.8 Quebrada Palo
Chancay
10 3.9 Kumbe Mayü
Cajamarea
10 3.12 Laehay
Abstracción
Abstracción
Abstracción en
pallares
Abstracción
Abstracción
Abstracción
Abstracción
Estilización
zoo-ahstr,
Personaje-zoomorfo
abstracciones.
Iitomorfa
abstracciones y
estilizaciones
Abstracciones
oh. cito
ou. cit.
oh , cito
oh. cito
Barro crudo
Piedra
Tela
ob . cito
oh . cit.
oh . cit.
ob. cito
Una cara es espejo, la otra sello, hallaz-
go del Dr. Engel, lo ubica en 3,200
años de antigüedad. El motivo princi-
pal es la cabeza de 2 aves estilizadas y
alrededor abstracciones.
Motivos en estela.
Sombreros y vestidos de personajes pa·
llar.
ob. cit. Se observa el detalle de pe·
queños puntos sobre los signos.
Motivos aislados.
Motivos aislados.
Motivo aislado.
N ~
lo 4.5
10 6.2
11 2.1
11 2.3
11 3.2
11 3.7
II 3.9
/
LUGAR
Nazca
Chancay
Huaca Prieta
Marabamba
Río Huallaga
Huánuco
Chavín
Toro Muerto
Arequipa
Kumbe Mayo
Cajamarca
DEFINICION
Abstracción
Signos abstractos
Marca de propiedad.
Rayas pequeñas
paralelas formando
Cruz
Cruz
Cruces
Cruces con
punte.
Cruces
ASOCIACION
Figura personaje mítico.
Abstracciones
Abstracciones
oh. cit.
Objetos de cerámica y piedra
ob. cit.
ob. cit.
MATERIAL
Tela
Poncho
Mate
ob. cit.
ob. cit.
oh . cit.
ob. cit.
OBSERVACIONES
Manos y pies del personaje.
ob. cit. Son en su mayoría figuras abs-
tractas compuestas (2 abstracciones o
abstracciones geométrícas).
Tapa de mate grabado encontrado pOI
J. Bird.
oh. cit. Símbolo más elaborado porque
generalmente las cruces más antiguas
son dos líneas cruzadas.
Varios modelos de cruz Chavín, inclu-
so la escalonada y rellena, una de ellas
es motivo fitomorfo.
Se puede relacionar con el grupo 5.
Cruces simples (Grupo 5?) y más ela-
borada.
II 4.5 Nazca Cruces Ohjetos de Cruces simples inscritas y escalonadas,
cerámica y tela derivan otras formas escalonadas.
11 5.2
II 5.5
Nazca-Wari
Pachacamac
Cruz inscrita
Cruces inscritas Cruces
Tela
Tela
Utilizan estas cruces con los cuadros
inscritos y representando a los seres
mitológicos o figuras geométricas.
Algunos van entre 2 líneas horízonta-
les, otros encasillados. Motivos espe-
cialmente en mantas y ponchos.
N? LUGAR DEFINICION ASOCIACION MATERIAL OBSERVACIONES
12 2.2
12 2.3
12 2.5
Avic/Sechura
Marabamba
Río Huallaga
Huánuco
Asia
Símbolo abstracto oh. cit.
{como G invertida)
Símbolo abstracto ob. cit.
(como G invertida)
Abstracción Espejo-sello
Signo G encasillado
en líneas
oh. cit.
oh, cit.
Barro crudo
La posición varía.
ob. cit.
oh. cit.
12 3.2
12 3.4
J2 4.3
J3 2.2
13 3.9
13 4.5
Chavín
Paracas
Callango
Lambayeque
Avic/Sechura
Kumbe Mayo
Cajamarca
Nazca
Abstracción
fj guras estilizadas
Abstracción
Abstracción
Abstracción cn
forma de A
Abstracción
Abstracción
A todos Ios símbolos
Estilización mitológica y
zoomorfa
Abstracciones geométricas
Hacha ceremonial
oh. cit.
oh. cit.
Abstracción
Piedra
Piedra
Metal
oh. cit.
oh. cit.
Tela
Tablita grabada, seres mitológicos y
zoomorfos adornados con signos, cuadri-
tos con rayas rellenas, cuadros, rectángu-
los, trazos lineales y curvas simples.
Se repiten los signos en algunos perso·
najes. Motivo alrededor de la cabeza.
En la vestimenta tocado, alas, rodille-
ras, vestidos, hay variedad de signos
abstractos, tamhién en la empuñadura
ob. cit.
Están estos signos en la misma tela
donde aparecen seres mitológicos con
el sistema de candelabros rellenos.
N? LUGAR DEFINICION ASOCIACION MATERIAL OBSERVACIONES
H 2.2 Avic/Sechura ob. cit.
14 7.1 Inca Abstracción ob . cit.
geométrica
15 2.3 Marabamba Círculo relleno ob. cito
Río Huallaga
Huánuco
15 2,5 Asia Abstracción Sello!espejo ob, cit.
15 2,6 Diablomachay Abstracción Motivo encuadrado ob. cit.
Huánuco
15 3,2 Chavín Abstracción En diversas figuras Piedra
Círculos cerámica
Círculo relleno
Círculo relleno
Círculo raya
15 3,6 Pucara Círculo relleno Monolito Piedra El signo representa el ombligo de la
Círculo escultura.
Rayas
1.5 3.7 'Toro Muerto Abstracción ob. cito
Arequipa zoo-fitomorfa
15 3,10 Chuchupuquio Círculo Abstracciones y estilizaciones. Piedra Escena de caza.
(Alto Marañón) relleno Antropo-zoo-fitomorfas
15 3,13 Udima Círculos ob. cit.
Círculo relleno
¿ojo?
N?
15 3.14
15 3.15
15 3.16
1" 4.1
15 4.6
15 4.9
15 5.5
15 7.1
16 2.2
16 2.3
16 3.2
16 3.5
LUGAR
Quilla-Rumí
Huánuco
Lachay
Cupisnique
Mochicll
Tiahuanaco
Waylas
Marañón
Pachacamac
Inca
Avic/Sechura
Marahamba
Chavín
Sechura
Paracas
Necr.
DEFINICION
Cuadros, círculos
y rombos rellenos
Círculos en blanco
Círculos rellenos
Círculos rellenos
y encasillados
Círculos
Círculos rellenos
Círculos con puntos
Círculos
rellenos
Círculos rellenos
Abstracción
rellenos
Cuadros en
cuadros
Cuadro y cuadro
relleno
Cuadros
Cuadros rellenos
Cuadros
(damero)
ASOCIACION
Figuras esquematizadas
zoomorfo :loro
Abstracciones
antropomorfas
Personaje antropomorfo.
Abstracciones
Monolitos
Diversa: en personajes
estado
MATERIAL
Piedra
Varios
Hueso
Tela
Piedra
Tela
Cerámica
OBSERVACIONES
Estos signos van alrededor de la fi-
gura central que es un loro.
ob. cit.; el tercer signo como 15 2.5
Y 15 2.6
Relacionado a vestimentas de persona·
jes y como signo aislado entre 2 pero
sonajes que se comunican.
Ojo de un personaje, signo de 2 círcu-
los rellenos con ondas al lado.
En Chancar también está y parecido
a Paracas Callango.
ob. cit.
ob. cit.
ob. cit.
El primero es sombrero de personaje
El signo damero que parece ser desde
esta época empieza a usarse CC1'n fuerza.
N? LUGAR DEFINICION ASOCIACION MATERIAL OBSERVACIONES
16 3.7 Toro Muerto Cuadro con aspa ob. cito
(Arequipa)
16 3.9 Kumbe Mayo Cuadros CO'Il aspa,
ob. cit.
y círculos
16 4.3 Recuay Cuadros con signos Cerámica
varios
16 4.6 Tiahuanaco Diferentes sistemas de
El cuadro relleno es según Kauffmann
cuadros
signo guerrero en Mochica.
16 6.2 Chancay Diferentes cuadros y Algunos usados como mareas de propie-
círculos rellenos dad.
16 7. J Inca Cuadros como caras
oh. cit.
17 2.1 Huaca Prieta Conjunto geométrico ob. cito
17 3.2 Chavín Conjunto geométrico
17 3.13 Udima Conjunto geométrico Forma parte del ouerpo de la fig. mi-
colmillo felino
tológíca.
17 '1.6 Tiahuanaco Conjunto geométrico Ahstr-zoomorfas Cerámica
Geométricos
J8 2.1 Huaca Prieta 'I'riangulos
18 3.2 Chavín Triángulos
18 3.15 Udima Triángulos y oh. cit. ob. cit , El triángulo es la representación del
abstrae. del sexo sexo en algunas culturas.
N? LUGAR DEFINICION ASOCIACION MATERIAL OBSERVACIONES
18 4.8 Cajamarca Triángulos Cerámica oh. cito
18 6.2 Chancay Triángulo oh. cit.
19 2.1 Huaca Prieta Rayas de Cantidad? oh. cit.
19 2.2 Avic Rayas de Cantidad? oh. cit.
19 2.3 Marahamba
"
oh. cit.
19 3.2 Chavín Signos de Cantidad? oh. cito oh. cit. El signo N? 2 es representación de
Casa-hahltacíón con otros lugares.
19 3.4 Paracas Coro .. Olla Cerámica
19 3.7 Toro Muerto Con puntos oh. cit. oh. cit.
20 3.2 Chavín Puntos de cantidad
oh. cit.
20 3.4 Paracas
Cavernas Olla Cerámica
20 3.8 Quebrada Palo
Chancay
ob. cit.
20 3.11 Guallayhuanca
"
(Alto Marañón)
ob. cit.
20 3.14 Quilla-Rumi
(Huánuco) ob. cit.
20 7.1 Inca Rayas y puntos
de cantidad ob. cit.
N? LUGAR DEFINICION ASOCIACION MATERIAL OBSERVACIONES
21 3.2 Chavín Signos en "S". Abstrae. Piedra Muy utilizado en adelante
Zoomorfa
21 3.4 Paracas
"
Olla Cerámica
Cavernas
21 3.5 Paracas Serpiente bicéfala Se repite Telas
Cavernas con cuadros relle-
nos en forma de S.
21 3.13 Udima
21 4.1 Mochica Z y S Escenas y abstrae. Cerámica
21 4.4 Playa grande Serpiente bicéfala Cerámica Signo que se encontrará representado
(Interloking) en S. en Tokapus.
21 5.5 Pachacamac S simple y S Telas
escalonada
22 2.11 Huaca Prieta (?) Geométrico oh. cit.
22 3.2 Chavín Geométrico
Encasillados
22 3.4 Paracas Cav. Geom. escalonado Cerámica
22 3.13 Udima Geométrico. 01,. cit- oh. cit. Piernas de personaje.
22 4.6 Tiahuanaco Geométrico
Escalonado y simple
2" 3.8 Quebrada Geométricas
.,
Palo Chancay Rombos
N? LUGAR DEFINICION ASOCIACION MATERIAL OBSERVACIONES
23 4.6 Tiahuanaco
23 4.9 Waylas Geom. Rombos
23 5.5 Pachacamac Geom. Rombos Textiles
24 4.1 Mochica Geom. ondas
24 4.9 Waylas
24 5.4 Santa
24 5.5 Pachacamac
25 5 Nazca Motivos geométricos Relacionadas a Tela Podría ser un sistema ideográfico tamo
Sistematización ser mitológico bién?
26 Piedras pintadas
26 Chuquibamba Piedras pintadas Sistema de cuenta • ayuda mnemónica?
27 Huaca Rcpresent. Geom. Piruros Relación con textiles
La Luz Pushkas Sistema • Simbolo?
28 Paracas Representación en Sistema - Símbolo?
Mochica PalIares
29 Inca "Tokapus"
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS
SEGUNDA PARTE
97
LAS HUACAS Y EDIFICIOS COMUNALES: PRE-ARCHIVOS OCCI·
DENTALES EN EL PERU
1. EXCAVACIONES EN LA HUACA TRES PALOS, PANDO, A PAR
TIR DE 1964.
a . Descripción y ubicación de la Huaca
La Huaca de los Tres Palos, conocida también como Huaca Panda, Huaca
del Estanque, Huaca de Martín de Alcántara y Huaca de la Campana, for-
ma parte del llamado "Circuito arqueológico de Maranga o Huaticamarca",
circuito que se compone de un conjunto de huacas comunicadas entre sí pOI
caminos emergidos con muros de tapia, o con caminos epimurales, que aún
superviven tal como los describieron los cronistas de la penetración española.
Este circuito de Maranga está formado por varios sectores que son: Maranga,
Huaca Panda, Huatca, Mateo Salado, Huantilla y Huaca San Miguel, cu-
hriendo el área que actualmente forman los distritos de Pueblo Libre, Breña,
Magdalena y San Miguel.
Los edificios de estas huacas están hechos a base de estructuras superpuestas
y contienen testimonios figurativos variados, tales como cerámica, cestería, me-
tales, textiles, documentos, naipes, etc., que van desde el Horizonte Tem-
prano (Cultista y experimental), período Intermedio Temprano (Maranga),
Horizonte Medio (Tiahuanacoide). Período Intermedio Tardío (Huatca),
Horizonte Tardío (Inca), hasta la ocupación española. En muchos casos las
huacas han sido reocupadas con diferente función, con la consecuente remo-
delación de sus estructuras. En otros casos han sido abandonadas y reutiliza-
das como cementerio (caso de la huaca de La Luz, antigua Pando).
A la huaca de los Tres Palos, específicamente, se le puede ubicar hoy en día
entre el campus de la Ciudad Universitaria de la Pontificia Universidad Ca-
tólica del Perú, en el Fundo Panda, distrito de San Miguel, el Parque de
Las Leyendas y la Feria del Pacífico. Dentro de esta misma área, están ubi-
cadas también otras huacas.
En esta huaca se aprecia que sobre la última estructura pre-hispánica en-
contrada en funcionamiento al producirse la ocupación española, se levantó
una casa habitación en el siglo XVI, que deja un basural de ese siglo y al-
gunos restos más tardíos.
Además de esta ocupación, al observarse remodelaciones intermedias, se en-
contró un sector que conducía por una rampa a una plataforma con 96 pozos
con troncos que también había sido remodelada para utilizarla como patio,
con una capa dc 0.20 mt. dc barro. Esta estructura más bien ceremonial
(religiosa-astronómica) responde a una tradición local o quizás regional, quc
98
FENIX
por ahora interpretamos, provisionalmente, como ocupación HUATCA, que
forma parte del circuito mencionado.
b. Ocupaciones de la huaca
La huaca de los Tres Palos está formada por un conjunto de estructuras su-
perpuestas sobre otras básicas. La limpieza efectuada, aunque muestra re-
modelaciones intermedias por cortes realizados en sitios disturbados anterior-
mente, está orientada básicamente a dejar al descubierto la última estructura
pre-hispániea.
Todo este Circuito, dentro del cual están comprendidas las huacas Pando,
entre ellas la de los Tres Palos, pertenece al valle del Rímac, y la Huaca de
los Tres Palos considerada como una de las más importantes de este valle.
Según tradiciones recogidas se sabe de la existencia de un gran oráculo en
este valle. Tenemos la definición que da Garcilaso de la palabra Rímac:
"Rímac, llamaron así al valle por un ídolo que en él hubo, en figura de hombre que
hablaba y respondía a lo que le preguntaban, como el oráculo de Apolo délfico, y
porque hablaba le llamahan "el que hablaba" J.
Refiere Garcilaso de la Vega que Paehacútec caminó hasta el Rímac y que
"tenían el ídolo en un templo suntuoso ... donde iban y enviaba sus emba-
jadores los señores del Perú a consultar las cosas que les ofrecían de impor-
tancia" 2.
Inca Ccapac Yupanqui y Cuismanco acuerdan en Pachacamac que este tem-
plo quede para consulta de "los negocios reales y señoriales" y el Oráculo
del Rímac para la consulta de los comunes y plebeyos. Sin embargo, Huay·
na Capac consulta al Oráculo del Rímac sobre su jornada "por cumplir lo
que su bisabuelo capituló con los Yuncas", y recibió respuesta "de muchas
bachillerías y grandes hasijas".
Todo esto remarca la importancia que tenía en el valle de Lima el oráculo
del Rímac. Hay opiniones divididas para la ubicación de este oráculo, al-
gunos indican las ruinas de Armatambo como sede del oráculo, otros a la
huaca Juliana o Pucllana como un templo del dios que daba oráculos, otros
a Mateo Salado.
Middendorf, sin haber conocido la estructura ceremonial sino sólo la remo-
delación Inca, insiste que es Maranga en Huatca, donde está el templo del
Rímac, ubicándolo en la huaca del Estanque o huaca número 10 - huaca
de los Tres Palos, y esto lo afirma categóricamente 3. Garcilaso al hablar del
sometimiento de esta región al dominio de los Incas, refiere que los habi-
tantes adoraban un ídolo de figura humana que decía el porvenir de los
que le consultaban: " ... Este dios habitaba un templo magnífico, aunque
l. Garcilaso de la Vega, Inca. Comentarios reales ... T. IlI. Lima, 1967? p. 177.
2. Oh. eit., p. 177·178.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS
99
no era tan rico como aquel de Lurín donde vrvia el dios Pachacamac ... ",
Garcilaso no dice dónde estaba ubicado este templo. Los expertos mandados
por Hernando Pizarro para la fundación de la nueva ciudad, no tuvieron no-
ticia alguna de haberlo encontrado.
¿Cuál era el nombre original del dios Rímac? Oviedo tiene el relato de Cor-
zo ". .. el dios más noble se llama Cuatán ... ", Coho, en la fundación de
Lima dice que el valle actualmente denominado Huatca, se llamaba Guadca.
De aquí pudo ser que Cuatán o Guadca fueran pronunciaciones corrompi-
das del mismo nombre La palabra Huatcka fue introducida a la lengua
Quechua y significaba en adelante, consejero falso, tentador y más tarde
demonio.
Kroeber, que sigue la apreciación de Middendorf, llama Templo del Rímac
a la Huaca número 10 o Huaca Pando:
" . .. según una teoría, servía de base o palacio del curaca de Maranga antes de Jos
Inkas, según otra versión, era un templo y casa de sus sacerdotes ... " 4.
Wagner hace una descripción muy interesante de la ciudad de Huadca, que
complementa lo anteriormente expuesto:
" . .. existía una calle llamada Triunfal, tuvo altorrelieves de caras, tal vez sacerdo-
tes. .. Hace treinta años vimos todavía dos de esos rostros. Por casualidad se des-
cubrió el rostro de una pared que ostentaba una pintura decorativa: una divinidad
que sostenía en cada mano un lagartijo y a sus pies un pez y a sus lados un cs-
corpión y dos guerreros de perfil en ademán de correr. Un examen de esta pin-
tura comprobó que debajo de ella hubo por lo menos cinco otras capas de distintos
colores y últimamente rojo oscuro, que iban renovando las pinturas ...
Estos rostros estaban en una larga calle cercana a la Huaca N ~ 10 Y que comuni-
caba con las otras construeciones de la ciudad de Huadca ... " 6.
Al Horizonte Tardío (Inca), corresponde un tambo. Durante la ocupaclOn
Inca, el edificio que había sido un centro ceremonial hasta entonces, es re-
modelado y transformado en tambo. El tambo probablemente fue construido
al principio como un agregado del Oráculo. Posteriormente, quizás en el
gobierno de Huayna Ccapac, por algún oráculo adverso se hizo cubrir el
Oráculo, siendo empleado este tambo o tampu, únicamente con un sentido
de previsión social pues en los graneros iban acumulando granos, preocu-
pándose del secado de los mismos y de semillas de frutas en pasadizos y te-
rrazas superiores. En la descripción que hace el padre Calancha de la Hua-
ca en Limatambo, dice que sólo las estructuras más superficiales correspon-
den al templo del Rímac u Oráculo, con lo cual sugiere la coexistencia de
un tambo con el templo del Rímac: Rímac 'I'ampu.
3. Middendorf, E. N. La antigua ciudad de Huadca. Lima, 1943. p. 81-95.
4. Kroeher, A. L. Proto-Lima ... Chicago, 1954. p. 20.
5. Wagner, José S. Notas. Lima, 1948. p. 96.
6. Cárdenas Martín, Mercedes O.... Pando ... Lima, 1965. p. 53.
100
FENIX
En una referencia de Cobo, encontramos lo siguiente:
" . .. Los depósitos reales y los de la Religión eran distintos aunque estaban siempre
juntos, como lo eran lC"S dueños de lo que en ellos siempre se encerraba y los efec-
tos a que se aplica. Eran los del Inca mucho mayorcs y más largos que Jos de la
Religión, de donde se colige haber sido mayor su parte de tierras y ganados que la
que estaba consagrada a los dioses... Todo el grano, semilla y frutos que se reco-
gían de las tierras de la Religión y del Inka, con todo lo que en espacios contribuían
los pueblos, lo ponían los mismos indios de la comunidad en los primeros depósitos,
para que el Inka y sus gobernadores lo distribuyeran a su libertad ... ",
De los primeros años de la conquista, el Padre Bernabé Cobo en la "Histo-
ria de la fundación de Lima", incluye una referencia a la forma de gobierno
incaico en el valle del Rímac:
Dividíase este valle conforme al gobierno de los reyes Incas, en tres Unos o
Gobernaciones de diez mil familias cada una; el pueblo de Caraguayllo era la cabeza
de la primera, el de Maranga, que cae en medio del valle, de la segunda; y la
tercera el de Aura ... " 7.
A la ocupación española corresponde una casa-habitación:
" .. , La primera ocupación fue de soldados acampados que se alojaron con los ca-
ballos y utilizaron el edificio, sin embargo, tal como lo encontraron al servicio del
Tahuantinsuyo,
Posteriormente se edificó la casa y se estableció en ella una familia que tenía ni-
ños según se puede colegir por unos zapatitos encontrados. Una gran cantidad de
alpargatas revela tributo indígena. Los basurales cercanos a la casa- habitación con
su zaguán y dos alas de tres habitaciones cada una: de dormitorios la una y de ha-
bitaciones de servicio la otra, brindan gran contenido de documentos del siglo XVI,
naipes, etc, y fue posiblemente ocupada hasta el siglo XVIII, siglo al cual parecen
corresponder la cerámica verde y celeste vitrificada, el estribo y la taza de probable
comercio con las islas Filipinas ... " (Sic) 8.
Es a partir de la ocupación española, donde incidimos más exhaustivamen-
te, por lo referente al hallazgo de documentos y naipes en el basural cerca-
no a la casa-habitación.
Acerca de quiénes fueron los que habitaron la casa de la Huaca de los Tres
Palos, no 10 sabemos todavía. A la huaca se le conoce también con el nom-
bre de Martín de Alcántara, hermano materno de Francisco Pizarro, pero
aún no se ha comprobado que él la habitase.
En general se sabe que Maranga era una encomienda durante
española. Cobo, nos dice" . . . A Nicolás de Ribera, el Mozo,
de Maranga, Canta y Vegueta ... " 9.
la ocupaClOn
encomendero
'i . Cobo, Bernabé. Historia de la fundación de Lima. Lima, 1882. p. 42.
8. Ramos de Cox, Josefina. "Pando" (inédito). T. 2, p. 174.
9. Cobo, Bernabé. Ob. cit., p. 46.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS 101
En el libro primero de Cabildos de Lima se encuentra la concesión de esta
encomienda, a Ribera el Mozo:
" . .. Muchos y muy marcados SCrVlC1<'S fueron los de Nicolás de Ribera, el Mozo,
en la Conquista, conservándose siempre fiel a la causa Real, combatiendo las al-
teraciones que los alborotadores del reino promovieron repetidas y continuas veces
hasta su completa pacificación por el licenciado Pedro de La Casca, quien lo prc·
mió concediéndole la encomienda de Maranga, que comprendía el territorío del Ca-
cique en cuyos dominios se había fundado la capital de la Colonia, y no solamente
se acordó gratificaciones a Ríbera sino también a su esposa doña Inés Bravo de Lagu-
nas . .. " 10.
La zona de Maranga ya era encomienda cuando el virrey Toledo vino al Pe-
rú (1569.1581). También en el libro Primero de Cabildos de Lima, en-
contramos:
" . .. Relación de encomiendas existentes en el Perú cuando practicó la visitación
e hizo reparto general el Virrey D. Francisco de Toledo ... Audiencia de Lima ...
INDIOS
Maranga 99 etc 11.
Tuvo Ribera en encomiendas los indios de los valles de Maranga y Huadca in-
mediatos a la ciudad ... " 12.
En la lectura de la carta hallada en el basural, de fecha 1582, se observa que
va dirigida al hermano del virrey, D. Martín Henríquez de Almansa, otra
posibilidad de vinculación con los ocupantes de la casa de la Huaca Tres Pa-
los. Próxima a la esquina Este del edificio, demolida para obtener un ingreso,
se encontró entre la arena de los depósitos de alimentos y protegido por un
muro caído, un documento al que se llama "Traslado de 1519 de León de
Nicaragua" .
II. DESCRIPCION DE LOS DOCUMENTOS HALLADOS EN LA HUA·
CA DE LOS TRES PALOS
El material que consideramos fue un aporte español en la conquista y que
hasta ese momento era desconocido en el Perú, los naipes y documentos
producidos; y si bien parte de ellos cayeron o se destruyeron como des-
perdicio, dieron origen a su vez a los primeros pre-archivos, en sentido ocei-
dental, en el Nuevo Mundo.
10. Torres Saldamando, E. Libro primero de cabildos ... París, 1900. p. 332.
n. Torres Saldamando, E. Oh. cito Anexos al apéndice N? 2. p. 140.
12. Torres Saldamando, E. Ob. cito Ira. parte. p. 57.
102
FENIX
Tenemos noticias también de hallazgos similares en Pachacamac. El Dr.
Julio C. Tello, durante las excavaciones encontró manuscritos que entregó
al Dr. Porras Barrenechea para su estudio. Ultimamente, el Sr. Alberto Bue-
no, encontró naipes y manuscritos en el mismo sitio.
La colección Soldi, guarda una baraja de naipes españoles, que proceden se-
gún información de la persona que los halló, de una tumba en la zona de
Ocucaje y que se encontraban en una cajita de piedra.
El material encontrado en la Huaca de los Tres Palos, para su descripción,
lo dividimos en dos partes: documentos y naipes.
1. Documentos
Entre los documentos que se han hallado tenemos solamente tres manuscri-
tos, que están casi completos, aunque bastante definidos como casi todo el
material, por las circunstancias en que se encontraban, es decir, entre tierra
húmeda o entre desperdicios orgánicos, o debajo de muros o demás vestigios
de construcción.
Además de estas 3 cartas manuscritas, se encontró una hoja que debió haber
pertenecido a un libro. Hay fragmentos de diferentes cartas, pero lo único
observable es diferentes tipos de letra.
a) En primer término, un requerimiento de pago del siglo XVI. Está da
do en la ciudad de León de Nicaragua, el ocho de marzo del año 1519.
Este documento es el que se halló debajo de un muro caído. Se ha protegido
algo, ya que se encontraba doblado, circunstancia que ha favorecido enorme-
mente su lectura por estar la tinta en buen estado.
La escritura pertenece al castellano del siglo XVI. El texto transcrito ha sido
publicado por el Seminario de Arqueología de la PUC J, Y la revisión de la
transcripción es de César Gutiérrez, Director del Archivo Riva Agüero.
"En la ciudad de León ocho días andados del mes de marco, año del Señor de mil
e quinientos e diez y nueve años, por quanto el señor Joan Alonso fator por Su
Magestad dixo que convenía que Pedro Pacheco, Alguazil Mayor por Su Majestad,
fuese a la ciudad de Sevilla por eierta eantidad de pesos de oro que pertenecen a
la caxa de Su Magestad, por tanto que Requería al señor Alcalde Mayor en la ciudad
de León, ocho días andados del mes de marco, año del Señor de mil e quinientos
e diez y nueve años por quanto al señor Joan Alonso fator por Su Magestad dixo
que convenía que Pedro Pacheeo, Alguaeil Mayor de su Majestad, fuese a la ciudad
e Sevilla por cantidad de pesos de oro que pertenecen a la eaxa de Su Majestad por
tanto se requería al señor [siguen firma y sello] ....
Las medidas del documento fragmentado son las siguientes: 22 cm. de ancho
y 21 cm. de largo (a la punta rota). El trazo de las letras es muy parejo. La
l. Regalado, Liliana. "Texto (manuscrito 1582)". En: Boletín del Seminario de Al"
queología del Instituto Riva Agiiero. N ~ 3. Lima, jul. 1969.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS
103
tinta presenta indicios de oxidación, especialmente en los trazos más grue·
sos. El color del papel no está del todo amarillento sinó más bien es uno de
los que mejor se ha conservado; a causa de lo indicado anteriormente es bas-
tante blanquecino y no ha tenido mayor humedad.
b) El segundo documento está fechado en el año 1582. Es también Liliana
Regalado 2 quien se ha ocupado de la lectura paleográfica de él y César
Gutiérrez de la revisión. Se trata de una carta. No se ha completado la
lectura del texto pero se sabe el sentido de ella: fechada el 12 de mayo,
es una comunicación personal de Juan Enriquez a don Martín Henriqucz
Almansa, hermano del Virrey del Perú.
Don Juan Henríquez aparte de referir asuntos personales, informa de la sao
lud de la virreyna doña María y sus hijas, y saludos. Trata también acerca
de una "nueva fundación". Lo transcrito hasta el momento dice lo siguiente:
t
Ilustre mi señor:
Luego q llegué a este pueblo escriby a vuestra merced dando aviso/ como avía
llegado y como allé a estas servidoras de vuestra merced e/ hijos y luego fuy a
besar las manes a mi señora doña María/ que estaba su merced con mucho deseo
de ber cartas de vuestra merced y/ ansy tratando cosas trate de la yda señor don
Diego y por entonces/ no abya que tratar de su partida.
Excelencía para yrse con el y ansi está determinado de yrse muy/brcbe con [ilegible]
pasada del señor don Martin Enríquez y aunque/o
justicia nueva ... ... ... dr ... ... ... enq ... ... gado/ aeselugar ...
en ... ... confiado de estapada eubil en ... de aqui ayer yo ... las cosas
equerido dar aviso a vuestra merced/ para vuestra merced este adbertído de su
determinacion ... ay en/que ... mi doña Maria, tiene salud gloria a Dios? y muy
contenta con/ su ... tiene muy grande ... dios le alumbre/amen esta esqueri-
do/ sin falta ninguna entiendo cambiase dios me ... dio gose a vuestra merced/
q le dis besosu ... ... a todo ... por ser cosa/ de (soto) de mi no hay esta
de nueho de que doña luisa?/ y mis hijas besan a vuestra merced las manos
. .. dos beces ... conocer a/ vuestra merced y besarle las manos .. , El don die-
go ... disese por/ ser fiesta sale de ... hiernes ... aviso a vuestra merced de lo
q/ asido ... siente mucho mi señora doña María por .. ./.
12 de mayo de 1582.
atentamente muy señor?
beso las manos a vuestra merced.
Joan Henriquez.
Los caracteres se notan muy borrados pues el manuscrito se halló en muy
mal estado, presentando pliegues de arrugas como si lo hubiesen estrujado
2. Ob. cit.
104
FENIX
para arrojarlo al hasural. Tiene algunas esquinas rotas, y la tinta presenta
varias tonalidades por el desgaste. Mide actualmente este documento 21 cm.
x 31 cm. de largo. La diferencia de fechas entre los dos primeros documen-
tos es de 63 años.
c) El tercer documento, no ha sido transcrito aún; parece que se trata de
una carta que envía alguien a un canónigo. Dehe ser también como el
caso anterior una carta personal, y también de épocas semejantes pues a pe-
sar de la diferencia de los rasgos (en el primer caso va hacia la izquierda,
y en el segundo caso es hastante irregular y desordenado pero tiende hacia la
derecha) las letras en sí son del mismo tipo.
Este manuscrito está roto también en los hordes y presenta restos de que-
madura al centro y en los mismos bordes, probablemente se deha a que estu-
vo asociada a ceniza o que lo ihan a quemar pero no le llegó el fuego. El ta-
maño del manuscrito es igual al anterior lo mismo que la calidad del pa-
pel.
d) El cuarto documento es una hoja impresa en latín. Pertenece a un Iihro.
Parece que se trata de un texto de derecho. El tema sería sobre contratos
de derecho civil del Corpus [uris Civilis de Justiniano.
Asociándolo a la carta que aún no ha sido transcrita pero en la cual se Ice
que va dirigida a un canónigo podríamos pensar que hahitó en Tres Palos un
religioso, que como se sahe estahan entre el grupo de los letrados, y con ma-
yor proporción entre los primeros españoles que vinieron al Nuevo Mundo.
Tal vez vivió allí un escrihano de la época.
Estos documentos demuestran que, sin lugar a dudas, la Huaca estuvo ocu-
pada por personas de cierta categoría, así lo demostrarían el requerimiento
de pago, la carta al hermano del Virrey, la carta al canónigo, y, por último,
el texto de un libro de derecho civil.
Este último está muy deteriorado, tiene muchas roturas que impiden una
clara lectura del texto. Quizá futuros hallazgos nos den mayores luces al res-
pecto.
2. Naipes
Distinguimos muy hien dos clases de naipes, en cuanto a las técnicas de fa-
bricación se refieren: unos son impresos en blanco y negro (originalmente)
y los otros impresos y pintados a mano.
a) Naipes impresos. Su característica principal es tener las dos caras con
muy distintos motivos entre sí: cada una de las caras pertenecen al mismo
tipo. Las que indicamos como cara uno presentan alrededor del motivo prin-
cipal un cuadro de mayas paralelas diagonales, menudas; los bordes de este
papel dan la vuelta y se fijan en la otra cara.
En los lados opuestos son diferentes los motivos. Ambos lados han sido he-
chos por separado y se han utilizado los bordes de la cara uno, que son más
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS 105
grandes, para unir las dos caras, de tal forma, que lo sobrante pasa al otro la-
do como filete pegado, uniéndolas.
Los motivos son de una reina y un rey, los personajes aún no han sido iden-
tificados, representando con seguridad a alguien de la época, como era cos-
tumbre. Desde el punto de vista estético, estos dos motivos pertenecen al ar-
te grutesco, según referencias de Francisco Statzny, ex director del Museo de
Arte. El arte grutesco fue un tipo de decoración utilizado en el Renaci-
miento, se logró mediante una armoniosa composición de motivos florales,
figuras humanas y animales fantásticos. Se inspiró esta decoración en mo-
delos romanos hallados en las grutas artificiales del Monte Celio, que eran
de la enterrada "Domus Aurea", de Nerón.
La cara 2 de estos naipes presentan el palo de copas; en un caso se trata del
2 de copas y en el otro, por estar muy deteriorado, se notan solamente 2,
pero por el espacio, puede pensarse que es 7 ó 9. Los motivos de las copas
en sí parecen muy distintos a los de la otra cara, pero observándolos es po-
sible notar que es el mismo estilo artístico, pero que al representar objetos
() símbolos para el juego de cartas ya tradicionales son más esquemáticas,
sin dejar de tener las mismas características.
Otros cinco naipes en la cara 1 representan jinetes a caballo. La agilidad
y ondulación de las figuras corresponden a los estilos típicos de Miguel An-
gel, Rafael y Leonardo, según opinión también de Statzny. A excepción
de un naipe todos están fragmentados, pero sin dejar de notarse las carac-
terísticas que los distinguen. El motivo de estos caballeros parece haber si-
do inspiración de la pintura y estudios renacentistas sobre San Jorge, quien
ha sido interpretado por varios pintores en obras con diferentes títulos; es-
pecialmente nos recuerda un estudio de Rafael sobre este personaje.
Un naipe presenta un personaje que parece llevara una máscara y guantes
negros, va con capa en la cual pende una cruz y lleva a la altura del cue-
llo las palabras "Pan Asco". En la cara 2 hay bastones (el número de ellos
es defícil de establecer por el estado del naipe); cuatro de espadas, el ca-
ballo de oro, copas y nuevamente bastos (los cuatro palos).
Hay naipes con motivos de medallones o camafeos que llevan un retrato al
centro y van colgados de un gran lazo ondulante.
En la cara 2 los naipes llevan los palos de copas, oros y uno representa un
motivo mitológico, como se ha dicho anteriormente; en este caso puede ser
una esquematización de uno de los motivos del decorado grutesco.
Estos naipes están hechos en cartón no muy grueso y sobre este cartón van
las láminas del papel impreso con los motivos antes descritos. Pertenecen a
dos barajas distintas, una un poco más ancha y larga que la otra. Las de-
nominaremos barajas a y b.
i\ la baraja a pertenecen:
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Dos naipes con los personajes grutescos en cuyo reverso está el palo de copas.
Los naipes de jinetes a caballo; en el reverso copas y bastos. El medallón con
rostro de joven; en el reverso copas. Las medidas de éstos debieron ser 9. 5
por 6.5 cm.
A la baraja b pertenecen:
Primero, patas de un caballo; reverso cuatro de bastos. Segundo y tercero,
Jinetes a cuyos reversos hay espada y caballero con estandarte. Cuarto, mo-
tivo de bastos con flores. Quinto, medallón con rostro de mujer; reverso, fi-
gura mitológica, lazo de medallón; reverso, oros. Las medidas de esta ba-
raja son 8.5 por 5 cm.
Además, pertenece a esta baraja un naipe que representa el seis de oros, y
en la esquina superior izquierda, lleva el rostro de un querubín. Este naipe
está incompleto, pues por la mala conservación ha perdido la lámina del an-
verso, o sea la que lleva el borde rayado. Pero el tamaño es el mismo que los
anteriores y también el estilo pertenece a ellos.
En este grupo de naipes impresos, tenemos dos ejemplares que no pertcnecen
al mismo estilo que los anteriores, sino al palo de oros. Son más angostos
que los anteriores. Las medidas son: 9 x 4.5 cm. Está fabrieado en cal"
tón. Presenta un punteado al reverso, detalle que veremos en una de las ba-
rajas pintadas a mano. Parece que es el 9 de oros. El otro, es algo más
pequeño; sus medidas son: 8 5 x 4.5 cm. Presenta el seis de oros y al re-
verso no tiene ningún motivo. También está hecho de cartón pero el grabado
va en papel pegado, por esta razón se ha perdido el reverso. Es el seis de oros.
b) Naipes impresos pintados a mano
Tenemos 13 ejemplares de este tipo de naipes, pero pertenecen a cuatro ba-
rajas diferentes.
1 . Tenemos una sota, el palo a que pertenece no lo sabemos pues se trata
únicamente de la lámina de papel impreso que se ha despegado del car-
tón y está fragmentada. Los colores que lleva son rojo, negro y blanco
( originalmente). Los colores blanco y negro del naipe están impresos
en la figura. El rojo está pintado a mano, lleva este color en las piernas.
redondelas de los brazos y algunas bandas del vestido. Ha sido hallado
en el A-33 de la Huaca.
2. Siete naipes de esta baraja, pertenecen a los palos de copas, espadas y
bastos.
Tenemos una sota de bastos, la figura de la sota está casi borrada y han
desaparecido los colores; lleva una espada a cada lado, bastante simple;
la de la derecha es de color 1'010; en la de la izquierda se ha borrado
la pintura, pero queda un residuo de rojo.
PALEO - BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS PERUANOS 107
Hay dos clases de espadas, unas tan simples y rudimentarias como las
que aparecen en la sota; llevan los colores rojo y azul alternados, o sea,
que una es roja con manga azul y la otra al contrario. Estas espadas es·
tán pintadas sin impresión alguna mientras que los otros naipes son más
pequeños, impresos y pintados también con los colores combinados de
rojo y azul.
Los bastos, al igual que las espadas descritas en primer término, están
pintados rústicamente sin impresión. Tenemos el cuatro de este palo y
también los colores son el rojo y azul. También tenemos el seis de co-
pas, las copas son impresas y solamente la boca de ellas lleva color, reali-
zado a mano, es rojo. Estos naipes miden 8.5 cm. x 4.5 cm.
Todos se han encontrado en el A--10, lo que comprueba que formaron
parte de la misma baraja.
Característica parecida a los descritos como impresos es el papel que
llevan al reverso y que en este caso no tiene ningún motivo, da la vuel-
ta y va como filete uniendo la otra cara. Entre ambas caras de papel,
que en este caso es grueso, llevan cartón. Los naipes de esta baraja son
bastante consistentes.
3. Tenemos tres ejemplares de esta baraja. En ellos se nota mayor elabo-
ración en el diseño de las figuras, no son tan simples como los anterio-
res que llevan solamente algunos trazos muy indispensables y finalmen-
te el coloreado se da sin ningún esmero.
El naipe es fragmento de sota, el palo a que pertenece no está. Los co-
lores con que está decorada son el rojo y azul que combinados adornan
el vestido y parte del ruedo del naipe. Se encontró en el A-27.
Los otros 2 ejemplares de la misma baraja corresponden al palo de bas-
tos; en el primer caso, el siete de bastos y en el segundo caso es un pe·
queño fragmento. Los colores que llevan son meramente el rojo, azul,
e incluso el basto que aparece en sentido horizontal en el segundo naipe
de la lámina, va en color natural (decolorado) de la impresión. Este
basto se ha oscurecido un poco pero se ve que su tono original fue igual
al del fondo del naipe o sea, el blanco. Estos naipes han sido hallados
en el A-16. Están fabricados con el sistema de láminas pegadas al caro
tón ,
Estos naipes no llevan ningún motivo en el reverso, que es completa-
mente liso; consiste en una lámina de papel, de la misma textura que la
del otro lado, pero en blanco, también pegada al cartón. Las medidas
de los naipes son: 9.5 cm. x 8.5 cm.
4 . En un naipe que es el nueve de copas las figuras están completamente
borradas pero se ha conservado bastante bien el coloreado en rojo en las
bocas de las copas.
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Otro naipe es el oeho de bastos. Pertenecen al mismo tipo de los bastos
descritos en la baraja 3, pero éstos llevan pintados los extremos supe·
riores o mangas del basto. Los eolores en que están pintados son el
rojo y azul.
La característica de esta baraja es que lleva el reverso punteado. Están he-
chos también con el sistema de láminas pegadas sohre cartón. Las medidas
son: 9 x 5 cm. Se encontraron en el A-16.
3. Diferentes opiniones sobre los naipes hallados en la Huaca de los Tres
Palos
Con el fin de tener mayores referencias y tratar de confirmar las hipótesis
que teníamos acerca de los naipes, se escribieron cartas a la Biblioteca Na·
cional en París, Gabinete de Estampas, Museo Metropolitano de Arte en Nue-
va York, Museo Británico y Museo de Bellas Artes de Barcelona.
En las cartas que se enviaron, se les indicaba las condiciones del hallazgo,
como también su ubicación. Recibimos respuesta de los tres primeros, no ha-
biendo tenido ninguna comunicación del Museo de Bellas Artes de Barcelona.
a) Bibliothéque National, París: No tienen en su colección naipes seme-
jantes a los nuestros, pero según opiniones de especialistas, piensan que
se trata de naipes españoles y probablemente catalanes, que datan de
mediados del siglo XVIII, impresos por medio del grabado en madera
y luego coloreados a mano (refiriéndose a los naipes que indicamos en
el punto b, como impresos y coloreados a mano) y esta técnica se si·
guió utilizando hasta mediados del siglo XIX.
h) Metropolitan Museum, Departament of Ponits and Drawings:
Por falta de claridad de las copias sólo se refieren al 8 de bastos. No
aseguran que hayan sido hechos en España misma; pudieron ser im-
presos en Francia o Italia. Los mismos diseños se redujeron durante
muchos años.
El punteado del dorso (que lleva ese 8 de copas) no indica el período
pues es uno de los motivos que se empleó durante mucho tiempo con
otros dibujos, como puntas de flecha y rombos.
Adjuntaron 2 copias de naipes muy similares a los nuestros, que da-
tan del año 1587.
d) Museo de Arte, Lima: Tuvimos la gran oportunidad de recibir las opi-
niones de Francisco Statzny, ex director del Museo de Arte en Lima.
Algunas de las opiniones de Statzny sobre los naipes se han incluido,
como indicamos al descubrir las diferentes barajas, principalmente las
que corresponden al arte gruteseo.
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Indica que los pertenecientes a este estilo, corresponden sin lugar a
dudas al siglo XVI y cree en la posibilidad de que ambas caras perte-
nezcan a épocas diferentes, pero que pudieron ser impresos al mismo
tiempo. con cintos antiguos. Y sitúa a los motivos en la otra cara, a
fines del siglo XV.
De los naipes en colores, nos dice que son más escasos y que han sido
impresos en España y luego pintados a mano.
4. Cronología de los naipes
Después de la descripción hecha de la Huaca, sus asociaciones, especialmente
en este caso de la ocupación española y las circunstancias de los hallazgos,
podemos afirmar que los naipes corresponden al siglo XVI. Pertenecieron
a las personas que habitaron la Huaca.
El lugar en donde fueron impresos es difícil establecerlo. Pudieron muy
bien haber sido fabricados en España como también en Italia, teniendo en
cuenta que durante mucho tiempo se utilizaron los mismos cuños para
su elaboración y sobre todo que estos cuños eran transportados por los fabri-
cantes de naipes por toda Europa.
Muchos de los soldados españoles que llegaron al Perú en esa época fueron
combatientes en las guerras de Italia, motivo por el cual también puede
darse el hecho que trajeran naipes de ese país (hacemos alusión especial-
mente a los naipes impresos con el estilo típico del Renacimiento italiano).
Los naipes son un tipo de grabado que, bajo el punto de vista estilístico en
relación con otra clase de obras de arte, son más duraderos, tradicionales o
conservadores en su estilo por el hecho mencionado, de la utilización de los
mismos cuños a través de muchos años y en muchos países.
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