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NOAM CHOMSKY MASSACHUSETTS INSTITUTt Of TlCHNOLOOY
ASPECTOS DE LA TEORIA DE LA
SINTAXIS Introducción, versión, notas y apéndice de
C. P. OTERO UnivcrJity of C.lifornl~ 1 Los /.ngelct
AGUILAR
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coJe-cción culcura e histori:.a arcuro del hoyo
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PROLOG OS
edicibn cSpnñola C aguilar s a de ediciones 1970 ju11i bravo 38 nu,drld depósito legal m 28213/ 1976 primera edición - tercera rclnlpiesión- 1976 ISBN 84-03-12029-X printcd in spain impreso en e1paf\1 por gráOcas color maría zayas 1S madrld
• edición original lhe massachu!ells inrlilute or technology 1965 aspects o( lhc lheOr)' o( syntax the m.it press cambridgc ma.\Slchu11e111
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RECONOCIMIENTO
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ti ln/or111t Ttcnico Esptcial nú1ntro I I Jtl Rtstarch
Laboratory o/ Eltrtronics d•I ~1assacliusttts lnsrirui. o/ Tecli· nology. El Rtstarch Laboratory o/ Eltct1011ícs ts 11n laboratorio inttrdtparta111tntal 1/ondt llevan a cabo sus inl'Utigacionts pro/esoru y ts1i1dlantts grat/,1ados tft n1111rtrosos dtpa.rtan1en-
tos acotll111icos. La t't1vtstigación recogida tfl tstt informe /t1e posible tn parte gracias a la ayi1da prtJtada al Rtsearcl1 Laboratory o/ Eltclronict, Massacli11sttts lnstitt1te o/ Ttcltnology, por The Joint Services Eltctro11ics Progrc1111s (U. S. Ar1,1y, U. S. Navy a11d U. S. Air l'orc•) ugún Co11troro 11ú111ero DA36·039. AMC·03200 {E); flyuda trtlicional fue pre,ratla por The U. S. Air Force (Electro11ic !iys1e111s Divisio11 segú11 Contrato Al'/9(628·2487), The National Science Foundario11 (Grant Gi'-249:!), Tht N111io11a/ lnsrilutts o/ Healrh (Grant M/1·04737·04) .v The Nario11al Aero11atr1ics a11tl Space Ad· minisrratio11 (Grfllll N.iG-496). Se per111ite la rtprón-á11chez Fer/osio y refrt111/odo por A9u.1fi11 García Calvo) sobre "in· d11c10". La a11alo~ía de aduc10/ cduclo con aferenle/ ere rente va 1nás allá de Ja etinrología {aferentes tran )'O los aductos a u110 neitrono, p. ej.). El tradi1c1or l111biera pre/tridn atenerse a Jos tecnicis111os en uso y evitar in· novaciones, ptro t11 las nu111trosar obras q11e ha consultado ( en1pezando por los diccionarios Elsevier) no lia conseguido dar con solucion~ nuis sari1/actort"as q11t las q11t aqu1 o.ta proponer a los Jtctores de /eng11a española. De an1t111ano pitlt di1c11lpas por lstas y otras inno,•aciona me· 11os radicales: t. g., la incorporación dt un doble1e para 1na11ttner ~/ con-
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Pnra rtd11cir al 111ttnor n1í1nt-ro posiblt las notas a un texto )'a ntuy anotado por ti 01,tor, convtnfa dar por supllesta cierla fan1iliaridad previa o sin111ltánea con la1 diversas portts del Ap¡nd;ct y de la lntroduccWn, CU)'O objtto principal ts servir de a)11tda al ltctor de buena (y recia) vo. lu11tad y. de pato, poner rtlati,•n1nente al día la doctrina. Los comenta· rio.s son todos t.itncial111tnlt txpositi1·os, borradores de apuntaciones ptr· sonalts (con 1oda la fa/1bi/idad qu• corrtspond• al caso) y. por supues10, no tienen la mtnor prtll!n1i6n dt pronr1ncian1itnto dt tscutla ni tampoco
a XIV
N'01'A PRfL.IMll'fA_R A LA l1tADUCCION
ningií1t ¡1rOPÓ-fito cr1trco. La l11troduccidn, en ¡>articular, 110 pretende ser ni exhausti\•a 11/ ri.qurusa. Para un estt1dio de1e11ido y a Joiido ts inevifa.. ble .c~nsttltar las ~~ras tSCri~~J' o rtco1ne11dada.s por C/101nsky. A fin dt clur1/1car Ja txpo~1c16n Y f~c1/11ar la COl't1prensi6n (sobre todo al poco avezado) se tltg1do Jos t'/t1np/os 1114.r St11ci/los y u/1rasin1pli/icados. Se.ría absur~°. ,pr~ttndtr rt/1'1.ar tJn punto concrtro de lo exposición (y inenos la exp<>trcwn in co10) exhibiendo fenó1ntnos dejados in1t1icional111entt al niargt11 . dtl ren1tdo r11dimtntario de gramática i11rputJto por /as circunstancias.
•'()Ccurrt11ce"1 ''defend" y ~cloinr", etc.). Otras vtces dos vocablos españoco1110 abarque y gama, aberración y desviación (ti adjetivo udeviant" ~ . . y med'10, u orac1'6n y sentencia, . corrt.Sortce inJpontr aberrante), 1n¡en10 pond•n a un solo vocablo lng/ls. El uso d• sentencia (término de soltra :;.rpana. contra lo que p11ditra hacer ptnsa~ el olvi~o ~n que yac~, pest a Ferrattr y ublanc) permite preservar ,¡ Simbo/o inic1al S (y •v11ar ade· iás el uso dt O, qut fácilmtnte se tomarla por cero). No se confunda oración (o sentencia) con la proposlci6n (o juicio) que la oración e.xprt· :, (o tn11ncia), confusi6n ta11 lamentable en lingiJís1ica co1no en Mgica (cf. 111, n. 11). fara resolver cierta.1 anrbigüedadts síntdc-ticas u impera1ivo el uso de guiona tntr• las palabrM qut forman una unidad (modificada en hk>qu•). También los numeralt.1 (o le1ras) entre pa.rl.ntesis forman una unidad con
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En un libro de tstt tipo, la traduccWn p11edt ttntr ciertas ve.ntajas sobr~. ti ~riginal, sobre todo tn lo que reS¡Jttta a la ttrniinología y a ltJs ejenip/1f1cac1ontt. Como en ti texto no hay 1114.s que ejemplos ingluu (sall·o dos 1onuzdos del altmán Y 11110 dtl fmncls), la ltng11a española se conPiertt inevi-
1ablemtn_te en u11a eJpttit de ..1ne1ale11guaje.. raptcto al n101e1ia/ /i11güistico no e1pano/. Para a)~11dar al que no sepa inglls lo su/icitnten1ente bien todos los ejemplos van glosados. prtstrvando, a ser posible /a sintaxis 'aun a costa dt la. literalidad, de 1n<>do q11t ~n 1n11chos ca.so$· la glosa u~ño la puede ser~·11 . tambitn de ilt1$traci6n: c11ando ello no ha resultado posi· bit. se ha anad1do tn nota algún tjtntplo ~spañol grama1icalmen1t similar al d~l º'faino/ y. a falta de tsio. se ha tratado de e:cplicar el sentido del ejem· p/o ingles.
dtl inglés). La versión tendrá, sin duda, 1nuchos tlt los defectos característicos de fo q ue sale de 11na sola 1nano, y acaso muy pocas de sus virtudts. E n los tiempos que corren t.t tli/fcll que nadie tenga asueto suficiente para contribuir a "'tlespeorar'' nada. El traductor ts 4!1 pri1,1ero en la1nentar s11 (imp11es10) robinsonis1no1 asf como el í11/ortunio t1diclonal dt que sólo a pOSteriorj haya sido posible contar con la 11sagesse" de las txposlciones y versiones de ~as revistas La Jinguistique y Lnngages. c11atido ya parecía lo más cuerdo de¡ar las co.tas como estab11n, n ltt b11t111r de Dios (la versi6fi espaiiola qutd6 ter1ninada el J5 tlt novie1nbre tle 1966, salvo t1lg111ras correcciones de detalle). Sea de ello lo que fuere, el tecnicismo gcncror (clic/to sea como descargo) parece p re/trt'blc n "engtndrllr" e1r todo pn1s f/e c11ge111l ros (y nids aún en e/ de Huarte). Es tnuy justo y oport11110 aprovecl1ar para dar aq11í las gracias a todos los que !tan contribuido, dt 11n 11rodo 11 otro, a /ocilitar 11na labor bastante prolongada y más bien ardua. A111e tot/(), a Noam Cltomsky, por ltaber t ncontrado tittnpo para conttstar preguntas y atender (solfcitamtt1rte) rutgos, y p0r el obseq11io dt información 111uy valiosa,' a PaLtl Postal, por la oca· sión dt inq11iri1 a boca llena, con i11rp"nidad y provec/10, ~n 11n mono a 11wno 1n11y grato; a Ja111t1 Foley y Ja1ntt Harris, por la aleccionadora prin1icia de sus idtos e invt.stigacionts; a Cliarles Fi/Jmort y Ttrtnce Langtndoen, por los ejemplares dt .ru.f tt('rito.r. n111chos dtt tilos inlditos; a Francisco
en e_spa110/ el nroclo de dtcir ob}t1ivo e i111prrsonal (tn contraste p. e;. con 1 l~s ef11siones ' lírict1s"). Cor,10 no .to11 pocos los q11e J·ue/en hacer' basc:a; 0111 e r1ertas const~ucc;one.r f>t1sivflS (per/tc111n1ente ltgítf111a.s, a Jo que parece, y l1asta acaso 1nevi1nble.r en el l11ng11ajt '·ie111í/lco). ttl trt1d11ctor se vio en el h~ete de 1e11er que poner p11ttrta,t t1l c111upo pnrt1 redircirlas al 111íni1no, aun d~screpnndo de los renri/gado.t, y a red11cir totlavía co11 ntás t esó1i (por di/Í· c1/ de cre~r que .paretca) las co11str11ccionts e11 que se ocupa el lugar de frase no1n1nal..su¡eto 1náxí1na111e111t ine.spttlficatla. co11 el objeto {pero 110 el verbo) e11 plural.
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Ta11~1,oco -!'er11ri1e ti pit forzado de la tradi1ccló11 evitar la plaga de las cacofo,,1as ntns tot1,das (~tr la sté. S dttl cap. J Ita sobrevivido 1111 eje,nplo de los niúf .escandalosos:· r1na sarta de nitdia doce111'1a de ·ntes, algunos su~ra1n~n~e duo1iante~);. n1 101 l!Xltnsionts un ta11to t!Xfra1ias de cittrtas fainili~s lex1~as (e..~·· d1st1ncidad o animadidad /rente a distinción y ani1naci6n); 111 la.r 1ntro1111s1ones de \'ocablos inglests (tntrt parlntesis) '-·a sea acla ' · · · ' ~ para rar un ltrmt~O lln arraigo tn tspoñol (t. g., ..,nap·•, ..0111put", etc.), s~bra)·ado las .pr1mtras \'eCt$ (rtn1iJió1r tácita al Glosario), ya para pre.. cisar la acepción de 11n \'OCablo t1pañol que corresp<>ndt a 1nás de u vocablo inglls (piinsttt tn ··proof' y •1t~Jt'', "tatimony.., y ..evidencr'n ..tntronce.. Y "entry". "n1odt"" y "mO<>d'', "tin1eº' y .. ltnse..,, "case" ;
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/a expresión qttt inn1tdiata1ntntt los prtetde (corno es frecutntt en l6gica),, 0 lo cual hay que prtstor 01enci6n p,ara no vaciar de su Stnlido a la frase ' " g., una expr1df c/irecta, resistientlo en lo posible toda 1entac1on ti~ re-tscribir. Quitd ti rtsttltado st resienta de tilo tli parte, y eii partt '''~1zá tambiln la l111prtsi6n se cleba a lo poco acllmntado qt1e está
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XV
PROI OOOS
Rico, por las páginas dr dos artlc11/os, y a lostph Silvuman. por las de una re.seña tnioncts inaccesible: a h1ichatl Shapiro, por ~'' diligencia en la consulta: a Robtrt Wilson, por haberme htc/10 co-dtJtinatario dt 11na caria muy significativa; a Vlctor S4nc11tr. de Z01·ala, Ag11s1ín Garcfa Cal\ro,
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PROl.OGOS
XVI
Isabel L/ácer y, en tSpecia/, a Rafael Sd,1clrer. Ftrlo.s,.o (entusiasta pronio/or y anfitrión dt aqutllas fnolvidablts ..orgtas /i11güísticas" ), por su ejemplo e i11spirnci6n; /inal1nente, pero con sostenido ardor, a Barbara Rossbach y, sobre todo, a Judy Stror.er, 1ln cuya oportuna colaboraci6n y e.stf1nulo hu ..
hiera sido poco meno1 q11e inJposlble dar cima a la tarea, y a Maria Antonia Codeso/, q1,e ha sabido poner, con adniirable perseverancia e idoneidad~ lo que faltaba,
INTRODUCC!ON A CHOMSKY What .a piece of work is :i maol How ooblc la reasoo! how i:nfinite in facuJt1l Hamkt (11., 11)•
c. o. . P. S.-L_a ~°'ª que precede, como _Ja "'lotroducci6n a Ch01Tl$ky.., quedó ter-
minada en 1un10 de 1968. en tu pos1nmerias de una ausencia casi ininterrumpida de los EE. UU. de mú de 1rcs ailos (sito muy ~tinto Y J!lá:.s distinto alcance) en mayo de 1964 (vid. útro.s, l, Loodon~. T~esis, 1966, -~· D3$ xvm y t-11). Un tratamiento rn's dcmorndo es el de m1 libro ln1rod11cc1on a la lingüiJtica 1ra111/ormoelonal, ~f~xico, S11lo XXI. 1970. CHOM'1C.Y.- l l
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man (1906·) y en la sintal<Ís nomin•lística de Goodman y de Quine (1908-), )'. en Ullima inst.iuci:i, co los sis.remas combinatorialcs de Emil L. Post (1897-1954) (cf. ChomsJ..y, 1952, pág. 242; 1964, p&¡. 9). La ttlación de Cbomsky con Harris es un pandigma de discipulado (una relación asimEtrica desde luego, pero de doble sentido). La deuda de Chom•ky con su maestro quizá m&s importante (reconoc:ida en varias oca~ione) )', concretamcn1e. en el prólogo de S>•nttJCtic s1rul't11r~s) es eoorn1e, por supuesto. Pero ya en el prólogo a su Str11ctllrol li11g11istics1 fechado en enero de 1947'. menci?na y agradece H arris la colaboración de N. Cbomsky, y en un traba¡o pubhcado en Language diez anos después reconoce Jo que deben sus jnves1igaciones sobre anáJisis del discurso (prccis:irncnte las que Je llevarían ol estudio del concepto de trasformación) n sus conversaciones con Chomsky (''in addition to being a great pleosurc in thcmsclves"). Por Jo dcm6s, ('homsky no se Jimila a servirse de Ja idea de trosformación. sino que la rccloborn y afina hasta dotarla de propied:idcs fo rmales y funciones nuev.1s. Como se sobe, Harru había elaborado su concepto de transformación como relación de coaparición poco antes de 1950 (aunque no publica los trabajos correspondientes basta 19$2 y 1957) •. Por aquellas fechas, Cbomsky estaba tratando de construir gramá1icas del hebr pau los llamados "componcnles largos"). Esto plan1eó a Chomsky senas dofoculladcs, sólo superadas al adaptar y ttelaborar la noción de transfonnación para incorporarla al componenlc sin1K1ico de una gramática generativa con reglas ordenadas (Cbomsky, 1962, pág. 83). Sus investigaciones sobre el hebreo le sin1eron de "tesis de liccnciaiura" (195 J), más bien rci;.az.a que "tesina", y parte de las q_ue hizo sobre nnálisis transformacional del ioglé; las presentó como tesis doctoral, también en In Universidad de PennsyJvania (Transforma1io11al analysis, 1955). Pcl'o csla tesis doctoral no es mi\s que una versión del capítulo s de su "mogntun opus", 1'/ie logical strt1cture o/ linguistlc 1/1eory, obra origioaJí:si1na, rigurosa y verdaderamente nlonutt1entnl (tres cuartos de ruilJar de p(igjnns), sólo asequible en microfilme o a multicopista. Elaborada en sus años d~ becario en la Universidad de Harvard (1951-1955), en ella esiá ) ~ en cierne o en plena floración lo esendal del pens;1micnto de Cbomsky. Y en Syntac11c struc111r~s. e:r-: A CllO&ISX Y
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lo e~encial de la obra magna. Desde (p rimero década transformacional) ' . ' 1 '- por 1a ublicnción de este centenar de pagm:u, poteocta< o poco despu.. 1" Pparcccncin del propio Chomsky en persona ante el sanedrín de la lincon> . . que esta, en ób' . '"stiu. norteamencaoa de l 9S8, se puede d ttlr r ita una gui iJf!i.liCa nueva. Empieza entonces verdaderamente la rc\•oluci6n s. En uoas li og • bien · · do, un d escoas sesiones mas tonnentosas d e un conareso · 1nus1ta 1:ido "cnfant terrible" de treinta años no cumplidos y aspecto casi ado~ ..,:ntc tuvo poca dificultad en dejar complctameo1e atóo.icos y aturdidos e. Jos consa¡rados de entonces, que difícilmente podian avenirse a dar cré:ito a lo que tenlan delante de los ojos ni evitar Ja imagen .de un ángel estcrn'ljnndor o den1onio iconoclasta y con10 empcfiado en no dc1ar títere con cabew •. Tcndr[an que pasar cinc-0 años más paru que Chomsky extendiese " ' pcrspicnz, honda e insobornable critica a 01ros "(dolos" (sobre todo polf1icos) de nuestro tiempo, sirviendo de piedra de escándalo, no Y•. a un cenáculo de lingllistas, sino a gran par le del areópago de respetabilidades ;lllO>
norteamericanas~.
J:>urn los descriptivistas (o "estructuralistasº} de entonces, las nuevas ideas no podían menos de resuJtar esotéricas. ni sus rigurosas formulaciones aJge· braicas podían menos de cobrar un cariz casi cabalístico. Surgió en seguida una como necesidad de divorciar a Cbomsky del "'humanismo" (-dase. m&s adelan1e, 1.3 y 1.4). El conocido lingüista e hispanista Dwi&ht Bolinger, hoy profesor de Harvard, empezó por verlo todo como una especie nueva a la que llamó "ingenierización lingüística" (Bolinger, 1960). No tardaron en seguirle otros en el intcn10 de hacer surgir la gram,tica generativa transfor· macional de la venera de la aplicación de los computadores electrónicos a Ja traducción mecánica. Más de una vez ha rechazado C homsky con todo vigor In música y la letra de todas estas lucubraciones (1962, pág. 61; J964a,
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3 Cf. Kuhn, 1962. Hoekett (1964, pág. 196) considera a Chomsky "prime movcl'" del "fourth major breakthrough" en la histori11 de la lin¡Uística. Hill (1966. ¡IBgino 15) habla de "a major lingujslic revolution". Cf. ~oslal, 1967.' pág. Xt.. ' Un tesri¡o de excepción (el profesor Arcbibald A. H11l, secretario d~ la Lll1guistíc SOciety or America) es qujen lo describe como .. un en/0111 aen~namente en/011t y ¡enuinamente tenibk, .,.·enido de las riberas del rfo Charles" (Hill, 1966, p~¡ina 8). Para los ya legendarios debates entre Cbomsky y los (muy poco efectivos) consaarados de entonces en las sesiones celcbr1d1,s del 9 al 12 de ma)'o de 19$8, vhse Hill, ccL 1960, pa.ssim. • • . . ; ~Je dccfa en una ocasi6o un decano de la Un1verltdad de Californl11: ""Tengo entendido que el fenómeno ["'tbe wonder boy"] de la linsUfstica no tiene: mis
Que treinta y siete años. da la impresión de que tiene vcín1i:sictc, y
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compona
como $i tuvicn diecisic1c." Sólo unos días antes, el S de qosto de 1966, Choms.ky habja hecho un análisis demoledor de la guerra de Vietnam y de varios aspectos concomitan1c1 de la mitología política norteamericana en un mitin de prott:S!a celebrado al aire libre en la Uni,·crS.idad de California en Lo! Angeles, Y al día iiguicntc (sábado) había sido partícipe. durante hoJas (lo mismo q~e Joan Bae~. en una. nun1crosa manifestación de rcpuls;t contra la bomba atómica en el aru· \·ersario do J1iroshima. (C1Lriosamcnte. da la casualidad-qui1,á no tan casual~de que Choms.ky nació el misn10 año que Che Ouevara y un afio después que F1del Castro, un 111'\o an1es que Camilo Torres ...)
l'ROLOOOS
XX
págs. 2·3). Y no ha (tejado de insistir en que sus investigaciones están profundan1ente enraizadas en Jo remota tradición de la lingüística por ser. a la postre, el intento más recicnrc de reelaborar las nociones funda.mentaJes de los gramáticos y lógicos de Pori-Royol (1660, 1662) y de Humboldt (1836). En definitiva, el intento de desarrollar la noción de forma del lenguaje y de explorar sus implicaciones para la psicología cognoscitiva (Cbomsky, 1966). Ullimamenlo (1966), Bar-Hillel, al defender a Chomsky de una tergiversación más, ha corroborado que Cbomsky no mostró nunca interés en el estudio de la traduccción mec,nica, ni siquiera e:o cJ período inicial cuando (burocráticamenie al menos) peneoeeía a un grupo consagrado ofi~ialmenlc a ello (cf. Hill, ed. 1960, p,g, 161). Por lo demás, se sabe que Chomsky (quizá el investigador que más ba conlribuido, sin propoMrsclo, al avance de los esaudios sobre rraducción mecánica) es s.umamen1e esc~ptico en lo que respecta a las posibilidadcs futuras de esta mecanización (1, S, n. 17). La razón es bien sencilla: parece ser que !odas Y cada una de las migajas del conocimiento humano posible pueden resultar imprescindibles para la desambisuaci6n de alguna oración y, por uin10, de su comprensión en el contexto adecuado. De ello resulta que no puede existir una teorfa gcr1tral de la funci6o de los contextos en Ja selección de una entre varias interpretaciones posibles de una oración cualquiera; Y que son vanos, a la postre, lodos los inlcnlos prácticos de reemplazar por aulómarus mecánico• los rraductores humanos (cf. Postal, J964b, páss. 263-64). Quizá lo que llamó a engaño a más de uno fue la preocupación fundamental de Chomsky en los años de elaboración de su obra capital. Su em· peño no era otro que la fonnolización (precisión y explicitación) de la teoría lingüística. Su primer trabajo publicado (Chomsky, 1952) es ya un intedto de fo rmaliza r In sintaxis elaborado por l!.arris (1951, caps. 15 y 16, nueva versión ésta de Jfarris, 1946) y aparece, significativan1entc, en The Journal of Symbolic Logic en septiembre de 1953, casi un afio después de escrito. ~s !an1l')ién un ir1tento de clcsatl'OIJnr una noción adecuada de categoría sintact1ca dentro de un encuadre nominalístico inscripciooal. Pero este intento, por valioso que sea, no pnl>a de ejercicio preparatorio para la imponente creación de Thb logícal structure of linguistic rheory. Pa:a construir_ Y. formalizar esta teorla, Cbomsky habfa empezado por adqum~ un baga_¡• mtele<:lual de absoluta excepción (no sólo en lingüística, sino también en f1losoffa, ló¡ica, mateindticas, ele.), para reexaminar a fondo todo. el do~inio de la lin¡Uís1ic.11 descriptiva y desarrollar luego, con profundidad, ngor y claridad de >UJl"ración difícil, nociones tan fundamentales como las de "gramática .. , 04 regla", ..nivel'1 1 . .descripción estructural", "abor~1aci6n", "tra$formaci6n", etc., tsclarcciendo al misn10 tiempo nociOOC$ filosóficas fund•mentales de alcance general (realidad, naturaleza de Ja ciencia. teoria, evaluación de la sin1plicidad1 c;w;plicaci6n, etc.). Los primeros cinco capítulos de esaa obra son con mucho los más difí· ciles. pOr es1ar cifrados ~n un s.imboli\mO lógico-matemático que requjere
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INfRODUCCION A CJIOt.tSll'.Y
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pnración, conccnlraci6n y esfuerzo. En ellos crea Chomsky la lingüística Jo gra1n6tica algébrica, extensión genuina de Ja pretco ática o, si se quiere, n1a 1 . 13 de la 01atcn1át1ca pura llamada álgebra abstracta, y desarrolla con '~:cho deraJle un álgebra trasrorn1aciona1 para la descripción lingüística, dan· ~ cumplida rozón de la gramático trasformacional. Los cuatros capítulos si';oienies (6, 7, 8 y 9) contienen un minucioso análisis de la estructura de 13 lengua inglesa (cf. Chomsky, 1956 y 1958) y pueden ser leídos, hasta cierro punto, sin estudiar :i fondo Jos primcr05, aunque no indepe-ndiente... mente de ellos, pero no son lo que se dice fáciles (el cap. 6, p ej., forrnaliz.a el algorismo de diagramación arbórea de las derivaciones). El último capí· tulo (1 O) recoge y r01ume los temas más imponantes del libro. Desde 1955 es Chomsky profesor del Instituto de Tecnología de Massa· chusell$ (M. l. T.), una de las mú important01 insrituciones universitarias de los Estados Unidos. Su poder de atracción intelectual y su impacto e influjo sobre un• amplísima gama de colegas y discipulos de dotes excepc:onalcs ha sido siempre tnorme. Entre sus colaboradores destacan quizá sobre todos los demb, por lo crucial de su aponación, Morris Halle (1923·) y Paul Postal (1936-), y por su proximidad desde otras disciplinas, el psi· cólogo Gco rge A. Millrr (192().) y el biólogo Eric H. Lennebcrg (1921 -). Entre sus alumno~ y ex alu·mnos figuran muchos de los más brillantes y prometedores lingtlisLas del momento. desde Robert B. Lees (1922-), el primer doctor en liagiiística (Communicn.tioo Science, Dcpartmcnt of Electrical Engineering) salido del M. T. T., único para 1959. bosta la espléndida y pujante pléyade de 196S: Foley, Grubcr, Hall (Panee), Kiparsky, Kuroda, Ughtner, McCawley. Rosenbnun1 , Schnne, Zwícky .. . Las publicaciones de Chomsky y lno de sus discípulos y colaboradores poner1 bien de n1rtniíicsto que el i1n1>ncto de su obra afecta no sólo a la lingliística, sino tnn1bién rt la mntcnlática, n la psicologta, a la filosofla )' a otras disciplinas científicos. Afecta también a las conclusiones iniciales de Chomsky, llevándole a iniroducir ciertos cambios y precisiones. Aspectos de la teorfo de la sintnxi.• (publicado como libro a mediados de 1965, pero casi completo ya en 1963, nnies del recrudecimiento en la guerra de Vietnam, Y expuesto oral1ncn1.c en su esencia nntc.s de su publicación) representa un alto en el camino y uno como nlirada panorámica y rcsumidora de las investigaciones de estos años (apcnos dos lustros). Pero aoles de detenerse a examinar estos cambios ..inmanentes"', como si dijéran1os1 con,1iene situar en ~u perspectiva histórica (nunquc no sea más que en esbozo) y en su encuadre técnico (por fuerto muy simplificado) la aportación de Chomsky. 1.2. Este esbozo histórico tendría que rc•ultar por fuerza parcial Y poco completo, aunque nada más fuera por razones ·de espacio. Pero tendrá que ser parciol sobre iodo porque sólo parte de lo poco (no poco deformado) que hoy se acepta wá a mi pan:ial alcance, y porque e-stá visto, de manera surnamentc esqutmá1ica (e invcrs.1mcnte proporcional, a veces. a lo que se
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usa), desde. ln fltalnyn que hoy pode1nos considera r sin resquemor como vigente. (Cla ro que Jo vigcnlc en un dclcrn1inado 111on1ento no tiene que ser po r fuerza prccrtrio y p3so.jcro.) Por Jo demás, la hislo rin. con10 decía aquel personaje de Papini. tiene más sentido "a rilroso.. , vista desde lo nlá~ reciente. U na cosa es el l 8 de julio de 1936 a los dos o tres dlas, otra en abril de 1939, otra ca febrero d e 1968 y ot ra será (para quien lo sea) el año 2036. En primer lugar, los datos pasan siempre por las mentes de los que los manipulan, y se Jos tras· mite sien1pre con es.a inlpron11. E.n scaundo lugar, al volver la vista atrás se "e por los ojos del presente. (Decía Crocc que toda historia es historia contemponlnea.) Tratándose de la historia de un saber, a las lucubraciones del pasado se las somete siempre (impllcita o ••plk:ita mcntc) a las perspectivas en uso. La legitimidnd de IM objetivos y problcm=as investigables viene determinada siempre por el nivel de Jos conocimientos y por la orientac.ión en vigor (Kuhn. 1962). Cuanto mb sea el "desvío'" predominante, tanto más intensa será la "deformnción .. con que se historian los esfuerzos y aportaciones de las generaciones pa.sad.u. Las crónicas de In evolución del s.abcr lingüístico sueJeo trazar una gran divisoria hacia 1800. y genera lmente no dan demasiada im portancia a todo lo "anterior al siglo x1x .. e. '"La lingüística es u na ciencia mt1y jove n, nacida a principios del siglo x1x", escribe, p . ej .. Anrndo Alonso (1 943, pág. 7). Desde esta perspectivo, la "lingüística'' propian1ente tal em pici:a con Ja gra· mática comparat iva (quier~ de<:ir, con la filologia comparativa). Se ha dicho que la expresión "grfln1ática con1 parada'' aporece por primera vez en un libro 7 de Friedrich von Schlcgcl ( 1772- 1829) publicado en 1808, pero el p rime r t ra tado (n1ás o n1cno$ rudilnentnrlo) es, según se 1nire, el estudio compa rativo sobre el islnnclé.s nnliguo y ot ras lenguas gern1ánicas prese11ta do
. . ?La h!ftoritt. qu!i~ más reciente siaue Ja ~auta general Y : La 11ngu1St1q11c ¡énéralc csl une sc1ence cnc:orc plus Jeune que la Iin~ g.-uis.tique tout court, qui cst néc nu début du x1x• si~le" (Mounio, 1967. pág. J). Et título de la traducción inalcso de Peder.sen, J924. es sintomático. En 1920, Gra mmont sosricne quo todo Jo a nterior al 5iglo XIX puede ser despachado en unas líne-. (Chomsky, t966, pág. 1). Actitudes parecidas ribundan desde J espersen (1922) ha~a l vic, Waterman y ldcroy (1963). No menos extren1a~ quizá son las de Sauss~re (pág. 18), Meillet ( 1903, pá_g1. 4SS y s¡s.) y 8loo1n field (páss. 14 y sgs., pá. gma 347). Por su porte, Malk1el (1964, pág. 82S) habla de un "estadio embrjónico... 1 Vber die Sprocht und 1Yelshtit dtr l nd;tr, thulo bien característico. Para el posible origen de la expresión, \'éa~ 1-founin, pJ.g. J84. Diga!"~! de una vez Por todas que desde Ja pc:rspccti"a actual pa1tcc evidente la super1or1dad de Ra~k sobre Bopp, lo que c•plic:a en parte Ja injusticia histórica de que ha sido víc1im•. como ha seftalado HjclmsJev en 1951 (e(. ~foun[n. pásina 162). Nad• parad6jic1men1c. la ma)'or ..aclualidad" de Rask se debe a su mayor tradicionalidad (y a 10 corrclali"a p0c:1. afición al comparativismo entonces Cll ~ga). Y muy si~lom,ticamentt, • lauft04I tienen por padre de la filología comparat1va a Jacob Onmm, rc:se o '" enorme deuda con Rask (Watcrman. pág. 19). ~·..-
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conc urso, en 18 14 , po r el danés Rasmus Rask ( 1787-1832). y p ublicado a unJ g 18 0 la monograf1·n sobre 1a con1ugac1 · "6 11 d e1 sanscri • "t o con1parad a coo e.~ del g'ricgo, Jatln, persa y germánico, publicada en 1816 por el alemán 1 hacen a los ho mbres no menos f• raaz Jlopp (179 1- 1867) · Si los e ircunstoncios . los hombres a las c ircunstancias, es de suponer que el mundo estaba qo: nces "maduro para la filologia co1nparativa ... P arece que el sánscrito, ~n ;.,nación reciente entonces en Europa, lo hiro todo más fácil. En contraste •:n la del griego o la del latín, la morfologla del sánscrito resultaba "transe i rente•• )t pennilía entrever relaciones y correspondencias antes ocultas, ba~ia tas que se orientó la exploración de Bopp y de sus émulos. Los p rimtros comparativislas pcrtcnccco a la que cabría llamar, co términos europeos~ generación de 1808, y mú exactamente a la segunda ..born•da" de esa generación. Bopp y Rask , lo mismo que el germanista Jakob Grimrn (178S-1863) y que el romanista Fricdrich Din (1794-1874), son generacionalmente coetáneos de los últimos premarxistu (Owen, F ourier). de los primeros " ingenieros" (Maudslay. Stephenson) y de los primeros estudian· tes de las instituciones educativas realmente ..nuevas" desde el Renacimiento (~falus, Thenard, Gay Lussnc, Fresnel), a los que tanto debe la ciencia. Son también coetáneos de una granada gcncuci6n de ro mánticos (de Words· worth a Keats, de Fóscolo a T.eopardi y n Pu•hkin, de H ijlderlin y H egel a Schopenhauer y H einc). Son coetáneos. en definitiva, de toda una pléyade de héroes carpetobctónicos inconfu ndibles (San J\· t Publicados en 1941 (con un citudio preliminar) por A. Tovar Y ~f. de Ja l 111i. lJorcnre. Vid. ~p. p4J1. 39-40 (el Brocense declara no conocer el oom· bre de ninguno de ,u, cu1tro abur101).
p PROLOOOS
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generación. En su aprobación (1 1 de agosto de 1574) dice el doctor Heredia, con acierto, que el Ex(lJntn _.muestro singular ingenio inventivo, y ejercitado en sutil filosofía naturnl'', y que ºsu argumento es exquisito entre todQs" Jos que él hn visto y oído en >U género. También en Ja Aprobación de Villaviceocio aparece como ºdoelrina gr:inde y de nuevo ingenio, fundada y sacada de Jo mejor filosofia que puede enscilorse". Para nuesiro propósito. huelga escindir la originalidad de Huarte de su trndicionalidad. Lo. que impon~ es destacar su papel histórico como posible fuente de Deseanes (Chomsky, 1966, p:lg. 78) y anticipador de Leibniz (ibíd., p:lg. 93) y de A . \V. Sc:hle~I (ibíd., pig. 18). Más todavia importa señalar su penetración y su sorprendente afinidad con la letra y el espíritÚ de la lingiiístico generativa (Chomsky, 1967, p;ig. 8 y sgs.). Ya en 1490 deíine Alonso Fernindez de Palencia el ingenio como "fuer~ª interior del 6nimo con que muchas \"e:tCS inventamos lo que de otro oo aprendimos" (Corominas. s. v. ienlo), y no meramente fuerza interior o cualidades innat". Como "'le "ingenio y habilidad de Jos hombres (H11ar1e, pág. 40) es el "sujeto total" del Examen, Huane trata ante todo de definirlo y precisar ºqué es lo que contiene en su esencia", para lo cual empieza por relacionarlo con los .. tres verbos latinOJ gigno, ingigno, ingtnero". Como se sabe. gigno (o geno) si¡nifica 'en¡endrar', y su derivado ingenuo, 'generar, producir': Natr1ra ingtntrat on1ottn1 (Cicerón). lngentra111n1, como ingeni1111n (de inaigno), significa •inoaro•: ingeniuni es la 'capacidad mental ' o 'disposición natural'. (Gtnio no u.surp3 estii significación-innovación fran .. cesa- hasta el siglo xv11r. l)orn Huartc. upor antonomasia quiere decir el gr an engenKY
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Oe'f;cartes y, concretamente, I~~ c1nboraci6n canesjaon de la distinción entre dos palencins generativas con1rnpucs1as, de lana parte Ja de los brutos aniaJei; n1ecánica o nutomá1ica ("instinto de na1uralez.a, Ja cual muestra. y ":scil~ a cada uno en su especie lo que ba de hacer"), y de otra la de las ~nimas racionales creativas, "agentes libres" cuya luz es el bien hablar, la sintaxis del Brocense, cs1udio concentrado de la potencia gcoerali\la racional, es an[icipación y punto de parlida reconocido de J.a. GraJ11ntairt gé~é'!'"~e rt raison11l• canesiana (Uuro, 1947, p:lg. 135; J>.iouruo, pág. 123). A 1u1c10 de J.,.anceJ01, Sánchcz •·passe sans comparaison tou.s c.cu.x qui 1·oat devaneé"'. En su famosa A1in•n·a (1587) amplfa y fundamenta el Brocense teorías ya expuestas eo sus Y ttat btclittqr'~. grm1111w!icu !OJína.t ínstitutiona (156:)~ libro editado cuatro veces en los pnmeros diez. anos, popular )·a en Espana y Francia mucho antes de 1587. Al Brocense no podía satisfacerle el des· criptivismo positivíslico que muy rteicntemente ha vuelto a es.tar en boga. U> que fascinará o l..ancclot (a quien t>mpoco contentaba el mero descripti•ismo de V•uJl"l•s) ser! preeinda1 en Ja linea que continuarán Galileo, Descartes, Leibniz, Rousscau_. Kant, Humboldt, Marx, Russell y Chomsky. La "emancipación" de la lingüística y Ja psicología frente a la filosofía C$ ttn fenómeno 1ípicamcn1e "modernoº que no pcnnitc entender las cosas en profuodid>d. De ahí qoe Chomsky se ba)•a echado sobre sus espaldas la tarea de escribir "un capítulo de la historia del pensamiento racionalístico", l:t historia del peM3micnto cartesiano que hoy culmina precisamente en Cbomsty (el autor no puede menos de incluirse en sus J\/eninas, pero el
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PROLOGOS
autorrct~ato de Carl~sian linguis1lc.r es la cifra del comedimiento). El punto de part1~a ci;, por supucs~o, Descartes en íiJosofía y en psicología, y Ja Gra1nmatrt!. ?lnlralt! ti .ro1.to11n ft! (1660), en lingüística. Pl'incipio generaJn1ent.e admitido en el si¡lo xv11 (y bisico en el cartesianis1no) es que las propiedades generales de la es1ruc1ura Ungüís:tica son comunes a todas las lenguas, por rcOcjar propiedades fundan1cn1alcs de la mcole o espíritu hU· mano. Una disfinción cartesi:ino clave. anticipada ya, como hemos visto, p0r Hua!'~ ~. no sólo por. Huorr< .'°), cs la que opone el instinto o "principio mccan1co del au1oma11smo animal a la ra.zón o ';principio creati\'O" de Ja
libertad humana. En el curw de su cuidadoso e inleoso estudio de la extensión y límitn de la txplicación mecánica o automática, que le llevó desde la mero física a la fi'. _sgs.) Y. en ~~ncral. le 1~terprcta el orpnicismo de los rorniolicos como reac· c1on al mecan1c1\mo cartct•ano. to cual pudiera tJlar menos ju.stificado de Jo que ~ qieJe creer. l.a "Urform" de Ooethc o forma como c.s.truc1ura )' organización. ~u
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ccpcióo r:icionalístjca, la teoría lingüistjca "moderna" (i. e., decimon6nica), boga has1> J 950, sobre poco mlis o menos, representa, en general, una Jotg• interrupción o parén1csis (Chorusky, 1966, pAgs. 59 y 72) en una tra·
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dición secular. Lejos de las "cxplicaciooes" de la psicologfa popular hasta hace paco (..condiciona'miento", ' 1refuerzo·1 , "bAbito", ..entrenamiento", cte.),
la lingüls1ica cancsiana (la prechomskiaoa lo mismo que la chomskiana) parte del supucs10 de que los principios de la lógica oa1ural y del lenguaje !ns sabe el ser humano inna1a e inconscien1cmcn1e (a la consciencia puede convocarlos la introspección) y de que es1os principios son requisito indispeosablc para la adquisición espontánea del lenguaje en la infancia. Las argucias empiricís1ieas (del siglo xvu o del si¡lo xx) no aplican ni Ja adqui· s.ieíóo del lenguaje ni la creatividad característica del uso lingüístico. El énfasis cancsiano en el aspcc10 creativo del uso lingüíslico, como característica esencial
y definitoria del lenguaje humano, cobra su más vigorosa
e.tprcsión en el ínlenlo de Humboldt de construir una teoría de la lingüíslica general. Fundamenlal para Humboldt, ya desde su ensayo de 1792, es el coJ>Ccpro de tntrgía humana (el entender es uoa manifestación de esta ener· gía) cultivada sólo por medio de la actividad propía de cada individuo par· ticular, de su inventivida.d o de lo utilización que haga de las invenciones de otros. Humboldt hace pensu en Moquiavelo cuando afirma, en 1792, que la energia es la primera y única virtud del hombre ("Meiner Idee nach isl Eoergie die ein2ige und ers1e Tu¡end des Menscbeo") . .En 1792 no aparece todavía el término griego tnér1tia, contrapuesto luego a ergo111 dicotomía desde entonces ton repetida como n1al entendida. No es e.xtraño que se suela L)' es cviJenlc Ccf. la o, S, supra, y 1.9, m.U adelante).
~ NTl\OOUCClON
PROLOG OS
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A Ctl0..'1SKY
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¡endro muerto', o sea ·improductivo'. La Forma del Lenguaje es Arbeit des G•íJttJ 'lrabnjo de Ja inteligencia o de la mente' (de f'3prít ou de l'áme, como diría un canesiano). y no del instinto (ya en 1792 Humboldt contrapone la •·verdadera energia humana" del trabajo libre y creativo, que es, para ll, necesidad humana básica, a Ja "mera habilidad mccinica"). Esto no parecen haberlo entendido a derechas ni Amado Alonso (que Uega a identificar •11lrgtín con habla (1945, pág. 27)) ni sus cspiri1ualfs1icos inspiradores (cf. Chomsky, 1966, págs. 19-28, 64-72) 12. August \Vilhehn von Scblegel concibe el aspecto creativo del lenguaje de manera bastante afín a Ja de Humboldt. Como paro Rousscau y para Herder, paro Schlegel el uso o rd inario del lenguaje Uene ya en sí una cualidad "poética" inevitable (cf. Bousoño, 1952) que hubiera hecho muy fácil demostrar n M. Jourdnin que hablaba también "poesfa" y no sólo prosa. Esta pocticidad del lenguaje ordi oario deriva precisamente de su independencia de estimulación inmediata del universo perceptible y su libertad respecto a lodo fin práctico (características cartesianas). Para Schlegel no sólo es poética la crcallvidad lingüística ordinaria, sino también la creatividad artística del genio. la potencialidad expresiva del arle es, como la del lenguaje, ilimílada, pero la poesía es única entre las artes porque su medio de expresión (el lco¡uaje) es libre e ilimitado (un sistema de potencialidades innovativas ilimitadas para la formación y expresión de las ideas) y porque la creación de una obra de ane tiene que ser precedida por una actividad mental de la imaginoción creativa que sólo el leoguaje hace posible (recuérdese Ja tercera diferencia de ingenio de que hablaba Huarte). J..a creatividad anística está, pues, relacion:ida, en definitiva, con el aspecto creativo del uso lingüístico ordinario. Entendiendo los conceptos y teorías del periodo cartesiano como partes inlcgrontes de un proceso argumentativo en evolución, visto si.stemáticamente en el contexto de la obra póstuma (1836) de Humboldt, cabría reducirlas (con Viene!) n tr"-! nociones fu ndameolales :
uucturn.s internas universales expresadas co la múltiple diversidad de cstrucc~as cl\terno.s que es caractcás1ica de la variedad de lo.s Jcngtins humanas, 1 reelaborado en la distinción entre Forma Interior ("innere Sprachform") e>Forma Fónica {"l..auúorm"). ) 3) El concepto del papel constitutivo del lenguaje en la "raciocinación", ·'nterprelado racionalísticamenle por Hobbes y por Leibniz. e historizado ;:;;e \-icrdcr, reaparece en la tooña de la iotcrdcpcndcncia entre el pensamiento y la lengua naciva en la creatividad ioteleclual del individuo y de la con1 unidad (nn.cional) de hablantes. La lengua viene a ser el eslabón clave ·nt rc la creoción individual y e1 progreso social, ndcmás de representar un ;upel básico en In formulaci6o de la diversidad cultural dentro de la cultura J1urnnna universal. Este relativismo romántico es, sht cr11bo.rgo, una n1odificnción importnnte (pe.ro infundada) de la concepción estrlctomcnle canesiana del Jcngunje como medio constitutivo universo( del pcnsan1ienl0 (Chomsky, 1966. pág. 30: Lenneberg, 1967, pág. 363). Los románticos niegan Ja posibiliK:riptivismo y del "esiruclurolismo" es volverse de espaldas a la tradici6n anterior al siglo x1x. n la que reprochan (infundndumcntc) cuatro defectos capicales (Chomsky, l 966b, póg. 588): 1) No distinguir entre letra y sonido. (Basta echar una ojeada a la primcrn parte de la gramática de Pon-Royal o a la primera pane de la gramática castellana de Nebrija para comprobar que no es osí.) 2) Ser prcscriptiva y latinizante, es decir, basada en el modelo de la gramática lolin>. (La atención al uso s.>.lta a la vi>ta al primer examen. Que la gramática lotina no fue el lecho de Procustes que algunos pretenden lo pOne de manifiesto el onálisis de fenómcoos-dc·las-lco¡uas-verniculas sín co~pondencia en latln.) 3) Hober sido refutada por la "lingüística anlropológica". (Ni lo ha 'ido ni podía serlo [ll, 4.2). J..a gramática tradicional pretendía estudiar las estructurns subyacentes de las oraciones, y la --nngilistJca antropol6gica·• se ha lin1itado a mostrar grao variedad en las estructuras superficiales, sin Preocuparse demasiado de lM estructuras no potentes.)
par«:e entender a d(':rec-bas A. Alonso el Cours de S3ussure en e~ que. u palentc. la influenc:ia de Humboldt (si bien dc-.provista de ¡u ~cial dimcns16n cenerat~~a). No de1a de resultar curioso )' ai&niÍK:a1i\'O que en el prólogo a su 1raducaon (J94S) pase por afio A. Alonso las más obvi:is dcítciencias del libro (el liislcma como inventario de clcn:ientOJ y no como conjunto de re· glas. los procedimientos de segmentación y clasificación a fn1ta de procesos re· c.ursjvo¡, la va¡uedad t i_o1precjsi6n de al¡iunas nocion~s capitales, et.e.) y ponga. ~un embnrgo, sran énfasis en reprochar a Saussurc deficiencias atribuibles exclu\ivan1entc :t su foslérica (•'"ossférica") interpretación del CourJ.'. Jt Tampc>co
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INl ROOUCCION A CHOllotSKY
4) tlobcr cometido el error de no atenerse a la mera descripción del uso. (El error es de los que se limitan al uso sin r:iz6n para ello. Lo cientílico es la c~plieaci6n, no Ja mera dcsc:ripci6n.) Teniendo e~to en cuenta~ se comprender~ mejor por qué Ja gramática 1rasíormocional es, en cierto modo, la inevitable continuación y extensión de la gramática tradicional (lo cual es, por cierto, motivo de especial irritación para más de un '"estructura1ista ..). La cxlr:iordinaria originalidad de Chom;ky no puede hacer perder de visia su no menos extraordinaria tradicionalidad. Poco n1enos n1érito tiene separar lo v:ilioso de Jo insostenible (el Jcgndo que se acepta, del lastre que se echa por In borda) que contribuir con nuevos aportaciones. Por obra y gracia de Chomsky en todo caso, el pleito secular entre el empiricismo y el racionalismo (entre Locke y Leibniz) parece hoy más desigual que nunca, y difícil es por demás sobcr dónde acaba lo que Chomsky ha revalorado y resucitado (tradición de ayer) y dónde empif."Z.ll st1 aportación original al acer\'O que es ya, quiérase o no, tradicional (aunque la tradición no pase de una década). Poco tiene de novedoso el partir de que llOQ de las cualidades comunes a todas lns lengua< humanas es su aspecto "creativo". Lo novedoso está en poner a contribución saberes matemáticos des.conocidos h:asta muy poco an~ t•> para formular y tratar de maoera clMa y general los procesos recursivos del lenauajc y para precisar nociones fundamentales (cf. R=nbloom, páginJ.> 162-63). Me refiero a Ja teoría de la computabilidad (o teoría de las funciones recursivas), que surge en los Estados Unidos por los años mismos de Ja última guerra civil española Oa de 1936). Sus creadores principales son Enúl Léon Post (1897-1954), AIOOZ() Church (1903-), Andrci A_ Markov (1903-), John B. Rocsser (1907-), Stephcn C. Klecne (1909-) y Alan T. Turing ( 191 2-). 'De manera general se podr(a decir que Cl1oni - un algonsmo · · de computa~ J,, un cierto objeto, bay tamb'1en o proccd'1n11cnto
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,~n (v. 1, n. 18). Esto requiere una formulación matemática exacta, tal como dada sucintamente por Post en 1936 y más detalladamente por Alan 1 1. Turing poco dcspu&. Lo que hizo Turing en 1936-1937 fue describir un · tnputador ideal (sin límites en su capacidad de absorción de datos y sio co -· pcSibles fallos, contrariamente a !~ que ocurre ~n 1as maquinas. rea1) es, es decir cons1 ruir un sistema matemat1co conceptualiz.ado como máqutoa computado;• (análogo a Jos computadores digitales). Un resultado muy importante de Ja teorla de Ja computabilidad es la existencia de máquinas Turing u.niversalcs (i. c., máquinas Turing que pueden llevar a cabo Ja computación de que scu capaz cualquier máquina Turing). Las implicaciones filosóficas de lll teorfn son obvias en el teorema de la incomplctabilidad (193 1) del austrfaco Kurt Godel (1906-) y en el teorema que cabrfo llamar de la irresoJubilidad absoluta (1936) de Churcb; sus implicaciones lingüislicas aparecen bien de manifiesto en las investigaciones de las propiedades formales de las gramáticns (análogas a las propiedades de los autómatas), iniciadas por Chomsky, como Juego se dirá. Se ha dicho con rwín que no se llegó a comprender todo el alcance de la noc!ón de recursividad has_ia que. Post le d~oó su preciosa y profunda conferencia de 1944. De precocidad digna de Godel, el polaco Emil l.. Post (emigrado de muy niño a los Estados Unidos, no formado ya como Carnap, Tarski y GOdel) tenla el raro don de ser· a 1~ vez profundo y claro. Aunque el balance serla prematuro, creo que esta fuera do toda duda que Ja lingüística actual tiene con Post una deuda considerable"· Parn dar idea de la operación de uo sistema recursivo puede servir un ejemplo scncillfsimo y trivial. Consta de un slmbolo nxiomt\tico inicial Y de dos reglas, como se puede ver en el ejemplo 1:
,ª
E. l.
Axioma inicial : S R. I S .... W R. 2
\V-+ W
+
W
La flcchn se interpreta como la instrucción de reemplazar el símbolo de la izquierda por Ja cadena de símbolos de Ja derecha. Al aplicar la primera re¡Ja (R. 1) obtendremos la línea W; al aplicar la segunda obtendremos la línea W IY; al aplicar otra vez la segunda regla (sustituyendo un caso de W por Ja cadena W + W) obtendremos la cadena W + W + W. Para mayor claridad:
+
n Asf, p. ej .. en 1921 dio Post un procedimiento de decisión para el cálculo
Prop0s,icion1I clásico. "la refc1tncia básica es Davis, 1958 (vóasc 010M.s1:v, 1963, esp. pág. 354), t>cro es m6s acce5ible Trajtenbrot (ahora en lraducción cspafiola); Sobre computadores, Ho1.L1NGDALB & TooTILL es asequible tambi~n en cspariol. Para el panorama Previo, v~asc, p. ej., Ja lntroductión tó ni~tamotl1en1atic1 (1952), del propio Kleene (cf, KAIZ, 1966, pág. 122). [Y ahora NELSOH, Trrlroiluc/lon 10 au1omata, 1968.) r
11''"''K v. -
111
PR0t()G()S
XXXIV
E. 2.
l.
2. 3. 4.
INI ltOOl.,.l('('ION A c11or.1si.:v
W (ni aplicar R. 1 de E. 1); \V + \V (ni aplicar R. 2); W + \V + W (al reaplicar R. 2 a lo lfnca anterior); \V + W + W + W (al reoplicor R. 2 a Ja línea anterior),
y así sucesivanlente sin fin. En unn palabra: la aplicación continuada de estas dos reglas enumera o especifica (t~nicamcnte se dice "genera"') un conjunto infinito de cadenas do la forma \V, \V\V, \VW\V, W\VW\V... (prescindiendo de + como súnbolo de concatenación). Dicho de otra manera: esas dos reglas consliluycn una din1inuta "gramática generativa", y las cadenas de símbolos "generadas'' por esa gramática ca miniatura soo un ejemplo (triviaHsimo, p0r supuesto) de "lengua". Otro ejemplo tambi~n trivial (pero quizá mis ilustrativo) sería el siguiente: E. 3.
Cadena inicial: S
R.I. R. 2. R. 3. R. 4.
S-+A+B A -> C + D C -. e D-+ d R . 5. 8 -+ b + (S).
Obsérvese, en primer lugar, que entre los slmbolos (i. e., "voc.a bulario") de esta gramática hay algunos que no aparecen nunca a Ja izquierda de Ja flech:t: son los sfn1bolos ttrtninalts (las minúsculas, en este caso concreto). Entre los slmbolos no terminales (las mayúsculas del ejemplo) hay al menos unn cadena ,.t1iciat de símbolos que se toma como dada (a la n1anera de un axioma en un sistema deductivo). La operación de concatenación que sio1bopudiera ser simboliznda por un a rco (e. g., A~B) o por Ja Jiza el signo mera yuxtaposición (e. g., AB, cdb). Como hemos visto en el ejemplo anterior, la generación de las cadenas te rminales de la grnmálico resulla de aplicar automáticamente una regla después de otra, en el orden dado, hasta obtener una derivación. Una derivación (de una cadcnu dada) es una secuencia de cadenas de símbolos: Ja primera cadena es la cadena inicial (o dada), y cada cadena sucesiva resulta de la precedente por la aplicación maquinal de una regla. Sólo una regla puede ser aplicada cada vez (para pasar de una línea de la derivación a la línea siguiente). Con lo dicho, y con un papel y un lápiz, bastará pora obtener (prescin· diendo por el momento del slmbolo S que va entre paréntesis al final) Ja derivación siguiente:
+
e. 4.
l.
s
2. A + B 3. C+D+B 4. e + D + B 5. e + d + B 6. e + d + b
(dada) (aplicando R. 1) (R. 2) (R. 3) (R. 4) (R. 5)
XXXV
y ahora, algo muy importante: Los paréntesis de R. 5 indican una op·ón en el sentido de que el símbolo b puede ir solo o puede ir concatenado c~n 'el símbolo S. Si se opto por lo pri111ero (con10 acabamos de hacer), la ~e.riv:\ción quedo tern1innda. Pero si se opto por lo segundo, en vez de la Iín•• 6 de e. 4, obtenemos esta otra: 6'.
e
+ d + b + S.
l' el símbolo S nos remite a R. 1 de nuevo, y de R. 1 pasaríamos a R. 2, y Juego, sucesivamente, a R . 3, R. 4 y R . S, y, por tanto, de nuevo a Ja opción (con posible vuelta a empezar). Optando tambi~n por S en la segunda aplicación de R. 5, tendriamos:
ES.
c+d+b+c~d+b+&
Un elemento como S en este ejemplo se llama elemento recursivo Oas cadenas derivadas de él pueden, a su vez, contenerlo). Gracias a este ele· mento recunivo, la gramática de .E. 3 puede gene.rar un coojuoto infinito de cad•nas 1ues sie111prc hny otra más larga, es evidente de toda evidencia que el conjunto de 111$ oraciones de una Ieogua es infinito. Por tanto, para poder generar un n(1111cro infinito de oracjones con un número finito Y determinado (aprendible) do reglas, la gramática tiene que ser un sistema de procesos recursivos capaz de ¡enerar o especificar todas las oraciones generadas. Recuérdese que el hecho crucial del lenguaje humano es Ja potencialidad de formar oraciones nunca antC$ íorntadas y de entender oraciones antes nunca oídas, y que, comparado con el número de oraciones que un niño puede pr01luncior y entender con toda facilidad, el número de segundos de una vida es ridícu1amen1e minúscu1o. l'odas las gramáticas de las lenguas naturales parecen tener Ja propiedad de incorporar una o múltiples oraciones a Ja oración que Jlanlaríamos principal. He aquí, p. ej., un caso de rnmificaci6n a la derecha (el cuento de la buena pipa):
J>ROI OOOS
XXXVI
t:. 6.
Este es aquel galo I que cogió la rnla I que comió el queso I que compró la chica I que puso el vestido I que hizo In modistn / que vive en el piso I que es del olicial / que armó aquel cotarro I que inició la guerra I que ...
~15..s
interesante (y complicado) es el proceso recursivo de la incrustacióo (sobre todo la autoincrustación, véase el cap. 1, sec. 2). Así, p. ej., Ja frase que sto providencial 110 deja de sorpreuder111~ puede engullir una y otra vez (en térnlinos gramaticales) un pez igualn1ente gordo, con10 si dijéran1os, de sistemas de procesaci6o de datos y la automatización de la traducción. Signific1tivamcntc, tanto la teoña de la comunicación (a menudo llat .S.
n
·~ Final del cap. V de t 575 (V1Il de 1594). Acto ..rui~o oon.tinúa (dcsip;aciadamcntc sin ser oído) ast: "A los demás que care~n de 1n.'·enc.~6~ no babia de consentir Ja repllblica que e:~cribiese'! libros. ni dei!1rsclos 1mpnm1r: porq~e no hacen rnAs de dar círculos ~n los d1cbos y antcnc1as de los autores gra,e:s, Y tornarlos a repetir· y hurtando uno de aqui y tomando olro de l\llf, ya no ha)' Quien no cnmrionia una obra." De esto no ha.y mAs que un paso a ..yo soy aquel que tn ta. invención excede/ a inuchos. y al que fah" en esta parte, I es futru que su fama falta quede", palabras que vienen nquf que ni de Jnoldc.
.XX"XYIJJ
niada teoría de la iníorn1oción) de Shanon co1110 Ja cibernética de Wieoer aparecen en 1948 (cí. Marks, cd., p6gs. 183 y sgs). Conviene subrayar que lo dicho se reíiere principalmente a Ja teoría lingüfs1ica general y al csiudio abs1rac10 de los sis1emas gramaticales. Chomsky no se cansa de repelir que la linaü!s1ica es una disciplina emp!rica en Ja que no licne cabida el apriorismo mb o menos dogmático. Que sea imprescin· dible conocer los resullados establecidos por la leona general y sus consc· cuencias prácticas par:i el estudio de una Jengua co particular no quiere decir que el lingüista necesite una formación matemática de gran amplitud. Por otra pane, cada vc-z resultar& mis diíícil seguir las in,·estigaciooes ac1uales y poder leer y some1er a juicio las páginas de las revistas profesionales sin 1ener algunas nociones rputabi· lidad 11. Al \'alorar la imporlnncia y conveniencia de que el lingi.tista tenga una formación lógico-ma1emá1ica cumple poner especial cuidado en no 1omar el rábano por fas hojas. Ya en 1954. en su amistosa pero contundente po· lémica con su colega Y. Oar-Hillcl (otro de los acreedores enumerados en el prólogo de Syntnclic struct1lf que ciertos modelos pre<:homskiaoos corresponden al mismo sistema ahormacional formalizado por Chomsky (Postal, 1964; cf. lJ, n. 4). Oibe decir igualmente que cualquier sistema en el que resulten ver· dade~ todos los axiom3' (o posrulados) de Euclides es un modelo del sistema de Euclides. l.c>s ºmodelos.. pueden ~r m'5 que Jos "sistemas" Y~ por supueslo, los •istemas son mils que los "sistemas formales" (bay más sistemas que sistemas formalizados) o. si se prefiere, la noción de "modelación" es más amplia que la de "sistematización", que a su vez es una noción más amplia que la de "formalización". Se formaliza absUayendo y generalizando las propiedades de sistemas que tienen una "estructura" similar, aunque, como queda dicho. tambiEo el estudio ab$tracto de los sistemas formales, al margen de su posible "interpretación", pncde ser extraordinariamente fructífero. Que los aspectos "formales" de un sistema deben ser distinguidos de sus posihilid!ldes ••interpretativas" (i. c., de su J>Mible aplicación) lo ha puesto bien de manifiesto la cons1n1cci6n de las geometrías no-euclidcanas y de la mecánica cuántica (Partee, 11). Euclides había "sistematizado" la geometría mostrando que un ¡ran número de proposiciones (tenidas por verdaderas) relativas n las fiaura, ¡eométricas podían ser lógicamente derivadas de un pequeüo conjunto de nSÍmbolo~ p y / de manera que Jos asenos derivables sean verdaderos CambiAndo el axioma de la paralela se puede obtener sistemas diferentes (como es bien nbido desde el siglo XIX). Si, p. ej.. interpreta· mos p como 'punto en la superficie de una esfera· y l como "macrocírculo en una esfera', no existe ninguna paralela (a una lrnea dada) que pase por un punto dado. Parece que la geometrla que mejor describe el Cosmos de E.instein es una geometría sin r:lralela.s en la ql1c. ror tanto, no tjene cabida el controvertido postulado euclideano. 11
1
1
(.( l()N A CJIC»tSKY
xu
l-:L distinci611 de Jos lógicos en1 rc "sintoxis" y "scmánlica" es, en lo que tuñe a Jos sistCnlaS formoles, lo. d1~tinción entre hablar del sistema como tal
~-'sintaxis") y relacionar el sistema con sus "modelos" ("semántica"). Mos-
tt11r que un sisrema tjenc al menos un n1odelo es demostrar ..semánticamenteº u ·'coherencia .. : Un sistcmn íormal es "coheren1e" si no es posible derivar ~e sus axion13.s un aserto y su contrario, y un sistema "incoherente" no puede tener un m~elo. Mostrar que u~ _axioma pued':, ser ~educido o. rivado de orros axiomas C'S demostrar s.1ntict1cameote su dependencaa : Un axiom3. es "indepcndien1c" si no puede ser derivado de los otros axiomas del sistema. /\ las nociones de ncohcrcncia·· e ..indcpendeocia" hay que añadir la noción de "completitud", que es una especie de Jano: l>iirando hacia ta .. formalización", Un Siiltma H u(ormalmeote comp}ClO'" Si e-ad.a aserto cr falsas (Bar-Hillel, 1966). Chomsky no es un "instrumentalista", sino un "realista" que, como t:ll, tiene a sus teorías por verdaderas, aunque, por supuesto, no se Je oculta que, por ser los humanos falibles, pudieran resultar •rt6neas. De hecho, algunas de sus partes (o subsistemas) no han resistido la eonfrontación con 105 datos que trataban de '"explicar"; de ahí la teoría revis:t.da (y a vece1 provisional) de A Sf!tctor, que n1odifica de varias mane. ras Ja de Syntactic s1r1Jct11rts como consecuencia de casi una década de in\·estigaciones. Quiere esto decir que Chomsky no es menos panidario de
d;-
18 La noción de ..explicM:ión.. es una de las mis imp0rtaates de Ja filosofía de la ciencia. Cboms.ty le ha dedicado especial atención (cf. l. esp. •, 6 Y 9; rni!: rttientemeo1e. 1967j).
lf'fl flOOUCCION A CllOMS>.'.Y
Xl,)l
Ja confirmación eo,pfrica (i e., de Jri cnrencia de "falsaciór1u) que Jos positivistas y empiricistas 1nás exigentes, ni menos adverso que eUos a todo tipo de dogmatismo apriorístico. Claro que a la vez usa de ciertos ténninos ..roen.. tales" que son puramente l<óricos (inaccesibles a Ja observación) sin bascas ni remordimientos. r-3 imposibilidad de una "jnterpretación., directa y c-0mplera del cálculo o sistema formal no 1iene por qué restar valor a Ja teoría Oingüística) fom1lda al inlerpretar mediata e incompletamente el sistema. Es, sencillamente, algo que viene impuesto por la realidad de las cosas (no se suele hurgar en los cerebros de los hablantes. ni la estructura de Ja oración se ve al microscopio como la de las células), y de poco sirve dar coces conrra el aguijón. Por olra parre, el tratamiento del cálculo como tal, independienlementc de su "interpreración", ha sido, repito, y probablemente seguirá siendo, cxtrnordinariamente fructífero. dada Ja eficacia actual de las técnicas de la lingüística algebraica (a las investigaciones de Cbomsky hay que añadir las de B•r-Hillel, Schutzcnberger. Kuroda y otros) 11.
1.6. Al presentar 011a nueva versión de I• teoría de la gramática generativa truformacional, Chomsky dn por supuesta (prólogo, J. 3) una cierta familiaridad con la versión anrerior (cf. cap. 3). Aunque esta familiaridad no es improvisnble ni la reoría es reducible n una sola dosis de fácil ingestión. quizá unas brcve.s consideraciones contribuyan a hacer más accesible el contenido de AspectoJ. La estructura de In primera gramática trnsforn1acional se podría esque· maliznr así (Chomsky, 1956, pág. 46): E. 8.
Gramática: l. Nivel ahormacionnl .("phrose slruclurc"). 2. Nivel 1ra~formncional. 3. Nivel morfofonémico.
T...os dos niveles "más altos" constit uyen la sl11taxls. las reglas rescriturales del priniero de ellos cons1itt1}1Cn unrt gra1,1dtlra al1or1nac;onal. Es decir, cada regla del Nivel 1 es de In formn E. 9a.
A -. X,
ZAW -> ZXW,
donde A es un slmbolo categorial y X. Z y W son cadenas de sfmbolos categori•les o terminales (cí. E. 3). En el curso de la generación de una cadena básica (i. e., un• cadena terminal de este sistema), el conjunto de Jt
Bien es ,·erdad que
reglas rescrituralcs le asigna un A 1'or1111J1tte que así mismo podemos llamar ¡,ásico ("base phrase.marker"), que es representable en forma de diagrama •rb6reo o de encorchctamiento rotulado (dando a los nódulos o a Jos corchetes el nombre-i. c., el slmbolo-de la categoria correspondiente). Para ilustrar y dar concreción a todo C&to, puede servir esta gramática ahormacional simplificada: R. l. S -+ FNFV R. 2. FV-+VFN R. 3. FN -. Arl N R. 4. V -+ vio R. S. N • gato, ptrro R. 6. An ~/
E. JO.
.
Esta gramática genera o especifica cuatro oraciones castellanas (por la op. cióo que ofrece la real• S). La dtrívacl6n de una de ellas se obteodrfa de la manera siguiente (cf. E. 4): l.
E. 11.
s
(dada) (aplicando R. 1) (R. 2) (R. 3)
2. FN FV FN An An 6. An
3. 4.
s.
7.
V FN N V Art N N vio Art N gato vio An perro •I + gato + vio + el
(R. 4) (R. 5) (R. 6)
+ perro
En Ja úllima línea es pre[crjblc 1..1sor un símbolo de concateottci6n más ex.. plícito que la mera yuxtnp-asición paro no perder de vista que se trata de u oa cadena (termino!). Huelga decir que In cadena terminal sería muy otra si en Ja línea 6 hubiéranios optado por perro ta1nbién en el primer caso, o por gato en ambos casos, o po r E. 1l '.
6'. 7'.
Art ¡>erro vio Art gato t i + perro + vio + el
+ gato
(aplicando R. 5) (R. 6)
El Ahorma nte de esla cadena podrfo ser representado así:
con posible restricción al contexto Z _ W, o sea E. 9b.
Xl.lll
e.xi~1c
el J)Cliaro de que Jos calculadores (bu.mano$) se
prend n de sus c!lculos y se complazcan en darle al manubrio sin ton ni son. Ya no faltan inves1icaciones alccbraic:as cuya aplicabiJidad a las lenguas natu-
nltt rcsulla mái bien dudosa (8A.R· lflLLrL. 1966, i>ÍB· 399).
E. 12a.
s
----FN
Art
l
et
N
1
perro
---l FV
V
FN
Ar~ 1
vio
tl
1
goto
En un diagmma arb6reo como el de f'. l 2a saltan a la vista las rt/1Jciones Cra1na1ico/ts de la Or3Ci6n: c. g., el "a un" Art y perro ..es un" N; la
JCl 1V
subcadena •I ¡urrt> "es un" FN, lo mismo que la subcadena el gatt>; la subcadena vio el gato "es un" FY, Porque "se remonta" a un FV~ perro vio no es nada (no fonnn una subcadena); la cadena entera ''es un" S, es decir, una Oración. Otra n1ancra de representar es-la red de relaciones sería por medio de corchetes rolulados: c. g., si ti ''e.s unH Art podemos escribir Art[tl]Art• y si perro "es un'' N, escribin1os NÍfltrroJl\; si ~/ perro ..es
un" FN, puesto que es "rastttablc" hasta un FN, podemos escribir FNL,rtC•IJA,. sCP'"ºINll'N Y así sucesivamente, hasta obtener el encorcheta· miento rotulado.
E. l 2b.
•c,.,.c""[tl)"" sCPtrrolslFN
FVlv[vio}y FNl..,.(•/IArt
que representa el mismo Ahormante que el diagrama arbóreo de E. 12a. La gramática del capilulo 2 (sec. 3) genera Ahormantes bastante más com· plicados, por supuesto, como el del ejemplo (59), pero las derivaciooc. son muy similarCJ, en definitiva. a la de E. 1 l: Quien sea capaz de construir las derivncionu que ruultan de las re¡las de E. 1O, será igualmente capaz de construir las que rcsullon de las re¡las de (57). lo que hnce, pues, Chomsky en el nl\•cl ahorm-.cional es presentar una versión formalizada del análisis sintáctico tradicional (i. c., el ºanálisis en constituyentrs inmediatos" de los dcscriptivistas de mediados de siglo). Más importante es su reetnboraci6n cfcl segundo nivel de la estructura lingüística (el 1rasformacionnl). Las reglas crasformacionales operan sobre Ahormantes e nteros (esto es lo crucial) y los convierten (o "proyectan") en Ahormantes derivados. El anáfisl..t ~s1ruc1ural de una trusformaci6n define la clase de Ahormantes a los que se nplica (i. e., segmcnca la cadena terminal del Ahormante en las panes sucesivas que requiera la trasformación). Así, p. ej .. el correspondiente a In 1rnsformnción pnsivn podrfa ser éste; T. pa.f/va: Análisis tstructurnl: FN .. Aux - V - FN
Es decir, l a trasforn1rici6n pasiva C$ aplicable a la c lase de Ahormantes transitivos (el verbo va seguido de un FN) y requiere analizar en cuatro sub· cadenas ~ucesiva, la cadena terminal correspondiente (Aux incluye Tiempo, Auxiliante y Aspec10). Sobre ese análisis se puede definir el cambio estruc· wral así (para mayor clarid.td, sustituyo los guiones horizontales por guiones inclinados):
X, / x , 1 Xs / x, • x, /X,
ser
+ pan /
Xs / por
+
X,
Es decir, el FN (X,) que >i¡uc al \'Crbo inicia ahora la cadena, seguido del Au.' (X tJ concatenado con su y con el morfema de panicipio, seguido de V (X,¡ )' seguido de por concateno + pret + ser + pan + •er + por + el + perro.
Otra uasformación (que aquí no bace al caso) conveniria esta cadena en la cadena terminal (trasrormaciona.I) n: E. 14d.
ti
+ garo + su + prct + ver + pan + por + el + perro.
Pasando ahora al Nivel 3 (al más "bajo"), y aplicando las reglas morfofonémicas (sallQndo a In torera la "persona"): E. 14e.
R. l. ser R. 2.
vtr
+ pret - • fue + pnrt • visto
(usando Ja.s g:rnflas usuales en vn de In crascripción fonécica in1prescindible en una exposición más rigurosa, salvedad que, dicbo sea de paso, es aplicable a otras libertades que me he tomado), obtendrlamos finalmente E. 14f.
ti gato /11c visto por el perro,
que es, en erecto, la pasiva de In cadena terminal E. 11'.
X1 • X2 • X3 - X.
E. 13b.
E. 14a.
E. 14c.
"(tatt>J,. lrtcnsa, CHOM~. 1956 (caps. S y 7) y, sobre todo, 1955 (caps. 8 y 9), el tratamiento más complclo )' riguroso. tt Sobre las propiedades
en cootncto. Resulta, pues, que los sonidos forman clases qtte se interseccio· non: por su nasalidad, e l sonido 1t1 va con los sonidos 11 y fl,· por su labia· tidnd, en cambio, va con los sonidos p y b. Cada una de esas propiedades
ntás generales define, pues, una clase de sonidos, y para hacer referencia J la clase entera asl definida basta con especificar esa propiedad. Es, además, ta única manera d~ poder e.xpres.ar las más importantes gcnerolizaciooes, como veremos en seguida: algunas reglas serán aplicables a los sonidos nasales, 01ra• a los labiales, otras a los vocales, etc. (l, 7). Es obvio que una regla aplicable a una clase de elementos (e. g., a Ja clase de las labiales o a la clase de las nasales) es más general que una aplicable a un elemento individual (e. g., a m), y que cuanto mú extensa sea lo close, más general será la regla (e. g., Ja aplicable a todas las comonantts ser;\ más general que la aplicable a las estridentes, que es unn clase de consonanLes). Como de lo que se trata es de reducir una miríada de observaciones a un número reducido de generalizaciones lo más s imples que sea po-
sible, las reglas aplicables a los clanes naturales más extensas (y de entre es1as reglas, las que requieran la m's simple identificación del contexto) serán las preferibles. Dos de las propiedades de Jakobson, 19$1 (Halle, 19S8, p,g. 327). divi· den los sonidos del lenguaje humano en cuatro ciases principales (el signo + quiere decir que el sonido tiene esa propiedad, y el signo - quiere decir que no la tiene) u;
I.l. 1Sa. Vocálico .......... .. ....... , .. . Consonánlico ................ .
l. 7.
XI.Vil
VocaleJ
+
Paravocales .
Ltqulda11
Consonantes
+ +
+
Salta a la vista que esta clasificación permite distinguir las f14rtJvt>calu (i. e., la hache aspirada, las semivocales, la glotal), que son l -Voc(61ico). -Con(sonln1ico)], de las líquidas (i. e., 1 y r), que son (=[ +Voc, +Con]), y de las "vtrdaderas consonantes., así definidas (es decir, los sonidos [- Voc, +Con]). l"ambién permite reunir las vocales y las líquidas (=! + Voc]) o los líquidas . 2:s Como se ve, e-sta clasificación (cuaternaria) difiere de la claslficación (binaria) cradicional en vocales y consonantes. La adecuación empfriea de csto5 y otros r.as4os de Jakobson ha sido puts1a muy en duda. M cCawley, p. ej., propQoe sus~cu1r Vocálico por Silábico y aftadir Obstruye11te para agn.ipar los sonidos llquios. y los nasales (distinguiendo los silábicos de los no silábicos), con lo ~ue r~ul~n cinco clases generales (SCtt~l?. ed .. págs. 112-23). Pero esta cucsuón, •,unque muy imp0rta.n1e, no h:Jct. aquí al caso (cf. OtOMSltY el HAu.¡¡., 1966; 1osr•i.. 1967).
.... PRQl.0005
XLVI II
INfROOUCCION A CltOt.t SKY
y las consonante• no lfquid;~ ( (.1..ConJ). Las vocales propiamente dichas quedan caracteriz.adas conlo 1+ Voc, -Co11). rara c.Ji$tinguir Jas vocales españolas entre sí nccesicaríamos estas otras tres propiedades (o ras¡os dis1in1ivos) del "nlíabeto" de Jakobsoo (cf. Alarcos, 1961, pág. 173): E. 1Sb.
•
Grave ...................... , ...... . Difuso ............................. . Denso ............................. .
+
• + +
o
•
+
+ +
De este modo podemos di~tinguir las 'ocales poslora el español, p. ej., parece preferible un térn1ino escueto co1no Jon61i n un c:on¡lomerado con10 "rasgo distintivo f onético", entre otras cosas P,Orquc permite t1·aducic más llana y menos ambiguan1ente expresiones como • tcature compositlon", "fcature specification", etc., sobre todo cuando Jle\'an otro n1odificante (cf. co11jt111to:,· mo11ú11icos precisos y "conjuntos de rasgos distintivos precisos"). Esto no quiere decir que uno atribuya a I" ..concepción ~tratificaeionol" del Jcna.uujc m's volar que HOCKt.'T'J' (llAL, 1968, página 153; el. Jloeor lanto, una gramática será más genera) y mAs altamente vulorada si sus regios son forn1uJadas en términos de "arcbifonemos.. como N (i. e., L+nasal), es decir, lo que todas las nasales de uo:i lengua tienen en con1ún) y 1ncjor aún en 1érn1inos de ..a.rchifoncmas generalizados" como C (la clase de las con>0nantes) o V (lo clase de las vocales), que si sus reglas son formulodas en términos de segmentos individuoles (Cbomsky, 1962, p!g. 71). La medida evaluativa (la métrica de simplicidod) del componen1e fonológico de una gram,tica es precisamente el número de especificaciones fonónicas que contiene (Halle, 1961). Es preferible que las reglas ha¡on referencia muchas veces a las mismas clases (no cada vez a una clase dis1inta), ya que los regios deben ser relativamente pocas y de gran alcance (1, 7). Antes hemos vis10 que el fonón JXnsidad servía para distinguir paso de poso. También pudiera servir para distinguir paso de caso. La Densidad y lo Gravedad de Jakobson definen asimismo cuatro clases de consonantes (que corresponden a los cuatro puntos primarios de articulación tradicionales). Enlre corchetes doy al¡unos ejemplos españoles típicos de cada una de las cuatro clases ti: E. 17.
tnbi~I
(1• p
Grave
.........................
Denso
+
Dental
bl
(n t di·
¡ímbolo C rep~nta.
C'ODlO
l.
2.
+
Nivel de lo representación fonfunica (sistemática). Nivel de la representación fonética (sistemática).
Los fonones son bivalentes o binarios (i. e., son susceptibles de tener o bien el valor + o bien el valor -) y tienen función puramente clruifiauoria en el más abstrac10 de esos dos niveles (el fon~mico). En el nivel fonético .sistemático, cada uno de eslos íononrs es una especie de escala en Ja que es posible distinguir dos o más valores (cuántos es una cuestión pendiente; en todo caso, pocos). Asi, p. ej., es bien sabido que en inglés el fonón
Acento tiene como mínimo cuouo valores. En español, aunque menos, parece tener desde luego mú de dos. De ílustración pueden servir estas expresiones: E. l 9a.
l.
Ptlalal lfl ti
3.
+ +
es usual. el sonido medio (consonántico) de
ocho, y l'I representa el q:cundo wnido (i. c .. el sonido nasal) de ú.llta, ángulo o 4ng~I. (Los sonidos ejemplificados al, un). Estos fonones son los "elementos prinlitivos" de un sis1ema para describir Ja pronunciación ideal de las lenguas humanas (la 11c1uación [l, 2) supone otros factores, ade· más de la comptttncia adecuada). En 1951. Jakobson y sus colaborado· res (pág. 40) "detectaban" 12 fononcs en las lenguas del mundo; en Ja sección que acabo de cirnr, Chomsky supone que son 15 ó 20; hoy se cree !I El
que son 30 ó 40 (Schanc, cd., pág. 120; Postal, 1967, págs. 58 y 69), incluyendo Jos fononcs prosódicos de Accn10, Tono y demás. El " binarismo" (IV, n. 26) o bivaJcncia de estos fonones sigue siendo objeto de acaloradas disputas (cr. Otero, 1965a, pág. 64). Para entender las cosas a derechas es necesario tener muy en cuenta que en Ja representación fooológica generativa hay dos niveles muy distintos:
No, vela
Y es1as 01ras (que debo n R. S. Ferlosio): E. 19b. E. J9c.
1. 2.
S•mpronio Ira rolo la silla. Sempró11fo ha rolo la sffla,
1,
En la Iglesia fue donde lo e11co111ré (no donde le hablé). En la /gl&la fue tlolllle lo e11co111ré, no e11 la plai;a.
2.
110
Cayo.
Es importante hacer notar que oo por ser universales (i. e., fijos para !odas las lenguas) dejan los Conones de ser rela1ivos cuando se los considera en términos del conccplo de repetición o no repclici6n. Dos lenguas pueden hacer uso de un conlraste antcrior/pos1erior de valores 1, 2 y 3 para distinguir no-repeticiones, pero el valor 2 puede ser "anterior"' en una Jengua Y "posterior" en la 01ra. Según McCawlcy (Schane, ed., págs. 112-13), las reglas fonológicas de uno kngua dc1crminada tienen que E. 20.
J.
Prtdtc;r citrtos valort.s ºno dí.slinJi,1os" de los /ononts unívtrsalts t11 tsa lt11gua (ne11traliwción).
2.
3.
Indicar cudl dt las rta/iiaciones posibltS dt cada fon6n 11nlvtrsal ~s la q11e 111ilíza esa lengua. Esptci/icar los º'•olorts idcalts•' de los par4metros físicos tfpicos dt la rtali:.aci6n dt los /onona en esa ltngua.
1NTR.OOUCCION A CllO..iSXY
t'R(\I 000S
1.11
?.1ás adelante veremos un ejemplo de E. 20. l. Como ilustraci6n de E. 20.2, cita J.1cCawley la realización mediante redondeamicnto (no mediante faringalización) del fonón Bemolizado en inglés. Por lo que respecta a E. 20.3, recuérdese que el fonón Tenso produce menos diferencia entre las parejas de vocales abiertas y cerrados del gallego que entre las del portugués (D. Alonso, 1963), y que en scrbo-croaca una vocal larga es aproximadamente vez y media más larga que una vocal corta, mientras que en checo una vocal
larga es aproximadamente dos veces y media más larga que una corta. Entre el nivel más ab•trncto (fonémfoo) y el nivel fonético sistemático, que Jakobson no distingue adtcuadamcntc, media, pues, una relación n.atura/ (Postal, 1967, cap. 4): Los elementos (morfo)fonémicos que constituyen clases natural•s (tanto para los reglas de la gramitica como para las variaciones dialectales y para los cambios históricos) tienen realizaciones muy parecidas en el nivel fonético (sistem6tico). Pero estas realizaciones id•ales de la lengua no son, por supuesto, las realizaciones oc1uadas de los especímenes del habla. Después del nivel iolerior de E. 18 están los fenómenos fisicos pr<>ducidos por los hablantes. Y por encima del nivel superior de E. 18 es
Ltll
ceo). Casi todas las lenguas tienen una consonante del tipo ut. pero son relativamente pocas las que tienen una consonante del tipo ce (como la tienen el castellano, el in¡¡l~s y el griego)"·
Todo esto puede servir como de botón de muestra de Jos problemas que plantea la especific•ción y caracteriución articulatoria de cada uno de los fonones. Es, en todo caso, una cuestión estrictamente empírica, que requiere examinar todas lns lenguas del mundo. Pero a veces no es necesario ir tan lejos para poner en cuarentena una propuesta determinada. Una manera relativamcncc accesible de matar varios p6jaros de un tiro es usar como
ilustración (referida al español) la regla (33) del capítulo 4, que reproduzco aquí para facilitar la relerencia:
E. 22a. Grav
[+NasalJ _, [
ftDen~
]
[ +Consonántico ] /-
p~::
preciso postular, a lo que parece, una representación todavía más abstracta,
en que los fonones tienen valores en términos de 1.\1.arcado y No-marcado (Postal, 1967, cap. 8): Paro los vocales, In nasalidad, p. ej., tiene el valor !Marcado, mientras que la oralidad tiene el valor No-marcado (véase roás adelante). E.sto quiere decir que, además de tener contenido fonético (cada proceso articulntorio requiere un lonón separado, contra lo que crefa Jakobsoo), los fonones reflejan una jerarquía en su configurocíón arb6rca y sus valores bivalentes muesi-rnn unn a.ri1netrfa que, como la jerarquJa1 tiene visos de universal. As(, p. ej., /uárquicomanta el fonón Consonanticidad es siempre uno de los más altos (i. e., define las clases más ••tensas); por su parte, la Gravedad suele estar por cncini• de lll lnterruptidad (que agrupa a las
consonantes oclusivas con las africndas); la Intcrruptidad, a su vez, suele estar por encinin de la Sonoridad, etc. En cuanto a la índole característiean1cnte asifnétrica de los valores fonónicos binarios, parece haber un número considerable de principios universales como los siguientes (Postal, 1967, páginas 81 y 169): E. 21.
l.
2.
3.
Nor111t1/11Jt11tt /ns voca/t.v son 110-nasaleJ'. No hay lenguas que tengan sólo vocales nasales, pero son muchas las que sólo tienen vocales orales. Nor111almtnte las consonantu van seguidas Je, vocales. y las vocalt.s, de consonantts Hay muchas lenguas sin secuencias de vocales o de consonantes (y sin unas y otras), pero no hay ninguna sin secuencias de consooanies y vocales. Nor11UJ/n1tnlt las /rita1ivas dtntaltS son tstridtntts (como en el ststo}, 110 ines1ridtn1es (como en el ce..
Salta a la vi.Jt3 que se rrata de una asfmilacidn: las letras griegas .son va.. riables con sólo dos valores posibles y -). que, a tenor de la regla, tienen que ..concordar" (c. a., si Grave llcvn el coeficiente + en la columna de In derecha, habrá 9ue dar el coeficiente. + ni Grave de la columna inmediata). En otras palabras, la regla expresa sucintamente esta generali-
<+
zac ión :
E. 22b.
La.'t consot1antts a.sí,t1ilan (o atratn) a .su punto dt artlculación a fa nasal que i11media1a111ente las precede (i. e., sólo son posibles secuencias bomorgánicas de nasal y consonante).
Veamos ahora de trnducir la generalización n té.rn1 ioos concretos, cos..'\ no dificil si se tiene el esquema de E. 17 a In vista. Empecemos p or las consonantes labiales. Sustituyendo las letros griegas de Ja columna de la derecha de E. 22a por los valores correspondientes a las labiales en el esquema de E. 17, podemos desglosar de la regla general esta regla especial: E. 23a.
[ o.Grove ! + Nasal)-+ [,eoenso] / -
+eon ]
+~:
~1 La diferene:ia dja1ectal sistolclcto, d¡c:bo sea de paso. no parece ir más -.ná de la superficie. En 01ras J)llabras, nada se opone a que opoco y opacidad tengan la mi!ma ~prHtnta.e:ión ~by1cente (véase mis adclaote y, para más detalles. el lib. ciL al final de la n. t) en los dos dlalec;tos principales del español. y a q~. urrar y c-~rrar o nJ.~r y ooctr ten1an tamb¡~o rcprctcntaciones subyacentes d1S11nt.as tn el dialtC'lO "'atl,nt¡co...
LV
1N·rMODVC(1()N A CllO!llSKY
LJV
Ahora la regla indicn cspccU'icomcnte que hay que sustituir a: por
+
y fJ por -. Según E. 17, la única nasul que es [+Ora, - Den] es m. Esta es, por tanto, la nasol que hay que colocar en Ja posición inocupada del contexto (i. e., entre las dos columnas); dos de las consonantes que define Ja columna de la derecha son p y b. Resultan, pues, a tenor de la regla, las combinaciones -mp- y ·mb-. O sea que la regla E. 23a viene a ser una especie de explicación o fundamentación lingüistica precisa de la oonna que prescribe escribir m antes de p y b. Obsérvese de paso que la clase de las labiales, aludida al principio de esta sección, parece tener sentido en la lengua espaiiola: la asimiloción en este caso es de labialidad. Aplicando a las dentoles, a las palatales y a las velares de E. 17 el mismo procedimiento, la regla general quedaría desglosada en cuatro reglas especiales, y los rcsultodos serian, respectivamente, 6tos (doy primero los de E. 23a): E. 23b.
-mb·nd·
3.
-mp-, -nt-, -tí
4.
-nk-,
·ng-
l.
2.
e-
(e. g., ta111biln, tQJtipoco).
(tanta, tanda). (ancho). (anca, angazo).
Contrastemos ahora las predicciones de la regla con Jos datos empíricos. Aunque los tratadistas de más autoridad (Navarro, 1919, págs. 112 y 133; A. Alonso, 19S 1, págs. 306 y 3 J 2; Alnrcos, 1961, pág. 176) nos aseguran que Ja nasal de anc/10 (co11clia. pinche, Carn1e11chtl, etc.) e$ una especie de lí, para los hablantes nativo' C!ta opinión ele los c~pertos rcsuJta, en general, un tanto dura de roer: su intuición les dice que añcho es poco menos que impronunciable. Ln verdad del caso parece ser que esa nasal resulta indislingui ble (ni oido) de las nasales (alveolares) de anonadan, si bien (articulatoriamentc) el área de contacto Jiogual-alvcolar se exliende un poco más h acia el paladar (aunque no tonto como el contacto dorso.palatal de ñ) ••. Se trata, pues, de una nasal alveolo-palatal, no de una palatal propiamente dicha, y, por tanto, una de las predicciones de la regla (la que lleva el n6mero 3 en E. 23b) no se cumple. Por otra parte, In nnsnl de 11n, pong.nn1os por caso, se pronuncia, no
de cuatro, sino de seis moncrns distintas, n teoor de la consonante que la siga:
Otros datos que ec; in1prcscindible tener en cuenta son Jos de alternan·
cías co1no E. 25a.
presu[m]ir
J>rCSU[nJci6o
prcsu[o]tivo,
en que la raíz parece ser prl!JunJ· (piénsese en cons1lnJir, rl!sUJnir, redi1nir, reprimir, ele.) y mc1amorfoscarsc en prcsun.. anle un afijo que empieza por una consonante dental (o alveolar); y los de otras alternancias del tipo E. 25b.
cc[ñJir
ci(nJto
ci[nJcura,
en que la raíz parece ser (aunque esto es mú dudoso) c<1í· (compárese teñir
y
tinte) )'
reaparecer como cfn- ante un afijo que empieza por una conso-
nante dental (la alternancia vocálica es rtcil de explicar). Como no parece que quepa sacar más partido a la Gravedad y a la Densidad, se impone sospechar que esos dos fooooes no permiten dar razón de todos los datos del español, que habrla que sumar a los datos inexplicados de otras muchas lenguas. Teniendo en cuenta un buen número de eUos (a Jos que habría que nñodir los de E. 24 y E. 2S), cabría sust ituir {Chomsky & Halle, 1966, cap. 7) los dos fonones citados por los tres fonones Cor(onal), Ant(erior) y Pos(terior), que permicen distinguir los sonidos alveol<>-palatales (e. g., la nasal de cancha) de los palal<>-velares (e. g., la nasal de caiia).
distincí6n corrclacionadn tanto con lt'ls propiedades acústico-articuJatorias de ciertos sonidos de las lenguas humanos como con Ja función clasificatoria {sistemática} de los fononcs en los reglu fonológicas. Un cuarto fonón, Dis(lribuido), agruparla n las labi<>-dcotolcs con las dentales, y las distinguiría de las bilabiales y de los a lveolares, rcspectivamence. En suma, E. 17 seria reemplazado por"
E. 26.
Lnbie>o
llilabial
dent~l
Pos Dis ...... . .. .
AJvcoAl,·cohtr palatal
(111 p b]
[m f]
[n Ot d)
[ns]
¡,; ~
+
+
+ +
+ +
+
+
+
Cor Ant
Dcnt:il
+
PaJato. velar
!ñl
+
Velar [~ k
g x]
+ +
En términos de estos fononcs. porece hacedero expresar Ja generaliza..
E. 24. Bilabial
Labiodcn1n.I
Dcnl•I
umporro um borro
um forro
un zato un ta to un dalo
Al,·col~r
un soto
Palalal
uñ chorro
Velar Ul'I
cono
u11 gorro Ul'I jorro
!8 Tomo la ~ripc:i6n de J. \V, Harris., 19671. trabajo {modelo en so gé. nero) que sigo muy de cerca en e''ª cucsti6n (YEasc Harris. J967/69, 2.2).
ción de E. 22b mediante esta re¡la de asimilación nasal que J. W. Harris formula para el dialcclo español de la ciudad de Méjico••: tt El símbolo x representa, como es costumbre en foo~lica. una de las dos primeras consonantes: de Jti~n. Identifico con un acento gra,·e la nasal aJ,·eo· palatal, pero dejo sin si¡no dlacritico la n1sal al,·eolar y la ~abio-dental (aunque son distint:as de Ja nasal dental y de la nasal bilabial. rcspoctivamente). , c'l'Ccificaci6n 1+Olmruycntc] (o bien la npcUC't°' •). Sin pretensiones de rigor, podríamos visualizar CS10$ cambios más o menos así: pode (con la primera voca) no tcnS>, como en el gallego actual) : : puodt (i. e., [p•11odeD : : puede (i. e., [pwedeD. Otra regla convertiría la d intervocálica en fricativa (i. c.. la privarla de su Tensidad). Y así sucesivamente. En definitiva, la matriz fonémica (aducto a las reglas fonológicas) tendría las cuatro columnas correspoodíeoles a I pode/, o sea cuatro columnas como la de E. 16 (pero suficientemente especificadas). y, eo cambio, la matriz fonética (educto de las reglas fonológicas) tendria las cinco columnas de (pwéde), es decir, una columna más y tres de ellas por lo meaos distintas. Si n pretensíones de exactitud (cf. Scliane, J 96S, pág. 40), s61o para ilustrar y concretar, podriamos resumir construyendo este remedo de fragmento de derivac/6n (obsérvese que los reglas tienen que ser aplicadas co cierto orden): E. 28.
l. 2.
/pode/
J. 4. 5.
pwóde pwéde fpwédel
póde
Representación (morfo)fonémica. Acento. Oiptongación. Antcriorizaci6n. Fricntivizaci6n de la oclusiva intcrvoc"ica.
El con1poncnte fonológico convierte, pues, una estructura patetite, como E. l2b (siempre que se cntícnda que la grafía de cada palabra representa una mAtriz clasificatorio), en un conjunto de representaciones f-01iéticas, como la de la última línea de la dcrivncióo de E. 28 (siempre que se entienda que Jos sín1bolos entre corchetes son una abreviación de Ja correspondiente matriz. de cinco columnas). Las reglas fonológicas que llevan a cabo la conversión están, a Jo que parece, ordenadas linealn1ente en una secuencia Y son aplicadas de manera clclica (cf. cap. 3): En el primer ciclo de su aplicación, las reglas son aplicadas en su orden secuencial a una parte-continua· máxima-de-la~estructura-patentc que no contenga corchetes en su interior. Completado el ciclo, los corchetes m~ interiores son eliminados y empieza el segundo ciclo. y asi succ-siv3men1c has1a alcanzar el dominio múimo de los procesos fonológicos (en muchos c.>sos, la oración entera), con la sal-
,... IN1'RODUCC101'4 A CHO>o1SKY
-=---'------- LVIII
vedad de que ciertas re¡la< sólo son aplicables al nivel de la palabra (i. e., sólo cuando el dominio de su aplicación es la pa.l abra entera). Este principio de aplicación c!clica es intuitivo en el sentido de que sugiere que hay un sistema de regios fijo que determina la forma de las unidades más grandes a partir de la forma (ideal) de sus partes constitutivas. Así, p. ej .. la regla aeenlu:il asigna un acento prlmario a cada parte consti· tutiva, Juego a cada unid3d inmediatamente superior, y así sucesivameñte hasta la unidad máxima. Estas unidades y sub-unidades vienen definidas por Ja estructura sintá.ccica. No s.erfa posible asignar acentos a Ja expresión E. 29a.
La Alianza para el Progreso
sin saber si se trato de una Frase Nominal ('La Alian%3 para fomentar el Progreso') o de una Oración ('Lo Alian%3 obstaculiza o detiene el Progreso'). Optando por la primera posibilidad, en el primer ciclo Ja regla asignaría acentos primarios 3 AliantA y a Progreso, y en el segundo ciclo asignarla un solo acento primario a la Frase Nominal entera (debilitando el otro acento). Si la Frase Nominal formn parte de la Oración (también ambigua)
E. 29b.
La Alianza paro el Progreso para el Progreso,
un tercer ciclo asignaría lln solo acento primario a la oración entera (a tenor de su estrt1ctt1ra sintác1ica, es decir, según el verbo sea el primer para o el segundo). Por Jo demás, lo realidad psicológica (perceptual) de Ja gradación acentual resultante no depende de su realidad física. No resulta paudójico que fenómenos como los acentuales no cst~n físicamente representados con el detalle con que son percibidos (Chomsky, 1967a, págs. 413 y sgs.). Aunque se hfl dicho, y no sin razón, que las ºreconstrucciones.. del com .. parativismo y los "moríos b:'i.sicos" del "cstructuralismo•• son en el fondo, de 1laturaleza generativa cuando son exccl'cionnli11ente certeros, sería un error identificar lt' noción de "rccon,trucción" o In de "n1orfo básico" (y menos aún la de "étimo") con la noción de forma subyacente del generativismo (Hamp, 1967). Esta noción, d icho sea de paso, permite salvar en gran parte el abismo abierto por Ja Ji ngU!stica posiliv!stica entre las palabras curtas y las palabras populares (Dlimnso Alonso. 1933. pllg. 43). Si /pede/ es, en efecto, Ja forma subyacente de pie (Folcy, 1965, cap. 2; 1966b, pág. 490), la relación con pedal, ptdtstrt, pedestal, pedúnculo, etc .. resull~ obvia a un cierto nivel de abstrocción, y Jo relación con pie serla especificada (y enmascarada) por las regla~ fonológicas. Esto no se les ocult6 a los filólogos decimonónicos, concretnrnen1c a los estudiosos de Jos dialectos célticos. y hasta aparece relativamen1c explícito en oca!ioncs: v. gr., en el tratado que Bopp publicó en 1838 (d. Pcdtr>en. pA¡. 57). Lo frecuente, sin embargo, es que quede implícito (cf. Malkiel, 1959). Finalmente. conviene hacer nolar que. ~¡ bien la justificación de un.a forma subyaeenlc gcnerati\ 3 debe tener su fundamentación en eJ análisis sincrónico mismo, p3.r:i fonnul:ar hipóte~j, provisionales todo tipo de informa1
1
LlX
ción (diacrónica. dialectal, cte.) es de un valor heurístico indiscutible ($chane, J 965, pág. 140). Las Jcnguos m&s documentodas son, en principio, las más accesibles. Huelga decir que pocos acervos de datos pueden parangonarse con Jos acumulados en el estudio de las lenguos románicas en general (cf. 1-falkiel, 1968) )' de las ibero-románicos en particular (cf. Cuervo, Menéndez Pida!, 1904 y 1926; A. Alonso, 1954; D. Alonso. 1963; Femández, 1951; Corominas, 1954-1957; La pesa, 1965, cte.). A veces basta se diría que Ja posibilidad (o inevi1abilidad) de una sfntesis no puede hacerse esperar (cf. Malkiel, 1965, y Foley, 1965, caps. 3 y 7). t.8. El libro ahoro inducido al español es una especie de examen general de conciencia y una enmienda parcial de la teoría de la gramática gene· rativa trasformacional para incorporar los hallazgos de un.a década de in· "-estig:lciones. Como su título indica, el autor ccntr:l la atención en el componente formativo o capital de lo ¡ram&tica. y sólo extiende sus considcracioo~ a los componentes interpretativos (la fonologia y la scmología) cuando le lleva a ello l:i teoría sintáctica. La novedad del capitulo 1 no cst& en Ja< presupuestos metodológicos que el autor expone (inalterados desde el principio). sino en que el enfoque se debe en parte al pie forzado de los molentendidos habituales, lo cual le lleva a presentar otra vez las mi$mt'ls nociones ele n1anera que puedan ser mejor comprendidas y evaluodos en lo sucesivo. y no sólo por los buenos entendedores. Está también en el cuidado y dtmorn con que el autor se complace en sefialar las conexiones (a veces remotas) y divergencias (a menudo próximas) de la teoría con las invcsli¡nciones lingliísticas del pasado .Y en subrayar el irnpacto de Jns conclu-"ionc-s n1ós recientes sobre las cuestiones cruciales dc.sáe antal\o pllra Ja filosofln y la psicología. Especialmente importantes a este respecto son sus nrgu1ncntos racionalí.sticos en contra del en1· pirícisn10 en todas StlS n10Llnlidodcs 1 incluida la conductalística (rocl1érdese Ja reseñn del libro de \kinncr hace cnsi diez af\os, una de las pocas reseñas verdaderamente "epoch-1naking"; cr. Dar-Hillel, 1967c, pág. 547). El cap(tulo 2 es con mucho el más sustancial de Jos tres restantes. Su tema central es Ja estructura léxicn 1 In. peor tratada en la primera formo· !ación de la teoría chomskiana. Pnra superar el defecto que hacía imposible un tratamiento adecuado (lo cual "folsabn" irremediablemente un subsistema de ta teoría). el autor propone una extensión de Jos mecanismos del sistema anterior para ºenriquecer•• su potencia expresiva. En el capítulo 3, por cl contrario, propone tina modificación en dircc.ción opuesta, ••empobrccleodo'' Ja potencia Clpresivn de la teoría n1ediante la imposición de rest~;ciooes más estrictas '1.ue, sin embargo, no parecen aftclar a su adecuac100 cm· pírica. Y en el capítulo 4 (y último) vuelve sobre algunos de Jos problemas más complejos, pendientes todavra de ttsolución, y especula sobre posibles vías de acceso. Pero la provision•lidad de muchas de las conclusiones queda de manifi"1to una y otr• vez a lo largo de todo el libro, y no sólo en el último capitulo.
La formn o estructura de la nueva gramática gencrativ3 difiere eo varios respectos de la primera, como salta a la vista comparando con el de E. 8 el esquema 5i¡uiente: FORMA DE LA GRAMATICA
E. 30a.
IL Componcnics interpretath·os:
l . Componente formativo:
A . SINTAXIS
l. Sistema Ahonnanre: Estructuras lateotes
B. SEMOU>OfA:
El..s interpretadas scmánti· can1eote.
2. Sistema Trasformante:
C.
Estructuras patentes:
FONO~OOiA:
EPs intcrprctndas foné tica· mente. Ln estructura general de esta gramática podría ser reducida a este sen-
cillo diograma: E.JOb.
S
l. semintica +- E.
.J. B
T
LATENIF. ->
LXI
INTROOUCCIOl'i A CHOrtl!tKY
J>ROLOOOS
E.
PATE.'" •ible dar raron de una serie de fenómenos bablísticos (e. g.. ciertos upos de estructuras nominales) no formulables en t~rminos de la teoría del pre·
Y:
3t Ft ou1or usn ''rasgo distintivo.. como sinónimo de rasgo fon~tico, pero no parece conveniente privar a la expresión de su significado más general.
.. LXII!
IN1 ROl)UCC ION ¡.. ( ll()t\lSKY
senlc libro. No hay, p. ej .• incol1cre:ncia alguna en suponer que exjsten símbolos complejos de la formn l+Dof, +FNJ. La regla xvm (57) de Ja gramálica de In sec. 3 del cap. ll puede ser reforroulada, por taoto, en estos términos B. 32.
Art - • [:t: Del, (rN)).
Es decir, el artículo puede ser defioido o indefinido, o puede ser una Frase
co11riene toda la información rclati~a al Jexen1n de la que no cabe dar cuenta mediante regla general (cf. 11, n. 16) a.i. También son Sltbcatcgorizaciona1cs los lexooes contextuales, que, ade·
más de determinar las reglas aplicables a las estructuras que los contienen (al ser convenidas en Estructuras Patentes), determinan las posiciones en que puede aparecer el Verbo definido por el artículo léxico (i. e., determinan sus restricciones distribucionales). Entre los lcxones contextuales hay que distinguir los que, simplificando la terminología, podríamos llamar coJocacionales ("striet subcategorization fcaturcs"), de los scleccionales "· Los lexooes coloc11cionalu traducen conceptos con10 "transitivo" e .. intransitivo", es decir, subclasifican los Verbos en ttnninos de los entornos que les
Nominal con el monón ( + Def) o con el monón 1- OeO asociado a ella. Cuando el FN es ex1raído del determinante por una trasformación, el rasgo [.±Def) permanece, lo mismo que perm•ncce el rugo !+Pro) en ciertas posiciones llenadas con tilo cuando el FN es extraído as. El LI:xicón consta de una lista o conjunlo (inordenado) de anículos léxicos y de un sistema de re¡las de redundancia (IV, 2-1). Un articulo léxico puede ser considerado como un conjunto de monooes de varias clases (ll, o. J S). Cada monón fonético (=fon6n) lleva un subíndice numeral (e. g., l+Con· sonántic0:s]) que indica su posición, es decir. el fonema a cuya definición
son apropiados 11; a s.u va, los lc: y • lo. Adjetivo•). Cf. 11, n. 29.
1• 1u') 1or.o~
t tfl'ROOU(( 10"4 1' ( 110}.1SKY
un sujeto humano" y conllevo. por tanto, el lexón seleccionaJ [+(X [+Hu. mano) Aux _ YJJ, reducible, por la convención mencionada, a [+ [+Hu. mano] Aux _J, expresión mucho menos obvio que [ + _ FNJ. Es evidente
se diría que apuntan las "dc(inicionc1'' ele los 111ejores diccionarios. En lo que no se suele reparar e~ en que ello supone que la significación no es en modo alg·uno una propiedad de las oraciones. Por otra parte, las significa-
).)(IV
que estos Jexones contextuales cspeciíic3n el dominio de reglas con potencia trasformacional (ll, 2.3.4).
Investigaciones más recientes a las de este libro parecen iodicar que esta SJetameote seguro de que ningún elemento esencial ha qu'cdado fuera de Ja red ni de que no hay maleriol superfluo en la redada. Hasta pudiera ser que, como
señala Langendoen, precisamente por tener los lexemas
~ignificaci6o
resulta
a menudo diflcil traducir a p~l1bras un contenido semántie-0: las palabras que más voluntariamente comparecen al C-Onjuro del hablante pueden tener matices de significación que no favorecen o incluso perjudican el contenido semántico coocebido O• ¡ran poesía bordea siempre lo que es o parece ab-
solutamente inefable). Por el contrario, e:s relativamente fáciJ poner
signifi~
cación, pero no contenido semántico, en lo que se dice: Para "hablar por hablar", dando la impresión de contenido semántiC-O sin más que encadenar
unas palabras con otras, la si¡ni(icacióo de las entidades léxicas no tiene precio. Huelga advenir quc las significaciones de las palabras pueden cambiar a lo largo de Ja vida del hablante, o ser olvidadas del todo, o ser apren-
didas tardíamente~ sin duda, los nilios comprenden CIJ ontenido semántico de las oraciones antes de caracterizar en su mente la('Sig.nificaciones de los lexemas. Estas considcrncioncs parecen contribuir a poner nún m§.s eo tela de juicio la naturaleza del componente scmtlntico (IV, 1.2). La incorporación de
todos los fenómenos semánticos a In sintaxis supondría una reorganización muy considerable del componente fo rmativo de E. 30 y converlirfa el cu·
El nl11o btbió urra caña.
No parece necesnrio n1onicncr separodus, ni siquiera en el bautismo, esas dos focetAs del proceso sclcccionol. Cobtfa decir igualmente que beber pro· yectn sobre el arguntcnto el n¡:ua In info1·1naci6n de que es U(l líquido, pero c.¡ue esa información es rcdundan1 e po1· ser t i i1Jhel'cntcmentc, la desig· nación de tan líquido. De la misnia 111nnern cabrfn decir que en E. 33. n1, beber proyecta sobre ti c11cllil/o Ja informnci6n de que es un líquido, c-0n· tradiciendo abicrt=i n1cntc la Cbpecificación inherente de el cuchillo. La oración es, pues. inttrnnnitute contrntilaci6n J e l. es un coniodín. Con estas reglas es sun1an1ente fácil cons·
truir Ja derivación siguiente (cr. E. 11):
E. 37.
l.
s
2. 3.
FN FV FN V FN NVN 11 V 11 11 11 11
4.
5. 6.
(dada) (aplicando R. 1) (R. 2) (R. 3) (R. 4) (R. 5)
Salta a Ja vista que lo esencial de esta derivación es representable (cf. E. 12) como diagrama arbóreo:
1
N
11. 111.
v.
FV
/'--.....FN
V
1 N 1
11
11
o como cncorchelnmicnto rotulado:
.1,NrN!liJ,.]p. ,,,,fv!L\lv ,.l,.!6lNl.,.ls
Si contamos con un Lexicón que nos permita poner Pepe u J1orcl1ata en lugar de un comodín ó dominado por N (la dominación de uo elemento por uo símbolo A se indico poniendo eso elemento entre corchetes as{ rotulados; i. e., .(11].J y poner btb/6 en lugar de un ó dominado por V, sería posible extender la derivación de E. 38 y convertir su cadena pretcrminal en Ja cadena tern1inal Pepe
1.
rv.
FN
E. 39.
E. 40.
s
E. 38a.
E. 38b.
sínlbolos oo-ternlinales, entre 01ros, los que representan a las categorías léxicas, en particular N(oinbre). V(erbo) y A(djetivo). El símbolo de una categoría léxica e puede aparecer a Ja izquierda de una regla e -+ z sólo si Z •s A. Tal como aparecen formuladas en el presente libro, Ja. reglas del Nú· cleo pueden introducir complementos tn una Frase Verbal y en una Frase Adjetival, pero no en una Frase Nominal. Es decir, no pueden dar razón de Frases Nominales complejas del tipo
btb/6 ltorcha1a.
Como se ve, los reglas de E. 36 deíinen relaciones gramaticales: R. 1 de· fine la relación Sujeto-Predicado, y R. 2 define la relación Verbo-Objeto (nótese que el primer FN es "Sujeto de" la Oración entera, mientras que el segundo FN es "Objeto de" Ja Frose Verbal; i. e., no hay "Objeto de" Ja Oración). Uno de los símbolos terminales del Núcleo es, pues, el comodÚI 11, que indica la posición 11. FV - • 111. FA -+ 1v. Comp - • 1.
N Comp V Comp Frase Adjetival, Adjetivo A Comp Frase P reposicional FN, S, FN S, FN FP, FP FP, etc.,
por un esque111a l111ico en el que lus cntcgorfn-S léxicas "primitivas" N , A, V (que pueden ser reflejo de una estructura monónica subyacente) son representadas por una variable, X. las re¡las nucleares qu<:._int.roducen N, V y A pueden ser reemplazada• por un esquema en el que X representa una frase que contiene X como núcleo o palabra capital ("head"), y en lugar de ... pueden aparecer las estrucruras que sirven de complemento, o sea E. 42a.
t.
X
• X .. .
Las frases que inmediatamente dominan N, A y
V son designadas N,
A y V,
respectivamente. La fnse asociada con N, A y V en la estructura básica es el &p~ificante de estos elementos, los cuales pueden ser introducidos en el componente básico mtdiantc el esquema E. 42a.
n. X
-+ [Esp. XJ X.
donde [Esp, NJ será analizado como Determinante, [Esp, V] será analizado como Auxiliar (con los adverbiales de tiempo quiz.á asociados) y [Esp, AJ puede ser analizado como el sistema de elementos intensüicaotes asociados con las Frasn Adjetivas (muy, estructuras comparativas, etc.). En vez de la gramática del número S1 (JI, 3) 18, tcndrlamos, entre otras, las reglas si.. guientes (cf. E. 36): E. 42b.
R. l. s R. 2. N
-
I
aparecería rcílejadn exactamente, como en un espejo (Chomsky, 1967g; cf. H, n. 29), en la estructurn del nominal (o "denominación")
E. 43b.
... N v -+
[Esp, N) Ñ
R. 3. R. 4.
Ñ
R. S.
V -+ VÑ
-+ NÑ
V -+ !Esp,
VJ
v
/"-..
"'"º'
Especificaote de N (i. e., Determinante)
"
Especificante de V (i. e., Awti· liar)
aplicación cíclica de lns trurormacioo.,, las frases de la forma N represen· tan el mismo papel que las frases de la forma S en la especificación del dominio de las trasformaciones (e(. JU, n. 11).
Si este enfoque es correcto, la escructura interoa de Ja oración
s
o /'---...iJ eEsp, QJ ~
.,
~;¡
N
1
ept'OO(lr. p1 1
1
Los monones eolocacionales del lexema de probar tieoeo en cuenta las fra-
En esta gnmática, ta.mbitn N es uo elemento recursivo del Núcleo (el otro elemento recursivo sería. S, que podña ap~ecer a la derecha de la flecha en R. 2, quizá como alternativa), por lo que es natural suponer que, en la
Ñ
[•dtt, lh
1
PQSOdO
V 1
Ñ
probar
el ll'Of'•ma
1
(ti probó •1 ltoromo J
. se Los. dos c~s~ (facultativos) de FtllSC Preposicional en la regla 111 han sus· citado senas obJC~1on.cs del profeso~ Fillm?re (1966 y. más e.xcensarncote, J967). C~omsky (comun1c.ac1ón pci:-sonal) siente \11vo intertt por estas ideas, y cree que F1llmor~ ha puesto de n:i1n1fics10 puntos muy va1i0$0S, pero no le convcnocn sus concluSioncs generales n1 le parece &icmprc 1ceptablc su aoálisis. De todos modos, Jas ob<'_ervacioncs .'·ilidas de Fillmorc aon f6cilmcotc uprcsablcs dentro del encuadre ~el preStnte libro, a ~cces mucho mis dircctamcolc de Jo que él Jo hace. Así; p. e,., ~a.rece 5er un un1\>tnal del lcn¡uajc que A un ,·crbo expresa una a~16n, su SUJCIO latente .es el 11entc: para expresar este principio de interpreta· Ctón (a lo que parttc un1vtrsil) no cs necesaria rcala al¡una (Fillmorc usa vui11s.
-V
-
y N que domínan lo cate¡orla a la que el lexema es asignado en 43a y 43b, respccrlvamenre; SU5 monones seleccionaJcs hacen refereocia a los núcleos ("heads") de las_!rases a las que van ~ciados, que son las mis·
S<$
E. 43a.
N
CEsp,ÑJ
mas en ambos ta$0$ (i. e.. N). A tenor de estas modiíicaciones, la trasformación pasiva (11, 2.3.4) pll· diera ser descompuesta en dos operaciones: Una pospondría e l agente, de donde resultarían Frases Nominales complejas (que no serían nominalizaM ciones de oraciones pasivas) sin más que generalizar la operación de manera que su dominio sea una Frase Nominal o una Oración, modificación de la teorfa de l•s 1rasformnciones implicita en la hipótesis Jcxicalística (e. g., la dtstrucci6n de la ciutlac/ por el et1en1igo): la otra (que requiere la p resencia de t1n Objeto o, nláS generalmente, la presencio. de una F rase Nominal, con10 e n las "seudo-pasivas" del tipo los obreros fueron pagados) prepondría la Frase Nominal que sigue ni verbo; c. g.: la ciudad dtstruida (en inglés hay adcn1ás Frases Nominales, como tlle c;ty'.r destructiott). La primera operac ión no es más que una generalización de uno de los c:onlponentes d e la trasformación pasiva; la segunda bien pudiera caer bajo Ja generalitación del otro componente, a l que es muy similar (Chomsky, 1967g) •• . ordenadas de dctcrminBda manera). Tan1poco poce Fillmore de manifiesto que el Sujct.o y e1 Objeto son 6nioos e inconfundibles con otras frases Nominales ..oblicuas.. (el sujero latente suele determinar la forma de los adjuntos, el objt[O no suele llevar prep0sición, etc.). Por lo demtU. para ser totalmente consecuente con su punto de vista serían nectsarios tantos ..casos'" (cf. JI, a. 35) como Frases Preposicionales de función diferente (modo bastante complicado de resolver una situación en el fondo simple). Cf. CHOM.SXY. 1967g, n. IS. 311 Aludiré sólo a otras correcciones necesarias: En la scc. 2.3 del cap. 4> el autor rechaza implfcitamcntc la hipótesis lnicalí.stica que acepta en la n. 29 del cap. 2 (donde, por otra par1e, analiza erróneamente Jos posesivos) y que de· tiende, con numerosos ar,urnentos. en su 1raba;o _po5tcrior sobre la oominaliución 0967g, esp. n. 7; cf. CltONSXY & HAU.!, 1966. plip. 370, o., y 112, n.). Y supone que los complejos de ra~eos sólo pueden ser a~iados con las catcgorfas léxicas.
l'llOLOOOS
INTROOUCCION A (110f.lSKY
Las reglas del sistemo trasíorm•cionnl de la sintaxis (d. E. 30) modi-
fican de ciertas maneras íijas los Ahormaotcs generados por el sisten1a básico. Estas reglas, que satisfacen ciertas condiciones de orden (posiblcn1ente secuencial), se aplican al Ahormante básico de manera clctica (cf. l. 7). Cuando son aplicadas, al finnl del proceso, 111 Ahormaote entero dominado por el ca.so inicial de S, producen una Estructura Patente que las "reglas de reajuste" (Chomsky & Halle, 1966, págs. 9 y 371) convierten en una representación fonológica. En este libro la teoría de las trasfom1aciones gramaticales es objeto de una doble simplificación (cap. 3): 1) Las permutaciones quedan eliminadas del conjunto de trasformaciones elementales (sustituciones, deleciones y ad junciones); 2) a lo que parece, los anli.lisis estructurales que determinan el dominio de las tra~formacioncs pueden ser limitados a coodicioocs bulianas sobre Ja Analizabilidad (noción básica de la teoña). La cuestión de las condiciones bulianas sobre la Analizabilidad es sumamente imponante y merece especial atención. Es bien sabido que las condiciones que exceden a los buli3nas son las que implican cuantific-antes (véase mi nota a la scc. 4.3 del cap. 2) ••- En el caso más simple, el dominio de una trasrormación (i. e., In clase de estructuras a Ja que es aplicable) es determinado por una condición que establece que la estructura tiene que ser analizable en n partes sucesivas, la primera de las cuales es un "lo que sea" (c. g., FN, N, etc.), Ja segunda de las cuales es un "lo que sea", etc. (esta es la condición más simple sobre la Analizabilidad). "Lo que sea" sólo puede ser o una catcgoria. o una cadena de categorías. o una variable, o una cadena de símbolos terminales, o a lguna combinación de 4
Y que los símbolos c.omplcjos donlinnn una secuencia de elementos s6Jo dentro de la Ps intransitivos como grot-.1, y asocinrle ciertas reglas (universales) de redundancia que espc.cifiqucn que. cunndo se convierte en transitivo, sus monoaes contextuales son revisados de mnncra que el antiguo sujeto pasa a ser objeto (d. Jl, n. 15, y l'rLJ,1'f0RE, 1967). En la scc. 1.3 del cap. 4 hftbrfo que distinguir la posc.sión e11aje11able de: la que no lo cs. As1, p. ej., el broto d~ Pepe puede icncr dos orígenes: Puede ser el brazo q1,e Ptpt Jitne, análoao a la ,,,tsa q1,e Pt!pe tiene (enajenable), o puede ser "el brazo c.on que Pepe ha nacido.. (ti braz.o de Pepe t i de mdrniol tiene eJ primer sentido, Y ti broto dt Ptpe duele co1no iodos. cJ $Cgundo; no se dice ·•el brazo que Pepe tiene duele como lodos''). Respecto a 13 n. 8 del cap. l. cf. 8AR-H1u.i;L, 1967c. págs. 534-35. •G No serie: buliana la condición que requiriese que la primera de n parte-¡ fuera alguna categoria distinta de FN. o que la scguoda no estuviese domina.d a por n;nguna catcgorfa dislinta de FN. o que Ja 1crccra estuviera inmediatamente dominada Por FN (i. c .• cada cate¡oria que domina el tercer término del propio análisis o es FN o domina FN), ere. lo Que sipue esti b4\ldo en una explicación ad l1oc de Cbomsky (comunicJCión pt1"1(1nal).
LXXI
estas posibilidades, Pero en a lgunos CO\OS es preciso decir que la estructura puede ser analizable de unn manera o de otra; en otros casos, puede ser preciso decir que es ana1izablc de unn manera y, simultáneamente, de otra. Asf, p. ej., el dominio de la trasformación que pospone al agente es una Frase Nominal o una Oración; y en la trasformación que convjerte ti guerrillero l11clia en lo q11e ltact ti guerrillero es lrlCl1ar, la Frase Verbal luc/ra es, al propio tiempo, un FV y analizable como V •. ., donde V es un \tcrbo no C$tativo (i. c.. no parece gramatical decir Jo qut! hiw el guerrillero fue enunder el libro). Condiciones bulianas sobre la Analiz.abilidad son, pues, }as que implican y e implican o en la manera. dichaJ y quizá también no (si se define una trasformación aplicable a una estructura que es "lo que sea", con tal que no sea una c.s1ruc1ura que es tal otra cosa), o combinaciones arbilraria.s de y, o y no. La teoría de las uasformaciones es mucho más manejable si la.s condiciones son buJiaoas y, además, implican y e implican o solamente (no no}. y sólo combinaciones limitadas de y y o. Parece que, en general, los dato. emplricos corroboran esta e:to, con "' anuencia. el ejemplo del propio Chomsky (1966, pág. 24), que a su vc1 siguió el de H. Ste.inthal (en el ci:ntc:nario del nacimiento de Humbold~ hace jU$tnmente un si&lo). JCf. ahora SJn.A•, 1968.) Para un indicio de las preocupackHics cxt.ra.sintJcticas del autor. véase IV? 2.2 (42). ter. ahora N . MAILL•. Tl1t armics o/ tht nlght. 1968, páa. 203.J 4'! NYR (: T~t Ntw York Rtl'ic• o/ Boolsl. April 20, 1967. pág. 34.
•
J.X"X'TV
l'ROLOGOS
Cuba, Santo Domingo y Vic1nam, que el radicaJ bumanisnlo de c-.s-le epigono de Rousseau, Kont, Humboldt, Morx y Russcll (cf. supra, J.3). El énfasis de Chomsky en la crenlividod curncterbticamente humana (que implica inalienable libertad y responsabilidad individual, y exige máximo respeto a lns convicciones personales íntimas no jncompatibles con el bien común universal} se corre-spondc con su intc~ por Ja creati,•idad lingüística (cf. cap. 3), y, lógicamente, rebosa consecuencias. Como Humboldt antes que él, hoy es Chomsky uno de los mis ilusires representaotcs de la doctrina de los "derechos naturales" (ahora mucho más avanzada, pues desde entonce..'i ha llovido mucho en la historia de la ciencia. y mucho más en la o!I11) y uno de los mú decididos adversarios de todo tipo de autoritarismo. Como es lógico, cl si¡nificado político de su concepción del mundo depende, hasta cieno punto, dcl contexto social co que aparece. Baste decir, por el momento, qoc la conciencia moral y politica de la gcoc.ra-ción de Cbomsky (y Fanon, y Lumumba, y Ben Barka, y Malcolm X, y Camilo Torres, y Che Gucvara, y Manin Luthcr Kjng, y.•. Gagarin, y••. )••, como, de modo crucial, la sociedad soviEtica de boy, se formó entre t 928 y 1945: Horrores de los :J.ños rreint1, guerra. de Etiopía, purga rusa, incidente chino. guerra civil española, atrocidades nazis y complicidadci. no del todo na· ~!~· etc.; como cifra y colofón, Hiroshima y Nagasuk.i, que hay que contar sin duda alguna entre los crimcn•s m4s abominablci. de la historia" (Cbomsky, 1967 bis, págs. 2S4-S5l. Como revulsivo moral deja bastante chiquito ~1 de las atrocidades napoleónicas que tanto perturbaron a Humboldt• •v no podía menos de agudizar la respOnlObilidad de un inlelectuol de cuerpo entero, mucho más profunda que I• de un no privilegiado. A tos intelectuales atañe propagar la verdad y denunciar las mentiras de todo el mundo, y, por tanto, analizar Iris acciones de los gobernantes seg(an sus verdaderas causas, motivos e intenciones (a 1ncnudo ocultos). Nadie ha reaccicnado más vivamente que Chomsky nnlc las otrocidades y tropelías más flagrantes. Nadie ha denunciado con 1t1ás vigor In~ mendncidades de los "expertos'' de nuestro tiempo (en especial Jas de lo~ expertos en la 11 teoría" de _los juegos termo-nucleares). E l eso1erismo, el cspiritu de cuerpo, la complicidad de ta "discreción" que piden los hipócritas juramentos hipocráticos no son conjugables con el esp'irjt11 humanístico humboldlinno. La responSJ1bilidad mor~I de Chom;ky parece corresponder plenamente a su extrnordinarin capacidad intelectual, y su preocupación por los derechos humanos irrenunciables de todos y cada uno de los hombres' sin dis. t1nc.1on de _razas: colores ni ~nlbligos, no parece ir a la zaga de sus preocupaciones crentff1cas y creativas. No es Chomsky de los intelectuales que pueden perder interés en convenir las ideas en ralancas para Ja trasformación radical de I• sociedad internacional y de la vida diaria (hoy tan enaje-
..
49 Generación
de ..prc""lnucrtos••. no de ...wpcr-vivicntes" como la de sus abue-
los. Aunqlle oo fallan los candidatos a ..-upervivkotes ni I~ franco.vi,•idores. Para algo de Jo que se cuece en Ja universidad noncameric;ana y Por contrast~ otro aspec10 de la c.cepeionalidad de Chomuy, "'ase Rouak (ed.).
JNTROl)UCCION ¡,.
C ll Ot.I S.lC.~
LXXV
nada), ni de los que comulgan con la retórica a menudo vacia de la "Nueva íz.quierda''. Para él, só1o unn. trnsformnción interuaciooaJ a gran escala pern1ltiría hacer frente n In vasta miseria. bun1aoa (quizá en aumento en todo el mundo) y abolir In clásica paradojo que incrementa a la vez (incesantemente y a escala internacional) I• pobrc¿a y la opulencia (1967 bis, págs. 276-77). Capitular ante el s1a111s quo, •nte uno implacable minoría manipuladora de masas, es renunciar de antemano a la construcción del mundo racional que pide la voi. de la decencia human1> (la voz de las geauioas necesidades y potencialidades creativas del hombre), según prioridades dictadas por el bien común univers•I, no según los caprichos de una oligarquía. También en esto recuerda Cbomsky a los insobornables tratadistas españoles de antaño y a los infatigables combatientes de la estirpe de Banolomé de la.s Casas so. Tampoco a Chomsky le uredra poner el dedo en la llaga. Y, como ba escrito el prof~r "Raziel Abclson, jefe del Departamento de Filosofía de la Universidad de Nueva York, "es verdaderamente aleccionador ver a un brillante hombre de cicncía arriesgar su prestigio, su acceso a lucrativas sub-. veoclones del Gobierno [norteamericano] y su reputación respecto a la ob-jetividad olímpica, por adoptar una tajante e implacable posición adversa en la flagrante cuestión politico-moral deJ día, y por arremeter conlra la complaciente mitología del "experto especializado,., bajo fa cual muchos in· telectuales universitarios se sacuden los crimcoes cometidos por su gobierno con tal que no queden demusiado al descubierto (c. g., la intervención domi· nicana) paro las más refinadas falacias"''· Pero Chomsky no se ha limitado a denunciar las mendacidades del aparato propagnndíslico y lo cspedal complicidad de su propia institución universitaria (a la que tnnto esplendor intelectual ha dado en los últimos diez años) en la guerra y en la represión. Contestando a la pat6tica carta de George Stciner, ha planteado nbicnan1cnte In cuestión crucial de la •cción política inmediata y, como Lns Casns, ha defendido la necesidad de adoptar medidas ilegales para opone.. c n un gobierno indecente (rehusar el pago de impuestos, rehusar el reclutamicnlo y rchusnr todo lo que pueda contribuir en alguna med ida a los fines del militarismo y la represión, sin descartar la posibilidad ele constituir brigadas jnternocionales, como Ja gcncracióo anterior frente al irracionalismo de entonces, o de trasladarse a Vietnam del Norte como víc·
so Tampoco faltan inlcrprclacioncs ''cidianns.. de la combatividad de Chomsky (el. supro, n. S). "'NYR, April 20, 1967, pile. 30. Se rcfic"' al artlculo sobre la responso· bilidad de los intelectuales (CHOMSKv. 1967 bis), "el documento p0lítico más impre· sionanto que he leído desde la mucrcc do León Trostk.y'', ..dcouocia moralmente ferviente y eficazmente argUida de la a¡resión americana en Vietnam y en otras partes del nlundo... Par:i. mantener la perspectiva quizá convenga recordar que el
medio míllón bien colmado de soldad0$ norteamericanos en Vietnam ha resultado de "escalar" los IS.000 enviados Por Kcnnedy, que ya eran casi e) triple de Jos que compusieron "la lc¡i6n Cóndor c.n,·ioda por Hitler a •tuchar c.ontra el comunjsmo· en una c-1crn civil anlcrtor·· (Choms.ky, 1967d, pá¡.. 46). Y que~ al n1argcn del 1cstamcnto de Cho Guc,·ar.1. '°" muchos ..kJs Vietnams qut: incvita· b!ementc nos cspernn" (CHOMSEY, 1967 bi•. i*¡. 291).
l.XXVI
1ima propiciatoria conira los bombardeos) H, Claro que la actividad y la indignación chomskiana hubieran resulto.do más contagiosas si oo fueran en gran parte ensordinadas por la ruidosa maquinaria propagandística del "muo· do libre". No es posible dar por completa esta introducción a Chomsky sin incluir al menos un botón de muestra de su "visión del mundo .., y nada mejor ni más apropiado que cs1e bo16n de muesira (1967 bis, págs. 279-80) para concluir:
Los países subdesarrollados tienen problemas increíbles, quizá insuperables, y cuenian con muy pocas opciones; Estados Unidos tiene una amplia gama de opciones. y 1iene los recursos econ6rnicos y tecnológicos. aunque evidenlemente no tieoe los recursos intelectuales ni los morales, ¡r.1ra hacer fren1e al menos a alguno de estos problemas. Es fácil para un inlelectual americano pronunciar homilías sobre las virtudes de la liberiad; pero si vcrdaderamcnle le preocupa, digamos, el totalitarismo chino o las cargas impuestas sobre el campesínado chino en una industrialización forzad.a, debiera ene.ararse con una tarea infinitamente más significativa y emuladora: la tarea de crear, en los Estados Unidos, tanto e l c lima intelectual y moral como las condiciones sociales y económicas que permitieran al pals parlicipar en la modernización y el desarrollo [universal) de manera congrua a su riquO'Za material y capacidad técnica. D ádivas masivas de capital a Cuba y a China pueden no contribuir a a liviar e l autori1arismo y el terror que suelen ncompaóar a las primeras fases de la acumulación de capital, pero tienen mucha más proba bilidad ele 1ener ese efcclo q ue las proclamaciones sobre los valores democrá ticos. Es posible que, a.u n sin .. asedio capitalista" en sus varias manifestaciones, los elementos verdadera mente democráticos de los movimientos rc volu· cionarios-en algunos casos, los soviets y los colectivas, p. ej.-pudieran ser n1inados por una "élite" de bur6cra tos y técnicos; pero es casi seguro que el asedio capi talista, con el que tienen que enfrentarse ahora todos los n1ovimientos revoluciona rios, go rnnl izorá ese resultado. La lecci6n, parn aquellos ve rdaderamente preocupados por reforzar los elementos d emocráticos, espont6neos y populares de las sociedades en desarrollo es de una cla ridad n1cridiana.
La Coruña, 26 de junio de t 968.
CARLOS-PP.RP.GRÍN OTERO. Uni\'f!':t.ddad de Callfomla.. Los AngeJes.
s: Se puede ver )3 cana de S1cincr y la. res.puesta de Cbomsky en NYR., Marcb 23, 1967, pág. 28 (y en trad. france1& en ú• ttmp• modunes, mai 1967. páp. 2017-020). Cf. Rouat (ed.), p(¡. 3-00 (rchtlsa a pagar impueslos) y pág. 301 (curso sobre .. Los in1clec;1ualcs y el cambio $0CÍa1 ... al alimón con el profesor Louis KampO. Véase 1nmbifo la pondel«la) de 1érminos in¡lnes .....•••...............•...
221 230
APÉ.."'(OICI: 8JDLtOOR.ÁFICO. ABll[\'14 Tl.:llAS ................. ••·•·•••·•. ...•. ..•. ... . •.•....
233
BIBL!OORAfÍ.\ , ••••••· .. , •••••• ,,, ••••••• ,, ..•••••••.••• , .. •••..... .. .................. .. .••..
245
R EGISTRO Al FIA8ÉTICO .......................................... , ................. . . . ........
2SS
•
ASPECTOS DE LA TEOR.IA DE LA SINTAXIS
•
PREFACIO
•
La idea de que una lengua se basa en un sistema de reglas que determinan la interpretación de sus infinitas oraciones no tiene nada de original. Hace más de un siglo que fue expresada con relativa claridad par \Vilhclm von Humboldt en su famosa, pero raramente estudiada introducción a la lingüística general (HUMBOLDT, 1836; para las referencias completas, véase la Bibliografía). Su coocepeióo de que una lengua "usa infinitamente medios finitos" y de que su gramática debe describir los procesos que hacen esto posible es, además, resultado de un interés persistente, dentro de la filosofia racionallstica del lenguaje y de la mente, por este aspecto "creativo" del uso lingüístico (para más detalles, véase 010MSKY, 1962 y 1966). Es más: parece que basta la gramática de Panini puede ser interpretada como un fragmento de una "gramática generativa" de esta especie, esencialrnente en el sentido actual del término. Esto no obstan~, en lo que hace a la lingüística moderna, ba sido sobre todo en los últimos años cuando ha habido intentos bastante sustanciales de construir gramáticas generntivas explícitas para lenguas particulares y de explorar sus consecuencias. No debe, pues, sorprender la extensa discusión y debate respecto a la formulación apropiada de Ja teoría de la gramática gene~tllivu y de Ja descripción correcta de las lenguas que han sido· más intensamente estudiadas. El carácter provisional de cualquier conclusión que ahora quepa adelantar sobre teoría lingilística, y aun sobre gramática inglesa, no puede menos de ser obvio para cualquiera que trabníc en este campo. (Daste considerar la vasta gama de fenómenos lingUlsticos que han resistido toda formulación esclarecedora.) Con todo, parece que ciertas conclusiones bastante sustanciales están emergiendo y recibiendo cada vez más ~orroboración. Concretamente, el papel central de las trasformaciones gramaticales en toda gramática generativa empíricamente adecuada me parece establecido con toda solidez, aunque restan muchas interrogantes sobre la forma aprnpiada de la teoría de la gramálica trasformaciooal. Esta monografía es un estudio exploratorio de los varios problemas ' que han surgido en el curso de las investigaciones sobre gramática trasfonnacional, que se presupone siempre en lo que sigue como encuadre ~neraJ para la discusión. De lo que aqur se trata es precisamente de como debe ser formulada esta teoría. Este estudio plantea, pues, cues3
4
tiones que están en los cooíines de Ja investigación sobre gramauca t.rasformacional. Para algunas propondré respuestas concretas; pero más a menudo la discusión no hará más que suscitar puntos controvertibles y considerar posibles enfoques sin llegar a ninguna conclusión definida. En el capítulo 3 esbozaré brevemente el rumbo que, a la luz de la discusión, me parece más prometedor para la teoría de la gramática generativa. Pero quisiera reiterar que esta propuesta no puede ser más que sumamente provisional. • La monografía está organizada del siguiente modo: El capitulo 1 bosqueja los supuestos fundamentales. Tiene poco de novedoso; trata, más bien, de resumir y aclarar ciertos puntos que son esenciales y que en algunos casos han sido tergiversados una vez y otra. Los capllulos 2 y 3 tratan de varios defectos de las versiones anteriores de Ja teoría de la gramática trasformacional. La posición reexaminada es la de CHOMSXY, 1956; LEES, 1960a, y muchas otras publicaciones. Estos autores suponen que el componente sintáctico de una gramática t.rasformacional consta de una gramática ahormacional como base y un sistema de trasformaciones que proyectan ('map') estructuras-gcneradas-por-labase en oraciones concretas. Se da un resumen de esta posición al principio del capítulo 3. El capítulo 2 trata de la base del componente siotáctico y de las diíicultades que surgen al suponer que es una gramática ahormacional en sentido estricto. El capitulo 3 sugiere una revisión del componente trasformncional y su relación con las estructuras generadas por Ja base. La noción misma de "trasformación gramatical" es adoptada sin cambio (aunque con algunas- simplificaciones). En el capítulo 4 se suscita varios problemas residuales, y se los discute brevemente y sin llegar a conclusión alguna. Quisiera reconocer con gratitud los valiosísimos comentarios de muchos amigos y colegas que se han lomudo la molestia de leer versiones anteriores de esta obra. U nn deuda especial he contraído con Morris H alle y Paul Postal, que han sugerido muchas mejoras valiosas, y con Jcrrold Katz, James McCawley, Ocorge Miller y O. H. Mathews; y con muchos estudiantes cuyas reacciones e ideas, al exponerles el contenido de estas páginas, me indujeron a modificaciones sustanciales. En el Center for Cognitive Studies de Ja Universidad de Harvard terminé de escribir este libro, subvencionado en parte por el Grant No. MH 05120-04 y -05 de los National Jnstitutes of Health to Harvard · University, y en parte por una beca del American Council of uarned Societies. NOAM CHOMSICY. CAMB!lll>OI!.. ~f4SS.\CllUSfTT$, octubr~ d~
1964.
1 PRELIMINARES !liETODOLOGlCOS l. LAS GllAMÁTICAS GENERATIVAS COMO TEORfAS DE COMPETENCIA LINGÜÍSTICA
Este estudio tocará varios temas de teoría sintáctica y sintaxis inglesa, algunos con cierto detalle, otros muy por encima y ninguno de manera exbaustiva. Tralará concretamente del componente sintáctico de una gramática generativa, es decir, de las reglas que especifican las cadenas bien-formadas de mínimas unidades de función sintáctica (formames) y asignan información estructural de varios tipos tanto a estas cadenas como a las cadenas en ciertos respectos no-bien-formadas. El encuadre general en el que se desarrollará esta investigación ha sido expuesto muchas veces, y se presupone cierta familiaridad con los estudios descriptivos y teóricos agrupados en la bibliografía. E n es1e caphulo pasaré breve revista a los supucs1os fundamentales más importantes, sin intentar aquí justificarlos, sino sólo esbozarlos claran1ente. Lo que concierne primariamente a la teoría Jingü.lstica es un hablante-oyente ideal, en una comunidad lingüística del todo homogénea, que sabe su lengua perfectamente y al que no afectan condiciones sin valor gramatical, como son limitaciones de memoria, distracciones, can1bios del centro de atención e interés, y errores (característicos o fortuitos) al aplicar su conocimienlo de la lengua al uso real. Esta me parece que ha sido Ja posición de los fundadores de la lingüística general moderna •, y no se ha dado ninguna razón convincente para modificarla. Para estudiar el uso lingüístico real debemos considerar la ínter• Se refiere a los lingilistas "cartc~ianos.. o ..c.l:S.sicos" y, sobre todo, a Hum· bo1dt. Para lo que sigue. téngase en eueota que par ..lingüística moderna.. entiende Chomsk'y IB que se inic:i1 con et Co1'n (1916) de Sauss.ure; ...liogüística tradicionat•• viene a ser la anterior a tos primeros comparativistas (es dccit, la anterior a 1816), La lingilf,1ica cmpiriclstica. de3iCliptivística, taxonómica o ..C$lfUC.. turaJista" (irónieamenrc, de ahl mis comilla!) es, en ¡e.neraJ~ la lingüística moderna ~nrllomstiana (aunque las dos primeras c.xpresiones pueden ser usadas en u.n "&nificado mis 1mptio y aplicad.., p. ej .. a Vau¡ert).-C.
O.
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CAP. 1; PR.1:1 lt>llNAKllS 8'tli1'0D0.LOOICOS
acción de muy varios factores, de los cuales la competencia subyacente del hablante-oyente es solamente uno. En este sentido, el estudio del lenguaje no difiere de la investigación empírica de otros fenómenos complejos. Hacemos, pues, una distinción fundamental entre COMPETENCIA (el conocimiento que el hablante-oyente tiene de su lengua) y ACTUACIÓN (el uso real de Ja lengua en situaciones concretas). Sólo en la idealiza. ción establecida en el párrafo anterior es la actuación reflejo directo de Ja competencia. En Ja realidad de los hechos, es obvio que no puede reflejar directamente la competencia. Cualquier testimonio del habla natural mostrará numerosos arranques en falso, desviaciones de las reglas, cambios de plan a mitad del camino y demás. Para el lingüista, como para el niño que está aprendiendo la lengua, el problema es determinar con Jos datos del uso el sistema de reglas subyacente que el hablante· oyente domina y del que se vale en la actuación concreta. De ahí que, en sentido técnico, la teoría lingüística sea mentalfstica, ya que trata de descubrir una realidad mental subyacente en la conducta concreta ' •. El uso observado de la lengua o las hipotetizadas disposiciones para responder, los hábitos y dcmá.\ pueden brindar datos respecto a Ja naturaleza de esta realidad mental, pero desde luego no pueden consúruir el verdadero objeto de la lingUfstica si ésta ha de ser una disciplina seria. La distinción que aquí señalo está relacionada con la distinción LANGUE/ PAROLE de Saussure, pero es preciso rccbaiar su concepto de LANGUE como mero inventario sistemático de unidades y más bien volver a Ja concepción de Humboldt de la competencia s ubyacente como un sistema de procesos generativos. Para más detalles, véase CHOMSKY, 1962. Una gramática de una lengua pretende ser una descripción de la competencia intrínseca del hablante-oyente ideal. Si Ja gtamática es, ade· más, perfectamente explícita-en otras palabrns, si no depende de la inteligencia y comprensión del lector; antes al contrario, proporciona un análisis explícito de lo que el lector pondría de su parte-, podemos llamarla (con cierta redundancia) GRAMÁTICA GENERA'flVA. Una gramática completamente adecuada debe asignar a cada una de las infinitas oraciones una descripción estructural que indique cómo entiende esa oración el hablante-oyente ideal. Este es el problema tra· dicional de la lingüística descriptiva, y las gramáticas tradicionales dao una grao cantidad de información sobre las descripciones estructurales de las oraciones. Sin embargo, pese a lo valiosas que son, las gramáticas tradicionales tienen el fallo de dejar inexpresadas muchas de l_as regu-
l. ORAMATICAS OCNl!.111.A'flVAS Y C(.l,\IPl!1'E.."lCIA LlNOÜJSTICA
laridades básicas de la lengua a que se refieren. Este hecho es especial· mente claro al nivel de la sintaxis, en Ja que ninguna gramática tradi· cional ni "estructural" pasa de la clasificación de ejemplos concretos a la fase de formulación de reglas generativas en gran escala. El análisis de las mejores gramliticas que existen revelará en seguida que éste es un defecto de principio, y no simplemente oosa de detaUe empírico o precisión lógica. No obstante, parece obvio que el intento de explorar este territorio (en gran medida inexplorado) puede empezar, con el ma· vor pro1•echo, por estudiar el tipo de información estructural recogido ~n las gramlitic.as tradicionales y el tipo de procesos lingüísticos expuestos, si bien informalmente, en estas gramáticas •. Las limitaciones de las gramáticas tradicionales y de las "estructurales" deben ser tenidas en cuenta. Aunque pueden contener listas eit· plícitas y completas de las excepciones e irregularidades, respecto a los procesos sintácticos regulares y producti~os sólo dan ~j~pl?~ ! sugerencias. Este hecho no escapó a la atención de la teona lingu1Stica tra· dicional. Así, p. ej., en 1788 J ames Beattie • hace notar que por eso las lenguas se parecen n los hombres en este respecto: que aunqt1e cndn una tiene cicrrns peculiaridades que Ja diferencian de cada una o).-C. O.
E•0LOGICOS
l . ORAMA11CAS OllNCR.ATIVAS l'
sur Jes Je1trcs qui sonL fes signes de ces sous; sur Ja o.ature des mots,
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ráneo y secuentc, se refleja en el orden de las palabras, Diderot concluye que el francés es único entre las lenguas en el grado en que el orden de Jas palabras corresponde al orden naru ral de los pensamientos e ideas (DroEROT, l 751). Asi que "quel que soir J'ordre des termes daos une langue ancienne ou moderne, !'esprit de l'écrivain a suivi rordre didactique de la syntaxe fran~aise" (pág. 390); "nous disons les choses en fran~is, comme !'esprit est forcé de les considérer en quelque langue qu'on écrive" (pág. 371). Con admirable coherencia llega a la conclusión de que "notre laoguc pédestrt a sur les autrcs J'avantagc de l'utile sur l'agréable" (pág. 372); a<Í que el francés es muy apropiado para las ciencias, mientras que el griego, el latln, el iraliano y el inglés "sont plus avaotageuses pour les !cures". Además,
et sur les diff~rcntes mani~res dont Jls doiveot Ctre ou arraogés ou ter· minés pour !aire un scns. Outre ces observa1ions générales, iJ y en a qui
ne sont propres qu'A une Jaogue panicuU~re; et c'est ce qui forme les grammaires paniculicres de chaque langue. Además, en la teoría lingüística tradicional se comprende claramente que una de las cualidade; que todas las lenguas tienen en común es su aspecro '.'crearivo". A.sr que una propiedad esencial del lenguaje es que ~roporc1ona los medios para expresar infiniros pensamientos y para reaccionar apropiadamente en uoa infinidad de situaciones nuevas (para referencias concretas, cf. C110,1sxv, 1962, 1966). Así, pues, Ja gramátic~ de una lengua concrera debe ser suplementada por una gramática uruvCJSal que explique el aspccro creativo del uso lingüístico y exprese las pr~fundas r.egularidades que, por ser universales, no aparecen en la gramá1tca prop1amcn1e dicha. Por tanro, es muy propio de una gramática tratar detalladamente sólo las excepciones e irregularidades. Solamente cuando es suplementada por una gramática universal da del todo cuenra de la competencia del hablante-oyente la gramárica de una lengua. Sin ~mbargo, la ling'liística moderna no ha reconocido exp!ícitamenre la necesidad de suplementar cualquier "gramárica particular" de una lengua con la gramática universal, a fin de lograr una descripción adecuada. De hecho, característicamente, ha lenido por descarriado el estud1.o de la gramática un iversal y, como ya be consignado, ni siquiera ha ~atentado tralar el nspecro crcurivo del uso lingüístico. Por tan10, no sugiere modo alguno de superar ese defecto descriptivo fundamental de las gramáticas "es1ruc1urales". Orra razón por la que las gramáticas tradicionales, parriculares o un iversales, no han intentado establecer con precisión Jos procesos regulares de formación e interpretación de oraciones es la extendida creencia de que hay un "orden nalural de los pensamientos" que se refteja en el orden de las palabras. De ahf que las reglas de formación de oraciones no perrenezcan realmente a la gramárica, sino a otra materia en que se esrudia el "orden de los pensamienros". As~ p. ej., la Grammaire générale et raisannée (LANCl!LOT et al., 1660) afirma que, aparte el lenguaje ~~.ado, la .secuencia de palabras sigue un "ordre naturel" que se ajusta a 1express1on narurclle de nos pensées". En consecuencia, son pocas la~ ~eglas ~ue h.ay que formular una vez formuladas las reglas de la elipsis, la 10vers1ón, etc., que determinan el uso figurado del lenguaje. El mismo ~unto de vista aparece en muy diversas formas y variantes. P~ mcnC>onar sólo otro ejemplo, diré que en un interesante ensayo dedicado en gran parte a la cuestión de cómo el orden de ideas, simul-
COMPUTENCIA LINGÜJSTICA
le bons sens choisirait la lan¡uc
frnn~aise;
mais . .. l'imagination et les
passions donncront la p~léroncc au• langues aocieones et a celles de nos voisins ... il faut parlcr han~ais daos la socié1é et daos les écoles de pbilosopbic; et grcc, latín, anglais, daos l. Concretamente, hay algunas observaciones sugerentes respecto a las /imitaciones impuestas sobre Ja acruación por la organización y los Hmites de la memoria, y respecto al partido que se puede sacar de los medios gramaticales para formar oraciones aberrantes de varios tipos. (Volveremos sobre este punto en los caps. 2 y 4.) Para acabar de esclarecer la distinción entre competencia y actuación, puede ser útil resumir brevemente algunas de las sugerencias y resultados aparecidos estos últimos años en el estudio de
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CAP. l: ••R1 1 l~tlNARt
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J.11 1'01.>0LOOICOS
modelos de Ja acluación con limitaciones de memoria, tiempo y acceso. Para los p ropósitos de esta discusión, usemos el término "aceptable" para referirnos a locuciones ('ulleraoces') que son períectamentc oatu· rales e inmediatamente comprensibles sin tener que sacar el lápiz, y que no tienen nada de extravagantes ni de estrafalarias. Es obvio que la aceptabilidad será cosa de grado, en dimensiones varias. Se podría proponer además varias pruebas ('tests') operacionales para especificar más precisamente esta noción (p. ej., rapidez, corrección de recuerdo y reconocimiento, nonnalidad de entonación) '. Para nuestro propósito del momento, no hace falta delimitarla con tanto cuidado. Así, p. ej., las oraciones de (1) resultan más aceptables, en el sentido propuesto, que las de (2): (1) (1) / called 11p the man who wrote tire book tha1 you told me abou1 'telefoneé al hombre que escribió el libro de que me hablaste'. (11) quite a few of the swdtnts who you met who come from New York are fríends o/ mine 'no pocos de los estudiantes que conociste que V"iencn de Nueva York son amigos míos'. (Hl) Jo/in, Bill, Tom, and severa/ o/ tlreir friends visited 11s las/ niglrt 'Juan, Guillermo, Tomás y varios de sus amigos nos
visitaron anoche'. (2) (1) 1 called tlie man who wrorc tire book that you tdld me
about up. (11) the man who the boy wlro tite stude11ts recog11ized pointed out is a /riend of mine 'el hombre a quien el chico a quien los estudiantes reconocieron señaló es amigo mío' •. , . Las oraciones más aceptables son las que son más probables, más fac1les de entender, menos chapuceras y, en cierto sentido, más naturales G. Se tiende a evitar las oraciones inaceptables y, siempre que sea posible, a reemplazarlas, en la realidad del discurso, por variantes más aceptables. No se debe confundir Ja noción "aceptable" con "gramatical" . El concepto de ACBPTAnILTDAD per1enece al estudio de la ACTUACIÓN, mientras que CRAMATICALIOAO pertenece al estudio de Ja COt.O'ETENCIA. Las oraciones de (2) caen muy abajo en Ja escala de aceptabilidad, pero muy " No ex.is1e en C$~ik>I paralelo s:int'-ctico de (21), pero puede dar jdca del fe~me~o. esta ada,p1aclón: Uaml al atton/tt'Q que escribió ti libro que 1ú me tra,ute idtot~. O, SI 5C prc_fi~rc: ¿Ero ti 1uri11a q11e conociste tn ti 1rtn t:rprno d! Parls oJ 'olvtr dt tu v1a11 por ti Exrrtmo Orifnte la primavera pa.soda tonto? E1emplo mocho m.h extremo de (211) seria: El que ti que ti que Lola ruultt lt'la
me altlt me oltlt mt al'lo.-C. O.
------- 2.
ll AC'IA UNA TtORIA
on
LA ACTUACJON
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arriba en la esenia de gramaricalidad, en el scnLido técnico de este término. Es decir, las reglas generativas de la lengua les asignan una interpretación del mismo modo que asignan una inlerpretación a las oraciones más claramente aceptables de (2). Como la aceptabilidad, Ja gramaricalidad es, sin duda, cosa de gmdo (cf. CHOMSKY, 1955, 1956, 196la), pero las escalas de gramaticalidad y de aceptabilidad no coinciden. La gramaticalidad es sólo uno de los factores que contribuyen a determinar la aceptabilidad. Por ello mismo, aunque es posible proponer varias pruebas operacionales para la aceptabilidad, no parece posible in"entar un criterio operacional necesario y suficiente para la noción de gramaticalidad, mucho más abstrac1a y muchísimo más importante. Las oraciones grama1icales inaceptables no se las puede usar a menudo por razones, no de gramática, sino de limitaciones de memoria, factores de en1onación y estilo, elementos "icónicos" • del discurso (p. ej., la tendencia a colocar el sujeto y objeto lógicos en seguida y no al fmal (cf. o. 32 del cap. 2, y o. 9 del cap. 3), etc. Nótese que seria imposible caracterizar en términos gramaticales las oraciones inaceptables. Así, p. ej., no podemos fom1ular reglas particulares de la gramática de modo que queden excluidas. Ni, por supuesto, podemos excluirlas limitando el número de reaplicaciones de las reglas gramaticales en la generación de una oración, ya que la inaceptabilidad puede resultar de la aplicación de reglas distintas, cada una de las cuales sea aplicada solamente una vez. De hecho, es evidenLe que sólo podemos caracterizar las oraciones in aceptables en términos de •lguna propiedad "global" de las derivaciones y de las estructuras que definen, propiedad atribuible, no a una regla particular, sino má.s bien al modo en que las reglas se interrelacionan en la derivación. Esta observación sugiere que el estudio de Ja ACTUACIÓN podrfa empezar muy provechosamente con una investigación de la aceptabjtidad de las estructuras formales más simples de las oraciones gramaticales. La propiedad fonnal de las locuciones que resulta más obvia es su EN· CORCHETAMU!.NTO en constituyentes de varios tipos, es decir, Ja "estructura arbórea" asociada con ellas • •. Entre esas estructuras podemos • Cf. el trabajo de PRIRCD (vol. 2 [1932]), '"Tbe icon, indcx and symbol", y }.{ORRIS, 1946. Los ''sia.nos ioónicosº' (del griego eikon, 'imagen·) semejan lo que representan (frente a los º'i¡nos coovcocionaJcs·· o arbitrarios, como el alfa· beto Morse. p. ej.). Son si¡nos (slmbolos) icónlcos, por tanto, las fotos, los mapas, las palabras onomatopéyicas (miau~ torartor, ...), ele- Es1 pues., de cierto modo, ..icónico.. que el orden pa1cntc de la fonna corresponda al orden de importancia del contenido, et<. Cf. ta n. 9 del cap. 3.-C. O. •• Como illl)traci6n de estructura 3.Jbórca pueden servir los ejemplos (3) y (6) del cap, 2. El encorchetamiento equivalente a (3) seña. en español, slfl,IP•J~,(sinccridodJ,.I"" (puede].,. FV [(elJ.. ,[oiilo)~ 1""l tvl s .-C. O.
'ª""'"' .,,
'
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2. JIACIA UNA TLOlllA DB LA ACTUACION
CAP. 1: Pll.PL.IMINARl!.S JtlS'rOl)()LOGICOS
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distinguir varias clases, como estas a las que daremos, para Jos fines de esta discusión, los siguientes nombres técnicos convencionales: (3) (1) construcciones (11) construcciones (nr) construcciones (!V) construcciones (v) construcciones
incrustadas. autoincrusradas. multirramificadas. ramificadas a la izquierda. ramificadas a la derecha.
Las frases A y B forman una construcción incrustada si A queda totalmente dentro de B, con algún elemento no-nulo a su izquierda dentro de B y algún elemento no-nulo a su derecha dentro de B. Así, la frase 1'1e man who wrote tite boolc that you to/d me about está incrustada en la oración / called 1'1e man wlio wrote the book you told me abom up de (21). La frase A está autoincrustada en B si A está incrus1ada en B y además A es una frase del mismo tipo que B. Así, wlw tlie studenls recognh.ed está autoincrustada en who the boy who lhe s1udents recognized poi11ud out de (211), puesto que las dos son cláusulas de relativo. Así que la incrustación tiene que ver con el eocorchetamiento, pero la autoincrustacióo tiene que ver además con Ja rotulación de los corchetes. Construcción mullirrami6cada es la que no tiene estructura interna. En (1111) la Frase-Nominal Sujeto es multirram.iticada, ya que l olm, Bill, Tom y severa/ of their friends son sus constituyentes inmediatos, y no tienen ninguna Olra asociación entre ellos. En términos de cncorchetamiento, una construcción multirramificada tiene la forma [[A] 1B'I · · · [M)). Untt estructura ramificada a la izquierda tiene la forma [[[ .. · ] .. · ] .. · 1; p. ej., en inglés, estructuras indefinidamente reiterables, como lll llohn)'s brother]'s father]'s une/e] 'el tfo del padre del hermano de Juan' o [[[the man who you met]from Boston]who 1w1,r on tite trai11] 'el hombre que conociste de Boston que estaba en el tren', o ( l 11), que combina varios tipos de rami6cación a la izquierda . Estructuras ramificadas a la derecha son aquellas de propiedad opuesta ; así, p. ej., el Objeto-Directo de (1 1), o (this is [the cat that cauglu [1he rat that stole the clreese]]] 'éste es el gato que cogió el ratón que robó el queso' • .
El efecto de estos aspectos superficiales de la estructura de las oraciones eu la ACTUACIÓN ha sido tema de estudio desde el primer momento en las recien1es indagaciones sobre gramática generativa, y hay ya algunas observaciones sugerentes respecto a su papel en la determinación de la aceptabilidad (o sea, su papel !imitador de la actuación). Resumiendo brevemente estos resultados, parecen plausibles las siguientes observaciones: ( 4) (1) la incrus1<1ción repelida contribuye a la inaceptabilidad. (11) la autoincrustación contribuye aún más radicalmente a la inaceptabilidad. (111) las construcciones mullirramificadas tienen la aceptabilidad máxima. (1v) la incrustación de elementos largos y complejos reduce la aceptabilidad. (v) no hay ejemplos claros de inaceptabilidad que impliquen sólo ramificación a la izquierda o sólo ramificación a la derecha, aunque estas construcciones no son naturales por otras ra· zoncs-así, p. ej., al leer la construcción ramificada a la derecha this is 1he cat that caught /he rat that stole the cheese, se inscr!. Esta no es una característica necesaria a un modelo perccpiual, pero es una característica bastante plausible, y daría ra1.6n de (411). V~ase, a este respecto, l\1n.LER & lSARD, 1964. La alta aceptabilidad de la multirramificación, como en el caso (4111), se explica fácilmente asumiendo (cosa bastante plausible) que la razón del número de frases al número de formantes (la raron de nodo a neldo terminal, en un diagrama arbóreo de una oración) es una medida aproximada de la cantidad de computación que exige el análisis. Así, la coordinación múltiple sería el tipo más simple de construcción para un ingenio analítico-exigiría el menor esfuerzo a la memoria 7- . Para discusión, véase MILLER & CllOMSKY, 1963. E! caso (4IV) sugiere deterioro de la memoria quizá, pero suscita problemas irresucltos (véase CHOMSKY, 1961a, n. 19). El caso (4v) es consecuencia del resultado acerca de modelos perceptuales óptimos mencionado anteriormente. Pero no está claro por qué estructuras ramificadas a la izquierda y a la derecha acaban por no ser naturales después de un cicrlo punto, si es esto realmente lo que sucede s. Cabria preguntarse si, atendiendo a aspectos menos superficiales de la estructura gramatical que los de (3). pudiera llegarse a conclusiones más profundas respecto a modelos de la actuación. Esto parece del todo posible. Así, p. ej., en M•LLF.R & CHOMSKY, 1963, se aduce algunas consideraciones sintácticas y perceptuales en apoyo de la sugerencia (que es, sin duda, altamente especulativa) de una organización un tanto más detallada de un ingenio perceptual. En general, parece que el estudio de modelos de la actuación que incorporen gramáticas generativas puede ser fructífero; además, es difícil imaginar otra base sobre la que desarrollar una teoría de la ac1uación. Hay bastantes críticas de las investigaciones sobre gramática generativa que parten de la base de que desatiende el estudio de la actuación en favor del estudio de la competencia que la subyace. Sin embargo, la realidad parece ser que los únic<><; estudios de la actuación, dejando aparte la fonética (pero véase la n. 3), hao sido coproducto de las indagaciones sobre gamática gcncrath a. en especial el estudio sobre limita-
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ciones de Ja memoria resumido anteriormente y el estudio de la DESVIACIÓN de las reglas como medio estillstico, sobre el que volveremos en Jos capítulos 2 y 4, han sido desarrollados asL Además, parece que escas directrices de la investigación pueden proporcionar alguna htt sobre la ac1uación. Por consiguiente, esta crítica es injustificada, y, además, completamente descarriada. Lo que realmente imposibilira el desarrollo de una teoría de la actuación real es la limitación-de-principio del descriptivista a la clasificación y organización de los datos, a "extraer pauw" ('pancms') de un cuerpo ("corpus') de habla observada ('observed speech'), a describir "hábitos de babia" ('speech babirs'), "estructuras habituales" ('habit structurcs') en cuanto ~tas puedan existir •. 3. LA ORGANIZACIÓN
DE ~A
1
GRAMÁTICA GENERATfVA
Volviendo ahora a la cuestión de la competencia y a las gramáticas generativas que pretenden describirla, subrayaremos de nuevo que el conocimiento de una lengua supone la habilidad implícita de entender infinitas oraciones•. De aquí que una gramática generativa tenga que ser un sistema de reglas capaz de reiteración para generar un número infiniro de estructuras. Este sistema de reglas puede ser dividido en Jos tres componentes principnles de una gram~tica generativa: los componentes sintáctico, fonológico y semántico 'º· El componente sintáctico especifica un conjunto infinito de objetos íormalcs abs1ractos, cada uno de los cuales incorpora toda la información correspondiente a una interpretación única de una oración concreta " · Como aquí sólo me ocuparé del componente sintáctico, usaré el térn1ino ''oración'' para rcícrirn1c fL las CADEi:NAs DE FORMANTES, no
a las cadenas de fonos. Recuérdese que una cadena de fom1antes especifica una cadena de fonos de manera única (hasta el punto de variación libre), aunque lo opuesto no es exacto. El compo11e11te /0110/ógico de una gramática determina la forma fonética de una oración generada por las reglas sintácticas, es decir, relaciona una estructura generada por el componente sintáctico con una señal representada fonéticamente. El compo11enre semá11tico dererrnina la interpretación semántica de una oración, es decir, relaciona una estrucrura generada por el componente sintáctico con una cierra representación semántica. Así, pues, tanto el componente fonológico como el semántico son puramente interpretati•os. Cada uno de ellos utiliza información proporcionada por el componente sintáctico respecto a los formantes, a sus propiedades inherentes y a su interrelación en una ora• Las C-'tprcsionts tn1rccomilladas son
frecucnt~
tn los escritos empiricísticos
sobre ~cologfa y tingijlstica. Cf. 0.0llSJblema diferente de algún interés, a saber: la cuestión de si ha sido un rasgo importante de las ciencias de más éxito su afán de esclarecimiento 0 su desvelo por la objetividad. Las ciencias sociales y conductales ('bebavioral') proporcionan amplia prueba de que la objetividad puede ser alcanzada con poco beneficio coosigniente en esclarecimiento y com· prensión. Por otra parte, cabe sostener que, en general, las ciencias naturales han buscado la objetividad antes que nada para lograr esclarecimiento (para proporcionar fenómenos que pueden sugerir o poner a prueba hipótesis explica1jvas más profundas). En todo caso, en un cierto momento de la investigación, el que persigue esclarecimiento y comprensión· (más que objecividad como 6n en sí misma) debe preguntarse si (o basta qué punto) una más amplia gama y una descripción más exacta de los fenómenos tiene que ver con la solución de los problemas que tiene planteados. En Jingllfstica me parece que la depuración de los datos por medio de pruebas ('tests') más objetivas es algo de poca importancia para los problemas que hay que resolver. El que no esté de acuerdo con esta opinión de la situación actual en la lingüística puede justificar su creencia en la importancia actual de pruebas más objetivas, mostrando cómo pueden llevar a una comprensión nueva y más profunda de la estructura lingüística. Quizá llegue el día en que los tipos de datos que ahora podemos obtener en abundancia resulte insuficiente para resolver cuestiones más profundas sobre la estructura del lenguaje. Sin embargo, muchas cuestiones que hoy pueden ser formuladas realística y significativamente no exigen datos de los que no dispongamos o no podamos obtener sin mejoras significativas en la objetividad de la técnica experimental. Aunque no hay manera de evitar el presupuesto tradicional de Que la intuición lingüística del hablante-oyente es la piedra de toque definitiva
..
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4, JUS'fl PICAC'IOf'rf OR LAS GRAMATICAS
• para determinar la exactitud de cualquier gramática propuesta, teoría lingiilstica o prueba operacional, hay que subrayar una vez más que este conocimiento tácito puede no estar a la inmediata disposición del hablante de la lengua. Para eliminar lo que en esta observación ha parecido a algunos paradójico, pcrmilaseme ilustrar con algunos ejemplos. Si se presenta una oración como flying planes can be dangerous en UJl contexto apropiadamente construido, el oyente Ja interpretará al punto en un sentido único, sin detectar la ambigüedad. De hecho, puede hasta rechazar la segunda interpretación (cuando se le señala) por forzada o poco natural (independientemente de cuál sea la interpretación que él seleccionó originalmente presionado por el contexto). No obstante, su conocimiento intuitivo de la lengua es, por supueslO, tal que Ja gramática que de alguna manera ha interiorizado asigna a la oración ambas interpretaciones (que corresponden a //yit1g planes are dangerous 'los aviones en vuelo son peligrosos' y flying planes is dangerous 'pilotar aviones es peligroso'). En ese caso, la ambigüedad puede ser relativamente trasparente. Pero considérese una oración como
(5) I had a book stolen •.
Pocos oyentes se darán probablemente cuenta de que su gramática interiorizada proporciona, en realidad, por lo menos tres descripciones estructurales de esa oración. No obstante, este hecho puede ser patentizado considerando ligeras elaboraciones de la oración (5); p. ej.: (1) I had a book stolen fram my car wlte11 I stupitlly lcft rite window open 'me robaron un libro del coche cuando dejé estúpidamente abierta Ja ventanilla', o sea, someone stole a book from my car 'alguien robó un libro de mi coche' ; (11) I ltad a book sro/e11 from his library by a professional thief who I hired ta tlo rhe job ' hice que un ladrón profesional a quien contrat~ para que lo llevara a cabo robase un libro de su biblioteca', o sea, I ltad someo11e sreal a book 'hice que alguien robase un libro'; (11 1) T almost had a book sta/en, but tltey caught me lea~ing rite library witlt it 'yo ya casi tenía el libro robado, pero me cogieron cuando salía de la biblioteca con él', o sea, I ltad aln1ost succeeded in stea/ing a book 'yo casi había logrado robar un libro'. Al patentizar de esta manera la triple ambigüedad de (5), no Je facilitamos ninguna nueva información al oyente ni le enseñarnos nada nuevo acerca de su lengua, sino que simplemente arreglamos las cosas de modo que su intuición lingüística, previamente oscurecida, se Je hace evidente. •
Pi~nse.se
{NJ-oraciones, y sin duda mucha información adicional del tipo requerido por el aprendizaje del lenguaje, cualquiera que sea (véase págs. 31-32). Basándose en esos datos, el niño construye una ~amática, es decir, una teoría de la lengua de la cual las oraciones bien-formadas a partir de los datos lingtiisticos primarios constituyen una pequeña muestra "· Así, pues, para aprender una lengua, el niño debe rener un método para inventar una gramática apropiada, dados los ~~t?s lingüísticos primarios. Como precondición para el aprendizaje hng_uJStico, debe poseer, en primer Jugar, una teoría lingüística que especifica la forma de la gram:itica de una posible lengua humana, y, en
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(91) y (911) son, respectivamente, las siguientes JS:
(10) (1) Frase Nominal - Verbo - Frase Nominal - Oración (/ - persuaded - a specia/ist - a specialist will examine John).
(n) Frase Nominal - Verbo - Frase Nominal - Oración (/ - persuaded - loh11 - a specia/ist will examine lohn). (11) (1) Frase Nominal - Verbo - Oración (1 - expecud - a specialist wil/ e:cami11t John). (11) Frase Nominal - Verbo - Oración
(1 - expected - a specialist will examine lohn).
En el caso de (1011) y (1111), la trasformación pasiva se aplicará a la oración incrustada, y otras operaciones dan, en los cuatro casos, las formas patentes de (8) y (9). lo importante en este sentido es que (81) difiere de (811) en est.ructum latente, aunqne (91) y (911) son esencialmente iguales en estructura latente. Esto explica Ja diferencia de significado. Nótese, como prueba de esta diferencia en el análisis, que I persuaded lohn that (of tire fact that) Oraci6n es posible, pero 1 expected John that (of the fact that) Oraci6n no lo es • . El ejemplo (6)-(7) sirve para ilustrar dos puntos importantes. En primer lugar, muestra cuán opaca puede ser la estructura patente respecto a la estructura latente. Así, (6) y (7) son iguales en estructura patente, pero muy diferentes en la estructura latente que las subyace Y determina su interpretación semántica. En segundo Jugar, ilustra la evasividad del conocimiento tácito del hablante. Hasta que son aducidos ejemplos como (8) y (9), puede no ser nada claro para el hablante del inglés que la gramática que ha interiorizado asigna en realidad muy dif~rentes análisis sintácticos a las oraciones (6) y (7), superficialmente analogas. En una pal~b~a, ~ay que poner cuidado en no pasar por alto el hecho de que sm11lar1dades patentes pueden ocultar distinciones latentes .de ~~turaleza fundamental, y que puede ser necesario guiar y extraer la mtwción del hablante de maneras quizá bastante sutiles antes de poder determinar cuál es el carácter real del conocimiento de su lenrua o de cualquier otra cosa. Ninguno de los dos puntos es nuevo (el primero es un lugar común de la teorfa lingülstica tradicional y de Ja filo. • ~n luan ~s ptrs11odido (6) (811) y Juan ~s uamlnado (8u}. Juan C$ Ob)CtO-D!rec.to, pero e-n Juan l t ''ª (6), Juon es Sujeto de ;,,~. Es decir. Juan es ObJeto-de una ~\C Vcrb.. 1 y, al mismo tiempo, Sujeto-de una Oración. Con u~rar (en el sen11do de '""'"'°"lll) no puede ocurrir Jo mismo. ya que se c:onstJUye con que sesuido de Oración. Cf. et ejemplo (7) del e11p. 2.-C. o.
2S
26
CAf'. 1: t>RI l~l~ll NARI!S METOOOLOOICOS
segundo lugar, una csrratcgia para seleccionar una gramática de la forma apropiada que sea compatible con los dalos lingüísticos primarios. Como tarea a la larga para la lingüís1ica general, podríamos establecer el problema de dar razón de esia 1cor!a lingü!stica innata que proporciona la base para el aprcndi2aje lingüistico. (Nótese que volvemos a usar el término "teoría''-en este caso "teoría del lenguaje'', más bien que ''teoría de una lengua concreta"-con una ambigüedad sistemática para referimos tan10 a la predisposición innata del niño para aprender una lengua de un cierto tipo como a la in1erprctación que de eUa hace el lingüista.) En la medida en que la teoria lingillstica acierta a seleccionar una gramática descriptivarrente adecuada sobre la base de datos lingüísticos primarios, podemos decir que satisface la condición de adecuaci6n explicativa. Es decir, en esta medida ofrece una explicación de la intuición del hablante nativo sobre la base de una hipótesis empirka relativa a la predisposición innata del niño para configurar un cieno tipo de tcoóa para 1ratar los datos que le son presentados. Se puede demostrar (muy fácilmente, en realidad) que cualquier hipótesis de ese tipo es falsa, sin más que hacer ver que no proporciona una gramática descriptivamente adecuada para los datos lingillstícos primarios de alguna otra lengua- evidentemente, el niño no está más predispuesto a aprender una lengua que otra. Es válida cuando s( proporciona una explicación adecuada para algún aspecto de la cslructura lingüística, un dar razón de la manera en que tal conocimiento podria haber sido obtenido. Es obvio que sería utópico esperar alcanzar adecuación explicativa en gran escala en el estado actual de la lingüfstica. No obstante, las consideraciones sobre adecuación explicativa resultan a menudo cruciales para el progreso de la teoría lingüística. Diversas teorías en conflicto pueden dar relativamente cuenta de una gran masa de datos; precisamente por esta razón, eso no es, en sí mismo, un logro de gran interés teórico o de gran import ancia. Como en cualquier otro campo, el problema más importante en lingüística es descubrir un complejo de datos que diferencie estas tcorfas-de-la-estructura-lingüística en conflicto en el sentido de que una de estas teorías en conflicto es capaz de describir esos datos sólo con medios ad lioc, mientras que la otra puede explicarlos sobre la base de una hipótesis empirica sobre LA FORMA DEL LENGUAJE. Estos estudios en ~ueña escala sobre adecuación explicativa han sido, en realidad, los que han proporcionado la mayor parte de la C\~dencia que tiene relación directa con la naturaleza de Ja esrructura lingüíslica. Así, pues, tanto si comparamos teorías de la gramática radicalmente diferentes como si intentamos determinar la corrección de algún aspecto particular de una de esas teorías, la carga de Ja juslificación cae muy a menudo sobre cuestiones de adecuación explicativa. Esta
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UNIVE'R~ALl.S 1 OR,,tAl BS V SUSTANTIVOS
•
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observación no es en modo alguno incompatible con el hecho de que la adecuación explicaliva en gran escala está fuera de nuestro alcance por el. momento. Sir?pl~mcnlc su~ray.a el carácter ~~traor~_ariamente provisional de cualquier intento de JUSltficar una aserc1on emp1nca acerca de la estruclura lingüistica. Resumiendo brevcmenle: en dos respectos cabe hablar de "justificar una gramática generativa". En un nivel (el de adecuación descriptiva), la gramática está justificada en la medida en que describa correctamente su objeto, a saber: la intuición lingülstiea-la competencia tácita-del hablante nativo. En este sentido, la gramática está justificada por motivos txunws, sobre la base de la correspondencia con los hechos lingüísticos. En un nivel mucho más profundo y, por tanto, mucho más difícil de alcanzar (el de adecuación explicativa), una gramática está justificada en la medida en que es un sistema descriptivameote adecuado fundamenrado (en el sentido de que la teorla lingülstiea con la que eslá asociada selecciona esta gramática sobre las otras, dados los datos lingüislicos primarios con los cuales todas son compatibles). En este sentido, la gramlitica está justificada por motivos inttrnos, sobre la base de su relación coo la teoría lingüistica que constituye una hipótesis explicativa acerca de la forma del lenguaje como tal. El problema de la jusiificación interna-de la adecuación explicativa~s. en esencia, el problema de construir una teoría de la adquisición del lenguaje, un dar cuenta de las habilidades innatas especificas que hacen posible este logro.
5.
UNIVl!RSALllS FORMALES Y SUSTANTIVOS
Una 1eor1a de la cstrucmra ling!ifstica que aspira a Ja adecuación explicativa da razón de Jos universales lioglilsticos y atribuye conocimiento tácito de estos universales al niño. Sugiere, pues, que el niño se enfrenta a los datos con el supuesto de que pertenecen a una lengua de un cierto tipo antecedentemente bien-definido. El problema del niño es determinar cuál de las lenguas (humanamente) posibles es la de la comunidad que le ha tocado en suerte. El aprendizaje del lenguaje seria imposible si esto no fuera as!. La cuestión más importante es ésta: ¿Cuáles son los supuestos iniciales respecto a la naturaleza del lenguaje que el niño aporta al aprendizaje lingUístico, y cuál es el detalle y especificidad del esquema innato (la definición general de "gramática") que gradualmente se hace más expHcito y diferenciado a medida que el niño aprende la lengua? Por el momento no podemos ni siquiera aproximarnos a establecer una hipótesis sobre esquemas innatos que sea lo bastante rica, detallada y especifica para dar cuenta del hecho de la adquisición del lenguaje. Por consiguiente, la tarea principal de la teoóa
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CAP, I • PRfl lftll'Alll'8 ~lB'tOOOLOOlCOS
lingüística debe ser cstublcccr una hipótesis de universales lingüfsticos que, por una parre, la diversidad real de las lenguas no demuestre falsa, y, por 01ra, que sea lo suficientemente rica y explícita para dar razón de la característica rapidez y uniformidad del aprendizaje Jingüfstico y de la asombrosa complejidad y alcance de las gramáticas generativas que rcsuhan del aprendizaje del lenguaje. El estudio de los universales lingüísticos es el estudio de las propiedades de cualquier gramática generativa para una lengua natural. Supuestos concretos sobre los universales lingüísticos pueden pertenecer tanto al componente ~intáctico, al semántico o al fonológico como a las interrelaciones entre los tres componentes. Es útil clasificar los universales lingüíslicos en fon11aks y sustantivos. Una teoría de universales sustantivos sostiene que los elementos de cierto tipo en cualquier lengua deben ser extraídos de una clase de elementos fija. Así, p. ej., la teoría de los rasgos distintivos de Jakobson puede ser interpretada en el sentido de que hace una aserción sobre universales sustantivos respecto al componente fonológico de una gramática generativa. La aserción es que cada llDUCTO ('output') de este componente consia de elementos que son caracterizados en términos de un número reducido de rasgos fonéticos, universales, fijos (quizá del orden de quince o veinte), cada uno de los cuales tiene una caracterización acús1ico-articula1oria susinntiva independiente de cualquier lengua concrcia. La gramática general tradicional era también una teoría de universales sustantivos, en este sentido. No sólo propuso ideas interesantes respecto a la naturaleza de In• fonética general o universal, sino que lambién adelan16 la posición de que se puede encontrar ciertas categorías sintácticas fijas (Nombre, Verbo, etc.) en las representaciones sintácticas de las oraciones de cualquier lengua, y que estas categorías proporcionan la estruclura sinláctica subyacente general de cada lengua. Una teoría de universa les scmánricos susrantivos podría sostener, p. ej., que ciertas (unciones designativas pueden ser realizadas de un modo específico en cada lengua. Así, puede sentar que cada lengua contendrá términos que designan personas o unidades léx.icas que se refieren a ciertos tipos específicos de objetos, sentim ientos, conducta y demás. . Sin embargo, también es posible buscar propiedades universales de tipo más abstrnclo. Considérese la aserción de que la gramática de todas Y cada una de las lenguas satisface cierras condiciones formales específicas. La verdad de esta hip61esis no implicaría en sí misma que cualquier regla particular debe aparecer en todas o en dos cualesquiera de las gran1á1icas. La propiedad de tener una gramática que satisface una cierta condición absrracta podría llamarse un universal lingüístico formal si se demuestra que es propiedad general de las lenguas naturales. Inten-
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tos recicnies de especificar las condiciones ab;traclas que debe satisfacer una gramática generativa han producido varias propuestas sobre univcr· sales formales en csre sentido. Así, p. ej., considérese la propuesta de que el componente sintáctico de una gramática debe contener reglas ¡ra11sformacio11ales (que son operaciones de tipo muy especial) que PROyECl AN ('map') en esrructuras patcnics inlerpretadas fonélicarneme las estructuras latentes interpretadas semánricamcntc, o la propuesta de que el componente fonológico de una gramática consta de una secuencia de reglas. un subconjunto de las cuales puede ser aplicado óclicameote ·a los constituycnics de la csiructura palcnte sucesivamente más dominanies (un ciclo 1ro11l/Ormacio11al, en el sentido de muchas investigaciones fonológicas recientes). Tales propueslas hacen aserciones de muy diferente tipo a la aserción de que se dispone de ciertos elementos fonéticos susrantivos para la rcpresenración fonética de todas las lenguas, o de que ciertas ca1egorías espccílicas dcb.:n ser centrales en la sintax.is de rodas las lenguas, o que cierios rasgos o categorías semánticas proporcionan un encuadro universal para la de,cripción semántica. Universales susrnntivos como éstos se refieren al vocabulario para la descripción del lenguaje ; pero los universales formales implican más bien el carácter de ltis reglas que aparecen en las grnmfüicas y sus posibles modos de inierconexión. También en el nivel scm!\111ico es posible la búsc1ueda de lo que se podría denominar universales formale>, esencialmente en el mismo sentido descri10. Considérese, p. ej., el supuesto de que los nombres propios, en cualquier lengua, deben designar objetos que satisfagan una condición de coniigiiiclad cspacio-1e111pornl •G, y que lo mismo cabe decir de otros 1érminos que indiquen objc1os; o la condición de que las palabras para los colores, en cualquier lengua, 1icnen que subdividir el espectro en segmentos c<•ntinuos; o la condición de que los artefactos son definidos en términos de ciertos objetivos, necesidades y funciones humanos, en vez de sólo en términos de cualidades üsicas "'· Restricciones formales de esle lipo en un ,¡~rema de conceptos pueden limitar severamente la elección (por parte del niño o del lingilista) de una gramática descriptiva, dados los datos lingüíslicos primarios. La Cltistencia de universales formales subyacentes, en el sentido sugerido por ejemplos como ésros, implica que todas las lenguas son cortadas por el mismo parrón, pero no implica que hay una correspondencia punto por punto cnire lenguas particulares. No implica, p. ej., que debe haber algún procedimicnio razonable para traducir entre lenguas tT *. • La razón fundamental de c._,1e tJJCt-ptic::ismo es que, como se ha argüido puede ser absotutamcn1e neocs.iri;i ~lra l'C\Ol\tr la ambi&ücd3d de una oración y entenderla eri \U conte1to, de lo que 'iC deducirla que no f:" S"O'ib1c una teoría general de la
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CAP. J: PRt:Ll.).iJNARLS ._lbTODOL.OCllCOS
6. TE.OftJA$ DESCR.IM"IVAS Y lXPI ICATIVA.9
En general, es indudable que una teoría del lenguaje, considerada como una hipótesis sobre la in oala "capacidad de formar una lengua" de los humanos, tiene que tratar lanto de univcnalcs sustantivos como formales. Pero mientras los universales sustantivos han sido el objeto tradicional de la teoría lingüística general, las investigaciones sobre las condiciones abstractas que debe satisfacer cualquier gramática generativa han sido emprendidas sólo muy recientemente. Estas investigaciones parecen ofrecer posibilidades extremadamente ricas y variadas para el estudio de todos los aspectos de la gramática.
Expresando los mismos requisitos en términos un 1anto diíerentes, debemos exigir que esa teoría lingüística proporcione:
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6.
M ÁS SOBRE TEORÍAS DESCRIPTIVAS Y JlXPLICATIVAS
Consideremos con más cuidado qué es lo que implica la construcción de un "modelo de la adquisición" para el lenguaje. El niño que es capaz de aprendiuje lingüístico debe tener: (12) (1) una técnica para representar señales aduclivas ('input signals'). (11) un modo de representar infomiación estructural sobre estas señales. (111) cierta delimitación inicial de una clase de las hipótesis posibles acerca de la estructura del lenguaje. (1v) un método para determinar lo que cada una de esas hipótesis implica con respecto a cada oración. (v) un mélodo para seleccionar una de las (en principio, infini1as) hipótesis que son permitidas por (111) y compatibles con los datos lingüísticos primarios dados. Correspondientemente, una teoría de la estructura lingüística que aspira a adecuación explicativa debe contener: (13) (1) unrt teoría fonética universal que defina la noción "oración posible". (11) una definición de "'descripción estructural". (111) una definición de "gramática generativa". (1v) un método para determinar la descripción estructural de una oración, dada una gramática(v) un modo de evaluar gramáticas propuestas alternativamente. función de los contextos respecto a la e-lección de la inte.rptetaci6n propia entre las varias posibl~, por lo que parcoen estar condenados al frac.aso los intentos prácticos de uriliiar la invcsti¡:ación lios:Uística para rccmpla1.ar mecánicamente los tradue1orcs humonos (cf. POST•r.., 1964b, páp. 263-64). Sob~ la falla de interés de Cbomsky (ya desde 1951) en la tradttcción mcc.Anica, contamos ~hora con la
c~ccpcionttl
corroboración impresa de BAR-HILL..11;1., 1966. p'gs. 396-97, pOr si no basloron tos 1e•timonios del propio Chomsky (ef. 1962, pág. 2S; 1964a, pá]li· 2-3).-C.
ºº'
o.
(14) (1) una enumeración de la clase sa, s1 · · · de oraciones posibles. (11) una enumeración de la clase DEa, DEt, · · · de descripciones
eslructurales posibles. (111) una enumeración de la clase G1, G1, · · · de gramáticas generativas posibles. (1v) especificación de una función f lal que ve .... ,, es la descripción estructural asignada a la oración S• por la gramática Ga para i, ¡ arbitrarios 18, (v) especificación de una función "' tal que m(i) es un entero asociado con la gramática G• como su valor (el número más alto, pongamos por caso, indicará el valor más bajo). La decisión de aspirar a adecuación explicativa lleva consigo condiciones de por lo menos esta fuerza. Una teoña que salisfa!Jli estas condiciones intentará dar razón del aprendizaje lingüístico de la siguiente manera: Considérese primeramente la naturaleza de Jos datos lingüísticos primarios. Consta de una cantidad finita de información ace1"ca de las oraciones, la cual, además, debe ser más bien restricta en alcance, teniendo en cuenta las limitaciones de tiempo con las que hay que contar, y relalivamente degenerada en cualidad (cf. la n. 14). Asf, p. ej., ciertas señales pO-oraciones, como resultado de la corrección (por parte de la comunidad lingUístíca) de los conatos del aprendiz. Más aún: las condiciones del uso podrían ser tales que requiriesen asignar descripciones estructurales a estos objetos de ciertas maneras. Que esto es un prerrcquisito para la adquisición del lenguaje parece deducirse de la idea generalmente aceptada (pero, por el momento, del todo gral\l ita), según la cual debe haber una base parcialmenle semánlica para la adquisición de la sinlrutis o para la justificación de hipótesis acerca del componente sintáctico de una gramática. A menudo los lingüistas no se dan cuenta, dicho sea cnlre paréntesis, de lo mucho que esto supone acerca de las habilidades-para-formar-conceptos del niño y del sistema de universales liogüfsticos que estas habilidades implican. Lo que con ello se defiende, veroslm.ilmente, es que el niño tiene una teorfa de descripciones estructurales potenciales innata, que es lo suficientemente rica y plenamente desarrollada para que se.a capaz de determinar, en una situación real en la que aparece una señal, qué descripciones eslrucrurales pueden ser apropiadas para cs1a señal, y también que es capaz de hacer esto en Parte con anterioridad a cualquier supuesto sobre Ja estructura lingüfs-
6 . Troa1 .\.S DESCRIPTIVAS y EXPLICATIVA.$
1
tica de esta señal. Decir que esta hipótesis sobre capacidad innata da mucho por supuesto no es decir, como es natural, que sea incorrecta. En todo caso, vamos a suponer provisionalmente que los datos lingüísticos primados constan de señales clasificadas como oraciones y no-oraraciones, y de un pareamieoto parcial y provisional de las señales con las descripciones estructurales. Un INGENIO de adquisición del lenguaje que satisfaga las condiciones (1)-(1v) ~s capaz de utilizar datos lingüísticos primarios como éstos como base empírica para el aprendizaje lingüístico. Este ingenio debe explorar el conjunto de posibles hipótesis, Gi, Gr, · · ·, de las que dispone en virtud de la condición (IJI), y debe seleccionar gramáticas que sean. compatibles con los datos lingtiísticos primarios, representados en términos de (1) y (11). Es posible comprobar la compatibilidad por el hecho de que el ingenio satisface la condición (Iv). El ingenio seleccionaría, pues, una de estas gramáticas potenciales por Ja medida evaluativa garantizada por (v) ''· La gramática así seleccionada proporciona luego al ingenio un método para interpretar· una oración arbitraria, en virtud de (JI) y (1v). & decir, el ingenio ahora ha construido una teoría del lenguaje, de la cual Jos datos lingüísticos primarios son una muestra. La teoría que ahora ha seleccionado y representado internamente el ingenio e-specilica su competencia tácita, su conocimiento de In lengua. El niño que adquiere uoa lengua de esta manera sabe, por supuesto, mucho más de lo que ha "aprendido". Su conocimiento de la lengua, tal como está determinado por su gramática interiorizada, va mucho más allá de Jos datos lingüísticos primarios presentados y no es en ningún sentido una "generalización inductiva" a base de estos datos. Es obvio que esta interpretación del aprendizaje del lenguaje puede ser parafraseada directamente como una descripción de cómo un lingüista cuyo trabajo sea guiado por una teoría lingüística que satisfaga la~ condiciones (1)-(v) justificaría una gramática que él construya para una lengua sobre la base de datos lingüísticos primarios dados ... Nótese, dicho sea de paso, que hay que tener cuidado de distinguir varias maneras diferentes en las que los datos lingüísticos primarios pueden ser necesarios para el aprendizaje del lenguaje. En parte, esos datos detenninan a c¡ué posibles leoguas--o sea, las lenguas provistas de gramáticas de acuerdo con Ja restricción a priori de (111)-sc expone al que aprende la lengua, y es esta función de Jos datos lingüísticos primarios la que aquí estamos considel'l\Ddo. Pero esos datos pueden representar también un papel del todo diferente, a saber: ciertos tipos de datos y experiencia pueden ser requeridos para poner en operación el ingenio de adquisición del lenguaje, aunque no pueden afectar en absoluto a la manera de su funcionamiento. Así se ha descubierto que
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la referencia semánl ica puede facilitar mucho la actuación en un experimento de aprendizaje sintáctico, aunque no afecta, a lo que parece, la manera en que tiene lugar la adquisición de la sintaxis, o sea, no representa ningún papel en la determinación de c¡ué hipótesis son seleccionadas por el que aprende (M1LLER & NORMAN, 1964). De igual rnanera, no serla en absoluto sorprendente descubrir que el aprendiz.aje lingüístico normal requiere de alguna manera el uso de la lengua en siruaciones de la 'ida real. Pero esto, si es verdad, no scrfa suficiente para mostrar que la información respecto al contexto siluacional (concretamente, un pareamiento de señales con descripciones estructurales que es al menos en parle anterior a los supuestos sobre estructura sin1ác1ica) representa un papel en la determinación de cómo se adquiere la lengua, una vez que el mecanismo se pone a funcionar y que el niño emprende la tarea del aprendizaje lingüístico. Esta distinción es bien conocida fuera del dominio de la adquisición lingüística. Así, p. ej., Richard Held ha m05trado en numerosos experimentos que en ciertas circunstancias Ja cstimulación "reaferente" (o sea, la estimulación que resulta de actividad voluntaria) es un prcrrequisito para el desarrollo de un concepto de espacio visual, aunque quizá no determine el carácter de este concepto (cf. HELD & HEIN, 1963; HELD & FREEDMAN, 1963, y las referencias allí citadas). O, para dar uno de los innumerables ejemplos procedentes de estudios sobre aprendizaje animal, se ha observado (LEMMoN & PATTERSON, 1964) que el contacto entre madre y neonato facilita considerablemente la percepción de profundidad en los corderos, aunque tampoco hay ninguna razón para suponer que la naturaleza de la "teoría del espacio visual" del cordero dependa de este contacto. Al estudiar el carácter real del aprender, lingüístico o no, es, naturalmente, necesario dislinguir cu.idadosamcnle cutre dos funciones de los datos externos: la función de iniciar o facilitar la operación de los mecanismos innatos y la función de determinar en parte la dirección que seguirá el aprender 11 • Volviendo ahora al tema central, llamaremos teoría explicariva a la tooria-S('MIPTIVAS Y EX.PUCATIYAS
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corresponde con este concepto de formn orgánica u
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rormulando restricciones más específicas y condiciones sobre la ooc100 ·•gramática generativa". Cuando esto es posible, se puede simplificar Jas gramáticas particulares eliminando de ellas los asertos descriptivos que son atribuibles a la teoría general de la gramática (cf. la sec. 5). Asf, p. ej., si concluimos que el ciclo trasfonnacional" es una propiedad universal del componente fonológico, es innecesario describir, en la gramática del inglés, la manera de funcionar estas reglas fonológicas que atañen a la estructura sintáctica. Esta descripción habrá sido así nbstrafda de la gramática del inglés y establecida como un universal lingüístico formal, como parte de la teoría de la gramática generativa. Es obvio que esta cooclusi6o, si está justificada, representará un adelanto importante en la teoría del lenguaje, ya que entonces se habña mostrado que Jo que parece ser una peculiaridad del inglés es explicable, en realidad, en términos de un supuesto empírico general y profundo sobre la naturaleza del lenguaje, supuesto que puede ser refutado, si es lalso, por medio del estudio de gramática.~ dcscriptivamcnle adecuadas de otras lenguas. En resumen, el problema más serio que surge al intentar alcanzar adecuación explicativa es el de caracterizar la noción "gramática generntiva" de manera suficientemente rica, detallada y altamente estructurada. Una teoría de Ja gramática puede ser descriptivamcnte adecuada }, sin embargo, dejar inexpresados rasgos primordiales que son propiedades definientes del lenguaje natural y que distinguen las lenguas naturales de sistemas simbólicos arbitrarios. Por esta razón es tao crucial el intento de alcanzar adecuación explicativa--el intento de descubrir universales lingüísticos-en todos los estadios en la comprensión de la estructura lingüística, a pesar de que aun la adecuación descriptiva en gran escala puede ser un objetivo inalcanzado. No es necesario alcanzar adecuación descriptiva antes de plantearse problemas de adecuación explicativa. AJ contrario, las cuestiones cruciales, las cuestiones de las que más depende nuestro concepto del lenguaje y también nuestra práctica descriptiva, son casi siempre aquellas que implican adecuación explicativa respecto a aspectos concretos de la estructura lingüística. Para adquirir una lengua, el niño tiene que inventar una hipótesis compatible con Jos datos que le son prescntad~ebe elegir del acervo de gramáticas potenciales una específica que sea apropiada para los datos de que dispone. Es lógicamente posible que, en nuestro modelo "instantáneo" idealizado (cf. nts. 19 y 22), los datos podrían ser lo suficientemente ricos y la clase de gramáticas lo suficientemente limitada para que sólo una gram6tica permitida sea compatible con los datos con que se dispone en el momento de la adquisición lingülstica lograda. En este caso, no será necesario ningún procedimiento evaluativo como
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CAP. 1: PRLLl,.U'rfARCS &.lE'TODOLOGICOS
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parte de Ja teoría lingüística, es decir, como propiedad innata de un organismo o de un ingenio capaz de adquisición lingüística. Es bastante difícil imaginar cómo se realizaría en detalle esta posibilidad lógica, y todos los intentos concretos de formular una teoría lingüística empfricamcnlc adecuada dejan ciertamente amplias posibilidades de gramáticas mutuamente incompatibles, todas compatibles con datos primarios de cualqu ier tipo concebible. Por eso todas esas teorías requieren ser suplementadas por una. medida evaluativa si se ha de justificar la selección de gramáticas específicas; asl que seguiré asumiendo, como hasta ahorn, que éste es un hecho empírico respecto a Ja innata faculté de /angage humana y, por consiguiente, también respecto a Ja teoría lingüística general •. 7. SOBRE PROCEDIMIENTOS EVALUATI VOS
A menudo se ha mal-entendido la naturaleza de un procedimiento evaluativo para las gramáticas-véase Ja condición (v) de (12)-(J 4)- . Hay que tener ante todo muy en cuenta que una medida tal no es dada a priori, de alguna manera. Más bien hay que decir que cualquier propuesta respecto a esa medida es una hipótesis empírica acerca de la naturaleza del lenguaje. Esto resulta evidente de la discusión que antecede. Supóngase que tenemos una teoría descriptiva que satisface las condiciones (r)-(IV) de (12)-(14) de alguna manera establecida. Dados los datos lingüísticos primariosº D, opciones diferentes de una medida evaluativa asignarán rasgos muy diferentes a las hipótesis alternativas (gramáticas alternativas) respecto a la lengua de Ja que D es una muestra, y, por canto, llevarán a predicciones completamente diferentes respecto n cómo una persona que aprenda una lengua sobre la base de D interpretará oraciones nuevas que no forman parte de D. Por consiguiente, Ja elección de una medida evaluativa es una materia empírica, y las propuestas concretas son o correctas o incorrectas. Quizá la conrusión en esta materia se origine en el uso del término "medida de simplicidad" para medidas evaluativas concretamente propuestas, al suponer que "simplicidad" es una noción general de cierto modo entendida por anticipado al margen de la teoría lingüística. Sin embargo, esto es erróneo. En el contexto de esta discusión, "simplicidad"-es decir, la medida evaluativa m de (v)-es una noción que hay que definir en Ja teoría lingüística, junto a las de "gramática", "fonema", etc. La elección de una medida de simplicidad es, sobre • La expresión francesa procede. como se sabe. de S.i.ussurc (1916, pág. 25).
Cf.
Ctto..s~Y,
t960.-C. 0.
7. S081tB PROCCOBOt.NTOS t..VALUATIVOS
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poco más o menos, como Ja determinación del valor de una constante (lSica. Se nos da, en parte, un pareamiento empfrico de ciertos tipos de datos lingüísticos primarios con ciertas gramáticas que son efectivamente construidas por gente que cuenta con esos datos. Una medida-de-simplicidad propuesta constituye parte del intento de determinar precisamente la naturaleza ile esta asociación. Si se asurne una formulación concreta de (t)-(tv), y conta ndo con los pares (D1, Gi), (D2, G,J. · · · de ¡05 datos lingüísticos primarios y las gramáticas descriptivameote adecuadas, el problema de definir "simplicidad" es justamente el problema de descubrir cómo D• determina G• para cada i. Supóngase, en otras palabras, que consideramos un modelo de adquisición lingUística como un ingenio ADUCTTV<>-EDUCTIVO ('input--00tpu1 device') que determina una gramática generativa concreta como EDUCTO ('output'), dados ciertos datos lingüísticos primarios como ADUCTO ('input'). Una medida-de-simplicidad propuesta, junto con una especificación de (1)-(lv), constituye una hipótesis respecto a la naturaleza de tal ingenio. La :lección de una medida de simplicidad es, por tanto, uo asunto empinco con consecuencias empíricas. Todo esto ya se ha dicho. Lo repito con tanta prolijidad porque no se ha entendido en absoluto. F.s también evidente que no se puede usar las medidas evaluativas de los tipos discutidos en los escritos sobre gramática generativa para comparar diferentes teorías de la gramática; Ja comparación de una gramática de una clase de gramáticas propuestas con una gramática de otra clase, por medio de una de ~sas medidas, no tiene el menor sentido. Más bien cabe decir que una medida evaluativa de este tipo es una parte esencial de aquella teorfa de la gramática que aspira a adecuación explicativa. Es verdad que en un sentido teorías-del-lenguaje alternativas (o teorías alternativas en otras esferas) pueden ser comparadas respecto n simplicidad y elegancia. Sin embargo, lo que hemos venido discutiendo no es esta cuestión general, sino más bien el problema de comparar dos teorías de una lengua-dos gramáticas de esta lengua-en términos de una teoría lingüística general concreta. Se trata, pues, de formular una teoría explicativa del lenguaje, no de elegir entre teorías del lenguaje contrapuestas. La clccci6n entre teorías del lenguaje contrapuestas es, naturalmente, una cuestión fundamental que debe ser también esclarecida, en cuanto sea posible, sobre fundamentos emplricos de adecuación descriptiva y explicativa. l'cro no es la cuestión que implica el uso d~ una medida evaluativa en el intento de alcanzar adecuación explicat iva. Como ejemplo concreto, considérese la cuestión de si las reglas de una gramática deben ser no-ordenadas Olamemos a esta teoría la teoría lingüística T N) u ordenadas de alguna manera específica Oa teoría To).
CAr.
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l: PR..ELlMIWARl'.!S flttiTODOl..OGICOS
A priori, no hay modo alguno de decidir cuál de las dos es correcta. No hay ningún sentido absoluto de "simplicidad" o "elegancia" conocid~, desarroUado en Ja teoría lingüística o en epistemología general, s~gun el cual T" y To puedan ser comparadas. Por t.anto, carece de sentido mantener que T" es "más simple" que T 0 (o viceversa) en un sentido absoluto. Se puede inventar fácilmente un concepto general de "simplicidad" que dé preferencia a T" sobre To, o a To sobre T.,,; en ninguno de Jos dos casos tendrá este concepto justificación conocida. Algunas medidas evaluativas han sido propuestas y en parte empíricamente justificadas dentro de la lingüística-p. ej., minimización de Ja especificación de rasgos (discutida en HALLE, J959a. 1961, 1962a, 1964) o la medida basada en notaciones abrevialorias (discutidas en las págs. 41 y sgs.)-. Estas medidas no son del caso, porque son internas con respecto a una teoría lingüística específica, y su justilicacióo empírica se basa precisamente en este hecho. Para elegir entre T" y To. debemos proceder de mOerfecto, Tiempo,.....Modal,.....Progresivo, Tiempo,.....Perfecro,.....f>rogresivo, Tiempo,.....Modal,....Perfec10-Progresivo.
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Tiempo,.....Modal,.....Perfectú"Progresivo, Modal,....Perfecto,.....Progresivo"""Tiempo, Perfecto,.....Progresivo""'Tiempo,....Modal, Progresivú"T icmpo,....Modal,.....Perfecro, Tiempo,....Perfecto, Modal,.....Progresivo.
•Tiempos en inglés no hay más que dos: Pasado (e. g., tbOk) y no-Pasado + partlci1>iO) y Progrcs.ivo (btt ¡,,g) definen Aspecto. Prescindiendo, para simplificar, de tiempo, número y perwna, In rc~ln correspondiente para el c5pnfiol se pO•1!rrnn clemeti.tos no obligatorios)..-C. O . •
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CAP.
1:
1111.l f l(\llN/ll\ I _..~ >otl.1'0001.00ICOS
Tanto en el caso de la lisia (16) como en el de la lista (l 7), los símbolos son veinte. La lisia (J 6) es reducible a la regla (15) por medio de la convención notacional; la lista (17) no puede ser abreviada por medio de esta convención. De aqu( que la adopción de las convenciones notacionales conocidas respecto al uso de los paréntesis equivale a sentar que hay una generalización lingülsticamente significativa que subyace el conjunto de formas de la lista ( 16), pero no el conjunto de formas de la lista (17). Equivale a la hipótesis cmp!rica de que las regularidades del tipo ejemplificado en ( 16) son de las que se encuentran en las lenguas naturales, y son del tipo que esperarían encontrar los niños que están aprendiendo una lengua; mientras que las regularidades cíclicas del tipo ejemplificado en (17), aunque en abslracto perfectamente genuinas, no son características del lenguaje natural, no son del tipo que buscarían intuitivamente los niños en los materiales lingüísticos, y son mucho más difíciles de cons1ruir sobre la base de dalos aislados, o de usar, para el que aprende la lengua. La idea defendida es, pues, que dados ejemplos dispersos de los de (16), el que aprende la lengua construirá la regla (15) que genera el conjun10 complc10 con sus interpretaciones stmánticas, mientras que dados ejemplos dispersos subsumibles en una regla cíclica, no incorporar{\ esta "generalización" a su gramática-no deducirá, p. ej., de la existencia de yestertlay John llrrived 'ayer llegó Juan', y de John arrived yesterday 'Juan llegó ayer', que hay una tercera forma, arrivetl yesterday Jo/111 'nyer Juan llegó", o de la existencia de i.t Jo/on loere 'está Juan aqu(' y de here i.r Joh11 'aquí está Juan', que hay una tercera forma loh11 here is ' Juan aquí eslá', etc. •- . Sería fácil proponer una convención notacional diferente que abreviara la lista ( 17) hasta logra r una regla más corta que h• lisia (16), haciendo así una suposición empírica diferente sobre lo que constituye una generalización lingüísticamente significnliva. No hay razón a priori para preferir la convención usual, que incorpora simplemente un supuesto de hecho sobre la estructura del lenguaje natural, y In predisposición del niño a buscar ciertos tipos de regularidad en el lenguaje natural. Los ejemplos ilustrativos del párrafo anterior deben ser considerados con cautela. Es el conjunto completo de las convenciones notacionales lo que constituye un procedimiento evaluativo, del modo esbozado anteriormente. El contenido faclual de una teoría explicativa se halla en su aserción de que, sobre la base de datos dados, será seleccionada la gramática más allamente valorada de la forma permitida. De aquí que las descripciones de subsis1cmas particulares de la gramática deban ser eva• Como $C ve, en esp:aMI et posible. en nle ca'-0. el.a tcn:era forma (lo cual no quiere decir que 'ita. en acncral, así).-C. O.
7. SODRB Pl\OCCDIMltN·ros LVA1, U~11VOS
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1 adas en términos de su efec10 en el sistema-de-reglas complelo. Hasta ºué pun1o parles concretas de lll gramática pueden ser seleccionadas q dependientemente de otras es una cuestión emp!rica de la que se sabe :uy poco en este momento. Aunque sin duda cabe !ormular alterna. as son necesarios estudios de lenguas concrelas mas profundos que toV · · d' Jos hasla ahora disponibles para decidir Jos_ problemas que ~e 1ataente surgen cuando se suscita eslas cuestiones sumamente omp_ortanA Jo que se me alcanza, el único intento de ev~uar un subsoslema de una gramática relativamente completo y complc¡o se encuentra en CHoMSKY, 1951, y aun allí lo único que se muestra es q~e el val~r del · tema es un "má•imo local" en el sentido de que el 1ntercamb10 de ~=glas adyacentes hace decrecer el valor. No se investiga el efecto de modificaciones a gran escala. Ciertos aspectos del problema general en lo que respecta n la eslructura fonológica y léxica son tratados en OIOMSKY & H ALLE, 1966. Un caso especial de este enfoque general de. la evaluación qu~ .~a sido desarrollado de un modo cspecialmenle convincente ~s. la. coodic1on de minimización de las especificaciones de los rasgos distmtJvos en el componente fonológico de la gramática. Se pu~de dar un argu~ento muy aceptable en el sentido de que esta convención define las nociones de "clase natural" y "generalización significativa", de que han dependido impllcitamente las invcstigacion.es fonológi~as. hist?ric?:"omparativas y descriptivas, nociones que detcrm1na.n la d1stu!~160 1~t~1t1va entr~ formas-sin-sentido "fonológicamente posibles 0 y fonologJcamente imposibles"•. Para discusión, véase HALLll, 1959a, J959b, 1961, 1962a, 1964, y CHoMSKY & HA~l.E, 1966. F.s imporlantc observar que Ja efeclividad de esta medida cvalualivu concreta depende por completo de un alrevido snpucslo sobre la forma de la gramática, a s~b~r=. el su: puMto de que sólo se pcrmilc la nolnci6n de los rasgos dtslonttvos. So además se permite la notación fonémica, la medida produce consecuencias absurdas. como demuestra Hullc. Resulla pues claro que la elección de .notaciones y olrns convenciones no ~ cu~s1 i6n arbltraria o ºmera111ente técnica" si se ton1a la longitud como medida evaluativa de una gramática. Es, más bien, una
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•As(, p. ej .. hoy incxis1cntc, es ··ronológicamc~te ~ible" en c~pa;-01 (e!. 111;,,a, nit>na, 1nana, n1Jta, meta, 1nata, 1n11ta J3UOil ), ~ro strink o nvifts es •'fonolóctcamentc impos.iblc"' en español (aunque lo anuncien t~?s _los diao;;;, como mnrca de un rroducto de patcnlc c~tran,cra. t~os 1~ penódtcos hi~panos). fs decir, •n1una, en cspatíol. Cj una Ja¡uoa accidental (c:f. buna, dt1na puna tuno c-11110· luna ru11a), mientras que •11111M·a, pongamos por caso. • "Jaiuna '' ' '(v. la 'ub\CC. 2.1 dc1 cap. 4 Y 1a scc. 17dla f.!"\ una 1istcmMtica· e ., l n1roducc::tón). Cf. A1-4aCtl!, 1961, r.·,,.... IS0-90. )' S\.rORT-' & Co'-'Tlt.CRAS, 196- . ~"P· pájlll, 3 .....-C. O.
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J: PRllL1)11NARI ~ t.111 OOOLOGICOS
cuestión de consecuencias emplricas inmediatas y quizá dr~sticas. Cuando se incorpora a una 1eoría lingü!stica del tipo que estamos considerando medios no1acionales concretos, se hace, impHcitamentc, una cierta aserción empírica respecto al lenguaje natural, la cual implica que una persona que está aprendiendo una lengua intentará formular generalizaciones fáciles de expresar (o sea, con pocos sfmbolos) en los términos de las no!aciones disponibles en la teoría, y que preferirá gramáticas que contengan estas generalizaciones a otras gramáticas que son también compatibles con los datos dados, _pero que contienen diferentes tipos de generalización, diferentes conceptos de "clase natural", y así sucesi,·amente. Estas postulaciones pueden ser muy atrevidas, y desde luego no tienen por qué ser verdaderas a priori. Para evitar cualquier posible residuo de confusión en esta materia permítasemc repetir una •ez más que esta discusión del aprendizaje deÍ lenguaje en términos de formuloción de reglas, hipótesis, etc., no se refiere a la formulación y expresión conscientes de éstas, sino más bien ":' proceso de llegar n una representación interior de un sistema generativo, que puede ser adecuadamente descrito en estos términos. En suma, resulta claro que ninguna teorla-del-lenguaje actual puede es.perar alcanzar adecuación explicativa más allá de dominios muy res1n ng1dos. En otras palabrns, estamos muy lejos de poder presentar un sistema de universales lingüísticos formales y sustantivos que sea lo sufici_en~emenre rico .Y detallado para dar razón de Jos hechos del aprend1za¡e del lengua¡e. Para promover la teoría lingüística en la dirección de adecuación explicativa, podemos intentar refinar la medida evaluativ,a. para las gramá1icas o estrechar las restricciones formales de las gramat1cas de modo que resulte más difícil encontrar una hipótesis altamente valorada que sea compatible con los datos lingüísticos primarios. No cabe duda de que las teorías de la gramática actuales requieren modificación en ambos sentidos, siendo, en general, el último el más ~rometcdor. /\si, pues, el problema más decisivo para la teoría lingüfstJea parece ser abstraer de gramáticas dcscriptivamcnte adecuadas concrclas as:rros y generali1acioncs y, siempre que sea posible, atribuirlos a la teona general de la estructura lingüística, enriqueciendo asi esta teoría .e imp.oniendo más es1ruc1ura al esquema para la descripción gramahcal. Siempre que se haga esto, se reemplaza una aserción acerca d~ una lengua .particular por la correspondiente aserción, de la que la primera se deriva, acerca del lenguaje en general. Si esa formulación de una hipótesis más proíunda ruese incorrecta, este hecho resultaría evidente cuando se comprobara su efecto en la descripción de o!ros aspectos de la lengua o la descripción de otras lenguas. En una palabra, estoy haciendo el comentario (obvio) de que, siempre que sea posible,
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se debe formular supuestos gencrnles sobre la naturaleza del lenguaje de los que quepa deducir los rasgos concretos de las gramáticas de las Jenguas particulares. De cs1e modo, la teoría lingüística se acercará a Ja adecuación explicativa y contribuirá al estudio de los procesos mentales y la capacidad intcleclual humana, y, más específicamente, a Ja determinación de las habilidades que hacen posible ti aprendizaje del lenguaje bajo las limitaciones de tiempo y de datos empíricamente dadas. 8.
TEOR(A
uscOls1 ICA y
APRFNOl7.AJE DEL LEKCUAJE
En la discusión precedente, ciertos problemas de teoria lingüística han sido formulados como cuestiones acerca de la construcción de un hipotético ingenio de adquisición del lenguaje. Este parece un encuadre útil y sugestivo en el que situar y considerar estos problemas. Podemos suponer que se da al teorizador un pareamieoto empírico de colecciones de datos lingüísticos primarios asociados con gramáticas cooslruidas por el INCEN•O sobre la base de esos datos. Se puede obtener mucha información tanto acerca de los daros primarios que constituyen el ADUCTO ('input') como de la gramática que es el EDUCTo ('output') de ese ingenio, y el teorizador tiene el problema de determinar las propiedades intrínsecas de un ingenio capaz de mediar esta relación aducto-educto. Puede ser de algún interés situar esta discusión en un encuadre un tanto más general y tradicional. Históricamente, podemos distinguir dos líneas generales en el enfoque del problema de h• adquisición del conocimiento, del cual el problema de adquisición del lenguaje es un caso especial y par1icularmente informativo. E l enfoque empiricfstico asume que la estructura del ingenio de adquisición está limitada a ciertos "mecanismos procesadores periréricos" elementales--p. ej., en versiones recientes, un 'espacio de cualidad" innato co11 una ''distancia" innata definida en él (OurNe, 1960, págs. 83 y sgs.) ••, un conjunto de reflejos incondicionados pri mitivos (Hu~t, l 943), o, en el caso del lenguaje, el conjunto de todos los "componentes audiLivamcnte disti nguibles" de la "impresión auditoria" compleia (DLOCH, 1950)-. Además de esto, supone que el ingenio tiene ciertos mecanismos-procesadores-de-drfa fechar.e en 1814, o. ,¡ se prtfictt. 1816). También en 1664
Es, pues, falso que todas nuestras ideas vengan de nuestros sentidos; c1be decir, al contrario, que ninguna idea que está en nuestra mente procede de los sentidos,. sino cuando los movimientos que ocurren eo nuestro cerebro, que es todo lo que pueden hacer nuestros sentidos, dan ocasión al alma de formarse diversas ideas que sin ellos no se fo.rmarlan, aunque por regla general esas ideas no tengan nada de semejante con lo que ocurre en los sentidos y en el cerebro, y hay además un gran número de ideas que, no teniendo nado en absoluto de imagen corporal nlg:una, no pueden, sin que sea nlanifiestamente absurdo, ser referidas a nuestros sentidos .. . (cap. 1). En el mismo senlido, Leibniz • rehúsa aceptar una distinción marcada entre innato y aprendido : Estoy de acuerdo con que aprendemos las ideos y !ns verdades innatas sea considerando su fuente, sea verificándolos por medio de la experiencia. Oc manera que yo no podrfa aceptar <11to prOJ>O$ición: Todo lo que se aprtnd~ no ts ;nna10. Las verdades de los números están en nosotros, y no se las deja de aprender u, sea sac,ndolas de su fuente cuando se las aprende por razón demostrativa (lo que hace ver que son innatas), sea comprobándolas en los ejemplos, como hacen los aritmé:licos vulgares .. . [Así que) toda Ja aritm~tica y toda la gcomeuía son inoata\ y están en nosotros de una manera virtual, de modo que allí !
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8.
(.'.AP. I : PRELIMINARES &J.l1TOOOl.OOICOS
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se Jas puede encontrar examinando con atención y poniendo en orden
lo que sc tiene ya en la mente ... [En general), tenemos una infinidad de conocimientos de los cuales no siempre somos conscientes, ni siquiera cuando los nece~itamos ... Los sentidos, aunque necesarios para todos nuestros conocimientos reales. no soo suficientes para dárnoslos todos. )'O que los sentidos no dan nunca más que ejen1plos. es decir, \1erdades particulares o individuales. Así, pues, todos los cjcn'lplos que confir1nan una verdad general, cualquiera que sea su número, 110 son suficiente-s para
c;tublccer la necesidad universal de esa misma verdod . .. Las verdades ncces:irins . .. deben tener principios cuya prueba no depende de los ejem· plos ni, por consiguiente, del testimonio de los sentidos, aunque sin los sentidos no se nos ocurriría pensar en ellos ... Es verdad que no es publica Lnnce1ot su Nou-vellt mithodt pJ-»C. Y. -.iJ
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1,
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l: Pfl.C:Ll1'11fliARl..S ).tl\:10001 O<:HCOS
En una palabra, la especulación cmpiridstica ha supuesto, típicamente, que sólo los procedimientos y mecanismos para la adquisición del conocimiento constituyen una propiedad innata de la mente. Para Hume, pongamos por caso, el método del "razonar experimental" es un instinto básico en los animales y en los humanos, que corre parejas con el instinto "que enseña a un pájaro con tanta exactitud el arte de la incubación, y toda la economia y orden de su criadero" deriva "de la mano original de la naturaleza" (Ht,,'l>IE, 1748, párr. IX). La forma del conocmucnto, empero, es por lo demás del todo libre. Por otra parte, la especulación racionalística ha supuesto que Ja forma general de un sistema de conocimiento está fijada de antemano como disposición de la mente, y la función de la experiencia es hacer que se realice y diferencie m:ls completamente esta estructura esquemática general. Siguiendo la iluminadora analogia de Leibniz, podemos compararla con ... un bloque de mármol que tiene velas, más bien que con un bloque de m!rmol uniforme, o de t:ibletas en blanco, es decir, de lo que los lilósoíos llamon 1ab11/a rasa. Pues si el alma semejase esas tabletas en blanco, las verdades esiarfon en nosotros como la figura de Hércules en un mármol cuando ese mármol es completamente indiferente a recibir
o esa figura u otrn cualquiera. Pero si hubiera vetas en el bloque que marcasen la figura de Hércules prefcriblemeote a otras figuras, ese bloque serla por ello más determinado, y Hércules estaría en él como de c ierto modo innato. aunque fuera necesario trabajar para descubrir esas vetas, y para ac!ararlns puliéndolns, clin1ioando lo que les impide aparecer. De donde resulta que las idcns y lns verdades nos soo innatas corno inclinaciones, disposiciones, hábitos o virtualidades naturales, y no como acciones, attnquc esas virtualidocle.s vayan sie1nprc acorupaOadas de acciones, a n1enudo i nscnsibles, que corresponden a e llas.
No es, por supuesto, necesario suponer que los puntos de vista empiricfstico y racionalístico pueden ser siempre bien diferenciados y que las dos corrientes no se pueden entrecruzar. No obstante, es histórican1entc exacto y heurísticamente valioso diferenciar estos dos enfoques d istintos del problema de adquisición del conocimiento. Puntos de vista empiricísticos y racionallsticos concretos pueden ser precisados y luego presentados como hipótesis expJicitas acerca de la adquisición del conocimiento, concretamente acerca de Ja estructura innata de un ingenio de adquisición del lenguaje. De hecho, no seria inexacto describir el enfoque (taxonómico y procesador de datos) de la lingüística moderna como un "juego"'. en el ~ntido de \Vitl¡cnstcin (cabe hablar de las ~glas del ajedrez o del fútbol, pero no ele tot fundamentot biológicos del ajedrez). aunque sí es *cond-U4:ta rciUlada.. (jrule·eo\cmcd bcha\·ior·,. y no ""condicionamiento.y (con· duct• condicionada). Para un plan1camicnto diáfano. vOt.OOICOS
gramática que pueden resuliar de la aplicación de sus principios inductivos a los daros primarios. Por tanto, podemos preguntarnos si las gramáticas que estos principios pueden suministrar, en principio, se corresponden en absoluto con las que de hecho descubrimos al investigar lenguas reales. Se puede hacer la misma pregunta respecto a una propuesta racionalística concreta. En el pasado, ésta ha venido a ser una manera útil de someter tales hipótesis a un tipo de prueba ('test') empírica. Si .1~ respuesta r~pccto a esta cuestión de adecuación~n-principio es posittva en ambos casos, podemos pasar entonces a la cuestión de su viabilidad: ¿Pueden lograr los procedimientos inductivos (en el caso empiricista) o los mecanismos de elaboración y realización de esquemas innatos (en el caso racionalista) producir gramáticas dentro de las limitaciones dadas de tiempo y acceso, y dentro de la extensión de la uniformidad observada de EDUCTO ('output')? De hecho, raramente se ha suscitado la segunda cuestión en relación con las concepciones empiricísticas (pero cf. MtLLER, ÜALLANTER & PtUsRAN, 1960, págs. 145-48, y MILLER & CHOMSKY, 1963, pág. 430, para algunos comentarios), pucsro que el estudio de la primera cuestión ha sido suficiente para excluir cualquiera de las propuestas explícitas de un carácter esencialmente empiricfstico que han emergido en las discusiones modernas de la adquisición del lenguaje. Las únicas propuestas que son Jo bastante explícitas como para merecer un estudio serio son las desarroUadas dentro de la lingüística taxonómica. Parece que se ha demostrado sin Jugar a dudas que, completamente aparte de cualquier cuestión de viabilidad, los métodos del tipo estudiado en la linglilsticu taxonómica son intrínsecamente incapaces de producir los sistemas de conocimiento gramatical que hay que atribuir al hablante de una lengua (cf. CHOMSKY, 1956, l 956a, 1962; POSTAL, 1962b, 1964a, 1964c; KAT'l & POSTAL, !964, sec. 5.5, y muchas otras publicaciones para una discusión de estas cuestiones que parece inenmendable y está, por el momento, fuera de disputa). En general, pues, me parece correcto decir que las teorías empiricísticas acerca de la adquisición del lenguaje son refutables siempre que son claras, y que otras especulaciones empiricísticas son completamente vacías e ininformativas. Por otra parte, el enroque racionalístico ejemplificado en las investigaciones más recientes de teoría de la gramática trasformacional parecen haber resultado relativamente productivas, estar completamente de acuerdo con lo que se sabe acerca del lenguaje, y ofrecer al menos alguna esperanza de proporcionar una hipótesis acerca de Ja estructura intrinseca de un sistema de adquisición del lenguaje que cumpla la condición de adecuación-en-principio y hacerlo de una manera lo suficientemente precisa e inte~antc para que la cuestión de 'iabilidad pueda plantearse, por primera ve1. en serio.
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·11 OltlA 1 I N(iÜl~'íl(A Y APl~l.~DIZA.lf!. DEL LENGUAJE
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Caben otras maneras de probar hipótesis concretas acerca de un ingenio de adquisición del len¡¡uaje. Una teoría que atribuye la posesión de ciertos universales linglifsticos a un sistema de adquisición del lenguaje, como propiedad realizable bajo ciertas condiciones externas apropiadas, implica que este ingcnfo sólo puede adquirir y usar como lenguas ciertos tipos de sistemas simbólicos. Otros deben de quedar fuera de su capacidad de adquisición del lenguaje. Es ciertamente posible inventar sistemas que no cumplen las condiciones, formales y sustantivas, que han sido propuestas como uni\'Crsales lingüísticos provisionales (p. ej.. en la teoría de los rasgos distinth'OS de Jakobsoo o en la teoría de la gramática trasformacional). En principio, se podría tratar de determinar si los sistemas inventados que no cumplen estas condiciones presentan, efectivamente, problemas exccSi\'amente difíciles para el aprendizaje lingüístico, y caen, efectivamente, fuera del dominio para el que se designa el sistema de adquisición del lenguaje. Como ejemplo concreto, considérese el hecho de que, según la teoría de la gramática trasformaciooal, sólo ciertos 1ipos de operaciones formales sobre cadenas de elementos pueden aparecer en las grnmática~peraciones que, además, no tienen ninguna justificación a priori-. As(, p. ej .. no se puede mostrar que las operaciones permitidas son, en ningún sentido, las más "simples" o "elementales" que se puede inven1ar. De hecho, las que cabría considerar, en general, ''operaciones elementales" sobre las cadenas de elementos no cualifican como trasformaciones gramaticales en absoluto, mientras que muchas de las operaciones que sí cualifican están lejos de ser elementales en ningún sentido ¡¡eneral. Específicamente, las trasformaciones gramaticales dependen necesariamente de Ja estructura en el sentido de que manipulun subcadenas sólo en términos de su asignación a las categorías. Es posible, pongamos por caso, formular una trasformación que puede insertar todo el verbo Auxiliar o parte de él a la izquierda de una Frase Nominal que lo precede, independientemente de cuál sea la longitud o complejidad inlerna de las cadenas que pertenecen a estas categorías. Es imposible, sin embargo, formular como trasformación una operación tan simple como Ja reftexión de una cadena arbitraria (es decir, la sustitución de cualquier cadena "' · · · a., donde cada ª' es un solo símbolo, por a. · · · a1). o el intercambio de la palabra que ocupe el lugar (2n-1) con la que ocupe el lugar 2n a lo largo de una cadena de longitud arbitraria, o la inserción de un símbolo en medio de una cadena de longitud exacta. An:llogamcnte, si, como se sugiere más adelante, se restringe a condiciones "bulianas" fBoole) sobre la Ana/izabilidad los análisis estructurales que definen las trasformaciones, será imposible formular muchas operaciones "dependientes de la estructura" como trasformaciones-p. ej., una operación que rei•ere un símbolo que es el
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CAP. 1; PRLI lf>llNARCS MtTOOOLOOtCOS
miembro más a la izquierda de una categoría (imposible, a menos que se dé una lista en el análisis estructural de todas las categorías de ta gramática), o. una operación que reitere un ~ímbolo que pertenece a tantas categor1as de la extrema derecha como de la extrema izquierda. De aquí que el que propusiera esta teoría tendría que predecir que aunque, p. cj,, una lengua podrfa formar interrogantes intercambiando el orden de cienas categorías (como en inglés), no formaría interrogantes por medio de la rc~exión •, o por el intercambio de palabras impares y pares, o por la inserción de una marca en el medio de la oración. Muchas otras predicciones similares, ninguna de ellas en absoluto obvia en ningún sentido a priori, pueden ser deducidas de cualquier teoría de universales lingüísticos que se atribuya como propiedad intrfnseca ~ _u? ingenio de a_dquisición del lenguaje. Para algunas aproximaciones m1c1ales al muy d1fiell y exasperante problema de investigar cuestiones de este tipo, véase MI LLER & STEIN, 1963. y MILLEI\ & NO~lAN. 1964. Nótese que cuando mantenemos que un sistema no es aprendible por un ingenio de adquisición del lenguaje que reAeja las capacidades humanas, no queremos decir que este sistema no pueda ser dominado por un humano de alguna otra manera. si se tratase como un rompeca~as o un ci_crto tipo ele ejercicio intelectual. El ingenie de adquisic1on del lengun¡e es sólo uno de los componentes del sistema total de estructuras intelectuales que se puede aplicar a la resolución de problemas Y a la formación ele conceptos; en olras palabras: la facu/tl de fongage es sólo una de l ~s faculiades de la mente. Lo que se esperaría, sm embargo, es que hubiese una diferencia cualitativa en la manera en que un organismo con un sistema-de-adquisición-del-lenguaje funcional u se enfrentara y tratara los sistemas que son como el lenguaje y otros que no lo son. El problema de delinear las capacidades cognoscitivas inttínsccas de un organismo e identificar los sistemas de creencia y de organización de la. conducta que puede alcanzar fácilmente, deberla ser central en la ps1cologfa experimental. Sin embargo, este campo no se ha desarrollado asi. La teoría del aprender se ha centrado, en su mayor parte, en la que parece una cuestión mucho más marginal, a saber: la cuestión de las regularidades independientes-de-la-especie en la adquisición de los elementos de un "repertorio conducta!" ('behavioral') bajo condiciones experimentalm~nte manipulables. En consecuencia, ha dirigido forzosamente su atención a las tareas que son extrínsecas a las capacidades cog-
11osc1t1vas de un organismo, tareas a las que sólo cabe acercarse de manera tortuosa, indirecta y fragmentaria. En el curso de estas investi~aeiones, se ha obtenido cierta información incidental acerca del efecto de la estructura cognosciti'a intrínseca y de la organización intrínseca de la conducta en lo que se aprende, pero esto raramente ha sido el centro de atención (salvo en etologla) •. Las excepciones esporádicas a esta observación-véase, p. ej., la discusión del "flujo instintivo" ('instinctual drift') en BREt AND & BRELAllD, 1961-son muy sugerentes, Jo mismo que muchos estudi~ etológicos de organismos inferiores. Sin embargo, la cuestión general y sus muchas ramificaciones permanecen en estado primitivo. En suma, parece claro que la situación actual respecto al estudio del aprendizaje lingüístico es en esencia la siguiente: Tenemos cierta cantidad de datos respecto al carácter de las gramáticas generativas que tienen que ser el "educto" de un modelo de la adquisición para el lenguaje. Estos datos muestran claramente que las concepciones tru. y. para un resumen de estudios pOo¡te110r.s, Mn.Lca, 1962. r'c< 219 y •is.-C. O.
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CAP, 1: rRCll\llNAR(S 1t>Jf!TOOOLOOICO.S
mática generativa de su lengua-, muchos de cuyos conceptos y principios están relacionados con la experiencia sólo remotamente por largas e intrincadas cadenas de pasos cuasi-inferenciales inconscientes. La consideración del carácter de la gramática que se adquiere, la degradación y limitadísima extensión de los datos disponibles, la sorprendente uniformidad de las gramáticas resultantes y su independencia respecto a inteligencia, motivación o estado emotivo en grandes extensiones de \'ariacióo, dejan poca esperanza de que mucha de la estructura del lenguaje pueda ser aprendida por un organismo iniciahnentc no informado respecto a su carácter general. Es, por el momento, imposible formular un supuesto acerca de la estructura innata, inicial, que sea lo suficientemente rico para dar cuenta del hecho de que el conocimiento gramatical se alcanza sobre la base de los dalos de que dispone el que aprende. Por consiguiente, el esfuerzo empi ricistn para mostrar cómo los supuestos acerca de un ingenio de adquisición del lenguaje pueden ser reducidos a 11n mínimo concep111al 33 está muy lucra de lugar. El problema real es el de desarrollar una hipótesis acerca de la estructura inicial que sea lo suficien1emente rica para dar cuenta de la adquisición del lenguaje, pero no tan rica que sea inconsistente con la conocida diversidad del lenguaje. Es asunlo sin importancia y sólo de interés histórico el que tal hip61esis no satisfará e'identemente las preconccpciones sobre el aprender que derivan de siglos de doctrina empiricística. Estas preconcepciones no sólo son, para empezar, del todo implausibles, sino que carecen de corroboración factual y no son de manera alguna consistentes con lo poco que se sabe acerca de c6010 los animales o los seres humanos construyen una "teoría del n1undo exterior". 1.a causa de que la concepción según la cual todo conocimiento deriva (inicamentc de los sentidos mediante operaciones elementales de asociación y "generalización" haya tenido tanto atractivo en el contexto de las luchas del siglo xv111 por un naturalismo científico es clara. Sin embargo, no cabe duda de que hoy no hay ninguna razón para tomar en serio una po,ición que atribuye por completo un logro humano complejo a meses (o a lo sumo años) de experiencia, en vez de atribuirlo a millones de años de evolución o a principios de organi28eión neural que pueden es1ar todavía más enrai28dos en leyes físicas-una posición que, además, llevaría a la conclusión de que el hombre es, aparentemente, único entre los animales por su modo de adquirir conocimiento. Tal posición es particularmente implausible en lo que respecta al lenguaje, aspecto del mundo-del-niño que es una creación humana y habría que suponer reíleja la capacidad humana int rlnseca en su organización interna.
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('.\rAC'IDAU OP.NEll.ATIVA y Slf ('J..RTl!([N('I¡\ 1 IN(l0rs 1ICA
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En una palabra: la eslruetura de las lenguas particulares puede ser muy bien en gran medida determinada por factores sobre los que el indh·iduo no 1icne ningún control consciente y respecto a los cuales la sociedad puede tener muy poca opción o libertad. Sobre Ja base de la mejor información de que se dispone en esle momento, parece razo. nable suponer que el niño no puede menos de construir un tipo particular de gramática trasformacional para dar cuen1a de lo~ datos con que cuenta, como no puede menos de controlar su percepción de objetos sólidos o su atención a línea y ángulo. Así que puede rnuy bien ser que Jos rasgos generales de la estructura del lenguaje rcOcjen, no tanto el curso de la cJlpericncia propia como el carácter general de la capacidad de uno pura adquirir conocimientos-en el sentido tradicional, las ideas innatas y los principios innatos de uno-. A mí me pa1·ece que el problema de clarificar esla cuestión y refinar nuestra comprensión de sus muchas facetas proporciona la ra1ón más interesante e importante para el estudio de gramáticas descriplivamente adecuadas y, por a~adidura, la formulación y justificación de una teoría lingüística general que satisfaga la condición de adecuación explicativa. Prosiguiendo esta inves1igación, se puede es~rar dar cierta sustancia real a la creencia "tradicional de que "los principios de la gramática forman una parte importante, y muy curiosa, de la filosofra de Ja menlc humana" (BEATTIE, 1788). 9. L,\
CAPACIDAD GENERATIVA Y SU PLRTINENCIA L IKGÜÍSTICA
Puede ser í11il hacer una obsen•ación mclodológica más en relación con las cuestione~ discutidas en las últimas secciones. Dada una teoría descriptiva de la cslruc1urn del lenguaje", podemos distinguir su capac·ui
de oraciones y que genera fuertemente un conjunto de descripciones estructurales (n:cuérdese que cada descripción estructural especifica una oración de manera única, pero no forzosamente lo inverso), donde tan10 la generación débil como la fuerte vienen detem1inadas por el procedimien10 f de ( l 2tv) - ( l 3tv) (l 41v). Supóngase que la teoría lingüística T proporciona la clase de gramáticas G1, Gr, ... , donde G· genera débilmente la len~ua L· y genera fuertemente el sistema de descripciones C'lructurales :!:•. Entonces la clase IL1, L1, ... ) conslituye la capacidad 11e11crati1·a débil de T y la clase 1:!:1, ~•• ... 1 cons1i1uye la capacidad generativa fuerte de T "· F.l estudio de la capacidad generativa fue1·1c está relacionado con el estudio de la adecuación descriptiva, en el sentido deOnido. Una gramá-
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•
58
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C"Ar.
1: l'R I 1 lf\llNARrS }.1CTOD01.0GICOS
tica es descrip1ham~111e adecuada si genera fuertemente el conjunto correcto de descripciones estructurales. Una teoría es descriptivameole adecuada si su capacidad gcncra1iva lucrtc incluye el sistema de descripciones estructurales parn cad,1 lengua aalural; de otra manera, es descripth amente inadecuada. A~i que la inadecuación de capacidad generativa fuerte, sobre una base empírica, muestra que esa teoría del lenguaje es seriamente defectuosa. Sin embargo, como hemos observado, una teoña del lenguaje que parece empíricamente adecuada en términos de capacidad generativa fuerte no es forzosamente de interés teórico particular, puesto que la cuestión decisiva de adecuación e•plicati•a excede cualquier consideración de capacidad generativa fuerte. El estudio de la capacidad generativa débil es de un interés lingüístico más bien marginal. Es importante sólo en aquellos casos en que cierta teoría propuesta falla aun en capacidad generativa débil, es decir, en caso de que haya alguna lengua natural de la que ninguna gramática permitida por esta teoría pueda enumerar ni siquiera las oraciones. De hecho, se ha demostrado que ciertas teorías relativamente elementales (en particular, la teoría de la ~ramática-ahormacional-independiente-del contexto y la teoría-todavía más débil-de la gramática de estados finítos) carecen de la capacidad generativa débil requerida para la descripción del lenguaje natural y, por tanto. fallan las pruebas empíricas de adecuación ele un modo particularmente sorprendente 3•, De esta observación tenemos que concluir que a medida que Ja teoría lingüística progresa hacia una conce¡¡ción más adecuada de la estructu ra gramatical, tendrá que permitir ingenios con una capacidad generativa débil que d ilie.ra, en ciertos respectos, de Ja de estos sistemas marcadamente defectuosos. Es importante notar, sin embargo, que el defecto fundamental de estos sistemas no es su limitación en capacidad generativa débil, sino más bien lo inadecuada que es, de muchas maneras, su capacidad generat iva fuerte. La demostración de Postal • ele que la teoría de la gra mát ica-indcpend icn1e-dcl-<:ontcxto (gramática ahormacional simple) falla en capacidnd generativa débil fue precedida por más de un lustro de discusión de la capacidad generativa fuerte de esta teoría, discusión que mostró concluycntcmcnte que no puede alcanzar adecuación descriptiva. Más aún: estas limitaciones en la capacidad generativa fuerte snn aplicables a la tcoria de la gramá1ica-ahormaeional-dependien1e-delcontexto, que probablemente no falla en cuanto a la capacidad generativa débil. Es de suponer que la discusión de la capacidad generativa débil • P• consta del Determinante (Det) tite seguido de un Nombre (N); el FN si11ceri1y consta sólo de un N; 1/Je es, además, un Artículo (An); may es un Auxiliar (Aux) y, además, un Modal (M). (tt) el FN Ji11ceri1y funciona como Sujeto de la oración (1), mientras que el FV fri,lr1e11 tire bOJ funciona como Predicado de la oración; el FN tire h<>y funciona como Objeto del FV, 61
62
CAP.
2:
2. AS1>1 Cl'OS DI
CA'l I GOltlA!J V M.Ll, ACIOl'/I S 1 N l.A 'I PORIA SlNTACTICA
y el V frighte11 como su Verbo Principal; la relación gramatical Sujeto-Verbo media entre el par (si11cerity, frighte11), y la relación grnmaticnl Verbo-Objeto media entre el par (frighte11, the boy) •. (11t) el N boy es un Nombre.Contable (distinto del Nombre-Medible butter ' mantequilla' y del Nombre-Abstracto sincerity) y uo Nombre-Común (distin10 del Nombre-Propio l olm ·1uan' y del Pronombre it 'ello'); es, además, uo Nombre-Animado (distinto de book ·libro') y un Nombre Humano (distinto de bee 'abeja'); frighten es un Verbo-Transi~ tivo (distinto de occur 'ocurrir'), y un Verbo que no permite la libre dclcción del Obje10 (al contrario de read 'leer', eat 'comer'); adopta sin trabas el Aspecto Progresivo (al contrario de know 'saber', own 'poseer'); permite Suje1os-Abstractos (al contrario de eat, admire 'admi-
rar') y Objetos-H umanos (al contrario de read, wear ' llevar') • . A mí me parece que Ja información presentada en (2) es, sin duda, sustancialmente correcta y que es esencial en cualquier interpretación de cómo se usa o adquiere el lenguaje. La cueslión más importante que yo quisiera considerar es la de cómo se puede presentar formalmente en una descripción estructural información de esta especie, y cómo descripciones es1ructurales de esta naturaleza pueden ser generadas por un sistema de reglus explicitas. l..as tres subseccioncs que siguen (2.1, 2.2, 2.3) presentan estas cuestiones en relación con (21), (211) y (2111), rec1pectivamente.
• En vez de Contobtc y Mediblc cabrfa usnr (con R. S. Fcrlosio) Discreto }' Continuo, rcspcc1lvfimen1c: pero In Continuidad es tai11bién un rasgo di¡tjntivo fonológico (o fonón). Cf. I• n. 18 del cap. 4. Medibles los nombres (fXl· tienl:ia, nnJbrosla, c~r1•tt.O) suitec:ptiblcs de aptlrecer en el entorno algo de 'cicrla cantidad de -·. Al~unos Nombre~ Medibles son convertibles en Contables (con el correspondiente cambio de $ignilicoción): cer ••eza, dos cafés. trt-s fHH!~Ía$, .. Pero nóttse que n1ucha ctr•'<'l.11 no ~ entendería. en princjpio, como 1nucl10 libro 'n1uchos 1ibrO$' (c. tn tsla blbliutcc:a hay 111uclw libro). Por Jo demás, oigo dt n1dq11inarla puede '-ianiíic-or 1t1uchas n1áquinas. Cf. IANi'li'UC-
"°º
''"ª
a..
CI, 1952.
Tampoco en español adopUln s.in trabas el Aspecto Progresivo los verbos sabtr Y pbst'f'r. No se suele decir PtM tstd p()stytndo una caso, como tamp0co la casa tstá t'nif'ndo dos •·tntana .f, In \'t1tta11a tstd distando dtl polomar, cte. En uoa palabra: .la sin1axis d~ .t.ftar caracteriza a I<" \oc:rt>os es pañoles (c. g., Ptpe u1á saltan'!o 1mpl1~ ttpelt<:16n: pero <'Std ll1)rond1J, no; la c4rctl tJtd vigilada cuando es1á siendo v1¡1lad3.., pero ti f jlu €u11tlu1Jo cuando b3 $ido coocluido). cr. b n. 2) dtl cap. 2.-C.
o.ª'""'º
2. ASPCC JOS OC
63
1 A J S 1 k \.t(~f t RA 1 ATFNTR
LA CSTRUCTüRA L ATEN1E
2. J. Ca1egorizaci6n Las observnciones de (2t) se refieren a la subdivisión de la cadena (1) en subcadenas conlinuas, cada una de las cuales es asignada a una cierta categoría. Información de cMa especie puede ser representada por un encorcheta miento rotulado de ( 1), o, Jo que es lo mismo, por un diagrama arbóreo como
s
(3)
FN
Au•
1
1
N
M
sincer;ty
may
lrighlen
' SÍ~Ctf idOd'
'putde'
'(lSUSt4f;
1
D•t
l
lh• ·er
N
1
boy
'niño'
l..a interpretación de un diagrama como éste es trasparente, y ha sido 1ra1ada a menudo en otras publicaciones. Si ahora se supone que (1) es una CADENA u ÁSfCA, se puede 1omur la estructura represenlada en (3) como una primera aproximación a su Ahormante (de Ja base). Una gramática que genera Ahormantcs simples como el de (3) puede basarse en un vocabulario de símbolos que incluya tanto formantes (the boy, etc.) como símbolos categorinles (S, f'N, V, etc.). Además, cabe dividir Jos formanles en elemenlOS léxicos (sinccrity, boy) y elementos gramaricales (Perfecto, Posesivo, etc.; con la posible excepción de the, ninguno de ellos cs1á representado en el ejemplo simplificado del texto). Surge inmedialamentc una cuestión respeclo a la elección de símbolos en los Ahormantes. Es decir, tenemos que preguntarnos si los formantes y símbolos categoriales usados en los Ahormantes tienen una caracterización independiente de la lengua, o si no son más que rótulos convenientes, específicos de una gramática particular. En el caso de Jos formanlcs léxicos, la teoría de Jos RASGOS DISTIN· nvos fonéticos, junio con el conjunto completo de condiciones sobre la representación fonológica, da, en efecto, a la elección de símbolos una significación independiente de Ja lengua, aunque está lejos de ser un problema trivial el esrablccer es1e hecho (o seleccionar el conjunto uoi· versal propio de rasgos fonéticos sustantivos). Así que en adelante su-
64
2. ASl'hCTOS OH LA 11.STllUCtUkA LATE!.K'J'&
CAP, 2: CATrGORIAS V MI 1 ,\(_'l(J"'LS LN 1 A TEOMJA SINTACTICA
6S
-'-----
•
• •
poudr.0 que se ha establecido una teoría-fonológica.apropiada de esta especie y que, por consiguiente, los formantes léxicos son seleccionados de entre los de un conjunto unh•crsal fijo de manera bien definirla. La cuestión de la representación sustantiva en el caso de los for· mantcs gramaticales y de los símbolos categorialcs es, en realidad, Ja cuestión tradicional de In gramática universal. Supondré que también estos elementos son seleccionados de un vocabulario universal fijo, aun. que este supuesto no tendrá cu realidad ningún efecto significa1ivo en ninguna porción del marerial descriplivo que voy a presentar. No hay motivo para poner en duda la importancia o razo•abilidad del esrudio de es1a cuesllón. Generalmente se sosrienc que implica consideraciones extrasintácricas de cierro ripo que por el momenlo son percibidas sólo borrosamcnre. Esto puede muy bien ser verdad. Sin embargo, más ade. lanre sugeriré varias definiciones generales que parecen correctas para el inglés y para orros casos que me son familiares '. El mecanismo nn1ural para generar Ahonnanlcs como el de (3) es un sislemn de reglru rescri111rules •. Una regla rescritural es una regla de la forma (4)
A ... Z / X _Y
donde X e Y son cadenas de símbolos (posiblemente nulas), A es un solo símbolo categorial, y Z es una cadcna·de-símbolos no-nula. Esta regla se interpreta en el sentido de que Ja categoría A se realiza como la cadena Z cuando está en el entorno que consla de X a Ja izquierda e Y a ta derecha. La aplicación de la regla rescritural (4) a una cadena ... XAY ... convierte a ~sta en la cadena .. . XZY .... Dada una gramá· tica, decimos que una secuencia de cadenas es una derivació11-W de V si W es In primera y V la (tltima cadena de Ja secuencia, y cada cadena de la secuencia es derivada de la precedente aplicando una de las reglas rescriturales (con una condición de orden que hay que añadir Juego). Si V es una cadena de Formantes, decimos que una derivación- W de V está terminada. L lamamos a V cadena ter·mina/ si hay una derivaci6n-#S# de #V#, donde Ses el simbo/o inicial designado de la gramática (que re· presenta la categoría Oración o Sentencia), y es el símbolo de linde (considerado formante gramatical). Así que coostruimos una derivación •Una re¡la rescrirurol es un ca~o de "producc::ión•t en eJ sentido de Post (CnOMsxY, 1960, y Rosi 19SO, ~as. !S2 y sgs.): una regla de Ja forn.1ª X1Y ..... XZY, ~nde X o Y (o ambos) pueden ser nulos. (En el componente ~ntá.ct1co h:iy que 1mPontr otras condiciones Yarias. entre ellas que A sea un <0!0_ slm~lo. cr. POSlAL, t964a, p4p. 9-17.) Una regla sintAclica de esta fomi3 3J'\ahu (1. e., d«eompone) "la fra.se de tipo A en una sccutncia de frases de tipo Z e!'.. tl ronlcxto X Y~· t \ dtear. e.stablccc que A t1tnt Ja variante o realiza ct0n Zen el contexlo citado. l_a notacicSn A-+ Z I X _ >' se Jtt: ..A se rescribe z en el conrex10 X _ y-.. -C. O.
'""°°"·
8
de una cadena terminal aplicando sucesivamente las reglas rescriturales de la gramática, empezando por la cadena #S#, hasta que Ja cadena final de Ja derivación consra sólo de formantes y, por tanto, no hay posibi· Jidad de seguir .RESC.RIBil!NOO. Si se impone sobre el sistema de reglas rescriturales varias otras condiciones ~, es fácil proporcionar un método sencillo para asignar un Ahormante único y apropiado a una cadena ter· minal, dada su derivación. As! que un sistema de reglas rcscriturales, spropiadamen1e restringido, puede servir como parte de una gramática generativa. Un conjunlo de reglas reserilurales no ordenado, aplicado del modo iJnprccisamen1e descrilo aquí (y descrito con precisión en otro lugar) se Uama gramática ahormacional • ('constituent structure grammar' o 'phrase structure grammar'). Se dice, además, que esta gramática es independien1e del contexto (o simple) si en cada regla de la forma (4) X e Y son nulos, de modo que las reglas se aplican independientemente del con1cx10. Como se hizo notar antcriormcnle (cap. 1, sec. 9 y n. 36), se ha estudiado bastanrc in1ensamen1e en los úllimos años las propiedades formales de las gramáticas abormacionales, y se ha mostrado 1ambién que casi rodas las tcorlas sintácticas no-trasformacionales des· arrolladas por la lingüíslica moderna, pura o aplicada, caen dentro de es1e encuadre. De hecho, csre sistema es, a lo que parece, Jo que está implícito en las gramáricas taxonómicas ("cstructuralistas") modernas, si se las reformuln como sisremas para presentar información grama· tical (pero véase la n. 30 del cap. ! ). La inadecuación de tales sistemas como gramáticas de las lenguas naturales me parece establecida f uera de duda•, y no discutiré aqul la cueslión. Parece claro que se puede presenlar de la manera más natural ciertos 1ipos de información gramalical por medio de un sistema de reglas rescriruralcs, y por tanto podemos concluir que las reglas res· crituralcs conslituyen parte de la ba.re del componente sinláctico. Además, supondremos que csras reglas están ordenadas en una secuencia lineal y definiremos una derivaci611 secuencial como una derivación formada por una serie de aplicaciones de las reglas en que se preserva esra ordenación. Supongamos, p. ej., que la gramá1ica consla de una secuencia de reglas R., .. ., R. y que la secuencia #S#, #Xd/., .. ., #X.# es una derivación de la cadena tenninal X •• Para que ésta sea una derivación se· cuencial, debe darse el caso de que si se usó la regla R' para formar la línea #X 1# de la línea que la precede, entonces no se puede háber osado • Para la recria de 13.S anmáticas abormac.ionalcs, \'~ase CUOMSKY, 1956, 1958 Y 1963. Le.ngua &honnacional es la aencrada Poi' una gramática ahormacional; r~glas, descripciont! ... ahormaciona.ks 500 lu asociadas con ¡nmátic1$ ahorma· CfOnaJe:s.~. 0.
66
CAP.
2:
C.~:TCOOllAS '(
R(;l.ACIONJ.q llN LA TEORIA STNT.4CTICA
ninguna regla Jt, (para k > i) paru formar una línea #X•# (para/ < j) de #X...#. Estipulamos ahora que Ja secuencia de reglas que constituye esta parte de Ja base genera sólo derivaciones secuenciales~. Para proporcionar un Ahormante como el de (3), Ja base debe contener la siguiente secuencia de reglas rescriturales: (5) (1) S - • FN'"'Aux'"'FV
FV..., FN -> FN..., Dcr ..
1he
Aux
PrcdiCGdo
1
1
FV
M
1
~
moy Vtrbo Principal ' puede'
Nociones funcionales
Pasando ahora a (211), podemos ver inmediatamente que las nociones implicadas están en una situación completamente distinta. La noción "Sujeto'', distinta de la noción "FN", designa una funci6n gramarical y no una categoría gramatical. Eo otras palabras: es una noción inherentemente relacional. Decimos, en términos tradicionales, que co (1) sincerity es un FN (no que es el FN de la oración), y que es (funciona como) Sujero.de la oración (no que es uo Sujeto). Hay que distinguir claramente las nociones funcionales, como "Sujeto", ''Predicado", de las nociones categoriales como •'Frase 11ominaJ•', ' Verbo", distinción que no debe ser oscurecida por el uso ocasional del mismo término para nociones de ambas clases. A<í que sería confundir las cosas el intentar 4
Objecto
1
1
siny media In relación [FV, S], entre the boy y friglllen the boy media la relación [FN, FV), y entre frigilte11 y frig/1te11 tlie boy media la relación [V, FVJ.
Supóngase además que proponemos las definiciones generales siguientes: (l 1) (1) Sujeto-de: [FN, S] (11) Predicado-de: [FV, SJ (t11) Objeto-Directo-de: (FN, FVJ (tv) Verbo-Principal-de: [V, FVJ En este caso, ahora podemos decir que respecto al Ahormante (3) generado por las reglas de (5), si11cerity es el Sujeto-de la oración sincerity may frigilte11 the boy y que friglrten tire boy es su Predicado, y que the boy es el Objeto-Directo-de la Frase Verbal frigll/en the boy y que frig/11 en es su Verbo-Principal •. Con estas definiciones, la información presentada en la representación redundante (6) es derivable directamente de (3), es decir, de la gramática (5) n1isma. Hay que pensar que estas definiciones pertenecen a la teoría lingüística general; en otras palabras, forman parte del procedimiento general para asignar a una oración una descripción estructural completa, dada una gramática (el procedimiento f de (121v), (13tv), (14tv) de la sec. 6 del cap. !). En ejemplos como los de (7), las funciones gramaticales serán tam• El paralelismo con el espaftol ei ca.si oomplcto (pero sinceridad exige tln Dcttrmina.:te y '' n/11.o p.i.cdc ir precedido del s.i¡.no objetival a). N6cese que.
\t'gún la deftnkión de (1J11). maular ~/ nilfo resulta Ptedicado de la oracióo p0rquc la n:¡la inicial de (5) « S - • FN + Aux FV. Cf. (l2v1) y (57r).-C. O.
+
70
CAl'.
2: CA'11100RIAS Y RrL!\CIONl!.$ tN LA 1'EOlllA SlNTACTJCA
bién dadas direclamentc por el sistema de reglas rcscrit11ralcs que generan los Ahormantes básicos que subyacen estas oraciones, aunque, en estos casos, estas funciones gramaticales no están representadas en las configuraciones de las cstrucluras pa1entes. Así, p. ej. (detalles aparte), la basis para (7a) contendrá Ahormanles básicos para las cadenas Bül persuaded Jalm ORACIÓN, loh11 le/1, y estos Ahorman1es básicos presen1an Ja información funcional semánticamente pertinente exactamente como en el caso de (3) •. Nótese que la misma función gramatical puede ser definida por varias reglas rescriturales diferenles de la base. Supóngase, p. ej., que una gramática tuviera que contener las reglas rescriturales:
"
~¡I
1
(12) (1) S -+ Adverbial"'FN"'Aux'"'FV (11at11rally, John will /eave 'naturalmente, Juan partirá'). (11) S -+ PN'"'Aux'"'FV (l ohn wil/ leave). (1 11) FV > V'"'FN (examine Bil/ 'examinar a Guillermo'). (1v) FV -+ V (leave 'partir'). (v) FV - > V,......FN'"'Oración (persuade Bi// 1ha1 J oh n le/t 'persuadir a Guillermo de que Juan partió'). (vt) FV -• Cópuln,......Predicado (be Preside11/ 'ser presi· dente'). (v11) Predicado > N (Preside nt). Entonces, Sujeto-de es definido tanto por (J) como por (ll), de modo que loh11 es Sujeto-de las oraciones que acompañan tanto a (1) como a (n); Objeto-de es definido tanto por (rn) como por (v), de modo que Bill es el Objeto-de las Frases Verbales dadas como ejemplos tanto en (111) como en (v); Verbo-Principal es definido por (1n), (IV) y (v), de modo que exami11e. /cave, prrs11ade son Jos Verbos-Principales de los ejemplos correspondientes. Pero nótese que "Presiden!" no es el Objeto-de John is President, si las reglas son como las de (12). Definiciones de esta especie eran las que se presuponía en la discusión de persuade y expect en la sec. 4 del cap. 1 ••. Nótese que la significación general de las definiciones de (11) depende del supuesto de que los símbolos S, FN, FV, N y V bao sido caracterizados como universales gramalicales. Volveremos a esta cuestión más adelante. Completamente al margen de esto, es probable que estas de•Es decir, al 1us1ituir Oraci6n en Alt1110 persuadid a 11,an ORACIÓN pot Juan st /ut mull~ (d~~s de las trasformaciones pertinentes, que implican, enlR< otras cosa$, el sub1unt1vo) }.{,.1110 ptrsuddl6 a Juan a qut st /11tra..--C. O. •: ~n las rcslas (~) y (v11), ..Predicado" no corresponde. como se ve, a la defi.n1ción de (1 J11). a lo que cabrfa llamar Atributo (t:n uno de sus sen· lidos). Presldt11tt no C5 el Objeto-de Jua11 t s prtsídtt1tt porque prui.dtnlt no es un Fl'--como requiere In ddini C-Humano Común -+ C-no Humano,
donde los símbolos "Pr·Humano··, "Pr-110 Humanot', ''C-Humano'' y "C-no Humano" no tienen relación alguna, y son tan distintos entre sí como los sín1b0Jos '"Nombre'', ·•verbo'', ''Adjetivoº y "Modal». En este sistema, aunque podemos formular fácilmente una regla que se aplique s61o a los Nombres Propios o sólo a los Nombres Comunes, la regla que se aplique a los Nombres Humanos tiene que ser formulada en
78
CAP.
2:
términos de las calegoríus (no relacionadas) Pr-Humano y C-Humano. Esto indica claramente que se pierde una generalización, ya que así esta · regla no sería más simple ni mejor motivada que una regla que se aplique a las categorías (no relacionadas) Pr-Humano y Nombres Absrrael()s, p. ej. A medida que se ahonda en el análisis, los problemas de este tipo se elevan hasta el punto en que indican una inadecuación importante en una gramática que consle sólo de reglas rcscriturales. Tampoco se supera esta dificultad, como se superan muchas otras, cuando añadimos reglas trasformacionalcs a Ja gramática. Formalmente, este problema es idéntico a uno bien conocido en el nivel de la fonología. Las unidades fonológicas están también ioterclasificadas en relación con las reglas fonológicas. Hay, p. ej., reglas que se aplican a las consonantes sonoras (b], [z], pero no a las consonantes sordas (p], Is), y hay otras reglas que se aplican a las continuas [s], [z], pero no a las oclusivas [p), [b], y así sucesivamente. Por esta razón es preciso considerar que cada unidad fonológica es un conjunto de rasgos distintivos, y diseñar el compooenie fonológico de manera que cada regla se aplique a todos los segmentos que contengan un cierto rasgo o constelación de rasgos. la misma solución se ofrece en el caso del problema sintácüco que estamos arrostrando, y es éste el método-de-tratar-el-problema que voy a elaborar aquí. Antes de pasar al uso de los rasgos en el nivel sintácüco, reconsideremos brevemente la manera de operar el componente fonológico (cf. HAL LE, J959a, 1959b, 1962a, 1964, paro. discusión de este problema). Cada formante léxico se .representa como una secuencia de segmentos, siendo cada segmento un conjunto de rasgos. En otras palabras: cada formante está representado por una matriz de rasgos disli11tivos en ta que las columnas representan segmentos sucesivos y las filas rasgos concretos. Un elemento en la columna del lugar i y en la fila del Jugar j de esa matriz indica cómo está especificado el segmento del lugar i con respecto al rasgo del luga r j. Un elemento concreto puede indicar que ese segmento está inespecificado respecto a ese rasgo, o que está positivamente especificado con respecto a ese rasgo, o que está 11ega1ivame11te especificado con respecto a ese rasgo. Decio1os que dos segmentos son distintos sólo en el caso de que uno esté positivamente especificado c~n respecto a un rasgo respecto al cual el otro está negativamente especificado, y más generalmente, que dos matrices con el mismo número de columnas son distintas si el segmento del lugar i de una es distinto en este sentido del segmento del lugar i de la otra, para algún i. Supóngase que (18)
A
->
2. ASPtCTOS DI? LA ES'l'ltUCTURA LATE.NTB
C.\Tl!.GOl\l+\S Y RPl.ACIO:iiES J;:;"'( TA •1l!ORIA Slm'AC'flCA
ZIX _
Y
79
es una regla fonológica, donde A, Z, X e Y son matrices, y A y Z son, además, segmentos (matrices con una sola columna). Esta es la forma característica de una regla fonológica. Diremos que ta regla (18) es aplicable a cualquier cadena WX 'A'Y'V, donde X ', A', Y' son matrices con el mismo número de columnas que X, A, Y, respectivamente, y X'A'Y' no es distinto de XAY (en realidad, son necesarias cualificaciones que no vienen aquí al caso; cf. CHOMSKY & HALLS, 1966, para más discusión). La regla (18) convierte la cadena WX'A'Y'V en Ja cadena WX'Z'Y'V, donde Z' es el segmento que consta de las especificaciones-de-rasgos de Z junto con todas las cspccificacioncs-de-rasgos de A' para rasgos respecto a los que Z está inespecificado. Como ilustración de algunas de estas nociones, consid~rese esta regla fonológica: {19)
!+continuo] - • !+sonoro] / _ [+sonoro]•.
Esta regla convertirá [sm] en (zm], [fd) en [vd], [ig] en [ig], etc., pero no afectará [st] o [pd], p. ej. ••. Estas convenciones (que pueden ser simplificadas y generalizadas de maneras que aquí no vienen al caso) nos permiten aplicar reglas a cualquier clase de segmentos especificados por una combinación de rasgos dada, y así hacer uso de la ioterclasificación de segmentos que la representación-por-medio-de-rasgos provee. Estas nociones pueden ser adaptadas sin cambio esencial a la representación de las categorías léxicas y de sus miembros, dando así una solución muy natural al problema de la interclasificación y al mismo tiempo, contribuyendo a la unidad general de Ja teoría 'gramatical. Cada formante léxico llevará asociado un conjunto de rasgos sintácticos {p. ej., boy tendrá los rasgos sintácticos !+Común], l+ Humaoo), ele.). Además, los símbolos que representan categorías léxicas (N, V, etc.) serán analizados por las reglas en simbo/os complejos, siendo cada símbolo complejo un conjunto de rasgos sintácticos especificados, lo mismo que cada segmento fonológico es un conjunto de rasgos fonológicos especificados. Así, p. ej., podríamos tener las reglas gramaticales siguientes: (20) (1) N -+ [+Nombre, :!:Comúnl (11) [+Común) • [:!:Contable] (ru) !+Contable] ... [±Animado) •E~ decir, ~·+ con1inuo se rcscribe +sonoro en el conlc.ltO _ +sonoro.. ros).-C. O.
'
CAP.
80
2:
CA1100A.IAS Y
± Abstracco . do - A n1ma (IV) L+Animado] -+ (: Humano]
(rv) [-Común] .... [::t:Animado) (v) 1+Animado) -> [±Humano) (vi) (-Contable) • [±Abstracto]
(ne) [ - C onca bl el ->
Interpretamos la regla (201) como Ja aserción de que el símbolo N en una linea de una derivación ha de ser reemplazado por uno de los dos sínibolos complejos C+N. -+Común) o C+ N, -Común]. Las reglas (20n-201v) operan según las convenciones para las reglas fonológicas. Así, p. ej., la regla (2011) establece que cualquier símbolo complejo Q que está especificado ya como [+común) ha de ser reemplazado por el símbolo complejo que contiene iodos los rasgos de Q junto con una de estas especüicacioncs: o C+ Conlable] o [-Contable). Lo mismo ocurre con las otras reglas que operan sobre símbolos complejos. El efecto total de las reglas de (20) puede ser representado por el diagrama ramificado (21)
+ Animado
Abstracto
Humano
+~-
+~
+A -
/'....._
+/
boy 'niño'
,
~ Egypl
Animado
HUO"lano ~
book. _'libro'
, -
81
lthLACIONE8 EN LA TEORIA Sl.N'l'ACTICA.
vir/uf 'virtud'
entable por un diagrama ramificado de este tipo. Asi, p. ej., las categorías definidas por las reglas (20) son también definidas por las reglas (22), pero en este caso no hay diagrama ramificado que las represente: (22) (1) N ~ [ + N, + Animado, :!:Común] (11) (+ Común) -+ [::t: Contable]
r
J
Si requiriéramos represcncabilidad en un diagrama ramificado como condición formal de estas reglas, habría que excluir (22). En este caso, las reglas podrían ser representadas tanto en la forma (21) como en la forma (20). De todos modos, con reglas de este tipo (que introducen y elaboran símbolos complejos) podemos desarrollar el conjunto de categorías léxicas completo. 2.3.3.
Estn1c111ra gtntrol de Ja base.-Ahora modificamos la des-
cripción de la hase presentada anteriormente, y ejemplificada en (5), de la siguiente manera: Además de reglas rescriturales aplicables a los símbolos categoriales y que en general implican ramificación, hay reglas rescriturales como las de (20) que se aplican a símbolos de categorías léxicas y que incroducen u operan sobre Símbolos complejos (conjuntos de rasgos sintácticos especificados). La gramática no contendrá ahora r~glas como las de (511) que incroducen los formantes que pertenecen a categorías léxicas. En vc2 de esas reglas, la base de la gramática contendrá un lexic611, que es oimplcmente una lista inordenada de todos los formances léxicos. Más prcci~nmence, el lexicón es un conjunto de artículos léxicos ('lexical cntries'), siendo cada artículo léxico un par (D, C), donde D es una matriz-de-rnsgos-p. pies. 5·1.-C. O. CffO>dltY.-6
••
82
CAP. 2: CATl!OORIAS V Rrl AC'.'IONFS t.N LA TI:ORIA SJNTAClJC.\.
terminal se forma de una cadena preterminal insertando un formante léxico según la regla léxica siguiente: Si Q es un símbolo complejo de una cadena preterminal y (D, C) es un a rticulo léxico, donde C no es distinto de Q. entonces Q puede ser reemplazado por D. Ahora extendemos la noción fundamental es un que relaciona las cadenas con las categorfas--p. ej., thc boy es un FN en (3}-del siguiente modo: Decimos que en la cadena terminal formada reemplazando el símbolo complejo Q por el formante D del artículo léxico (D, C), el formante D es 1111 [aF] (lo que es lo mismo, es dominado por [aFD si [aF] es parte del símbolo complejo Q o del sfmbolo complejo C, donde n es o + o - y F es un rasgo (pero cf. n. 15). También extendemos la noción general Ahormante de manera que el Ahormaote de una cadena terminal contenga tambi~n la nueva información. Con esta extensión, un Ahormante ya no puede, naturalmente, ser representado por un diagrama arbóreo, como antes, puesto que tiene una "dimensión" adicional al nivel de la subcategorización. Como ejemplo concreto, considérese una vez más la oración sincerity may frigltte11 tite boy [=( l)]. En vez de la gramática de (5) tenemos ahora una gramática que contiene las reglas ramificantes {51), que repito aquí como {23), junto con las reglas de subcatcgorización {20), que repito como (24), y que contiene un lexicón con los artfculos de (25). Hay que entender, aquí y más adelante, ·que Jos elementos en cursiva representan matrices-de-rasgos-distintivos-fonológicos, es decir, "graffas" de los formantes.
'2.
83
ASl'tCTOS Oli l,A 1151 RUC'I UkA LA'í 1!.N1 H
~~~~~--=--=~
(25) (sincerity, C+N, -Contable, +Abstracto]) (boy, [ 1 N, +Contable, +Común, +Animado, +HUDJano]) (may, C+M]) •. Diremos más acerca de estas reglas y artlculos léxicos más adelante, y todavía sufrirán una revisión significativa. Estas reglas nos permiten generar la cadena pretern1ioal (26) [+N, -Contable, + AbstractorM'""Cí'tlrr{ + N, + Contable, + Humano], donde Q es el símbolo complejo en el que V es analizado por las reglas que discutiremos a concinuación. La regla léxica (que, por ser perfectamente general, no tiene que ser expresada en ninguna gramática; en otras palabras, constituye parte de la definición de "derivación") nos permite ahora insertar sinctrity en lugar del primer símbolo complejo y boy en lugar del último símbolo complejo de (26) y, como veremos,
s
(27)
FN 1
Aux
1
N
M
C-Ccntabt• JC+Ccm~nl
moy
.........--....
C+Ab~ srnc•ríly 'sintQridod'
1
'pJtdt 1
--------FV
FN
V
1
a
Ott
1 .1 frlghl•n th•
'asustar'
'el'
N ...............
lf:;;d
(+ContabtelC+Ccmúnl
(+Animado]
[+Hu~onol
boy 1
(23) S -+ FN'"'Aux'""FV FV -+ V'"'FN FN -+ DerN FN -+ N Det -> the Aux -+ M (24) (1) N -+ [+Nombre, '±:Común) (11) r+común] • [±Contable] (rr1) [+Contable) • (±Animado) (rv) [-Común) • [ ±Anin1adoJ (v) I +Animado) "" (:::Humano] (v1) [-Contable] • [±Abstracto)
niño1
insertar frigltte11 en lugar de Q (y may en lugar de M; cf. o. 9). Con excepción de fri¡¡lrten, Ja información dada en (2) acerca de la oración (1) es ahora proporcionada explícita y totalmente por el Ahormaote generado por la gramática que consla de las reglas (23), (24) y el lexicón {25). Podemos representar este Ahormante de la forma que muestra (27). Si el lexicón incluye información específica acerca de los elementos léxicos que aparecen en (26), esta información aparecerá también en el Ahormante, representada en términos de rasgos que aparecen en el Ahormante en una posición dominada por las categorías léxicas N y V y dominando el formante en cuestión. • &ta! especiricaciOnel pueden servir para sinctridad y niño, rcspcc:tivamente. ffi1 texto inaJts da 1-Countl p:ira boy, trrata evidente. CT. (26).-C. O.
84
1
• •
1
•
CAP .
2:
C:A 1 P.(i0RIA S Y MI 1 i\('10~1 S l.N LA 1'~011. IA SINTACTICA
Dado este Ahormantc, podemos derivar toda la información (21) y (2111), que se refiere a Ja asignación de subcadenas a las categorías, en términos de la relación es 1111; y la información funcional (211) es derivable del Ahormantc de la manera descrita en la sección 2.2 •. En el capítulo 4, sección 2, volveremos sobre cuestiones relativas a la formulación adecuada de artículos léxicos. Sin embargo, podemos ver inmediatamente que separar el lexicón del sistema de reglas rescriturales Ueva consigo numerosas veoiajas. En primer lugar, · muchas de las propiedades gramaticales de los formantes pueden ser ahora especificadas directamente en el lexicón asociando los rasgos sintácticos con los formantes léxicos, y por tanto no tienen que ser representadas en absoluto en las reglas rescrituralcs. En particular, pueden ser tratada~ de este modo propiedades morfológicas de varias clases-p. ej., el que elementos léxicos sean miembros de clases derivacionales (clases declinaciooalcs, verbos fuertes o débiles, adjetivos nominalizables, etc.) -. Como muchas de esas propiedades son del todo inaplicables al funcionamiento de las reglas de In base y son, además, sumamente idiosincráticas, se puede simplificar mucho la gramática si se las excluye de las reglas rescriturales y se las enumera en los articulas léxicos, a los que pertenecen naturalmente. O, volviendo a (2111), nótese que ahora es innecesario usar reglas rescrituralcs para clasificar los verbos T ransitivos en los que permiten y los que no permiten Delcción del Objeto • •. En su lugar, los articulos léxicos para read 'leer', eat 'comer', por una parte, y frighren 'asustar', keep 'guardar', por otra, diferirán en la especificación del rasgo sintáctico particular de Deleción del Objeto, que no es mencionado en absoluto en las reglas rescriturales. La regla trasformacional que dele Objetos será aplicable ahora sólo a aquellas palabras especificadas positivamente respecto a este rasgo, estando ahora contenida esta información en el Ahormantc de las cadenas en que las palabras aparecen. Cualquier intento de construir una gramática cuidadosa revelará en seguida que muchos formantes tienen caracteristicas gramaticales únicas O casi únicas, de modo que la simplificación de la gramática que así se puede llevar a cabo será ciertamente sustancial. En general, todas las propiedades de un formante que son esencialmente idio1incr:lticas serán especificadas en el lexicón 1e. En particular, • La relación ..es un (miembro de la ca1caorí1)" define la nocióa de Analiz.abi·
lidad (q. v. en el Rcaislro 1lfaW1ico). Los elementos dominados pOr uo nódulo A son
o consliluycn un A. Fn (23), p. ej., v--FN (asustar ~I niño, pongamos por caso) es un FV. cr. CllOOISl{Y 81. Mu Lll, 196), póg. )01.-C. o. •• Tambi~n en cq>aik>I los verbos ll'tr, cqm~r. ele., permiten Deleci6n del Qb. jeto: &16 cotnitndo airo o, ¡implemente, r.stá cQ111i~ndo; utá pescando (P«ts), ctdlcra.-C. O.
el artículo léxico debe especificar: (a) aspectos de la estructura fonética que las reglas generales no pueden predecir (p. ej., en el caso de bee 'abeja', la matriz fonológica del artículo léxico especificará que el primer segmento es una oclusiva labial sonora y el segundo una vocal aguda, pero no especificará el grado de aspiración de la oclusiva o el hecho de que la vocal es sonora, tensa e irredondeada) "; (b) propiedades aplicables al funcionamiento de las reglas trasformacionales (como el ejemplo del párrafo anterior, y muchos otros); (e) propiedades del formante aplicables en la interpretación semántica (es decir, componentes de la definición del diccionario); (d) rasgos léxicos que indiquen las posiciones en las que se puede insertar (por medio de una regla léxica) un formante léxico en una cadena preterminal. En suma, contiene información requerida por los componentes fonológico y semántico de Ja gramática y por la parte trasforniacional del componente sintáctico de la gramática, as! como información que determina la colocación adecuada de los articulos léxicos en las oraciones y, en consecuencia, por implicación, el grado y manera de aberración de las cadenas que no son generadas directamente (véase la sec. 2.3. 1 y el cap. 4, sec. 1.1). Nótese, de paso, que los rasgos léxicos puramente semánticos constituyen un conjunto bien definido en una gramática dada. Un rasgo pertenece a este conjunto sólo en el caso de que no apa rezca en ninguna regla del componente fonológico o del sintáctico. Esto puede ser importante para la teoría de la interpretación semántica (véase KATZ, 1964b). Es importante observar que el s istema de la base no es ya, hablando estrictamente, una grnmática ahormacional. Como quedó descrita informalmente en la sección 2.3. l y más cu idadosamente en las referencias ali( citadas, una gramática ahormacional consta de un conjunto inordenado de reglas rcscrituralcs, y asigna una descripción estructural que puede ser representada como un diagrama arbóreo con nódulos rotulados por los símbolos del vocabulario. Esta teoría formaliza una concepción de la estructura lingüística que es sustantiva e interesante, y que ha sido muy inftuycnte durante medio siglo por lo menos, a saber: la concepción taxonómica según la cual la estructura sintáctica es determinada exclusivamente por operaciones de segmentación y clasificación (véase In see. 2.3.1; CllOMSKY, 1962, y POSTAL, l 964a). Desde luego, nos hemos apartado ya de esta teoría al suponer que las reglas rescriturales se aplican en una secuencia-prescrita para generar un conjunto restricto de cadenas (de la base) y no para' generar libremente d conjunto de las oraciones reales completo. Esta modificación restringía el papel de la gramática ahormacional. Pero el introducir símbolos complejos constituye 01ra dcs,iación radical rc. (+Y, ±Progresivo, + Transilivo, ± Abstracto-Sujeto, ±Animado-Objeto] El problema está en que un caso del símbolo categorial V puede ser reemplazado por el símbolo complejo que contiene el rasgo [ + Transitivo] sólo si está en el entorno_ FN. De manera semejante, el Verbo puede ser especificado positivamente para el rasgo [Suje10-Abstracto) sólo si está en el entorno (+Abstracto) ... _; y puede ser especificado positivamente para el rasgo [Objelo-Animado) sólo si está en el entorno _ ... [+ Animado); y lo mismo en el caso de lodos aquellos rasgos 16xicos que están implicados en la formulación de restricciones contextuales. Por tanto, los rasgos [Transitivo), [Sujeto-Abstracto), [ObjetoAnimado) deben ser introducidos por reglas rcscriturales res1riogidas respecto al contcx10, distintas de las reglas independientes del contexto (22) que subcategorizan a los Nombres 19 • Como primera aproximación, para el análisis de V podemos considerar reglas del 1ipo siguiente: (29) (1) V (tt) V
> f+V, + Transitivo] / _ FN -+
!+V, - Transitivo) / _ #
(30) (1) C+VJ ..., C+!+Abstracto]-Subjeto) / [+N, +Abstracto) Aux_ (11) f+VJ -• f+[-Abstracto]-Subjcto] I l+N, -Abstracto] Aux_
CAr.
88
•'
•
("ATí;.OOR I A~
Det C+N, +Ani-
mado] (tv) C+ VJ -+ C+l-Animado]-Objeto] I _ mado)
Det C+N, -Ani-
Ahora podemos introducir las convenciones ordinarias para expresar generalizaciones en el caso de las reglas rescriturales dependientes del contexto como (4), (29), (30) (d., p. ej., OtOMSKY, 1956, Appendilt; cf. la sec. 7 del cap. 1, para la discusión del papel de estas convenciones en la teoría lingllística), en particular Ja con,'cnción de que
x, _ y,
(31)
A
-+
Z 1
.
x._Y.
•
1
V ltl 1 /\C'ION I S llN 1.A TEORIA S INTAC1'1CA
1-t V) - [+l+ Animado]-Objeto] / _
(111)
•
2:
es una abreviación de la secuencia de reglas (32) (1) A -+ Z/X1 _ Y1
f
(n) A ...
z¡x. _y,
y otras convenciones relacionadas bien conocidas. Estas nos permiten rcformular (29) y (30) como (33) y (34), respectivamente: (33) <1> } (11)
I+Transitivo)/_ FN { [- Transitivo]/_#-
[+VJ -+
[+[ + Abstracto]·Subjeto)/ l+N, +Abstracto] Aux _ [+C-A bstracto]..Sujeto)/ C+N, - Abstracto) Aux_ [ +I +Animado]-Objeto)/ _ Dct l+N, +Animado] [+C-Animado)..Qbjeto]/ _ Det [ +N, -Animado]
(34) (1) (11) (111)
(IV)
l f
v -+ c+v•
2. ASl•flC-TOS QP 1 A US1'JlUC1.UltA LATENTE
89
(viejo)',
feel (sad) 'sentirse (triste)'], -Nonúnal Predicativo (become (presidenr) 'llegar a ser (presidente)'], -1ike Nominal Predicativo [look (like a nicc person) 'parecer (una buena persona)', act (like a fool) 'obrar (como un tonto)'], _ $' [tltink (tltat !te will come) 'pensar (que vendrá)' believe (it to be 11nlikely) 'creer (que sea improbable)'), donde S' es una variante de una oración, -FN S' (persuade (John that it is unlikdy) 'persuadir (a Juan de que es improbable)') (omitiendo
ciertas refinaciones) • . En otras palabras: el esquema para la descripción que hemos desarrollado en lo que precede no nos permite todavla formular los procesos reales que operan en la determinación de la forma de las oraciones. En el caso que consideramos, hay un coojunto de reglas numeroso--de las cuales (34) menciona sólo cuatro-que, en definitiva, asigna rasgos del Sujeto y del Objeto al Verbo, de manera parecida a las reglas de concordancia en muchas lenguas; y hay también muchas reglas-de las cuales (33) sólo presenta dos-que imponen una subclasificación sobre. la categoóa verbo en términos del conjunto de contexturas en que esta categoría aparece en el momento de una derivación en que va a ser subcategorizada. Estas generalizaciones no son expresables en términos del esquema para la descripción gramatical que hemos desarrollado hasta ahora, inadecuación que se revela en Ja redundancia y chapucería de Jos sistemas de reglas de los que (33) y (34) son muestras. La dificultad que arrostramos puede verse fácilmente comparando las reglas (34) con el conjunto hipotético (35): (3S) (1) (n)·
(111) (1v)
[+V] ....
[+R1]/ (+N, + Abstracto] Aux_ [ + R;]/( + N, - Abstracto] Aux_ C+ R1]/-Dct C+N, +An imado] (- R1J/-Det (+N, - Anioiado)
donde R1 y R: son ciertos rasgos sintácticos. Reglas como la (34) seleccionan sistemáticamente el Verbo en términos de la elección de Sujeto y Objeto, mientras que las reglas (35) determinan la subcategorización de los Verbos de manera esencialmente azarosa en términos de la elec• Recuérdese que c,ada uno de estos entornos conslituyc un solo simbolo
(cr. n. 22). El paralelo cspaftot &encral es obvio: no todos los verbos preceden
Salta a la vista que las reglas (33) y (34), aunque formalmente adecuadas, son muy chapuceras y dejan inexpresadas importantes generalizaciones. Esto se hace todavfa más obvio cuando observamos que junto a (34) hay otras muchas reglas de la misma especie; y que junto a (33) hay reglas que especifican otras varias opciones de subcategorías de Verbos, p. ej., en entornos como : -Adjetivo [e. g., grow (old) 'hacerse
Adjetivos (como es cJ caso de partc~r 1 l~Jo) o Nominales Predicativos [precedidos. (obró rontq un tonto) o no (stmf!/O UIUJ montaña) por como) en Oraciones (con posibilidod de Objcto·Dit'CC'Co Nominal (penuadi6 o Juan d~ que es improbable) o no (creo que es i1nproboble)), cte. También u obvio que las propiedades sin· tácticas de cada uno de los verbos no siempre coinciden en inglés y en español: c. &.~ llegar o ser es ser precedido de un auxiliantc: c1 se de hocene, st:ntine. pq-. nerse, no aparece en in&)é1: las coos1ruccions ingksas no requieren el subjunti· \10, CIC.--C'. 0.
•
•
1 90
CAP.
2:
ción de Sujeto y Objeto. Sin embargo, el sistema (34) oo es, eo nuestros términos de ahora, más al!ameme valorado que (35); de hecho, Jo opuesto ocurriría en este caso si las convenciones notacionales que nos son familiares son aplicadas para evaluar estos sistemas. En otras palabras: la generalización lingüísticamente significativa que subyace (34) no es expresable dentro de este encuadre, que resulta, por tanto, inadecuado (en este caso, al nivel de adecuación explicativa) . Consideremos cómo se puede desarrollar una expresión de estos procesos más natural y reveladora. Obsérve.e que la especificación (+ Transitivo) puede ser considerada como una simple notación que indica aparición en el entorno FN. Una notación más expresiva seña simplememe el símbolo "-FN" mismo '"· Generalizando, permitamos que ciertos rasgos sean designados en la forma [X_ Y], donde X e Y son cadenas (quizá nulas) de símbolos. En adelante los llamaremos rasgos co11text11ales. Consideremos los Verbos Transiti\os como especificados positivamente para el rasgo contextual [-FNJ, Verbos Pre-Adjetivales como grow, feel, como especificados positivamente para el rasgo contextual (_Adjetivo], y as! sucesivamente. Tenemos entonces una regla general de subcategorización en el sentido de que un V erbo está eJpe-
• 1•
'
ci/icado positivllmente con respecto al rasgo comextual asociado co11 el co111exto e11 el que aparece. As! que introducimos la notación
(36) A -> X,....,SC...-..Y /Z _ W,
,,
como abreviación de In regla rescritural (37) A -> X ,....,[+ A, +Z- IV),...., Y/Z_ fV,
donde "SC" represento "símbolo complejo". Utilizando las convcocio· nes gráficas de las llaves, tenemos ahora
¡
(38)
Z1 -:--
w,
/ z.~ w. como abreviación de la secuencia de reglas (39) A
91
CA1'1 OOKIAS V ltl 1 AC'IONFS l:N LA TCORIA SINTACTICA
• X ,....,[+ A ,
+z1 _
IVi),....,Y/Z1 _
W1
La notación introducida en (35) nos permite expresar el hecho de que un conjunto de contexturas en que aparece el símbolo A impone una subclasificación correspondiente sobre A, correspondiendo una subdivisión a cada contexto enumerado. As! en el caso de la subclasificación del Verbo tendremos, en vez de (33), la regla (40) como una aproximación mejor: (40)
FN
,,..
Adjetivo Nominal-Predicativo /ike,....,Nominal-Predicativo V -> SC/_ Frase· Preposicional 111ars·
FN íoroct,....,N)S' etc.
El lexicón contendrá ahora los elementos (41) eat, C+V, + - FN] 'comer' elapse, [+V, + #) 'trascurrir' grow, (+ V, + _ FN, + _ #, + - Adjetivo) "crecer' become, l+ V, +_Adjetivo,+- Nominal-Predicativo) 'llegar a ser' seem, !+V, + - Adjetivo, + _ like,....,Nominal-Prcdicativo]
'parecer' look, !+ V, + (Frase-Preposicional) # , + - Adjetivo, + _ /ike,....,Nominal-Prcdicativo] 'semejar' believe, C+V, + - l"'N, + _ that,....,S'] 'creer' persiwde, C+ V, + _ .FN (o('"'Det""'N) S'] 'persuadir' y así sucesivamente ,.. Las reglas (40) suplementadas pot el lexicón (41) permitirán expresiones como Jo /111 eats food 'Juan come comida', a week elapsed 'una semana trascurrió', John grew a bear 'Juan se dejó la barba', Joh11 grew 'Juan creció', John grew sad 'Juan se entristeció', l ohn became sad 'Juan se puso triste', l o/111 became presúient 'Juan llegó a ser presidente', l ohn seems sad "Juan parece triste', John seems /ike a 11ice fellow 'Juan parece buen chico', lolm /ooked 'Juan miró', John looked at Bill "Juan miró a Guillermo', Jolm Iooks sad 'luan parece triste', Jolm looks /ike a 11ice fellow 'Juan parece buen chico', Jolm believes me 'Juan me cree', Jolm believes 1hat il is unlikely ºJuan cree que es improbable', Jo/111 pers11aded Bill t/1at we sho11/d leai•e 'Juan persuadió a Guillermo de qlic nos fuéramos", Jolm perStuuled BiU
•
2.
C,.\P, 2: C.'i1 1CORI-'"' Y M.1 1 ACIOl"ll'!.S EN LA Tt.ORIA SINTACTICA
of 1/re necessily for 11r 10 /eave 'J unn persuadió a Guillermo de la necesidad de que nos fuéramos' •. Vemos que con una ligera extensión de las notaciones convencionales el uso sistemático de los símbolos complejos permite una formulación relativamente simple e informativa de uno de los procesos básicos de subclasificación. Podemos usar el mismo medio notaciooal para expresar los tipos de restricciones seleccionalcs expresadas en reglas como la (34}, que asignan rasgos del Sujeto y Objeto al Verbo. Asi podcm05 reemplazar (34) por las reglas
(42) (t) ~
.
(11)
1
1
(tll) (tv)
• Cf. s11pra (1ex10 y n. 1$). Comma11d, drop. look, grow•.. no tienen paralelo crt ~P3ñOI. Grow, p. t-j., puede corr~$panJcr (so1o o combinado) a los verbos de J11an crttei6~ Juan st ~ntrlst~i6, Juon St dt;d la barba, Juan co.uclt6 maíz. ctcélcra.-C. O.
93
en términos de un cieno conjunto de contexturas en que aparece. Pero deja sin expresar el hecho de que coda contextura en la que V aparece, e11 el FV, es pertinente para la subcategorización estricta de V, y el hecl10 adicional de que ni11guna contextura que 110 es parte del FV es pertinente para Ja subcategoriz.ación estricta de V. As! el simbolo FV dominará cadenas tales como las siguientes, en derivaciones generadas por reglas rescriturales de la base: ( e/apse 'trascurrir') (bring the book 'traer el libro') FN that-S (persuade Jolm thol there was no hope 'persuadir a Juan de que no había esperanza') Frasc-Prcp (decide on a 11tw course of actwn 'decidir un nuevo curso de acción') Frase-Prcp Frase-Prep (argue with Jo/111 about 1he plan 'discutir con Juan sobre el plan') Adj (grow sad 'entristecerse') like Nominal-Predicativo (fee/ /ike a 11ew 111011 'sentirse otro hombre') FN Frase-Prcp (save the book for l o/in 'guardar el libro para Juan') FN Frasc-Prep Frase-Prep (rrt1de the bicycle to lolm for a 1e1111is racket 'cambiar n Juan la bicicleta por una raqueta de tenis')
(43) (1) V (11) V FN
(tu) V
} [-..Abstracto] Aux_ l+VJ _, SC/ [-Abstracto] Aux_ -1)et [+Animado] _ Oet (-Animado]
donde ahora [[+Abstracto] Aux_] es el rasgo denotado en (34) como U+Abstractol-Sujeto], cte. La convención ootacional (36)-(37) muestra en qué respecto un sistema de reglas como (34). pero no (35). expresa una generalización lingUfsticamentc significativa. Las reglas de (40) y (42) analiLao una categoría en un símbolo complejo en términos de la contextura en que esta categona aparece. Las reglas difieren en que en el caso de (40) la contextura se expresa en términos de símbolos categ9riales, mientras en el caso de (42) la contextura se expresa en térm inos de rasgos sintácticos. A las reglas como· (40). que analízan un sfmbolo en términos de su contexto categorial, les llamaré en adelante reglas de s11/Jcategorizaci611 estricta. A las reglas como (42). que analizan un símbolo (generalmente, un símbolo complejo) en términos de rasgos ~intácticos de las contexturas en que aparecen, les llamaré reglas seleccionole.r. Estas expresan lo que ordinariamente se llama " restricciones seleccionales" o " restricciones de co-aparición". Veremos más adelante que hay diferencias sintácticas y semánticas importantes entre las reglas de subcategoriz.ación estricta y las reglas seleccionales, tanto respecto a la forma como respecto a la función, y que, por tanto, ésta puede ser una distinción importante._ Tanto en el caso de las reglas de subcategoriz.ación estricta (40) como en el de las reglas scleccionales (42), hay aún generalizaciones más hondas que no están expresadas todavla. Considérese primero el caso de (40). Este conjunto de reglas impone una categorización sobre el símbolo V
ASPncTOS 013 1 A J S'rRUCTUJt!\ LATENTE
(tv) V
(v) V
(vt) V (v11) V (vnt) V (tx) V
Y así sucesivamente. Correspondiendo n cada cadena dominada por FV, hay una subcategoriz.ación estricta de los Verbos. Por otra parte, los Verbos no están subcatcgorizados estrictamente en términos de los tipos de FN Sujetos o del tipo de Auxiliar, a lo que parece •3 • . Esta observación sugiere que en un cierto punto de la secuencia de reglas rescriturales de la base, introducimos la regla que subcategoriza estrictamente los verbos, de la siguiente manera: (44)
V ... SCJ
-ª· donde a es una cadena tal que Va es un FV.
• Cf. mi nota a (?). En cuan10 a ICh ejemplos de Ja n. 23. 1én¡asc en cuen13 qlle lo mual es decir t>n t'SI~ inslanlr si (no ~ctoy sobltndo) la respuesta y (~n estt i1Uto11tt) ntoy co111itndo (aunque .ca pm.iblc c01t10) la 1twn¿a11a.-C. O.
¡
95
CAP, 2: CATfCiORIAS Y RIJLACIONLS liN LA TEORlA Sl N'rACTICA
2. ASf'FCT0$ l)R. LA f1STRUC1.U RA 1 ATe,,,.F.
E l esquema reglar (44) expresa la generalización real que derermina la caregorizacióo cstrict.a de los Verbos en términos del conjunto de contexturas sintácticas en que V aparece. Hemos discutido el problema de formular las generalizaciones que subyacen realmente las reglas de subcategorización estricta (40), y presentado informalmente un medio que lograrla este result.ado. Faltan por considerar las reglas selec:cionales, de las cuales (42) presenta una muestra. Aquí también es evidente que hay generalizaciones lingüísticamente significativas que no están expresadas en las reglas en la forma dada. Así las reglas (42) no hacen uso del hecho de que cada rasgo sinctáctico del Sujeto y del Objeto impone una clasificación correspondiente sobre el Verbo ••, no sólo ciertos rasgos elegidos arbitrariamente. Una vez más se requiere una cierta extensión de los medios not:icionales para formular reglas de manera que la medida evaluativa opere correctamente. En este caso, el modo más natural de formular las generalizaciones subyacentes serla mediante esquemas reglares como
A l final de la sección 2.3.3 señalamos que un sistema de reglas rescriturales que usa símbolos complejos ya no es una gramática abormacional (aunque no difiere de ella en capacidad generativa débil), sino más bien una especie de gramática trasformacional. Los esquemas reglares (44) y (45) adoptan todavía más claramente el carácter de reglas uasformacionales. Las reglas de este tipo son esencialmente de la forma
94
(45) !+VJ-+ SC/ {
a~~-;
1 donde a es un N,
siendo a una variable que ABARCA ('ranges over') rasgos especificados. Consideramos que estos esquemas abrevian la secuencia de todas las reglas derivadas de (45) reemplazando a por un símbolo que cumpla la condición expresada, a saber: ser dominado por N (con cierta ordenación al parecer sin importancia). Las reglas a breviadas por el esquema (45) establecen, simplemente, que cada rasgo del Nombre precedente y siguiente es asignado ni Verbo y determina una subclasificación seleccional apropiada a él. Asf, si en la regla (45) aparece en la secuencia de reglas de la base después de las reglas (20), entonces cada uno de los rasgos léxicos introducido por las reglas de (20) determinaría una subclasificación correspondiente del símbolo complejo [+V]. los esquemas reglares (44) y (45) tratan de una situación en que un elemento (en este caso, el Verbo) es subcategorizado en términos de los contextos en que este elemento aparece, donde estos contextos cumplen todos cierta condición sint:lctica. En todos los casos se perdería una importante gcnerali1ación si los contextos pertinentes fueran meramente enumerados. La tcor!a de la gramática dejaría sin expresar el hecbo de que una gramática es, evidentemente, más ali.amente valorada si la subcategorización viene determinada por el conjunto de contexros que es definible sintácticamente. Los ejemplos que acabo de dar sul!iercn el sentido apropiado de "definible sintácticamente". Dar razón precisa de "definible sintácticamente" dentro del encuadre de la gramática rrasformacional es sumamente fácil.
(46) A
-+
SC/ X _ Y, donde XAY es analizable como Zi, ... ,
z.,
donde la expresión '"X es analizable como Y1, ..., Y·" significa que X puede ser segmentado en X = Xi, ... , de tal manera que es dominado por Yo, en el Ahormante de la derivación en construcción. Analizabilidad, en este sentido, es el predicado básico en cuyos términos se desarrolla la teoña de la gramática trasformacional (véase CllOMSXY, 1955, 1956, y muchas otras referencias). Asl, p. ej., a menudo podemos reformular esas reglas por medio de corchetes rotulados (considerándolos como toados en el CUl'$O de la derivación), o permitiendo que los símbolos complejos aparezcan en puntos arbitrarios de una derivación, trasladando ciertos rasgos a ciertos "descendientes" de un símbolo categorial particular a la manera del sistema de Matthews mencionado en la nota 13, o de otras varias maneras similares••. J unto al lexicón, pues, la base de la gramática contiene: (1) reglas rescriturales que característicamente implican ramificación y que utilizan sólo símbolos categorialcs (no complejos), y (11) esquemas reglares que implican sólo categorías léxicas (salvo en la expresión del contexto) y qu~ utilizan símbolos complejos. Las reglas (1) son reglas aliormacionales ordinarias, pero las reglas (11) son reglas trasformacionales de tipo elemental. De hecho, se podría sugerir que aun las reglas (I) deben ser reemplazadas, en parte, por esquemas reglares que sobrepasan el abarque de las reglas ahormacionales en capacidad generativa fuerte (cf., p. ej., CllOMSKV & M ILLER, 1963, pág. 298; Cl!OMSKY & SCHÜT· ZENBERGER, 1963, pág. 133, donde operaciones como la conjunción son discutidas en términos de un encuadre de este tipo), o por trasformaciones locales (cf. la n. 18). En suma, se ba hecho evidente que fue un error, para empezar, suponer que la base de una gramática trasformacional debe ser limitada estrictamente a un sistema de reglas ahormacionales, aunque tal sistema representa en efecto un papel fundamental como subparte de la base. De hecho, su papel es el de definir las relaciones gramaticales expresadas en la estructura latente y que, por tanto, determinan la interpretación semántica de la oración. El poder descriptivo de la base resulta muy potenciado al permitir reglas trasformacionales. Por consisuientc, es importante ,·er qué limi-
x.
x.
96
2:
CAi'.
.:----'-
~
1•
f
(47)
il
2. ASPrcros 01$ LA ESTRUCTUllA LA'rENTB
1t11 ACIONI S l N LA llOM.lA SlNTAC'J'JCA
1
"
j, •
11
A
Se/ a -/J, donde oA{J es un o,
-+
donde, además, o es ti símbolo categorial que aparece a la izquierda en lt1 regla o --> ... A ... que introduce A. Así (47), reformulada dentro del encuadre de la teoría de las trasformaciones gramaticales, sería lo que hemos llamado una "trasformación local" (cf. la n. 18). La condición en cursiva garantiza que la trasformación sea, además, "estrictamente local" en el sentido de la nota 18. Si se adopta como condición general sobre la forma de la gramática esta condición de subcategorización estrictamente local, entonces es posible dar las reglas de subcategorización estricta e11 la forma (48)
A
-+
se,
siendo proporcionado el resto automáticamente por una convención. En otras palabras: la única caracLcrlstica de estas reglas que debe ser indicada expllcitamcnt.e en la gramática es su posición en la secuencia de las reglas. Esta posición fija el conjunto de contexturas que determinan la subcategorización. Supóngase que la regla que introduce los Nombres en la gramática es, esencialmente, la siguiente:
(49)
FN
->
(Det) N (S').
En este caso, tendríamos que contar con la subcategorización estricta de los Nombres en las categorías [DeL-S'J, [Dei__], (_S'J y [_] (continuando con las convenciones notaciooales para los rasgos introducidas antes). La categoría [Del-.S'J es la categoóa de Jos Nombres con Complementos oracionales (tales como 1/ie IDEA that he might succeed 'Ja idea de que él podria tener éxito', the FACT that he WtU guilty 'el
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hecho de que él era culpable', the OPPORTUNIJ'Y for hiJn to leave 'Ja oportunidad de que él se marchara', the HAUIT o/ working hard •el hábito de trabajar mucho'-implicando los dos últimos ejemplos un Complemento oracional con un Sujeto obligatoriamente dclido-). La categoría [Dei__] es simplemente In categorla de los Nombres Comunes. La categoría 1-1 es la categorla de los Nombres Propios, es decir, Nombres sin Determinante (o, como en el caso de "La Haya", "El Nilo", con un Determinante fijo que ~e puede tomar como parte del Nombre mismo, más que como parte de un sistema de Determinantes libre e independien1emen1e seleccionados) "· Si esto es correcto, entonces la distinción Propio/Común es subcategorial estricta, y no va con los otros rasgos introducidos en (20). La categoria [--5') no se realiza de un modo tan obvio como las otras. Quiz4 se deberla utilizar esta categoria para dar razón de "contextos entre comillas" y, lo que es más importante, para el it impersonal de oraciones como it strikes me that he had no choice 'me da la impresión de que ¿1 no tenla opción', it surprised me rhat he le/t 'me sorprendió que se fuera', it iJ obvious rhat the attempt must foil 'es obvio que el conato tiene que fallar', que se derivan de cadenas subyacentes con FN de la forma: it ORACIÓN (siendo el Complemento oracional o separado de it por una trasformación, como en los ejemplos citados, o puesto en lugar de it por una trasformación estrictamente local de la manera descrita en la n. 18) • . Volviendo, una vez más, a la subcategorización del Verbo, observamos una consecuencia adicional de aceptar Ja condición general sugerida en conexión con (47). Es bien sabido que en construcciones Verbo-Frase Preposicional se puede distinguir varios grados de "cohesión" entre el Verbo y la Frase Preposicional que lo acompaña. Se puede ilustrar claramente este punto por medio de construcciones ambiguas como
taciooes cabe imponer en su uso, es decir, ver ha' ta qué punto la libertad de usar tales medios está en realidad motivada empfricamcnte. Por los ejemplos que acabo de dar parece que hay, en efecto, restricciones considerables. Así, la subcategorización estricta de V implica sólo contexruras dominadas por el símbolo FV, y hay también restricciones obvias (sobre las que volveremos en la sec. 4.2) implicadas en el uso de las reglas sclcccionalcs. Dejando éstas a un lado por el momento, continuemos con la investigación de las reglas de subcategorización estricta. El símbolo V es introducido por reglas de la forma: FV -+ V .. ., y son las contexturas dominadas por FV las que determinan Ja subcategorización estricta de los verbos. Esto sugiere que impongamos la condición general siguiente sobre las reglas de subcategorización estricta: cada una de esas reglas debe ser de la forma
f 1
CAT~OOR l >\.S V
1
(50)
he decided on /he boat,
., El liecJ10 de qut 11 era culpable en el sentido de que él era culpabl~ es un hecho (no en el de era cutpablt de un ht!cllo) En Español, es pesible distinauir lA /laya, lA CoruRa, El Ferro/, etc. (el Madrid de Ooya, etc., es, por supuesto, otra eo••: cf. la n. 26], de el (rfo] Nilo,
t>I (niar] Mtdittrrdnto. ti {oclanoJ A1/dn1;co. cte. Sobre ft como rcaliuci6n de la C4tcaorfa 1-S'l, es decir, sobre (NSJ..,. (e(. la n. 13 del cap. 4) en ejemplos con10 I tt•ouldn'1 guo.ro.nltt it that this is true o lt is known by Tim 1hat she drink1 bttr, vlase la di,Cana exposición de RoSEN· ••t'M, 1967 (™umcn de ROSEJn the train, he decided no es ambigua. Hay muchos otros ejemplos de la misma especie (p. ej., he worked at the o/fice 'trabajó en la oficina' frente a he worked at the job 'trabajó en su ocupación'; he laughed at ten o'clock 'rió a las diez' frente a he /aughed al the clown 'se rió del payaso'; he ron a/ter dinn FN~Frase-Predicativa. (11) Frase-Predicativa -+ Aux~Fv (Locativo) (Temporal) be Predicado. (FN) (Frasc-Prep) (Frase-Prep) (Manera) (111) FV -> V Adj ) s· (like) Nominal-Predicativo Dirección Duración (1v) Frase-Prcp-+ Lugar Frecuencia etc. (v)V->SC • Aislado, c1 111timo ejemplo seria ambi¡uo1 p0cs podría interpretarse oomo John (ran) 'ét corrió des~s de (que) Juan (corrió)'. Nótese la doble traducción de laugh ('ttlt' vs. 'reine de') y de a/tu ('después de' vs. 'dehe ran afttr
trás dc1. y las respectivas consccucnciu de la iovcni6o: "'" la o/icina_, trabajaba,· a la.r die:._, rtfa; dts/Hll.$ dt ct11or. corño. frente a en su ocupoci6n, trabajaba; del payasa, St rtla; dttrds dt luan. coma. Frases PrcpOsicionales fntimamentc lig.adas
2.
ASPfiC IOS
oe
LA 11..51·RUClllRA LAl'El'r three hours (V - Duración) 'durar • tres horas' remain - in England (V - Lugar) 'permanecer - en Inglaterra' wi11 • three limes a week (V - Frecuencia) 'ganar - tres veces por semana'
(54) dash - i11 Engla11d. last - 1/1ree limes a week. re111ain - in 10 tl1e roo111. win - /or r/1rce ho11rs. De manera semejante, las frases en versalitas en he argued WITH JOHN (ABou·r POLlTTCS) 'discutió con Juan (sobre polftica)', he aimed (the gu11) AT JoHN 'apuntó (con la pistola) a Juan', he talked ABOUT GRBECll 'hablo sobre Grecia', he ra11 AFTER JoHN 'corrió detrás de Juan', he dect'ded ON A NEW COURSE OF ACTION 'decidió un nuevo curso de acción', y demás, son de los tipos que inducen la subcategorización de los Verbos, mientras que las frases en versalitas en Jolm died IN ENGLAND 'Juan murió en Inglaterra', Jolm played Othel/.o IN ENGl.Al-1> 'Juan representó el papel de Orclo en Inglaterra', John ala los Verbos son las de t.so dtsdict dt su car6c.ttr. lo susptndió de una argo/lo. (o d~ tn1plto y sutldoJ. lo tonto.ron ba}o su prottt:ei6n, st arm6 dt paciencia, occedió a ahon:ant. ele. Recuérdese que Prtdicado en ($2.) tiene uno de Jos sentidos de Atribulo (i. e., lo que ,., otribuye al Sujeto). Cf. (tl) supra y (57) infra.-C. O.
•
100
CAP.
2:
CA1100RIAS Y RI 1..ACl0N6S F.N LA TEORJA SINTAC'fJCA
'Juan siempre corre después de ceo ar', y otras así, oo representan papel alguno en la subcategorización del Verbo, ya que son introducidas por una regla-a saber: (5211)-<:uyo símbolo a la izquierda de la Occha no domina V directamente. De manera análoga, los otros contextos introducidos en (52111) representarán un papel en la subcatcgorizacióo estricta de los Verbos. En particular, el Adverbial de Manera participa en la subcategorización del Verbo. Los Verbos generalmente admiten libremente Adverbiales de Manera, pero hay algunos que no los admiten; p. ej., resemble 'semejar', lrave 'tener', 111arry (en el sentido de Jolrn married M ary 'Juan se casó con María', no en el de tire preaclrer married John and M ary 'el predicador casó a Juan y a Maria', que sí admite libremente Adverbiales de Manera); fil (en el sentido de th• suit fits me 'el traje me sienta bien', no en el de tire tailor fiued m• 'el sastre me ajustó (el traje)', que si admite libremente Adverbiales de Manera); cost 'costar', weiglr (en el sentido de tire car weiglrs two tons ·el coche pesa dos toneladas'. no en el de Jolrn weiglred tire /eller 'Juan pesó la carta', que s{ admite libremente Adverbiales de Mnaera), y así sucesivamente. A los Verbos que no admiten libremente Adverbiales de Manera les ha llamado Lees "Verbos medios" (middlc Verbs") (LEES, 1960a, pág. 8), quien ha observado tnmbién que éstos son, caractcristicamente, Jos Verbos seguidos de Frases Nominales que no sufren la trasformación pasiva. Así, p. ej.. no tenemos Jo/111 is rescmbled by Bill 'Juan es semejado por Guillermo', a good book ís lrad by Jo/111 'un buen libro es tenido por Juan', Jo/111 was married by Mary 'Juan fue casado por Maria', l am fitted by the suit 'yo soy bien sentado por el traje', ten dollars is cost by rhís book 'diez dólares es coslado por este libro', two tons is weighe1J by rhis car 'dos toneladas es pesada por este coche', y asi sucesivamente (aunque por supuesto Jo/111 was married by Mary es aceptable en el sent ido de Jo/111 was married by rhe preaclrer 'Juan fue casado por el predicador', y son posibles l was filled by the tailor, tire /efler was weiglred by Jo/111 'Ja carta fue pesada por Juan', etc.) •s •. ways runs A t'TER Dll-pasivas por medio de otra trasformación. La razón era que V de (56) tenla que ser limitndo a los Verbos transitivos, para la trasformación pasiva ordinnrin, para excluir los Verbos "medios" have, resemble, etc. Pero si la pasiviZación viene determinada por un Adverbial de Manera, como acabo de sugerir, entonces V en (56) puede ser libre, y puede ser tanto un Verbo intransitivo como un Verbo transitivo. Así Joh11 is looked up 10 y Jolin ll'as seen son formados por la misma regla a pesar del hecho de que sólo en el úllimo caso es Joh11 el Objetc>Directo de la estructura latente. Nótese, sin embargo, que el Adverbial introducido por (5211) no es1á suje10 a la trasformación pasiva como ha sido definida por (56), ya que irá a co11rinuació11 d!l Adverbial by PASIVA. Esto da razón del hecho de que es posible derivar tl1is job is being worked ar quite seriously 'se está trabajando en esta larca muy seriamente' de SUJETO-INESPECIFJCADO is working al this job quite seriowly, donde at this job es un Complemento Verbal introducido por (52111), pero no the o/fice is being worked at 'la oficina .. .' de SUJETO-INP.SPECIFICADO is wnrking at the otfice, donde la frase at the o/fice es un Complcmcnlo de FV introducido por (5211) y, por tanto, va a continuación del Adverbial de Manera • . De igual modo, es posible the boat was tlecided 011 en el sentido de he chose the boat, pero no en el sentido de he decided while 011 the boat. As( que la oración pasiva correspondiente a (50) no es ambigua, aunque (50) es ambigua. Cabe explicar muchos otros hechos de la misma manera. El hecho de que, de este modo, podemos dar razón de la inambigücdad de the bottl was tlecided 011 by Jo/111 en contraste con la ambigiiedad de Joh11 tlecidcd on the boat, junto con otros muchos ejemplos similares, proporciona una justificación indirecta para la propuesta (cf. página 99) de que las reglas de subea1cgoriznción estricta sean limitadas a trasformaciones estrictamente locales. Quizá merezca la pena repasar el argumento para ver por qué esto es así. Por el principio de ''subcateoo. . .; . '' o nza~1on estne1amcnte local sabemos que ciertas categorías tienen que ser mternas al FV y otras tienen que serle externas. Uno de los elementos que tienen que ser internos al FV, de acuerdo con este principio, es la marca de pasivización, ya que representa un papel en Ja subca1~66, pág'i. 49·.S7), ptro 11 corrt~Pondcncia "cognoscitiva" o significativa no im· phca~ por ¡upues10. paralcli~mo t.in16e1tco. (Tento que a,:radect:r a R. S. FerJos.io
el hal:>erf!1-t sugerido ti primer cjtmplo de esla nota.)-C. o.
• '°SUJtlo:lnespcciricado"' Kril una manera de introducir un conjunto de rasgos como fN"6UJtlo, lo cual se comp:a¡.ina rerfectam~nte bien con el nuc"'º reanálisis de las catcgo~a, en rtrminoi de r&J&OS. Cf. \VCINRJ-l('tt, 1964. p6.g. 441. o. n. y la Jn1rodua:16n, J.8.-C. O.
3. UN PRAGMCNl'O ttUSTttAnvo oe LA DASti
103
tegorización estricta del Verbo. Más aún: la marca de pasivización está asociada con la presencia del Adverbial de M anera, que es interno al FV por el principio de subcategorización estrictamente local. Como la trasformación pasiva tiene que ser formulada con el Indice estructural (56), resulta que los FN de los Complcmcn1os de FV no están sujetos a la ·•seudo-pasivización'', mientras los FN de los Complementos de V pueden estar sujetos a esta operación. En particular, cuando on the boat es un ComplemenlO de V en John decitled on the boat (en el sentido de John chose the boat) está sujeto a la seudo-pasivización mediante Ja 1r3sformaci6n pasiva; pero cuando 011 the boat es un Complemento de FV como en Joh11 decided on the boat (en el sentido de Joh11 decided while he was on tire boot, que equivale a on the boat, John decided) no está suje10 a la seudo-pasivización, ya que no cumple la condición (56). Por 1an10, al observar que thr boot was decided on by John no es ambiguo y sólo significa que Juan escogió el bote, concluimos que la premisa de este argumento-a saber: que el supuesto de que la subeategc>riulción estricta está limitada a lrasfonnaciones estrictamente locales-tiene corroboración empírica. El reanálisis (52) requiere que las definiciones de las nociones funcionales propuestas en la sección 2.2-cf. (11}--sean ligerameote alteradas. Así que podríamos quiz.1 definir la noción "Predicado-de" como IFrase-Predicaliva, Sl en lugar de [FV, S]. Esta form ulación revisada de las reglas, dicho sen de paso, ilustra otra propiedad de las nociones funcionales tradicionales. Observamos en la sección 2.2 que estas nociones son definidas sólo respecto a lo que llamarnos "catcgodas primordiales". Más aún: parece que son definidas sólo respecto a aqucLias categorías primordialc~ A que aparecen en reglas de Ja forma X -+ .• •A ... B ... o X -+ .. .B ... A ... , donde Bes también una categorfa primordial. Esto parece del todo naruraJ, teniendo en cuenta el carácter relacional de estas nociones. 3. UN FRAGMENTO
ILUSTRATIVO DE LA BASB
R esumamos ahora esta discusión volviendo al problema original, propuesto en la sección l, de presentar inforn1aci6n estructural del tipo ilus1rado en (2) de la sección l en uo conjunto de reglas ideadas para e~presar precisamente los procesos lingüí v ... se
..1
F
Atticuto
·-· 1
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e- Odlflldo J
"""
(vn} FN -+ (Det} N (S'}
••
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(vrn} N -• se (rx) [+De• -1 -+ [±Contable] (X} !+Contable) • [:!:Animado] (XI} l+N. + - l .... [:!:Animado] (xu} !+Animado] -+ [±Humano] (x111) [-Contable] • [:!:Abstracto] (x1v) (+VJ-+ SC/á'Aux _ (Del'"',B) ¡ donde a es un N (xv} Adje1ivo -+ SC/a ... 1 y .B es un N (XVI) Aux -+ Tiempo (M} (Aspecto) (xvr1) Det -+ (pre-Artículo'"'o/) Artículo (post-Artículo} (xv1n) Artículo -+ [:t: DcfinidoJ (58)
(sincerity, C+N, +Dct ~-Contable, +Abstracto, ... ]) (hoy, [ 1N, +Dct -·+Contable, +Animado, + Humano, ... )) (frig/11e11, [+ V, +-FN, +!+Abstracto] Aux _ Det !+Ani-
mado], +Delcción-dc-Objcto, ... ]) (may, [ +M, ... )) Este sistema de reglas generará el Ahormante (59) • . Añadiendo las reglas que realizan Definido como rite y no-Definido como nulo delante del Nombre no-Contable que sigue, derivamos la oración sinceriry moy frigluen rite boy de la sección 1, con el Ahormante (59). Nótese quo cs!e fragmento de la base es secuencial en el sentido de la sección 2.1. "Es evidente que "Predicado.. en (S7). como antes en (52) y en (12), no es el "Predieado-ropios c:omo Verbos Intransitivos (cf. n. 29). Véase t• ln1roducci6n, n. 37. Las regl.,, sclcecionalcs (57XIV·XV) apareccA revisadas en (12) y (13) del ap. 4. Ejemplo C!pañol de Oc1cnnin1ntc (XVII) sería todo lo que pttttdc a caballos co alg11nO$ d~ los eotorc~ cabol/.oJ, donde algunos es el pre·Arúculo y eatorc~ es el post-Anlculo. Véase, en atntral, la ¡ce. 4, ln/ro.-C. O.
FV
Au•
"1
°''1
"100.00
1
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(+ Dtf.nidol
Sil'ICf'#'lty
H
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1
H••
,,., ...,.,. G • C•-NP) •
F
F1'
= C+Oet-1 •
= C-C'on'°blel
Ctltnón
TrGlt$1hYO
G." • C+ (*'Abl(toctoJAull -DttC+An1modol 1
G2'
•
H = C+O•t-l s F H 1' = C.+~1= -F, •
C+r>c11cldn ex ootttol
H" =[.,.Animado)
F" = t+Abstractol
H'" =
(+ Hvmanol
No hemos hecho más que esbozar el procedimiento para construir un Ahorrnante del-tipo-requerido, a partir de una derivación. Sin embargo, éste es asunto relativamente menor, de formalización apropiada, que no implica nada importante en cuanto a principio. En particular, (59) represen!~ no sólo toda Ja información que implica la relación "es un", entre las cadenas y las categorías (muchas de ellas representadas ahora por rasgos} a las que pertenecen, sino también Ja relación jerárquica entre estas categorías proporcionada por las reglas y reflejada precisamente en la derivación. El Ahormante (59} proporciona directamente toda la información del tipo especificado en (21) y (2111); y, como hemos observado, la información funcional del iipo especificado en (211} es derivable también del Ahorrnante. Si el análisis que hemos dado es correcto, entonces son mecanismos del tipo que acabo de mostrar los que están implícitos en las formulaciones informales de la gramática tradicional resumidos en (2). con Una sola excq>ción, a la que pa<;ir~m<'• en la . ej., como la categoría léxica X que aparece en una cadena ... X ... FN ... o ... FN ... X ... dominada directamente por FV (suponiendo que puede haber sólo un X) o como la categoría léxica que puede obtener sus rasgos de las reglas selcccionalcs que implican dos o más N (si ta transitividad es una categoría universalmente reali7.ada)-. Entonces se podría llegar a intentar caracterizar otras categorías léxicas, primordiales y no primordiales, en términos generales. En ta medida en que podamos hacer esto, habremos logrado también dar una especificación sustantiva a las nociones funcionales discutidas en la sección 2.2. Resultará obvio al lector que no se pretende que esta caracterización sea definitiva en ningún sentido. La razón ha sido indicada ya en Ja nota 2. No hay en principio problema en la refinación o generalización de estas definiciones de un modo o de otro, y al hacerlo así hay muchos rasgos formales de la gramática que cabe tener en cuenta. El problema es simplemente que por el momento no hay motivación empírica fuerte para una sugestión u 01ra de tas que se podr!a hacer en estas direcciones. Esto es consecuencia del hecho de que hay tan pocas gramáticas que intenten dar una caracterización explícita del abarque de las oraciones y descripciones estructurales {es decir, tan pocas gramáticas generativas) aun en esbozo parcial. A medida que aumente el número de descripciones gramaticales explícitas con este objetivo, será sin duda. posible dar justificación empírica a refinaciones y revisiones varias de propucsuis tan poco rigurosamente esbozadas, y quizá dar una caraeteri7ación sustantiva del vocabulario universal que se utiliza para construir descripciones gramaticales. Sin embargo, no hay razón para descartar
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CAl'CGORl.\S Y Al 1 \CIONüS 1!.N W\ 1f.ORIA Slf\ITACTICA
a pricri la concepción tradicional de que una caracterización sustantiva tal debe ser referida, en última instancia, a conceptos semánticos de una especie u otra. Una vez más, como en las secciones 2.1-2.2, es evidente que este intento de caracterizar las categodas universales depende esencialmente del hecho de que la base del componente sint~ctico no caracteriza explícitamente el abarque completo de las oraciones, sino sólo un conjunto muy restricto de estructuras elementales de las que las oraciones reales son construidas mediante reglas trasformacionales 31 •. Los Ahocmantes básicos pueden ser considerados como elementos-de-contenido elementales de los que son construidas las interpretaciones semánticas de las oraciones reales... Por tanto, no debe sorprender la obsen·acióo de que las nociones funcionales semánticamente significativas (relaciones gramaticales) estén directamente representadas en estructuras de la base; y es, además, del todo natural suponer que las propiedades formales de la base proporcionarán el encuadre para la caracterización de las categorías universales. Decir que las propiedades formales de la base proporcionarán el encuadre para la caracterización de lns categorías universales es suponer que la mayor parle de la estructura de la base es común a todas las lenguas. Esta es una manera ele expresar una concepción tradiciooal cuyos orígenes, una vez más, se remontan, por lo menos, a la Grammaire générale et raiso11nle (LANCC ~OT er al.. 1660). En la medida en que hoy se dispone de testimonios pertinentes, no parece improbable que sea así. Cuando los aspectos de la estructura de la base no son específicos de una lengua particular, no necesitan ser expresados en la gramática de esa lengua. Tienen que ser expresados sólo en la teoría lingüística general, como parle de la noción misma de " lenguaje humano''. ·En términos tradicionales. pertenecen a la forma del lenguaje en general y no a la forma de las lenguas particulares, y, por tanto, es de suponer que reflejen lo que la mente aporta a la tarea de adquisición del lenguaje más que lo que descubre (o inventa) en el curso de eje•Se llama AS0"1'0 (cf. HOC'KfTr, 19S8, p6¡¡. t91) a ta Frase Nominal inicial (cf. la n. 9 del cap. 3) de ejemplos como tst rnoni/itsto lo ltí con interés; e.stt 1ntdoll611, ¡Jo eo,-npra.1tt "" "' rastro'!; ti li'hro qut tan bien explica lo de Vitt11am st to llri·tS rl aptntt St!Crtto. eot.t:ENTO es lodo 1o que sigue al Asunto (ti libro qut tan bltn trpllca lo dt Vit't11tJtn}. i. c., st lo lltv6 ~ agtntt. sec-rtto. Nótese que entre A"1lnto y Comento puede haber un quiebro en la entonación, y que el pronombre que corresponde al Asunto oo aparece en la oraci6n Sajeto· Predicado (lt'I C'On lntt1~1 nt mtmifitsto). Se ha sugerido que Ta c-reaci6-n de esta estroctura Asunto.comento, quiLi t6stcamentc mú fuodamcntal que la estructura Sujcto·Predacado. l'Uditra ser atribuible a la capacidad innata del niño (GRUBU.. 1967. esp. J"árs. 75.-87). LM constnkXioncs Asunto-Comento son C$pCCialmcnte im· alauna' Jcn,gua~. c. I·· el chino y el j1p0aés. Cf. Ku11.00A, 19óS.~. O.
Portantes en
cuc1on de esa tarea. Así que hasta cierto punto la explicación de las reglas de la base aquí sugerida puede no pertenecer a la gramática del inglés más de lo que pertenece la delinición de "derivación" o "trasformación" (cf. las secs. 6 y 8 del cap. 1). Por lo común, se sostiene que la lingüística moderna y las investigaciones antropológicas han refutado definitivamente las doctrinas de fa gramática universal clásica, pero esta pretensión me parece demasiado e.'l'.agerada. Es verdad que la investigación moderna ha mostrado gran diversidad en la estructura patente de las lenguas. Sin embP:go, como no se ha ocupado del estudio de la estructura latente, no ha intentado mostrar una diversidad paralela de estructuras subyacentes y, de hecho, los datos acumulados en el estudio moderno del lenguaje no parecen sugerir nada por el estilo. El hecho de que las lenguas puedan diferir mucho una de otra en estructura patente no habría sorprendido a los estudiosos que desarrollaron la gramática universal tradicional. Desde los orígenes de estas investigaciones en la Grammaire générale et raisonnée se ha subrayado que las estructuras latentes a las que se atribuye universalidad pueden ser muy distintas de las estructuras patentes de las oraciones tal como aparecen en la realidad. Por consiguiente, no hay razón para suponer uniformidad co las estructuras patentes y, por tanto, los hallazgos de la lingllfstica moderna no son incompatibles con las hipótesis de los gramáticos univcrsalistas. En cuanto se restringe la atención a las estructuras patentes, lo más que se puede esperar es el descubrimiento de tendencias estadísticas tales como las presentadas por Greenberg ( 1963). En relación con la regla sclcccional (57x1v), hemos descartado ahora definitivamente una posibilidad, a saber: que el Sujeto o el Objeto puedan ser seleccionados en términos de una selección-del-Verbo independiente o parcialmente independiente. No es tan sencilla la cuestión de si esta regla, que ahora repito como (66) en forma menos abreviada, haya de ser preferida a In alternativa (67): (66) (r) } (11) (67) (l) (11)
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En términos de las medidas evaluativas hasta ahora propuestas (véase, p. ej .. CHOMSKY, 1955, cap. 3), no hay manera de elegir entre ellas. De acuerdo con las convenciones usuales para Ja aplicación obligatoria de las reglas rescrirurales (cf. ibld.J, (661) asi~q~ cie~s misión nos Impuso rts~1n (comp6re;.e nOJ con our)~ y s11 dttúl6n dt rtnundar O SU CO<'llsi61J dt"I. p