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Introduccion Al Derecho - Aftalión Vilanova Raffo

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;:--'{, r ' • ! _~-_-c---- -, '--'.1. , ENRIQUE R. AFTJl,LlÓN JOSÉ VILANOVA JULIO RAFFO ,: ENRIQUE R. AFTALIÓN JOSÉ VILANOVA JULIO RAFFO , , ~NTRODUCGION INTRODUCCION AL AL , DERECHO DERE H CONOCIMIENTO Y CONOCIMIENTO CIENTÍFICO HISTORIA DE LAS IDEAS JURÍDICAS TEORÍA GENERAL DEL DERECHO TEORÍA GENERAL APLICADA NUEVA VERSIÓN TERCERA EDICIÓN ISBN 950-20-1229-1 340.1 A258i 3.ed. 1999 ABElEDO-PERROT ENRIQUE R. AFTALIÓN JOSÉ VILANOVA JULIO RAFFO I U I L H CONOCIMIENTO Y CONOCIMIENTO CIENTÍFICO HISTORIA DE LAS IDEAS JURÍDICAS TEORÍA GENERAL DEL DERECHO TEORÍA GENERAL :APLICADA NUEVA VERSIÓN , TERCERA EDICIÓN ;' ABElEDO-PERROT \ BUENOS AIRES , .' .;: /: • Todos los derechos reservados © by ABELEDO-PERROT S. A. E.e 1. Lavallel280 -- 1048 - Buenos Air~s - Argentina http://www.abeledo-perroi.com Queda hecho él depósito que marca la ley 11.723 I.S.B.N.: 950-20-1229-1 I I El derecho de propiedad de esta obra comprende para su autor la facultad de disponer de ella, publicarla, traducirla, adaptarla o autorizar su traducción y reproducirla en cualquier forma, total o parcial, por medios electrónico~ o mecánicos, incluyendo fotocopia, grabación magnetofónica y c~alqUler sIstema de almacenamiento de información; por consiguiente nadIe tIene la facultad de ejercitar los derechos precitados sin penniso del autor y del editor, por escrito, con referencia a una obra que se haya anotado o copIado durante su lectura, ejecución o exposición públicas o privadas, exceptoel uso con fines didácticos de comentarios, críticas o notas, de hasta mil palabras de la obra ajena, y en todos los casos sólo las partes del texto indispensables a ese efecto. Los infractores serán reprimidos con las penas del artículo 172 y concordantes del Código Penal (arts. 2°, 9°, 10,71,72, ley 11.723). >, ii ~ ;¡ " UEM CI... PPD :310· A A :¿5.-a (' t c~. o/~ -3 ed Reg. Data PfOC8d. J~'i ()~lNllO~ Universidade Estadual de Maringá Sistema de Bibliotecas - PPD 11111111111111111111111111111 0000350976 IMPRESO EN LA REPUBLICA ARGENTINA I PREFACIO Por obra de circunstancias ajenas a mi voluntad -que en alguna medida serán referidas en lo que sigue- ha recaído sobre mí la responsabilidad de elaborar esta decimotercera edición del libro Introducción al Derecho que constituye también y sin embargo, un libro nuevo. Lo he hecho con gusto debido al resto de entusiasmo que me queda de mis años juveniles. Me animaba la convicción de que el libro contenía aún mucho material, didácticamente expuesto, de suma importancia para laformación delfuturo abogado y una confianza en las propias fuerzas, una dosis no ponderada de optimismo, que me hada ver como factible la empresa de "poner al día" la obra, especialmente en lo que se refiere a losfundamentosfilosóficos o epistemológicos, a tono con la riqueza desplegada a ese respecto en nuestros días. Entre 1928 y 1939 se publicaron cuatro ediciones del libro Introducción al Derecho, de Enrique R. Aftalión y Fernando Carda Diana. En 1956 el libro fue reelaborado por el doctor Aftalión y por mÍ; Como se· aclaró entonces en la nota preliminar, el libro constituía la quinta edición del nombrado más arriba, pero era, también, un libro nuevo. El doctor Carda Olano ponderó más la última característica y se negó a percibir derechos de autor. Por otra parte, discrepaba con lo que consideraba un exceso de afiliación del nuevo libro al pensamiento ego lógico del maestro Carlos Cossio. Sin embargo, consintió en aparecer como coautor por amistad y fidelidad a Enrique R. Aftalión. El nuevo libro se constituyó en un clásico de la materia, alcanzando así la decimosegunda edición ( 1984) publicada después del fallecimiento del doctor Aftalión. Aquí cesaba el deber de amistad del doctor Fernando Carda Olano.que hizo un punto de honor su no inclusión en cualquier edición posterior del libro. Es así que este libro tiene un pretérito anterior (a la edición de 1956), un pretérito perfecto (hasta la 12 a ed.) y, 8 INTRODUCCiÓN AL DERECHO según esperamos, tiene unfuturo a partir de esta edición que aparece con la autoTÍa del doctor Aftalión y la mía. Una tarea de tal magnitud 120 hubiese podido llevarla a cabo solo. Es así que acudí a Julio César Raffo para someter a diálogo crítico muchas ideas, y para dar forma de texto escrito a muchas otras. Donde no se menciona algún texto de mi autoTÍa como fuente referida a la letra, la responsabilidad es, pues, compartida entre los dos. Como método expositivo hemos optado por poner énfasis en las partes introductorias que abrazan el contenido total de cada una de las cuatro partes en que se divide el libro, o aparecen al comienzo de c"ada capítulo. La redacción de estas partes introductorias es sencilla e inteligible -según esperamos- por sí misma. Esias parte van seguidas de notas explicativas o aclaratorias en las que se danlosfundamentos del texto o se debaten distintas corrientes de pensamiento. Este libro ha cumplido entre nosotros -y más allá de nuestras fronteras- un papel objetivo en la difusión de los conocimientos atesorados acerca de sus materias. Se justifica pues -sin perjuicio del consenso o disenso que sus tomas de posición puedan provocar- el intei1to de buena fe que hacemos deproceder a la difusión de algunos de los nuevos conocimientos, criterios y corrientes de pensamiento sobre su tema habidos a la fecha. Hoy, como en 1956, nuestra intención ha sido sobre todo didáctica. Por ello hemos aplicado nuestros mejores esfuerzos a exponer enforma accesible Las principales doctrinas sobre los tópicos que integran la materia. Pero insistimos ahora, como lo hicimos entonces, en hacer la cTÍtica de las doctrinas con las que discrepamos yen pronunciamos en las cuestiones debatidas dando algún sustento o fundamento a nuestros pronunciamientos. Pues, eludir una toma de posición lleva a exponer doctrinas diversas e incompatibles como si todas ellas tuviesen los mismos méritos y como si la elección de alguna de ellasfuese una mera cuestión de gustos. Pero la enseñanza así orientada por el valor pseudocientífico de la neutralidad y por el pseudo valor moral de la humildad se traduce así, en desorientación para el lector. Tratamos nosotros, en cambio, de fundar nuestras críticas y nuestros pronunciamientos asumiendo sin pesar el riesgo de equivocamos pues se aprende más de un error, de un intento fallido de solución, que de una lectura que va a engrosar la erudición. Esperamos, en suma, que el lector inquieto -atentas las exposiciones y argumentos- pueda formarse su opinión propia. En lo que se refiere a losfundamentosfilosóficos, lafuentefenomenológica y existencial, en la que abrevaba ya nuestro maestro Cossio, se ha concretado como fenomenología existencial (Husserl, Heidegger, Sar- PREFACIO 9 tre, Merleau Ponty) y más precisamente como fenomenología del mundo de la vida de acuerdo con el último Husserl y su asimilación por A. Schutz, donde en el residuo de la "reducción" se mantiene un grupo ~o­ cio-cultural y no solamente un "ego". Esta impostaciónf~nomen~ló.glca conlleva un pronunciamiento por el indeterminismo Y el libre arbltTlo en el tema (metafísico pero ineludible si tenemos que trat.ar c.on lo humano) del determinismo o indeterminismo. Pero el pronuncwmlento por el mdetenninismo se enriquece con el aporte independiente de a~tores que no enrolan en la fenomenología: Popper y su discípulo Watkms, J. Berlm, Ch. Taylor y el último Von Wright. En epistemología nos afiliamos alfalsacionismo de K. Popper. Pero le agregamos lo específico de las ciencias sociales que ~oppe.r no tematizó, no obstante algunos hallazgos suyos de pnmera lmea que pueden ubicarse enlafilosofía de la historia y como ideario político liberal. Tratamos de seíialar lo específico de la metodología de las ciencias sociale.s en su base empírica siguiendo en esto a Schutz, aunque a resultados SImilares llega Von Wright en línea no fenomenológica. . El explícito reconocimiento precedentefacilitará allectoronentarse en los argumentos pertinentes en las cuestiones filosóficas más/undamentales. En lo que se refiere a temas más concretos, nos hemos ViSto forzados a sotener puntos de vista más o menos originales, o, almenas, que no son pacificos en la doctrina en muchos lugares. Al~un?s de estos puntos de vista polémicos se desarrollan al tratar los sigUientes temas: ~. Triple enfoque -existencial, biológico e histórico- sobre el conoClmiento; 2. Elfalsacionisl71o como método universal; 3. Metodología en ciencias sociales; 4. Metodología en la ciencia jurídica; 5. El Derecho como conducta: el proyecto; 6. El Derecho como norma: programación y programación subsidiaria; 7. Norma básica abstracta y norma básica concreta; 8. Positividad, vigencia y fuentes; 9. La costumbre comofuente necesaria: origen de la costumbre; JO. La doctrina como conocimiento y como fuente. Agradecimientos. Como algunas de las ideas que ahora se exr:onen (en este libro) por primera vez, vienen gestándose hace bastante flempo y han sido el objeto de ensayos y comunicaciones, nuestra mención de agradecimientos debería ser muy extensa a riesgo de illcurrir en muchas omisiones. DebeTÍamos incluir a los estudiosos que, sin cOl11ulgarcol1 dIchas ideas, han propiciado su difusión y las han sometido a debate crítico. Deberíamos mencionar, además, a los profesores y ayudantes docentes que integraron mi cátedra de Introducción al Derecho y a quienes integran actualmente la de Teoría General y Filosofía del Derech?, como así también a los coautores y colaboradores del libro rntroducclOn • 10 INTRODUCCIÓN AL DERECHO al Conocimiento Científico (Fundación de Derecho Administrativo, Buenos Aires, 1985). Pero en la tarea concreta que culmina en la redacción de este libro debemos mencionar a Eduardo Barbarosch que trabajó en el Capítulo 8, sobre metodología en ciencias sociales y a María Rosa Femández Lemoine que sometió a crttica constructiva buena parte de los originales. JOSÉ MANUEL VILANOV A NOTA PRELIMINAR A LA TERCERA EDICIÓN Buenos Aires, septiembre de 1988 ~: Como se señaló en el prefacio a la primera edición de 1988, y que en ésta ha sido reproducido, estaba justificado afirmar que en esa oportunidad se estaba publicando un libro nuevo. Esa afirmación se apoyaba en que sus partes teóricas, tanto propedéuticas (filosofía y epistemología) como en la misma disciplina jurídica (Teoría General del Derecho) eran básicamente novedosas. Aunque no se hizo explícito entonces, iba implícito que, sin perjuicio de exponer a otros autores -incluido mi maestro Cossio- tenía, el deber y el derecho de tratar los temas exponiendo mis propias ideas y el resultado de mis investigaciones. Por esa razón la orientación dominante en este libro fue la que se ha dado en llamar neoegología. Desde entonces, siguiendo esa misma orientación, he logrado profundizar algunos temas entre los que se destacan, en teoría jurídica, los que trato en dos artículos publicados en la revista El Derecho: en 1989, "Actualidad del axioma ontológico de la libertad" (t. 132, pág. 798) y en 1990, "El concepto de Fuentes Jurídicas" (t. 137, pág. 969) cuyos principales enfoques y conclusiones han sido incluidos en esta edición. Entre la edición de 1988 y ésta se realizó en la Argentina una reforma constitucional y legislativa que motivó la modificación de los capítulos relativos a la ley, en especial al procedimiento para su creación y al Derecho constitucional y administrativo. Así fue necesario incorporar a este texto las novedades que esa reforma introdujo, como lo fueron las previsiones relativas a los decretos de necesidad y urgencia, al veto parcial de las leyes y la atribución de "jerarquía constitucional" a los tratados y convenciones sobre Derechos Humanos, entre otras modificaciones a nuestro Derecho público que hemos tenido en cuenta. Asimismo hemos incluido a la Teoría crítica entre las escuelas que se exponen en este libro. También en ese período se modificó totalmente el Derecho procesal penal nacional, con la sustitución del procedimiento escrito por el procedimiento oral, se modificaron algunas de las instituciones clásicas del Derecho del trabajo y se amplió la competencia de la Corte Suprema por 12 INTRODUCCIÓN AL DERECHO la vía de la introducción pretoriana del per saltum entre otros cambios relevantes, todo lo cual motivó la actualización de los respectivos capítulos. Por todo ello esta edición debe considerarse una versión mejorada en su función informativa y docente, ampliada y actualizada en temas teóricos y referentes a las modificaciones de nuestro Derecho positivo. Gran parte de la labor de actualización de este libro, tanto en la incorporación del resultado de mis investigaciones, de las escuelas que se incorporan yen la revisión general del mismo para ajustar su texto a las novedades del Derecho positivo, ha sido realizada por el doctor Raffo, quien participó también activamente y en forma creativa en la importante transformación realizada en 1988 y tal como se registró en su prefacio. Por esa constante labor en beneficio de este texto he entendido que él merecía ya ser considerado como uno de sus coautores, y así se consigna su nombre en esta edición. Reitero aquí la recomendación de comenzar por una lectura preliminar de las introducciones de cada una de las partes en las que se divide este libro: Propedéutica, Historia de las Ideas Jurídicas y Sistemática y, dentro de ellas, las introducciones de cada capítulo y las notas explicativas, por cuanto en esos lugares se desarrolla la línea principal del discurso. JOSÉ MANUEL VILANOVA Nota: Los autores agradecerán el envío de comcntarios u observaciones a ladirccción de e-mail: [email protected]:[email protected]. PRIMERA PARTE PROPEDÉUTICA CONOCIMIENTO Y CONOCIMIENTO CIENTÍFICO L Introducción II. Notas explicativas C 'tulo \. Enfoque existencial: el conocimiento en la vida cotidiana Enfoque biológico: el conocimiento innato y la adquisición primaria del conocimiento Capítulo 3: Cultura, lenguaje y conocimiento Capítulo 4: Comienzo de la tradición científico-filosófica Capítulo 5: Lenguaje y lenguaje científico Capítulo 6: El método en las ciencias naturales y formales Capítulo 7: El método en las ciencias sociales Capítulo 8: Disciplinas que estudian el fenómeno jurídico C::~tUIO 2: • CONOCIMIENTO Y CONOCIMIENTO CIENTÍFICO LINTRODUCCIÓN I L.~~ Los profesionales del Derecho -jueces, abogados, notarlos, etc.realizan una actividad que, a grandes rasgos, puede caracterizarse como "ciencia aplicada". Ellos se enfrentan con problemas concretos que deben resolver aplicando ciertos conocimientos. En esto su actividad es análoga a la de los ingenieros --que aplican conocimientos físicos y matemáticos- o a la de los médicos, que aplican conocimientos de anatomía, fisiología, etcétera. Los juristas, en cambio, estudian el Derecho sin la intención inmediata de resolver problemas prácticos. Ellos actúan así en forma desinteresada al servicio del conocimiento que han de aplicar los profesionales del Derecho. En este sentido su tarea es análoga a la de los matemáticos, físicos, fisiólogos, etcétera, y, por ello podría calificarse como ciencia a secas (o ciencia pura). Que ello merezca o no el reconocimiento de ser una "Ciencia" de acuerdo a los patrones más exigentes de la epistemología contemporánea, es una cuestión que será abordada más adelante. Ahora nos resulta necesario brindar una caracterización del conocimiento en general y una caracterización del conocimiento científico para que podamos determinar qué tipo de conocimiento es el que desarrollan los juristas y aplican los profesionales del Derecho. A tal efecto, hemos dividido esta Primera Parte del libro en los siguientes capítulos: 1. Enfoque existencial: el conocimiento en la vida cotidiana. 2. Enfoque biológico: el conocimiento innato y la adquisición primaria del conocimiento. 3. Cultura, lenguaje y conocimiento. 4. Comienzo de la tradición científico-filosófica. 5. El lenguaje y el lenguaje en la ciencia. 6. El método en las ciencias naturales y formales. 7. El método en las ciencias sociales. 8. Disciplinas que estudian el fenómeno jurídico. 16 PROPEDÉUTICA C.onviene que hagamos algunas precisiones terminológicas antes de s~gUlr con estos desarrollos. En español la palabra "derecho" quiere de- CI~, por lo menos, dos cosas diferentes. El Derecho en sentido objetivo, y aSI la usamos cuando hacemos referencia al Derecho penal, o a las cuaJ¡d~des o defectos del.Derecho argentino, o a lo que este Derecho protege, etcetera. En este se~tIdo, Derecho en español equivale a la expresión ingle:a law. EncambIO, el derecho en sentido subjetivo expresa la situación jUndICa refenda a un sujeto, y así se la usa en expresiones tales como "tienes derecho a una indemnización", "el propietario tiene derecho a pedir e~ desalojo", etcétera. La versión inglesa de esta acepción es righl. Para dIstIllguIr ambas acepciones en este libro se escribe "Derecho" en sentido objetivocon mayúscula, y "derecho" en sentido subjetivo con minúscula. ProvIsIonalmente partimos de la noción de Derecho que prevalece: es una forma de control social compuesta básicamente de normas cuercibies, vale decir, por reglas cuyo cumplimiento puede ser logrado por el uso de lafuerza. En la Tercera Parte haremos un examen crítico de esta noción y fundamentaremos algunos reparos, pero en esta Introducción ella nos resulta útil como punto de partida. lI. NOTAS EXPLICATIVAS , La noción de Derecho como una forma de control social compuesta basIcamente de normas coercibles, requiere algunas aclaraciones. l. Una norma se caracteriza por tener un antecedente que describe un hecho o un estado de cosas -generalmente una acción o el curso de una conduc~~- y un consecuente que consiste siempre en la descripción de una aCCIOn o el curso de una conducta modal izado deónticamente como acto que debe ocurrir (ought to be, en inglés). En algunos casos la modalidad deóntica del consecuente puede ser la de que el acto es facultativo para el agente. Esta acepción de la palabra "deber" debe diferenciarse de la expresión de un valor o un ideal que también se expresa como siendo algo que debe ser, sin que ello signifique ningún deber o facultad de un agente det,ernlinado (este sentido se expresa en inglés con la palabra dUly y ~n aleman con Pflicht). En la determinación de estos deberes no se preven las condICIones de hecho antecedentes cuya realización da nacimiento al, ~eber que señala el valor, o el ideal, para la conducta (Nino, Carlos S., El/ca y Derechos Humanos, Paidós, Buenos Aires, 1984, pág. 39). 2; Afirmamos que el Derecho es una forma de cont rol social compuesta bas/calllel1te por normas coercibles porque el Derecho también puede tener -y habItualmente tiene- elementos que no presentan el carácter CONOCIMIENTO Y CONOCIMIENTO CIENTÍFICO 17 de coercibles, como lo son las expresiones normativas que definen términos jurídicos, que determinan reglas de formación de las normas coercibles, etcétera. La característica de "coercible" del Derecho permite diferenciarlo como sistema de control social de otras formas de control como lo son la Moral, los usos sociales, etcétera. Coercible quiere decir que, en última instancia, puede ejercerse la fuerza para lograrel cumplimiento de la norma jurídica por parte del obligado, o para causarle un daño en caso de incumplimiento. La coercibilidad como nota propia del Derecho fue señalada por primera vez por un representante de la escuela protestante del ,Derecho Natural: fue Tomasio, a cuyo punto de vista adhirió Kant. El señaló que mientras la Moral se refiere al fuero interno o a la motivación del obrar, el Derecho prescinde de ellos y se ocupa solarnente del aspecto externo de las acciones. De este modo el Derecho es coercible porque puede actuarse mediante la violencia física, o su amenaza sobre el aspecto externo de la acción; en cambio la Moral no lo es porqu~ no puede actuarse de la misma manera sobre las motivaciones del obrar. 3. Finalmente la teOiía dominante adjudica a la unidad política, vale decir, al Estado, el monopolio de la fuerza. Pero esta doctrina es errónea y cumple, además, una función ideológica de encubrimiento. Pues, o bien ese monopolio es de Derecho (solamente al Estado le asiste el derecho de usar la fuerza) o bien se trata de un monopolio de hecho (de hecho se da que en la sociedad el Estado monopoliza el uso de la fuerza). El primer miembro de este dilema conduce a un círculo vicioso, ya que el Derecho se defi ne por el derecho (del Estado) a monopolizar la fuerza. El segundo cuerno de este dilema --en el cual se trata ya de una cuestión de hechopone de manifiesto que la palabra "Estado" sirve como escudo para ocultar al grupo de personas que efectivamente disponen de la fuerza (órganos jurisdiccionales, policía, fuerzas armadas, etc.). Es obvia aquí la falsedad de la doctrina examinada ya que es un hecho de experiencia que incluso organizaciones delictivas como las "marfias" o deliberadamente antiestatales, como la guerrilla, disponen de la fuerza en medida no desdeñable. La misión ideológica de esa doctrina se pone de manifiesto en la indefinición de la misma respecto del dilema expuesto. Esta indefinición permite conferir el título honorífico y legitimador de "Derecho" a la fuerza administrada por ciertos grupos denominados "órganos del Estado". • CAPÍTULO 1 ENFOQUE EXISTENCIAL: EL CONOCIMIENTO EN LA VIDA COTIDIANA J 1.1. 1.2. ~ 1; ;.i ;.J J j ¡l,~ '< f! ¡ ~ tj 11 ¡. " , I J ~ '/ i 1 I \ ¡ 1 1, 1 J i j Introducción Descripción del saber espontáneo del hombre común: el mundillo familiar, la penumbra, lo desconocido 1.3. Practognosis. Contenido elemental del saber practognótico. Verdad y falsedad como alternativa de la opinión o del discurso de correspondencia 1.3.1. Orientación temporoespacial 1.3.2. Resultados del ensayo y el error 1.3.3. Adiestramiento 1.3.4. Imitación 1.3.5. Habilidades i) Habilidades comunes ii) Habilidades pos-reflexivas iii) Habilidad en el manejo de símbolos lA. Opinión 104.1. Practognosis y opinión 1.4.2. Del ente intramundano al objeto de conocimiento 104.3. Noción de verdad. La verdad como aspiración (y no como posesión segura) del conocimiento. Crítica de la noción de conocimiento como discurso verdadero 1.5. Caracterización del conocimiento como actitud 1.5.1. La actitud de la ignorancia. La negación de lo desconocido como un estrechamiento del Mundo. Decadencia y declinación del carácter protagónico en la asunción de la ignorancia como actitud (descanso en la especialización y/o en el dogma) 1.5.2. La actitud dogmática. La opinión sobre lo desconocido sustentada por el propio proyecto. Las ideologías 1.5.3. La actitud cognoscitiva. Aceptación de la ignorancia como hecho y su rechazo como actitud. Elevación de la razón a instrumento primordial en la apertura del Mundo CAPÍTULO 1 ENFOQUE EXISTENCIAL: EL CONOCIMIENTO EN LA VIDA COTIDIANA 1.1. INTRODUCCIÓN Los autores de este libro participamos de una corriente de pensamiento a la que suele conocerse como fenomenología existencial. En lo que hace al conocimiento que podemos tener de este mundo y de las cosas, objetos o entes que lo pueblan adherimos por ello a la tesis de que la forma originaria por la que tenemos acceso a tales entes consiste en el trato que mantenemos con ellos en nuestra vida cotidiana. Esta tesis nos compromete con algunos desarrollos teóricos que resaltan especialmente en este capítulo y en el dedicado al conocimiento en las ciencias sociales, pero que en alguna medida se encontrarán a todo lo largo de este libro. Desde el punto de vista didáctico esta toma de posición tiene una consecuencia muy favorable ya que la aproximación al conocimiento desde la perspectiva del hombre común y su vida cotidiana permite al estudiante ejercer su capacidad crítica desde el mismo punto de partida ya que él puede controlar con ejemplos tomados de sus situaciones cotidianas las generalizaciones, abstracciones y construcciones propias de todo conocimiento. REG.: f) (l(. Como veremos más adelante, ese conocimiento, o bien se encuentra implícito en la conducta del hombre -especialmente en ese trato que tenemos o mantenemos con los entes que pueblan el mundo-, o bien se encuentra explícito en palabras. Pero antes de desarrollar esta idea conviene aquí tener presente una distinción entre el conocimiento socialmente definido como tal y el conocimiento propiamente dicho que caracterizaremos más adelante como una pretensión o aspiración por la verdad. Al describir la forma en que se da el saber o conocimiento en la vida cotidiana del hombre común, encontraremos que ese saber domina una zona pequeña del mundo, zona a la que denominaremos "mundillo familiar". Esta zona está rodeada por otra, en la cual el saber no reina sino que • 22 PROPEDÉUTICA está entremezclado con la ignorancia: es una zona de penumbra. Finalmente, la zona de penumbra está rodeada por una zona que no tiene límites, sobre la cual no hay saber alguno: lo desconocido. Como ya hemos visto, el saber del hombre común puede ser o bien impl~cito o bien explícito. Al saber que se encuentra implícito en la acción mIsma, en la conducta del hombre, lo denominaremos, por razones que se explicarán más adelante, practognosis. En cuanto al saber que se encuentra explícitamente formulado en palabras, lo denominaremos opinión (doxa, en griego). El saber implícito en la acción, vale decir la practognosis, no debe ser confu~di?o con actos mecánicos o instintivos. Como veremos en el capítulo sIglllente, la conducta instintiva contiene también conocimiento pero se trata de un conocimiento atesorado en el genoma y en el ácid~ ADN que no constituye una conducta aprendida por el individuo, animal humano o no humano. En cambio, lapractognosis, tanto en los animales humanos como en los que no lo son, es el resultado de un aprendizaje he·· cho por el propio individuo. Por otra parte el hombre tiene unas pocas conductas claramente instintivas y el resto de sus conductas, son conductas aprendidas. Si le diésemos a la palabra "habilidad" o "habilidades" un sentido suficientemente amplio como para comprender la habilidad de permanecer de pie, de gatear, o de caminar, pero también la habilidad de llamar la atención mediante un grito, por ejemplo; entonces todo el conocimiento practognótico de alguna manera estaría comprendido bajo el rubro "habilidades". Sin embargo, es interesante destacar la forma de adquisición de estas habilidades así definidas en un sentido amplio de la palabra. Por lopronto, encontramos la adquisición que se realiza por medio del procedinuento gen~ral del ensayo y del error (o ensayo y supresión de errores), la que se adqUIere por imitación y la que se adquiere por el jlJ~. ;¡odos estos procedimientos de aprendizaje se han observado también ~ti 15~'animales en su vida naturaL En el caso del hombre está también claro que forman parte de este conocimiento no solamente este tipo de habilidades, que comprendería .también una orientación temporoespacial en el sentido que se traduce, por ejemplo, en palabras como "adelante-atrás", "arriba-abajo", sino también habilidades de carácter pos-reflexivo. Vale decir que se trata de conocimientos que previamente han sido adquiridos reflexivamente por medio de la palabra, pero que después pasan al plano practognótico. . Mientras en el saber practognótico implícito en la acción hay siempre cierto grado, mayor o menor, de acierto en el trato con los entes que pueblan el mundo; el saber, que se hace explícito en palabras, que hemos denominado opinión, puede ser verdadero o puede ser falso. EL CONOCIMIENTO EN LA VIDA COTIDIANA 23 El trato con los entes intramundanos es practognótico pero no reflexivo vale decir que los entes no son destacados del conjunto de la situación ge~eral que vive el !ndividuo ..Siguiendo a autores de la lín.ea de la fenomenología existencIal, denommaremos a este.trato 9ue enCIerra un co~o­ cimiento, apertura al mundo propia de la eXIstenCIa. Pero en cual.qlller momento esa relación puede interrumpirse y uno de estos entes mtramundanos con los cuales estábamos en un trato -quizá porque él se muestra defectuoso- puede convertirse en objeto (ob-jecto); algo que nos hace frente, al cual se presta una atención especial y, eventualmente, se lo convierte en objeto de conocimiento. Hemos dicho que el saber que se traduce en palabras -la opinión--, puede ser verdadero o falso: De este mo~o la definición ~ás simple del conocimiento sería "el conjunto de opInIones verdaderas . Pero ocurre que los enunciados, el conjunto de palabras con los cuales se pretende dar cuenta de la estructura del mundo y de los entes intramundanos no tienen un sello que dé una garantía de que tales enu~ciados s~a~ verd~deros. Justamente por este motivo, los hemos denommado opImones \ doxa) y no ciencia (episteme). . De modo que, de acuerdo con este punto de VIsta, la verdad no constituye una posesión segura del conocimiento, sino que es aquello a lo que el conocimiento aspira. Esto nos conecta con las tres zonas de la~ c~ales hablamos al hacer la descripción general de cómo se da el conoCInuento en la vida cotidiana: el mundillo familiar, la penumbra y lo desconocido. En este sentido podemos afirmar que el conocimiento es una relación con lo desconocido que consiste en indagarlo o investigarlo. El hombre en la actitud de conocer trata con lo desconocido ya sea éste parte de la zona de "penumbra" ya sea parte de lo "desconocido total". De este mod? vamos a definir al conocimiento como una actitud, y no como un conjunto de proposiciones o enunciados verdaderos. La actitu.d abi~rta al conocimiento significa que de algún modo se acepta la eXistenCIa de lo des~o­ nacido, que hay algo que no se conoce, actitud que es el pun~o ?e partida de la tarea de conocer. En cambio la actitud cerrada al conoCInuento es la actitud que reduce el cosmos al mundillo familiar, por lo que se pretende que ya nada hay para indagar o investigar porque todo se conoce. Conforme a este segundo punto de vista una enciclopedia, por ejemplo, sería considerada como un libro de ciencia; pero está claro que las enciclopedias no son libros de ciencia, sino recopilaciones de los resultados de investigaciones que efectivamente hicieron los científicos en su intento de escudriñar lo desconocido para conocerlo. • 24 PROPEDÉUTICA EL CONOCIMIENTO EN LA VIDA COTIDIANA 1.2. DESCRIPCIÓN DEL SABER ESPONTÁNEO DEL HOMBRE COMÚN: EL MUNDILLO FAMILIAR, LA PENUMBRA, LO DESCONOCIDO Tomemos c~mo ejemplo que nos sirva de hilo conductor el caso de un hombre cualquIera que se está conduciendo en una situación vital. Su~ongamos que se trata de un labriego. El labriego se levanta por la manana con el ~ol para hacer sus tareas en el campo, se viste, engancha los caballos de tIro y sale con sus herramientas a labrar la tierra. Este labriego, co~ su conducta, va mostr~ndo cierto saber. Si habla con su mujer por la manana, es porque sabe el IdIOma que utiliza; si sale a la mañana con el Sol y regresa al anochecer, sabe del curso del día y la noche; sabe que el Sol sale ~or Onente y ~e esconde por Occidente; sabe enganchar los caballos de tlr?; sabe utIlIzar las herramientas de labranza; sabe cuándo sembrar y como cosechar, etcétera. Un hombre, por más ignorante que sea, sabe muchas cosas, y ese saber lo manifiesta en su actuar con cierta efIcacIa. ~~ que el labriego de nuestro ejemplo sabe se refiere a su "mundillo f~mIlIar". El mundillo familiar es la circunstancia en la cual el hombre VIve y sobre la cual tiene cierto conocimiento o saber. El labriego que vive en su "mundillo familiar" está también rodeado de una zona respecto de la cual su conoci miento o saber es mucho más difuso o dud?so. Por ejemplo: si él recorre habitualmente su comarca conoce sus aCCIdentes y sendero~, pero de la comarca que linda con la suya sabe me.nos. Alg,una vez la VIO desde u~ monte o quizá en alguna oportuIlIdad lejana paso por ella. Pero es notono que no tiene con la comarca lindera.la familiaridad o el saber que tiene respecto de su mundillo familiar. DeCImos, por ello, que el mundillo familiar del labriego está rodeado de una zo~a de penumbra. El saber sobre esta zona de penumbra no tiene la pr~clslon nI la consistencia que tiene la familiaridad con su mundillo cot~dIano. Inclusive ---como caso extremo- su saber sobre las comarcas lI.nderas puede consistir en meras referencias que alguien alguna vez le hIZO; puede s~r un saber de mentas. Puede haber oído que en otras tierras se habla otro IdIOma, que se tienen otras costumbres, que los hombres tienen otro color, etcét.era. ~e advierte lo endeble del saber "por referencias" frente al saber que ImplIca el obrar cotidiano. . Todavía, si al~pliamos la perspectiva, podemos observar que la zona de penum~ra ~s~a rodeada por una zona en la que no hay ningún saber: una zon.a SII1 lImItes de lo desconocido. Así, hay comarcas sobre las cuales no tIene referencia alguna o civilizaciones que ni siquiera imaginó. I?e~1Il10S por ello que la zona de penumbra est;í inmersa en ün ámbito sin lImItes de total oscuridad. I I 25 Ilustremos el punto con otro ejemplo. Sea un conductor de taxi en la ciudad de Buenos Aires. Se levanta, higieniza, cepilla sus dientes, le dice a su mujer-p. ej.- "Che, Negra, cebáme unos mates". Desayuna al tiempo que lee el diario. Encuentra en él un artículo escrito por un renombrado economista sobre la inflación y sus causas y comienza su lectura que debe abandonar pues no alcanza a entenderlo. Luego pone en marcha su auto y emprende su recorrido habitual en busca de pasajeros. Todo marcha sin tropiezos, hasta que un pasajero pide ser llevado a una calle y número que nuestro conductor no conoce o recuerda. No hace falta proseguir la historia del ejemplo. Nuestro hombre común ha mostrado un considerable conocimiento de hábitos higiénicos, poner en marcha y conducir su auto en la ciudad (ha respetado manos, luces, velocidades máx imas, etc.), un conocimiento del espai'iol hablado según el uso' porteño y un conocimiento limitado del español escrito. La descripción del saber en nuestros ejemplos reproduce la iluminación por un foco de luz: una zona bien iluminada (el mundillo familiar bien conocido), una zona de penumbra (lo vagamente conocido), todo ello inmerso en una zona sin límites ele oscuridad total (lo desconocido). 1.3. PRACTOGNOSIS. CONTENIDO ELEMENTAL DEL SABER PRACTOGNÓTICO. VERDAD y FALSEDAD COMO ALTERNATIV A DE LA OPINIÓN O DEL DISCURSO DE CORRESPONDENCIA Si reflexionamos un poco sobre el conocimiento del hombre común -tal como lo hemos visto en los ejemplos proporcionados en la sección precedente- veremos que él es de dos tipos o clases muy distintos: uno es el saber que se encuentra impl ícito en un obrar más o menos eficaz; el otro es un conocimiento explícito en palabras cuando el hombre habla acerca de las cosas. Es lo que hemos denominado, respectivamente, practognosis y opinión (doxa, en griego). La palabra practognosis es algo difícil pero ineludible. Viene de dos palabras griegas: praxis (acción) y gnosis (conocimiento). La he tomado de Merleau Ponty 1 y significa, pues, UIl saber que se encuentra implícito en la acción. S i, por ejemplo, bajo unas escaleras, suelo hacerlo muy bien sin pensar para nada en ello y la cosa se me hace bastante difícil si trato de bajarlas haciendo consciente lo que hago. Ahora mismo estoy escribiendo a máquina con bastante fluidez; pero si ustedes me preguntan en 1 La refercncia más precisa la hc encontrado en MEKLEAU-PONTY, tvburice, Fenomenología de la Percepción, Fondo de Cultura Económicil, México, 1957, pág. ¡ 53, pero este autor da como fuente a GRÜNBAUM, Al'hasie L/nd Motorik. Fuera de esta referencia esclarecedora, tudas los desarrollos sobre el punto corren por mi cuenta. I i :! • 26 27 PROPEDÉUTICA EL CONOCIMIENTO EN LA VIDA COTIDIANA qué lugar del teclado se encuentra una letra cualquiera me pondrían en serios apuros. Existen en el hombre unos pocos actos instintivos en estado de pureza (como por ejemplo parpadear, masticar la comida y deglutirla). Todas las restantes acciones de nuestra vida cotidiana son de algún modo aprendidas y encierran, por lo tanto, un saber aprendido. Interesa hacer, pues, un sucinto inventario yendo de lo más elemental a lo más complejo para aquilatar la importancia que tiene el saber practognótico en el hombre. es difícil que el método de ensayo y supre~iónde .errore~. funcione en él en un grado total de pureza. La madre tratara de alejar al hIJO del fuego ~n­ tes de que éste aprenda pOr sí wismo que el fue?o que~a. Apa:ece aSI en el bebé un aprendizaje que podemos denomlOar adlestramlentoy que consiste en una variante del método del ensayo y el error en la cual ~n adulto define qué debe entenderse por acierto y qué por error con un SIStema de premios y castigos 4. Así aprende el bebé, entre otras cosas, a controlar sus esfínteres. 1.3.1. Orientación temporoespacial a) En el nivel más elemental se encuentra una orientación en el espacio yen el tiempo aprendidas por el bebé desde la cuna misma, y a medida que se incorpora en ella, manosea algún sonajero, gatea y, finalmente, camina. Esta orientación temporoespacial puede ser traducida a palabras como "arriba", "abajo", "delante", "detrás", "antes", "después", etcétera. Pero el bebé posee este conocimiento practognótico mucho antes de haber aprendido a hablar. En este nivel elementalísimo de la practognosis encontramos pues, un conocimiento del espacio (entendido como campo de un obrar) que nos permite explicamos el origen de algunos conocimientos como, por ejemplo, que la línea recta es la menor distancia entre dos puntos 2. El bebé -si no hay obstáculos en el camino-:- gatea en línea recta hacia el objeto que apetece. 1.3.2. Resultados del ensayo y el error b) Todo lo que se va atesorando como conocimiento por el empleo del método básico de aprendizaje de los organismos vivientes que veremos con mayor detenimiento en el capítulo siguiente: el método del ensayo y supresión de errores. Así se aprende que el sol calienta, que el fuego quema, que un rayo de sol es inasible, sin necesidad de que a uno se lo expliquen. 1.3.4. Imitación d) La imitación de la conducta de los adultos juega también un i~por­ tante papel en el aprendizaje humano. Ella, entren:ezclad~ con el metodo puro del ensayo y el error o con la variante del adIestramJento, es la que le permite aprender a caminar ya hablar 5. 1.3.5. Habilidades e) Después de que el hombre domina la palabra u otros símbolos más específicos o sofisticados, todavía queda un gran margen para el saber practognótico: i) Habilidades comunes En primer lugar hay cosas que se aprenden mejor haciéndolas qu~ con una explicación verbal, como, por ejemplo, bajar una escalera, bailar o andar en bicicleta. ii) Habilidades posreflexivas En segundo lugar existen muchas actividades que requieren en mayor o menor medida un aprendizaje en el que se destaca el uso de palabras o aun de sianos convencionales especiales. Sin embargo, este aprendizaje conceptu~1 o de signos no basta. Constituye solamente un paso preliminar para el ejercicio aceptable de la actividad en cuestión quedeviene una 1.3.3. Adiestramiento c) Dado que el bebé humano depende de su madre y, por tanto, de la socialización 3 en una medida mucho mayor que el resto de los animales, Como es sabido se trata, según Kant, de un conocimiento sintético y a priori. Desde el punto de vista que se desarrolla en el texto no tendría nada de sorprendente y podría re formularse advirtiendo que para las distancias que puede gatear un bebé, la superficie de la Tierra constituye -a todos los efectos prácticos- un plano de la Geometría euclideana. 3 Socialización o también aculturación o endoculturación. Se refiere a la recepción 1 L~~~~-- por parte de los menores en un grupo humano cualquiera, de convi vencia de la cultura y hábitos que les inculcan los adultos. 4 Los premios y castigos pueden ser también verbales: alabanzas, retos, reproches, etc. 5 Con viene insistir acá en que para el chico el lenguaje forma parte de un saber practognótico: aquel que le permite comunicarse-o comunicarse mejor-con los adultos de los que depende o con sus iguales. Esto es de sentido común, pero se pone aún más de ~a­ nifiesto si consideramos que el chico usa adecuadamente el lenguaJe aun SJll saber el sIgnificado de las palabras. Por ejemplo: gruesas palabrotas cuyo significado ignora pero que emplea certeramente para agredir. • 28 EL CONOCIMIENTO EN LA VIDA COTIDIANA PROPEDÉUTICA solamente aparente. En realidad, la Tierra gira sobre sí misma cad~ 24 horas y este movimiento de la Tierra es el que te hace ver al S~l salIr todas las m;mana$ por Oriente y acostarse porOccidente". Ellabnegorespeta la autoridad del maestro y allí termina la discusión incipiente. Despues de todo, la falsedad de su opinión primitiva no altera sus hábitos?e labranza. Pero cuando Ptolomeo, siguiendo a Aristóteles, sostuvo la mIsma verd~d de sentido común de nuestro labriego, a saber: que la Tierra estaba mmovil en elcentro del Universo, sostenía una opinión falsa, cuya falseda? fue reconocida a duras penas, muchos siglos después, cuando la comun~­ dad científica de los astrónomos terminó por aceptar el sistema coperm- habilidad, recién cuando es absorbido en una auténtica practognosis. N os pueden explicar con palabras qué es lo que hay que hacer para poner en marcha y manejar un automóvil pero hasta que el encendido, los cambios, el,~anejo del embrague, el volante y los frenos no pasen al nivel practognO~lco no seremos conductores ni medianamente aceptables. El aprendizaJe en el que intervienen signos especiales puede ejemplificarse con la ~úsica. Un pianista tendrá por fuerza que conocer la simbología convenCIOnal del pentagrama y su dominio lo llevará normalmente al solfeo pero si no pasa de ahí aporreará el piano. Solamente después del domini~ practognótico de esta etapa podrá tocar aceptablemente el piano y, eventualmente, llegar a ser un pianista. cano. En suma: mientras el saber practognótico entraña siempre algún grado de acierto, la opinión, en cambio, puede ser redondamente falsa o puede ser verdadera (aunque esto quizá no tan redondamente) 6. iii) Habilidad en el manejo de símbolos Finalmente el uso mismo de los símbolos debe llegar a ser irreflexivo y practognótico a cierto nivel de exigencia. Consideremos, por ejemplo, el caso de un matemático o un lógico moderno cuando desarrollan sus fón~1Ulas en un pizarrón: las transformaciones de fórmulas y demás operaCIOnes habItuales no les requieren ninguna reflexión. Las hacen con una naturalidad y rapidez que denuncia el nivel practognótico que ha alcanzado su conocimiento de las reglas de inferencia. 1.4.2. Del ente intramundano al objeto de conocimiento Como hemos visto, en nuestra vida cotidiana estamos en un trato constante con numerosísimos entes intramundanos sin que reflexionemos siquiera acerca de ello. En este mismo momento en que ~i atenció~ se concentra en escribir estas páginas estoy en trato no refleXIVO pero SI practognótico con la máquina de escribir, lápices, escritorio, silla, zapatos, ropas, lámpara, etcétera. Convendría dar un nombr~ a este trato. V~­ mos a denominarlo, siguiendo a muchos autores de la lmea fenomenologico-existencial, apertura al mundo de mi existencia. Supon!Samos ahora que suspendo el trato con cualquiera de estos entes y lo convIerto en tema destacado del conjunto. La silla, por ejemplo, no parece aguantarme con firmeza. Me levanto y la observo con detenimiento. La muevo para un lado y el otro y compruebo que los movimientos que me molestaban. se deben a que una de las patas es algo más corta que las otras. Doblo v~nas veces una hoja de diario; improvisando así un soporte que coloco b~Jo la pata defectuosa, me cercioro de que la silla ya no se mueve y me sIento nuevamente a escribir. Reflexionemos un poco sobre este episodio trivial. Cuando, exactamente un instante antes de levantanne de la silla, suspendí el trato que te- 1.4. OPINIÓN 1.4.1. Practognosis y opinión El saber practognótico, implícito como está en una acción más o menos eficaz, es saber de más o menos y no de todo o nada. Todos, o casi todos, bailan aunque alguno sea un patadura y otro un eximio bailarín. La mayoría de las acciones -a diferencia en esto del bailar- conllevan el trato con algún ente intramundano, sea éste una bicicleta, un automóvil. la tierra de labranza, un animal o aun otro ser humano. Aquí la acción puede caracterizarse como un trato más o menos adecuado con el ente en cuestión. Todos los labradores labran, aunque algunos se las arreglan para obtener una mejor cosecha. Los padres crían a sus hijos, aunque algunos lo hagan mejor que otros. Con la opinión, en cambio, ocurre algo muy distinto. El hombre habla acerca de las cosas y este hablar acerca de las cosas ---con el que nos vol~eremos a encontrar más adelante como función descriptiva del lenguaJe- es cosa de todo o nada. La opinión puede ser verdadera o puede ser falsa~ IlustrémosJo con un ejemplo. Sea nuestro labriego que sabe practognotIca,mente que el Sol sale por Oriente y supongamos que aventura esta noclon de sentido común en una charla en la mesa del café del pueblo. El maestro le contesta: "Estás equivocado. Se trata de un movimiento L•.... il ,I :', ' 29 ~ 1 " J i 6 "No tan redondamente". Sé que esto suena algo extraño porque lo escolar y ortodoxo es hablar de que las proposiciones pueden ser verdaderas o falsas y no calificar esta propiedad que se asigna a las proposiciones. Podrá ser esto cierto para la Lógica y laSemántica, pero en Epistemología conviene precaverse contra esta SImplICIdad. SI qUIero saber la hora y son las 10:29, estoy más cerca de la verdad si digo que son las 10:30 que si digo que son las 10:32. aunque en rigor de verdad ambas proposiciones son falsas. • 30 I¡ PROPEDÉUTICA nía con ella, entonces, la hice objeto. Objeto como algo que me hace frente y se destaca de la totalidad de los entes intramundanos que siguen estando allí y con los que sigo teniendo un trato irreflexivo. En nuestro caso --<::omo yo quería saber qué andaba mal con la silla- ya la hice objeto de conocimiento. La observación detenida y los movimientos a que la sometí fueron los procedimientos de que me valí para indagar lo que quería. Llegué a la conclusión de que el mal radicaba en la pata más corta. En esa opinión culmina mi investigación. Aunque una investigación tan rudimentaria no me da título de científico, pretendo que mi opinión es verdadera. El comportamiento de la silla --que no se mueve después de haberle adicionado el improvisado soporte- corrobora que yo estaba en lo cierto. Arrima pruebas a favor de que mi opinión no era una opinión falsa, sino una verdadera. 1.4.3. Noción de verdad. La verdad como aspiración (y no como posesión segura) del conocimiento. Crítica de la noción de conocimiento como discurso verdadero Sigamos con el ejemplo de la sección precedente. Si pongo en palabras la composición del caso que me hice tendríamos algo así: 1 \ (1) Esta silla se mueve porque tiene una pata más corta que las otras. La oración (1) ilustra lo que veremos más adelante como función descriptiva del lenguaje. "Descriptivo" no se usa acá, conforme al uso común de la palabra, como cuando decimos, por ejemplo, que un escritor describe un paisaje o una ceremonia. Descriptivo en rigor quiere decir acá que este tipo de oración (informativa) puede ser falsa o verdadera. Nos vemos, pues, remitidos nuevamente a la noción de verdad. La oración (1) ---o, según algunos autores, la proposición que la misma expresa- es verdadera en el caso en que efectivamente la silla se mueve debido a que una de sus patas es más corta que las otras. Es falsa en el caso de que ello no sea así 7. Pero ocurre que no tenemos garantías de que una proposición sea verdadera. En nuestro ejemplo conductor podría muy bien ocurrir que al rato de estar escribiendo vol viera a moverse la silla y que una indagación más minuciosa me mostrase que el piso se encuentra hundido en el lugar donde apoya una de las patas. Este desnivel 7 En este enfoque existencial es suficiente esta noción de verdad -que es de sentido común- y no necesitamos ahondar en los problemas filosóficos y los debates que ha suscitado. Por otra parte, como se expondrá más adelante, consideramos que es la noción correcta, rescatada en 1933 por Tarski para la filosofía contemporánea EL CONOCIMIENTO EN LA VIDA COTIDIANA 31 resulta responsable del movimiento, por lo que tendré que admitir que ( 1) es falsa (sólo parcialmente verdadera). 1 En"'Filosofía Yen las Ciencias de tipo puramente formal -:-:como as Matemáticas Y la Lógica- se ha pretendido que hay prOp?SlCIOnes q~e . 1 necesidad de su verdad. Hoy se desconfIa de que e o llevan"cons~~~s;os campos del conocimiento. Pero en las c.iencias que se sea ast.aun hechos del mundo ---ciencias naturales y SOCIales-la verrefieren ajos . ' nes y teorías científicas dependerá en última instan~d::;~!:~~~~~~~tación con los hechos a los c~ales se refieren dic~as ~~~óas No hay opiniones, proposiciones y/o teonas que lleven conSIgo un selI~ inconfundible que garantice su verdad .. No podem~s, por tant~~ definir sencillamente el conocimiento como el dlscu~so (~on]u,nto de OpI . ) rd"d'ero Por otra parte la Historia de la CIencIa esta repleta de mones ve u · , . 1 f' teorías que fueron consideradas verdaderas en su tI~mpo y que ~eg~fueas y abandonadas. Su falsedad no les qUita su status clentl ICO. ron re futad . '. te de un su Conviene advertir aquí que la tentativa que c.ntIc~mos par t ue considero erróneo: caracterizar a la CienCIa por sus resultado~. t~~S r~s~ltados del ejercicio del pensamiento científic~ puede~ ser codificados en una Enciclopedia. Pero esto no da a una EncI~lopedl~ ~l status de obra científica. Se trata solamente de una forma de ?IV~lgacIOn de los resultados de la obra de los científicos. La obra d~ los c~entIficos se car~c­ teriza por la investigación. Los científicos son mvestlga~ores. En l~ Investigación la verdad se encuentra como ~pirac~ón ~ ,té~o de la nusma no al comienzo (lo que haría inútil a la Inv.esugaclO.n ~sma). Con ven~ría, pues, abandonar la quimera de caractenzar a la CienCIa por s~s resultados y tratar de indagar cu~les ~?n l~s p:esupuestos ?e esa actlV~dad.hu­ mana que llamamos inveStIgaclOn Clentlfica o, sencIllamente, CIenCia. 1.5. CARACTERIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO COMO ACTITUD El conocer es pues, por su origen, un tr~to con lo desconocido, un. inve~­ tigar, que es presidido por una acti~d pecuhar ..Tratare~os de caracten~ dIcha actitud por oposición a las actitudes de la Ignorancia y del dogmatismo. 1.5.1. La actitud de la ignorancia. La negación de lo desconocido como un estrechamiento del Mundo. . Decadencia y declinación del carácter protagónico en la asunción de la ignorancia como actitud (descanso en la especialización y/o en el dogma) Saber practognótico y opinión (la cual ~uede ser verdadera o falsa) se dan, como hemos visto, en el hombre comun, el hombre de la calle, como • 32 PROPEDÉUTICA un precipitado natural y sin requerir la adopción de ninauna actitud especial, en pura "actitud natural". Pero el c~nocimiento, p;opiamente dicho, no se da en forma Igualmente gratuita. El es el resultado de un esfuerzo una búsqueda que supone, antes que nada, una peculiar aCtitud: la actitud cognosciti va. Aquí entendemos por actitud una disposición a actuar de ciel1a manera. Esta actitud cog.noscitiva puede perfilarse por oposición a aquella que es su contrana: la Ignorancia como actitud. Examinaremos esta última para p~sar lueg? al análisis específico de la actitud cognoscitiva. La IgnorancIa como actitud consiste en la negación de lo desconocido. Este ámbito desconocido que como oscuridad total rodeaba el mundillo famil!ar en e~ que reina el saber, es negado expresa o implícitamente por la actItud de Ignorancia. Al ser negado no actúa ya motivando la inquietud del hombre por conocer: si no hay algo desconocido no hay ya nada por c~nocer, ~ ~I hombre queda así encerrado en el pequeño ámbito del mundIllo famIlIar del cual no puede ya salir. No se crea que la actitud de la ignorancia corresponde siempre a gente que eSlgnorante. Por muchos y profundos conocimientos que se tengan, SI se . pIensa que . ya no hay nada por conocer, se está asumiendo la ianob rancIa como actItud. Un buen ejemplo de actitud de ignorancia lo dan los doctos físi?os de la época de Galileo que ridiculizaron sus experiencias sobre la calda ~e los cuerpos y se negaron a observar las lunas de Júpiter por el telescopIO, basados en la autoridad de Aristóteles. La ignorancia como actitud surge como una de las respuestas posibles d~l.hombre quese aterra frente a la inmensa noche que lo rodea. Para no vIvIr aterrado nIega la existencia de lo desconocido. El sentido existencial de esa actitud es una decadencia y declinación del carácter pro/agónico del hombre en el ámbito del conocer, de la apertura racIOnal del mundo. El hombre es el protagonista de su propia vida y de la hlstona, y como tal debe abrirse paso y ampliar los horizontes del mund? bregando con lo desconocido. Mal puede ejecutar su rol protagólllCO SI COllllenZa por negar lo desconocido condenándose a un quietismo que se conforme con lo que ya conoce. Esto implica un estrechamiento del mundo, ya que todo queda reducido al limitado mundillo familiar. El hombre que asume la actitud de la ignorancia convierte el universo, que tIene una estructura abierta con infinitas posibilidades, en la estructura Iil~lltada y cerrada que es su pequeño mundillo familiar. Si bien puede contInuar desenvolviéndose con eficacia en sus tareas rutinarias, ha declinado el papel protagónico que le corresponde, 1imitándose a subsistir en un mundo sin posibilidad de apertura y nuevos horizontes. EL CONOCIMIENTO EN LA VIDA COTIDIANA I j ¡, .. ,~! '. 33 La justificación que suele .darse de la ignorancia como actitud, tiene, históricamente, dos formas diferentes. Una de ellas es el descanso en la especialización, la otra el acudir al dogma. El descanso en la especialización es la forma más reciente de justificación de la actitud de negar lo desconocido. En ella no hay un negar directo respecto del total desconocido, pero hay una sólida creencia de que, para cualquier problema que se presente en cualquier ámbito, siempre va a haber un especialista que posee el conocimiento adecuado para resolverlo. Así lo desconocido desaparece, puesto que si se piensa que siempre hay un especialista que conoce cualquier parcela que el hombre común ignora, resultaría que entre todos los especialistas completarían un c~no­ cimiento total sin fisuras. En su idea no hay lugar para lo desconocIdo, porque cualquier lugar de la zona de oscuridad va a estar cubierto por el saber de algún especialista. Pero ésta es una idea mítica que lo único que hace es ocultar el hecho de que lo desconocido efectivamente rodea al hombre por todos lados. En verdad cuando llega el momento de tomar una decisión el protagonista debe tomarla y no siempre puede descansar en el conocimiento de un especialista. Por ejemplo: en materia económica hay especialistas autorizados que sostienen una política monetarista, y especialistas tan autorizados como aquellos que defienden una política económica estructuralista. Quien debe conducir una nación debe elegir, entre los di versos especialistas que sostienen posiciones divergentes, cuál ha de ser su asesor. Y esa elección de protagonista no puede encargársela a ningún tipo de especialista. En esa circunstancia el hombre que no está dispuesto a declinar su carácter de protagonista de su propia vida y de la historia no tiene escapatoria. La responsabilidad de su elección va a recaer siempre sobre él. Por ello lo más adecuado es asumir realmente el rol protagónico correspondiente e interiorizarse lo mejor posible del problema para iluminarlo todo lo posible y luego decidir sabiendo que se lo hace frente a lo desconocido. Esa misma situación, que hemos descripto para el campo económico, se repite en materia de sistemas políticos, problemas históricos, etcétera. En todas las materias humanas y sociales por lo menos ocurre constantemente que siempre hay diversas corrientes de opinión frente a las cuales no hay manera de declinar la responsabilidad en los especialistas. Por ello el descanso en los especialistas no es una solución para el trato del hombre con lo desconocido. La otra forma en que la actitud de la ignorancia pretende hallar justificación consiste en una remisión al dogma. El que está en la actitud de la ignorancia niega acá la presencia de lo desconocido sustentando, en su lugar, un dogma, una creencia absoluta. Habitualmente el que está en la • 34 PROPEDÉUTICA . t a que en ese caso perdería pensarse que éste es un proceso c~ns~le~ae~~rriente en psicología analítoda virtualidad. Usando una terrmno ogl d dl'n'amos que el hom., forma no muy orto oxatica -,-aunqu. e qUlzasale~ ., de su proyecto existencial (sus b "'ado por' la re lZaClon , intereses) . . .( 1" b' to") formándose aSI una Imagen re apu.. ta d'd d PropiOS deseos en e o ~e proyec sus . . " " de su acción) a la me I a e del mu~do (el teatro --o ~¿~~it~~~~it:;de lo descon~cido, donde no su propIO proyecto. En el . fi l'tO desconocido) contralor alguno . ( . ente por ser un m m . d' eXiste rtpr~~~:~objetividad auténtica (de conocimiento propIamente. ,1- ~~~ ¿Cómo se originan los dogmas? ¿Por qué el hombre recurre a ellos? En primer lugar tenemos como origen del proceso que desemboca en el dogma la amenaza constante que representa lo desconocido para el hombre. A él, que debe hacer su propia vida, le resulta insoportable hacerlo acosado por lo que desconoce: ello le trae inseguridad y temor. Para salir del paso sustituye la presencia viva de lo desconocido por una opinión conveniente a su proyecto y sobre esa base construye su vida. No debe ~xito acció~ :i~~r~~~~~~?ó~~~~~~dé~,l:lc~::e~~~~~ f:anesólo el de la de la imagen aSI formada. Es ~l e Id ma (así por ejemplo, la efectiva firma" la imagen que proPo~cllona e . og "confirma" la imagen del dog- ::::;:~~:~: '~?~f:~¿~';;':d~) ~ ~~;;;~JI:1~af:;:;~~°ul:: ::~~~:~:z~" i cuestionadas aparece proplaI?ente a I escoiente e irracional- poniendo ., "d 1 roceso --en su ongen mcon . clO~ e p fundamento (pseudo fundamento) lo que en n~or :¿~ ~r~~~ ~;~~~~:~ 1.5.2. La actitud dogmática. La opinión sobre lo desconocido sustentada por el propio proyecto. Las ideologías Históricamente la primera fonna de habérselas el hombre con lo desconocido es la actitud dogmática. El dogma consiste en sustituir la presencia viva de lo desconocido que alienta más allá de las fronteras del saber por algunas creencias o proposiciones que deben aceptarse en forma indiscutible. Desde el momento en que se aceptan las proposiciones dogmáticas como verdad absoluta, lo desconocido no está ya aterrando al hombre ni acosándolo, ni siquiera incitándolo a ampliar su horizonte conociendo más, sino que ha sido sustituido por el dogma. La humanidad ha sido dogmática mucho tiempo y lo seguirá siendo mientras el pensamiento crítico no ponga en crisis todos y cada uno de los dogmas. Lo desconocido que rodea al hombre nunca se presenta en forma cruda sino que se oculta tras una serie de dogmas de distintas clases y dimensiones; por ello la tarea previa de todo conocimiento es siempre poner en crisis el dogma que ocultaba ese desconocido que se intenta conocer racionalmente. 35 EL CONOCIMIENTO EN LA VIDA COTIDIANA actitud de la ignorancia no es el creador del dogma, ni aun siquiera su sustentador activo, sino que tan sólo lo ha adoptado pasivamente. El descanso en el dogma permite al que está en la actitud de ignorancia circunscribirse nuevamente a su mundillo familiar confiado en que no hay tal desconocido circundante que lo amenace. Esta forma de justificación de la ignorancia no es sólo la primera históricamente sino, con mucho, aun la más importante. En ella lo desconocido no es cubierto a trozos como en el caso de los especialistas, sino en principio como totalidad. Dada la enom1e importancia de las creencias no sujetas a examen tanto en la vida de los pueblos (mito) como en la vida individual y social--creencias, de las que hablaba Ortega y Gasset, y en particular prejuicios de todo tipo que son asimilados junto con la educación informal y formal- se justifica que para destacar los perfiles de la actitud cognoscitiva que nos interesa dediquemos alguna atención a la actitud dogmática propiamente dicha, es decir, a la que prevalece entre los creadores y sustentadores activos de las creencias dogmáticas. I ¡i ~ f r I 1) !j 'j ,I situación,~~~~~~~~~~~,s~~r;~~f!:~~ul: :~; de unba ferioridad de ciertos hom res como , d lf ' e 1 .t d) El ideólogo que así pretende dar razon e enom de buena fe, porque él ha encon.trado efectl vamen: some~ ~~~:~~~nt~, ~eoI~bque él descdbe e~::~'~~j:~~::t~~~~~{p:~,a::~:~:"o~c:,~:~~~ en el mconsclente- q . 1 1" bieto" aquello que ya él mismo. O sea, él encuentra raciona ~ente en.e o J había uesto antes en él en una forma mconscle~t~. Esie tema de las ideologías fue puesto de mamflesto por Ma:x, des ués que él las señaló fueron aparec~endo importantes lllVeStIgaclO~ sobre ellas. Las ideologlas que, riencia científica (porque utilizan toda la termmo~o~la y las formas deficiencias) tienden una verdadera trampa al conocimiento porq~e en t 1 nitiva so~ una respuesta dogmática más en donde el dogma esta pues o a servicio de ciertos intereses. d Tomemos algunos ejemplos. Aristóteles, con el peso de to a su autoridad sostuvo que hay ciertos hombres inferiores por natura\eza,.po~ lo cual ~staban destinados a obedecer. Y si aquellos que estaban destl~a .os a obedecer se resistían a hacerlo, podían ser cazados como fier~s ~~ ~aJes or los hombres destinados a mandar, puesto que e~taba.n r~ e an ose su propia naturaleza. Para formular esta teona no se reocu ó en medir los cráneos, o los coeficient~~ de,llltel~ge.n:la, o la fuerza o en realizar algún tipo de El se que algunos hombres eran inferiores y deblan ser esclavos SIn ar un a ~arlo~ ~es y~esarrollos ~ontra ~sica, s~n resp~estas co~:~:s ~ns~otele~ inv~StIgaclOn. 1.lm~to ~ de~l~ 36 PROPEDÉUTICA mento alguno a su aserción. Esa afirmación aristotélica era muy útil a los propietarios de esclavos. Su teoría al respecto es una típica respuesta ideológica: está al servicio de un interés y no tiene otro fundamento. Algo similar ocurrió respecto de las razas. Los que defendían la esclavitud eran los propietarios de esclavos, pero no fundaban sus pretensiones en esa circunstancia sino que esgrimían diversas teorías que "demostraban" que los hombres de raza negra son inferiores a los de raza blanca. Esas "teorías" que utilizaban en defensa de su interés eran ideológicas. También el mito del Génesis contiene una ideología al servicio de una estructura social determinada. Según él, Dios creó al varón a su imagen y semejanza y, como advirtiera que estaba solo, hizo a la mujer para que le sirviera de compañía. Este mito es justificativo de la sociedad patriarcal en la cual la mujer está relegada a un plano secundario. La sociedad judía patriarcal concibió ideológicamente este mito para fundamentar, de alguna manera, su propia estructura. Y como hasta nuestros días la sociedad ha seguido prácticamente con una estructura semi patriarcal, ese mito ideológico ha perdurado como "fundamento" de la situación diferencial de la mujer respecto del varón 8. Todo dogma es siempre un prejuicio, puesto que se formula sin tener en cuenta la cosa a la cual se refiere. Etimológicamente, prejuicio es un juicio previo a su constatación, como son los dogmas. El dogma se formula sin atender a la realidad, sólo tiene en cuenta el interés que, en última instancia, siempre va a estar defendiendo. En síntesis, definimos la actitud dogmática como aquella que sustituye la presencia vital de lo desconocido por una proposición o un conjunto de proposiciones. Un paradigma de esta actitud la dio el Califa Ornar, que, según la leyenda, ordenó la quema de la biblioteca de Alejandría con el siguiente argumento, formalmente impecable: "Si los libros que integran la biblioteca están de acuerdo con lo que dice el Corán, entonces vienen sobrando; y si no están de acuerdo con él, enuncian falsedades. En ambos casos la biblioteca debe ser quemada". Obviamente, ese califa aceptaba el Corán como dogma indiscutible. 8 Marx dijo que en toda época las ideas dominantes son las ideas de la clase dominante, afirmación que, como vemos, podemos extender a todo grupo o conjunto humano con intereses comunes aunque técnicamente no constituya una clase (v.gr., los varones frente a las mujeres, etc.). L EL CONOCIMIENTO EN LA VIDA COTIDIANA 37 . . Ata"n de la ignorancia 1.5.3. La actitud cognoscitiva. cep CIO. como hecho y su rechazo como actitud.. . Elevación de la razón a instrumento primordial en la apertura del Mundo . En la actitud coonoscitiva ocurre lo c~ntrario que ehn la ignor~nc~~ o t 1 desconOCido como hec o pero se o r como actitud. En ella se acep a o 1 hecho de estar rodeado por actitud Cuando se reconoce e . h c aza como l' . .d d de lo desconocido se dep de lado la ac'dad por ammensl a ' . ., h una os cun '. l' o de todo conOCimIento: Ir utitud de ignoran~la para dar e pnm:~f~~r cómo es, y así investigarlo Y mildemente haCia l~ desconocido P da hacerlo Ésa es la actitud propia ~:~~~ril~ ~~:~:~~~~c~e~ ¿:lef~I~~~;O. Cuando ~l Oráculo de ~elfo: de- claró ue'Sócrates era el hombre más sabio de toda ?recI~, y s~ e preoun, ,( ué es lo ue sabía para ser considerado el mas sa~lO, ~ocrate.s restOo~~i2 "Sólo que no sé nada". Con esa famosa frase .el qUlS~ deCir que pu sabiduría consistía en empezar por recono~er e,sa mmen,sldad de l~ ~esconocido en la cual estaba inmerso. y su sablduna conslstta en esa a~ _ titud y no en un conocimiento cualquiera. Desde el moment~en que ~o crates reconoce que nada sabe, va a estar abierto a todo apren Izaje, ~ ese es el paradigma de la actitud cognoscitiva. En ~a~bl.o el que cree saber, f''' Ella aunque se ufane de ello está cerrado al aprendlzaje b "fl Eso mismo puede verse en la etimología. de la pa a ra I ~so I~ ,; . d ' sabiduría o conocimiento S1l10 "amor a la sablduna . Ese no qUlelre eoccl~lnu' ento es la actitud que no'se cansa de conocer ni de apren' d' ta amor a con der a la vez que acepta la posibilidad de estar en un error y esta. Ispues a r~visar sus propias opiniones para reemplazarlas por otras SI resultan si i más adecuadas. . _ Si tomamos cierta distancia y observamos a la hun:aJ1lda~ en su C?~ 'unto con independencia de lo que puede suceder en ciertas Vidas mdlvl~ual~s vemos que ella tiene este amor por la sabiduría <:lue se traduce ~n una co~stante vocación por conocer cada vez m~s y mejor. A lo larg.o ~ los siglos la humanidad ha ido ampliand~ su propio hor~zonte gractas ~ los conocimientos alcanzados. El largo vtaJe desde la E?ad d~ Piedra hasta los vuelos interplanetarios ha sido posibl~ graCIas al ejerCICIO de ese amor por el conocimiento que tiene la humal11dad. • CAPÍTULO 2 ENFOQUE BIOLÓGICO: EL CONOCIMIENTO INNATO Y LA ADQUISICIÓN PRIMARIA DEL CONOCIMIENTO Introducción 2.1.1. Notas explicativas Adquisición del conocimiento por el genoma: "ensayo" al azar y éxito Conocimiento innato y conducta instintiva Conocimiento aprendido 2.4.1. Facilitación motriz por el ejercicio 2.4.2. Acostumbramiento 2.4.3. Troquelado (imprinting) 2.4.4. Realimentación del éxito o fracaso (condicionamiento propiamente dicho) o ensayo y supresión de errores 2.4.5. Comprensión gestáltica de la situación 1 I~ I 1 . L""-----:..tJ~'_.- • ,. I :jl CAPÍTULO 2 ENFOQUE BIOLÓGICO: EL CONOCIMIENTO IN NA TO y LA ADQUISICIÓN PRIMARIA DEL CONOCIMIENTO 2.1. INTROPUCCIÓN -.· ' r " j f~ l· ~ll Desde la Antigüedad clásica y hasta mediados del siglo XIX -más concretamente hasta la publicación y difusión (1859) del Origen de las Especies de Charles Darwin-el conocimiento se consideró como algo exclusivo del hombre. Esta visión antropocéntrica se sustentaba en la noción de sentido común que atribuye solamente al hombre el don de la palabra y el raciocinio (ellogos griego que los romanos tradujeron por ratio, o razón). No podremos elucidar aquí el ingente problema filosófico que encierra el uso de la palabra "razón", sobre el que vol veremos más adelante. Pero en la sección precedente nuestro enfoque existencial ya nos ha dado ocasión de apuntar que el tema del conocimiento excede el ámbito de la opinión más o menos fundada que se da en el discurrir respecto de algún tema mediante el uso de la palabra. Por el otro costado de las raíces de nuestra civilización denominada occidental, la tradición judea-cristiana mantuvo y aun acentuó el antropocentrismo denunciado. Pues según dicha tradición el hombre -a diferencia del resto de la Creación- fue hecho a "imagen y semejanza de Dios". Con algunas notables excepciones, como san Francisco de Asís, nuestra civilización daba por supuesto un abismo infranqueable entre el hombre y el resto del Universo, incluidos los animales que hoy denominamos "superiores". Al conferir al hombre un lugar --quizá "superior" en algunos respectos- pero un lugar al fin, en el conjunto de las especies, Darwin produjo una revólución similar y quizás más importante que la que en su hora produjo Copémico. La resistencia abierta a esta revolución asumió en su hora ribet.es de escándalo y aún perdura, aunque mitigada, entre los representantes de la tradición religiosa. Pero existe, en nuestra opinión, una resistencia no abierta en las distintas escuelas de la filosofía analítica en tanto y en cuanto ellas se atienen al uso -científico o común- del lenguaje (humano) en la elucidación de los temas propios del conocimiento. 42 • PROPEDÉUTICA 43 , . un rumbo con una exactitud que enVI ,Ianan toriaspara onentarse en d t dos de una sofisticada tecnologla (cfr. . avegantes o a l· Ma nuestros mejores n A · _ nlma ly Naturaleza Humana, A lanza, Thorpe; W . rLI ., Naturaleza . drid; 1980, págs. 199 y SlgS.). . CONOCIMIENTO INNATO Y LA ADQUISICIÓN PRIMARIA EL .d. ., Sin embargo, la obra de Darwin abrió las puertas a una epistemología evolucionista a la que pronto adhirieron Popper y sus seguidores, así como estudiosos de la conducta animal como Konrad Lorenz. La epistemología evolucionista -a la que adherimos-o no pretende efectuar un reduccionismo. No trata de resolver los problemas del conocimiento humano por una mera aplicación al hombre de la forma en que se da el conocimiento en los animales. Sus ambiciones son más humildes. Por una parte corresponde destacar que el mundo, tal como se le aparece al hombre, es relativo a algunas estlUcturas biológicas --en particular los órganos de los sentidos- y socioculturales propias del horno sapiens. Por otra parte, la indagación de las formas de aprendizaje tal como se dan en los animales "superiores" --en particular el procedimiento de ensayo y supresión de errores- se prolongan sin solución de continuidad en el hombre mismo y arrojan claridad sobre el método primordial de que se valen las ciencias -al menos las ciencias empíricas-o Estos ternas, con excepción de los relativos al condicionamiento sociocultural del conocimiento que iremos tratando más adelante, constituyen el contenido que desarrollamos en este capítulo. 1 . . . . ó· camente heredado atesorado en el geno3. Sobre el conocnruento blo~d~de este capítulo, puede verse ~on may~r ma y en general sobre el contebn h Eduardo. Fernández Lemome, Mana ' . J é· Bar arosc " Al. . . extensión VIlanova, os,, H b . Moauillanes Mendía de Russo, ICla, Rosa· Leonardi de Herbon, e e, dI:> . 'n al Conocimiento Cientifico, , ' Ed ardo fntro UCCLO Herbón,.,César y Russo, u .. ' t· Buenos Aires, 1985, Capitulo 11. de Derecho AdmInIstra IVO, Fund aCIOn 2.2. ADQUISICIÓN DEL CO~OCIMIENTO POR EL GENOMA: "ENSA YO" AL AZAR Y EXITO . n establecidos experimentalmente por la Conforme ble. . dIal ,. I a resultados ·d des deposltanas e ·nformación son los genes, o . , ecibe el nombre de genoma. bioqulllllca, as UnI a mejor, el conjunto de los nllsmos ,que ·~terio aunque hay mucho todavía Los genes no constituyen nIngun mi , d ' ·do ADN Y ARN. Se . , . . d s por cadenas e aCl por investigar: estan .constlt~1 o I ADN que está dispuesto en forma destaca la importancia del pnmero, e. rt m' omento se separan o desenh l· ·dales que en cle o de dos cadenas e ICOI . , ll·ca de sí misma a efecto ede a construir una rep II .. t los materiales contenidos en la roscan. Una de e as proc de lo cual dispone en forma convemen e h l· ·d I f 1 doble cadena e lCOl a. célula para volver a o.rma~ a .d d de producir una réplica de sí misAsí, ~omo el ADN tiene a ~apac~ ~n el roceso de replicación se enmo, reCIbe el nombre de repltcado : ., d p. nformación por la vía herecuentra la clave misma de la tr~n;nusIO~, e :ngresa al gen, o cuál factor ditaria; cómo exactamente la III .~rmaClOt~mas que aún pueden investiespecífico constituye una mutaclOn, son Los organismos vivos constituyen sistemas en el sentido de la moderna teoría de sistemas. En lo que interesa al conocimiento ellos reciben información a través de los órganos de los sentidos. Veremos aquí, muy sumariamente, que su aparato sensorial constituye, junto con otras características propias de cada especie, una estlUctura heredada biológicamente y que está atesorada en el conjunto de los genes que forman el genoma. 2.1.1. Notas explicativas 1. La adhesión de Popper al evolucionismo en epistemología se produce abiertamente en 1972, Conocimiento Objetivo -un Enfoque Evolucionista-. Hay versión española de Tecnos, Madrid, 1974. fluye el verdadero protagonista del progarse científicamente. El genoma, por lo tanto, C?~~ I . miento (vía herencia). La inceso de adquisición y ~ransmISIOn?e clon~:ación de cada nueva célula formación que él, contiene detern:ma ~i~o -fenotipo-, que es su por- 2. La importancia del aparato sensorial del animal humano en la estlUcturación de su mundo -por oposición al mundo que puede estlUcturar un animal Con un aparato sensorial distinto-- fue descuidada por Kant en su conocida doctrina sobre el espacio como forma pura de la sensibilidad externa. Esta "forma pura de sensibilidad" es la que se despliega luego lujosamente en la geometría euclideana a la que Kant tenía por ciencia bien constituida. Parece, sin embargo, que tal estructuración del espacio es propia de animales en los que predomina el sentido de la vista. No sabemos cómo sería aplicable a un murciélago, por ejemplo, ni a los habitantes de las profundidades marinas hasta donde no llega la luz solar. Todavía hoy no se conoce el procedimiento que emplean las aves migra- L ;a~:~~~~ ~:;I~~a~~a;e~~~~~~~:~s~~rotagO~ista del proceso; el porta- E~~~::~~~'i~~~~t:as ~~pe~ies"COnjetlllramos :u~~~~o---;::~~t~~ . ·tu solamente un vehlculo. dor que los llos que presentan alguna vanaClOn en e genoma o en 1:> nsiderados como un ensayo al azar. co- pueden ser co t an habitualmente destinados al fracaso. ambiente -que comprende obviamen- per~;~:a~;~~Yc~~~i~~~~~e~io i j 44 EL CONOCIMIENTO lNN PROPEDÉUTICA Confom1e al esquema explicado, un individuo o fenotipo portador posee desde su nacimiento mismo un conocimiento atesorado en su genoma. Este conocimiento comprende conductas o patrones típicos de acción. En el caso más extremo estos patrones son fijos y el animal realiza la conducta que responde al mismo en una forma plenamente funcional la primera vez misma que --dado cierto grado de madurez y salud- se encuentra con el estímulo específico. Por ejemplo, la succión por el bebé de un objeto que se introduce en su boca, el parpadeo como reacción a un desplazamiento violento ante los ojos, los rituales de cortejo que presentan muchas especies, etcétera. Sin embargo, hay evidencias hasta de sentido común que muestran que, pautas de conductas tan claramente instintivas como la de respirar, por ejemplo, son susceptibles de modificación. Vale decir que, salvo el caso de los denominados instintos cerrados de los que acabamos de dar algunos ejemplos, la mayoría de las respuestas de conducta interactiva del individuo con el medio responden a instintos abiertos. donde )a conducta es modificable por el aprendizaje. Así, pues, pasamos a la segunda sección de este capítulo. Pero debe quedar en claro que todo aprendizaje supone que se encuentre codificada en el genoma la posibilidad misma de su factibilidad. Por ensayo y éxito el aprendizaje se ha constituido en una ventaja diferencial de algunas especies vivas animales, y este conocimiento ha sido atesorado en el genoma l. I Toda modificabilidad que se revela regularmente como adaptati va, como lo hace indudablemente el aprendizaje, presupone una programación basada en información ad- 45 NTO APRENDIDO . 2.4. CONOCIMIE . . d' do a todo cambio adaptatl vo del . d CImIento apren I Se define como cono. se produce como consecuencIa e . nto de un orgaJ1lsmo que comportaIDI~ . la eXperienCIa. . . to innato el protagoJ1lsta del proceso es Mientras que en el co.no~lmldenl genoma en el aprendizaje el protago. d ADN constItutIVO e ' elreplIca or . . . dividuos mismos. . ni sta es el indIVIduo o los ID as formas que adoptan los mecal1lsmo~ o SeñalaremoS al.gu~as de 1 t uestra atención en el que se rea}¡za roces os de aprendIzaJe, p~~a cen rar n p. o y supresIon de errores. medIante ensay te otros organismos vivos- el mutante puede presentar una ventaja diferencial para los individuos que presentan la característica que los distingue. Ahora interviene la selección natural darwiniana: los individuos que presentan la ventaja diferencial se encuentran mejor adaptados a su medio, tendrán mayor progenie -y progenie que alcance la edad de reproducción- que aquellos que no la presentan. Con el curso de los años prácticamente la población total de la especie -suponiendo que el medio permanezca inalterado- presentará esa característica adaptativa y tendremos eventualmente una nueva especie. El proceso básico para adquirir información -dijimos- se realiza mediante las moléculas en cadena del ADN y el ARN. Todas las estructuras orgánicas que han sobrevivido, incluyendo la del cerebro humano, han sido "diseñadas" pore! procedimiento descripto de ensayo y éxito del genoma. Cabe acotar que, en los casos de ensayo sin éxito ~on errorel mutante perece, y con él la información no adaptativa. 2.3. CONOCIMIENTO INNATO Y CONDUCTA INSTINTIVA ATO Y LA ADQUISICiÓN PRIMARIA •. •, r.f- ... :'7 nflr pI eie!"c!c!O 2 4 1. Faci!it"c~nn mU'''JL''~ 1''--''' -- 'J . d . . ue una auta motriz se va haCIendo ca a . SOn numerosos los casOS en¡9 ión Py eJ'ercicio continuado, aun en el , exacta medIante su ap Icac , ~:~~~s no obtenerse recompensa como estImulo. ,: 1 <. .',..' ..•.. ~ . ' 2.4.2. Acostumbramiento .. ' ión es ecífica para CIertos estlmulos. Consiste en una desenslbIlI.zac . Pedir la fatiaa o pérdida de enerSu valor de super:i;encia cO~lstepe~:~:la pauta m~triz cada y toda vez en caso e re 1 t' lo g Ía que se .producma 'd uentra ante e es Imu . , uo se enc respuesta a numerosos estlmuq ue el indIVI . . lo se contrae como La hIdra, poreJemp, b lo estímulos, causados por el agua los. Sin embargo, se acostum ra a s que fluye. 2.4.3. Troquelado (imprinting) .. ., d res uesta a una situación que como esp un período especialmente Consiste en la fljacw n e una muy pocas veces en ,. tímulo acaece una ve~ °d l' d' . d o La conducta sexual de los papros, sensible de la ontoge~l~ e I~ ~Vlri~1~ras experiencias, fijación que en el por ejemplo, queda fip a ~n ~ p nte adaptativa, pero que puede no serlo medio natural result~,?!Ologl.c,a~e 'cnaa de seres humanos u otros paen el caso de que la Impreslon prO\ ti dres adoptivos. . 'ar esta afirmación sería preciso admitir una Para Intentar neg d' (LORENZ Konrad Evolución)' Moq uirida filogenéticamente. . l ' mo y el me 10 " • ~ armonía preestableclda entre e org,a~ls 97 J México, págs. J05 Y sigs. dificación de la Conducta. Slglo XXI, 1 . • 46 ro y LA ADQUISICIÓN PRIMARIA PROPEDÉUTICA 47 EL CONOCIMIENTO INNA . . a ha alcanzado la etapa ~e~ aprendlz J.e El animal, que en m~dl~ natural or rocederá en condICIones ex.penpor realimentación del exlto y ~l erf ~ condicionamiento operacIOnal mentales en un todo de acuer o con e . , descripto por Skinner. . 1 libertad en su hábitat natural asoCIara Pero, por otra parte, el all1m~ e~os biológicos, si ambos ap.arecen fre'mulos en sí neutroS con estIm f rm'dad con la doctnna de PavesU . d esto de con or . d cuentemente aso cl.a ~s -y la noción errónea de refleJo--:< to a un~ lov aunque prescmdlendo de esta adaptativa al estImulo en SI , 1 nimal ocurre como respu . conducta de a . d al estímulo biológICO. neutro que va aSOCIa o . 2.4.4. Realimentación del éxito o fracaso (condicionamiento propiamente dicho) o ensayo y supresión de errores En un cierto nivel de la organización nerviosa central hizo su aparición un proceso cognitivo totalmente nuevo que obtiene su infonnación relevante tanto del éxito como del fracaso de una pauta de conducta recién ejecutada. Una secuencia temporal se transforma en un "circuito" de tal manera que el infonne sobre el éxito o el fracaso biológico de los procesos que terminan la cadena, es reconducido a los eslabones iniciales y produce la modificación adaptativa de éstos para la secuencia subsiguiente 2. El condicionamiento fue objeto de investigaciones experimentales en circunstancias que mutilaban la relación normal del animal con su medio o hábitat naturaL Por ejemplo, Thorndike --quien en 1898 acuñó la expresión misma "ensayo y error"- encerraba a los animales en cajas donde algún movimiento al azar podía liberarlos del encierro; del experimento pretendió concluir que los animales no eran inteligentes ya que "no había una caída . brusca en la curva del aprendizaje". Por otra parte, la escuela conductista experimental adhirió a la respetable aunque insuficiente doctrina de Pavlov sobre los reflejos condicionados (1923). Recién a partir de 1938 la investigación experimental sobre la conducta de los animales fue alterada sustancialmente por los trabajos de Skinner y su escuela. Skinner rechaza, sencillamente, la explicación de la conducta animal en los términos del esquema "Estímulo-Respuesta". Acepta, en cambio, que el animal emite espontáneamente un "operante" que tiene efectos sobre el medio, efectos que, a su vez, pueden ser detectados por el mismo animal. Ahora bien: por el descubrimiento experimental de Skinner y sus seguidores es que podemos controlar la conducta del animal a través de tales efectos introduciendo reforzadores negativos (castigos) y/o reforzadores positivos (recompensas). No obstante ello, los experimentos artificiales sobre el aprendizaje por realimentación del éxito o fracaso han coadyuvado decisi vamente a la comprensión del proceso que opera entre el individuo y su medio natural--que es el tema objeto de este parágrafo-o . 'n gestáltica de la situación 2.4.5. Coroprenslo. . e W Kohler con chimpancés dan cue?ta Las conocidas expenenClas dd··· ue el mismo Kohler denom ma 'ar de apren IzaJe q . . d' '1 Y de una forma pecu l1 1" y al que conSI. dera requiSIto m Ispensao e ., "abstracción perceptua. previo de la conceptua.hza~IO~~ibe lo dado como globalidad, pero ~n forSe trata de que el anIma pe , 'to y la utiliza como medIO para . d do con un proposl d 1 ma orgamzada e acuer . . s que se conocen van des e a con· l'd d Las expenencla . . alcanzar una f llla 1 a '. la oraanización de vanos cajones para duda del animal conSIstente en balcanzar el alimento colocado en .' dimentana para formar una eSca1era fU 'd 'tica' aquella en que el chlmpance, el techo de la jaula, hasta la mas rdamaresolver el nuevo problema que se , f rse por no po er . . 1 . s despues de en urec~ "exionar" hasta que se le Ilurmnan os oJo le ha planteado, se SIenta a refl. on otra dos varas dadas para for., d'E ka)) y encap una c (expreSlO n e ¡ ure':l ' t 'para alcanzar el alimento. mar otra más larga, ut! , es a SI, 2 LORENZ, Karl, "Las bases innatas del aprendizaje", en Biología del Aprendizaje, Paidós, Buenos Aires, 1976, pág. 52. • • CAPÍTULO 3 CULTURA, LENGUAJE Y CONOCIMIENTO ~:- ~ :"i 1: I Introducción 3.1.1. Notas explicativas 3.2. El conocimiento científico en la tradición cultural 3.3. Ciencia y tradición cultural 3.4. La tradición cultural en el hombre y sus antepasados 3.5. Transmisión extrabiológica del conocimiento. Papel del lenguaje hablado y del escrito 3.6. Conocimiento socialmente definido como tal y conocimiento científico 3.!. • r l. I 1 . '¡¡-: ..;" ,"~f{:,"j . .~ (,i CAPÍTULO 3 CULTURA, LENGUAJE Y CONOCIMIENTO PI . .'. '1 ;1, i·-~_~._ 3.1. INTRODUCCIÓN En conexión con lo expuesto en el punto precedente debemos mencionar que la conducta aprendida, en los animales gregarios, puede ser transmitida activamente o imitada dando lugar así a innovaciones comportamentales que llegan a ser característica de algunos grupos pero no de la especie en general. Estas innovaciones constituyen lo que se denomina "cultura" de ciertas poblaciones-animales o "protocultura" a efecto de señalar la gran diferencia que las separa de la cultura propia de los hombres. Comportamientos como la cooperación en la caza y el uso de objetos como herramientas y aun la construcción de herramientas --que han sido observados fuera de toda duda en especies animales- constituyen parte del acervo protocultural de estos animales y han estado claramente presentes en los antepasados del hombre. Lo específicamente "humano" ha evolucionado mucho después como resultado de la cultura o protocultura de la cual ya disponían esos antepasados. En lo que se refiere al lenguaje es obvio que, al menos los animales considerados "superiores", poseen un lenguaje gestual en el que aparecen las denominadas funciones inferiores del mismo, o sea las funciones expresiva y motivadora. Una perra que gruñe y nos muestra los dientes cuando nos acercamos a sus cachorros expresa su irritación a la vez que nos amenaza. Después de los resultados de las experiencias de Gardner y Gardner con chimpancés y de Patterson con gorilas, en las cuales se enseñó a estos animales el lenguaje convencional -aunque no alfabético- diseñado en los Estados Unidos para los sordomudos, quedó en claro que la diferencia entre el hombre y esas especies, por muy grande que sea, es de grado en su capacidad de generar y utilizar el lenguaje, pero no constituye una diferencia intrínseca, lit 52 53 PROPEDÉUTICA CULTURA, LENGUAJE Y CONOCIMIENTO La exis~encia de un lenguaje, con alto r . mente la eXIstencia de un len . . g ado de desarrollo y especIald' . / ouaJe escoto es b que no suficiente- para la .. / unacon ICIOnnecesaria-aunapancIOn del ca " . "noc~mJento propIamente dicho que constituye lo que denomina mos cJencJa". tYpeabulaá~J.5ASlde:a:proximadamente doscientas cincuenta palabras que 3.1.1. Notas explicativas J. Los temas expuestos en este ca ' I . extensión por Vilanova Jos / pltU o han sido tratados con mayor e /' ' e y otros en IntrodUCCLOn . / le wntífico, citada, Capítulos II y III. ' a onocimiento 2. La cultura, o protocultura, precedió al h '. tura en los antepasados del ¡ . ombre. La eXIstenCIa de cul., 1011l0 saplens como he h 1 ce 10 a la aparición del h b . c o re evante que preel d om re, es reconOCIda por Th " . e ver parece probable que mucho d I ' orpe: A mI modo lucionó mucho después del u d he o que conSIderamos 'humano' evocorrecto considerar gran art!~ e errarruentas. Probablemente sea más l.a cultura que pensar qu~ ho be nuestra ,est.ructura como el resultado de f m res anatomlcamente . I ueron creando lentamente esa cultura" (Th Igua es a ~osotros arpe, W. M., op. Cit., pago 278). 3. El Lenguaje Americano de S· . tados Unidos de Améric' 1, . ~gnos (LAS), que se enseña en los Es" ." a a os /1Inos sordomudos e t / sIgnos , es decir, símbolos visuales f< " s a compuesto de son estrictamente análoaos a 1 armados con las manos, los cuales hablados. Así como las ~alab as pala~ras que se ~tilizan en los lenguajes fonemas que, aisladamente r~s pue en s.er ~na)¡zadas dividiéndolas en pueden también ser analizad'ocare~ehn de slg/1lficado, los signos del LAS . en c ere mas" q u e ' . estructuras s¡anificativas del LAS A / ' permIten constrlllr las . / b SI Como un d t . CIOn de fonemas constituye u a '1 b . ~. e ennmada combinabmación de "cheremas" con ;t pa a ralcon sIg/1lfICado, una cierta comS periencias de Gardner y G Iduye en e L~S una palabra. Una de las ex. ar ner cons t / . . chImpancé hembra _ W h IS 10 en ultroduclr a una joven as oe- en una habIta ., yor parte de los muebles y utensT h' b' clan que contenía la mana contemporánea Duranl I 1.lo.s · a Ituales de una habl tación huma. . e a VIOI Ila W'lshoe t· b' presencIa de acompañantes h . b " es a a regularmente en d d .. " umanos con los cuales c ' 1 . . a cotIdIana tal como el aseo la' r ., ompartJa a IIltlmiúnica forma de comunicación q' a ImenbtacIOn, el vestirse, etcétera. La el LAS y el resultado de la ue s~ usa a en presencia de Washoe era expenencJa fue que a 1 t za d a, Washoe dominaba el uso d h . ' os res anos de comene oc enta y sIete sia 'd . "Onos e ese lenguaje entre los cuales había p b F' ronom res personales ' ranclS G. Patterson estableció . ". / hembra que a los cuatro año d comUI1/CaClOn can Koko, una gorila s e comenzado el aprendiza]'e ad qUIno .. , un ;¿ririi¡;¡;\eri¡orÍlciOJiessignificativas y a menudo novedosas de hasta doce p~¡iii:~!d.~.;,y~tensi~n, Según el in~orrne de.l~ Dra. Patterson, ~oko comp!;eti.q~lñ~eV:~)OracIOnes conJa mIsma fac~Idad en e! lenguaje LAS que .eh;eUdiomaoinglés hablado, hace comentanos espontaneos, contesta pre~~:~-;;b~~ quién, dón~~ y hast~ so?re el po:qué; inventa palabras, se habla a sí misma, aprendIO a mentIr, tIene sentIdo del humor y hasta una chi$p~ d.e sentido para la representación teatral (Patter3on, Francis G. P., 1f!.,TIu;,Spir/t ofEnterprise ofRolexAwards, Gregory E. Stone, San Fran'lt"7C!"'-:·~">'-'· ~;~~4;::.-;'i"-J_>f.."i<;~"7F~",",,~"~'" - ' ~_" ..!"-:,,~('-T::_<' I J ,\ \ t ... L 1;)(1 .~.• - ,r CAPÍTULO . . :~ .~. , 4 ,; ,; ,COMIENZO DE LA TRADICION CIENTIFICO-FILOSOFICA ,. ... -EN NUESTRA CULTURA I 4.'1. EL DESPERTAR DE LA RAZÓN ':EI hombre ha hecho uso de su razón desde siempre. De modo que mal podemos hablar de un "nacimiento" de la razón, pues ella es tan antigua como el hombre. Ya la usaba, pues, en la Prehistoria y desde luego, la usó en el corrúenzo de la Historia propiamente dicha, cuando los sumerios -y luego los caldeos- dominan el arte de la irrigación, escriben y dominan algunas nociones matemáticas. Éstas fueron realmente grandes hazañas en el uso de la razón. Pero ustedes saben que desde entonces, y durante miles de años, la vida de aquellos pueblos de la Antigüedad, como los egipcios, los asirios y los caldeas, no registró ninguna hazaña notable en el uso de la razón. La gran hazaña iba a ocurrir en Grecia a partir del siglo VI a.e., en un proceso maravilloso que hasta por cierto convencionalismo escolar se ha dado en llamar "el despertar de la Razón". Nosotros vamos a ocupamos aquí de dicho proceso en lo que específicamente nos interesa: el nacimiento de una tradición que continúa hasta nuestros días, tradición que constituye objetivamente el conocimiento científico-filosófico. Esa tradición comienza con Tales de Mileto, el primero de los siete sabios de Grecia, a quien se considera el primer filósofo ya quien se atribuye, además, ser el autor del primer teorema y haber pronosticado el eclipse de Sol del 28 de mayo del año 585 a.e. Para hacer nuestro relato más interesante y aunque sabemos muy bien que el nacimiento del conocimiento racional-filosófico Y científico- fue la obra de muchos e importantes pensadores, nos permitiremos dramatizarlo como la hazaña de un solo hombre: el milesio Tales. REG.:() \4 I POPPER, KarI R., "Hacia una teoría racional de la tradición" y "Retorno a los presocráticos", ambos en El Desarrollo del Conocimiento Cielllíflco. Conjetllras y Rejiilaciones, Paidós, Buenos Aires, 1967. • 62 :rRADI CIENTÍFICO-FILOSÓFICA EN NUESTRA CULTURA CIÓN PROPEDÉUTICA . to enéricode los animales humanos. y me LA. ~~D,dg~a:Jª<~n;como atn~~us~ntivo "animal" que sirve d~ soport.e a la 4.1.1. Comienzo de la tradición filosófica Los pueblos de remoto y no documentado origen lo dramatizan yenaltecen, concibiéndolo como la gesta de dioses y semidioses. Lo mismo hacer: con sus tradiciones más antiguas. La tradición que llamamos filosofía tiene más de dos mil quinientos años, así que su origen es remoto. Está, en cambio,justamente bien documentado ya que la crítica historiográfica no ha puesto mayores reparos al aserto de Aristóteles (384-332 a.c.), quien lo atribuye al primero de los siete sabios: Tales de Mileto. Se trata, pues, de un hombre y no de un dios. La prosapia de la filosofía no es, por lo tanto, tan encumbrada. Pero se trata de un sabio, es decir, de una especie de superhombre en eso del saber; un héroe del conocimiento científico-filosófico capaz de una hazaña de magnitud. Se justifica, así, el intento que aquí haremos de dramatizar el origen de la filosofía mostrándolo como una hazaña de Tales. Pero nos proponemos, además, sostener que en esa hazaña se encuentra lo permanente y decisivo del conocimiento científico-filosófico: su oposición al pensamiento dogmático, y su carácter crítico. Y, como síntesis final y más importante: que ello significa la aparición de ulla nuevaforma del pensar. O, mejor dicho, de un nuevo nivel del pensar, ya que se trata de una superación de la forma de pensamiento previa. Pensar, en suma, es algo distinto en nuestro planeta después de Tales. Y ello por derecho propio sin perjuicio de que, de hecho, subsista la forma anterior: el pensamiento mítico-dogmático, como puede comprobarse leyendo en cualquier periódico los espacios dedicados a los horóscopos y las multitudes que atraen santones y curanderos. Tales practica con sus discípulos una tradición --o costumbre- novedosa para su época: un pensamiento que es indagación, investigación, búsqueda. Esta búsqueda se hace por conjeturas y crítica de las mismas a través de un diálogo entre hombres. Diálogo posible y fecundo porque los interlocutores pueden observar las mismas cosas; pero sobre todo porque todos ellos están provistos de razón: pueden discurrir, argumentar, criticar y contra-argumentar. Esta tradición, fundada por Tales, es la que da origen a la filosofía y la ciencia. Mejor aún: la filosofía (y la ciencia) son, hablando en sentido objetivo, esta tradición -o costumbreiniciada por nuestro héroe. Conocimiento es el producto de esta empresa humana comenzada por Tales: un producto tan falible, perfectible y racional como la empresa misma que le da origen. Sé que a muchos chocará la unión que hago de "falible"cqi\",racional", Pero ese rechazo proviene, a mi entender, de una concepciÓn de la Razón (así con mayúscula) que se me ocurre una injustificada hipérbole -y también una hipóstasis- de la sencilla razón a la que me refiero. Pónganle "razonable" si no les gusta "racional". Pues yo me estoy refí- 63 gusta,ría:que,se:rt;pare en.~ "animal racional". ASI entendida la deffuiói~n~~!áslca>del ho~~:ee~:~ más bien humilde. Por otra parte es fát.9n;<::omoJumel1na~ur p'lea,emplea su discemimiento, para la solu- obyió que el hombre a em ói6rt:.de ¡sus: problemas. -i:'~ ,ri~\' El pensamiento mítico-dogmático . ue roduce Tales en el pensamlent~. ,:- v61varilÓs ahora a la revo~uc~O? q ~ una tradición mucho más antl$1.i~';¿~q~stit1lye ~na rupt,u.ra _~ClS~:t~~o. El mito constituye u~a forma ' "'lí:' l' pensamiento mlt1CO og. d mo "conocimiento socIalmente gu , :" .. d' 1 hemos caractenza o co d pr~cl~ra e o que" ues conocimiento socialmente acepta o. defirüdo como tal . Es, p , l' . mitivo-- es un relato sagrado de El mito antes de Tales --;. mlt0:ltr~eollode estas hazañas es la crealas hazañas de Dios, o de los lOse} s. Dios o los dioses lo han creado. ., d 1 M do El Mundo es ta como . d 1 CiOn e u~ ' . Del mito -relato primitivo del ongen ,e y ello es aSI para Siempre. . altos apreciables a la Cosmolog la : Mundo (Cosmogonía) - se pata ~.m ~ente el Mundo 'Pero esta Cosmoaun discurso sobre c?mo es e et~ Ivahermenéutica Clarificadora de las , mente Interpreta Iva, . . logia es n:'-e~a . rimitivo Es dogmática, pues no puede cuestiOconsecuenCias del mItO? t ' rte Y es legitimadora del Mundo sonar el mito del que, precI~:~:~e ed~~se ·mito. Aparecen, así, escuelas de cial est~cturado so~r~ , . artir una doctrina Y conservarla pura e pensanuento cuya mlSlo n es Imp .' 'n pueda cumplirse con éxito. Esosa es que esta mISIO . . ' . bl Ot lilal~era e. h rba.~ cuenta de los cambios inevitables en el Mundo mlspeclalmente a l a . 1 . lmente en el Mundo socia - . . mo --especia 'Ir' árrafo en que el hombre emplea su dlsEstábamos, en el,penu lmo Para la ~olución de sus problemas. Pero, cer~imiento, .su raz~n nat~ral, pamiento mítico-dogmático, en esa tradi,,' ' 0 .,.0" l. " -$ . ., e. s~~unanl~ee:~;I~~a~:~~~~~~~~saplica su razón a la solu~i?n delsMus prdoClon _ roblematlco: e un o blemas dentro de un marco que no es, a su ve..:, p . . t tal como es según las doctrinas que se basan en el mito vlgen e. • 4.1.3. La revolución de Tales . . d rt' 1 acrnitud de la hazaña de Ahora estamos en condiCiones de a ve Ir a m b l' Se ales el sentido más profundo de la tradición funda~a en a misma: - ~alar¡en el párrafo siguiente alg~nos cAaractere!ls:~~~~~~sp~~~for~~~~~ ción ue Tales hizo en el pensamIento. un.que , debe iomárselos no es político, admito que llenen la mayona de ellos una • 64 'N CIENTíFICO-FILOSÓFICA EN NUESTRA CULTURA LA TRADICIO I PROPEDÉUTICA fuerte connotación política. Son, si se me permite la analogía, "armónicos" del sentido filosófico principal. Armonía grata, y plena de sugerencias, si se recuerda, por ejemplo, que la misma Grecia produjo en Atenas, un siglo después, la revolución política más importante: el tránsito de la sociedad cerrada tribal, a la sociedad abierta, democrática. Sostengo, en suma, que la Revolución de Talesfue una revolución liberal, individualista, racionalista (en el sentido humilde de la palabra razón, recuerden), democrática y,finalmente crítica. Trataré de fundarlo: Liberal, porque el pensador se atiene a su libre convicción y no a autoridad alguna. Individualista, porque el que piensa es siempre un individuo con su nombre propio (adviértase que el mito primitivo es anónimo). Racionalista, porque el libre convencimiento del filósofo acepta un solo control: el de la razón. Democrática, porque la razón constituye el patrimonio común de todos los hombres y no de una casta, sacerdocio, secta de iniciados, etcétera. Creo que estamos ya en condiciones de enunciar la idea central que inspiró a Tales su revolución en el pensamiento. Y es ésta: extender a todos los problemas el uso de la razón (natural) utilizada hasta entonces por cada hombre solamente para el esclarecimiento de los problemas más circunscritos e inmediatos. Esta idea fundamental lleva como corolario a la crítica -o al uso de la razón- pues está claro que si la razón es patrimonio de todos, ninguno la tiene en exclusividad. De donde se sigue que el método de indagación es la discusión racional de los problemas (igual que para los problemas cotidianos del mundillo familiar). Pero es de sobra sabido que la discusión racional de un problema entre dos o más individuos, consiste básicamente en el examen crítico de las razones que el interlocutor aduce en favor de su punto de vista. La crítica consiste, pues, en el examen de una opinión enderezado a descubrir sus errores. No es posible afirmarlo con certeza, pero parece ser que también en esto fue Tales el maestro fundador, pues no solamente toleró la crítica a sus propias doctrinas, sino que parece ser que propició activamente la crítica inaugurando así una nueva relación de maestro a discípulo. ., (466-400 a.c.) fundador de a me 1rtenece Hlpocrates ca. e I maescue ap . to de vista de los . d I . . cina. K I P pper ha revalOrIza o e pun En nuestros días af .o t fí losófica conocida como "raClon~J¡smo jónicoS fundando una cornen e d~S rasgos, los principios que sostIene el 'tico". Veamos ahora,.a ~ran buena medida, ellos fueron adecn. I.smo crítico adVIrtIendo que, en raCiOna I .,.. lantados por los Jomco~. se encuentre aarantizadamente la verdad. 1) No hay textos en os que el mundo es'"problema principal que los 2) Cómo sea e!ectlvam, e~.t~, fos) tratan de resolver (problema cosdores (cienuflcos y o lOSO pen sa l' mológico)., , f tratan de resolver el problema c.osmo 03) Los cientlfiCos Yfiloso os ueblan el mundo y los aconteclml~ntos observando (las cosas que ? . do acerca, de ello (vale deCir raico g '1 ocurren) Yd Iscurrten o hechos que en e sar uiado por la razo n ). . zonando, empleando un pen g ese discurrir constituye un conjunto de l 4) El discurso enque se p,asma d formando una teoría). Pero . . (qUlzas entrama as . ' . afirmaCIOnes o teSIS de esta reseña, ninguna tesIS o teon~ es g,lcomo se sostIene en el punto l . . pues una hipótesis o conjetura. uye rantizadamente verdadera .. Con;;ut , en'sadores, la generalizaciól~ a 5) Sin desdeñar la ll1sPlraclonddelods Pt· o) o aun-el éarácter fortUIto . . (méto o JI1 UC IV partir de las observaCiones b · · entos cuya importancia es JI1n~ga(serendipidad) de algunos des.cu. nml el r¿ reso del pensamiento clenble en el contexto de descub~lI~llento, t ¿om~ una crítica a las tesis o teotífico-filosófico transéurre basICamen e os errores puestos de manifIesto por rías que se trata de su~er~r. ., 6) La crítica y la ej¡ml~aclon de I 1 Cl· a Es en última instancia, lo I ' d raCiOnal por exce en . , la misma es e meto o . d . tificación de una teoría. . que importa en el contexto .e JU~ . d I discurso con la realIdad a la 7) La verdad es la. cor;espo n encla e . t'f· co- fIlosófico no es sustanrefiere - . . que el discurso se I 'en el dIscurso CIen I I , 8) El uso de a razon lea cotidianamente el sentido comun. cialmente dlstJl1to al que emp. d 1 s tres primeras se encuentran De las tesis precedentes entlen o que a la idea central que lo animó. ·I to y la octava constItuye T 1 L (570-470 a.C.) discípulo de a es. a ya en Ta Ies d e M l e , La cuarta es expresa en Jenofanes -¡¡ 4.1.4. El punto de vista de los jónicos y los principios del racionalismo crítico Tales de Mileto (ca. 640-546 a.c.), Anaximandro (ca. 610-547 a.c.), Anaxágoras (ca. 500-428 a.c.) y Demócrito (ca. 460-370 a.C.) constituyen las figuras más destacadas de la escuela de fi lósofos y científicos conocidos como "los jónicos" o escuela jónica, los cuales estaban empeñados en conocer la physis (o naturaleza) prescindiendo de los dioses. A la mis- 65 d· .. , ., lásicade verdad como corresponden·0' n misma de verdad de la que 2 En 1933 Alfred Tarski rehabllI\o lanoclonc 1 , . as JunIO con a nocl 1 cia cn\re pensamicn\o y las cos~s mlsm '. rollos de la Lógica pareccn asignar un papc desconfiaban los lógicos. Los ullllnos dcsdr na noción adecuada dc la verdad (efr. . I S 'lt"cay porlo\anlO,aU . . S . /14 FI..l / [ ligación en/as Ctencws ocw e., . imprescindIble a a emall FINE, K., en RICOEUR, Paul. Comentes {e ~~ '~\:)S losafía, Tecl1as-Unesco, MadrId, 1978. p. e· - ¡: :1., c· 66 . PROPEDÉUTICA sép~ima entiendo que se sigue d l caracter descriptivo de nuestro I:n a se.gunda y la ~ercera si admitimos el u presanproposiciones que pueden s:r : Je (las asercIOnes que hacemos ex~es, qUInta y sexta, se encuentran jun~~d~de~as o fals,as). Las dos restanOpp~r y todas ellas nos ofrecen ~ ,CO? as demas, en la obra de K conocIda como racionalismo críti::a~ smtesls apretada de su concepció~ 4.2. RAZÓN CRÍTICA Y RAZÓN FUNDANTE 4.2.1. Razón crítica La palabra griega logos desia na parloteo). De aquí que los b a un hablar con sentido (y no a un su 1 d . romanos la tradu' mero Jer~n por "razón" de donde rge a efmición clásica del hombr No podemos aquí indagar a fond e com~ ~llImal racional. un problema filosófico de primera o la n.ocIOn de razón que constituye puede ba~tarnos observar ue el ha magnitud. Par~ nuestros propósitos blar que caractenza al hombre cons' te en un dIScurrir. El hombqre d' y d 1 Iscurre (o raz ) ISen .0 os pro y los comra antes de emp dona cuando argumenta extrazo~aole se deja convencer por un ar u ren er una acción. Un hombre raCOsa no urge dema~iadA _ g mento correcto y aceptara' .l v--- ~opesar los P I · -SI a ell~oS ~ue alguien no es razonable y os contra de una acción. Dees IrracIOnal cuando 10 considera eua.n o no hace tal cosa y decimos ue ~ues,.la aptitud o capacidad que ti~~~se~l~cap,,:: de hace.rlo. La razón, s;ría os ejemplos triviales de un discur . om re para dIscurrir. Pongamos la razón como discernimiento o "1::: en el ~~,e se hace presente el uso de natural que poseen los hombres' .( 1) I?ado que te quedaste sola cuand ' . hast;)ml regreso, por fuerza te has toma~ sal; d~ casa y nadie entró en ella (. Amenaza llover. Mejor será u o e VInO que dejé en la alacena. empIece la lluvia (está implícito q e regresemos a casa antes de que que no queremos mOjamos). • lO e La razón como fumen tzaturalis d I h ~n fO!r:'a crítica. La verdad de las p e ?mbre (ver supra, 4. I .), funciona ImplIcltas_ de un razonamiento reml~as --expresas o más a menudo mente establecida. Volvamos a lo~: .~entldo Común no está garantizada_ preced~ntemente, razonamientos co{.;plos (1) Y (2) con que ilustramos llanos y veamos algunas respuestas p~slbles a los mismos: (1 ) Te equivocas. Lo u . lleva vino q e pasa es que estuve cocinando u ' . na receta que (2 ) Pero papá, ya estamos ' que de la nuestra. Mejor será" ql~aeSsCI' ~rca de casa de la tía, adonde vamos bamoS. ' • ·í, LA TRADICIÓN CIENTÍFICO-FILOSÓFICA EN NUESTRA CULTURA 67 -oi;(!1 ~¡:nos--:müestrá qué en (1) había una premisa implícita falsa: que la úfiicii:fófmWde1toilstimir vino es beberlo. ,(2/}nosmues~raque (2) omite una pr~misa ne~esari~ para una conclusión cotré'ttt'éril:ln·razonamiento práctICO: la distanCIa a recorrer para glíarecirse'de 1~'Iluvia_ . ,. --?;'Élltacziinálisliw crítico se vale del razonanuento (en pura loglca dedüdivaytoilforme al siguiente principio: En todo razonamiento válido la verddd'.6.3.4. La antinomia d e l ' . ' y ProPOSICIOnes . _. mentlfOSO y la mcoherencia de los lengu . _ Jes semantJcamente cerrados aJ 5.b.3. . Lenguaje objeto y metalenguaje ;.6.~.6. Bosquejo de construcción de la definición J.6.,:;.7. La concepción semántica d 1 " .,' e a verdad, ¿es la Correcta? 5 .. 6 3 '8. El ImmaClon d t' . . . 5.6.3.9. La d fi . " e erm mo.s semánticamente redundantes. _. e lruClO11 y las comentes filosóficas 5.6.4. Consecuencias epistemológicas de 1 " y g~oseologlCas 5.6.4.1. Aplicaciones de la sem' / co~cepc.IOn ~emantlca de la verdad s clen~as d~ductivas 5.6.4.2. Aplicabilidad de la sem::i~: a cías empíricas a a meto ologla de las cien- t 5.6.4.3. Aplicabilidad de la semántica a las humanidades CAPÍTULO 5 LENGUAJE Y LENGUAJE CIENTÍFICO 5. L INTRODUCCIÓN 5.1.1. Lenguaje y lenguaje humano Hemos visto en el Capítulo 2 que el lenguaje aparece en muchas especies animales. Claramente en sus funciones expresiva y motivadora y también, aunque en medida quizá ínfima, en sus funciones operativa (saludos, por ejemplo) e informativa o descriptiva. Esta última función es la que particularmente nos interesa en relación al lenguaje científico. La investigación sobre el lenguaje en el hombre tendría que ir, de estas manifestaciones primitivas del lenguaje en los animales, a la facultad de hablar (o "don de la palabra") propia del hombre. Desde allí tendríamos que tratar la lengua en general como estructura en la que se objetiva la facultad de hablar y de la lengua en general a los diversos idiomas que constituyen sus concreciones en las diversas comunidades lingüísticas. El camino bosquejado sigue un orden inverso al de las exposiciones más autorizadas que parten de los idiomas históricamente constituidos para indagar las características de la lengua en general, apuntando desde allí a la facultad de hablar. Nosotros seguiremos también este camino aunque controlando algunos puntos cruciales con conocidas investigaciones fenomenológicas y etológicas. Por los resultados de estas investigaciones etológicas se hace patente que considerar el lenguaje como algo exclusivamente humano constituye un prejuicio antropocéntrico. Este prejuicio debe ser abandonado tan pronto advertimos que --como ya hemos visto en 3. L 1. Y explayaremos en el presente- chimpancés y gorilas, como Washoe y Koko, pueden ser miembros, junto a seres humanos, de comunidades lingüísticas. Determinar si estos monos hablan y en qué medida constituye, pues, una investigación empírica que no puede ser descalificada a priori. 1 1 79 LENGUAJE Y LENGUAJE CiENTÍFICO 78 PROPEDÉUTICA 5.1.2. El lenguaje de las ciencias Las disciplinas con pretensión cognoscitiva -merezcan o no el título hoy honorífico de "ciencias"- tratan de plasmarenunciados o conjuntos de enunciados (Sentences) con pretensión de verdad, enunciados proferidos en algún lenguaje. Sobre la base de esta comprobación, los adherentes a la denominadafilosofía analítica han fonnulado una propuesta que ha conseguido general aceptación: eliminar de la filosofía los problemas ontológicos y metafísicos con los que viene gravada su tradición y limitarla a un estudio analítico del lenguaje, como paso preliminar necesario para adentrarse luego en el tema del conocimiento propiamente dicho que sería propio de las ciencias. Este planteo usual debe tomarse con alguna cautela. Pues, como dice uno de los máximos exponentes de esa escuela en el campo del Derecho: "A pesar de su preocupación por el análisis (este) libro puede ser considerado un ensayo de sociología descriptiva; porque la sugestión de que las investigaciones sobre los significados de las palabras simplemente arrojan luz sobre éstas, es falsa ... En este campo de estudio es particulannente verdad ... que podemos usar una conciencia agudizada de las palabras para agudizar nuestra percepción de los fenómenos" (Hart, Herbert L., El Concepto de Derecho, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1977, Prefacio. La bastardilla es nuestra). 5.1.3. Notas explicativas Comunidad lingüística. La noción de comunidad lingüística constituye una precisión o especificación de la noción grupo sociocultural que explicamos en el Capítulo 7. El aspecto cultural que aquí está en juego es el uso de un lenguaje y pertenecen al grupo (comunidad lingüística en este caso) todos los que (en alguna medida) lo usan, ya sea porque lo hablan, lo escriben o, simplemente entienden ese lenguaje (hablado o escrito). La comunidad lingüística de los hispanohablantes por ejemplo, no guarda relación finne con fronteras políticas: hay en ella españoles, filipinos, cubanos, portorriqueños, etcétera. Pero no pertenecen a la misma muchos paraguayos, correntinos y misioneros que hablan solamente el guaraní. Ni tampoco las criaturas de vascos y catalanes que no entienden el castellano. Sociología" descriptiva". Estamos de acuerdo en que Hart la hace y en que la hace muy bien. Sin embargo, la calificación de "descripti va" no se compadece con el sustantivo "sociología" si esta última debe entenderse, en el sentido imperante, como ciencia explicativa (causal o estadístico-probabilística) de los fenómenos sociales. La bibliografía utilizada por Hart es reveladora al respecto: aparecen en ella obras de filósofos y 1 ., iamente dichos. Se trata, .. 0. . casamente, de sO~lOlogos prop e ermitan efectuar de:Ju~~~sle' ;:rfilar con niti?ez Clert)~~~~r~c~~~~~~jun~o de los ~enó?;e-n mas ' . . ciertos fenomenos ... la invesugaclO . ébrtes (~elllms l~~rtes que resulten sigmftcaltlvos ;:;:edición de sus ¡nos sOCIa e , , d Husserl en a pnn . . "d ~lgo parecido o:~rrio (~~~o)o nOS habl6 de "Psicología descnptlVa , evestigacio nes Lógt~aS d bandonó por la de Fenomenologla . . . 'n que mas tar e a noounacIO e fundan en ideas toma1 d sta dlSClp 1113 S d Las exposiciones u~ua es e e u~e (1857-1913), ilustre reno va. or . oüístíca GeneraL-ap]¡ca1 inebrino Ferdmand d~ SauSS ~:sl~~in~üística a la cual constituye cr~m~s~l:Jemás, el desarrollo d~ una bk a todas las lenguas-o S~ussudree~o~inar Semiótica) como es~udldo ge, ( hoy prefenmo s 1 f publIca o en Semiologla que d Lingüística Genera ue nera! de los signos. S.u ~u.rso e obra de Sauss ure tuvo un~ gran reper1916 por dos de sus dl.SClpulilllnados lenguajes formales d ecen nuestro especial interés los LENGUAJE Y LENGUAJE CIENTÍFICO Pero, dentro de los lenguajes artificiales, conviene distinguir aquÍ cómo funcionan las definiciones en las notaciones y en los lenguajes técnicos que utilizan las ciencias empíricas. En las notaciones (o lenguajes simbólicos propiamente dichos) las definiciones no entrañan riesgo en el avance del conocimiento. Por medio de una definición se asigna un valor preciso a cierto símbolo y, eventualmente, a toda una notación. Adoptar una u otra notación será una cuestión de conveniencia (pragmática) para hacernos entender más fácilmente y no una cuestión de verdad (semántica). Así las notaciones (32) y (32') que siguen significan ambas, unívocamente, la misma primera jugada realizada por las blancas y las negras en una partida de ajedrez: LogIca. e que se valen las Matemáticas la '. y El conocIilllento de la notación algebraica (27)(a + b) = (b + a) n?s pone de manifiesto lo que en .er ' . p.Iedad conmutativa de la adició J t ga matematIc~ conocemos como proe~empl~ siguiente nos pone de m:~i~ma qu~ estudIa la.aritmética). Pero el CIa de bInomios que ya nos resultaríaI~~t~ ~Iertas propIedades de la patena los que no somos del oficio: IfICd explIcar en jerga matemática (28) (a + b)2 = a 2 + 2 ab + b2 (32) "1 P4R P4R" (32') "Ie2 - e4 e7 - eS" Del mismo modo en ló ica el c '. los países de habla inglesa gno; onocIilll~n.to de una notación usual en ~e ~~ ley lóg!~a (o tautolo~ía) q~~:endf ~a~If~e,st? en la fórmula sigui eno e negaclOn a Jerba ogIca denonúnamos de la Del mismo modo, en lógica proposicional las fórmulas que siguen significan ambas, unívocamente: la conjunción de las variables o letras sentenciales p y q, aunque la primera está en la notación que ya conocemos y la segunda en la notación polaca de Lukasiewicz: (29)p==_(_p). Pero en la jerga lógica hablamos ., (33) "p .q" d~ la ne~ación, conocidas como "Iey~::~n de I~~ leyes de distribución c. o a qUIenes no Somos de ese ofi . (33') "Kpq" ~rg~n , lo que no le dice mu- cIendo la notación mencionada ~~~ o especIalIdad. Sin embargo, conodo de esas leyes con las fórmulaP . m?s poner de manifiesto el contenis SIgUIentes: En las ciencias empíricas, en cambio, ya hemos advertido contraer el riesgo de recurrir a definiciones para elinúnar vaguedades. Así, si hubiésemos incluido en la definición, de "vegetal" la alimentación exclusiva por vía de las raíces, tendríamos que modificar la definición ante la comprobación de la ingesta de plantas carnívoras. Y ello porque sería mucho peor para el progreso de la ciencia, empeñarse en mantener la definición y sostener que las plantas carnívoras no son vegetales. En el campo de las ciencias sociales el riesgo que entrañan las definiciones es mucho mayor. Así, si nos atuviésemos a la definición del artículo 1323 del Código Civil tendríamos que admitir que un contrato, por el cual una de las partes se obliga a transferir la propiedad de un lujoso palacete por el precio de cinco australes, constituye una compraventa cuando todos hablaríamos aquí de donación. Pero en todas las ciencias empíricas conviene tener en cuenta que, tal como lo ha señalado Popper, las definiciones deben leerse de derecha a izquierda y no en la forma normal (de izquierda a derecha). Si seguimos su consejo resultará cIaro que la palabra que se define (definiendum) --que se encuentra a la izquierda- constituye, solamente, un rótulo breve que em- (30) - (p. q) == - p v-q (31) - (p v q) == _ p. _q 5.5.6. Definiciones . En los lenguajes artificiales (o . Int~odu~irse definiciones con el Jr~g~s) que us~n ~os científicos, suelen p()lISemIa que afectan a los le O" 101 p. paSIto .de elImInar la vaguedad y la q~e las definiciones se refierenn:~aaJes In~tuIales. Conviene aquÍ recordar mIsmas ..Esta advertencia permite ~~: a hras y no. a los ~i?nificados de las ca conoCIda como" esencialismo" cos:c ar la onentacIOn epistemológi_ 11 que hemos hecho en otro lurrar 11 . VILANOVA. José _ BARBAROS b . Científico, Fundación de Derecho A~H,. Eduardo y otros, In[roducción al Co ' . noe mnustratlvo, Buenos Ai 198 _ . l/]Ilenio res, ), pags. 270-275. . j • 103 LENGUAJE Y LENGUAJE CIENTífiCO 102 PROPEDÉUTICA pleamos por comodidad para evitarnos repetir el párrafo o extensa parrafada que figura a la derecha (el definiens). Esto nos pondrá en guárdia, tanto contra el esencialismo, como contra la introducción de definiciones destinadas solamente a eliminar vaguedades. La ambigüedad o polisemia que afecta a los lenguajes naturales consti tuye, en cambio, una peste que debe por fuerza eliminarse en el lenguaje de las ciencias. Pero esto no puede lograrse mediante el expediente mágico de una definición estipulativa, sino con la vista puesta en los acontecimientos, acciones o entidades sobre las que versa el discurso científico. Es lo que hicimos cuando distinguimos entre la percepción (estado de conciencia) de lo percibido (o percepto) en el ejemplo bajo (l 0111) más arriba, pese a que suele considerárselos sinónimos. Esto nos ha permitido también -siguiendo a Quine- evitar la palabra "proposición" a la que se aplicarían en rigor los predicados "verdadero" y "falso" según muchos autores, para quedamos con los enunciados u oraciones (sentences). "bebés de probeta". En esta profética vi'co que hoy conocemoS como . 'f' do pues para el nacimiento al , d' cía de slgm lCa , ~ión la palabra ma re ~~re " z ni el arto y solamente algunos ardel bebé no eran ?ecesanas la ~~t~os sabFan el signifIcado de la palabra queólogos recalcItrantes Y margl , 1 labra 'madre' se ha hecho am'madre'. En el mundo conte~por~neo. ~ partl'ficial puede significar tanto . de mscmmaclon a b' bigua, pues en los caso~ cundado como la que lleva al be e en s~s la mujer qU? aporta e.l ovulo ~~ctos de sentimientos Y mora~es, en e} ano entrañas. SI, para evItar con, 1 de una mujer en una chlmpance, envu o I . ,do ya la palabra 'madre', la 2001 se lograse implantar el.o odas que la toma . . tonces en uno de los d os sen . f a mona' sería senCIllamente ., 'La madre del Dr. Yamashlta ue un oraCIOn .., Jede verdadera. . . ferido a la supuesta proposlCIO n pl 0 El tránSIto del enuncIado p.r Q' denomina eternas (ever. I a IOnes que ume , . entenderse mejor con as o~ c . 1ámbito de la Aritmética Yla F1slCa, bl .) uestamente aplIca es a last/l1g , sup b de enunciados comunes. pero que pueden o tenerse e 5.5.7. Las modalidades aléticas Sostener que el predicado verdad (x es verdadero/a) se aplica mejor a oraciones que a proposiciones y, en rigor, a enunciados, entendidos como preferencias de una oración por un emisor en un lugar y un tiempo dados, choca con algunas supuestas evidencias de sentido común. Estas evidencias se ponen mejor de manifiesto en las denominadas modalidades de la verdad (o modalidades aléticas) las que distinguen entre verdades necesarias y verdades meramente posibles o contingentes. De acuerdo con esta doctrina, oraciones como "La madre de Einstein era una mujer" expresarían una verdad necesaria dado que, en este caso, en el significado mismo de la palabra 'madre' se encuentra implícito el significado de la palabra 'mujer'. Pero aquí hemos procedido a generalizar directamente a partir de los objetos mencionados por las palabras 'madre' y 'mujer'. Si bien la verdad de esta oración se basa, ciertamente, en el significado de las palabras empleadas, ello no nos pone a resguardo de algún cambio semántico de modo que, en rigor, no expresa una verdad necesaria -vál ida para todo tiempo y lugar- (para cualquier mundo posible, como también suele decirse). Las verdades "necesarias" se dan solamente, hasta donde llegan nuestros conocimientos, cuando queremos generalizar a partir de oraciones como 'la madre de Einstein era mujero no mujer'. Para hacerlo debemos ascender a un metalenguaje y decir: "Toda oración de la forma 'p o no p' es verdadera" (ver Niveles de lenguaje, en S.S.4. más arriba). Que "la madre de Einstein era una mujer" no contiene una verdad necesaria, puede ponerse de manifiesto recordando la antiutopía de Aldous Huxley Un MlIndo Feliz, donde el escritor anticipó el desarrollo tecnoló- <; Aires el 24 de noviembrede 1987, a (34) 'llueve' . (35) 'Está lIov!end? en Bueno~ las siete de la manan a . . obtenida a partir de la fáctica e intrasLa oración eterna (35) ha Sido b mándome al balcón. En (35) cendente (34) que acabo de comP:~e~r ~~~lmente. Pero esa "eternidad" 'está 1I0vi~?do' ~ebe e~tendtr~~o~a c~stellano Y a un tiempo determ lde la oraClOn esta refenda a I nado 12. LA CONCEPCiÓN SEMÁNTICA 5.6. VERDAD y CONOCIMSI~~~~'ECUENCIAS EPISTEMOLÓGICAS DE LA VERDAD Y SU 5 .6 •1 • Introducción d 1 .. , recedente hemos 1lec h o us o e a no'lquí una consideración más Aunque en nuestra expoSI~lon P ción semántica de la verdad, Incorporamos < detenida de ella.. , . 'b' (Cap. 1), el pensamiento de actitud dogSeaún hemos VISto mas aro a. d d' ncuestionable a cIertos b . tr blllr una ver a I mática se caractenzapor a I \lo el carácter de dogmas. Este p~ns~enunciados que adqu~er.en por e a lo ue hemos denominado defiJ1lCl.on miento dogmáti~o esta vIIlculado t (~tiJl10 se identifica en gran medIda social del conocJ\11Iento, ya que es e 12 QUINE, W. O .. Filosofía .... cít.. págs. 38-40. • 105 LENGUAJE Y LENGUAJE CIENTÍFlCO 104 PROPEDÉUTICA con el apren?izaje de los dogmas o de los r ' . nen. Pero, SIn cuestionar el mar d elatos mltlcos que los contiebién hemos visto, el pensamientoca t~d:erdades dogmáticas, como tam. . ca 1 ¡ano del homb ' con opmlOnes que pueden ser som t' d re comun se maneja das. Esto supone una noción distint: ~e~e~xrueba ~ "por ende, modifica' . cuand ad, nOCIon común ' que destrona a la verdad mI'tI'c 0- d ogmatlca h de . sentido l' . ~ nsto, la escuela jónica funda e . o,. ~~la e sIglo VI antes d e cIentífico-filosófico. n GreCIa la tradIclOn del pensamiento Nos interesa aquí elucidar esta noci' d . La empresa no es sencilla Pu on e sentIdo común de "verdad" ., . es, pese a que usa . d'fi . nOClOn, nos ponen en figu n'11' . mas as SI nos pIden . hSIn 1 Icultades dicha concepto o demos una defI'n' " d que agamos explícito su lCIOn a ecuada de II E l ' ., c~on mostraremos la noción vul ar de e a .. n a pnmera subsecSIca de Aristóteles que da g verdad, aludIremos a la teoría clá, cuenta aceptabl apuntar las dificultades de esta te' ~mente d e ella, para luego na rrespondencia". En la segunda °b , c:~~ocIda como "teoría de la cad 1 su seCCIOn -la m' remos a concepción semántica de l as extensa- exponen 1933, rehabilitó la concepc" .a ve~~ad con la que Alfred Tarski 13 des aludidas. La tercera subselO~ ,anstotehca librándola de las dificulta" CClOn estará dedo d cuenClas epIstemológicas de sub'd' , Ica a a. senalar las conse., 1 o mteres qu ClOn semántica de la verdad. e se SIguen de la concep- 5.6.2. La noción de sentido común de 've ' ., y la teoría de la "corr s . rda~. Anstoteles e pond encla". DIficultades Supongamos que en una reunión de h'Ispanohablantes alguien profiere el enunciado (1) Está nevando. No ~abe duda de que los interlocuto . comunIcación entenderán que 1 .res a qUIenes se ha dirigido esta vando en el lugar y al tl'e e enuncIado (1) es verdadero si está ne. mpo en que se prof l . cambIO, el enunciado es falso si no est' Iere ta enuncIado y que, en en que se lo profiere. a nevando en el lugar y al tiempo . . . 13 El artIculo original, escrito en 1 . sJOn al alemán (1935) Yal inglés (195%)0 ~c~' constituye una exposición formal. Hay ver- ~~~~h~? ~rmal, en un artícu¡-; pubJicad~ e~ r~~~~~oe~~r;~r~,~:ió su exposición, de ma- puesto a elucidar esta noción, Aristóteles advierte que aquello de lo que puede predicarse 'verdadero' o 'falso' es el discursa, o más bien, una parte de él que contenga un sentido completo, vale decir lo que denominamoS indistintamente enunciado, oración (sentence, en inglés) o aserción. y concluye: Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que eS (esto) es falso, mientras que decir de lo que es que es o de lo que no es que no es, es verdadero. . La teoría clásica aristotélica de la verdad es conocida en filosofía como "teoría de la correspondencia", pues parece que al "es" de la oración corresponde un "es" en el objeto en el caso de verdad, correspondencia que falta en el caso de falsedad. Sin embargo, esta noción de "correspondencia" ha traído la mayor dificultad Y se ha convertido en un problema casi insoluble para la teoría clásica. pues si la verdad consiste en una "correspondencia" parece claro que el paso próximo de la teoría debiera ser hacer explícito en qué consiste esta correspondencia. Si por "correspondencia" noS limitamos a repetir 10 que ya está explícitamente expuesto en el trozo citado de Aristóteles, no hemos avanzado en rigor un solo paso: seguimos sin saber en qué puede consistir la "correspondencia" entre un enunciado y un hecho o estado de cosas. Pero si noS tomásemos en serio la tarea de elucidar en qué consiste la correspondencia entre un enunciado y un hecho y tuviésemos éxito en esta tarea, al cabo de la misma deberíamos obtener una definición o concepto operativo de verdad que funcionaría como un criterio de verdad. Vale decir que armados de esta definición, ante cualquier enunciado podríamos decidir si tal enunciado es verdadero o falso. Tendríamos algo así como una piedra filosofal de la verdad que nos permitiría decidir sobre las teorías matemáticas, macro Ymicrofísicas, biológicas, sociales, etcétera. Esta pretensión es manifiestamente absurda. Es, quizá, la ilusión que todos albergamos cuando se nos promete una defmición de 'verdad' . Pero tendremos que conformamos con una defmición menos ambiciosa. Por otra parte, la teoría clásica de Aristóteles se enredaba en la conocida paradoja del mentiroso. Si alguien dice, por ejemplo, "Esto que digo es mentira" la teoría clásica nOS obliga a reconocer que, si efectivamente miente, entonces dice la verdad. Pero resulta que, si dice la verdad, esto parece contradecir la aserción de que está mintiendo. Volveremos sobre esta paradoja más adelante. . llamos en el texto entre paréntes's 1~ .• . e semantlc conception of en BUNGE, Mario, Antología Semántica ~ue~~eVrsJO? española dcestc artículo incluida , ISJOn, Buenos Alfes, 1962. • • 106 PROPEDÉUTICA 5.6.3. La concepción semántica d J e a verdad 5.6.3.1. Una versión remo d La concepción semántica ~: ~:::a:or~a aristotélica mentas de la Semántica_ fu -juntamente con los funda, . e expuesta fOnTIal ma 1oglcamente demostrativa_ por Alfre me.nte -vale deci r en ford TarskJ en 1933 y resumida de manera no formal en 1944 T k· .. . ars Ino se prop . ,uso .e~poner una noción nueva Silla aSIr el significado real d una d~fini~i~n que haga justicia : ~a~ai~~~l~n Vlej~. En particular busca cepclOn cIaslCa aristotélica de la verdad. IClOnes vIDculadas con la COI1- 1: 5.6.3.2. Una consecuencia de la teor' . l . . . La teoría clásica arl·stote'l· tao a.1 equlvalenctas de tipo T Ica -aun p . d· respecto del sentido precl·so de " resclll lendo de toda indao-acio'n f . ,correspond· " b a Irmar una mfinidad de enunciad enCIa - nos compromete a lencia. os que toman la [onna de una equivaVeamos algunos ejemplos: (2) El enunciado 'la nieve es blan ' . ca es verdadero si, y sólo si, la nieve es blanca. (3) El el1UI1C iado 'todo lo re l . l' a e, ra~LO to d o lo real es racional. . L na es verdadero si, y sólo si, (4) Elenuflciado 'cuatroesma or ' cuatro es mayor que tres. y que tres es verdadero si, y sólo si, ~5) l enunciado 'la luna está hecha de ' queso verde es verdadero si y solo Si, la luna está hecha d e queso verde. ' e. Tarski usa el eJ·emplo (2) p · 1ectores pueden confundirse. ero cama ocu rre con l a meva es blanca los · " Y pensar que lo q ' . ' d Iza correspondencia" ent"r . ue esta en juego es la hui. . e un enunCIado y h h Para dISIpar este espejismo hemos un e.c o o estado de cosas. falso, de ese ejemplo se sio-ue ue 1 pue~to otros ejemplos. Como (5) es que se deducen de la teoria cla9s· as ~qulvalencias de forma T (de Truth) d Ica anstotéli d I · e que se sepa si se da tal '.orr "d . ca e a verdad no dependen " espUl1 elZcta o d e que UIZO esté inclinado a pensar que se da. Del mismo modo podemos afirmar (3) . . aunque ~o hayamos sido iniciados en l' fl ' Sll~ nesgo de equivocarnos, ma confIanza afirmaremos (4) a l osofla de Hegel. y con la miscomo afirmaríamos a ojos celTa~or poco que sepamos de números Así Cuatro' es verdadero siy so'l . os que el enunciado 'tres es mayo; qu'e d d , o Si, fre~ e, ma)'o as e que taIna es el caso . E n cam b' 10: . • r que cuatro, aun a sabien- 107 LENGUAJE Y LENGUAJE CIENTÍFICO (6) El enunciado 'cuatro es mayor que tres', si, y sólo si, tres es menor que cuatro, es, sin duda, verdadero. Pero no constituye una equivalencia de la fOlma T. Pues la verdad de este enunciado no se deduce de la teoría clásica de la verdad, sino que se basa en propiedades de los números. Alas aserciones que hemos ejemplificado con (2), (3), (4) Y (5) denomina Tarski equivalencias de la forma (o tipo) 1'. Ellas se deducen de la teoría clásica a(¡stotélica de la verdad y podemos formar infinidad de ellas, tantas como oraciones podemos formar en nuestro idioma. Si inspeccionamos con mayor detenimiento los ejemplos puestos, observaremos que en el primer miembro de cada equivalencia aparece entre medias comillas el mismo enunciado que en el segundo término aparece sin ellas. Estas medias comillas son una convención por medio de la cual se hace presente que dentro de las mismas figura el nombre del enunCia.do y no el enunciado mismo (que aparece como tal, recién en el segundo miembro de la equivalencia). En efecto: no podemos hablar de un objeto cualquiera sin nombrarlo. Podré encender un cigarrillo, escribir con la lapicera, acariciar a un cachorro, etcétera, pero si quiero hablar acerca de cualquiera de estos objetos tendré que empezar por nombrarlo. Lo mismo pasa con las oraciones: para hablar acerca de ellas tengo que nombrarlas. Como las oraciones son entidades lingüísticas esto quizá nos confunde y no vemos el punto con la misma claridad. Nos parece que es lo mismo el nombre del enunciado que figura en el primer miembro de la equivalencia (T) y el enunciado que aparece en el segundo miembro. Pero en todos nuestros lenguajes el núcleo del sujeto sólo puede ser un nombre o una palabra o locución que haga sus veces. Si decimos, por ejemplo, "veni, vidi, vici, fue pronunciado por Julio César" nos habremos expresado correctamente entendiendo que 'vine, ví, vencí' es el nombre de una oración. La oración misma la pronunció quizá Julio César en circunstancias históricas conocidas, o podría pronunciarla un presumido émulo de aquél. El expediente de poner un enunciado entre medias comillas no es la única manera posible de formar su nombre. Podríamos fonnarlo mediante una clave secreta o --como indica el mismo Tarski- indicando el número de palabras que lo componen y para cada una de ellas, ordenadamente, el número de la o las letras del alfabeto que la componen. Así (2) podría obtenerse mediante la siguiente expresión: (2') El enunciado constituido por cuatro palabras, la primera de las cuales consiste en las letras 13a y I a, la segunda de las letras 16', loa, 6 25' Y 6', la tercera en las letras 6 y 22", Y la cuarta en las letras 2 13", 1" 16", Y 1a, del alfabeto castellano, es verdadero si y sólo si la nieve es blanca . 3 , 3 3 , • 108 PROPEDÉUTICA 109 LENGUAJE Y LENGUAJE CIENTÍFICO En términos generales podemos formar una equivalencia T reempla_ zando una oración arbitraria cualquiera de nuestro idioma por la letra 'p', luego formamos el nombre de esa misma oración y 10 reemplazamos por la letra 'X'. Valdrá la siguiente equivalencia: (T) X es verdadera si, y sólo si, p . . ro one analizar esa para~oja a parT arski siguiendo a LukasIewlc z, p p a" mediante la sigUIente ora' laClOn " "en estado d e purez tir de su formu ción: . , . 109 , línea 4 de este trabajo no es (7) La oración impresa en la pagma verdadera. La expresión precedente es solamente un esquema de oración. Si en él reemplazamos 'p' por cualquier oración de nuestro idioma y 'X' por el nombre de dicha oración obtenemos un caso particular de la forma (T), casos particulares que hemos ejemplificado en los enunciados (2) al (5) más arriba. Cada uno de estos casos particulares es una 'equivalencia de la forma r. Pero ninguno de estos casos puede considerarse como una definición de la verdad, aunque cada uno puede ser visto Como una definición parcial de la misma. Todas estas definiciones parciales, vale decir todas lasde equivalencias (T), deben poder ser inferidas de la definición semántica la verdad. 5.6.3.3. Advertencia sobre enunciados, oraciones y proposiciones Utilizamos como sinónimos los vocablos 'enunciado' y 'oración' (en inglés sentence). Aunque 'enunciado' tiene en castellano la ventaja de ser participio del verbo enunciar, con lo que de algún modo alude al acto efectivo de proferirlo en circunstancias de tiempo y de lugar de las que depende su valor de verdad, como ya hemos tenido Oportunidad de constatar en (1). Tarski se pronuncia expresamente al respecto: el predicado 'verdadero' se usa a veces con referencia a fenómenos pSiCOlógicos, como creencias, otras en relación a objetos físicos -las expresiones lingüísticas que constituyen oraciones_ ya veces para ciertos entes ideales llamados "proposiciones". Esta noción ha sido, sin embargo, objeto de largas disputas y su significado no ha sido aún suficientemente aclarado. En esta situación Tarski opta por aplicar el término "verdadero" a las oraciones (sentences), vale decir, a objetos físicos. 5.6.3.4. La antinomia del mentiroso y la incoherencia de los lenguajes semánticamente cerrados El uso del predicado "verdadero" en los lenguajes naturales es vago. Si tratamos de eliminar esta vaguedad nos encontramos con la paradoja del mentiroso, y advertimos que ella constituye una antinomia pues encierra una contradicción la cual, a primera vista, no parece ser superable fácilmente. , ar la oración que está impresa en lmea 4 Cuando nos ponemos a busc 1 so resa de que es justamente la de la página 109 nos encon~ram~nC~tn:me~ (7). De esta manera resulta oración que acabam?s de CItar c ella misma no es verdadera. ., que la oración (7),vl~ne a afi~~d~e ue"noes verdadera",estaoracIOn Al referirse a SI1 mIsma ~redII t·qoso' si ella es verdadera, entonces dOJade men Ir . d es falsa entonces ella es verda era:, nos pone frente a a para. ella no es verdadera; o,s~ ~lla I ar~doja reemplazamos la OraClO? (7) Para abreviar el anahSlS de a p lla afirmamos la correspondIente por la letra 's' (de sentenc~), y con e equivalencia de la forma T. . , , Impresa . ' gina 109 lmea en l a pa 's' es verdadera SI,. y Sólo si , la oracion ., . 4 de este trabajo no es verdadera. .. Y de esta equivalencia se extrae la SIgUIente -y p aradojal-concluslOn. , SI,. 's' no es verdadera. (8) 's' es verdadera SI,. y solo . . . u uestos que conducen a la a.ntmomIa Se trata . ahora de anahzar lo tantolos a lSa Pd e tectada contradicción. DIchos sudel mentIroso y, ~or . ' d en a dos: . . puestos en última mstancla se re u: ' e en que se construye la antI~OmIa a (1) Hemos supuesto que ell~ng J los nombres de estas ~xpreslOn~s, contiene, además de su~ e~presIOne¿omo 'verdadero' refendo.a oraClOasí como término.s seman.t~cos tales su uesto que todas las oraCIOnes que nes de ese lenguaje; tambIen hem~s tér~no pueden afirmarse en e~e ~en­ determinan el uso adecua?o de es e ropiedades se llamará "semantIca. Un lenguaje que tlene estas p guaje. . . d mente te len uaje valen las leyes ordmarms e ( cerrado". H) Hemos supuesto que en es . g ma'nticamente cerrado conduce d . la lógica. Demostra o que un lenguaje d'¡ sea' o bien renunCIamos a exp rea contradicciones e~frenta:n~s un ~t~~e~ado, o bien insistimos ~n .exsamas en un lenguaje ~emantIcam~ de abandonar las leyes de la 10gICa. presarnos en tal lenguaJe pero a cos a • 110 PROPEDÉUTICA Tarski se decide sensatamente . · por renuncIar a1 uso d e lengucDes semántlcamente cerrados. ~·16.3.5. Lenguaje objeto y metalenguaje rechazo de los lenguajes semá ( e.l ~s?,de dos lenguajes para la defi . ~ !c~mente cerrados requiere, pues :InICIOn de la verdad que se a li u~n~c~on e l.a verdad. Buscamos una de~ ~ste e~ el lenguaje del que "se~ab!a'" las or~flones de u~ primer lenguaje; 1,e-obJet? Pero hay un segundo len y P?r e o lo denonunaremos lengua~e??uaJe-objeto". En este segundo aJe e~ el cual hablamos acerca del l1Ic¡~n de verdad para el primer len u ~guaJe deseamos construir la definomInaremos metalenguaje. Con e~oaje. A este segundo lenguaje lo denos encontramos nuevamente con el tema de los niveles de lenaua' e Por Consiguiente paradef'? .J que ya hemos explicado más arr¡'ba . , Inlr l a verdad . su fiICIentemente rico como . nuestro metaIenguaJ'e debe se d 11' para construl b r e enguaJe-objeto, debe contener tér . r un, n?m re para cada oración ~s deseable que no contenga términos im~n~~ 1.~gICOS de carácter general y os que se encuentran en ei len auaJ'e n ~ InI os con excepción de aqueb -o b~eto. 5.6.3.6 Bosquejo d J e construcción de la dej"ImCLOn . ., .,. L a s emantIca -para decl'r1 o SIn . gran p " , q ue se OCupa de ciertas 1 . reCISlon_ es una discipl' lb' re aClones entre 1 . , Ina y os c: 'Jetos (o "estados de cosas") a as expr:SLOnes de un lenguaje (op .. Cll., S. 5, pág. 117). Dentro de los que se refieren esas expresiones nos Interesa el de satisfaccio'n u '1 concep~os o nociones semánticos 'a d fi . " , p es e nos serv ' . d1 e InIClOn de 'verdad' . A'd SI eCllll0S p . ITa para la construccl'o'n de ~ tomate y la camiseta de Inde ~' oreJe.mplo, que la sangre, el ju o cIO~al (sent~ntial) 'x es roja'. pendIente satIsfacen la función propo~as funcIOnes Proposicionales ( . tales como 'x es blanca' , sentencLalfunctions) Son expresl'one , s , . ,xesmayorqu ' ma1es analoga a la de las o. . e y , etcetera. Su estructura "0 _ , , raCIOnes pero p d l' r (como x e 'y' en los ejemplos uestos I~e en conten,er variables libres ahora como una función proPos~ciona/ . Una or~cLOn puede definirse . ~n 10 que respecta a la noción sem' q~e no Cont~ene variables Libres. tUltlva es que ciertos objetos s t' f antlca de satisfacción, la idea in~uando ésta se convierte en verd:dl:r: cen una función Proposicional lIbres por los nombres de di~h b' cuando reemplazamos variables L- os o ~etos. Pero está claro que no p'od ' emos fe 14 . Para definir "función ro ." ,. o mductivo. Se describen' p posIcIonal se utiliza un método den' luego las operaciones de la {arma más n constrUIrse formas compuestas. me~~~l~~o~:s::,~~~~~~od~ales . s~~~;=~os~e~~s~~~~ LENGUAJE Y LENGUAJE CIENTÍFICO 111 basamos en esta idea para definir la verdad, pues entraríamos en un círculo vicioso 15. Hemos obtenido pOFmétodos recursivos o inductivos la noción de satisfacción (de una función proposicional) y la noción de oración como función proposicional que no contiene variables libres. Estamos ahora en condiciones de definir la verdad y la falsedad diciendo simplemente que una oración es verdadera si es satisfecha por todos los objetos, y falsa en el caso contrario 16. Para que el lector no se desoriente con la definición precedente debemos recordarle que el universo de los objetos pertinentes ha sido acotado o delinútado por la oración ya que ésta no contiene variabieslibres. Así, solamente los objetos que son nieve cuentan para decir la verdad o falsedad de la oración 'la nieve es blanca'. Esta oración será verdadera si todas las nieves son blancas y falsa si ello no es asÍ. Solamente el objeto Sócrates cuenta para decidir la verdad o falsedad de la oración 'Sócrates bebió la cicuta'. Esta oración será verdadera si Sócrates bebió ese veneno y falsa en el caso contrario, etcétera. 5.6.3.7. La concepción semántica de la verdad, ¿es la correcta? Esta pregunta parece estar mal fonnulada. Existen otras teorías de la verdad como, por ejemplo, la teoría de la coherencia y la teoría pragmatista, que rivalizan desde antiguo con la concepción clásica a la que Tarski ha dado forma moderna. Esas teorías no han sido aún objeto de una formulación precisa. Pero suponiendo que lo fueran, ahora la cuestión sería una mera cuestión de palabras: habría que abandonar eruso ambiguo de 'verdadero' introduciendo en su lugar diversos términos, uno para cada noción distinta (op. cit., s. 14, pág. 135), por ejemplo, "verdadero", "derdadero", "werdadero", etcétera. 5.6.3.8. Eliminación de términos semánticamente redundantes Algunos han sostenido que la semántica es un juego puramente verbal dado que tanto el ténnino 'verdadero' como las otras nociones semánticas pueden eliminarse en favor de las oraciones y frases equivalentes del 15 Nuevamente se emplea un método recursivo. La definición parte de los casos simples, construye otros con ellos y establece, caso por caso, las circunstancias en las cuales hay que decir que una sucesión (sucesión de objetos. agreguemos nosotros) satisface una oración (QUINE, W. O., Filosofía ... , cit., pág. 79). 16 La noción de objeto y objeto que satisface, hace justicia en cierta medida a la pretensión ontológica de la noción clásica de verdad sin incurrir en la desmesura denunciada al criticar la noción de "correspondencia". Tarski, por su parte, no encuentra objetable una ontología como disciplina que estudia objetos ele experiencia (op. cil., pág. 145) . • 112 PROPEDÉUTICA lenguaje-~bjeto. ASÍ, una oración sim le d ' p.u,ede sustituirse en toda equivalencia.r;., e l~ ~orma X e~ verdadera' ClOn cuyo nombre simboIizam por p . Vale decIr, por la ora. ~e~o la. ~osa no es tan simple, pues no siempre puede efectua~ss/~~ teoría de la verdad podemos b lha. eII.rrunaclOn. Por ejemplo, en la Todas 1 . pro ar e SIgUIente enunciado' as consecuenCias de los enunciados v dad . Y no es posible en este caso libra ero ero; son verdaderas. la forma sencilla propuesta ( . mo s de, la palabra verdaderola' en op. Clf., s. 16 pago 139). 5.6.3.9. La definición y l . ., Los filósofos suelen m ats corrdlentesfilosóficas y gnoseológicas , . os rarse esencantad 1 mantlca de la verdad ya ue ba'o e ' os con a concepción semente, un tema rico en co~notac~ se rotul? ~llos pesquisaban, seguragicas. ones metafIslcas o, al menos, gnoseoló- ,i) Con la idea de no despojar a la nació d nes se ha sostenido -a vec~s ca b n. ,e verdad de estas connotacion apro aCIOn (Pop ) proc he-- que la concepcI'o'n s ,. per ya veces como reemantlca compro t . tan con la posición rnetafl'sl' . me e a qUienes la sustenca opuesta al Ideal' 1 . · rea l lsmo. La respuesta de T k' Ismo, va e deCIr con el ars les concluyent 1 . para entender de una buena ve z que 1a Conce e. ,y resu , ta.muy Ilustrativa en el plano lingüístico y si b' pCI~n semantlca permanece condiciones de verdad'de u len ap.undta a los objetos nada dice sobre las n enuncia o cual . d i ' pretende dar criterio alguno para d 'd' . qUIera ~ lenguaje objeto ni eCI Ir SI ese enunciado es verdadero o falso. Veamos: " .. .la definición semántica de la verd d . . condiciones en que puede afi a n~~a ImplIca respecto de las IITnarse una oraCIOn tal como O): La nieve es blanca. Sólo implica que siempre que afir debemos estar dispuestos para afi mamos o rechazamos esta oración, nada (2): IITnar o rechazar la oración correlacioLa oración 'la nieve es blanca' es verdadera. De manera que podemos aceptar 1 ., sin abandonar nin auna actO t d a c ?n.cepcIOn semántica de la verdad . b I U gnoseo loglca d segUimos siendo realistas inaenuos r qu~ po a~os haber tenido; nstas o metafísicos: lo que h:ya ' ~eda Istas cntIcos o Idealistas, empirnos SI o antes La ca ., , es comp Ietamente neutral respecto d t d . . n~~pcIOn semantica 18, pág. 143). e o as estas pOSICIones (op. cit., s. LENGUAJE Y LENGUAJE CIENTÍFICO 113 Por otra parte, algunos acérrimos empiristas han reprochado a la teoría semántica de la verdad que ella incluye elementos metafísicos. Pero la semántica de los lenguajes formalizados se construye de manera puramente deductiva de modo que no contiene elementos metafísicos ... El metalenguaje en el que se construye la definición de verdad no contiene términos indefinidos de índole metafísica, a menos que tales términos aparezcan en el propio lenguaje-objeto Copo cit., s. 19, pág. 145-6). 5.6.4. Consecuencias epistemológicas de la concepción semántica de la verdad La teoría semántica de la verdad no tiene implicaciones metafísicas, contrariamente a lo que muchos creen, desilusionados por su aparente trivialidad. Pero como lo hemos adelantado, la semántica y la noción semántica de verdad juegan un papel de suma importancia en la metodología del conocimiento. Pasaremos a mostrar esta importancia en esta sección. 5.6.4.1. Aplicaciones de la semántica a las ciencias deductivas La noción de enunciado verdadero -a diferencia de enunciado comprobable o pasible de prueba en una ciencia deductiva- constituye una contribución de primer orden al campo de metamatemática y, por consiguiente, a la matemática propiamente dicha Copo cit., s. 22, pág. 152). Aplicando la teoría de la verdad a los lenguajes formalizados de las disciplinas matemáticas (con exclusión de disciplinas de un carácter muy elemental) se obtienen algunos resultados importantes. Resulta que para una disciplina de esta clase la noción de verdad nunca coincide con la de comprobabilidad (probability), pues todas las oraciones comprobables son verdaderas, pero hay oraciones verdaderas que no son comprobables. Se sigue, entonces, que toda disciplina de este tipo es coherente pero incompleta. Es decir: de dos oraciones contradictorias cualesquiera, a lo sumo una es comprobable y, lo que es más, existe un par de oraciones contradictorias ninguna de las cuales es comprobable 17 (op. cit., s. 12, pág. 131). La incompletitud de una amplia clase de disciplinas formalizadas constituye, como es sabido, el contenido de un teorema fundamental de K. GÜdel. 17 Como, p. ej., la conjetura de Goldbach: "Todo número par (excepto el dos) es la suma de dos primos". Ni esta conjetura, ni su contradictoria: "Además del dos existe al menos un número par que no sea la suma de dos primos", han podido hasta hoy ser probadas. • 114 PROPEDÉUTICA 5.6.4.2. Aplicabilidad de la semántica a la metodología de las ciencias empíricas. El falsacionismo ~l estudio del lenguaje científico constituye una parte esencial del tratamIento metodológico de una ciencia. La tendencia -visible en la obra de Camap y otros miembros del Círculo de Viena- a eliminar las nociones semánticas de dicha discusión metodológica ya no tiene razón de ser cuan?o se han superado las principales dificultades que presenta el uso de térmmos semánticos. La semántica del lenguaje científico debería incluirse ~implemen~e como parte de la metodología de la ciencia (op. cit., s. 21, pago 149). NI la metodología, ni en particular, la semántica, tienen por tarea aclarar los significados de los términos científicos. Esa tarea corres~onde ~ I~s ciencias que usan tales términos. Pero la semántica y la teona semantlca de la verdad contribuyen decisivamente a resolver algunos problemas generales de las ciencias, en particular el problema de la acep~abilidad de las teorías e hipótesis científicas. Éste es uno de los prmclpales problemas de la metodología de las ciencias empíricas. Esta aceptabilidad debe hacerse relativa a una etapa dada del desarro~lo de un~ ciencia. Y ello porque una teoría aceptable hoy, puede hacerse m~ostenlble mañana. Teniéndolo en cuenta, podemos formular el sigUiente postulado metodológico que envuelve la noción de verdad: Tan pronto como logramos mostrar que un teoría empírica contiene (o implica) enunciados falsos, ya no puede considerarse aceptable (op. cit., S. 21, pág. 151). Aunque éste es u~ punto en el que hemos insistido en toda esta primera par.te y en este mIsmo capítulo, nos parece importante destacar que TarskI avala expresamente el falsacionismo, al menos para el campo de las ciencias empíricas 18. 5.6.4.3. Aplicabilidad de la semántica a las humanidades . En el punto precedente hemos expuesto las aplicaciones de la semántIca a I~ m~todología de la ciencia en un sentido amplio, que abarca la teoría de la cIencIa en general (op. cit., S. 21, pág. 149). Y nos hemos encontrado con 9ue d!chas apl icaciones nos llevan a un postulado metodológico que contIene lIZ nuce el método hipotético-deductivo. Por ser general todo ello se aplica también al campo de las ciencias del hombre. Pero aquí . 18 En eS,te punto, un discípulo de Popper, I In re Lakatos, ha mostrado que el falsaciollI,smo tamhlen vale para las matemáticas (citado por POPPER, K., en Conocimiento . .. cit., pago 132) LENGUAJE Y LENGUAJE CIENTÍFICO 115 Tarski encuentra que hay una aplicación específica de los conceptos semánticos. Veamos: En la psicología, la sociología y prácticamente en todas las humanidades están envueltas, en mayor o menor grado, nociones semánticas. Así, por ejemplo, un psicólogo define el llamado cociente de inteligencia en términos del número de respuestas verdaderas (correctas) y falsas (incorrectas) que da una persona a ciertas preguntas; para un historiador de la cultura puede ser de gran importancia el ámbito de los objetos para los cuales una raza humana, en etapas sucesivas de su desarrollo, posee designaciones adecuadas; un estudioso de la literatura puede estar interesado en el problema de si un autor dado siempre usa dos palabras dadas con el mismo significado. Los ejemplos pueden multiplicarse indefinidamente (op. cit., S. 20, pág. 148). • CAPÍTULO 6 EL MÉTODO EN LAS CIENCIAS NATURALES y FORMALES 6.1. 6.2. 6.3. 6.4. 6.5. 6.6. Introducción 6.1.1. Notas explicativas El verificacionismo y el método inductivo El falsacionismo y el método hipotético deductivo Las teorías científicas: base empírica, términos teóricos y reglas de correspondencia Los hechos o estados de cosas concretos como ingredientes últimos de la base empírica. Explicación de los mismos como desideratum de las ciencias empíricas 6.5.1. Introducción 6.5.2. Notas explicativas 6.5.3. El modelo nomológico-deductivo de la explicación. Explicación y predicción 6.5.4. El modelo estadístico El método en las ciencias formales 6.6.1. Las ciencias formales y el conocimiento jurídico • ~1 ~Ir" , CAPÍTULO 6 EL MÉTODO EN LAS CIENCIAS NATURALES y FORMALES 6.1. INTRODUCCIÓN Ya hemos visto que el método hipotético-deducti va es el método general de aplicación en todas las ciencias: ellas tratan de descubrir un conjunto de principios de máxima generalidad y deducir todas las consecuencias (lógicas) implicadas en dichos principios. Pero, a su vez, esos mismos principios tienen un carácter hipotético o conjetural. Puesto que las ciencias pretenden dar cuenta de ciertas entidades (abstractas en el caso de las ciencias formales o acontecimientos o estados de cosas en el de las ciencias empíricas), si estas entidades, acontecimientos o estados de cosas no se acomodan a las consecuencias deducidas de los principios generales -vale decir, si se da un contraejemplo- habrá que dejar de lado la conjetura establecida como principio y buscar alguna otra que permita dar cuenta también de los casos que refutan la conjetura adelantada como principio. Pero la generalidad del método hipotético-deductivo es algo que se ha puesto de relieve en época muy reciente. Hasta hace poco se consideró que el método propio de las ciencias formales consistía en la deducción (o inferencia lógica) a partir de ciertos axiomas, sin advertirse que los axiomas mismos podían ser puestos en crisis por contraejemplos (supra, 4.2.2.) lo que demuestra que los axiomas son "hipótesis" a partir de las cuales se realiza la deducción. A su vez, en las ciencias empíricas se pensó durante mucho tiempo que su método propio consistía en la inducción que partiría de la observación de numerosos hechos, o regularidades recurrentes entre hechos, para elevarse gradualmente al enunciado de leyes aplicables no solamente a los fenómenos observados sino a todos los fenómenos de la misma clase, incluyendo a los no observados . • ~r ! 120 PROPEDÉUTICA 6.1.1. Notas explicativas . l.yn mayor desarrollo de los temas relativos al método propio de las ciencias naturales se encontrará en Moguillanes Mendía de Russo, Alicia _ Russo, Eduardo, Capítulo VII, páginas 193 a 219 de Vilanova, José - Barbarosch, Eduardo y otros, Introducción al Conocimiento Científico, citado. 2. El método inductivo fue propuesto explícitamente por sir Francis Bacon en el Novum Organum aparecido en 1620. 3. Hasta época reciente se tuvo por cierto que las leyes de la ciencia ~atural más desarrollada, la Física, serían de aplicación en cualquier tiempo y.en.c~alquier lugar del espacio. Sin embargo, esto es comprobable en pnnClpIO solamente en el campo de la macrofísica. En el de la microfísica, Heisemberg, ha demostrado su conocido principio de incertidumbre conforme al cual debido a la discontinuidad de la estructura del u~}verso (constante de Plank) no es posible la determinación de la posiCIOn y del momento de una partícula subatómica. 4. Actualmente se admite que no existen hechos puros y simples que, como tales, constItuyen datos últimos que se ofrecen a la observación. ~or el contrario, toda observación contiene una "carga teórica", vale decir que se hace sobre la base de una conjetura explícita, o responde a una expectativa. (~ue vendría a ser como una conjetura no explícita) (Popper, K., Conoclmcento Objetivo, Tecnos, Madrid, 1974, págs. 74 y sigs.; Brown, Harold P., La Nueva Filosofía de la Ciencia Tecnos Madrid 1984., pags. ,105 . , ' " Y slgs.; Chalmers, A., Que es esa Cosa Llamada Ciencia Siglo XXI, Madrid, 1984, págs. 42-45). ' 6.2. EL VERIFICACIONISMO y EL MÉTODO INDUCTIVO La inducción parte de muchas observaciones de concomitancias entre fenómenos (cuantos más, mejor) para formular a partir de las mismas una ley universal válida para todos los fenómenos posibles de la misma clase y no sólo para los que fueron efectivamente observados. Ya en 1739/48 David Hume (1711-1776) demostró que la inducción no constituía un razonamiento lógicamente válido, ya que afirmaba más en la conclusión (todos los casos posibles) que lo establecido en las premisas (muchos cas.os ob~~rva,d~s). Pero Hume admitió que si bien la inducción no teníajustIficacIOn 10gICa encontraba sí una explicación psicológica en el hábito o costumbre de asociar ideas que aparecen repetidamente en forma conjunta. Popper (Conocimiento ... , cit., pág. 17) sostiene que la invalidez lóaica del raz??amiento inductivo sigue siendo la misma aunque se afirmbe la p.robabllIdad (y no la certeza) de que sucedan aquellos casos que no han Sido realmente observados. Como la inducción se apoya en la verdad de EL MÉTODO EN LAS CIENCIAS NATURALES Y FORMALES 121 los casos observados para pretender la verdad de la conclusión aplicable a los casos no observados, la fuerza del argumento inductivo parece aumentar con el número de los casos observados. Por esta razón, Popper denomina al método inductivo como verificacionismo (por oposición a su propia propuesta que caracteriza como falsacionismo). En ella se pretende "verificar" en el mayor número de casos observables, lo que se afirma para los infinitos casos posibles. La crítica de Hume al método inductivo constituía un serio cuestionamiento al empirismo, filosofía dominante en los países angloparlantes que pretendía que todo nuestro conocimiento se funda en la experiencia (de los hechos). De aquí que --como puede consultarse en el trabajo citado en la Nota Explicativa 1-10s empiristas hayan refinado el método pr~conizado por Bacon y hayan buscado diversas justificaciones para el mismo. 6.3. EL FALSACIONISMO y EL MÉTODO HIPOTÉTICO DEDUCTIVO La inducción, que transita de "muchos" a "todos", no constituye un razonamiento lógicamente válido. Por muchas que sean las observaciones realizadas no se puede extraer de ellas una certeza en la "ley universal" que se refiere a todos los casos posibles. En cambio, sí constituye una inferencia válida la que toma como premisa un enunciado observacional y extrae como conclusión lafalsedad de un enunciado universal. Pues si la premisa particular, derivada de una única observación, es verdadera, entonces no puede ser verdadero el enunciado universal que constituye su op~~ contradictorio. La siguiente inferencia puede servimos de ejemplo: G.: d \ '-\ Premisa particular: En el lugar x y en el tiempo t dos cuerpos, el primero de peso 1 kilo y el segundo de ] O kilos en caída libre cayeron aproximadamente a la misma velocidad. Conclusión: Es falsa la premisa universal que dice: "todos los cuerpos caen en velocidades proporcionales a su peso". Como es conocido, la premisa de un razonamiento de este tipo fue establecida por Galileo mediante la observación de la caída libre de cuerpos de distinto peso desde lo alto de la Torre de Pisa y la conclusión constituyó una formal refutación de la teoría aristotélica sobre el punto. Dado que a partir de una (o muchas) observaciones de hechos las leyes e inferencias válidas de la lógica permiten demostrar la falsedad, pero no la verdad, de enunciados o leyes generales, Popper propone sustituir el verificacionismo que anima el método inductivo por elfalsacionismo. Pero como la verdad de los enunciados o leyes generales no puede ser establecida, éstas deberán aceptarse solamente en forma provisional, como • ~I 122 PROPEDÉUTICA conjeturas o hipótesis susceptibles de refutación. El falsacionismo nos conduce así al método hipotético-deductivo, que según Popper es el que siempre ha usado la ciencia --como lo pone de manifiesto el ejemplo que hemos tomado de Galileo- y no la inducción que constituye solamente un mito creado por Bacon de Verulamio respaldado luego por la autoridad de los filósofos empiristas. . El método hipotético-deductivo recomienda extraer de la afirmación general que se propone conjeturalmente como "ley" todas las consecuencias lógicas que se puedan deducir de ella y luego comparar estas consecuencias con casos de experiencia efectivamente realizados, preferiblemente con casos especialmente diseñados para refutar (contradecir) esa supuesta ley. Si ella resiste tales intentos de refutación se la considera corroborada -aunque no verificada-. Si aparece, en cambio, un contraejemplo que contradice alguna de sus consecuencias, la ley deberá considerarse refutada. Si bien esto es correcto como planteo lógico, en la práctica metodológica la relación de una ley con un estado de cosas que se quiere registrar a través de un experimento u observación depende de la observación de las condiciones iniciales y finales del experimento, lo cual depende también de los instrumentos utilizados para la observación, los cuales, a su vez, han sido diseñados de conformidad con teorías que se aceptan como buenas. Todas estas teorías funcionan también como premisas (no explícitas) del razonamiento y la falla que da lugar a la refutación puede estar en alguna de ellas y no en la ley general objeto de examen. Todas estas consideraciones son tenidas en cuenta por lo que se ha denominadofalsacionismo sofisticado cuyo centro de atención lo;q:mstituye la preferencia que debe otorgarse a teorías que pretenden explicar los mismos hechos de forma diferente. En el supuesto de que ninguna de ambas haya sido refutada, se aplicarán las siguientes reglas: 1. no son admisibles hipótesis ad hoc, vale decir hipótesis destinadas a inmunizar una teoría contra su falsación y que no sean susceptibles de contrastación independiente; 2. son admisibles hipótesis complementarias susceptibles de contrastación independiente; 3. una teoría que tiene mayor contenido informativo (más audaz) es preferible a una teoría con poco contenido informativo (más prudente) porque la primera tiene más falsadores posibles y es, por 10 tanto, más contrastable. EL MÉTODO EN LAS CIENCIAS NATURALES Y FORMALES I 123 6.4. LAS TEORÍAS CIENTÍFICAS: BASE EMPÍRICA, TÉRMINOS TEÓRICOS Y REGLAS DE CORRESPONDENCIA 1 Las ciencias naturales pretenden dar cuenta de eventos o acontecimientos y las sociales --como veremos en el próximo capítulo- de acciones humanas o cursos de conducta. En ambos casos estos hechos de experiencia constituyen lo que se denomina base empírica de una ciencia: la experiencia de tales hechos constituirá la instancia que permita corroborar o refutar las afirmaciones de la ciencia en cuestión. Los informes estadísticos y las leyes empíricas que expresan regularidades entre elementos que forman parte de la base empírica pueden ser fácilmente sometidos a control y constituyen, por lo tanto, el conjunto de enunciados científicos más fiables. Pero tienen la desventaja de Su escaso contenido informativo. Recién con el intento de explicar las generalizaciones empíricas y formular así hipótesis de gran contenido informativo con arreglo a las cuales puedan predecirse nuevos hechos observables, la ciencia alcanza su nivel propiamente teórico que constituye su más saliente característica. Para ello introduce ciertos términos teóricos que, al menos, al tiempo de su introducción, no describen ningún elemento de la base empírica. Así, por ejemplo, cuando Pasteur enuncia su teoría de los gérmenes patógenos, introduce un término teórico, los "microbios" o gérmenes, que no describe ningún elemento de la base empírica (a saber: las enfermedades mismas causadas por tales "gérmenes"). Pero una teoría compuesta puramente por términos teóricos puros no permitiría su contrastación con la base empírica. Necesita, pues, términos teóricos mixtos --conocidos mejor como reglas de correspondencia- que permitan inferir qué consecuencias son predecibles en la base empírica a partir de los términos teóricos, en caso de ser verdadera la teoría. Pero estas reglas de correspondencia deben ser más bien laxas pues, caso contrario, destruirían la principal virtud de las teorías: que ellas nos indican nuevos caminos por donde investigar, vale decir, qué tipos de observaciones deberíamos realizar para hacer avanzar el conocimiento. Pero, por otra parte, el contexto de aplicación de una teoría -su praxis- es la forma más importante por la cual ella entra en contacto con la base empírica, produciéndose así una realimentación constante entre teorías y praxis (o tecnología) que constituye quizá el factor más importante del avance del conocimiento. Así, por ejemplo, en el caso de la teoría de Pasteur, el cultivo deliberado de los microbios en medios apropiados permitió a Koch aislar los bacilos causantes del ántrax, la tuberculosis y el cólera, lo cual I Para un mayor desarrollo ver ciól1 .... cil.. págs. 259-270 . VILANOVA, J. - BARBAROSCH, E.. y otros, lnlrodllc· • 124 PROPEDÉUTICA permitió estudiar medios para combatirlos en una tarea que culmina en la década del '30 con el descubrimiento de los antibióticos. El aumento de la masa en función de la velocidad de una partícula de conformidad con la teoría de la relatividad de Einstein recibió aplicación práctica en la construcción de grandes aceleradores de partículas. 6.5. Los HECHOS OESTADOS DE COSAS CONCRETOS COMO INGREDIENTES ÚLTIMOS DE LA BASE EMPÍRICA. EXPLICACIÓN DE LOS MISMOS COMO DESIDERATUM DE LAS CIENCIAS EMPÍRICAS 6.5.1. Introducción Las ciencias naturales, en particular la Física (y la Astrononúa) se constituyen en un saber acumulativo a partir de los trabajos de Galileo (15641642) Y Kepler (1571-1630), alcanzando una notable culminación en la obra de Newton (1643-1727) que consiguió unificar en una sola ley tanto los movimientos de los cuerpos celestes como la de los que ocurren en la Tierra. El denominado paradigma "galileano" de ciencia descarta las causas finales (teleología) de la tradición aristotélica y, sobre todo, permite la aplicación de las matemáticas en el campo de las ciencias naturales. Hacia mediados del siglo pasado, Augusto Comte se pronuncia por el paradigma -modelo- galileano y pretende fundar la sociología con base en el mismo. Con arreglo a ese punto de vista todas las ciencias empíricas (incluidas las sociales) tenían como finalidad descubrir las leyes o regularidades presentes en la aparición de hechos. Estas regularidades son concebidas como relaciones causales. Al igual que en las ciencias de la naturaleza. Como hemos visto en el punto precedente la misión de las ciencias empíricas es dar cuenta de los eventos, acontecimientos o hechos que constituyen su base empírica, vale decir, explicarlos. Pero de conformidad con el modelo galileano este explicar o dar cuenta se precisa como explicación por entidades medibles, donde algunas magnitudes se encuentran enfunción de otras. En la versión Comte-Stuart Mili la explicación deviene explicación causal. Un acontecimiento queda satisfactoriamente explicado cuando se puede mostrar que ocurrió necesariamente, que no pudo dejar de ocurrir. El mecanismo de esta necesidad empírica consiste en que el hecho ocurre de conformidad con leyes universales que gobiernan la ocurrencia de tal clase de hechos. Este mecanismo queda al descubierto en el modelo nomológico-deductivo. EL MÉTODO EN LAS CIENCIAS NATURALES y FORMALES 125 6.5.2. Notas explicativas La palabra "explicar" puede --como surge del texto- tomarse en un sentido amplio como sinónimo de "dar cuenta de". Una finalida~ perseguida por un agente puede dar cuenta de una ~cción ~uma?a, ~~r ;,Jem~lo: "se levantó para abrir la puerta". Pero este tipO de explIcacIOn ha sido descartado con justicia en las ciencias naturales con excepción, quizá, de la etología que estudia el comportamiento de animales. La idea cen.tral que anima el desarrollo de la Física de Galileo a N ewt~n puede tra?UCIrSe mejor con el concepto de función que con el de causahdad. Examllle~os por ejemplo la ley que dice: "~a atracción o fuerza de gra.vedad. eS,~a en función directa de las masas e lllversa al cuadrado de las distancIas . Lo que encontramos en ella es una relación que establece que l~ fuerza de atracción entre dos cuerpos es "función" de la masa de los mismos y de la distancia que los separa. Pero si estas majestuosas leyes de la naturaleza deben explicar acontecimientos experimentados en un lugar y u.n tiempo es necesario referirlas a otros acontecimientos tam?ién expenmentados. Así aparece nuevamente la vieja noción de causalidad, de sentido común, o de raigambre metafísica (determinismo). En el capítulo próximo sostendremos una concepción relativamente reciente que hace depender la noción de causalidad de la noción de acción (?u~ana). Por ahora recordemos que fue Galileo quien soltó cuerpos de dlStllltOS pesos desde la Torre de Pisa, dando así nacimiento a una secuencia causal regida por la ley de la gravedad y reflexionemos sobre ello. 6.5.3. El modelo nomológico-deductivo de la explicación. Explicación y predicción Este modelo consiste en un razonamiento deductivo: su versión canónica es un silogismo del tipo modus ponens de la lógica aristotélica. La premisa mayor es un enunciado universal (todos los S son.P) que se supone que describe una ley (nomos) natural. Estos enun~Iados puede.n convertirse en condicionales cuantificados de manera ul1Iversal, que dirían aproximadamente: "Para todo individuo o acontecimiento x, si x presenta la propiedad p, entonces x presenta la propiedad q": La premisa m~nor, siempre en lógica aristotélica, consiste en un enunCiado observacIOnal que afirma la ocurrencia de un hecho de la clase descrita porel antecedente del condicional. De ambas premisas --caso de ser verdaderas- se deduce la verdad de la conclusión: un enunciado observacional que describe la ocun·encia efectiva de un hecho de la clase descrita en la consecuencia del condicional. Pero la verdad de un enunciado observacional -por aplicación de la teoría de la verdad como correspondencia- equivale a • 126 EL MÉTODO EN LAS CIENCIAS NATURALES Y FORMALES PROPEDÉUTICA decir que el hecho descripto por el enunciado efectivamente ocurre. De . este modo el hecho mismo queda explicado. En efecto: enunciados como "este trozo de metal se dilató", "este cuerpo flotó en el agua" o "este hombre Sócrates murió" son verdaderos si y sólo si, de hecho, el metal se dilató, el cuerpo flotó y Sócrates murió. Pongamos un ejemplo: (1) Todo metal sometido a la acción del calor se dilata. (2) Esta bola es un trozo de metal que ha sido calentado con un mechero Bunsen desde que comenzó el experimento hace diez minutos. (3) La bola de metal se ha dilatado. Al conjunto formado por las premisas (l) y (2) se lo denomina explanans ya la conclusión (3) explanandum. Obsérvese que el mismo modelo que explica la dilatación del metal serviría para predecir (3) si tuviésemos (1) y (2). De modo que, según el modelo, explicar y predecir se corresponden puntualmente. SeglÍn el interés comenzaremos a leerlo desde (3) hacia (2) y (1) si nos intriga el que la tapa metálica de un frasco salga con facilidad si la calentamos; o lo leeremos desde (1) y (2) hacia (3) si queremos predecir, por ejemplo, qué ocurrirá en una loza de hormigón amlado con hierro expuesto al calor del sol. Algunos autores han observado acertadamente que esa simetría entre expl icación y predicción es engañosa, pues en la predicción se introduce el supuesto de la constancia de las leyes universales. Sin perjuicio de ello y de las observaciones que nos merecerá en el capítulo siguiente, puede afirmarse que existe hoy consenso justificado en admitir que el modelo nomológico-deductivo es el que pone mejor de manifiesto el papel de las leyes generales y de los enunciados, observaciones en la explicación (por qué necesariamente ocurrió) y en la predicción de los acontecimientos. 6.5.4. Modelo estadístico Otro modelo de "cobertura legal" de afirmaciones generales ("leyes") que sería semejante al nomológico-deductivo es propuesto por Hempel, que pretende fundarlo en la lógica inductiva de Carnap. Esta fundamentación debe desecharse, tal como lo ha mostrado Popper 2 Este modelo denominado estadístico o probabilístico tiene importancia para las ciencias sociales, por ello lo estudiaremos aquí en una versión que no se sustenta en la lógica inductiva. En este modelo se asume que las leyes de la Física rigen en cualquier tiempo y lugar del universo. Esta universalidad constituye un obstáculo insalvable para el modelo probabilístico, ya que el nlÍmero de falsadores potenciales de dichas leyes tiende a infinito y, por lo tanto, la probabilidad que puede asignárseles sobre la base de observaciones finitas tiende a cero. El modelo estadístico debe abandonar, pues, dicha pretensión, lo que se logra refiriendo la validez de las "leyes estadísticas" a un número finito de casos: "la población", constituida por ejemplo, de cierta especie animal en una zona de reserva o de habitantes en una zona rural o urbana, etcétera. Esta población puede ser objeto de un recuento completo (censo) o no. En ambos casos, si se puede establecerdentro de cierto margen el número de la población -p. ej. entre censo y censo por índices de natalidad y mortalidad, migraciones, etc.-, el cálculo de probabilidades puede establecer el carácter representativo de una muestra. Sobre la base de tal muestra la "ley" estadística asigna ciel1a probabilidad -pongamos 0,9- a la ocurrencia de un evento o característica de tipo E en presencia de un evento o característica del tipo C. Esta "ley" -a la que le fal la un 10% para ser una auténtica ley natural- constituye la premisa mayor del modelo. La menor afirma la ocurrencia de un evento o característica del tipo C. En pura lógica aristotélica y de acuerdo con la regla del modus pone/u podemos inferir, como conclusión, que existe una probabilidad propensional de valor 0,9 de que ocurra el evento E o de que el ejemplar estudiado presente la característica E 3. Se ha señalado que el modelo estadístico en rigor no explica (por qué necesariamente ocurre un hecho), pero permite, eso sí, predecirlo 4 dentro de la "probabilidad propensional" encontrada. 6.6. EL MÉTODO EN LAS CIENCIAS FORMALES Como adelantamos en la Introducción (6.1. supra): "Puesto que las ciencias pretenden dar cuenta de ciertas entidades ... abstractas en el caso de las ciencias formales ... si estas entidades ... no se acomodan ... a las consecuencias deducidas de los principios generales -vale decir si se da algún contraejemplo- habrá que dejar de lado ... (el) principio ... y buscar (otro principio) que permita dar cuenta también de los casos que refutan ... (al principio que se había utilizado anlerionnente) ... Hasta hace poco se consideró que el método propio de las ciencias formales consistía en la deducción (o inferencia lógica) a partir de ciertos axiomas (nombre que La teoría propensional asigna probabilidades a acontecimientos singulares. \VRIGHT, George H., von, Explicación)" CO/llprensión, Alianza Universidad, 1\-1adrid, 1979, págs. 32 y sigs .. nota 7. Es interesante señalar que la potencia predictiva de modelo estadístico es reconocida por el sentido común . 3 4 2 POPPER, Karl, POSI SCriplll/ll a la Lógica de la Investigación Cielllíjica, Vol. 1, Tecnos. Madrid, 1985, págs. 363 y sigs. 127 • 128 PROPEDÉUTICA EL MÉTODO EN LAS CIENCIAS NATURALES Y FORMALES se da a los principios en las ciencias formales), sin advertirse que los axiomas mismos podían ser puestos en crisis por contraejemplos". La verdad de estos axiomas se consideraba como autoevidente. Como ya hemos tenido oportunidad de advertir en el Capítulo 4 al hablar del racionalismo acrítico y de la Razón fundante, se consideraba que el intelecto no solamente regía ei arte del raciocinio, deducción o inferencia lógica, sino que también podía percatarse en forma directa de la verdad de algunos principios, axiomas o postulados, que servirían luego como premisas para extraer de ellos todas sus consecuencias (lógicamente implicadas en los mismos). La Geometría de Euclides fue el paradigma de todas las ciencias, pero lo que, en particular de las ciencias formales, vale decir de las Matemáticas y la Lógica. Como ya tuvimos ocasión de adelantaren el Capítulo 5 (5.4.2., supra) la verdad de los axiomas no resulta garantizada por su pretendida autoevidencia. Ella depende de las entidades a las que dichos axiomas ~y los teoremas que de ellos se deducen- se refieren. Además, como lo ha señalado Quine, aun las leyes de la lógica y de las matemáticas son susceptibles de revisión sobre la base de contrastaciones empíricas. Lo que sucede es que dichas leyes ocupan un lugar muy central en nuestro esquema conceptual, lugar que se encuentra alejado de los enunciados periféricos de experiencia. Esa posición central las preserva de una refutación inmediata por contraejemplos, pues siempre preferimos sacrificar algunos enunciados o leyes de carácter intermedio, más próximos a la periferia de nuestro esquema conceptual. Tenemos una razonable actitud conservadora respecto del conjunto de nuestro esquema conceptual con el que tratamos de captar la realidad: preferimos introducir en él las modificaciones menores que lo alteren menos en su conjunto y no aquellas más o menos catastróficas que nos obligarían a abandonarlo (y tener que inventar uno nuevo). "Así, y pese a toda su 'necesidad', las leyes lógicas y de las matemáticas pueden abrogarse ... Por ser tan centrales estas leyes, cualquier revisión de las mismas se tomaría como la adopción de un nuevo sistema conceptual" s. quien sostuvo que la ciencia del Derecho debe estudiar los elementos necesarios que definen cada figura jurídica, del mismo modo que la geometría, por ejemplo, estudia los elementos necesarios que definen el triángulo, el cuadrilátero, etcétera. Obtenidos así los elementos necesarios de cada figura o concepto, por vía deductiva se extraerían del mismo todas las conclusiones lógicas para determinar el sentido de un caso. La concepción de Soler fue objeto de formal refutación entre nosotros por Genaro Carrió. No es necesario aquí reproducir esta sonada polémica. Bástenas advertir que, si bien es cierto que una compraventa supone una cosa vendida y un 'precio' en dinero, ningún juez consideraría que hay compraventa -sino una donación más o menos encubierta- si se enajena una cosa de mucho valor por un 'precio' vil. Por ejemplo: un lujoso palacete por, digamos, mil pesos. No cabe duda de que los desarrollos de la lógica deóntica han significado un valioso aporte para la ciencia jurídica. Pero entendemos que siendo la ciencia jurídica una ciencia que se ocupa de realidades, estos aportes deben considerarse como auxiliares a la tarea que incumbe a la misma. No pueden desplazarla ni en las ramas del Derecho ni en una Teoría General del mismo. Incluso resulta discutible que tengan un papei rector en el razonamiento jurídico. Veamos: Según algunos sistemas de lógica deóntica, si está permitido el acto p y está permitido el acto q de ahí se infiere que está permitido el acto complejo (p & q). Sin embargo, puede estar permitido tener la ventana abierta y estar permitido tocar la trompeta pero no estar permitido el acto complejo de hacer ambas cosas a la vez, pues ello podría molestar a los vecinos 6. 129 6.6.1. Las ciencias formales y el conocimiento jurídico La dirección de pensamiento conocida como jurisprudencia de conceptos (v. Cap. 10) tiende a configurar la ciencia jurídica tomando como modelo el de las ciencias formales. Un paso más audaz en la misma dirección fue dado entre nosotros por un eminente penalista, Sebastián Soler, S QUINE, W. O., Los Métodos ... , cit.. pág. 18. 6 WEINBERGER, Otto. Exposición complementaria efectuada el 21- VIII-1984 en el Simposio Internacional sobre Problemas Actuales de Filosofía del Derecho, realizado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales del 20 al 24- VIII-1984. • ¡ !' CAPÍTULO 7 EL MÉTODO EN LAS CIENCIAS SOCIALES 7. J. 7.2. 7.3. 7.4. 7.5. Introducción Notas explicativas La versión clásica del dualismo metodológico Unidad o pluralidad del método científico Metodología de las ciencias sociales sobre base fenomenológica 7.5.1. Fenomenología y metodología científica 7.5.2. Última elapa de la fenomenología: El mundo de la vida 7.5.3. Papel de la comprensión en la experiencia sociocultural 7.5.4. Estructuras del mundo de la vida 7.5.5. Construcciones de sentido común 7.5.6. El aspecto interno de la acción: la intencionalidad 7.5.7. Desplazamientos de la intencionalidad 7.5.8. Motivos "para" y motivos "porque" 7.5.9. Las ciencias sociales como construcciones de segundo grado 7.5.10. Las ciencias naturales y las construcciones de sentido común 7.5.11. Las ciencias sociales y las construcciones de sentido común 7.6. Aportes de Von Wright 7.7. Las fuentes y el método jurídico • CAPÍTULO 7 EL MÉTODO EN LAS CIENCIAS SOCIALES 7.1. INTRODUCCIÓN La metodología de las ciencias sociales no sería en nada distinta, según la concepción positivista, de la que es propia de las ciencias naturales. Tendremos ocasión de pronunciarnos en contra de esta tesis y sustentar que algo propio debe haber en el método de. las ciencias sociales que haga justicia a las peculiaridades de la acción humana y sus creaciones, por oposición a los acontecimientos que constituyen la base empírica de las ciencias naturales. Pero como de algún modo los partidarios del monismo metodológico han tenido que hacerse cargo de lo peculiar de la acción humana y la sociedad, la controversia principal se da entre los que preconizan el individualismo metodológico, para quienes en última instancia la sociedad debe ser estudiada como producto -intencional o no-- de acciones de individuos, y los partidarios del holisnw metodológico, para quienes el estudio de la sociedad arranca de totalidades que exceden en mucho la perspectiva que puede dar sobre la sociedad su consideración en ténninos de acciones humanas individuales. El holismo metodológico no merece una condena si se limitara a advertimos que el grupo sociocultural en el que nace y se desenyuel ve la vida de cada indi viduo de algún modo lo confonna y resulta detenninante de la mayoría de las acciones individuales. Existe una realimentación entre individuo y grupo sociocultural (o sociedad) o, si se quiere, una relación dialéctica (aunque no en sentido hegeliano o marxista). Pero en muchos de sus partidarios el holismo resulta ser una versión vergonzante de la tesis de que existen leyes ineluctables que rigen el curso de la Historia. Esta tesis que Popper ha motejado de historicismo y sometido a crítica devastadora merece ser expuesta con algún detenimiento, pues ella se opone a la noción de que la Historia es obra de los hombres (a quienes se supone dotados de libertad o libre albedrío, así sea en limitada medida). La tesis de la existencia de leyes inevitables que rigen el curso de la Historia sostiene que la conducta de los hombres es lo que es por causas • • 134 PROPEDÉUTICA EL MÉTODO EN LAS CIENCIAS SOCIALES que los hombres no pueden controlar; por ejemplo la influencia de factores físicos o del medio ambiente; o la costumbre; o por el crecimiento "natural" de alguna unidad más amplia -una raza, una clase social, una especie biológica-, o por entidades menos empíricas como un "organismo espiritual", una religión, una civilización o un Espíritu del Mundo l. Isaiah Berlin muestra con prolijidad y agudeza que la tesis que sustenta la existencia de leyes inmutables que rigen el curso de la Historia --Dpuesta a la que considera que la Historia es obra de los hombres a quienes se supone dotados en alguna medida de libre albedrío-, en cualquiera de sus versiones, constituye una tesis metafísica, vale decir no susceptible de control empírico. Cita con aprobación a Popper, quien lo ha demostrado en forma concluyente en la Sociedad Abierta y sus Enemigos y La Miseria del Historicismo, aunque entiende que Popper subestima las diferencias entre los métodos de las ciencias naturales y los de la Historia. Señala como orígenes de esa doctrina metafísica: 1) el punto de vista teleológico que asigna a cada personaje y a cada evento un propósito a cumplir en el plan general de la Histolia (este punto de vista puede encontrarse explícito en Aristóteles y la distinción entre acto y potencia); 2) la distinción entre Realidad verdadera y la pura Apariencia, que se encuentra ya en Parménides. Pero la doctrina recibe un apoyo inesperado, más recientemente, de una corriente declaradamente antimetafísica a saber: 3) el positivismo de Augusto Comte, que propone la explicación causal, exitosa en las ciencias naturales, como único método científico, aplicable también a los asuntos humanos (ver supra 6.5.1.). Según esta concepción las leyes inmutables de la Historia serían sencillamente las leyes causales que también rigen la naturaleza (Berlin, 1., op. cit.). El último punto destacado por Berlin en la cita precedente nos plantea con claridad el núcleo de la cuestión: si aceptamos el monismo metodológico comteano debemos renunciar a todo lo que es específicamente propio de las ciencias sociales y de las Humanidades. El mismo Berlin--de formación en la filosofía analítica- se limita a señalar que, de ser consecuentes con el monismo metodológico, tendríamos que modificar en un grado insoportable no solamente el lenguaje común sino también el de los historiadores, pues ninguna "acción" sería susceptible de alabanza o de reproche. Reprochar a Hitler y sus secuaces la matanza de judíos serían tan insensato como reprochar al Vesubio la destrucción de Pompeya. Charles Taylor ha señalado lo específico de la acción -yen particularde la acción humana- por su intencionalidad dirigida a la obtención de una meta, que no es susceptible de explicación causal. Surrunistra así las bases para una teoría de la acción no causalista. George H. van Wright muestra que la rrusma noción de causalidad se funda en la de acción (intencional), señalando que una acción desencadena una nueva secuencia causal (como en el ejemplo que hemos visto en Galileo), propone sustituir la noción de "causalidad" por las de condición suficiente y condición necesaria, y, sobre esta base, procede a la crítica del modelo nomológicodeductivo ya formular una propuesta esclarecedora sobre el método que usan los historiadores. Por nuestra parte, por razones que se explicarán en el desarrollo del capítulo, adherimos a un dualismo metodológico sobre la base fenomenológica de conformidad con el pensamiento de Alfred Schutz 2, quien trató de fundar el método de las ciencias sociales en la descripción del mundo de la vida (Lebenswelt) a la que llega Husserl en la última versión de su filosofía. Isaiah, "Historieal inevitability", en FOllr Essays 011 Liben)", reimprcsión Oxford University Press, New York, 1969. pág. 45 . I BERLlN, ! ! 135 7.2. NOTAS EXPLICATIVAS 1) La expresión holismo proviene de la palabra griega holas que significa "entero". Para algunos autores el individual ismo metodológico y el holismo metodológico configurarían alternativas exhaustivas. Para los partidarios del individualismo metodológico los constituyentes primarios del mundo social son personas individuales, por lo que todo suceso complejo que se produce en la sociedad debe ser explicado como un resultado de una configuración de individuos, teniendo en cuenta sus inclinaciones, posiciones, creencias, recursos, etcétera. Para los sostenedores del holismo metodológico los fenómenos sociales no son ajenos a ciertas macro leyes de carácter sociológico. En consecuencia, las acciones de los individuos deberían explicarse en térmjnos de esas leyes, de modo que los seres humanos no serían los únicos agentes de la historia sino que ejercerían influencia ciertos factores sobrehumanos (Watkins, J. W. N., "Historical explanations in the social sciences", Theories 01 History, Gardiner). 2) El Círculo de Viena aparece en la década de 1920 a 1930; los principales miembros fueron Moritz Schlik, RudolfCamap, Otto Neurath, y otros. El punto de vista filosófico de este grupo, dio lugar a que se acuñara el ténnino de positivismo lógico o empirismo lógico para identificarlos como partidarios, entre otras diversas posturas, de un lenguaje unificado de la ciencia. Las ideas de Neurath al respecto son paradigmáticas de esta tesis extremá. Niega toda posibilidad al dualismo metodológico, atribuyendo a éste UI1 matiz teológico, al advertir que 110 se pueden delimitar las ? S . eguJI110s en líneas gencrales el trabajo inédito de VILANOVA, José, Metodología Jllrídica y Social sobre /Jase Fenomenológica, Madrid, 1986. • 136 PROPEDÉUTICA ciencias naturales frente a las ciencias del espíritu. Afirma que es posible con los mismos términos hablar de pintura, de edificación de casas, de los cultos y su aparato ritual. Considera erróneo suponer que "comprender" a los seres humanos es algo fundamentalmente distinto a sólo observarlos desde el exterior y a determinar meramente regularidades que representamos en forma de leyes, e incluso proponía hacer "tábula rasa" con tales distinciones en nombre de una ciencia unificada (Neurath, Otto, "Sociología en fisicalismo", en Ayer, A. J., El Positivismo Lógico, F.c.E., México, 1965). 7.3. LA VERSIÓN CLÁSICA DEL DUALISMO METODOLÓGICO Hacia mediados del siglo pasado, cuando tienen que enfrentar el reto positivista deComte y Stuart Mili, las ciencias socioculturales, como la Jurisprudencia, la Historia, la Política y la Economía, formaban parte de una tradición que se remontaba generalmente a la Antigüedad clásica. Pero se basaban en una mera tradición o en la visión inspirada de autores de genio -como Maquiavelo, Savigny o Adam Smith, para poner sólo unos ejemplos-. Con la excepción de Giambattista Vico -un pensador que no tuvo en su época la repercusión que merecía ya que se adelantó demasiado a ella- no existía reflexión sobre lo peculiar de la metodología que ellos empleaban. La reacción al desafío positivista se produjo hacia fines del siglo por obra de prominentes filósofos y humanistas como Droysen, Simmel, Dilthey, Max Weber, Croce, Collingwood -y también Windelband y Rickert- 3. Simplificamos adrede el tema al decir que esta reacción se polariza en la distinción entre explicación (Erklaren) como método propio de las ciencias naturales y comprensión (Verstehen) para las ciencias socioculturales, distinción.que culmina en fon:na sistemática con el pensamiento de Dilthey. Estos autores son conSIderados hoy los "clásicos" del dualismo metodológico, pero ellos no lograron fundarlo ya que la comprensión se entendió en general como algo subjetivo que, no obstante los esfuerzos del mismo Dilthey y los esclarecedores estudios de Max Weber, no llegó a ceñirse a los patrones de la objetividad científica. 7:4. UNIDAD O PLURALIDAD DEL MÉTODO CIENTÍRCO Sin perjuicio de adherir en la sección siguiente al dualismo metodológico en la dirección instaurada por Alfred Schutz, convendrá hacer aquí un balance crítico de i::J.s posiciones reseñadas. Por una parte, debe admitirse que el monismo preconizado por los positivistas es inaceptable para 3 WRIGHT G. H .. von, E>:plicación. .. , cit., págs. 22 y sigs. EL MÉTODO EN LAS CIENCIAS SOCIALES 137 las ciencias socioculturales, tal como se ha puesto de manifiesto en la introducción de este capítulo. Desde una perspectiva materialista y determinista ni siquiera es posible divisar lo específicamente humano. Por otra, hay ciertos requisitos del conocimiento científico, como la contrastabilidad de las hipótesis y teorías con su base empírica y la objetividad ---que requiere la reiterabilidad de tales contrastaciones por distintos hombres de ciencia- a los que no queremos renunciar, pues de otro modo entraríamos en las contrucciones imaginati vas desprovistas de todo control y en apreciaciones puramente subjetivas alejadas de la empresa común que llamamos "ciencia". Es cierto que esos requisitos han sido elaborados por la epistemología de las ciencias naturales. Pero no es cierto que ella esté atada a una concepción materialista y det~rminista. Como ejemplo ilustre de este aserto mencionaremos nuevamente a Popper, declarado enemigo del empirismo lógico desde la época misma de su fundación por los integrantes del Círculo de Viena, que profesa el indeterminismo y niega el materialismo. 7.5. METODOLOGÍA DE LAS CIENCIAS SOCIALES SOBRE LA BASE FENOMENOLÓGICA 7.5.1. Fenomenología y metodología científica Aunque la fenomenología continúa siendo cultivada por eruditos y autores de prestigio no goza hoy de predicamento general. En particular no se la considera apta para fundar la metodología científica concentrada usualmente en el análisis del lenguaje empleado por los científicos o en la reforma de las ciencias (sociales) en general a tenor de diversas versiones del marxismo que lo reivindican como" la" ciencia social ya constituida. Se impone, pues, mostrar que la fenomenología no solamente es compatible con la metodología científica sino que constituye un complemento ineludible de ella. El pensamiento de dirección fenomenológica -con excepción de las pretensiones ontológicas y metafísicas de un Heidegger o un Sartre- no es incompatible con la metodología de la ciencia por la sencilla razón de que ésta trata del conocimiento científico y aquélla del conocimiento de sentido común. De hecho la distinción entre el acto mental y el objeto (unidad de sentido) mentado por tal acto, distinción efectuada por Husserl y por Frege, es de suma importancia para evitar errores metodológicos frecuentes. Pero además de la compatibilidad existe una complementación que conviene destacar. Para hacerlo traeremos a colación una opinión de Popper adversa al conocimiento inmediato o intuitivo y trataremos de refutarla. Observa Popper que no podemos afirmar con certeza absoluta ni si- • PROPEDÉUTICA EL MÉTODO EN LAS CIENCIAS SOCIALES quiera un enunciado singular del tipo "esto es un vaso de agua". Esto debido a que todo enunciado singular contiene términos rigurosamente universales --como 'agua' en nuestro ejemplo-. Pero ocurre que todo término riguíOsamente universal hace referencia a disposiciones, a una virtualidad y una legalidad de comportamiento que no pueden ser verificadas en forma instantánea. Así, cuando sostengo que es agua lo que hay en el vaso, estoy comprometido a sostener que se comportará como un líquido si vuelco el vaso, que calmará la sed, que flotará en él un corcho, etcétera. El razonamiento de Popper es correcto. Pero la situación cambia si yo elijo otro trato con el agua del vaso que no sea la observación. Me refiero en particular al acto de bebérmela. Si al tiempo de hacerlo satisfago -total o parcialmente- mi sed, en una secuencia vivencial que todos conocemos, tendré que decir como fenomenólogo que el agua se me ha dado en su esencia de "bebestible": como un líquido apto para calmar la sed. Podría cuestionarse dicho aserto: si el agua contuviese un veneno mortal, por ejemplo, no sería bebestible pese a su aptitud para calmar la sed. La objeción es correcta si "bebestible" debe definirse con arrena -agente d~ la conducta- no es un simple autómata que se determllla por tendenCIaS, sino un ente que crea su propia existencia, que se autodeter~na ~ajo el signo de los valores. De ahí que la teoría egológica haya podIdo .afI:~ar, en carácter de axioma ontológico del Derecho, que, en el plano jundIco, todo lo que no está prohibido está permitido. ., Una falsa conceptuación podría llevar a pensar que esta coneXlOn entre los conceptos de Derecho y de libertad no se compagina mucho con todo lo que hemos expuesto acerca de la coercibili.dad y de las ~anCl~ne,s jurídicas. Pero, si bien se repara, se advierte qu~ SI el orde?amIento jundico contrapone sanciones a ciertos comportamIentos p~slbles de. un sujeto, no debe hacerlo para tiranizar, sino para hacer pOSIble una lIbertad ajena correlativa. Es lo que Cicerón expresó ~on frase magistral: Legum servi sumus, ut liberi esse possimus (somos sIervos de la ley, a fin de poder ser libres). Lo que ocurre es que la libertad, que es contenido del Derecho, no es el despliegue ilimitado de las posibilidades vitales de alguien, sino una libertad compar!ida, ~na li~ertad que se desarrolla dentro de una comunidad. En este sentIdo, SIgue SIendo ngurosamente exacta la definición que diera Del Vecchio del Derecho al decir que es, la coordinación objetiva de las acciones posibles entre varios sujetos según un principio ético 36. 3S La fijación de cuál sea el sentido que corresponde atribuir a una conducta (derecho, deber, entuerto, sanción) depende, según ya hemos expuesto, .de cuál.sea la norma adecuada para conceptual izarla. Así, por ejemplo, como no es pOSIble deCIr del leproso que tenía el deber jurídico de no contraer su mal, la cuarentena no pu~de ser pensada como sanción. Más difícil de calificar es la internaCIón de los locos pelIgrosos. Alguna vez hemos sostenido que el concepto de enfermedad mental, más que de orden naturahs: ta, psicobiológico, médico, es de orden cultural, porque para decir de algUIen que esta loco no se puede prescindir de una valoración de su conducta social (AFf AUÓN, EnrIque R., Peligrosidad y E.xistencialismo, La Ley, Buenos Aires, 1962, pág. 62). 36 DEL VECCHIO, G., Filosofía ... , cit., T.!' págs. 413, 415 Y 426; T. JI. págs. 5,6 Y 10. Al introducir, en su definición del Derecho, la referencia a un principio ético --esto es, mejor dicho, a un principio valorador-, Del Vecchio superó de lejos a todos aquellos • • 326 HISTORIA DE LAS IDEAS JURÍDICAS ESCUELAS lUSPOSITIVISTAS f) Las normas jurídicas conceptualizan la conducta en interferencia intersubjetiva Mientras la moral se expresa en normas que prefiguran la conducta de un solo sujeto -por ejemplo, "no matarás"-, la conceptuaciónjurídica de la conducta se expresa en normas que representan la conducta de varios sujetos. Refiriéndose la norma moral a la conducta de un solo sujeto -p. ej.: "no matar", "no mentir", "amar al prójimo", etc.- ella se limita a aludir en su mención al sujeto único en cuestión 37. La norma jurídica, por el contrario, refiriéndose a la conducta de dos sujetos considerada en su interferencia, contiene necesariamente la mención de ambos y, precisamente, debe mentar esa conducta de ambos de tal modo que zanje la posible interferencia atribuyendo a uno lo que al otro niega, y viceversa. De ahí que se afirme que las normas jurídicas son bilaterales: determinan en un sujeto (o varios) un deber y, simultáneamente, determinan en otro sujeto (o varios) un derecho. Así pues, la nornlajurídica determina siempre un deber y un derecho en sujetos diversos. Formalizando ahora este carácter en nuestro conocido esquema de una norma, diremos que la norma moral se limita a expresar: dado Ht debe ser P por Aa, es decir, "dato tal hecho o situación antecedente, debe ser la prestación por alguien obligado frente a alguien pretensor". Así, en el caso del homicidio, la norma moral solamente menta la obligación de no matar, mientras la jurídica no sólo menta la obligación de no matar a cargo del obligado, sino también el derecho a no ser muerto que tiene el sujeto pretensor. g) Las normas jurídicas imputan sanciones y son disyuntivas Al estudiar las normas jurídicas, veremos cómo la imputación de la sanción (S) forma parte del esquema completo de las mismas, del mismo que, como Stammler, creían posible dar un concepto del Derecho al margen de toda referencia axiológica. Si el Derecho, en tamo que objeto, ha de hallarse en la conducta compartida, no es posible 01 vi dar, al definirlo, que esta conducta importa siempre una referencia, positiva o negativa, al valor justicia. 37 Podría objetarse lo afirmado en el texto con el ejemplo de numerosas normas morales que contienen la mención de otro sujeto: "Ama a tu prójimo", "haz bien sin mirar a quién", "respeta a tus padres", etc. Pero es fácil advertir en dichos ejemplos que el otro no pasa de ser un destinatario de la acción y no un sujeto coactuante cuya conducta se mencione en la norma. Por otra' parte, parecería que no es de la esencia de la norma moral incluir la mención de otro sujeto y bastará, por lo tanto. argüir ejemplos en los que el otro sUjeto falte para demostrar nuestra tesis. No es difícil hacerlo. y pueden servir de muestra los siguientes: "domina tus instintos". "aspira a la perfección", "no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy", etc. " •.... I t 327 modo que también integra la norma completa la imputación del deber o prestación (P). Con ambas imputaciones quedan cubiertas todas las posibilidades y la conducta queda de este modo plenamente representada ya que, si bien el obligado puede no cumplir su prestación, si no lo hace corresponde la aplicación coactiva de la sanción ( ... 0 dado no P, debe ser S). La conminación de sanciones por el orden jurídico, y su efectiva aplicación, constituye una especifica técnica social tendiente a lograr un estado de cosas valorado positivamente por la comunidad. Lo expuesto lleva a destacar, otra vez, el carácter disyuntivo que tiene la norma jurídica, en cuanto no se limita a prever el cumplimiento del deber, sino también la imposición de una sanción por parte de un funcionario de la comunidad. La norma moral, en cambio, se limita a expresar la conducta de un solo sujeto, su deber-p. ej., "no matarás"-, pero en cuanto a las posibles sanciones morales, no hay modo de considerarlas norrnativamente imputadas. Trátase, por ejemplo, de atribuir al arrepentimiento el carácter de sanción moral imputada a una mala acción. No cuesta trabajo advertir que el remordimiento de conciencia es algo qu~ le ocurre o no al sujeto, pero no tiene sentido normarlo. Aunque aceptemos que tenga carácter de sanción, no será una sanción normativa concretamente imputada, no forma parte de un sistema normativo 38. 11.8.10. Examen crítico La teoría egológica puede repetir hoy lo que Kelsen dijera en 1925 en su Teoría General del Estado: que se preciaba de "haber puesto la provincia relegada del Derecho en íntimo contacto con el centro fecllndante de todo conocimiento: la filosofía". En efecto, dicha pretensión del kelsenismo, que pudo resultar cierta en 1925, ha quedado retrasada en el tiempo. La filosofía ha progresado mucho desde entonces. La gravitación de las ideas de Husserl, así como la publicación en 1927 de la fundamental obra de Heidegger, Ser y Tiempo, imponían nuevas bases para el deseado 38 Mientras la norma jurídica menta la liberlad de la conducta ellla totalidad de sus posibilidades -tanto cuando se manifiesta como cumplimiento del deber, como cuando tiene el sentido de una transgresión-la norma /Iloral no da plena cuenta de la conducta en todas sus posibilidades, por cuanto sólo menta el deber. "Suponed que la norma moral enlazara deberes sucesivos en disyunción predicativa. Suponed que dijera: no se debe robar o si se roba se debe arrepentirse". Todavía queda sin normaciónla posibilidades de que no hubiere arrepentimiento. Si para atraparla se agregara: "o si no hay arrepentimiento, se debe peregrinar a Jerusalén" de nuevo queda sin normación la posibilidad de quc no se haga el peregrinaje. La moral sólo considera lo valioso como deber. pero con ello se le escapa el hecho ele la libertad. En cambio, la norma jurídica atrapa a la libertad como tal, porque la menta cn todas sus posibilidades" (COSSIO. c., Teoría .... cit., pág. 136). • 328 1'" ,,, .'" HISTORIA DE LAS IDEAS JURÍDICAS contacto de la jurisprudencia con la filosofía. Esta tarea ha sido emprendida por la teoría ego lógica. Cabe agregar a lo dicho que la egología sustenta coherentemente una pretensión de la filosofía científica no solamente por el hecho ya referido de que ha centrado su preocupación en la ciencia del Derecho, sino también porque se fundamenta en una filosofía científica dado que, como ya lo advertimos al comienzo de este capítulo, el principio positivista propio de la ciencia ha cuajado en la filosofía fenomenológica y existencial como un verdadero positivismo con la máxima metódica "a las cosas mismas". En conexión con este mismo punto debe admitirse también que la egología ha tenido una certera visión al ad vertir la continuidad de pensamiento que podemos señalar en la línea Kant-Husserl-Heidegger, unidad destacada especialmente por este último autor. La egología se ha servido de los aportes de estos fundamentales ~ensadores,. especial~e~te del pensamiento de Heidegger que le ha permitIdo concebIr la pecuhandad de la vida humana como libertad. Una crítica a la egología estaría aquí fuera de lugar dado el carácter de partícipes en la misma que tienen -en mayor o menor grado- los que esto escriben. No obstante la dificultad apuntada y para orientar al lector en la apreciación de una escuela viva, nos parece útil clasificar las doctrinas que ?an nacido o se han desarrollado en su seno en tres grupos: a) El pnmero de ellos estaría constituido por aquellas doctrinas aceptadas sin mayores discrepancias por todos los miembros de la escuela, ya sea en forma explícita o en forma implícita, como supuestos de sus trabajos de investigación. Tales serían, por ejemplo, doctrinas como la de que el Derecho, como objeto, es conducta; como la de que esa conducta es un deber ser existencial; que se trata de un objeto valioso positiva o negativamente y no de un objeto neutro al valor; que la interpretación jurídica es un conocimiento por comprensión; que no se interpreta las leyes sino la conducta a través de las leyes, etcétera. b) El segundo estaría constituido por doctrinas que, sin haber provocado aún discrepancias escritas entre los miembros de la escuela no puede de.cirse sin embargo que hayan sido objeto de aceptación gen~ral. Podríamos ejemplificar este grupo con las investigaciones del mismo Cossio sobre la estructura de plexo axiológico jurídico, o con las investigaciones de Vilanova sobre la estructura lógica de la norma jurídica (en las cuales utiliza las herramientas que pone al alcance de la teoría del Derecho la lógica simbólica contemporánea) 39. 39 VILANOVA, José, "Estructura lógica de la norma jurídica", L.L., 97-946, supra, 11.9.4., 13.5. Y 13.6. ESCUELAS IUSPOSITIVISTAS 329 c) Finalmente existe un grupo de cuestiones que ha provocado documentado desacuerdo dentro de la escuela, como podrían ser, por ejemplo, el tema de las fuentes del Derecho o el de la jurisprudencia como fuente del Derecho 40. Sin perjuicio de los atractivos que ofrece la polémica o el campo aún no suficientemente desbrozado de los temas novedosos, debe aceptarse que solamente el primer grupo de cuestiones (a) forma un cuerpo asentado de doctrina que permite caracterizar objetivamente a la escuela y a él hemos procurado mantenernos fieles a lo largo de esta exposición, al brindar en cada caso las soluciones que ofrece la egología para los temas de teoría general que hacen a una introducción al Derecho. 11.9. NEOEGOLOGÍA 11.9.1. Punto de vista de la neoegología 41 La concepción que se denomina hoy "neoegología" surge de un punto de vista original, desarrollado por José Vilanova, a partir de la concepción ego lógica de Carlos Cossio. El fundamentó de la discrepancia radica en que, para Cossio, el uso de la palabra -el lenguaje hablado- constituye el núcleo mismo de lo que él entiende por "pensamiento". De allí se sigue el papel que juega el pensamiento así entendido en la constitución del objeto y, finalmente, que un pensamiento, así concretado en palabras, es el pensamiento de sí misma con el que se integra la conducta según enseña la egología. Este punto de vista cossiano aproxima su pensamiento a la dirección conocida como hermenéutica en el continente europeo que, no obstante sus raíces en la fenomenología y la filosofía existencial, la aproxima mucho a la filosofía analítica dominante en los países anglosajones, tal como lo han denunciado Von Wright 42 y Hans Albert 43. Este planteo, que privilegia la palabra, había sido, justamente, el punto principal del disenso de Vilanova con su maestro 44. Establecida de tal manera la discrepancia fundamental, se impone hoy dar una ver40 Ver AFrALlÓN, Enrique - VILANOVA, José, "Las fuentes del Derecho", L.L., 77832 Y "La jurisprudencia como fuente", L.L, 81-769. 41 BULYGIN, Eugenio y otros, "Neoegología", en El Lenguaje del Derecho. Homenaje a Genara R. Carrió, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1983, págs. 443-456. 42 WRIGHT, Georg Henrick von, Explicación y Comprensión, Alianza Universidad, Madrid, 1979, págs. 51-56. 43 ALBERT, Hans, Tratado sobre la Razón, Sur, Buenos Aires, 1973, Introducción y Cap. VI, parágs. 22 y 23 (págs. 12 y 194-214). 44 VILANOVA, José, Provecto Existencial y Programa de Existencia. Ideas para una Fenomenología del Obrar HUlIlano y de la Razón Práclica, Astrea, Buenos Aires, 1974. r I ~ 330 I-IfSTORIA DE LAS IDEAS JURÍDICAS ESCUELAS IUSPOSITlVISTAS sión ~ás sist~mática de la neoegología, sobre todo habida cuenta de los trabajospubhcados desde 1983 y otros aportes efectuados por Vilanova y sus ~C?!ltOS 45. A renglón seguido intentamos una síntesis sumaria de tal exposlclon. Para Vilanova la noción de proyecto requiere un análisis fenomenológico previo a su absorción por el pensamiento articulado en palabras, normativo o no. Fenomenológicamente la libertad/proyecto se muestra como la forma en que se presenta el futuro con sus posibles/contingentes al presente (con ·supasado a cuestas) que en cada caso ya somos. La dirección que el agente imprime a su conducta se da aun en ausencia de toda palabra articulada. Como en el pelotari que corre a buscar la pelota allí donde ésta aún no está, la madre que aun dormida cuida a su bebé, la criatura que juega con su perro cachorro, el perro que obedece a su amo --donde el lenguaje gestual más que la palabra juega el papel protagónico-. El hombre siempre proyecta su futuro inmediato. Cuando piensa con palabras, la palabra funge por la cosa misma y ésta queda mediatizada no importa cuán próxima esté en el tiempo de los relojes. El don de la palabra permite al hombre programar su futuro. Como hace, por ejemplo, un hombre gordo que toma la "decisión" de someterse a un régimen dietético. Este tipo de decisión es característico de todo programar. Pero en rigor se trata de una cuasidecisión pues, a la hora de la verdad siempre será posible que el proyecto rechace la programación. Que el gordo no consiga privarse de comer y rebajar de peso, el pecador arrepentido vuelva a pecar, etcétera. Si ya el proyecto no se refiere a la conducta de un hombre sino a la de dos o más, se plantea el tema del proyecto común dentro de éste, el del Derecho. Aquí Vilanova sigue a Cossio y Del Vecchio en la misma tradición fundada por Tomasio y Kant. Pero atento el carácter básico del proyectar --que puede no acompañarse de palabras o aun tener un sentido distinto al que las palabras le atribuyen-o Vilanova ha tratado de fundar los sentidos jurídicos objetivos mismos en la denominada por Cossio "interferencia intersubjetiva de la conducta". En 1982 Vilanova consiguió exponer su tesis en forma razonablemente aceptable sosteniendo que, en la interferencia de conducta, el hecho de no impedir una conducta pudiendo hacerlo tenía el sentido de permitir tal conducta. Esta definición justificaría el tránsito del ser al deber ser, talón de Aquiles del iuspositivismo, sin cometer falacia lógica alguna 47. 11.9.2. Fundamentos filosóficos En C~~sio dor:nina el Hu~serI de las Investigaciones Lógicas y una interpretacIOn kan~lana de la dIstinción entre Lógica Formal y Lógica Trascendental. En VIIanova el centro de gravedad ya se había despl~zado al Husserl de las Ideas en 1950. Pero el estudio de Sartre H . , M I P .. . , ewegger y ereau- onty lo lleva a pnvI~egJar el cogito prerreflexivo --obviamente sin palabras~ sobre el refleXIVO punto temáticamente desarrollado en 1966 y mantel1ldo desd~ entonces sin reservas 46, aunque, a diferencia de Heide~~er y Sartre, VIIanova no privilegia ningún temple determinado mantelllendose en esto m~s fiel a la idea original de Husserl. . , Como ~?nse~,ue~,Cla.de~? ~recedente aparece en Vilanova una distinClon e~~re ente y objeto ajena al pensamiento de Cossio: el hombre por ~u apertura al m~,ndo:' e~~á en trato con los entes intramundanos y f.ue. e, o no, hacerl~s o~-jeto ---como algo que se le enfrenta- y aun objet~ de,conoc~ml~nto . Pero el e~1te es previo y funda al "objeto", aunque ?espues pued~ verselos como SIendo lo mismo. En esta línea de ensa~I~?to lo Ilev~ra fll1almente a destacar la idea de las "ontologías re~io­ ?a es que el prImer Husserl tomó de Meinong y que ocupa un lugar Importante en la egología cossiana. r 1 ! 1 11.9.3. Ontología jurídica ~'I' El ~ema central es acá el de la libertad, tal como ella se da en el hombre., V I1a~ova toma de Cossio la noción de libertad como proyecto Pero aqUI corr:lenzan las diferencias: pues para Cossio la conducta com~ proyecto se lIltegra con el pensamIento (articulado en palabras) normativo. 45 VILANOV J e •. , " . .. , d' A,. o~e, IlllroducclOl1. al COIlOClIl1lelllO Científico, escrito en colaboras el Ion con Ivelrso dlsclpulos y docentes de la Cátedra de Introelucción al Derecho de Vianova [ Facu tad de Derecho UBA] b' . ., .. . , y aJo su ellreccloll general Fundación ele 'Derecllo Ad mllllstratlvo Bue A" ,nos Ires, 1985 ; r:.'_lelllenlos de Filosofía del'Derecho 'Ja ed Ab 1 _ d o-Perrot Buenos Aires 1984 "C . ., . '., ee "ad , ; onstltuclOn origlllaria ele los sentielosJ'uríelicos" Re\J/'sla d e l N olan o nro 790 B . A' 1 ' á s 401 . .'" . ',uenos Ires, 983, y en Elementos ... , ciL (Apénelice IV), p g '" y SlgS., La ?ntologla en el Pnmer Congreso Internacional de Filosofía elel Derec~o ,en colaboraClon con María Rosa Fernández Lemoine. L.L., l8-IV -1983. 6 VILANOV A J '''. P ' , . 1966 ' ose, 1, or que ur~a fenomenologla eXlstencial'l", UADE. Buenos Ai. res, , yen Elelllellfos ... , Cit. (Apenelice 1), págs. 339 y sigs. 331 11.9.4. Las normas ~i Si ya la mera proyección de la conducta puede dar sentidos jurídicos objetivos y si denominamos "norma" al esquema de interpretación al que acudimos para conferir tales sentidos objetivos a la conducta, las normas pueden caracterizarse como partes de esa proyección de la conducta co- I I ! 47 VILANOVA, José. "Constitución ... ", cit., en nOla 45. • 332 ir t ( !ln!1 ::;::: \,,11' " ESCUELAS IUSPOSITIVISTAS HISTORIA DE LAS IDEAS JURÍDICAS 11.9.6. La ciencia jurídica mún. Pero como, obviamente, en los estados contemporáneos acudimos con frecuencia a expresiones verbales para obtener tal resultado, Vilanova admite que las normas pueden ser también partes de la programación de la conducta. La programación de la conducta de un súbdito como obligatoria es acompañada por una programación subsidiaria para el caso de incumplimiento. Cada programación de este tipo constituye normalmente una cadena que comienza por una obligación -llamémosla principal- y se continúa en programaciones subsidiarias: debe pagar el impuesto; si no paga le corren recargos y multas; si no paga, la DGI puede determinarlos, etcétera. Sostiene Vilanova que cuando aparece en esta cadena el órgano jurisdiccional, éste debe condenar pero no hay sanción contemplada para el caso de que no cumpla. Tiene normalmente lo que denominalÍamos una obligación en sentido débil. La opinión del último Kelsen de que está meramente facultado --como un padre está facultado a cOITegir a sus hijos- pero no obligado a condenar, le parece injustificadamente apartada del conocimiento de sentido común. El Derecho existe con independencia de l~ ciencia jUlÍdic~ qu.e pu.e,de II gar a constituirse como tal en CIerto grado de ClvÜlzaclOn. -{) no- e .' . 1 daso Pero la ciencia jurídica -al igual que otras Cle?CIaS SOC,Ia es- se 1 f ndamento de construcciones de sentido comun que hacen. los b r~ ~o~ protagonistas de la vida social. Aquí sigue Vilanova al último ~;~utz uien sigue, a su vez, las enseñanzas del último Husser~, el Hus1d JI ':nundo de la vida (Lebenswelt). Los neoególogos estudlar?n con ~:~en~miento a Schutz tomando sus ideas como hipó,te~is ?~ trabajO para . ario que debía culminar en una metodologIa Jundlca de fundaun semm . d ' udo com mento fenomenológico, pero que desgraCIa amente aun no p letarse Algunas ideas centrales de ese enfoque fueron exp.uest.as por ~duard~ Barbarosch en el Capítulo VIII, "El método en las cIencI~s so. 1 "del libro citado en la nota 45. El tema fue tratado con algun deCla es , f" d de debate tenimiento por Vilanova en dos con erencIa,s .~se?Ul ,a~ ,ronunciadas en la Sociedad Argentina de Anahsls FtlosofIco lo~ dlas 12 p 26 de noviembre de 1985, en el Seminar~~ sobre Metodol~gla?e las bencias Sociales dirigido por el profesor ~ehx Schuster. Segur; Vil anova Schutz ha abierto el camino pero queda aun mu~ho po.r ha~er. El nusmo, 'u~to con otros neoególogos, está empeñado en mve~tlg~ciOnes endereJzadas a poner en claro la metodología propia de la CienCIa del Derecho. 11.9.5. Las fuentes ,'" Aftalión y Vilanova centraron su investigación sobre las fuentes de las normas generales en la noción de criterios de objetividad y hechos que denotaban la existencia de los mismos. Pero la noción misma de proyecto lo ha llevado a Vilanova a revalorizar el papel de la costumbre a la que ve como fuente original (la costumbre de acatar a un legislador es la que en último término le confiere a éste su carácter de tal). Éste es el punto que Vilanova detectó en 1949 al señalar la distinción entre la norma fundamental (abstracta) kelseniana y la norma fundamental concreta, dando primacía a esta última. Uno de los puntos relevantes en una sonada polémica entre Kelsen y Cossio. Pero el tema alcanza plena claridad recién con el estudio en profundidad de la costumbre en el trabajo citado en la nota 45. Últimamente Vilanova pretende haber tocado fondo en la revalorización de la costumbre. Suele llamar la atención sobre un hecho destacable: la costumbre es la única fuente necesaria. Todas las demás son contingentes. Esto debiera ocupar un lugar central en el estudio del Derecho por los juristas que se enrolan en la corriente iuspositivista. La desuetudo ha sido también considerada con un enfoque novedoso por Vilanova y otros neoególogos 48. 48 Citado en VILANOVA, José, "El concepto de las fuentes jurídicas", E.D., 37969/980, donde expongo sintéticamente la concepción sobre las fuentes que alcanza la neoegología recién en 1990 por aplicación de la metodología fenomenológica de Schutz (supra, 7.5.). 333 11.10. EVOLUCIÓN POSTERIOR DEL PENSAMIENTO DE KELSEN I 1 I 11.10.1. Introducción La Teoría Pura del Derecho ha sido, dura~te la vida.~e Kelsen, "una obra en constante modificación" 49. El libro ongmal na~iO en 1934 co~o resultado de la revisión de un ensayo de 1933. La pnmera ~radu~ciOn francesa es de 1953 yen ella Kelsen introdujo algunas mod~.~~aciOn~s ue permiten diferenciarla del original alemán. ~a se gunda edlCI~n del.ll~ 6ro es de 1960 y allí Kelsen introduce .nu~~as e lr.npor.tante~ modlfica~l~_ llevan del racionalismo pnnutlvO al rrraclOnahsmo. Por ultl nesque lo 'l' ., eéldIO mo, la Teoría General de las Normas brinda la u tima verSIOn qu de su propio pensamiento. . Una síntesis global de la evolución del pe~s.a;ment.o que vamos a,~~aminar señala que Kelsen, partiendo de una VlSlon enunentemente 10blca y racional del Derecho, culminó su obra desembocando en un cerrado 49 LOZANO, Mario G., "La teoría pura del Derecho; dellogi~ismo al irra~ionalismo'" Cuadernos de Filosofía del Derecho, nro. 2. Alicante, 1985, pags. 55 y Slg . ! 1 ! ! • • 334 HISTORIA DE LAS IDEAS JURÍDICAS i~racionalismo que niega la posibilidad de aplicar al Derecho los princi- pIOS o las reglas de la lógica. ,,;lII! i:::::: 1""" ~ ti 11.10.2. La polémica Kelsen-Cossio: norma y regla de Derecho Las normas como "órdenes" . l ~l es.tudiar en el C:apítulo 13 las normas jurídicas, veremos en detalle e camb~o 9~e produ~o Kelsen e,n sus primeras ideas sobre el ser de las norml aSCJun~lcas a raIZ de la polemica que sostuvo en Buenos Aires con C ar os OSSIO en 1949. d dO~gina~,amente Kelsen h~bía sostenido que las normas eran "juicios ;. e e~ ~er. con I? cual COSSIO coincidió plenamente y, partiendo de esa a IrmaclOn, Intento llevar a la teoría pura un paso más adelante pre untando por el objeto acerca de cual esos juicios hablaban g P~ra Coss~o el o~jeto mentado. por las normas es la ~onducta ésta constl,tuy~, aSI, el obJeto.que estudia la ciencia jurídica. Pero Kels:n co~enzo ~,Ih ~Ismo a modifICar su rumbo introduciendo la distinción entre norma y regla de Derecho". . .Las "r~gla? de Derecho" son para Kelsen las expresiones que usa un Junsta o C1entIl'ico del Derecho p.ara describir a las normas. Lo curioso es qU,e SI la norma establece que "el Inquilino debe pagarel alquiler" or ue :sll~"npuso el legislador, la regla del Derecho también repite ,,~rinciuiInO ebe pagar el alq~iler:',. pero esta vez no Con pretensión normativa sobre la conducta dell/1qUlhno, sino con pretensión "descriptiva" d I que la norma establece. e o ,,,1/ ".,1' ,1" ."r ?,e este mo¿o la ci~n~ia ju~dica estaría integrada por "reglas de Derecho con funclOn descnptlva, nllentras que el obieto "Derech" t ' puestod . 'd' J o es anacome n~nna~,Jun Icas de carácter prescriptivo. Las reglas serían "actos de conOCimIento y las normas el sentido objetivo de "actos de voluntad". 11.10.3. Aplicación de los principios lógicos -'d'Ica " ,ca be Hecha la distinción entre "regla de Derecho" Jv "J10rma'JUIl , ' . preguntar en que medida resultan aplicables los principios lógicos al conJu~to de reglas o al de normas. ~~ de especial interés determinar qué suce e en los casos de contrad!cclOn y si es o no posible deducir o inferir ?ormas o reglas por aphcaclOn de las reglas lógicas de la deducción y la Infe~encla a ~t;as normas o reglas de carácter general. . En la vers.1011 francesa de 1960 Kelsen sostiene que los principios lógicos Son aplIcables directamente a las recrias de Derpcho ( .. descri t" ) ' l ' d' b ~ proposIciones . p Ivas y so 0111 Irectamente a las normas (proposiciones presc . nptlvas). ESCUELAS IUSPOSITIVISTAS 335 La diferencia radica en que mientras las reglas de Derecho -que prescriben normas- pueden ser verdaderas o falsas, las normas --que prescriben conductas- sólo pueden válidas o inválidas. Los principios de la lógica pueden ser así aplicables directamente a las reglas y, por su intermedio, resultan indirectamente aplicables a las normas. Esto conlleva una fuerte relación entre la verdad y la validez por cuanto la norma válida es descripta por una proposición (regla) verdadera, mientras que la norma inválida es descripta por una regla falsa. Pero esta relación abre paso a una nueva contradicción en el seno de la teoría pura por cuanto, desde su perspectiva, una norma inválida no existe realmente en cuanto norma, y por esta razón no podría ser descripta. 11.10.4. La contradicción entre normas La distinción entre regla y norma, y el paralelo entre verdad y validez lleva a preguntar sobre la aplicación del principio de contradicción al conjunto de reglas y de normas. Obviamente que si las reglas son verdaderas o falsas a las mismas les resulta plenamente aplicable el principio de contradicción: una regla oes verdadera o es falsa, y éste era el pensamiento de Kelsen hasta 1962. Pero esta posición hace crisis cuando se advierte que en los casos de conflicto entre normas es necesaria la existencia de dos normas válidas que se contradigan. Si una de ellas no fuese válida, la contradicción entre normas no existe. y si hay dos normas válidas que se contradicen, habrá también dos reglas de Derecho que las describen y que son a la vez "verdaderas" y contradictorias entre sÍ. Esta circunstancia excluye la aplicación del principio de contradicción a las reglas a pesar de la primitiva idea de Kelsen. El caso de conflicto entre normas se supera, según Kelsen, cuando una tercera norma válida deroga a una de ellas o a las dos. Hasta tanto esto no suceda son válidas ambas normas dando lugar a la contradicción paralela entre las reglas que las describen. La caracterización de las normas como el sentido de actos de voluntad que hace el último Kelsen excluye la aplicación de los principios lógicos a las normas y, también, a las reglas de Derecho que las describen. Esta cuestión fue objeto de un importante cambio de ideas mediante la correspondencia que Kelsen mantuvo con Ulrich Klug entre marzo de 1959 y junio de 1965. En ella se advierte con claridad la posición de Kelsen: no es posible aplicar los plincipios lógicos a las normas, y, por ello, nunca sería posible deducir una norma de otra. Las normas, como actos de voluntad, no pueden obtenerse por vía deductiva o racional. Así la norma individual que dicta unjuez es el sentido de su acto de voluntad y no puede • 336 HISTORIA DE LAS IDEAS JURÍDICAS ESCUELAS IUSPOSITIVISTAS ser deducida del acto de voluntad del legislador, por más que la sentencia del juez se "fundamente" argumentativamente en la norma general que aquél sancionó. , ~ 11.10.5. La "Teoría General de las Normas" ,.. ':;:: La última obra de Kelsen fue la Teoría General de las Normas, que . recoge y ree1abora una serie de trab ., 363 SISTEMÁTICA EL DERECHO COMO CONDUCTA ONTOLOGÍA JURÍDICA ahora .y~ ~a a estar en condiciones de elegir entre "1"" " "". . l· la posibilIdad "n" va a haber alcanzado la situación ' m y n , SI e Ige mente optar por "o" , "" ' en la cual puede realp o "" q . recto de Dios y que de Él recibía su poder. Esta ideología, que estaba al servicio de la monarquía, fue puesta en crisis primero por algunos pensadores, luego por cierta gente de acción y por último por la sociedad toda, y ya hoy nos resulta absurdo que alguien pueda compartirla. También los cambios que puede alcanzar el ejercicio de la libertad en el plano individual pueden ser muy importantes. Pongamos algunos casos dramáticos. San Agustín era un hombre de vida disipada, era un noble rico y libertino pero en un momento dado se convierte al cristianismo y llega ser uno de los santos de la Iglesia. Otro caso es Rimbaud, que fue uno de los poetas más importantes de su época, pero en cierto momento se va al África, allí se dedica a comerciar y termina sus días como un próspero comerciante. Otro ejemplo de una decisión importante que modifica toda una vida, fue la de Rossini, quien llegó a ser un gran composit6r siendo aún joven y, cuando todavía se esperaba de él lo mejor, dejó de escribir música. Si hubiese muerto en el momento en que decidió no escribir más se diría de él lo mismo que de Mozart: "¡ Qué no hubiese dado a la música si no hubiera muerto tan joven!". Lo cierto es que no podemos saber qué hubiera dado Mozart en caso de haber seguido viviéndo: podría haber seguido siendo un gran compositor, podría haberse convertido en un mediocre, en un comerciante, en un delincuente o en un monje. Nunca hay un destino determinado, cada uno en el ejercicio de su libertad va construyendo su propio destino. No es cierto que hacemos determinadas cosas porque estamos obligados a ello: somos nosotros quienes asumimos una obligación como tal y decidimos cumplirla. No es cierto que no podemos proseguir estudiando porque tenemos que atender un estudio jurídico, puesto que todo estudio puede atenderse con mayor o menor dedicación, y dentro de este "más o menos" podemos hacer cualquier otra cosa. Además, siempre existe la posibilidad de cerrar ese estudio para buscar realizamos en cualquier otra actividad. El pensar que estamos determinados por las obligaciones cotidianas --que nosotros mismos nos hemos creado-, por algo así como "el destino" o por lo que fuere, es una forma de huir de la libertad. To i\h f 9 ~ J .. k ,.-/ ~n//'I' m q ~P . o Resulta perfecta~ente. visible cómo por el ejercicio de la libertad van creando nuevas sltuaclOnes que se incorporan al asado las se vez, crean nuevas posib~lidades. Piénsese en la difer~ncia d'e PO~~~'I~s~ des que se le abren a qUien h ·d .. a vers"t. l a segUl o estudlOs ul1lversitarios o posuni~.~nos, y as que se le brindan a aquel que no ha tenido nin una ins~~~LlOn, y es O,bVlO que t?do aquel que hoyes universitalio pa;ó al