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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR FACULTAD DE FILOSOFÍA LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN ESCUELA DE PSICOLOGÍA EDUCATIVA Y ORIENTACIONAL PSICOFISIOLOGIA II
TEMA: LA DEONTOLOGÍA PROFESIONAL
NOMBRE PAOLA RENGEL CURSO: CUARTO “A” DOCENTE: DR. INTRIAGO BISMARCK FECHA: QUITO, 31 DE JULIO 2014
PROBLEMA
La presente investigación nos permite conocer que es la deontología profesional y como se relaciona con las diferentes profesiones que tienen repercusión social en la sociedad para así enriquecernos con los conocimientos que se obtengan en sitios web, PDF y libros.
Como la deontología logra influenciar en las profesiones que tienen más relación con el campo de las ciencias de la salud. De qué manera la deontología influye demasiado, cuál es su objetivo y que fin quiere realizar en la sociedad.
PROBLEMA
La presente investigación nos permite conocer que es la deontología profesional y como se relaciona con las diferentes profesiones que tienen repercusión social en la sociedad para así enriquecernos con los conocimientos que se obtengan en sitios web, PDF y libros.
Como la deontología logra influenciar en las profesiones que tienen más relación con el campo de las ciencias de la salud. De qué manera la deontología influye demasiado, cuál es su objetivo y que fin quiere realizar en la sociedad.
JUSTIFICACIÓN
El presente trabajo está diseñado de forma sencilla para comenzar a conocer un poco sobre lo que es la deontología profesional , detallando los conceptos, características, objetivos, diferencias , importancia, clasificación, dando una breve descripción de cada punto ya planteado anteriormente. Al mismo tiempo esta monografía tiene fundamentos científicos que van a servir de mucha ayuda a los estudiantes, profesores, profesionales, que están interesadas en lo que es la la deontología , ya que esta es de suma importancia importancia tener un conocimiento de cómo la deontología deontología influye en la la sociedad dándonos una perspectiva más amplia a este conocimiento y dándonos cuenta de que hay cosas que pensamos que están bien, a la vez porque las hacemos, cómo actuar ante situaciones extremas que requieren de un previo conocimiento de cómo va a ser juzgado ese acto y como lo va a juzgar la sociedad etc. . La motivación del presente tema es poder tener más conocimiento de lo que es la deontología una materia muy interesante que te hace cambiar tu forma de pensar y tener una mente abierta hacia temas que son de mucho agrado y de cultura general en el país y en el mundo entero.
OBJETIVO GENERAL
Investigar por medio de recursos tecnológicos información relevante que nos permita incrementar los conocimientos sobre lo que es la deontología, agrupando la información encontrada de manera que esta nos permita conocer en que se basa la deontología de manera profesional en cualquier campo laboral y de qué manera podemos utilizarla y aplicarla en el transcurso de nuestra vida.
OBJETIVOS
ESPECÍFICOS
Conocer los temas y subtemas que comprende la deontología. Definir cada uno de los conceptos. Establecer conceptos de cada uno de los temas y subtemas. Diferenciar los conceptos mediante ejemplos.
IMPORTANCIA
La siguiente monografía fue planteada con el propósito de ampliar los conocimientos sobre la deontología profesional
dándonos información más
enriquecedora sobre los temas en que se divide la deontología y diferenciándolos a cada uno de ellos. Con la ayuda del método de investigación, el cual permitirá un mayor acceso a información detallada sobre cada uno de los temas y subtemas, el cual nos enriquecerá y a la vez tendremos una mente más abierta para pensar sobre los actos que se cometen en la sociedad teniendo un campo más abierto de cómo se puede juzgar y como la sociedad trata de juzgar esos actos. Además es necesario tener información que no solo permita a los estudiantes acceder a esta sino que sirva para profesores, doctores tener un poco más de información y a la vez actualizarse con la investigación señalada anteriormente. A la vez para nosotros como psicólogos educativos tenemos que tener ética, moral la cual nos ayudara a descubrir la verdad y ser democráticos para juzgar los actos en las cuales nos veremos involucrados. Es por eso que la investigación que sea obtenida por medio de libros, PDF, sitios web nos enriquezca con su información y así tener un pensamiento crítico , moral y a la vez ético para manejar los futuros casos que se nos presenten. Toda la información que se obtenga debe ser analizada, comprendida, y sobre todo aplicada en el campo correspondiente dentro de la profesión de psicólogos educativos.
MARCO TEÓRICO CAPÍTULO 1
1. INTRODUCCIÓN A LA ÉTICA 1. Que es la ética 1.1.1 Clases de la ética 1.1.2 Métodos de la ética 2. Que es la moral 3. Diferencias y semejanzas entre ética y moral 4. Enunciados 1.4.1 Juicios de hecho y de valor 1.4.2 Acto moral juicio moral 1.4.3 Valor moral 5. Teorías éticas 1.5.1 ética de los fines 1.5.1.1
Aristóteles
1.5.1.2
Epicuro
1.5.1.3
Utilitarismo
1.5.2 éticas del deber 1.5.2.1
Kant
1.5.2.2
Sartre
1.5.2.3
Rawls
1.5.2.4
Habermas
1.6 Axiología CAPÍTULO 2
La deontología y la ética profesional 1. Que es la deontología 2. Que es la ética profesional 3. Fundamentos de la ética y la moral 4. Ética profesional y los principios sociales 5. Ética y educación
6. La bioética 6.1 definiciones básicas,antecedentes históricos de la bioética 6.2 ambitos de la bioética 6.3 derechos humanos y bioética 6.4 la bioética y la educación 6.5 importancia de la bioética en la formación profesional CAPÍTULO 3
Deontologia de la practica psciologica en la educacion
1. 2. 3. 4. 5.
diferencias entre ética y deontología deontología de la practica psicológica problemas deontológicos en psicología conciencia profesional código deontológico del psicólogo educativo
CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN A LA ÉTICA 1. QUE ES LA ÉTICA “Ética” deriva de la palabra griega
Êthos significa “uso”, “costumbre”, “hábito”.
Con este sentido aparece la palabra “ética” en los escritos de la sofística, de Platón, de Aristóteles. Es la teoría o la ciencia del comportamiento moral. Su estudio se remonta a los orígenes de la filosofía moral en Grecia y su desarrollo histórico ha sido diverso. (Ética, 2012) La ética, por su historia, ha sido siempre la de la lucha de dos posiciones contrapuestas: la idealista y la materialista, la primera afirma que la conducta moral del hombre se halla predeterminada por fuerzas superiores o por la conciencia individual en virtud de un impulso subconsciente; y, la segunda, considera que el hombre es producto de las circunstancias en que se desenvuelve su vida, que las leyes que actúan en el medio en que vive determinan su moral y los motivos de su conducta. (Bravo, pág. 1) La ética se preocupa por conseguir buenas personas, la política por lograr buenas instituciones, y las buenas instituciones por funcionar bien, aunque las personas que las encarnan no sean moralmente buenas. (Bravo, pág. 1) tic a es un conjunto de conocimientos derivados de la investigación de la La é
conducta humana al tratar de explicar las reglas morales de manera racional, fundamentada, científica y teórica. Es una reflexión sobre la moral. La ética se preocupa por conseguir buenas personas, la política por lograr buenas instituciones, y las buenas instituciones por funcionar bien, aunque las personas que las encarnan no sean moralmente buenas. (Ética, 2012) La ética es la disciplina que se ocupa de pensar el valor del bien, su naturaleza, su relación con otros valores y la fundamentación de las normas morales que rigen nuestras acciones. Designamos con la palabra “ética” el comportamiento, la conducta y el actuar de hombre en cuanto hombre. (Ética, 2012)
La ética es, pues, aquella instancia desde la cual juzgamos y valoramos la forma como, de hecho”, se comporta el hombre y, al mismo tiempo, la instancia desde la cual formulamos principios y criterios acerca de cómo debemos comportarnos y hacia dónde debemos dirigir nuestra acción. (Ética, 2012)
1.1.1 CLASES DE LA ÉTICA Para reflexionar sobre la moral, la ética hace una investigación filosófica sobre el comportamiento moral de las personas. El punto de partida es, pues, la descripción de la vida cotidiana (ética descriptiva). Después procede a criticar y reformular las normas morales vigentes en la vida cotidiana de acuerdo con principios éticos racionales (ética normativa). Estos principios también son revisados y cuestionados por una reflexión crítica más profunda (metaética). Finalmente, tras esta doble revisión crítica, ofrecerá normas, valores y principios morales concretos para orientar nuestra conducta en la vida cotidiana (ética aplicada). (Peral)
Ética descriptiva o empírica. Pretende describir los diversos fenómenos de la vida moral, explicarlos y hacer una teoría general de la conducta humana. Uno de los aspectos que más le interesa es el proceso de moralización o de transmisión de normas morales. La investigación sobre este proceso, le ha permitido, a la ética descriptiva, poner de manifiesto que nuestro comportamiento es producto de un proceso de socialización que nos “modela” con las normas, los valores y los principios morales domina ntes de nuestra cultura. Pero, nuestro comportamiento no es sólo un producto de nuestra cultura. Nosotras también decidimos qué “forma de vida” queremos. Y, con nuestro comportamiento moral, también “modelamos” (transformamos) nuestra
cultura.
Además,
la
investigación
sobre
el
proceso de moralización le ha permitido, a la ética descriptiva, evidenciar que decidir “no-seguir” algunas de las normas impuestas por el uso y la costumbre supone tener que superar numerosos obstáculos en la vida. Por último, conocer quiénes son los agentes socializadores, qué nos transmiten y para qué, hace que la ética descriptiva nos ayude a decidir qué normas morales
merecen ser obedecidas y cuáles ignoradas o substituidas para
poder
construir nuestra “manera de vivir”. (Peral)
Ética normativa. Pretende establecer principios generales que
se
autorrecomienden y que fundamenten de forma racional (sin apelar seres sobrenaturales) las normas morales vigentes. Nos proporciona sistemas de reglas prácticas para la “vida buena”. Por ejemplo, la ética de Platón nos dice que “es preferible sufrir la injusticia que cometerla”; el utilitarismo, que debemos comportarnos de tal manera que las consecuencias de nuestros actos proporcionen la mayor felicidad posible al mayor número de personas; la ética de Kant nos dice: “obra sólo según aquella máxima [norma] que puedas querer que se convierta, al mismo tiempo, en ley universal”. (Peral)
Ética crítica o metaética. Es una reflexión crítica sobre éticas normativas. Investiga el lenguaje que utilizamos cuando decimos qué debemos hacer o qué queremos decir cuando decimos que un comportamiento es “bueno”. (Peral)
Ética
aplicada o
ética
práctica. Propone normas morales concretas
aplicables a nuestra vida cotidiana. Esas normas se traducen en códigos deontológicos (elaborados por mayorías o por consenso) como los de la práctica médica, los de la creación y utilización de nuevas tecnologías, los de los negocios, los de la política, etc. (Peral)
1.1.2
MÉTODOS DE LA ÉTICA
1. Observación: consiste en hacer un resumen de los hechos, conservando la fidelidad de los mismos, es importante hacer el resumen de forma escrita, porque la percepción de la realidad tiende a cambiar con el tiempo y el tener esto por escrito permite de alguna forma recordar los hechos como ocurrieron en su momento. (ETICA, 2010) 2. Percepción axiológica: consiste en determinar en todas las personas que estuvieron involucradas en los hechos sus valores y sus antivalores y tratar de esta forma de comprender el ¿Por qué? de sus actos. Esto es importante porque muchas veces los valores de las otras personas no son nuestros
valores y esto nos permite tratar de entender la conducta del otro o de la otra. (ETICA, 2010)
3. Evaluación: consiste en juzgar desde nuestra identidad y nuestra cultura el acto y determinar si es bueno, malo, conveniente o no conveniente, adecuado o no adecuado; desde otro punto de vista la evaluación también nos permite pensar si nuestra cultura, identidad, moral y axiología son correctas y adecuadas a nuestra ética y a los cambios sociales y nuevos conocimientos. (ETICA, 2010)
4. Conclusión: se trata de llegar a una enseñanza que podemos aplicar a nuestra vida o que nos puede servir de referente para nuestras propias actuaciones en el futuro. (ETICA, 2010)
1.2 QUE ES LA MORAL “Moral” deriva
del latín mos, moris. Su significado etimológico era “costumbre”,
y también “norma” o “precepto”. De la fusión de ambos sentidos (“costumbre” y “norma”) surge la concepción latina de la moral. La moral, entendida como “buena costumbre” está formada por
los diversos modelos sociales de
comportamiento. Estos modelos funcionan como patrones de buena conducta y sirven para valorar el comportamiento de las personas. Así, “moral” hace referencia a las “formas de vida”; éstas reflejan las ideas compartidas acerca de los valores y del sentido de las cosas. (Peral, pág. 3)
1.3 DIFERENCIAS Y SEMEJANZAS ENTRE ÉTICA Y MORAL Si unimos los significados etimológicos de
las palabras “ética” y “moral”,
podemos decir que la moral se refiere tanto a las acciones como a los productos humanos susceptibles de ser valorados como “buenos” o “malos. Y que la ética es una reflexión filosófica sobre nuestro comportamiento moral (sobre las costumbres, normas, responsabilidad, valores, obligación...) orientada a buscar soluciones a los problemas que tiene una persona consigo misma (resolución de conflictos intrasubjetivos) y a los que genera la convivencia con otras personas (resolución de conflictos intersubjetivos). Así pues, la ética es
la reflexión filosófica sobre la moral. Dicho de otro modo, el objeto de estudio de la ética es la moral. (Peral, pág. 3)
El uso de la palabra Ética y la palabra Moral está sujeto a diversos convencionalismos y que cada autor, época o corriente filosófica las utilizan de diversas maneras. Pero para poder distinguir será necesario nombrar las características de cada una de estas palabras así como sus semejanzas y diferencias. (Ortiz)
Características de la Moral. La Moral es el hecho real que encontramos en todas las sociedades, es un conjunto de normas a saber que se transmiten de generación en generación, evolucionan a lo largo del tiempo y poseen fuertes diferencias con respecto a las normas de otra sociedad y de otra época histórica, estas normas se utilizan para orientar la conducta de los integrantes de esa sociedad. (Ortiz)
Características de la Ética. Es el hecho real que se da en la mentalidad de algunas personas, es un conjunto de normas a saber, principio y razones que un sujeto ha realizado y establecido como una línea directriz de su propia conducta. (Ortiz)
Semejanzas y Diferencias entre Ética y Moral. Los puntos en los que confluyen son los siguientes: En los dos casos se trata de normas, percepciones, deber ser.
La Moral es un conjunto de normas que una sociedad se encarga de transmitir de generación en generación y la Ética es un conjunto de normas que un sujeto ha esclarecido y adoptado en su propia mentalidad. (Ortiz) Ahora los puntos en los que difieren son los siguientes:
La Moral tiene una base social, es un conjunto de normas establecidas en el seno de una sociedad y como tal, ejerce una influencia muy poderosa en la conducta de cada uno de sus integrantes. En cambio la Ética surge como tal en la interioridad de una persona, como resultado de su propia reflexión y su propia elección. (Ortiz)
Una segunda diferencia es que la Moral es un conjunto de normas que actúan en la conducta desde el exterior o desde el inconsciente. En cambio la Ética influye en la conducta de una persona pero desde si misma conciencia y voluntad. (Ortiz) Una tercera diferencia es el carácter axiológico de la ética. En las normas morales impera el aspecto prescriptivo, legal, obligatorio, impositivo, coercitivo y punitivo. Es decir en las normas morales destaca la presión externa, en cambio en las normas éticas destaca la presión del valor captado y apreciado internamente como tal. El fundamento de la norma Ética es el valor, no el valor impuesto desde el exterior, sino el descubierto internamente en la reflexión de un sujeto. (Ortiz) Con lo anterior podemos decir existen tres niveles de distinción. 1. El primer nivel está en la Moral, o sea, en las normas cuyo origen es externo y tienen una acción impositiva en la mentalidad del sujeto. 2. El segundo es la Ética conceptual, que es el conjunto de normas que tienen un origen interno en la mentalidad de un sujeto, pueden coincidir o no con la moral recibida, pero su característica mayor es su carácter interno, personal, autónomo y fundamentante. 3. El tercer nivel es el de la Ética axiológica que es el conjunto de normas originadas en una persona a raíz de su reflexión sobre los valores. (Ortiz)
1.4 Cuando analizamos
la
ENUNCIADOS
realización de
una
“
acción mor al
”
(como,
por e jemplo, ayudar a una persona agr edida), descubr ir emos una ser ie de conceptos que están interr elacionados tales como: nor mas”, “
“
r esponsabilidad , valor es”, obligación . Veámoslo: el análisis de la
acción
”
mor al
“
“
“
”
ayudar a una persona agr edida , nos r evela, en nuestro ”
comportamiento, el val or del respeto a la integr idad f ísica o psíquica de
las personas, la obediencia a la norma mor al las personas debemos “
ayudar nos entre nosotras , la obli gaci ón de cumplir tal norma porque ”
val or amos
positivamente
r e sp onsa bili dad
este tipo de comportamiento
y nuestra
de evitar las agresiones en la medida de nuestr as
posibilidades. En
este apartado vamos
a tratar
de clar if icar el
signif icado de tales conceptos.
1.4.1 JUICIOS DE HECHO Y JUICIO DE VALOR La filosofía analítica contemporánea ha generalizado la distinción entre juicios de hecho u objetivos, que se refieren a estados y propiedades reales de las cosas, y juicios de valor o subjetivos, que se refieren a apreciaciones y actitudes humanas sobre las cosas. (CÍVICA) Un enunciado como, “Fumar daña la salud”, es un juicio de hecho , describe un estado de cosas real, que puede ser experimentado y comprobado objetivamente. Se puede contrastar experimentalmente que fumar daña notablemente el sistema respiratorio y el sistema cardiovascular, y que incrementa las posibilidades de desarrollar un cáncer de pulmón. Por esto mismo consideramos que “Fumar daña la salud” es un enunciado verdadero, con lo cual damos a entender que es objetivo, se adecua a las cosas, y así que tiene validez universal. Nadie en su sano juicio se atrevería a negar ese enunciado hoy en día, habida cuenta de las experiencias y conocimientos médicos de que disponemos. (CÍVICA) Un enunciado como “La vida sedentaria es saludable” es también un juicio de
hecho, cuya falsedad se puede comprobar experimentalmente. El sobrepeso, la flacidez, la fatiga, etc., son estados del organismo humano que prueban objetivamente esa falsedad, y hacen que sea verdadera y tenga validez universal su negación, “La vida sedentaria no es saludable”. Ninguno de nosotros tendría evidencias para defender lo contrario. (CÍVICA) Hay otros enunciados como, “El calentamiento global es consecuencia de la globalización”, que son también juicios de hecho, describen estados reales de cosas; sin embargo, su gran complejidad, o su carácter especulativo, hacen que no puedan ser comprobados experimentalmente de manera concluyente. O bien no existe en el presente la posibilidad de contrastarlo empíricamente, o bien existen distintos modelos empíricos de contrastación, que dan resultados distintos. En estos casos de incertidumbre, se pueden definir distintos grados de
certidumbre entre la verdad y la falsedad, como bastante cierta, creíble en alguna medida, bastante incierta. (CÍVICA) A diferencia de los juicios de hecho, que tienen un referente objetivo en las cosas, y pueden ser verdaderos, falsos o más o menos ciertos, los juicios de
valor , como “fumar es malo” o “la película es entretenida”, no pueden ser contrastados objetivamente, porque no se refieren a estados comprobables de cosas, sino a apreciaciones que hacen las personas sobre las cosas o sobre sí mismas. Los juicios de valor no pueden ser verdaderos ni falsos, sino que son buenos o malos, es decir, se refieren a que las cosas reúnen una o varias propiedades, que las confieren un valor intrínseco adecuado (bueno) o inadecuado (malo) para el individuo o el grupo humano que las valora. (CÍVICA) Dado que los juicios de valor se refieren a apreciaciones que hacen las personas, los grupos humanos, las sociedades, podría parecer a primera vista que no pueden ser generalizados, que no son absolutos, sino que son siempre personales y relativos a los sujetos que los enuncian. Y, sin embargo, esos
juicios de valor, por el mero hecho de ser enunciados, parecen reclamar cierta validez general. Si el ministro español de sanidad y consumo afirma que “fumar es malo”, está pensando que ese juicio de valor tiene una alcance general, cuando menos en la ciudadanía española. Y si un amigo nuestro nos dice que “tal película es entretenida”, probablemente nos la esté recomendando. (CÍVICA) De hecho, los juicios de valor se apoyan finalmente en algún valor o contravalor intrínseco de las cosas, contrastable, al que remiten mediatamente, a través de la apreciación humana, a la que se refieren directamente. Si afirmamos que fumar es malo moralmente, suponemos que el fumar tiene algunas propiedades objetivas, al menos una, que lo identifica como inadecuado para el consumo humano, como algo rechazable que debería de ser evitado. Los valores o contra-valores intrínsecos de las cosas, en que se basan las apreciaciones humanas a que remiten los juicios de valor, se refieren siempre a los efectos positivos o negativos que tienen dichas cosas en las personas o grupos, que interactúan con ellas, por ejemplo “daña la salud”, “distrae y divierte”, etc. Estos efectos positivos o negativos sobre las personas o grupos humanos son siempre contrastables, pero de manera más objetiva si se trata de efectos orgánicos o psíquicos, y de manera más subjetiva, si se trata de efectos mentales o culturales. (CÍVICA)
El perjuicio que causa el tabaco a nuestra salud, o la mejora de nuestra condición física, que resulta de la práctica del deporte, son valores intrínsecos objetivables y más fácilmente defendibles, porque se refieren a efectos físicoquímicos y psíquicos en nuestro organismo, que son contrastables de manera objetiva. La diversión que causa la película depende de la sensibilidad, y de la identidad cultural de las personas, que no se pueden objetivar ni generalizar. (CÍVICA) En resumen, un juicio de valor se refiere directamente a una apreciación humana, que se apoya en la definición de un valor intrínseco y contrastable de las cosas, que consiste en sus efectos positivos o negativos sobre las personas o grupos humanos que enuncian dicho juicio de valor. Estos efectos positivos o negativos tendrán un carácter más objetivo cuando sean orgánicos o psíquicos, como “dañar la salud”, y tendrán un carácter más subjetivo cuando sean mentales o culturales, como “divertir”. (CÍVICA) Los juicios de valor pueden ser buenas razones de las que se infieren juicios imperativos. Al hacer un juicio de valor positivo sobre algo, al decir que es bueno, estamos apreciando algún valor intrínseco suyo, que lo hace adecuado, recomendable, imperativo para las personas. De manera que al proponer que algo es bueno estamos argumentando a favor de que sea o de que se ponga en práctica. Por ejemplo, si decimos que “el deporte es bueno”, estamos defendiendo que “se debe practicar deporte”. Si alguien nos pregunta, por qué debe de practicar deporte, podemos responderle porque “el deporte es bueno”, lo que remite en último término, según hemos dicho, al valor intrínseco del deporte para la salud de nuestro organismo. (CÍVICA)
1.4.2 ACTO MORAL Cada día, y a lo largo de toda nuestra vida, realizamos múltiples acciones: la digestión, respirar, comer, ir al cine, leer un libro, estudiar, cocinar, limpiar, convivir, denunciar las injusticias... De todas estas acciones, sólo son morales las que hacemos de forma consciente y libre y, además, tienen consecuencias sobre otras personas. Aquí tenemos la definición de acción moral. Según esta definición, sólo las personas podemos realizar acciones morales. (Peral, pág. 6)
Cuando analizamos una
acción
moral podemos diferenciar en
ella los
siguientes elementos: El motivo (¿por qué lo hago?) que nos mueven a actuar. Para que nuestra acción sea moral, el motivo ha de ser consciente. (Peral, pág. 6) La intención (¿para qué
lo hago? que
tenemos, el resultado que
pretendemos conseguir, es decir, el fin que buscamos. La conciencia del fin y la decisión de actuar hacen que
las acciones morales sean voluntarias (las
hacemos porque así lo hemos decidido). (Peral, pág. 6) Los medios (¿cómo lo hago?) que debemos emplear para conseguir el fin deseado. La elección de los medios debe tener en cuenta que “el fin no justifica los medios”. (Peral, pág. 6) El resultado (la realización de la acción) y las consecuencias (cómo afecta nuestra acción
a las personas que
nos rodean) ¿Qué consigo al
hacerlo? (Peral, pág. 6)
1.4.3 JUICIO MORAL Aunque nos referimos a la teoría de Kohlberg como “teoría del desarrollo moral”, es más propiamente una descripción del desarrollo del juicio moral. Para muchas personas la moralidad son los valores que se han ido adquiriendo en el entorno social y que sobre esos valores que se tienen se actúa en la experiencia diaria. (MORAL., 2012) Kohlberg está más interesado en el proceso lógico que se pone en marcha cuando los valores adquiridos entran en conflicto (dilema moral), porque es cuando verdaderamente se ejercita el juicio moral. El proceso es similar al explicado por Piaget: 1º) Se produce un desequilibrio: entra en conflicto el sistema de valores. 2º) Hay que restaurar el equilibrio: asimilando el problema, sus consecuencias, o acomodar su pensamiento para abordar la crisis e idear cómo resolver los conflictos de su sistema de valores (MORAL., 2012)
El ejercicio del juicio moral es un proceso cognitivo que nos permite reflexionar sobre nuestros valores y ordenarlos en una jerarquía lógica. Esto no se limita a momentos puntuales o extraordinarios de nuestra vida sino que es integrante del proceso de pensamiento que empleamos para extraer sentido a los conflictos morales que surgen en la vida diaria. (MORAL., 2012) ¿Cuál es la fuente del juicio moral? En los primeros años de vida, los niños aprenden las normas de buena conducta sin entender todavía su sentido y sin ser capaces de guiar su actuación de acuerdo con ellas (egocentrismo). Es a partir de los 6 años cuando empieza a desarrollarse la capacidad de asumir roles, de adoptar diferentes perspectivas a la propia. Esta capacidad es clave para el crecimiento del juicio moral: sólo cuando el niño puede asumir el rol del otro puede sopesar su propia exigencia frente a la del otro. (MORAL., 2012)
1.4.4 VALOR MORAL La moral, como ya hemos visto, se refiere tanto a las acciones como a los productos humanos que pueden ser valorados como “buenos” o “malos”. La valoración moral consiste en atribuir un valor a una acción o producto humano. Cuando analizamos la acción de valorar, nos encontramos con estos tres elementos: (Peral, pág. 8) El valor atribuible. Aunque no existe acuerdo respecto a qué son los valores, podemos definirlos como un conjunto no bien especificado de términos que denotan entidades abstractas (que no son objetos). Son valores los términos como
paz,
justicia, belleza, felicidad, bien, libertad, igualdad,
solidaridad, amistad, autoestima... Los valores representan el deber ser (el ideal o utopía), no el ser (la realidad), por eso son guías de conducta. En general, los valores siempre han nombrado defectos, faltas, algo de lo que carecemos pero que deberíamos tener. Por ello, los valores nos sirven para denunciar las carencias de la sociedad y para intentar transformarla. Por ejemplo, cuando decimos que la sociedad debe ser justa, estamos indicando que ahora no lo es y que tenemos que conseguir que lo sea. Actualmente se
acepta que
los valores, principios e ideales de
nuestra cultura vienen
recogidos en los denominados “derechos fundamentales”, expresados en la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”. (Peral, pág. 8) El objeto valorado. Los objetos susceptibles de valoración moral son las acciones morales, los actos humanos cuyos resultados y consecuencias afectan a otras personas. (Peral, pág. 8) La persona que valora. Cuando valoramos emitimos un juicio sobre la bondad o maldad de los actos morales. Juzgamos desde los principios, normas y valores propios que tenemos interiorizados. Es decir, valoramos desde nuestra cultura. (Peral, pág. 8) Para realizar una valoración adecuada de los actos morales, debemos tener en cuenta todos y cada uno de los elementos constitutivos de las acciones morales (motivación, intencionalidad, fin, medios, resultados y consecuencias). Y para
valorar adecuadamente a una
persona hay que considerar sus
actos globalmente, y no de modo aislado. Los actos aislados no definen nuestra personalidad moral. No somos mentirosas porque hayamos dicho alguna mentira. (Peral, pág. 8)
1.5
TEORÍAS ÉTICAS
Una teoría ética es una teoría que intenta fundamentar un determinado código moral, es decir un conjunto de normas y valores morales, apoyándose para ello en argumentos racionales. (Ciudadanía, pág. 1) Las teorías éticas tradicionalmente se han dividid en dos grandes grupos: Las éticas
de la felicidad o éticas de la responsabilidad y las éticas del deber o de la convicción. (Ciudadanía, pág. 1) Las éticas de la felicidad, o éticas de la responsabilidad, afirman que la conducta moral se determina por sus resultados. Una conducta es buena moralmente si nos permite conseguir un determinado fin, que normalmente coincide con la felicidad. (Ciudadanía, pág. 1)
Las éticas del deber, o de la convicción, afirman que la conducta moral está determinada no por lo que hacemos sino por la intención con que lo hacemos, independientemente de los resultados que obtengamos (por ejemplo que esto nos lleve o no a la felicidad). (Ciudadanía, pág. 1)
Ética de los fines: el ser humano tiene un determinado fin en la vida, si lo descubrimos, lo bueno será aquello que nos ayude a conseguir este fin.
1.5.1 ÉTICA DE LOS FINES Se repasan distintas concepciones que coinciden en considerar que hay acciones que se deben realizar para conseguir ciertos fines. Hay distintas concepciones que coinciden en considerar que hay acciones que se deben realizar para conseguir ciertos fines. Según los tipos de fines que se persigan tenemos un tipo de Ética u otra. Los principales son: Eudemonismo Hedonismo Utilitarismo
1.5.1.1
ARISTÓTELES
Eudemonismo: Su creador, Aristóteles (384-322 a. C.) es uno de los pensadores más influyentes de la Filosofía occidental, vive en Grecia en el siglo IV a. C. (Ciudadanía, pág. 2) Elaboró una ética de la felicidad llamada "Eudamonismo", porque presupone que el bien supremo que todos los seres humanos perseguimos es la felicidad (en griego eudaimonia). Desde luego eso es algo de lo que caben pocas dudas, la tarea de la reflexión ética será investigar qué es la felicidad y cómo conseguirla. (Ciudadanía, pág. 2) La primera afirmación de Aristóteles sobre las condiciones materiales necesarias para
mínimos: nadie puede ser feliz viviendo en la miseria, la indigencia, la indignidad, la tortura y la marginación absoluta. Todas estas condiciones materiales son necesarias para una vida feliz pero no son suficientes, hace falta algo más. (Ciudadanía, pág. 2) Para averiguar qué más, Aristóteles nos recuerda que todos los seres del universo poseen una esencia y una función propia y su excelencia consistirá en realizar de la forma más perfecta posible esa esencia y esa función específica. Por ejemplo: un cuchillo es un "buen cuchillo" si corta de maravilla, un ojo es un "buen ojo" si permite una magnífica visión, una semilla es una "buena semilla" si consigue dar lugar a una planta etc. (Ciudadanía, pág. 2) Pues bien, el ser humano es feliz cuando desarrolla del modo más perfecto posible su esencia y su función específica, es decir, cuando se autorrealiza como ser humano. (Ciudadanía, pág. 2) Desde luego, los seres humanos realizamos múltiples actividades, muchas, como la nutrición, la reproducción y el crecimiento, las compartimos con todos los seres vivos, luego no son las más específicas; otras, como la capacidad de movernos, de sentir o de aprender, las compartimos con los animales, luego tampoco son las que buscamos. La única actividad humana que es propia y exclusiva de las personas es la capacidad de pensar y razonar. Así que seremos buenos y f elices si conseguimos que nuestra vida sea lo más racional posible. Y el medio para conseguirlo es respetar dos tipos de normas a las que Aristóteles llama virtudes: las virtudes éticas o morales y las virtudes dianoéticas o intelectuales. (Ciudadanía, pág. 2) En primer lugar, debemos practicar en nuestra conducta cotidiana las virtudes morales. Éstas se definen cómo el hábito de mantener nuestras emociones, sentimientos y deseos en un término medio, siendo los extremos, tanto por exceso como por defecto, vicios. Así que, en las decisiones que tomemos día a día, no debemos dejarnos llevar por nuestros impulsos, deseos y emociones: ira, rabia, miedo, pasión, impaciencia, tristeza, pena, alegría, vergüenza, aversión, aburrimiento, resentimiento, envidia, orgullo, gula, avaricia, lujuria, pereza, sino que nuestra guía debe ser siempre la razón, sólo serán buenas las decisiones racionales, sólo ésas nos conducirán a la felicidad. Ejemplos de virtud ética:
En seg und o luga r debemos practicar las virtudes intelectuales, que son dos: prudencia y sabiduría.
- La prudencia: Esta virtud nos permite saber dónde está nuestro término medio, que es siempre algo personal. (Ciudadanía, pág. 3)
- La sabiduría: Esta virtud nos induce a dedicarnos a las tareas o trabajos más acordes con nuestra naturaleza racional, los de tipo intelectual, como la investigación, el estudio, la gestión y la creación. Los trabajos manuales son considerados menos dignos para el ser humano pues no permiten su realización plena. (Ciudadanía, pág. 3) Debemos fijarnos también en que la virtud es un hábito (una persona no es generosa por serlo sólo una vez o dos), por tanto se adquiere por repetición de actos, y requiere esfuerzo e interés; ni se nace virtuoso, ni basta la enseñanza para serlo, sólo lo conseguiremos si queremos y nos esforzamos. (Ciudadanía, pág. 3)
1.5.1.2
EPICURO
Hedonismo Epicuro (341-281 a. C.), fundó en Atenas su escuela, El Jardín, donde no sólo se adquirían conocimientos teóricos sino que se ponía en práctica las enseñanzas del maestro, se aprendía un modo de vida. En ella se admitían incluso mujeres y esclavos. (Ciudadanía, pág. 4) Según esta teoría el bien supremo, aquello que todos los seres humanos perseguimos y que nos llevará a la felicidad, es el placer (hedone). Maximizar el placer y minimizar el dolor es el objetivo prioritario de nuestra vida. El placer se define como:
La ausencia de dolor en el cuerpo La ausencia de perturbaciones psicológicas o espirituales como son el miedo, la angustia, las preocupaciones, remordimientos, la tristeza, el estrés y la ansiedad. La satisfacción de nuestros deseos, incluyendo deseos referidos al cuerpo y deseos más espirituales como son la amistad, el conocimiento y disfrutar de la belleza. Además el placer debe ser, sino un estado definitivo sí, al menos, duradero. Por esta razón, habrá muchos placeres a los que deberemos renunciar, aquellos de los que se derive a medio o largo plazo un dolor mayor; de la misma manera habrá ciertos dolores y sufrimientos que serán buenos, aquellos de los que obtengamos un placer que los compense. La persona sabia es justamente aquella que sabe hacer el "cálculo" y sabe a qué placeres decir sí y hasta dónde, y qué sufrimientos rechazar o aceptar según convenga. (Ciudadanía, pág. 4) Para poder hacer ese “cálculo”, Epicuro distingue 3 tipos de deseos y nos da normas para satisfacerlos y así maximizar el placer y minimizar el dolor: Naturales y necesarios: más que deseos son necesidades primarias y biológicas, alimentarse, beber y dormir. Su satisfacción siempre hace feliz al hombre. Naturales y no necesarios: nacen del deseo de los seres humanos de variar y obtener más placer de la vida. Por ejemplo satisfacer el apetito con una exquisita paella y no con un trozo de pan, satisfacer la sed con un zumo y no con agua y dormir en la más cómoda de las camas. Estos deseos debemos moderarlos. No naturales y no necesarios: el lujo, el poder, la riqueza, la fama, la gloria, el prestigio y los honores. A estos deseos debemos renunciar pues no se sacian nunca, cuanto más tenemos más queremos. Por último Epicuro nos propone cuatro normas más que habremos de seguir si queremos una vida placentera para poder eliminar el dolor espiritual. Se trata de eliminar cuatro temores, prejuicios, tabúes o supersticiones, que además son fomentados por las élites que nos gobiernan para someternos: (Ciudadanía, pág. 5)
El miedo a los dioses: para eliminarlo basta pensar que no se cuidan de los asuntos humanos, y desde luego, brujos, sacerdotes y demás son sólo buenos psicólogos.
El temor a la muerte: es absurdo temerla, pues mientras estamos vivos no nos afecta y cuando nos afecta ya no estamos vivos. Tampoco debemos temer al "más allá", pues tras la muerte no hay más vida.
El temor al destino: Epicuro negó el determinismo, nada está escrito, sólo el azar y la libertad existen. Cada hombre es dueño de su propio destino.
El temor al dolor y la infelicidad: si seguimos las enseñanzas de Epicuro respecto a la moderación y la renuncia a falsos placeres, si aprendemos a desear lo que tenemos y a no desear lo que no tenemos, conseguiremos sentirnos bien con nosotros mismos, íntimamente, disfrutando serenamente de los placeres que la naturaleza nos ofrece, lejos de pasiones que perturben nuestro equilibrio. (Ciudadanía, pág. 5)
1.5.1.3
UTILITARISMO
El utilitarismo tiene a Jeremy Bentham (1748-1832) y a John Stuart Mili (1806-1873) como sus principales representantes. Según esta doctrina nuestra conducta debe regirse por el principio de utilidad o interés de la mayoría. De ahí el principio utilitarista por excelencia: una acción es buena cuando produce la mayor felicidad para el mayor número de personas. (Ciudadanía, pág. 10) En cada acción debemos calcular la cantidad de utilidad o inutilidad que proporcionará. Pero como el hombre vive en sociedad, el cálculo del interés debe hacerse en relación con la utilidad colectiva. El principio básico de moralidad y justicia es que la felicidad de los individuos debe ser compatible con la felicidad del conjunto, las leyes e instituciones sociales han de jugar un papel básico en la promoción de los intereses públicos y en su conciliación con los intereses privados. (Ciudadanía, pág. 10) El utilitarismo es, tal vez, la escuela ética que mejor encaja con la mentalidad del mundo occidental y con las coordenadas propias del liberalismo social y democrático.
Se trata de extender el llamado estado de bienestar conseguido gracias al desarrollo científico y tecnológico. Sin embargo vemos que si bien se ha conseguido un avance indiscutible en la calidad de vida de los ciudadanos, no son la mayoría si pensamos en términos planetarios y vemos que también se han ocasionado graves riesgos; piénsese en el deterioro del medio ambiente y en el enorme potencial destructivo de la industria armamentística. (Ciudadanía, pág. 10) Por lo tanto la extensión planetaria del principio utilitarista: la mayor felicidad posible para el mayor número posible de personas, plantea algunos problemas. ¿Es posible un crecimiento económico ilimitado y a la vez generalizado, extensible a la humanidad entera? Si tenemos que seleccionar ¿quiénes serán las personas o grupos seleccionados? ¿A quiénes se puede excluir, provisionalmente, de la lista? ¿Quién establece y cómo se diseña una utilitarista "lista de espera"? ¿Cómo conciliar el componente pragmático del utilitarismo (su visión "realista" de la moralidad) con una concepción universalista que reconozca y aplique a los seres humanos los mismos principios y derechos, con independencia de su lugar de nacimiento o condición social? (Ciudadanía, pág. 10) Estos interrogantes expresan los principales desafíos éticos, políticos y económicos de nuestro tiempo.
1.5.2 ÉTICAS DEL DEBER Estudiaremos las éticas elaboradas por los siguientes filósofos: Kant, Nietzsche, Sartre y Habermas. (Ciudadanía, pág. 11)
1.5.2.1
KANT
Immanuel Kant (1724-1804), filósofo alemán del siglo XVIII, el siglo de la Ilustración, elaboró la primera ética del deber. Según Kant lo que hace buena una conducta no es la conducta misma sino la intención con que la realizamos. Para comprender con qué intención debemos actuar para que nuestra conducta sea moralmente buena tenemos que saber que Kant distingue tres tipos de acciones: (Ciudadanía, pág. 11) Contrarias al deber y, por tanto, inmorales
Conformes al deber pero realizadas por interés, miedo al castigo o inclinación, que carecen de valor moral Conformes al deber y realizadas por respeto al deber: sólo éstas son moralmente buenas (Ciudadanía, pág. 11) Sólo es moralmente buena aquella conducta que es conforme al deber y está hecha con la intención de respetar el deber independientemente de las consecuencias de la acción y, por tanto, de si me proporciona algún beneficio o de si me hace feliz o no. (Ciudadanía, pág. 11) El deber es “la necesidad de una acción por respeto a la ley”; obrar por deber es reconocer que se debe hacer algo o no hacerlo porque la ley moral lo exige y debe ser respetada aún en contra de mis intereses e inclinaciones. Cumplir con el propio deber es un imperativo categórico, absoluto, universal y necesario, es algo que no depende de las circunstancias o de si me hace o no feliz, sino que manda incondicionalmente. Kant dio dos formulaciones del imperativo categórico: Obra siempre de tal manera que puedas desear que la norma de tu conducta se torne ley universal. Ejemplo: Romper la promesa que hicimos en otro tiempo. En un mundo en el que esta conducta fuese ley universal no habría promesas, pues nadie creería en la palabra del otro. Obra siempre de tal modo que utilices a la humanidad, tanto en tu persona como en la de los demás, siempre como un fin y nunca como un medio. A diferencia de "las cosas", el ser humano no tiene precio sino que posee dignidad. (Ciudadanía, pág. 12) Las cosas tienen un valor meramente relativo porque son medios; en cambio, las personas no pueden ser usadas meramente como medio, no pueden ser usadas a capricho, sino que siempre son objeto de respeto. (Ciudadanía, pág. 12) La ética kantiana es una ética autónoma pues es cada persona quien en cada caso aplica el imperativo categórico, dándose a sí misma su propia ley moral y estableciendo su deber independientemente de causas externas. (Ciudadanía, pág. 12)
1.5.2.2
SARTRE
El formalismo ético existencialista Según Jean Paul Sartre (1905-1980), el ser humano es un ser libre, es un proyecto abierto, cuya existencia está por hacer. Sin valores ni ideas que resuelvan de antemano lo que hemos de hacer, condenado a ser libre, el ser humano intenta construirse un proyecto individual. En ningún caso podemos renunciar a ese quehacer angustioso que es la creación y asunción de nuestros valores y normas. Aunque decidamos que otros, la sociedad, la religión o el Estado, decidan por nosotros, estamos ya eligiendo un modo o proyecto de existencia. (Ciudadanía, pág. 15) Justamente cuando elegimos que sean otros los que decidan por nosotros actuamos de "mala fe" y estamos siendo inmorales. La mala fe consiste en el vano intento de eludir la angustia de decidir por nosotros mismos. Lo contrario de la mala fe es la autenticidad, que consiste en asumir la carga insoslayable de nuestra libertad, ese es el verdadero imperativo moral. (Ciudadanía, pág. 15) Ahora bien, pese a este carácter irreductiblemente individual y subjetivo de la libertad, Sartre afirma la posibilidad de una cierta moral común pues el ser humano debe comprometerse a querer, al mismo tiempo que su libertad, la libertad de los otros. Sin duda que las circunstancias históricas, tras el desastre de la Segunda Guerra Mundial y en medio de una Europa asolada, tuvieron que ver con este giro humanista y comprometido de la ética de Sartre. (Ciudadanía, pág. 15)
1.5.2.3
RAWLS
John Rawls, con su obra Teoría de la justicia (1971), abrió una nueva época en la filosofía política y, en el ámbito de la filosofía profesional, ha señalado el fin de la influencia del positivismo lógico y de la filosofía del lenguaje ordinario en el campo disciplinar. Su teoría se propone explícitamente como alternativa a la tradición utilitarista dominante en sus diversas formas en Norteamérica, desde hace más de un siglo. (SDB, 2011)
El objetivo general de su teoría es “delinear la imagen justificada de una sociedad bien regulada que armoniza de manera equilibrada y aceptable universalmente los dos aspectos clave de toda sociedad: libertad (esfera perteneciente a los derechos de los individuos) y justicia (esfera perteneciente a la distribución de los bienes en un cuadro inter-individual, social)”. (SDB, 2011) El tema preeminente en la elaboración teórica de Rawls es la justicia, además de insistir en el principio de libertad a lo largo de su obra. Para el filósofo la justicia es “la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento. Una teoría, por muy atractiva y esclarecedora que sea, tiene que ser rechazada o revisada si no es verdadera; de igual modo, no importa que las leyes e instituciones están ordenadas y sean eficiente: si son injustas han de ser reformadas o abolidas”. (SDB, 2011) Sobre la verdad y la justicia los compromisos no son posibles, ya que aquellas constituyen las virtudes principales de las actividades humanas. La justicia, además, garantiza la libertad de los individuos: “Cada persona posee una inviolabilidad fundada en la justicia que incluso el bienestar de la sociedad como un todo no puede atropellar. Es por esta razón por la que la justicia niega que la pérdida de libertad para algunos sea correcta por el hecho de que un mayor bien sea compartido con otros”. (SDB, 2011) La liberta individual, por lo tanto, constituye una especie de absoluto en una sociedad justa, que si efectivamente es tal, garantiza esta prioridad. El interés político de Rawls, por tanto, se dirige principalmente a establecer el origen, la justificación y los aspectos esenciales de una sociedad justa, ocupándose del modo en que las mayores instituciones sociales distribuyen los deberes y derechos fundamentales y determinan la subdivisión de los beneficios de la cooperación social. (SDB, 2011) Inspirándose en Locke, Rousseau y Kant, Rawls establece un procedimiento para la búsqueda de soluciones a los problemas anteriores, partiendo de una posición originaria como situación hipotética, donde los individuos están en condiciones de igualdad, fruto a su vez, de los que Rawls denomina como velo de ignorancia, olvidando todo aquello que se refiere a hechos e intereses personales, por lo que, a causa de este velo, ninguno de los individuos conoce su puesto en la sociedad, su posición de clase social, la parte que la fortuna le asigna en subdivisión de los dotes naturales, su inteligencia, su fuerza, etc. “Las
partes están presentes pues en condiciones idénticas, de igualdad, como racionales y recíprocamente desinteresadas, indiferentes a los intereses personales propios o ajenos, por la cual ninguna de ellas tiene ventaja o desventaja por el velo de ignorancia, que garantiza, en cambio, condiciones de equidad”. Rawls define a menudo la justicia como equidad. Justicia como equidad significa que la justicia es fruto y resultado de una elección efectuada por individuos en condiciones de equidad. (SDB, 2011) Al referirse a Kant, Rawls afirma que éste ha sostenido que una persona actúa autónomamente cuando los principios de su acción son elegidos por ella como la expresión más adecuada posible de su naturaleza de ser racional libre e igual. Los principios básicos con los cuales actúa no son adoptados a causa de su posición social o de sus dotes naturales, o en función del particular tipo de sociedad en la cual vive, o de aquello que él quiere tener. Actuar en base a estos principios significaría actuar de manera heterónoma. “El velo de ignorancia priva a la persona, en la posición originaria, de los conocimientos que la pondrían en condiciones de elegir principios heterónomos. Las partes llegan juntas a su elección, en cuanto personas racionales libres e iguales, conociendo solamente aquellas circunstancias que hacen surgir la necesidad de principios de justicia”. Los principios de justicia, que se refieren a la estructura fundamental de la sociedad, son fruto de un acuerdo entre personas morales, dígase, racionales, libres e iguales, cuyo interés común no es formar parte de una sociedad dada o adoptar una forma de gobierno, sino la aceptación de ciertos principios morales. Sólo después de la aceptación de estos principios se podrá pasar a la fase constituyente que dará origen a la sociedad. (SDB, 2011) Se reconoce que el problema de la elección de los principios es complicada en extremo; no obstante, hay que considerar que se pueden individuar, teniendo en cuenta las condiciones de la posición originaria, dos direcciones de elección que llevará a dos principios de justicia fundamentales: el primer principio apunta a salvaguardar las libertades individuales, que deben ser iguales para cada uno; el segundo tiene que ver con la distribución de los recursos, considerando como criterio y punto de referencia fundamental la condición de los menos afortunados. La elección de tales principios se mueve por intenciones morales,
motivaciones morales incondicionadas al modo kantiano, arriba señalado. (SDB, 2011) Las libertades de las que habla el primer principio son: la política, la de la palabra y de reunión, la de conciencia y de pensamiento, la personal y de posesión de propiedades personales y, en fin, la libertad frente al arresto y la detención arbitrarios. Con respecto al segundo principio, las diferencias y desigualdades en la distribución de la renta no deben causar daño a nadie, porque en tal caso serían injustas; pero son admitidas si son ventaja para todos, y en particular para los menos afortunados. Todos los valores sociales en una sociedad bien regulada o sea fundada sobre los dos principios de justicia, “deben ser distr ibuidos de igual modo, a menos que una distribución desigual, de uno o de todos estos valores, no sea en beneficio de cada uno. La injusticia, por lo tanto, coincide simplemente con las desigualdades que no son beneficio de todos”. (SDB, 2011) Así, Rawls determina en parte las condiciones de partida para la constitución de una sociedad justa, aquella que debería constituirse llevando a realización los dos principios de justicia elegidos en la posición originaria. El pensador considera que una democracia constitucional representa un procedimiento justo para poner en marcha el paso desde la posición originaria a la elaboración de las diversas formas institucionales necesarias para el funcionamiento de una sociedad justa: las fases constituyente y legislativa. En la primera fase se detiene sobre el concepto de libertad; en la segundo sobre la justicia económica y social. Hasta aquí, la teoría de la justicia se ve completada en lo que se refiere al paso y la relación entre los dos principios de justicia elegidos en la posición originaria y la creación de las instituciones de una sociedad justa, afirmando que “t odos los bienes sociales deben ser distribuidos de manera igual, a menos que una distribución desigual se uno o más de estos bienes no redunden en beneficio de los menos aventajados”. (SDB, 2011) En la tercera parte de su obra, Rawls afronta el problema de los fines que una sociedad justa debe favorecer y permitir realizar. “Tales fines se localizan en la bondad entendida como racionalidad y en el sentimiento de justicia que haga sentir que esta última es un bien. No se trata de fines abstractos, independientes
del vivir social, sino de fines que tienen su nacimiento y justificación en el ámbito de una sociedad de las características anteriormente ilustradas”. (SDB, 2011) La bondad o el bien, para una persona racional, igual y libre, es la realización plena de un plan racional de vida elegido y elaborado de manera libre y autónoma, en el ámbito de las posibilidades ofrecidas por el ambiente social. En cuanto al sentimiento de justicia, también nace en la sociedad, pasando por tres fases: la experiencia de familia (moralidad autoritaria), la de las asociaciones (moralidad asociativa) y la de la sociedad (moralidad de los principios). (SDB, 2011) La conclusión de la obra de Rawls “está empapada de optimismo sobre las posibilidades de una sociedad justa, democráticamente muy avanzada y articulada, y económicamente y socialmente desarrollada de modo que convierta en natural la preferencia absoluta por la libertad más que por ulteriores ventajas económicas y sociales” (SDB, 2011)
1.5.2.4
HABERMAS
La ética comunicativa o del discurso Formulada por Jürgen Habermas (1929), el objetivo de la denominada "ética comunicativa" o "del discurso" es establecer las condiciones en las que una comunidad podría alcanzar, a través del diálogo, un consenso universal sobre cuáles deber ser sus valores, normas y fines morales. (Ciudadanía, pág. 15) Habermas insiste en que no se trata de establecer unos valores, normas y fines abstractos. Por el contrario una comunidad tiene un interés básico: La emancipación o progresiva liberación de las personas y los grupos en sus circunstancias concretas. Por tanto las normas acordadas para conseguir esa emancipación tienen como referente la situación concreta de la comunidad y no tienen carácter definitivo. Son normas históricamente revisables, expuestas a ulteriores procesos dialógicos, como aquéllos en que han sido producidas. (Ciudadanía, pág. 16)
Según Habermas estas son las condiciones que deben cumplirse para alcanzar consensos que respondan verdaderamente a los intereses de los interlocutores: El diálogo debe ser público e inclusivo: no puede excluirse a nadie que pueda hacer una aportación relevante. Igualdad en el ejercicio de las facultades de comunicación: a todos se les conceden las mismas oportunidades para expresarse sobre la materia. Exclusión del engaño y la ilusión: los participantes deben creer lo que dicen. Ausencia de coacciones: la comunicación debe estar libre de restricciones, ya que éstas evitan que el mejor argumento pueda salir a la luz y predeterminan el resultado de la discusión. (Ciudadanía, pág. 16)
1.6
AXIOLOGÍA
Término procedente del griego "áxios" (lo que equilibara, lo digno) y logos (tratado, doctrina) y que etimológicamente remite al estudio o doctrina de lo digno, de los valores. (Bachillerato, 2001-2013) La axiología es pues el estudio de los valores que, desde distintas propuestas metafísicas, establece jerarquías de valores humanos a los que deberían ajustarse las conductas de los individuos. En general, la axiología considera que los valores están jerarquizados, y que poseen fuerza de reconocimiento y atracción (o repulsión, como se ve en los respectivos contravalores) y que ejercen una función rectora en la conducta del individuo. (Bachillerato, 20012013) “La axiología es el sistema formal para identificar y medir los valores. Es la estructura de valores de una persona la que le brinda su personalidad, sus percepciones y decisiones.” (hartman) Las personas somos diferentes, todos pensamos de manera distinta el uno del otro. La axiología es la ciencia que estudia como pensamos. En específico, la axiología estudia como las personas determinan el valor de las cosas. (hartman)
El valuar es asignar prioridades. Es escoger algo en lugar de otra cosa. Es pensar en las cosas en relación a las demás y decidir cuál es mejor. Es decidir lo que es “bueno”. La gente asigna valor de acuerdo a patrones consistentes individuales y únicos que componen su estructura de valores. (hartman) La axiología es una rama de la filosofía, que tiene por objeto de estudio la naturaleza o esencia de los valores y de los juicios de valor que puede realizar un individuo. Por eso, es muy común y frecuente que a la axiología se la denomine “filosofía de valores”. La axiología, junto con la deontología, se constituyen como las ramas más importantes de la filosofía que contribuyen con otra rama más general: la ética. (mx.) Quien por primera vez utilizó “axiología” como término fue Paul Lapie, en los primeros años del siglo XX, y luego Von Hartman unos años después tomó el concepto de Lapie para fundamentar sus estudios, y así consolidar a la axiología no ya como termino sino más bien como una disciplina independiente y autónoma de la filosofía y en particular, de la ética. (mx.) Pero, no es con Lapie y con Von Hartman que se inicia la reflexión sobre valores y juicios de valor. Esta reflexión es anterior a la definición del concepto/noción de axiología. Quienes primeros se encargaron de reflexionar sobre los valores en términos filosóficos fueron Hume, encargado de la reflexión sobre valores morales, elaborando varias teorías al respecto; y Nietzsche, quien define que los valores no son solo juicios morales o estéticos, sino que también engloban aquellas formas de observar cotidianas, las cuales encierran determinada forma de valorar, poniendo en juego determinados valores por parte del individuo. Pero también Karl Marx tomó algunos conceptos económicos relacionados a los valores como fundamento de las críticas y análisis que realiza en sus obras. (mx.) Tanto los valores positivos como los negativos son abordados de manera igual por la axiología, mediante el análisis que considera a algo como valioso o no. Por esto, la axiología ha planteado importantes conceptos para los principios de la ética y de la estética, ambas disciplinas donde la noción de “valor” tiene una importancia clave para el desarrollo de las mismas. (mx.)
Dentro de la axiología, los valores podrán ser subjetivos o en cambio, objetivos. Los subjetivos, son aquellos mediante los cuales se plantea un medio que permite llegar a un fin, y están impulsados por un deseo u objetivo a nivel personal, por ejemplo la solidaridad o el compañerismo. En cambio, los valores objetivos son valores por sí solos, como la verdad o la belleza, que plantean finalidades por si solos. (mx.) Existe también lo que se denomina “jerarquía” o “escala” valorativa donde, entre los valores, algunos tienen una posición o escalón de relevancia más alta que algunos otros. (mx.)
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CAPÍTULO 2
LA DEONTOLOGÍA Y LA ÉTICA PROFESIONAL 1. QUE ES LA DEONTOLOGÍA Deontología es un término más reciente. Lo creó Jeremy Bentham a mediados del siglo XIX. Originariamente significó el “estudio o tratado de los deberes”. No obstante, el término ha adquirido un significado más preciso, en la actualidad se refiere al estudio de los deberes de una determinada profesión. Así, suele hablarse de una deontología jurídica o forense, psicológica, médica, etc. Es una ética aplicada a una profesión, ética aplicada. (Sandí, pág. 4) En el Seminario sobre Ética Judicial celebrado en 1996 se hizo una caracterización bastante exacta sobre lo que constituye la deontología: “La deontología opera por definición en el campo profesional. Es un conjunto de reglas profesionales sancionadas por una instancia disciplinaria” (Sandí, pág. 4) BECERRA afirma que la ética profesional o deontología profesional como el estudio de las reglas o normas de la conducta buena que le corresponde asumir a una persona o conjunto de personas en el ejercicio de sus actividades profesionales”. No sin cierta reserva también acepta esta acepción MENÉNDEZ “Ética profesional o moral profesional, se suele definir como la “ciencia normativa que estudia los deberes y los derechos de los profesionistas en cuanto tales. /// Es lo que la pulcritud y refinamiento académico ha bautizado con el relumbrante nombre de deontología” (Sandí, pág. 4) Hay que entender que la Deontología es precisamente el punto de encuentro entre la moral y el Derecho14; es decir, que sus normas no son ni puramente jurídicas ni puramente morales. Por esta razón se hizo necesario el concepto, cuando se superó la dicotomía derecho-moral. MÁRQUEZ GONZÁLEZ señala que la deontología es “la ciencia que estudia el conjunto de deberes morales, éticos y jurídicos con que debe ejercerse una profesión liberal determinada
con ello
implica el código de conducta bajo el cual tiene obligación de actuar el profesional, sin embargo, es menester acotar que la deontología se nutre de dos vertientes: el derecho y la moral”15. No es que los códigos deontológicos empiezan a existir a partir de Bentham. Es conocido que los gremios medievales tenían sus normas de conducta. Lo que se hizo a partir de Benthan fue, dentro del avance de las ciencias jurídico filosóficas, acuñar un concepto que supera la tradicional dicotomía moral-derecho como dos realidades excluyentes. (Sandí, pág. 5) El concepto de deontología en general. En su acepción más habitual, el término deontología suele usarse para designar la "moral profesional", situándola así como una parte de la moral, una "moral especializada". Pero esto no puede hacerse sin precisar que, ante todo, la deontología es un capítulo de la Ética general, concretamente la teoría de los deberes (tá déonta). Los deberes profesionales son sólo una parte muy restrictiva de los deberes en general, y de éstos hemos de ocuparnos en primer término. (I. Ética, pág. 5) La relación entre ética y deontología es análoga a la que se establece entre felicidad y deber, nociones que en definitiva constituyen sus respectivos núcleos temáticos. El deber es algo más restringido que la felicidad y, así, cabe entender la deontología como una parte especial de la ética, siendo ésta, a su vez, un desarrollo de la filosofía de la naturaleza y, en último término, de la filosofía primera o metafísica. De esta forma lo ha entendido la tradición aristotélica. En efecto, no cabe reducir el bien al bien moral. Lo primero que hay que decir del bien (tó agathón) es que es un aspecto del ser (tó on) , y la ética se sitúa en el planteamiento de lo que un tipo especial de ente que es el hombre (anthropos) necesita para bien-ser o bien-vivir. (I. Ética, pág. 5)
2. QUE ES LA ÉTICA PROFESIONAL La Ética Profesional tiene un amplio campo para estudiar. Como primer asunto, examina lo que es la profesión desde el ángulo de la vida moral, distinguiéndose así de cualquier otra consideración, incluso de la sociología o de la psicología. A la Ética Profesional le interesa la profesión como expresión y como medio moral para la realización del profesional como ser humano. (PROFESIONAL U. P.) Para una mejor comprensión de la moralidad del ejercicio profesional, la Ética Profesional señala los valores fundamentales de la profesión, la conciencia y la responsabilidad del profesional así como los principios que debieran inspirar su comportamiento. (PROFESIONAL U. P.) Todas las profesiones tienen su ética específica. En verdad, toda acción humana, de consecuencia social, comprende una ética, esto es, comprende normas de comportamiento, consignando lo que es lícito y lo que no lo es. (PROFESIONAL, pág. 1) La ética profesional es el compromiso que adquiere el hombre de respetar a sus semejantes en el trato de la profesión que ejerce. (PROFESIONAL, pág. 1) La acción profesional procura el sustento propio y el de la familia, así como también propende a la conservación de los elementos fundamentales de la comunidad y al desarrollo social. Siendo así, las acciones individuales y colectivas son valorizadas en cuanto a estos objetivos y en la medida en que éstos sean contemplados. Hay, pues, una obligatoriedad moral en él comportamiento profesional de los ciudadanos, que implica respeto a la sociedad y a las personas con que se relacionan. (PROFESIONAL, pág. 1) La ética profesional comprende un compromiso de comportamiento derivado de la propia acción del trabajo, de sus consecuencias, junto a los directa mente interesados· y a la sociedad en general. Ella constituye lo que se espera de la conducta de un profesional. Es como una expectativa de comportamiento to, sobre cuya base se establecen las relaciones entre la clientela y el profesional.
Constituye, asimismo, una necesidad y una garantía para que exista un clima de confianza en las relaciones humanas y laborales del profesional. (PROFESIONAL, pág. 1) Si lo antedicho es válido para todas las profesiones, lo es aún más para el profesor, que actúa con el elemento humano más importante para las familias, puesto que se trata de los hijos de éstas, y el más precioso para la sociedad, ya que representa su posibilidad de renovación. (PROFESIONAL, pág. 1) El caso de la ética profesional del profesor se manifiesta todavía con mayor complejidad, porque éste tiene compromiso con el estado social actual, puesto que tiende a la conservación de las tradiciones y del orden social; pero, al mismo tiempo, está. Comprometido con la evolución, con· el cambio, con el progreso social. De él dependen, en gran parte, la estabilidad y la marcha paulatina hacia las nuevas formas sociales. (PROFESIONAL, pág. 1) Al cumplir con sus obligaciones de mantenedor, el profesor debe proceder de modo que no se lo confunda con un retrógrado o, peor aún, con un acomodaticio. Muchas veces, al defender normas establecidas, el profesor revela falta de espíritu combativo o de esclarecimiento, poniéndose al servicio de actitudes ya añejas, con perjuicio para el progreso social. (PROFESIONAL, pág. 1) Al estimular los cambios de actitudes y de normas sociales, el profesor debe tener cuidado de verificar si no está traicionando los principios fundamentales de la sociedad a la cual sirve y si los ideales de renovación no se contradicen con la línea lógica de evolución de esa misma sociedad. (PROFESIONAL, pág. 2) Es preciso no olvidar que la ética del profesor expresa, por sobre todo, profundo respeto a la formación de nuevas generaciones, herederas de un presente estructurado sobre la base de un pasado cultural que no puede ser omitido sin grave perjuicio para la colectividad. (PROFESIONAL, pág. 2) El profesor tiene que ser modelo e inspirador de procedimientos sociales y morales positivos para la conservación y el progreso de la sociedad; por ello debe inspirar confianza, tanto a la familia corno a la comunidad en general. A la familia, porque su misión será la de educar a lo que ésta tiene como su bien más querido: los hijos. A la sociedad, porque de él, en gran parte, va a depender la mentalidad de los sujetos llamados a constituirse en los renovadores de todos los sectores de la vida social. (PROFESIONAL, pág. 2) La ética profesional del docente puede ser apreciada para un análisis más ordenado a través de las siguientes relaciones:
l. Relaciones del profesor con la sociedad. 2. Relaciones del profesor con la escuela. 3. Relaciones del profesor con el alumno. 4. Relaciones del profesor con los colegas. 5. Relaciones del profesor consigo mismo.
3. LA DEONTOLOGÍA COMO ÉTICA PROFESIONAL La deontología como ética profesional. Aristóteles ha acuñado la distinción conceptual, de gran alcance para la filosofía práctica, entre poíesis y praxis, entre producir y actuar(I. Ética, pág. 6) En un sentido vulgar se habla de deontología en referencia al buen hacer que produce resultados deseables, sobre todo en el ámbito de las profesiones. Un buen profesional es alguien que, en primer lugar, posee una destreza técnica que le permite, en condiciones normales, realizar su tarea con un aceptable nivel de competencia y calidad. Las reglas del buen hacer constituyen, sin duda, deberes profesionales. Y esto no es en modo alguno ajeno al orden general del deber ético. Aún más: las obligaciones éticas comunes para cualquier persona son, además, obligaciones profesionales para muchos. Al menos así se ha visto tradicionalmente en ciertas profesiones de ayuda como el sacerdocio, la educación y, en no menor medida, la medicina o la enfermería. En último término, esto se puede decir de todas las profesiones honradas, pues en todas se da, de manera más o menos directa, la índole del servicio a las personas. Pero en ésas es más patente, para el sentido común moral, que no es posible, por ejemplo, ser un buen maestro sin intentar ser buena persona. Es verdad que no se educa, o no se ejerce buena medicina, sólo con buenas intenciones, pero tampoco sin ellas. (I. Ética, pág. 6) Si la deontología profesional no se resuelve sólo con los parámetros éticos comunes, tampoco la ética se reduce a la satisfacción de ciertos protocolos
deontológicos. En efecto, la cuestión del bien no se sustancia con el cumplimiento de una normativa: no es que el bien moral estribe en cumplir la ley, sino que hay que cumplirla porque lo que preceptúa es bueno, caso de que efectivamente lo sea. Es anterior, con prioridad de naturaleza, el bien a la ley. La conciencia del deber no puede separarse de lo en cada caso debido, aunque indudablemente sea distinto lo Ética, Deontología y Bioética que formalmente significa deber y lo que materialmente constituyen en concreto nuestros deberes, lo cual ha de ser determinado en relación al ser específico y al ser individual y circunstanciado de cada persona. Millán-Puelles, en este sentido, habla de la relatividad de la materia del deber, compatible con el carácter absoluto que le corresponde por su forma. (I. Ética, pág. 6) En resumen, la analogía fundamental que cabe establecer entre ética y deontología se detecta no tanto por el lado de la norma como por el de la buena acción. La ética tiene que ver con lo que el hombre es naturalmente, siendo la naturaleza un cierto plexo de tendencias inmanentes al ser humano cuya plenitud está teleológicamente incoada y apuntada por la misma inclinación. Pero tal naturaleza necesita ser trabajada, desarrollarse prácticamente para obtener su perfecta complexión o acabamiento. Éste no acontece automáticamente, siguiendo unas normas fijas o como por instinto, sino de manera libre y propositiva. (Y por esa misma razón puede también no acontecer). De ahí que la ética haya de contar, como referentes normativos, tanto con la naturaleza como con la razón. (I. Ética, pág. 7) Al hablar de moral profesional se suele aludir a los códigos de conducta que deben regir la actuación de los representantes de una profesión. La estructura de las sociedades industrializadas conduce a que las relaciones entre las personas estén mediatizadas por el significado de la profesión como prestación de un servicio con contrapartida económica. Las profesiones, hoy en día, implican un conectivo social de gran extensión e intensidad, tanto en las sociedades primarias como en las agrupaciones de segundo nivel, e incluso en el contexto del mundo "globalizado". Por supuesto que el mundo de la vida (Lebenswelt) está
entreverado de relaciones mucho más primarias que las profesionales, que a veces se sitúan en un ámbito próximo a la "tecnoestructura" político-económica. Ética, Deontología y Bioética (I. Ética, pág. 7)
5. ÉTICA PROFESIONAL Y LOS PRINCIPIOS SOCIALES Si analizamos los principios generales de la bioética desde la ética de las profesiones, podemos concretarlos:
a) Principio de beneficencia: se define como hacer bien una actividad y hacer el bien a otros mediante una actividad bien hecha. Prestar a los otros un servicio profesional competente, responsable, adecuado a sus necesidades y deseos como forma de ayudarles a vivir la vida mejor y a no vivirla peor. (Llorens, 20072008. , pág. 4) Quien ha adquirido el hábito de hacer bien determinada actividad, es quien puede juzgar su bondad; ésta consiste en que se adecue lo más posible al fin para el cual se realiza. Buenas en sentido moral son todas aquellas acciones hechas por personas que afectan positivamente a personas. Se trata de una sabiduría moral práctica que no se reduce a cumplir normas y deberes, sino que plantea sus propuestas y exigencias dentro de la aspiración a una vida humana digna y plena. (Llorens, 2007-2008. , pág. 4)
b) Principio de autonomía: La dignidad del ser humano radica en su libertad y su conciencia, es decir en su capacidad de autodeterminación. Tratar a los otros como personas, contando con su parecer, respetando sus derechos y convicciones, proponiéndoles diferentes alternativas. (Llorens, 2007-2008. , pág. 4) La autonomía es el principio que preside las relaciones en la cultura liberal. Pero tiene su límite en el principio de no maleficencia: no hacer daño a los otros. Por eso, el ejercicio de la autonomía requiere formación y capacidad de distinguir los deseos de los derechos. El bien moral es la realización de un compromiso libre
y voluntario con el bien, es decir con la dignidad de la persona. Nadie es moralmente bueno contra su voluntad. Si nos proponemos hacer el bien y no contamos con la autonomía del otro, caemos en el efecto negativo del paternalismo. (Llorens, 2007-2008. , pág. 4) En bioética se produce el desplazamiento del poder del paternalismo, (beneficencia sin autonomía) hacia el poder del ciudadano en tensión con la moral interna del grupo profesional correspondiente. Se trata de contar con el destinatario del bien para hacer el bien. Pregunta: ¿todo es defendible por el hecho de que alguien lo defienda? (Llorens, 2007-2008. , pág. 4) Pregunta: ejemplos prácticos de tensión conflictiva entre ambos principios: paternalismo débil, paternalismo fuerte, paternalismo justificado
c) Principio de Justicia: Lo justo es una variante de lo bueno. Se entiende por justicia aquello que se le debe a alguien: por ser persona con dignidad y derechos, por contrato relacionado con cada profesión, por mérito a causa del esfuerzo, por participación en cargas o beneficios, por ley. (Llorens, 2007-2008. , pág. 5) En ética de las profesiones, el principio de justicia se refiere al sentido social de la profesión, atendiendo el contexto en que se desenvuelve y a los compromisos que la profesión tiene con la sociedad para promover su desarrollo. Abarca tanto el ejercicio profesional libre como el público. (Llorens, 2007-2008. , pág. 5) La legislación sólo exige mínimos que son insuficientes para llevar a cabo la tarea de hacer el bien; éste exige de los profesionales que aspiren a la excelencia, porque su compromiso fundamental no les liga a la burocracia, sino a las personas destinatarias de su labor. (Llorens, 2007-2008. , pág. 5) En ética profesional, se apela a este principio cuando no se pueden resolver los conflictos apelando a los otros principios. La ética profesional que no se enmarca en una ética social tiende a corporativizarse e ideologizarse. Pregunta: papel del voluntariado “sin fronteras”. Ejemplos de corporativismo en la propia profesión.
d) Principio de no maleficencia: No hacer mal el propio oficio profesional, no perjudicar al otro, no violar sus derechos, no cometer injusticias. Es un principio absoluto que precede a la beneficencia enmarca la autonomía y matiza la justicia. Su aplicación es fundamental en los contextos de pluralismo cultural donde existen distintos conceptos de bien. Siempre hay que sopesar los daños posibles que se puedan causar con una actuación profesional ya que para no hacer daño no es necesario el consentimiento del otro. (Llorens, 2007-2008. , pág. 5) Pregunta: ejemplos concretos de actuación profesional en que se contrapone riesgo- beneficio (si no se puede hacer el bien, no causar mayor mal)
6. ÉTICA Y EDUCACIÓN La eticidad de la persona humana y de su educación Hablar de educación es hablar de la persona humana. La persona se construye como tal, en su dimensión total, mediante un proceso muy complejo que genéricamente denominamos educación. En este sentido la persona es su educación. Ahora bien, el ámbito de ésta y de su influencia concreta en la formación plena del ser humano supera la organización escolar, aunque ésta ocupe un espacio y tiempo cualitativos en la formación del ser humano, es decir, de hacerse y de ser cada vez más humanos. (Arríen, pág. 11) Sea cual fuere la perspectiva desde la que visualicemos y evaluemos el proceso educativo de una persona, éste se ubica y se identifica necesariamente con el ser de esa persona, a decir de Xabier Zubiri1, con su personeidad o fundamento ontológico de la personalidad de cada persona. La personeidad o el substracto real y radical que define a la persona humana, debido a su inteligencia, capacidad de razonar, conciencia y sobre todo libertad, entrañan una dimensión clave de esa personeidad. Hablamos de su eticidad, de la dimensión de saberse y actuar como dueño y responsable de sus actos, entre los cuales existe el acto sostenido de su formación, de su educación. La formación y educación de una persona supone e
incluye una concatenación de actos y de acciones que hacen visible su eticidad, son actos y acciones que van construyendo la realidad de la persona humana, es decir, cuya finalidad no puede separarse de esa eticidad, o sea, de la razón última de ser de la persona humana al hacer uso de su inteligencia, razonamiento, conciencia y libertad situados en un contexto humano, comunitario, social, económico, laboral y cultural determinado, y en conexión directa con el contexto global. (Arríen, pág. 12) Si educarse es hacerse persona humana, ese hacerse entraña un hacerse ético, congruente con la naturaleza o esencia de la persona humana. No es posible una educación y por tanto una educación escolar sin una dimensión ética y sin estar inmersa en un conjunto de valores; ninguna educación es posible al margen de la ética y sin estar fundada en valores cuyo centro de gravedad estará siempre relacionado con la ética. Una educación, un proceso educativo sin el referente ético de la persona humana no es viable, carecería de sentido humano, aunque pudiera responder a intereses de manipulación y de secuestro de lo humano que es cada persona. (Arríen, pág. 12)
7. LA BIOÉTICA DEFINICIONES BÁSICAS, ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA BIOÉTICA La Bioética es un neologismo acuñado por el oncólogo norteamericano Van Rensselaer Potter (1911-2002), el mismo que dedicó toda su vida a la investigación del cáncer y al cultivo del humanismo, mediante la exaltación de los valores éticos. El término Bioética, de origen griego, alude a dos magnitudes de notable significación bios = vida y ethos = ética. Su significado etimológico sería entonces ética de la vida. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE), la Bioética se define como “disciplina científica que estudia los aspectos éticos de la medicina y la biología en general, así como las relaciones del hombre con los restantes seres vivientes”.
(Agustín GARCIA BANDERAS y Edmundo ESTEVEZ M. Laurent-Michel Vacher, 2002, pág. 7) En 1971 Potter publicó un libro llamado “Bioética: un puente hacia el futuro” en el cual desarrolla la tesis de que – existen dos culturas que parece que no son capaces de comunicarse, la científica y la humanística, Si aceptamos que esta incomunicación es una de las razones que gravitan sobre el futuro de la humanidad; posiblemente estableciendo un puente entre esas dos culturas, construiríamos un puente hacia el futuro. (Agustín GARCIA BANDERAS y Edmundo ESTEVEZ M. Laurent-Michel Vacher, 2002, pág. 7) En otra parte afirma el autor, que “En todo miembro de la especie humana hay, como resultado del proceso evolutivo que busca la adaptación perfecta al medio, un instinto por obtener ventajas a corto plazo, dándole preferencia en relación con las necesidades de la especie humana a largo plazo” – El objetivo de la ética global es el de preparar personas capaces de percibir la necesidad de futuro y de cambiar la orientación actual de nuestra cultura, además que puedan influir en los gobiernos, en el ámbito local y global, a fin de conseguir el control responsable de la fertilidad humana, la protección de la dignidad humana y la preservación y restauración del medio ambiente. Estos son los requisitos mínimos para poder hablar de supervivencia aceptable, contrapuesta a supervivencia miserable. (Agustín GARCIA BANDERAS y Edmundo ESTEVEZ M. Laurent-Michel Vacher, 2002, pág. 7) Esta visión holística, Potter, la desarrolla posteriormente en su siguiente obra “Bioética, ciencia de la supervivencia”; en la cual proclama que la –ética implica acción de acuerdo a estándares morales – Los valores éticos no pueden separarse de los hechos biológicos, tenemos una gran necesidad de una ética de la tierra, de la vida salvaje, de la población, de una ética del consumo, una ética urbana, internacional, geriátrica, etc. (Agustín GARCIA BANDERAS y Edmundo ESTEVEZ M. Laurent-Michel Vacher, 2002, pág. 8) Todos estos problemas involucran la Bioética y la supervivencia del ecosistema.
La humanidad según Potter tiene la necesidad de una nueva solidaridad que provee el “conocimiento de cómo usar el conocimiento, el mismo que podría ser llamado – la ciencia de la supervivencia”–. Opina que esta ciencia debe ser construida sobre la biología, ampliada más allá de sus fronteras tradicionales para incluir los elementos más esenciales de las ciencias sociales y humanidades, con énfasis en la filosofía que significa –amor a la sabiduría –, y proclama que una ciencia de la supervivencia debe ser más que una ciencia sola, por lo cual propone el término BIOETICA para armonizar los dos componentes más importantes: conocimiento biológico y valores humanos. (Agustín GARCIA BANDERAS y Edmundo ESTEVEZ M. Laurent-Michel Vacher, 2002, pág. 8) En 1988, el profesor Potter reiteró sus ideas iniciales creando una Bioética Global. El entendía el término “global” como una propuesta abarcante que englobase todos los aspectos relativos al vivir, esto es, la salud y la cuestión ecológica. El profesor T. Engelhart, defendió la propuesta de que la Bioética es básicamente pluralista. Esta tesis también tuvo diferentes interpretaciones. Algunos autores, como los profesores Alastari V. (Agustín GARCIA BANDERAS y Edmundo ESTEVEZ M. Laurent-Michel Vacher, 2002, pág. 8) Campbel y Solly Benatar, entendieron el término global no en el sentido abarcante desde un punto de vista interdisciplinario, sino como una visión uniforme y homogénea en términos mundiales encuadrada al proceso de globalización. Es decir, el establecimiento de un único paradigma filosófico para el enfoque de las cuestiones morales en el área de la salud, constituyendo así, una forma nueva de imperialismo. (Agustín GARCIA BANDERAS y Edmundo ESTEVEZ M. LaurentMichel Vacher, 2002, pág. 8) Con el objetivo de rescatar su reflexión original, el profesor Potter propuso en 1998 una nueva definición de Bioética Profunda. Esta denominación fue utilizada por primera vez por el profesor Peter Waithouse, aplicando a la bioética el concepto de ecología profunda del filósofo noruego Arne Naess. (Agustín GARCIA BANDERAS y Edmundo ESTEVEZ M. Laurent-Michel Vacher, 2002, pág. 9)
Esta propuesta abarcante y humanizadora de la Bioética ya había sido defendida por otros autores, como el profesor André Compte-Sponville. En el año 2001, el Programa Regional de Bioética de la OPS, definió el concepto amplio incluyendo la vida, la salud y el ambiente como área de reflexión. (Agustín GARCIA BANDERAS y Edmundo ESTEVEZ M. Laurent-Michel Vacher, 2002, pág. 9) Lo fundamental es anotar que para Potter la Bioética debe mantener sus características fundamentales: abarcante, pluralista, interdisciplinaria, de apertura ideológica e incorporación crítica de nuevos conocimientos. (Agustín GARCIA BANDERAS y Edmundo ESTEVEZ M. Laurent-Michel Vacher, 2002, pág. 9)
7.1 ÁMBITOS DE LA BIOÉTICA ciencias de la salud : inicio de la vida: donación de gametos aborto, niño probeta, inseminación artificail, etc ecología y medio ambiente dentro de eso clonación animal, plantas y animales transgénicos entra lo q es tecnología y absolecncia programada
7.2 DERECHOS HUMANOS Y BIOÉTICA 7.3 LA BIOÉTICA Y LA EDUCACIÓN 7.4 IMPORTANCIA DE LA BIOÉTICA EN LA FORMACIÓN PROFESIONAL
CAPÍTULO 3
DEONTOLOGIA DE LA PRACTICA PSCIOLOGICA EN LA EDUCACION
1. DIFERENCIAS ENTRE ÉTICA Y DEONTOLOGÍA Estos dos términos suelen usarse como sinónimos, pero no lo son. Es importante destacar las principales diferencias entre ellos:
Deontología Profesional
tica profesional
Orientada al deber
Orientada al bien, a lo bueno No se encuentra recogida en normas ni en
Recogida
en
normas
y códigos códigos deontológicos, está relacionada
"deontológicos"
con lo que piensa el propio individuo (conciencia individual/profesional)
Esas normas y códigos son mínimos y aprobados por los profesionales de un determinado colectivo profesional (periodistas, médicos, abogados,...) Se ubica entre la moral y el derecho
No es exigible a los profesionales de un determinado
colectivo
(periodistas,
médicos, abogados,...)
Parte de la ética aplicada
Una de las diferencias cuando hablamos de "ética" y "deontología" es que la primera hace directamente referencia a la conciencia personal, mientras que la segunda adopta una función de modelo de actuación en el área de una colectividad. Por ello, con la concreción y diseño de códigos deontológicos además de autorregular esta profesión, se invita al seguimiento de un camino muy concreto y a la formación ética de los comunicadores. (Sandí)
De forma teórica, podríamos diferenciar dos grandes grupos: la ética social y la ética individual. Dentro de la ética individual se diferencia, también, una ética interpersonal que es la que rige el comportamiento que tenemos en relación a otros individuos. Aquí se puede situar la ética profesional ya que rige el comportamiento del profesional en su actividad laboral. Los principios que rigen la profesión se obtienen a través de métodos similares a los de la ética general: dialógico, inductivo y deductivo. Para conocer el fundamento ético y moral de un código ético, se requiere el estudio de la actividad profesional en sí misma y no es suficiente la labor de un filósofo que desconozca la profesión. (Sandí) La ética de las profesiones se mueve en el nivel intermedio de las éticas específicas o “aplicadas”. El profesional se juega en el ejercicio de su profes ión no sólo ser un buen o mal profesional sino también su ser ético. No acaba de ser considerada una persona éticamente aceptable quien en todos los ámbitos actuase bien y cumpliese con sus deberes menos en el ejercicio de sus responsabilidades profesionales. La ética general de las profesiones se plantea en términos de principios: el principio de beneficencia, el principio de autonomía, el principio de justicia y el principio de no maleficencia El deontologismo plantea los temas éticos en términos de normas y deberes. (Sandí) Los principios se distinguen de las normas por ser más genéricos que éstas. Los principios ponen ante los ojos los grandes temas y valores del vivir y del actuar. Las normas aplican los principios a situaciones más o menos concretas, más o menos genéricas. Las normas suelen hacer referencia a algún tipo de circunstancia, aunque sea en términos genéricos. Pero también los principios se hacen inteligibles cuando adquieren concreción normativa y hacen referencia a las situaciones en las que se invocan y se aplican. En términos generales un principio enuncia un valor o meta valiosa. Las normas, en cambio, intentando realizar el principio bajo el que se subsumen, dicen cómo debe aplicarse un principio en determinadas situaciones. (Sandí)