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Resumen Hilda Sábato: Republica y nación en América latina: Notas breves sobre una historia turbulenta: -América española gran conmoción política marco el inicio del siglo XIX. Los vastos territorios t erritorios que habían estado bajo dominio de la corona española quedaron sin nación y r ey. -la invasión napoleónica a la península ibérica hizo estallar la unidad del imperio, intentos por mantenerla fracasaron y se desencadenaron guerras que llevaron a rupturas de lazos políticos de los reinos americanos entre sí y con España. -grandes transformaciones en estas tierras, proyectos diversos de construcción de nuevas comunidades políticas, se ensayaron y diseñaron diversas instituciones, múltiples y variados intentos por alcanzar, sostener y legitimar el orden y la autoridad. -formas de gobierno republicana. Europa monárquica y absolutista y las Américas, con excepción de Brasil optaron por la republica. Se convirtieron en un campo de experimentación política donde se ensayaron por primera vez vez en forma sostenida y masiva masiva gobiernos con bases republicanas, republicanas, lo nuevo fue la gran escala en que se ensayaron esas formas. -en Hispanoamérica implico un cambio político. Desde nueva España hasta el rio de la plata la adopción de la soberanía popular indujo transformaciones en las normas, instituciones y en las prácticas políticas que regían durante las colonias. -en todas partes la republica precedió a la nación, nación, en casi toda la región la puesta puesta en práctica de las formas republicanas de gobierno fue anterior a la consolidación de las naciones y constituyo un aspecto central de la historia. El cambio radical del orden político desembocaría en la adopción de la soberanía popular. -el caso de Brasil es diferente aun después de la independencia se mantuvo la monarquía encabezada por Pedro I hijo del rey de Portugal y la unidad del reino. También hubo cambios políticos importantes,( fueron menos que en las colonias) la constitución de 1824 dio lugar al ensayo y ado pción de instituciones y prácticas que tenían semejanzas con las del resto de América Latina. Se produjeron en toda la región transformaciones políticas sucesivas. (Historia turbulenta desdibujada). La región presento dificultades dificultades para la instauración y arraigo de principios, instituciones instituciones y prácticas del liberalismo político. En los últimos años se ha producido un cambio de la historia política, se puso en cuestión la noción evolutiva de un camino universal. Una variedad de temas se abrieron a la interrogación y son materia de análisis y debates. La formación de las naciones. naciones. Nación y Estado se toman como problemas problemas y no como presupuestos: presupuestos: nadie presagiaba en 1810 1810 o 1820 cual iba a ser ser el mapa político de Hispanoamérica cien cien años más tarde: caída de la monarquía y desarmado el reino (incluía sus partes americanas) se trato de reconstruir el orden político sobre las bases diferentes republicanas y de dar formas a las comunidades, naciones de donde debía emanar ese poder y las bases sobre las c uales debía ejercerse. No tuvieron éxito inmediato o transmisión lineal. Cada lugar tuvo su aventura única y especifica.
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La opción republicana introdujo una cesura profunda con respecto a la etapa colonial. Entre la literatura se mostraba el fracaso de la modernidad liberal en América Latina, se señalaba como una de las causas fundamentales las persistencias de ideas, tradiciones institu –cionales y jerarquías políticas propias del Antiguo régimen colonial. El cambio que se introdujo luego de las revoluciones de independencia en fundamentos del poder político indujo y obligo a las dirigencias y a quienes aspiraban a integrarlas a proponer nuevas normativas y crear instituciones, mientras las viejas caducaban o adquieran nuevas valencias. La necesidad de redefinir el principio de autoridad y la autoridad misma en un contexto de conflictos y guerras cruzadas, dio intensidad y virulencia a los procesos de construcción de comunidades políticas fundadas sobre criterios y jerarquías diferentes a las que habían caracterizado el orden político social colonial. Este orden debía funcionar superpuesto a las nuevas categorías y jerarquías políticas creadas por las oleadas republicanas. El reclutamiento para la guerra, el encuadramiento de los ciudadanos en armas en las milicias, organización de redes electorales, la movilización en torno a símbolos y rituales patrióticos. La revolución produjo la movilización y reagrupamiento de gentes que pasaron a ocupar un lugar político diferente que no coincidía con su lugar en la estructura social. Las dificultades para encuadrar estos cambios en un orden estable fueron evidentes aun para quienes habían estado a la vanguardia de esa transformación, la búsqueda de soluciones no desemboco en un retorno a las formas y los mecanismos del antiguo régimen sino en la reformulación de los propios de la republica. La fuerza ideológica y política que tuvo el ideario republicano alimento el proyecto de la elite y además el ideario colectivo donde la política ocupaba un lugar central. En ese marco nación era sinónimo de “republica” y la libertad se asociaba a la participación en la vida pública. Durante buena parte del siglo XIX la nación se entendía como comunidad política de la cual debía emanar todo poder legitimo y sobre el cual este habría ejercerse. En América Latina instituir la comunidad fue un proceso inescindible del de la soberanía popular y la representación política. La noción de la nación moderna como entidad abstracta de soberanía única e indivisible e integrada por los individuos libres e iguales se impuso, junto a ella el criterio moderno de la representación: el gobierno de la nación debía quedar en manos de los elegidos por la ciudadanía., a ellos correspondía representar a la vez que reproducir la voluntad del pueblo, de la nación. Estos conceptos son realidades relacionadas. Pensar la Nación era a la vez diseñar, poner en marcha y sostener instituciones políticas. Proyectos e intentos de constituir regímenes políticos implicaron el establecimiento de variadas y cambiantes formas de relación entre gobernantes y gobernados. La instauración del principio de la soberanía popular y la pérdida de toda garantía trascendente de la autoridad, la construcción del poder legítimo remitía a la comunidad política. La relación entre autoridad y comunidad, 2 pilares: la representación y la opinión pública. El concepto y la figura del ciudadano adquirieron importancia. Tres instancias claves en ese plano: las elecciones, las milicias y las instituciones de la opinión pública, caracterizando los intentos de constitución de un orden político legitimo, constituyeron espacios decisivos en la configuración de redes destinadas a organizar, alcanzar, sostener e impugnar el poder, así como en la formación y acción en las dirigencias como los de abajo. La institución de la ciudadanía contribuyo a la incorporación efectiva de sectores amplios de la población en la vida política. No fue una inclusión igualatoria, se dio en un marco de estructuras
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altamente estratificadas, donde se defendían y alimentaban jerarquías en sede política. Seria anacrónico pensarla en términos democráticos. Los de arriba fueron los actores centrales de este drama republicano, participaron otros actores amplios y diversos de la población. Estas dirigencias altas como intermedias lideraron los debates normativos que plasmaron en constituciones y leyes, la construcción y puesta en práctica del andamiaje constitucional, etc. A pesar de la voluntad y la energía desplegadas para construir un nuevo orden los resultados fueron inestables, efímeros y en la mitad del siglo XIX se alcanzo de manera parcial la consolidación de esa forma relativamente estable, el estado-nación. Las naciones latinoamericanas estaban experimentando transformaciones, la economía crecían en estrecha relación con el capitalismo y el mercado internacional y sus sociedades se tornaban diversificadas y complejas, ideologías nuevas proponían otras formas de entender la política y su relación con lo social. Para las elites en ascenso el orden deseado solo habría de alcanzarse a través del fortalecimiento del poder central y la consolidación del Estado. No siempre se alcanzaron esas metas. Fines del siglo XIX nueva modernidad tomaba forma, la nación seria definida en términos culturales hasta llegar siglo XX a entenderla como una esencia previa a toda opción política.
Resumen cap. II.
POLÍTICA, IDEOLOGÍA Y SOCIEDAD.
Los Países no tenían una composición étnica igual. Por un lado Bolivia, Perú, ecuador, Guatemala, en menor grado México tenían mucha población india. Otros países predominaban los mestizos, casi toda la población estaba culturalmente integrada en la sociedad hispánica. Esa diferencia repercutía en la vida política, ya que sociedades en que la clase más baja se componía de una cultura de gente distinta a la de la elite hispánica era menos propensa de participar en la vida política Los países eran distintos geográficamente, la población de México, Guatemala y países andinos se encontraban en las tierras altas del interior, mientras que Venezuela y Chile y el Rio de la Plata vivía en regiones costeras, lo tuvo importantes consecuencias en la vida económica y política de cada país. Los gobiernos de países con población y recursos en la costa y que tenían relaciones comerciales con Europa Occidental gracias a los ingresos aduaneros pudieron desarrollarse sobre bases financieras más firmes y mayor estabilidad política que otros países. La herencia colonial de estos países diferían en importantes aspectos. Todos compartían la lengua y las instituciones españolas y todos habían sido gobernados bajo el mismo sistema colonial. Al comenzar la era republicana, el sistema político y sus instituciones, aunque tenían raíces españolas no fueron los mismos para todos. La iglesia se convirtió en un elemento importante de la economía colonial más en México que en la región del rio de la plata y Venezuela. En México varias generaciones de españoles y criollos ricos habían dotado a conventos y fundaciones piadosas con recursos económicos. Las guerras de la independencia afectaron a estos países de diferente manera. En México y Perú los militares profesionales jugaron un papel importante en la vida política. En México los jefes intervinieron en el proceso político para defender los privilegios especiales(fueros), en Perú el fuero militar fue una cuestión de importancia menor. La política de los militares, como grupo corporativo, también pesó en la política general de la nación.
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Es difícil generalizar sobre el papel que los militares jugaron en la vida política, por la ausencia de investigaciones sistemática sobre la política de los años que siguieron a la independencia. La mayoría de los trabajos se ocupan de la vida política nacional a través principalmente de describir las actividades desarrolladas por los políticos en la capital de la nación. Sólo se cuenta con una visión distorsionada del proceso político, ya que básicamente se le percibe a través de unos pocos miembros de la elite política que lucharon para apoderarse del estado nacional, hay que recordar que en este periodo la mayoría de los estados nacionales eran extraordinariamente débiles. La mayoría de los que participaban en política pertenecían a los sectores altos de la sociedad, pero no todos los miembros de la clase más alta participaban en la política nacional. El aspecto más importante de la política hispanoamericana en este periodo quizá sea lo difícil que fue establecer nuevos estados una vez conseguida su separación de España. Los estados no pudieron restablecer completamente la autoridad que la corona española tuvo hasta 1808. Se crearon sistemas constitucionales formales, la mayoría de los cuales fueron constituidos para transferir el poder a través de elecciones y garantizar las libertades individuales. Pero estas disposiciones constitucionales formales frecuentemente se convirtieron en letra muerta, ya que ningún grupo político creía que sus adversarios fueran a cumplirlas. Además, los que estaban en el gobierno, controlaban las elecciones, por tener el poder, mayormente, en sus manos. Los políticos de la oposición tanto militares como civiles esperaban y se aprovechaban de momentos de mayor debilidad del gobierno para desplazar al grupo en el poder. Los gobiernos fueron incapaces de resistir estas rebeliones porque su débil situación financiera no les permitía mantener a las fuerzas militares o ganarse el apoyo de la clientela para comprar la alianza de los rebeldes potenciales. Las elites políticas sólo estuvieron contadas veces lo suficientemente unidas para poder evitar que sus países cayeran frecuentemente en golpes de estado, rebeliones, o guerras civiles. En términos políticos, el cambio no consistió sólo en el paso de monarquía a república, si no en el paso de unas estructuras de control centralizadas al colapso, o aflojamiento, de estas estructuras, bajo la forma de sistemas federales. El debilitamiento del poder central quedo minado el poder de los grupos corporativos y distinciones de castas que habían existido en la sociedad colonial. La desorganización y la desintegración de las estructuras coloniales fueron consecuencias de guerras de la independencia, de los conflictos sociales posteriores y de la ideología liberal dominante. Hubo grandes desacuerdos entre la elite política , se puede decir que aceptaron de forma generalizada muchos aspectos de la concepción liberal individualista de la sociedad, de la economía y de los ideales liberales de igualdad jurídica. Se asociaron las ideas sociales y económicas liberales con los países occidentales más poderosos y más avanzados económicamente. Además la revolución Francesa, a pesar de la violencia que alcanzó, sirvió, al menos en parte, para legitimar la idea liberal de igualdad jurídica. Los políticos procedieron a abolir o debilitar las estructuras coloniales de las corporaciones y las castas que estaban en contradicción por los principios liberales. En las primeras décadas de independencia se tomaron las primeras medidas para abolir la esclavitud, proceso que quedó concluido por lo general a mediados del decenio de 1850. Las elites también propusieron la división de tierras comunales de los indios parcelas individuales. La propiedad comunal se consideraba incompatible con la concepción liberal individualista de la sociedad así como los principios económicos liberales que mantenían que solo el interés en la propiedad individual y libre juego de factores económicos (tierra- trabajo de indígenas) en el mercado podían dar paso a una productividad mayor.
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El reparto de tierras de los indígenas se hacía en propio interés de las elites hispanoamericanas ya que una vez parceladas caerían en manos de terratenientes criollos., ello se debió a la necesidad o al deseo de una mayor movilización de la tierra y de la fuerza de trabajo para producir materias primas para exportar. Aunque los primeros pasos hacia la destrucción de las comunidades indias se dieron a principios de este periodo, el proceso no culminó hasta después de 1850 cuando las economías hispanoamericanas se integraron más en la economía internacional. De la interacción de la ideología liberal y la realidad económica grupos corporativos que habían dominado la sociedad colonial, comerciantes, empresarios mineros y de los gremios de artesanos desaparecieron. La iglesia y el ejército - las dos mayores corporaciones que han existido durante el periodo colonial- continuaron siendo importantes, aunque no dominantes, si bien sus estructuras fueron también sacudidas durante los años de la independencia. Sin embargo, tanto iglesia como cuerpo militar, continuando siendo instituciones de gran peso a las que los nuevos estados tuvieron que enfrentarse. Muchos políticos advirtieron que el poder y los privilegios de la iglesia constituían una importante traba al crecimiento económico. Finalmente, también consideraban que el atrincherado poder de la iglesia y del ejército ponía en peligro el control de los civiles sobre el estado secular. Las elites políticas temían que la ignorancia de la gente y su falta de experiencia en el autogobierno, imposibilitara la creación de gobiernos republicanos. Urgía implantar escuelas primarias en todos los municipios, de modo que la gente pudiera prepararse para ejercer sus funciones de ciudadano. La educación primaria bajo el control del estado y no de la iglesia serviría para inculcar lealtad a los nuevos gobiernos, era necesaria para que cada individuo se comportara de modo responsable en un sistema social individualista y su capacitación en una economía libre. Grupos políticos pretendían transformar la educación superior que recibían los hijos de la elite impulsándolos al conocimiento experimental de las Cs naturales fin conformar una elite empresarial practica. Estos cambios ideológicos e institucionales tenían sus raíces en el periodo colonial, reformismo borbónico como por ejemplo el sistema de intendencias En casi todos lados, la ola reformista fue seguida de un periodo de pesimismo y de conservadurismo debido a las crisis económicas, los rebrotes de inestabilidad política y, en algunos lugares, las reacciones sociales, contra las reformas. (reformismo v/s criollismo) Mientras se mantenía la dicción de una sociedad individualista de miembros considerados iguales, la elite, así como otros sectores sociales, de hecho vivía de acuerdo con las normas establecidas por las relaciones de patrón-cliente propias de las sociedades en las que había una gran diferenciación social y económica. Sin embargo se creyó en las nuevas formas, las cuales algo influyeron en las actitudes y en los comportamientos. Pero inevitablemente, fueron muy influenciados por los ejemplos políticos francés e inglés, tanto directamente como por medio del liberalismo español, así como por el modelo de los Estados unidos. Con esto, uno de los problemas con que se enfrentó la elite, f ue el cómo reconciliar la cultura política español, con los modelos políticos, inglés, francés y estadounidense. Los primeros gobiernos (1810-1813) apelaron al principio de la soberanía popular, pero también reconocieron la autoridad del cautivo Fernando VII. Sólo se tuvo que afrontar el problema de representar adecuadamente el principio de autoridad cuando finalmente se rompió con Fdo. VII. La milicia jugó un papel importante en la caída del poder español, sobre todo en Buenos Aires y Caracas. En este periodo, la cuestión fundamental era controlar a los militares de modo directo, la cuestión de los fueron militares aún no se había planteado. Los gobiernos nuevos en parte consiguieron controlar a la iglesia y usar su influencia para sostener al estado. Mientras que gran parte del clero bajose sentía inclinado por los nuevos gobiernos autónomos. Las ideas de los nuevos gobiernos representaban una ruptura con el pasado. Y la mayoría de los gobiernos se construyeron sobre los modelos republicanos de los Estados Unidos y de la revolución Francesa, donde implícita o explícitamente estos ideales debían basarse en la noción de contrato social. Y casi todas estas primeras constituciones reconocieron la existencia de derechos naturales inalienables. La mayoría quiso
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proteger estos derechos mediante la división de los poderes y haciendo que el ejecutivo fuera más débil que el legislativo.
Por otro lado, muchos líderes criollos también creyeron que necesitaban tener un gobierno más fuerte, más centralizado, para ganarse la confianza de las potencias europeas, para poder obtener préstamos, así como lograr el reconocimiento diplomático. Durante el periodo 1820-1848 los líderes políticos frecuentemente expresaron su temor por la inminencia (o la existencia) de la anarquía. Por ello, en estas décadas la gran preocupación fue mantener el orden político. El monarquismo de 1814-1819 también reflejaba la convicción, de algunos líderes, de que la monarquía constitucional podría ser la base para lograr la estabilidad interna. Pero la idea de establecer una monarquía constitucional nunca tuvo verdadero éxito en Hispanoamérica. Quizá la causa más importante del fracaso monárquico fuera que la idea de monarquía perdió mucho de su atractivo después de las revoluciones norteamericana y francesa. Mientas que en Hispanoamérica se admiraba la solides de la monarquía constitucional inglesa, como sistema la monarquía significaba un resto del pasado. La mayoría de las constituciones crearon consejos de estado para aconsejar al presidente; la mayoría establecieron un ejecutivo que sólo tenía veto suspensivo; la mayoría implantaron el principio de responsabilidad ministerial exigiendo al menor a los ministros que firmaran conjuntamente todos los decretos. Los argumentos centralistas sostenían que el dominio español, al mantener a la gente en la ignorancia y al no haberle permitido adquirir experiencia política, no le había preparado para adoptar un tipo de gobierno democrático y republicano tan extremo. La desconfianza en la capacidad política de la gente se refleja en el hecho de que casi todas las constituciones centralistas de los años 1820-1830 establecieron el derecho a participar en la vida política en base a la propiedad. Bolívar y otros jefes militares trataban de establecer una república más paternalista, en realidad una monarquía constitucional con apariencia de república. Para Bolívar y otros, los modelos constitucionales más atrayentes eran la monarquía constitucional británica y las constituciones consulares napoleónicas de 1799 y 1802. Las constituciones basadas en el modelo napoleónico-bolivariano tuvieron una vida corta. Y cuando dicho prócer intentó imponer sus ideas en la república de Colombia entre 1826-1830, encontró tal oposición en la elite de civiles que pensó en la necesidad de establecer un poder dictatorial; la dictadura dio lugar a que los miembros más jóvenes de la elite civil de Bogotá atentaran contra su vida (sept. de 1828), y Bolívar pronto debió admitir su fracaso el El modelo Bolivariano fracasó en todos lados (se los dije!) porque para muchos componentes de la elite civil se parecía demasiado a la monarquía. Además, el sistema de Bolívar, al establecer un presidente y un senado vitalicios, violaba uno de los principios más apreciados por los liberales que habían estudiado en la universidad; la alteración en los cargos como medio de evitar la tiranía. Por un lado, las influencias de los intelectuales eran: Montesquieu, Constant y Bentham; y por parte de la elite eran: Maquiavelo, Constant (mirado desde otro punto que los intelectuales no tomaban, es el “curso de política” de Constant) y Cottu. Las constituciones y las leyes fueron redactadas por hombres que tenían estudios universitarios, que ocupaban la mayoría de los asientos en las cámaras y que detentaban cargos en los ministerios. Los caudillos regionales debían satisfacer a las oligarquías locales de propietarios que a menudo eran la base de su poder. El interés principal de los grandes propietarios era contar con el apoyo o la benevolente neutralidad de los funcionarios locales en sus disputas sobre la propiedad de la tierra. Mientras que la ideología política y las instituciones que la representaban eran esenciales para los políticos con estudios superiores, para muchos otros podían tener poca importancia. Esta falta de interés por los principios constitucionales fue picantemente expresada por Diego Portales, figura importante en Chile de los años treinta. La autoridad estuvo en manos de de líderes fuertes que tendían a ponerse por encima de las leyes y las constituciones. Estos líderes eran considerados como caudillos. Este término se refiere a cualquier líder preeminente, donde la mayoría eran líderes militares que habían alcanzado renombre en las guerras de independencia. Entre caudillo y sus seguidores existían lazos de lealtad personal. Este, debía ser de gran personalidad, tratándose de un hombre con gran magnetismo personal que dominaba a sus inferiores por el
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peso de su voluntad. La clásica descripción hecha por Faustino Sarmiento en su Facundo dice: << ¡ Si yo fuera a la calle y dijera al primer hombre que encontrara “Sígueme!” me seguiría sin ninguna clase de duda >>. Era un hombre de coraje, y aunque perteneciera a la clase alta, cultivaba un estilo popular a fin de que sus seguidores se identificaran con él. Tiene personalidad autoritaria, donde atemorizaba tanto a sus seguidores como a sus enemigos. Entonces, el caudillo se contempla como un sistema social estructurado sobre bases de dependencia mutua entre jefe y su grupo.
La interpretación más sofisticada, decía que el caudillo mismo era cliente de ricos patrones que lo creaban y controlaban como un instrumento de sus propios deseos políticos y/o económicos. Aquí, los lazos caudillistas de patrón-cliente, a menudo formaban elaboradas pirámides en las que los caciques locales, con sus seguidores personales, prometían lealtad a los jefes regionales, quienes a cambio concedían al menos un apoyo temporal y condicional a los caudillos. En término de clases sociales, se contempla al caudillo como alguien que asciende socialmente, un hombre de orígenes relativamente modestos, cuya ansia de poder en parte es impulsada por el deseo de riqueza y de status social. Pero hay otros que nacieron en la clase alta, como Bolívar, y estos atemorizaban mucho más a las clases altas. Muchas veces tenían que gobernar por medio de la violencia, era frecuente ver actos arbitrarios. Pero en definitiva, para un caudillo, la cuestión fundamental era la lealtad personal. La emergencia del caudillismo puede verse así como consecuencia de una <> de la política entre 1810-1825. Las guerras de independencia sin duda afectaron las formas que los líderes personalistas tomaron, pero el caudillismo tiene raíces más profundas, fue el resultado de fuerzas más arraigadas. Ahora, con la independencia, los criollos multiplicaron sus oportunidades de hacer una carrera en la administración y en la política. Las guerras de la independencia afectaron en forma que los lideres Las guerras de la independencia afectaron en forma que los lideres personalistas tomaron pero el caudillismo tiene raíces mas profundas: fue el resultado de fuerzas más arraigadas.