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Testimonios Del Yo

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TESTIMONIOS DEL YO, Valeria Maino

Un millar de diarios de viaje, memorias y notas se apretujan en 365 paginas,
extensas en datos, anécdotas, misceláneas que van y vienen para configurar el relato de
unas vidas trashumantes, viajeras, productoras, de unas odiseas y otras no tanto.
Valeria Maino Prado toma como punto de partida un panegírico en el que se da
cuenta del enriquecimiento de Chile durante el siglo XIX, de su refinamiento y la
riqueza, el linaje y la importancia social de quienes serán los protagonistas de estas
páginas, una oligarquía identificada con el ser chileno, con la nación, que se pone a sí
misma, sus maneras, su medio social, como a eso que algunos llaman la Patria, el país
mismo.
El relato va a trazar, desde la Colonia, un país rico, un lugar de señores austeros,
de buen tono, capaces de generar mayores riquezas que los ricos de los virreinatos del
Perú y del Rio de la Plata, esto medido a partir de los títulos obtenidos, matrimoniados
o comprados por estos hacendados, comerciantes, prestamistas (usureros)…
Este zarpe inicia con la enumeración de los hitos que significan la riqueza del
“país”, fundaciones de clubes sociales, establecimiento de carreras de caballos como
punto de encuentro y entretención de la sociedad visible, dejando ver, siempre, que es
en Chile, y no el resto de Sudamérica, donde primero suceden estos hechos. Todo dado
por la venta de cereales y la minería de la plata; aunque los empresarios chilenos ya
tenían sus pesos trabajando en los minerales peruanos y bolivianos, el guano y el salitre
aún no lo habían sido arrancado, a punta de balas y cañones, de sus manos.
Descripciones de Valparaíso, Coquimbo, La Serena, Santiago de Chile, se
entrelazan con la narración sobre la generosidad de esta clase, que a costa de la riqueza
construida con trabajo ajeno se volcara, en algunos casos, a establecer hospitales,
universidades, colegios o museos, cuando por el otro lado explotaba a sus inquilinos en
los conventillos, a sus peones en los campos y minas, negándoles los medios suficientes
de vida a cambio de su trabajo.
Parte, entonces, con Nicolás de la Cruz y su viaje a España, cuando contaba con
23 años, de donde jamás regresaría, realizando toda su vida adulta en Cádiz. Le siguen
una serie de personajes del siglo XIX que van a ir dejando anotados sus periplos, entre
ellos Sarmiento y su viaje a Europa y Estados Unidos, las memorias de Lastarria,
Recuerdos Literarios, Santiago de Arcos realizando un periplo por el sur argentino 1 y

1 Este viaje que narra como Cuentos de tierra adentro en la Revista de
Santiago, lo habia realizado durante su anterior estadía en Buenos Aires
(1844-1846).

Avanzando el siglo XX aparecen las memorias y libros de viajes que alcanzaran un cierto nivel de crítica social ante la entrada de los capitales norteamericanos que viene a extractivar las riquezas minerales de Chile. Dicen algunas memorias sobre la riqueza de las casas. Mezclandose con los primorosos viajes de Isidora Goyenechea al extremo austral o las impresiones de los nuevos viajeros a la Isla de Pascua y su incorporación como entidad territorial. lo que se verá reflejado en las manifestaciones literarias de los chilenos que ven con espanto esta explotación [pero callan ante la autóctona]. los que prosperan con sus negocios. en donde no hay (sic) los conventillos miserables que si existen en Buenos Aires. El salitre. minas y fábricas. el carbón. riqueza. al parecer cada nación cuenta sus éxitos mistificando su riqueza en desmedro de la pobreza del vecino. cuando parecían ingleses: es nuevamente el Chile de la elite que se dibuja como la fisonomía de todo un país y sus habitantes. junto a Pérez Rosales. rubio. belleza. Serán los ministros (embajadores) de las naciones amigas y los inversionistas. lo inglés o alemán que es el chileno (sic). Ramón Gil Navarro o Benjamín Vicuña Mackenna se encargaran del Rush californiano. su señorío. se traza el retrato de una nación y de un estado que crecen y se desarrollan sin límites. intelectualidad brillante y pujante.chileno o en California. Se pasa desde la Colonia y mediados del siglo XIX hasta sus postrimerias a través de un recorrido de bondades. su desarrollo y su liderazgo a nivel Sudamericano y mundial en cuestiones de ciencia. las inversiones y los campos dan sus frutos para unos cuantos. de un país que es más rico que sus vecinos. quienes se encargaran de narrar en sus memorias el enriquecimiento de Chile. donde no se ven pobres y se ganan medallas y más medallas en las exposiciones internacionales. la plata. identificando a los millones que pueblan esta geografía estrecha con unos cuantos: según Vicuña Mackenna se trata de 58 millonarios y sus familias. de tez blanca. algunos llegan a decir que en principio no entendían por qué se hablaba español en cierto ambientes. vinos…un paraíso terrenal a ojos vista. alto. Viaje balzaciano o burgués conquistador? Testimonios del Yo de Valeria Maino Prado nos remite a esa dicotomía existencial: el siglo XIX es rico. lo moderno de esto y aquello. cultivos. en contraste con los 500 que apunta Viñas como privilegiados millonarios en la Argentina. estableciendo una explotación tanto o más inhumana que la que la misma oligarquía chilena estableció en sus latifundios. anotándolos como si fuese toda la nación la que goza de ellos. en cuestión de . la elite intelectual y social.

Los chilenos viajaban a Europa. sino que Poetas chilenos coleccionados por José Domingo Cortes. Viñas plantea que se iba a Europa. *el primer libro ilustrado chileno no es Un paseo por Lota. pero según el catálogo de Alamiro Avila Martel este lleva el n°1. principalmente. Se trata de los vástagos enriquecidos. . de movilizarse. sino que de esa elite privilegiada y enriquecida. sino que para realizar el transito inverso del conquistador. de esos que no habían podido viajar aun. validándolo socialmente ante la mirada de los otros. de acceder a unas tierras y gentes otras. El 1840 es el momento balzaciano. y siúticamente destacar por haber estado en Paris o Londres. la década del 1880 la de los dandy´s desprejuiciados y millonarios que solo desean llegar con una seria de chucherías. existe una especie de obsesión. fabricadas en serie para turistas. de sediento e insaciable deseo de trashumar. para volver exhibiendo la consagración de la riqueza. A esto David Viñas denomina el viaje búmeran: donde lo que contaba no era la ida. cuando decimos “chilenos” no estamos hablando del 100% de la población. También se establece el viaje como exilio. a la oligarquía con su círculo de apologistas. que precisan extender sus meridianos a partir del desarrollo de la navegación a vapor. ¿romántico? En caso alguno. no para conquistar. sino que el regreso “la vuelta” que en un ejercicio de sacralización santificaba al viajero. no para violar. editado ese mismo año.viajeros. de los descendientes de los destripaterrones vascos.