Transcript
Tiqqun De la economía considerada como magia negra Una crítica metafísica
Pensaré Cartoneras es un principio de existencia, es también una apuesta . Se trat trataa de visi visibi bili liza zarr textos de márgenes en formatos de márgenes. El material reciclable es tanto el recipiente -la vida del cartón- como el contenido -la vida en los textos-. Las ideas pueden ser también reciclables, viajeras se !an de apropiar. "or ello los textos son reproducibles, abiertos, manipulables bajo una idea a conocida
“texto global, tapa local”.
El proecto proecto nace nace de un impuls impulso o de cr#tica cr#tica social, social, divu ivulga lgació ción e inte interd rdiisci scipli plinari narieedad para para una práctica$teórica de la vida digna. Los textos a%u# son una form orma de este interés por construir conocimientos junto$ con$ para$ entre los movimientos cr#ticos de lo social %ue apuestan por la autonom onom#a #a.. &uton tonom#a om#a 'prác prácttica ica -pa -palabr labraa concepto concepto ( l#mite), l#mite), %ue %ue no viene viene del grieg griego o si no del lenguaje com*n %ue compartimos a%uellos %ue decimos estar +abajo a la iz%uierda.
Pensaré ensaré artoneras publica con una Licencia Creative Commons CC-BY-NC-SA CC-BY-NC-SA Reconocimiento – NoComercial – CompartirIgual : o se permite un uso comercial de la obra original ni de las posibles obras derivadas, la distribución de las cuales se debe !acer con una licencia igual a la %ue regula la obra original.
pensarecartoneras.wordpress.com
[email protected]
Vi ña de l Ma r 20 2014
Una Invitación a leer - a economía considerada como magia negra 1
I - a mercancía ! la equivalencia "
II # $l intercam%io i ntercam%io en general 10
III # a Meta&ísica 'rítica "2
1
Una Invitación a leer: La economía considerada como magia negra
Michel Onfray, en su libro Política del rebelde describía la economía como una alquimia caníbal, una especie de ciencia oculta, misteriosa y críptica que sirve para cocinar un caldero que traga vidas y genera oro. Esta imagen nos es útil para entender la manera en que Tiqqun se acerca al mal llamado conocimiento o ciencia! econ"mica. Esta actividad turbia en diversas intensidades, que, con una serie de e#tra$os e indescifrables signos, convierte la vida en tiempo y el traba%o y la actividad humana en una masa informe adaptable a cualquier fin econ"mico &es decir, en un fin propio'. El an(lisis social, econ"mico y político que reali)a Tiqqun ha devenido indisociable de un an(lisis de la publicidad. El supremo valor de la sociedad del espect(culo y medio sin fin. * el comien)o que amerita este mundo es el mundo primitivo. +uestra poca es aquella en que aparece finalmente la Publicidad, como verdad del mundo primitivo. -a sociedad capitalista avan)ada es por lo tanto la primera sociedad primitiva .!
2
* quin es Tiqqun, se preguntar( alguien, pues, compa$eras lectora, esa es la pregunta que podría hacernos seguir leyendo hasta el final este te#to difícil. on la paciencia y la voluntad necesarias cualquier te#to de Tiqqun es digno de ser leído. * esa frase podría ser una buena descripci"n de quin es/quines son. O al menos, una de ellas. En el empe$o de descifrar los conceptos de este colectivo circula por la red un glosario de trminos sobre Tiqqun. 0til para un primer acercamiento a ideas y lengua%es impropios. 1esde Pensaré artoneras esperamos que tanto el traba%o de Tiqqunim &que se tomaron el tiempo de traducir los te#tos al castellano 2tiqqunim.blogspot.m#2 como el de mantener la propia p(gina' como la labor de maquetaci"n y coordinaci"n que a$adimos desde las cartoneras sirva para que el lector valore este esfuer)o colectivo d(ndole una oportunidad a Tiqqun y sus te#tos. 3ay que tener una cierta confian)a en el autor que se est( leyendo para poder entender su obra. El primer paso es empe)ar, este nombre inquieto Tiqqun lleva un mundo nuevo en sus palabras. 1escubrirlo es la
clave para poder amarlo, odiarlo, o.... tomarlo como herramienta para desenca%ar la realidad. En definitiva para abrir espacios en este mundo de -a economía.
3
— ¡Cuernopanza! ¡siempre nos quedará algo por demoler mientras no hayamos demolido las ruinas mismas! Y no veo otro medio que levantando bellos edificios bien ordenados. ALFRED JARRY
I — La mercancía y la equivalencia
1
La mercancía es esencialmente lo que es absolutamente equivalente , lo que se muestra cuando dos mercancías (una de las cuales a menudo es el dinero) se intercambian !ar" denunci# esta equi$alencia como una abstracci#n, %or una buena ran' es una abstracci#n real
2
aturalmente, !ar" busc# un *undamento concreto de esta abstracci#n +re# encontrarlo en el valor de uso , en el $alor como utilidad -ara .l, el $alor de uso no tiene misterio, es el estado nudo de la cosa, su cuer%o mismo, su realidad *ísica Adem/s, %or consi0uiente, el $alor de uso no est/ im%licado en la l#0ica %ro%ia del $alor de cambio, que es una l#0ica de la equi$alencia' como $alores de uso las mercancías son ante todo de di*erente cualidad !ar" ace notar, %or otra %arte, que el $alor de uso no es lo %ro%io de las mercancías (%or e4em%lo, el aire que res%iramos no est/ an en $enta), sobrentiende sin cesar, como se sobrentiende una e$idencia, que ni siquiera %resu%one el mundo mercantil -ero $amos a $er que no solamente el $alor de uso, que a %rimera $ista %arece al0o tri$ial que se autocom%rende, es de eco %roblem/tico lleno de sutilidades meta*ísicas 5 sino que tambi.n est/ .l mismo en el *undamento de una l#0ica abstracta de la equi$alencia, indisociable de la del $alor de cambio que !ar" critic#
3
El %unto de $ista de la meta*ísica de lo 6til *ue resumido así %or 7e0el' +omo al ombre todo le es 6til, el ombre es i0ualmente 6til al ombre, su destino consiste asimismo en acerse un miembro de la tro%a 6til a la comunidad, uni$ersalmente utili&able En la misma medida en que se cuida de sí, e"actamente en la misma medida tiene que consa0rarse
8
tambi.n a los otros, en la medida en que se consa0re a los otros cuida tambi.n de sí mismo9 una mano la$a a la otra Dondequiera que se encuentre, ocu%a el lu0ar que le corres%onde9 utili&a a los otros es utili&ado Las cosas son 6tiles entre sí de mu di$ersos modos9 %ero todas %oseen esta mutua utilidad 0racias a su %ro%ia esencia, que consiste, en e*ecto, en ser re*eridas a lo absoluto de un doble manera' una %ositi$a, se06n la cual las cosas son en s y para s , la otra ne0ati$a, se06n la cual son %ara los otros La relaci"n con la esencia absoluta o la reli0i#n es entonces, de todas las utilidades, la utilidad su%rema9 %ues es el 6til %uro mismo, es este subsistir de todas las cosas, o su ser#en# s y para#s , la caída de todas las cosas, o su ser para otra cosa ($enomenologa del %spritu ) :bser$aciones' 1) %s a esta vulgaridad que se reduce& por e'emplo& el (discurso) de los cretinos negristas. %sa gente& más de un siglo después del lamentable captulo (*roducci"n +nmaterial) de los ;rundrisse de ,ar-& tarda deyecci"n mandevilliana& se deleita an hasta el punto de e-tenderlo por doquier con sus sucios pinceles. Y helos aqu& a estos gourmets de la mierda& que se relamen los labios y el culo enumerando apaciblemente todos los y Y que habran sido (puestos a traba'ar)& desde el alma a los afectos& pasando por el devenir#torniquete de la vinagreta inmaterial. %n lugar de distinguir que el traba'o se ha revelado por fin como algo inesencial& que no está fundado en s& estos asquerosos imbéciles cantan la gloria ambigua de la supuesta e-tensi"n de lo til& mientras que precisamente& tal y como es
<
concebido por el utilitarismo /es decir como relaci"n capaz de configurar un mundo0& =lo 6til no est/ en nin0una %arte> Y esta pretendida e-tensi"n bastara además para probarlo. 1a a da& el concepto de lo til designa cada vez más todo y sin importar qué& lo cual revela que no designa nada. 2os utilitaristas astutos invocan la utilidad de lo intil& pero no ven la inutilidad de lo til. 2o que s que está por todos lados& ¡diantres!& es el utilitarismo& y no la utilidad.
2) 2a esencia absoluta& vista a través de los anteo'os de lo 6til su%remo& puede entonces llamarse 1ios /como por e'emplo en 3oltaire0& o bien& en aquellos para quienes 1ios ha devenido e"%lícitamente una hip"tesis intil& puede ser 4la sociedad5& la utilidad suprema que toma entonces nombres más especficos como los de6 la ,ayor $elicidad del ,ayor 7mero /8entham encontr" este vomitivo en 8eccaria —(massima felicit9 divisa nel maggior numero)— y lo hizo gárgaras0& la :iqueza de las 7aciones& el crecimiento econ"mico& etc.& o más llanamente& la necesidad& como abstracci"n. %n todo caso& acaba siempre por subsumir en ella la relaci"n de las cosas a s mismas y entre s& y constituye una base de equivalencia general& una equivalencia como *undamento& sobre la cual se desprende meramente una relaci"n negativa entre las cosas& relaci"n negativa ella misma subsumida ba'o la esencia absoluta como til supremo /la pretendida riqueza en necesidades refinadas& esta sucursal de lo til supremo0. ¡,utis de lo negativo! *ara el deleite de todos los tenderos del mundo& esta encantadora concepci"n —y todos sus avatares& desde las ingenuas teoras del contrato social& al
?
moderno y por completo inspido democratismo militante y procomunicacional— ahoga las pasiones& ¡y hasta las más calientes!& en los pantanos glaciales de la inmunda positividad social. *ero& para gran disgusto de estos se;ores& estas aguas muertas están encantadas& y ya veremos por qué tipo de gul.
4
El $alor de uso es a la necesidad lo que !ar" considera que el $alor de cambio es al traba4o' el $alor de uso es necesidad abstracta cristali&ada en una cosa, que a%arece como %uramente cualidad de la cosa, a que la necesidad es %lanteada como 0eneral, abstracta Esta intenci"n, se06n la cual toda cosa en su ser inmediato es en sí o es buena, a, %or así decirlo, regresado a la cosa, constitue el *undamento meta*ísico del $alor de cambio la abstracci#n mercantil :bser$aciones' 1) *or eso vamos a criticar a lo largo de este artculo y& de manera más general& a lo largo de los %'ercicios de !eta*ísica +rítica& esta flema utilitarista que se pasa de boca en boca desde hace mucho tiempo& formada con las mucosidades del comercio y mezclada con bilis economista recocida en la madera flotante de cierto mar-ismo a partir de ahora visiblemente contrarrevolucionario< esta certeza infinita de haber agotado todo el =er y todo el %spritu gracias a los conceptos mágicos de utilidad& necesidad& interés. — %sta morgue escolástica que
@
dilapida a millones de *ierre 8ourdieu& que es sencillamente el discurso más plano que la mercanca pueda tener sobre s misma& es contradicha cada da por la simple e-istencia de la mercanca.
2) %sto es lo que casi comprendi" un tal >ean 8audrillard en su llamado a una crtica de la economa poltica del signo& no sin una cierta tensi"n del espritu inusual en este se;or. *ero éste crey" tontamente que lo que invalidaba al utilitarismo era la referencia a cierto ?bsoluto@ ,ientras que& ciertamente& lo que vuelve a la meta*ísica de lo til infame —ya que se trata efectivamente de una metafsica—& no es que se encuentre en relaci"n con lo ?bsoluto& sino más bien la modalidad de esta relaci"n& el hecho de que esta relaci"n sea concebida como utilidad suprema& el hecho& en fin& de que esta metafsica sea *alsa. Y el se;or 8audrillard la asimila con el cristianismo y deplora que an no haya sido enterrada esta suciedad de trascendencia& 'unto con todas las antigAedades metafsicas. Be aqu lo que desenmascara a 8audrillard como un su%erutilitarista& al afirmar la identidad entre cristianismo y valor de uso& sin la más mnima risa& por el hecho de que ambos participan de alguna trascendencia — trascendencia que este amable colegial posmodernista evidentemente no puede considerar abstractamente más que como trascendencia cualquiera& y ba'o la modalidad de lo 6til su%remo. Y as& este cerdo no establece solamente una equivalencia general entre todos los momentos de la metafsica& sino que cae en la ilusi"n encantadora de los utilitaristas& que creen que su pensamiento está (libre de toda metafsica). +mbécil& si hubieras ledo a *éguy
/ Bituaciones0& ¡sabras cuán %ort/til es la metafsica! %n qué mundo crees que pataleasD Eodo telos inscrito en el coraz"n de las cosas te repugnaD ,ás bien se trata de que todo aquel que está e*ecti$amente inscrito te e-pulsa@ ?s& con los otros perros posmodernistas& aullas hasta la muerte que todo esto es una ilusi"n& que nada e-iste& y que se 'odan& pues de cualquier manera uno recibe los fondos de la Fniversidad y los malévolos cumplidos de los perros colegas — utile e onore& tal vez@
3) %s esta metafsica de lo til la que funda al utilitarismo en sus dos momentos& el uno llamado te"rico& el otro normati$o /Cf. sobre todo& ?. Caillé& +rítica de la ran utilitaria0. %l primero /que pretende e-plicar todos los actos de los hombres& considerados como individuos aislables& por la utilidad que cada uno separadamente puede encontrar0 es evidentemente la nica representaci"n antropol"gica que podra crecer sobre este pobre humus metafsico& donde toda relaci"n es concebida como relaci"n de utilidad. %l utilitarismo normativo& que suponiendo al otro verdadero estima que está muy bien as& a;ade que lo til supremo es el supremo 8ien< lo que no es otra cosa que la moral& supuesta inmanente a consecuencia de dicha metafsica. 7o se ataca seriamente al utilitarismo si no se toma desde su fundamento& es decir la metafsica de lo til.
1C
II – El intercambio en general
5
La maor %arte de las ideas *alsas sobre el mundo arcaico tienen como *undamento la eterni&aci#n de las cate0orías mercantiles la creencia en su naturalidad Aquello que el ombre moderno cree ser, tambi.n cree que todos los ombres del %asado lo an sido, con la %equea di*erencia de que ellos lo abrían sido menos %er*ectamente El ilo de nuestra demostraci#n nos ar/ %asar a tra$.s del cam%o en ruinas de esta bella tranquilidad e$olucionista
a) El don
6
La sociedad %rimiti$a a%arece toda$ía a al0unos como siendo la sociedad de la pureza de la necesidad -ero la necesidad no es el eco %rimario de la umanidad' no es la condici#n de toda $ida umana, tam%oco lo *ue all/ al comien&o de la istoria umana 2e'os de ser primitiva& la necesidad es más bien una producci"n propia a la modernidad
11
:bser$aci#n' %l utilitarismo quiere por mucho conceder que las necesidades sean hist"ricas& que las necesidades cambian con la organizaci"n social& etc. ?demás& incluso la utilidad suprema es relativa a una época& ya que la sociedad que se trata de reproducir no es siempre la misma. %l *uncionalismo es un utilitarismo elástico — pero esta liga se rompe ba'o la tensi"n de la historia. 2o que es hist"rico& no es solamente el modo de ser de las necesidades& ni siquiera nicamente su esencia6 la simple e-istencia de las necesidades como necesidades no es un invariante antropol"gico& sino una creaci"n hist"rica cuya e-tensi"n mundial es relativamente reciente& as como ese modo de vida particular que es la su%er$i$encia. =e sabe que es precisamente la aparici"n del mercado moderno quien ha creado la escasez& ese (presupuesto) de la pretendida economa.
7
El intercambio %rimiti$o toma la *orma del don :bser$aci#n' 7o hay nada más falso que la noci"n de trueque. Eoda la especulaci"n de ?dam =mith parte de un error de CooG en relaci"n a los *olinesios& quienes suban a bordo de su barco y proponan a los %uropeos un intercambio& no de ob'etos& sino de re0alos. 2a noci"n de trueque —al parecer un intercambio utilitario de bienes considerados como equivalentes y al cual hara falta solamente la moneda para devenir intercambio mercantil@— naci" en los siglos 3+++ y +& de nuestro utilitarismo como sabemos. $ue ,arcel ,auss quien reuni" ba'o
12
el concepto de don un nmero considerable de hechos en diversas sociedades primitivas /cf. su Ensao sobre el don0& y quien enunci" algunos rasgos universales. %n adelante parece poco aventurado generalizar su descubrimiento a todas las sociedades primitivas. 1icho sea de paso& todas las robinsonadas modernas parten del mismo postulado idiota6 a saber& que un cierto omo oeconomicus habra habitado cavernas e islas — farsa tanto más divertida cuanto que dicha especie nunca habra e-istido& y menos en la City londinense& donde abundan sin embargo esos bru'os caverncolas que se llaman corredores de bolsa.
8
El don a%arece %rimeramente en la re%resentaci#n como un acto aislado, aquel de una %ersona que cede un bien a otra -ero este aislar un acto de la totalidad de la $ida social, %arece m/s bien una abstracci#n
9
El don, como sim%le acto, coloca inmediatamente a su lado otros dos actos como otros momentos' el recibir , el devolver
10
-ero de eco, de los tres momentos %recedentes, el dar , el recibir el devolver , el 6ltimo a%arece como aquel que *orma
13
un ciclo -orque la de$oluci#n ser/ ella misma recibida des%u.s de$uelta En el mundo %rimiti$o, la deuda es %ermanente Este as%ecto cíclico del don lo re$ela como unidad de los tres momentos :bser$aci#n' %sto es lo que le ob'etaba 2évi#=trauss a ,auss en su prefacio a la selecci"n Bociolo0ía Antro%olo0ía& a saber& que (es el intercambio el que constituye el fen"meno primitivo& y no las operaciones discretas en las cuales lo descompone la vida social)< o& como sin embargo ya lo haba formulado el propio ,auss en su Ensao sobre la !a0ia & (la unidad del todo es an más real que cada una de las partes).
11
-ero lo que se intercambia no son bienes, %alabras, cum%lidos, ser$icios, etc Lo que se intercambia en el mundo %rimiti$o es el %ro%io don Es decir, que el intercambio es intercambio de intercambio Así, el don como unidad de los tres momentos, re%ercute tanto en sus momentos como en el sim%le medio de su re%roducci#n El ombre %rimiti$o da %ara que el Don sea, %orque el Don es La cosa misma que circula es s#lo el re*le4o simb#lico del Don mismo, como figura de la *ublicidad (en el sentido de modo de e-plicitaci"n pblica ), del ser%arasí del !undo 5que es lo que !auss llama hecho social total
1
:bser$aciones' 1) %l don& como unidad de los tres momentos& no es más que el Don develándose como *i0ura. 2) =e ve entonces que el don no está motivado por la necesidad& sino más bien por el 1on. %sto es lo que e-plica que especialmente se intercambien ob'etos perfectamente (intiles)& desprovistos de todo (valor de uso)& ante el asombro del observador utilitarista. =e puede citar el caso de los $a0ua tobriandeses& descritos por ,alinoHsGi /en Los Ar0onautas del -ací*ico :ccidental0& de los cuales dos tipos particulares& los soula$a y los mGali& constituan en su intercambio la base de la Hula& y finalmente la base de toda la organizaci"n social de un distrito muy e-tenso. *ero un soula$a s"lo se intercambia por un mGali& y viceversa. ?hora bien& estos $a0ua, que son respectivamente grandes collares y brazaletes& son a menudo inutilizables como ob'etos de adorno debido a sus dimensiones o por tener una carga simb"lica demasiado fuerte. ?simismo& se comprende que —contrariamente a una idea muy difundida en Iccidente& y que fue defendida por ?rist"teles y ,ar-— en el mundo primitivo& el /bito se intercambia %or el /bito . *or ltimo& cuando se ha aprehendido el aspecto total del 1on& ya no queda nada misterioso en el hecho de que el propio traba'o esté subordinado al 1on6 no solamente el producto del traba'o esmaterialmente dado por el productor a otro /por e'emplo a sus suegros& mientras que él mismo recibirá todo de sus yernos0& sino que& más simb"licamente& el propio traba'o es
18
ob'eto de gran orgullo para el productor& y sobre todo de una notable -ublicidad /citemos por e'emplo las preocupaciones estéticas —y el esfuerzo consecuente— de un 'ardinero trobriandés en cuanto al acondicionamiento de su 'ardn& y el ritual que consiste en apilar los ;ames cultivados en pilas c"nicas& entregadas a la vista de todos0. Eanto as que se puede incluso decir que el traba4o es una *orma de intercambio & que es una mani*estaci#n del Don. Y el 1on& como figura de la *ublicidad& aparece también como unidad del traba'o y el intercambio. =i se a;ade que la escasez material está generalmente ausente de la vida primitiva& vemos entonces bien a%lanada la idea comn segn la cual el hombre habra traba'ado siempre %or su subsistencia& y más duramente en el mundo primitivo que en cualquier otro debido a una hipotética insuficiencia de los (medios de producci"n) con respecto a unas no menos hipotéticas (necesidades). 1e hecho& el mundo primitivo no aspiraba más que a la *ublicidad& y sus medios le provean bastante bien para ello. 7o le faltaba más que la consciencia pblica de la *ublicidad como *ublicidad6 la *ublicidad de la *ublicidad.
3) Fna observaci"n& dicho sea de paso& sobre el buf"n# dialéctico 3oyer. Eomamos de él su concepto de *ublicidad& ya que no mereca conservarlo& visto que no ha sabido qué hacer con él desde su Introducci#n a la ciencia de la %ublicidad& que an fue un libro bastante bueno. *ero en él ya se perciba este vicio insoportable6 3oyer alimenta un odio instintivo por el =+2%7C+I. ?simismo& ha querido creer que la *ublicidad estaba& definitiva y absolutamente& fundada sobre s misma& lo cual es evidentemente
1<
falso /de manera similar& los conceptos de indi$iduo y de 0.nero tienen el defecto ine-cusable de esconder& con una inmanencia satisfecha& la incom%letitud del hombre< una vez más& e-iste un resto& y este resto es el 8loom0. =e comprende entonces que este concepto& que se supone flota sobre las más altas cumbres del %spritu& haya podido dar a luz a esa perra anoré-ica y positiva que es la (comunicaci"n)& o a una utopa tan cretina y repugnante como la abladuría. Eodas las contorsiones y muecas de 3oyer no bastan para esconder este hecho6 que .l tambi.n (olvid") considerar lo negativo ah donde se lo haba enterrado@ ¡C"mo este pseudotrobriandés de la contestaci"n podra comprender que la oposici"n entre la *ublicidad y el %spectáculo está superada y en ltimo análisis activamente mediada por el Bilencio /ciertamente& el %spectáculo es una alienaci"n de la *ublicidad& y as pues la *ublicidad que se niega a s misma& pero el =ilencio o lo +nvisible es la negaci"n de esta negaci"n0< que la negaci"n del %spectáculo es no solamente negaci"n de la dictadura en la visibilidad sino también de la dictadura de la visibilidad< que los destructores silenciosos de Eurn han adoptado la temible forma de una negaci"n as& y que es por eso mismo que son destructores! ?demás& por pasi"n a la visibilidad el pobre vacilante 3oyer ha vuelto invisible a la contestaci"n< y ha podido tan bien girar& brincar y gritar para que se le vea hacer sus lamentables payasadas& epistolares o de otras maneras< de'émosle ah& en la indiferencia y con los escorpiones.
1?
b) La inversión de la relación genérica
12
-lanteados como se%arados, el indi$iduo el 0.nero %ermanecen abstractos B#lo en su relaci#n 5en tanto que el 0.nero toma *orma en los indi$iduos, en tanto que el indi$iduo s#lo se %uede de*inir como indi$iduo, es decir como ser social, en la relaci"n, la cual e"trae su sustancia del 0.nero 5, siendo uno %ara el otro, es como alcan&an la concreci#n La unidad en la cual estos momentos, el 0.nero el indi$iduo, son en tanto que inse%arables, es al mismo tiem%o di*erente de ellos9 tenemos así *rente a ellos un tercer t.rmino, que resulta ser %recisamente la -ublicidad, aquello que *unda absolutamente la relaci"n o el intercambio como %uro intercambio
13
La relaci"n genérica es la misma cosa que la -ublicidad, %ero en la relaci#n 0en.rica los dos t.rminos que %asan uno en el otro son m/s bien re%resentados como re%osando uno *uera del otro, la relaci#n 0en.rica como al0o %asando entre ellos Dondequiera que concurran el indi$iduo el 0.nero, este tercer t.rmino debe estar %resente9 a que no subsisten inde%endientemente 5contrariamente a lo que %lantean
1@
abstractamente el economismo su indi$idualismo metodol#0ico5 sino que s#lo e"isten en la -ublicidad, que es dico tercer t.rmino Es en la unidad de la -ublicidad que la relaci#n 0en.rica %uede entonces ser al0o concreto :bser$aci#n' ?l mismo tiempo& es claro que la relaci"n genérica se realiza en la relaci"n o intercambio.
14
ambi.n el Don, como *i0ura de la -ublicidad, es una *i0ura %articular de la unidad del 0.nero el indi$iduo 5 corres%onde aquí una modalidad %articular de la relaci#n 0en.rica
15
En esta modalidad, los indi$iduos son, como persona'es , absolutamente di*erenciados a priori , reali&an su di*erencia en el intercambio que es el don Y este don es .l mismo sin0ular, en tanto que acto entre %ersona4es determinados an %er*ectamente que el ob4eto dado, como símbolo del Don, a%arece inmediatamente en la consciencia %rimiti$a como símbolo sin0ular de todos los dones sin0ulares en que %artici%# %artici%ar/ Asimismo, las cosas, en el mundo %rimiti$o, son ellas mismas re%utadas de absolutamente di*erentes, sin0ulares %ersonales (es decir dotadas de personalidades propias )
1
:bser$aci#n' ,alinoHsGi se;alaba de este modo& en Los Ar0onautas del -ací*ico :ccidental& que (cada ob'eto Jula de calidad posee su nombre propio& y& ba'o la forma de una historia o de una leyenda& posee su lugar en las tradiciones de los indgenas). Y ,auss& a prop"sito de ciertos ob'etos amerindios6 (Cada una de esas cosas preciosas& cada uno de estos signos de esas riquezas tiene —como en las islas Erobriand— su individualidad& su nombre& sus cualidades& su poder. 2as grandes conchas de abalone& los escudos recubiertos por éstas& los cinturones y las mantas adornados también por las conchas& las propias mantas blasonadas& cubiertas de caras& de o'os y figuras animales y humanas te'idas& bordadas. 2as casas y las vigas& y las paredes decoradas son seres. Eodo habla& el techo& el fuego& las esculturas& las pinturas< pues la casa mágica está edificada no s"lo por el 'efe o sus gentes& o las gentes de la fratra vecina& sino también por los dioses y los ancestros< es ella la que recibe y a la vez e-pulsa a los espritus y '"venes iniciados. (Cada una de estas cosas preciosas tiene además en s una virtud productora. 7o s"lo es signo y testimonio< es también signo y testimonio de riqueza& principio mágico y religioso del rango y la abundancia.) / E nsao sobre el don0. =e puede además observar que las cosas mismas son actores del don& o más bien del 1on. =on también persona'es& y participan de y en el género como Comunidad. 7o obstante& si dos cosas& como dos seres humanos& son& en el mundo primitivo& incomparables& una cosa y un ser humano pueden& como vamos a ver inmediatamente& estar unidos por un vnculo de identidad.
2C
16
La unidad simb#lica inmediata de un ob4eto %rimiti$o el %ersona4e que temporalmente es el actor de esta cosa como relaci#n, como don, es la posesi"n :bser$aci#n' %n el mundo primitivo& la cosa misma es a veces identificada con su poseedor& hasta el punto de que lleve el mismo nombre y de que los actos de uno puedan ser considerados como emanando del otro. =e ve as que es absurdo creer todava en algn comunismo primitivo. ?demás& hace falta notar que la posesi"n no designa un lazo con la cosa como uso. *uedo prestarte mi $a0ua si lo deseas& pero seguirá siendo mo& y si t lo e-hibes en el pueblo& será e-hibido como mo y participará de y en mi gloria. ?demás& ya se ha visto que las cosas en cuesti"n& aparte de darlas& podan no tener uso. Begel observ" ya& en los -rinci%ios de la Filoso*ía del Dereco & que (la voluntad del propietario de que una cosa sea suya es la primera base sustancial& cuyo desarrollo ulterior& el uso& es s"lo el fen"meno y la modalidad particular& y s"lo debe llegar después de este fundamento universal.) Y este desarrollo ulterior cobra más bien& en el mundo primitivo& el aspecto de la contingencia.
17
En el ciclo del don, los %ersona4es umanos a*irman su com6n umanidad, su com6n %ertenencia al 0.nero Las cosas %ersona4es intercambiadas a*irman tambi.n su %ertenencia a un 0.nero com6n Al mismo tiem%o, la unidad c#smica que une
21
a todos los %ersona4es, cosas ombres, es re%roducida, como lo $i$o re%roduce a lo $i$o :bser$aci#n' *odemos citar el e'emplo de un encantamiento Jula& citado por ,auss y ,alinoHsGi& que e-presa esta comn pertenencia al género& afirmada a partir de una singularidad irreductible a %riori de los socios. %l encantamiento sobre todo6 =odo disminue, todo cesa> =u *uror disminue cesa, o ombre de Dobu> u maquilla4e de 0uerra disminue cesa, =o ombre de Dobu>, etc. y luego6 u *uror, o ombre de Dobu, caer/ como cae el *uror del %erro cuando $iene a ol*atear a un reci.n lle0ado o bien6
u *uria %arte como la marea, el %erro 4ue0a9 u c#lera %arte como la marea, el %erro 4ue0a, etc. ?demás de la evidente significaci"n de sosiego y comuni"n surgiendo /aunque segn parece es más bien el furor0& de hecho la singularidad radical reina a %riori& y una segunda e-plicaci"n& de origen indgena& se da para esta evocaci"n del
22
perro6 (2os perros 'uegan cara a cara. Cuando usted menciona la palabra perro& as como está prescrito desde hace mucho& las cosas preciosas vienen consigo /'ugar0. Bemos dado brazaletes& entonces collares vendrán< unos y otros se reencontrarán /como perros que vienen olfateándose0). ,auss comenta esto as6 (2a e-presi"n& la parábola es bonita. Eodo el ple-o del sentimentos colectivos se da en ella de golpe6 el posible odio entre los asociados& el aislamiento de los $a0ua & cesa por encantamiento< hombre y cosas preciosas se congregan como perros que 'uegan y acuden al llamamiento de la voz.) Itra e-presi"n simb"lica es la del casamiento de los mGali& brazaletes& smbolos femeninos& con los soulava& collares& smbolos masculinos& que tienden el uno hacia el otro& como el macho hacia la hembra. %stas diversas metáforas significan e-actamente la misma cosa que lo que e-presa en otros términos la 'urisprudencia mtica de los maorís. =ociol"gicamente& una vez más& lo que queda e-presado es la mezcla de las cosas& los valores& los contratos y los hombres.) /ibid.0
18
odos los %ersona4es asociados, los ombres las cosas, resur0en desde el ciclo del don, con una sin0ularidad con*irmada, en adelante %6blica, *ul0urante %or aberse baado en la *uente sustancial del 0.nero :bser$aci#n' 2a posesi"n primitiva se opone aqu a la moderna
23
propiedad privada en que no es en ningn caso alienable hasta el grado del (reformateado). 2as cosas conservan el recuerdo de todos los dones en los cuales han participado. ?s& un hombre primitivo podrá contar los intercambios hist"ricos o mticos en los cuales ha participado cierta cosa. Y esto es lo que funda el renombre de la cosa y su valor. ?simismo& el renombre de los hombres se construye& se perpeta& y es sin cesar puesto en 'uego en el 1on. Be aqu el mana primitivo. =u ley es la del a0#n& del conflicto entre pares como lazo social. ?demás& el 1on organiza lazos singulares& permanentes. *or e'emplo& el Jula se practica con socios permanentes& con los cuales se tienen vnculos privilegiados.
19
-ero en el mundo %rimiti$o, cada comunidad, como Interior, se a*irma como el 0.nero mismo Y, para nosotros , 5 %ara la consciencia uni$ersalista en 0eneral5 se trata m/s bien de un *raccionamiento del 0.nero como totalidad umana Este *raccionamiento, en especies , del 0.nero, es la condici#n de subsistencia no s#lo de cada *racci#n como *racci#n sino tambi.n sobre todo del Don, que como *i0ura de la -ublicidad se re$ela tambi.n como unidad su%erior de las *racciones :bser$aciones' 1) ? fin de obviar en interpretaciones suciamente biologicistas de esta tesis& precisamos que empleamos el término
2
de es%ecie& a falta de otro& s"lo para dar la idea de un fraccionamiento del género en subunidades& en +nteriores irreductibles& aunque fundados por su unidad en el género. ?simismo hay que releer las tesis precedentes considerando que ah donde intervenga la relaci"n genérica& interviene también este fraccionamiento 0en.rico del 0.nero .
2) %n el mundo primitivo las relaciones son principalmente relaciones cara a cara& y no podran permanecer as sobre e-tensiones demasiado grandes. ?simismo& cada sociedad primitiva se fi'a un interior y un e-terior& y s"lo el interior puede ser reconocido como participando de la comunidad humana del género. %l 1on concierne al interior y solamente al interior /interior que puede& por otra parte& reunir un nmero bastante grande de tribus0. %l intercambio con el e-terior& con el e"tran4ero& cuando tiene lugar& ocurre de acuerdo a lo que ,arshall =ahlins denominaba reci%rocidad ne0ati$a — forma pr"-ima al comercio& o al pilla'e. %l 1on de*ine al interior& planteando los lmites que encierran al género y los persona'es. ?l mismo tiempo& el 1on define también a cada comunidad o sociedad como interior& y define también el fraccionamiento del género& as como la afirmaci"n de cada fracci"n como siendo el género. =e comprende pues el poder de destrucci"n que han podido tener las grandes religiones universalistas sobre las comunidades primitivas /a pesar de que& por otra parte& las sociedades primitivas tengan una cierta capacidad para incorporar& en el
28
seno de sus unidades mticas& creencias que les son e-teriores& como atestigua el instructivo e'emplo del culto del Cargo& en ,elanesia0.
20
En el Don, la relaci#n 0en.rica se %resenta %ues ante todo como el %roceso de reali&aci#n del %ersona4e %or medio del 0.nero de su *raccionamiento en es%ecies El 0.nero a%areciendo en la es%ecie, como si a%areciera en sus %ro%ias *ronteras absolutas, se reali&a tambi.n en el %ersona4e, es la comunidad unida de los %ersona4es sin0ulares El %ersona4e, como la comunidad, tiene una e"istencia concreta9 la -ublicidad est/ efectivamente %resente unitaria en el interior de cada comunidad (%ero ense0uida, la -ublicidad se *racciona en di*erentes interiores, la a%ariencia de un interior %ara otro es la de la e"terioridad mientras que este otro constitue tambi.n un interior), aunque no sea conocida a6n como -ublicidad
21
El mundo moderno %resenta, $isiblemente en la .%oca del %spectáculo , una relaci#n 0en.rica que es una inversi"n de la que corres%onde al Don
2<
22
El Kloom, este ser sin %articularidad, es a priori equi$alente a cualquier otro Kloom o m/s bien al Kloom como masa , es %ues, como Kloom, absolutamente equi$alente odas las %articularidades que e"ibe *ren.ticamente son de eco %ara .l al0o e"terior, su banalidad las re$ela *inalmente como una astucia de la equivalencia :bser$aci#n' ? la pregunta insolente (Kuién se esconde tras un relo' ?udemars *iguetD) recientemente escupida por la colecci"n de lodos de la *ropaganda& la respuesta evidentemente es6 nadie.
23
La a0itaci#n %ermanente del Kloom, su es*uer&o deses%erado %or construirse una apariencia de %ersonalidad, una personalidad como apariencia , re$ela a la a%ariencia como acci#n de la -ublicidad para la -ublicidad Y de eco, el Kloom e$oca a esas tribus %rimiti$as cua $ida 0ira alrededor de la a*irmaci#n del %resti0io -ensamos %or e4em%lo en el or0ullo que saca un trobriand.s del alarde de sus ames ada se %arece m/s a un display trobriand.s que una $itrina de almac.n o la ro%a de un 'oven#cool
24
Bin embar0o, no se %uede decir que el ombre %rimiti$o sea superficial Bu $erdad es m/s bien 5lo cual %rueba que
2?
7e0el tiene ran5 la inmediatez , o m/s bien la unidad de la totalidad la a%ariencia de la totalidad, es decir la *ublicidad , %ero entonces solamente como unidad inmediata La -ublicidad que a6n no se sabe como tal, que no a lle0ado a la -ublicidad de la -ublicidad, la -ublicidad %uramente en#s , que a6n no es para#s
25
In$ersamente, el mundo del Kloom es el mundo en que la -ublicidad a%arece *inalmente Y el comien&o que amerita este mundo es el mundo %rimiti$o uestra .%oca es aquella en que a%arece *inalmente la -ublicidad, como $erdad del mundo %rimiti$o La sociedad ca%italista a$an&ada es %or lo tanto la primera sociedad primitiva
26
-ero si la -ublicidad es o en día $isible, lo es s#lo en la ausencia -orque la -ublicidad a%arece *rente a cada Kloom -ero nin06n Kloom $i$e la unidad del mundo su a%ariencia, la -ublicidad -or el contrario, con*rontado a su %ro%ia miseria, $e m/s bien una contradicci#n en la *elicidad a%arente del :tro, al0o terrorí*ico, que le em%u4a a construirse .l mismo una a%ariencia' el Itro le ha robado su vida 9 .l nunca a $i$ido nada, esta des%osesi#n a%arece al Kloom como una temible maldici"n, que a que esconder a todo %recio a *alta
2@
de %oderla ol$idar %or com%leto -ero el :tro, el se , es tambi.n .l mismo El mundo en que $i$imos es, %or tanto, aquel en que la a%ariencia de la -ublicidad se en*renta a la -ublicidad9 %ero este desdoblamiento es .l mismo desdoblado' a que esta e"terioridad de la -ublicidad res%ecto a su a%ariencia es tambi.n una e"terioridad de la -ublicidad %ara consi0o misma, una escisi"n en el seno de la -ublicidad, en tanto que .sta es %recisamente la unidad de aquello que es aquello que a%arece Esta escisi#n de la -ublicidad, que es en realidad una uni#n de sus dos momentos como se%arados, es %recisamente el Es%ect/culo :bser$aci#n' 2a alienaci"n crea las condiciones de su superaci"n. Y es precisamente porque la *ublicidad está ausente que puede ésta finalmente aparecer& apareciendo como necesidad. ?simismo& la alienaci"n de la *ublicidad en %spectáculo es finalmente la que deba revelarnos a la *ublicidad como *ublicidad.
27
A esta escisi#n de la -ublicidad que es el Es%ect/culo le corres%onde tambi.n un de$enirabstracto del indi$iduo el 0.nero En este mo$imiento, el indi$iduo de$iene Kloom, indi$iduo sin indi$idualidad, indi$iduo abstracto que %arece no ser m/s que un accidente del 0.nero o m/s bien su medio %ara %ermanecer como 0.nero %uro, es decir como 0.nero abstracto, como masa Al mismo tiem%o, el %ro%io 0.nero, como 0.nero
2
%uro abstracto, como masa, %arece %erder toda or0anicidad ser un sim%le con4unto de indi$iduos/tomos :bser$aci#n' %l 8loom a menudo intenta& por la va de las mercancas aparentemente particulares& as como por roles /en el sentido en que los situacionistas entendan este términos0 —roles que no s"lo se organizan generalmente alrededor de mercancas& sino que son también ellos mismos& ontol#0icamente& mercancas& como permite fácilmente comprenderlo la secci"n siguiente de este artculo— acapararse un simulacro de individualidad. ? veces prueba& también& con la tranquilizante pseudopertenencia a una comunidad fantoche& de las que rigen la mala sustancialidad /7otemos que esta pseudopertenencia tiene para el 8loom la venta'a —que la hace incluso una necesidad— de reducir el poder tiránico del Itro& este ladr"n de vida y demiurgo& reba4/ndolo a su pro-imidad< as uno la domestica y se aclimata a ella@ — y esta relaci"n malintencionada entre enemigos& entre e-tra;os& es generalmente el fundamento de esa abyecci"n que an quiere llamarse (amistad)0. %sto es lo que los infectos publicistas de la mercanca y algunos de sus colegas soci"logos incluso osan llamar (tribu). *ero si esta forma abstracta de especie es una tribu& es más bien la tribu de los roles y las mercancas quienes la organizan& más que la de los 8loom& que son simples mediaciones de esta importante comunicaci"n que practican entre s las cosas& a fin de ane-ionarse me'or lo Comn& con el fin de alienar cada vez más la *ublicidad.
3C
28
En esta *i0ura de la -ublicidad que es el Es%ect/culo, la equi$alencia triun*a El /tomo es equi$alente al /tomo, el /tomo es absolutamente equi$alente, el 0.nero se re$ela como el sim%le reino uni$ersal absoluto de la equi$alencia, como el absolutismo de la equi$alencia :bser$aciones' 1) *or otro lado& la equivalencia absoluta del 8loom& como equi$alencia abstracta en el = abstracto del 8loom& es también para él la ilusi"n de la identidad consi0o& de la pura sub'etividad. %s esto lo que hace que el 8loom tienda a devenir tan masivamente relativista. 2) *odramos considerar a este atomismo y escisi"n generalizada de la *ublicidad como un estrechamiento& una constricci#n de esos interiores de los que hablábamos en las tesis LM y NO& estrechamiento en torno al mero individuo& que por consiguiente no puede ya e-istir como individuo& en tanto que átomo. 7otemos que esto significa la e-tra;eza radical entre todos los hombres y la e-tensi"n de esta e-tra;eza& es decir la alienaci"n de la *ublicidad. Ya que el e-tran'ero& como simple e-tra;o& se caracteriza s"lo negativamente en relaci"n al interior& para cada interior dado& todo lo que es e-terior lo es como equivalente. :eencontramos aqu la equivalencia absoluta del 8loom. % imaginamos entonces c"mo la práctica del comercio va acompa;ada desde el %rinci%io de la alienaci"n de la *ublicidad.
31
29
oda el ob4eti$o de la relaci"n consiste entonces en acer a%arecer la sin0ularidad, en crear la sin0ularidad como a%ariencia -ero esta a%ariencia de la totalidad como te4ida de sin0ularidades est/ en o%osici#n e"terior a la totalidad realmente alienada como equi$alencia absoluta
30
La relaci#n 0en.rica es entonces ese mo$imiento %or el cual la equi$alencia absoluta a priori resulta con*irmada, cada $e& m/s %otente tir/nica, %or la relaci#n como a%arici#n de la sin0ularidad o m/s bien de la sim%le %articularidad Es %or esto que a una inversi"n de la relaci"n genérica ada es m/s antin#mico a un display trobriand.s que una $itrina de almac.n o la ro%a de un 'oven#cool
32
III – La Metafísica Crítica
Y el puzzle social entreg" su ltima combinaci"n Andr. Kreton
31
Dos mercancías son a priori , aut.nticamente, equivalentes Bolo su%er*icialmente, en un se0undo tiem%o, se %resentan como singulares na mercancía siem%re debe %resentarse como sin0ular, lo cual le da todo su mana Bolo así es como es deseada, es decir, que la idea del intercambio en tanto equi$alencia, idea que se encuentra en ella, de$iene %6blica, de este modo, se0uidamente, la mercancía %uede %artici%ar en el acto m/0ico del consumo n acto tal que con*irma su equi$alencia absoluta en el intercambio, antes de que la equi$alencia absoluta del uso se a*irme tir/nicamente, en todos los Kloom que la an com%rado, como em%obrecimiento brusco Y la sin0ularidad que se abía mostrado se re$ela tambi.n como mercancía, es decir, como %er*ectamente indi*erenciada El maná u#
33
32
Esta sin0ularidad se encuentra de entrada indi*erenciada, %uesto que cada es%ecie de mercancía es %roducida consumida masi$amente, %orque esta masa est/ constituida %or ob4etos id.nticos Y lue0o, %orque las %ro%ias %seudosin0ularidades que %arecían di*erenciar las di$ersas es%ecies es re$elan como abstractas -uesto que lo que era realmente deseado 5 que se a %erdido en el momento mismo en que *inalmente se creía obtenerlo5 es el mana mercantil, sustancia en lata de conser$a %ara el indi$iduo sin sustancia, pura sin0ularidad, sin0ularidad 0eneral, abstracta
33
-ero esta sustancia es m/s bien una suerte de nada acti$a, de modo que la mercancía es de eco una es%ecie de %ura *orma, una c/scara $acía, el sim%le *ra0mento muerto de un $aso roto $aciado Y esta sustancia formal se de*ine esencialmente %or su modo de a%arecer en tanto que %ura %resencia inmediata, debe cobrar el as%ecto de sin0ularidad sim%lemente %orque reali&a esta esencia, la de una %ura %resencia inmediata abstracta La sin0ularidad a%arente es aquello que %ermite a la mercancía reali&ar su conce%to, mostr/ndose como inmediata, sin misterio, mientras que sin embar0o es %ro*undamente m/0ica Lo que caracteri&a a la mercancía en tanto que uni#n de lo %ro*ano lo sa0rado, no como su%erados sino como se%arados, es el eco de que la mercancía deba ser m/0ica %ara e"istir efectivamente en tanto
3
mercancía, escondiendo su naturale&a m/0ica %or la misma ran 5%uesto que tambi.n debe ser la %ura inmediate& la %ura e$idencia La mercancía no es el su%eramiento de lo %ro*ano lo sa0rado, creada %or ellos Es m/s bien la sim%le uni#n sodomita de estos dos momentos, que no los su%era, sino que m/s bien los mezcla , como es lo corriente en el mundo de las quelipot
34
La ran %or la cual la mercancía $e su *orma su sustancia %lanteadas a no en tanto que momentos inse%arables, su%erados en una unidad su%erior, sino como sim%lemente subsumidos en la abstracci#n %or la i%#stasis de la *orma, es que ella %ertenece de eco al ser#para#s ob'etivado , %lanteado como e"terior al ombre :bser$aci#n' 2uego el valor no es (traba'o cristalizado)& como crea ,ar-& sino ser%arasí cristalizado.
35
-ero al mismo tiem%o que este ser%arasí e"terior, esta -ublicidad ob4eti$ada, es lo que a de m/s deseable en la .%oca del Es%ect/culo, donde la escisi#n de la -ublicidad si0ni*ica tambi.n la ausencia del ser%arasí, lo que a de m/s e$anescente, que es al mismo tiem%o este ser#para#s ba4o el +elo*/n, este mana , es la ausencia de la -ublicidad
38
36
-uesto que este ser#para#s , en el consumo, %ermanece e"terior al consumidor Y esta e"terioridad lo nie0a ense0uida en tanto ser#para#s , en tanto que re*le"i$idad Es %or ello %or lo que el mana ue, %or lo que el consumidor es insaciable
37
-ero entonces, la mercancía, m/s que como sim%le ser# para#s ob4eti$ado en el e"terior, se de$ela como %rinci%io ob4etal del serabsolutamente e"terior del ser#para#s , % o r tanto tambi.n de la e"terioridad %ara consi0o del ser%arasí, se muestra como la mediaci#n misma que se%ara al Kloom res%ecto al ser%arasí, a la totalidad res%ecto a su a%ariencia 5 el mo$imiento de la mercancía es el mo$imiento de la escisi#n de la -ublicidad :bser$aci#n' %n otros términos& la mercanca es la mediaci"n activa del ser#para#s#como#para#un#otro /en el sentido en que en el %spectáculo& el Itro& es siempre el se0& es decir& de la mala sustancialidad. *ero esta mala sustancialidad está también siempre (interiorizada) en tanto ser#para s# como#un#otro& o bien6 es la mediaci"n de la reificaci"n.
3<
38
El Es%ect/culo es la mercancía que se de$ela en *in como figura de la *ublicidad
39
Lo que %ara el ombre es una in$ersi#n del $ínculo 0en.rico, es tambi.n la di*usi#n del $ínculo 0en.rico de la mercancía
40
Este $ínculo 0en.rico es una %ro%iedad esencial de la mercancía en tanto que puro fen"meno En e*ecto, 1) es el %roceso de su a%arici#n, 2) en tanto que in$ertido, %resu%one, priori, %or la equi$alencia absoluta a la total banalidad M%latitudeN de las mercancías, su ser%lano, su ausencia declarada de Interior Aora bien, esta %ura *enomenalidad a*irmada de la mercancía, en tanto que es ella misma *en#meno, se su%era ense0uida Y esta %ura *enomenalidad se de$ela tambi.n como modo de develamiento :bser$aciones' 1) *or (superar)& entendemos& segn una tradici"n clásica& el au*eben hegeliano /que es a la vez suprimir& conservar y superar0.
3?
2) 2a mercanca se presenta como la propia banalidad& y la confesi"n de esta banalidad& como la declaraci"n de la ine"istencia del misterio. *ero esta manera de aparecer es ella misma misteriosa. %s eso lo que e-plicitaba ya la tesis PP.
41
En tanto que tal, como *orma de la %ura *enomenalidad mercantil, el $ínculo 0en.rico in$ertido es una %ro%iedad metafsica de la mercancía' lo su%rasensible es el fen"meno en tanto fen"meno :bser$aciones' 1) %n efecto& clásicamente& lo supra#sensible se presenta de entrada como un más allá de lo sensible& como +nterior inaccesible para el entendimiento. %n una situaci"n tan desesperante& donde lo +nterior está algo as como vaco /puesto que el resultado es seguramente el mismo que si se coloca a un ciego en medio de los tesoros del mundo suprasensible— si este mundo tiene tesoros& poco importa que sean el contenido propio de este mundo& o que la consciencia misma constituya tal contenido—& o que si se coloca un vidente en las puras tinieblas& o si se quiere en la pura luz& si es que el mundo supra#sensible es meramente eso< el que tiene o'os no ve ni en la pura luz& ni en las puras tinieblas& as como el ciego no vera nada de los tesoros que se desplegaran ante él0& no le quedara ya más a la consciencia que atenerse al fen"meno —es decir& tener como verdadero lo que sabe que es
3@
falso— o rellenar este vaco con quimeras& que siempre son me'or que nada@ *ero el +nterior o el más allá suprasensible ha tenido nacimiento& proviene del fen"meno& y el fen"meno es su mediaci"n& o me'or& el fen"meno es su esencia& y de hecho su cumplimiento. 2o suprasensible es lo sensible y lo percibido planteados como ellos son en verdad< pero la verdad de lo sensible y de lo percibido es el ser fen"meno. %s por ello por lo que lo suprasensible es el fen"meno en tanto fen"meno. —=i se quisiera entender por esto que lo suprasensible es en consecuencia el mundo sensible& o el mundo tal como es para la certeza sensible inmediata y para la percepci"n& se comprendera al revés< puesto que el fen"meno no es el mundo del saber sensible y de la percepci"n en tanto ente& sino que es más bien el saber sensible y la percepci"n planteados como superados& y planteados en su verdad en tanto que interiores. =e ha podido creer que lo suprasensible no era el fen"meno& pero ocurre que ba'o el vocablo de fen"meno& no era verdaderamente tal fen"meno lo que se entenda& sino más bien el propio mundo sensible& en tanto que realidad efectiva real /que& sea dicho de pasada& no e-iste en#y# para#s& o absolutamente& y no es por tanto un e-istente verdadero Qe-istant vraiR0. 2a mercanca& a la inversa de las metafsicas más antiguas& afirma positivamente la vacuidad del +nterior& e incluso su ine-istencia. 1ecreta que todo se termina en el fen"meno< ahora bien& un tal absolutismo del fen"meno puro niega también la fenomenalidad del fen"meno. *ero tan pronto como esta denegaci"n de la fenomenalidad del fen"meno se revela ella
3
misma en tanto fen"meno& el fen"meno se reencuentra de nuevo como fen"meno —lo que denuncia a esta denegaci"n en tanto que mentira—& y esta fenomenalidad& en tanto fen"meno& es ya superada QsursuméeR en suprasensible& y esta denegaci"n mentirosa aparece también como propiedad metafsica de la mercanca. %n fin& en tanto que la mercanca se presenta como puro fen"meno& su +nterior& su realidad suprasensible le es algo as como e-terior. Y esta separaci"n de lo sagrado y lo profano& sin embargo mezclados& esta escisi"n en el seno de la unidad del ,undo en tanto totalidad& como ,etafsica& es ella misma también metafsica& es incluso una figura de la metafsica —as como la escisi"n de la *ublicidad era una figura de la *ublicidad.
2) 2os que hayan podido leernos verán aqu una e-plicitaci"n de la tercera observaci"n sobre la tesis LL. 2a Ciencia no es el fluir siempre liso de un arroyo claro como el agua& o bien de un ro algo más turbulento. *or el contrario& la Ciencia se revisita y se cruza a s misma sin cesar en ese laberinto de figuras que constituye el elemento del sentido. ?s& indefectiblemente& el agua vuelve& después gratuita& en cierto ahora& para concluir que no hay nada más allá& y autenticar as QauthentiquerR el silencio. %l fen"meno en tanto fen"meno es lo suprasensible& el propio aparecer no aparece. 2a ,etafsica Crtica puede revelar que el aparecer es y que eso constitue un misterio. *uede también mostrar c"mo este misterio se manifiesta en la época del %spectáculo6 se mani*iesta como no mani*est/ndose en tanto que misterio. *ero la ,etafsica Crtica no puede ni quiere
C
destruir este misterio. 1e'amos al %spectáculo esta cabezonera a lo =sifo& enconado como está en esta absurda tarea.
3) Con mayor precisi"n6 la e-istencia de este misterio puede ser hecha pblica& contrariamente al propio misterio& que es com6n& pero que no podra evidentemente ser él mismo pblico. ?qu interviene la diferencia entre *ublicidad y Comn /que 3oyer ha confundido lbricamente& para gloria de *ublicis y de %uro#:=CS0. 2o Comn es aquello que nos viene dado en reparto compartido Qen partageR& la *ublicidad es la %r/ctica consciente de este reparto& que sabe por tanto aquello que debe a lo Comn6 que ella es su alienaci#n necesaria. %lla reparte por tanto también conscientemente la imposibilidad radical del reparto compartido. 2o Comn es aquello que hace posible esa e-plicitaci"n en que consiste la *ublicidad& pero esta posibilidad no se de'a ella misma e-plicitar. 2o Comn aflora directamente en la *ublicidad& pero develándose se vela& y vela también su develamiento. 2o que nos es más consustancial y más cercano& también nos es lo más le'ano& aquello sobre lo cual tenemos una menor aprehensi"n. ?qu está la parado'a absoluta. Eenemos en comn el ser#en#el#mundo& el hablar y ser mortales& pero no podemos decir aquello que son& en su fondo& el ser#en#el#mundo& el lengua'e o la muerte. 2o Comn no obstante puede hacer irrupci"n en la *ublicidad& ba'o la forma de e-periencias individuales o colectivas& que siempre son e-periencias de lo indecible. 2a presencia de lo Comn no es otra cosa que la presencia de lo trascendente.
1
42
-ero este modo de de$elamiento que se de$ela en tanto que figura re$ela tambi.n al Es%ect/culo como figura del =er , o como *i0ura de la meta*ísica o m/s bien como la mercanca que se devela como figura del =er y de la metafsica :bser$aciones' 1) %s esta naturaleza finalmente metafsica y ontol"gica del concepto de %spectáculo lo que hace que 1ebord dé tantas definiciones diferentes de él& de las que ve mal& incluso& c"mo podran acordarse& unirse en un todo orgánico. 1ebord& como la mayor parte de los te"ricos revolucionarios hasta ahora& para criticar la metafsica mercantil no ha querido o no ha sabido reconocer que se colocaba dentro del terreno de la metafsica. 2o que revela la !eta*ísica +rítica es& sin embargo& este hecho y su necesidad. 2) %l carácter metafsico del concepto de %spectáculo se muestra también en aquella instancia por la que vemos que une el ob'eto develado y el modo de develamiento. 2as interpretaciones antimetafsicas de este concepto& separando estos dos momentos& se condenan a empobrecer la crtica del %spectáculo convirtiéndola en crtica de los media. %n efecto& éstas& considerando aisladamente el modo de develamiento& son muy naturalmente conducidas a buscarlo en un ob'eto social aislable& y por tanto a i%ostasiarlo& muy en general& en un sector determinado de la producci"n. ?demás& este punto de vista& en
2
general vulgarmente materialista& está muy contento de que estos media sean por consiguiente reducibles a una simple estructura material< haciendo esto& niega también todo modo de develamiento6 segn él& solo hay cosas& unas más buenas /el buen vino no capitalizado& el inmaculado artesanado y los buenos compa;eros0& y otras más malas /la televisi"n& los ordenadores y la Coca#Cola0. Fna vez que ha circunscrito paralelamente al %spectáculo en un gran ob'eto e-terior& puede volverse hacia la (vida auténtica) y a su reconforte de marmota en tanto que certificado de pureza anti#espectacular. %sta actitud consigue naturalmente fetichizar las auténticas (peque;as cosas concretas)& las (gentes auténticas) que las usan concretamente& y los muy auténticos terrores concretos que verdaderamente ellos cultivan —summun de la insolencia del %spectáculo& ¡quién te pudo vender aquello que él ha ya destruido! *ero d"nde se han puesto las nieves de anta;oD %ncarnizándose en olvidar la efectividad del modo de develamiento& esta pseudo#crtica del %spectáculo habla& a pesar suyo& la propia lengua del %spectáculo. 2a crtica del %spectáculo es meta*ísica o no es. %lla lo es e-plcitamente& o si no se vuelve contra s misma& y refuerza al %spectáculo.
3
43
El es%íritu de la naturale&a es un es%íritu escondido9 no se %roduce ba4o la *orma misma del es%íritu' es 6nicamente es%íritu %ara el es%íritu que lo conoce, es es%íritu en sí mismo, %ero no %ara sí mismo (7e0el) La mercancía es el es%íritu que se aliena en una naturale&a o%resi$a, el es%íritu muerto que triun*a La !eta*ísica +rítica es el es%íritu que conoce el es%íritu de esta naturale&a de %acotilla, el ser#para#s de este es%íritu La !eta*ísica +rítica es la manifestaci"n de la metafsica mercantil en tanto que metafsica , el ne0le0entiae mibi videtur si non studemus quod credimus intelligere 5ba4o mi %unto de $ista sería una ne0li0encia no %ro*undi&ar en las cosas que creemos com%render5, inscrito en la %ura %resencia mercantil misma 7asta el %resente, es el mundo quien a %ensado %or nosotros :bser$aciones' 1) ?s& contrariamente a una opini"n e-tendida& afirmamos que la humanidad ha pasado hist"ricamente desde una alienaci"n social a una natural& y no al revés. Y& a pesar de lo que puedan creer ciertos economistas& hablar de la naturalidad de la mercanca no supone en absoluto una 'ustificaci"n de su e-istencia& y menos an& es seguro& una prueba de su (eternidad). 2a humanidad que se aliena en naturaleza no corresponde a su concepto& y la realidad en tanto naturaleza es una realidad que se enga;a. 2a ,etafsica Crtica revela este error de la realidad en tanto realidad del error.
2) *orque la naturaleza es toda$ía del espritu& por eso& se puede decir& como hemos hecho /cf. observaci"n de la tesis NT0 que las cosas comunican. Comprendámoslo bien6 es seguro que este espritu es siempre el espritu del hombre& pero cuando el hombre no alcanza a aprehenderse a s mismo& cuando el espritu no es para#s#mismo& su ser%arasí se separa de su serensí& y ello supone también la autonomizaci"n del espritu& esto es& aqu& el poder efectivo de las cosas.
44
La !eta*ísica +rítica se da directamente en el ente' cada %arcela de este mundo es la con*esi#n de su *alsedad
45
El desarrollo ist#rico del modo de e"%licitaci#n mercantil a conducido al ombre asta tal %unto de bloomitud que se sabe que se es -ero solo un ombre %uede con*ormar un Kloom La alienaci#n es siem%re alienaci#n de al0o Entonces, el Kloom que se descubre en tanto Kloom, que tiene consciencia de su estado de Kloom, es a cualitati$amente al0o distinto de un sim%le Kloom -uesto que eso que a*lora entonces, que se re$ela, es, una $e& m/s, la ca%a del ser que conlle$a el conocimiento del ser mercantil, , %or consi0uiente, tambi.n su *undamento su sobre%asamiento, una ca%a que se encuentra ba4o la de la equi$alencia absoluta El Kloom que
8
com%rende su ser Kloom es %or tanto un meta*ísico crítico
:bser$aciones' 1) Bemos escrito bien6 (%l 8loom que comprende su ser# 8loom& inteligente de su ser#8loom). %l que no tiene de ello más que la consciencia sim%le o el entendimiento& no es todava un metafsicocrtico< lo puede devenir& a menos que no prefiera venderse como profesional del lengua'e del halago. 2) Kuien se esconde tras el 8loom que se esconde tras el relo' ,achiD QDDR %l acto de esconderse como 8loom& por tanto también la consciencia potencial& inscrita en el coraz"n del ser& de su bloomitud< un metafsico#crtico que se ignora /o no0. 2a ,etafsica crtica está en todas esas tripas.
46
-ero entonces, en tanto que la !eta*ísica +rítica es la mani*estaci#n de la meta*ísica mercantil en tanto que meta*ísica, su mo$imiento %ro%io la em%u4a acia su %ro%ia abolici#n, acia su sobre%asamiento La %rimera meta de la !eta*ísica +rítica es la de su%rimirse Be trata de darse los medios %ara ello :bser$aci#n' %n efecto& ya que el movimiento de la ,etafsica Crtica es precisamente el movimiento de la e-plicitaci"n y por
<
tanto también de la negaci"n de la metafsica mercantil& el hecho de llegar a la efectividad es para ella el medio de la destrucci"n de la metafsica mercantil& y por tanto también de su propia supresi"n& de su propio superamiento.
47
La ciencia es en adelante el mo$imiento de de$elamiento de la !eta*ísica +rítica En el camino de su su%resi#n, la !eta*ísica +rítica es la ciencia :bser$aci#n' ?qu& por (ciencia)& está claro que no entendemos aquello que los llamados cientficos —ya sean asalariados del C7:= o de los laboratorios 8iopoder U co.— y otros positivistas se imaginan que es la ciencia& sino más bien& evidentemente& el movimiento práctico de autoe-plicitaci"n del %spritu. (continuar/)