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Psicoanalisis Del Matrimonio

Un ritual que desinfla el deseo PRIMERA PARTE: El anillo funesto. El Matrimonio es un ritual de iniciación. El mismo fatídico ceremonial que el de los pueblos primitivos: un ritual de circuncisión. Freud dice que quienes se casan no sospechan cuántos renunciamientos trae consigo el matrimonio ni a lo que queda reducida la felicidad conyugal tan apasionadamente deseada. El varón sometido al ritual del matrimonio (y es de él de quien se habla en esta historia) debe llevar, para siempre un anillo en el dedo. Es la señal de la renuncia, con la aceptación de la monogamia, a su libertad instintiva. El anillo es un emblema de la castración y, por eso, funesto. Don Juan no se lo puso jamás. SEGUNDA PARTE: El varón castrado. Freud dice que un matrimonio no puede considerarse sólidamente establecido hasta que la esposa no haya conseguido hacer de su marido su hijo, o lo que es lo mismo, hasta que la hembra no se convierta ¡en una Madre Virgen! Pero si la mujer se transforma en madre es porque el hombre, transformado en hijo… ¡ha vuelto a la infancia otra vez! El matrimonio es un voto de infantilismo perpetuo. TERCERA PARTE: El Héroe. Freud dice que un héroe es quien se ha levantado valientemente contra su padre, terminando por vencerlo. Y por eso Don Juan, que lo era, nunca se sometió al humillante ritual del matrimonio y nunca se puso el anillo funesto en el dedo. Él, con viril arrogancia, rechazó siempre la circuncisión. Don Juan, vivió intrépidamente, fue un alegre gustador de mujeres, irradió su vitalidad y buen humor, y culminó su vida… ¡con la espada invicta y con la pija intacta! Fue el héroe trágico sin parangón. Más en www.arielarango.com

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