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Vacío [josé Sanchis Sinisterra] Completo

Description: Qué miedo, ¿no?, tanto vacío... ¿Cómo haremos para llenarlo, para que no nos devore? Haremos, sí: he dicho bien. Ustedes y yo. Yo solo/a no podría. Uno solo no puede nada; nada de nada. Ni ex...

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Qué miedo, ¿no?, tanto vacío... ¿Cómo haremos para llenarlo, para que no nos devore? Haremos, sí: he dicho bien. Ustedes y yo. Yo solo/a no podría. Uno solo no puede nada; nada de nada. Ni existir, siquiera. Mucho menos, llenar algo: este vacío, por ejemplo. Qué miedo, ¿no? Casi muerde, ¿lo notan? Como si le fuera arrancando a uno/a, a mordiscos, pedacitos del ser. Y menos mal que hay luz, y que nos vemos, porque si no... ¿Se lo imaginan? ¿Se imaginan que, además, estuviéramos a oscuras? ¿A oscuras en medio de este... vacío? Claro que, sin luz, el vacío no lo veríamos. ¿O sí? Por si acaso, dejémoslo así: vacío, pero iluminado. Algo es algo; por lo menos, nos vemos. ¿Me ven bien? ¿Todos? Y oírme, ¿me oyen todos, también? Esa es otra... ¿se imaginan si, además, me callara? El silencio, sí: otro que tal. Si me callara y empezara a crecer el silencio... ¿Se lo imaginan? ¿En silencio en medio de este... vacío? Yo, aquí, quieto/a, en medio de este vacío, en silencio... Bueno: ahí ustedes podrían remediar algo. Quiero decir que, con ponerse a hacer ruiditos, adiós silencio. Ruiditos y hasta palabras. O sea: decir cosas, hablar. Y adiós silencio. Claro, que no sería lo mismo. Lo mismo que si yo sigo hablando. Porque lo mío lo ha escrito un autor, un autor de verdad, de los de pluma y tintero. Es un decir, claro. Me lo han escrito con puntos y comas. Y yo me lo sé de memoria; con puntos y comas también. Mientras que ustedes, lo que dijeran, si se pusieran a hablar y a decir cosas, así, al tun-tún, para borrar el silencio... Bueno, no quiero prejuzgar. A lo mejor hay entre ustedes algún Demóstenes que toma la palabra y nos deja a todos boquiabiertos. Me extrañaría, desde luego, pero nunca se sabe... ¿Se dan cuenta?: Demóstenes. El orador griego, sí. ¿A quién de ustedes se le hubiera pasado por la cabeza citar a Demóstenes, hablando así, al tun-tún? No digo que no le suene a alguno... «Demóstenes, claro, Demóstenes...» Pero, ¿meterlo así, como quien no quiere la cosa, en la conversación? Me extrañaría mucho. Demóstenes, sí... ¿Se dan cuenta? Sólo por citar a Demóstenes, ya parece que esto no está tan vacío, a que sí. Digo «Demóstenes»... y seguro que más de uno se lo imagina por aquí, metiéndose piedrecitas en la boca, para corregirse la dicción. Porque se ve que, el pobre, al principio, era un poco tartaja. Y eso, para un orador... Ahora que, a mí, lo que más me gusta es cuando lanzaba peroratas contra el mar embravecido, para tener más voz. Porque se ve que, el pobre, además, era un poco mudo. Bueno, mudo no: afónico, más bien. O sea: que tenía la voz algo escuchimizada. Mira tú que, también, empeñarse en ser orador, con ese cuadro... Pero esto no viene al caso. I/) que cuenta es Demóstenes ahí, frente a las olas, practicando oratoria a voz en grito. Y en griego, además. ¿Se lo imaginan? ¿Se imaginan el mar embravecido? El fragor de las olas, los silbidos del viento, la prisa temblorosa de la espuma, el olor a salitre y berberechos... Sí, tienen razón: a mí, lo de los berberechos también me suena fatal. Ahí creo que el autor, con todos mis respetos, ha dado un resbalón. No se puede estar llenando este vacío con las olas, el viento, la prisa temblorosa de la espuma, el olor a salitre y... ¡plash!: berberechos. No, señor mío, no. Usted será un autor de verdad, de los de pluma y tintero, pero los berberechos, ahí, son una pifia. Yo lo digo porque lo tengo que decir. Es mi trabajo, me lo pagan, y yo cumplo. ¿Berberechos? Pues berberechos, sí señor: yo soy profesional. Pero que no me pidan trémolos de cornamusa, porque ahí no llego. Que no pretendan, encima, una evocación empingorotada, teniendo yo que disimular sus frangollos. Sí, tienen razón: yo, esta palabra, cuando me dieron el papel, tampoco la entendía. ¿Frangollos? ¿Y eso qué es? Tuve que buscarla en el diccionario, por si era alguna guarrada. No es que me importe decir palabrotas, no. En el teatro modern